Profesores universitarios
bajo vigilancia en EE.UU.
Prohibir
ideas en nombre de la libertad de expresión*
Por Jorge Majfud | 03/12/2022 | EE.UU.
En 2021 el gobernador de
Florida (Estados Unidos) Ron De Santis, en sintonía con el presidente
neofascista de Brasil capitán Jair Bolsonaro firmó una ley permitiendo a los
estudiantes universitarios grabar a los profesores para detectar alguna tendencia
ideológica.
Siempre y cuando no se
tratase de la ideología verdadera. En diciembre de ese año, el gobernador firmó
otro proyecto de ley para “darle a las empresas, empleados, niños y familias
las herramientas necesarias para luchar contra el adoctrinamiento llamado WOKE”
(“despierto”, en dialecto afroamericano), el cual se propone una
relectura de la historia desde el punto de vista de los grupos marginales al
poder. Para los fanáticos, llevar un niño de cinco años todas las semanas a un
templo religioso o plantarlo cuatro horas por día frente a la televisión para
que consuma propaganda mercantilista, no es adoctrinación. Pero si un joven de
20 años entra en una universidad donde podría aprender alguna nueva idea,
entonces, eso sí es “adoctrinación” y “lavado de cerebro”.
La ley que prohíbe una
discusión abierta sobre el racismo (ya vendrá el turno de prohibir la
palabra imperialismo) porque los jóvenes blancos se podían sentir
incómodos estudiando la esclavitud y la discriminación, se sumó a otra ley
salida de la misma oficina, por la cual se prohíbe en las secundarias públicas
hablar de la existencia de gays y lesbianas en nombre de una lucha “contra la
ideología de género”. La ideología de género dominante por siglos, el machismo,
no está en discusión. Por el contrario, hay que protegerla a fuerza de fanática
ignorancia.
Una especialidad de los
campeones de la libertad es prohibir todo lo que no se acomode a sus intereses,
como la Ley de Libertad Individual que prohíbe a cualquier
empresa requerir a sus empleados realizar cursos de concientización contra el
racismo. Su repetida “libertad de expresión” es libertad de acoso y censura.
Este tsunami de prohibiciones en la educación y en la academia es sólo la
continuación de la prohibición de decenas de libros iniciada antes en Estados
Unidos, al mejor estilo república bananera. Esta misma ideología, con sus
frases y sus tics copiados de los libertarios estadounidenses, es repetida como
un copia-y-pega en América latina, todo lo que recuerda a los artículos y
doctrinas plantadas por la CIA en decenas de países, las que germinaron,
maduraron y continúan dando frutos décadas después de la Guerra Fría.
Tarde o temprano iban a
venir por las universidades. Es la mayor espina de los Exitosos Hombres de
Negocios y sus mayordomos. La cultura y las universidades no han sido fáciles
de comprar, aunque las corporaciones han hecho un buen trabajo comercializando
la educación y la investigación. Según los fanáticos conservadores, las
universidades son reductos de liberales (izquierdistas) donde se adoctrina a la
juventud. Se quejan de que la mayoría de los profesores son de izquierda y que,
por lo tanto, se debe legislar para equilibrar la proporción de conservadores.
No existe ninguna propuesta semejante para equilibrar las ideologías en las
poderosas iglesias, en las multimillonarias corporaciones, en las bolsas de
valores, en los poderosos lobbies de Washington o en las donaciones sin límite
a los partidos políticos.
La solución natural para
equilibrar las tendencias políticas en las universidades es que los Futuros
Hombres de Negocios se pongan a estudiar en serio alguna vez en su puta vida.
Pero claro, si alguien ama el dinero y el poder, difícilmente invertirá décadas
haciendo investigación gratis. Sobre todo sabiendo que, luego de décadas de
esfuerzo ajeno, cuando aparecen los resultados, los Exitosos Hombres de
Negocios los van a secuestrar de forma inmediata y en nombre de la Libertad.
En teoría, el fascismo y el
liberalismo son opuestos. Sin embargo, hace décadas que el neoliberalismo
(económico) logró poner en un mismo combo un menú diverso. Así, en un mismo
partido iban los capitalistas y belicistas más radicales justo con los
cristianos que no tenían nada que ver con el Jesús de los Evangelios, sino más
bien con Judas, alguien que podía vender a su propio amigo por treinta monedad
de plata. Así, defender a Jesús implicó defender a los mercaderes injustamente
expulsados del templo y meter al maldito camello por el ojo de la maldita aguja
y a los imperios que crucificaron a otros rebeldes. Los señores del dinero, los
directorios de corporaciones que desparramaron dictaduras bananeras por todo el
mundo y dictaduras legalizadas en sus propios países, todo en nombre de la
libertad y la democracia como en tiempos de la esclavitud, lograron unir las
dos ideologías opuestas. Los neoliberales de la última mitad del siglo XX son
los libertarios de hoy y beben en el bar con neonazis y neofascistas con total
comodidad.
Claro que no todos son
fanáticos del Santo Oficio. En agosto de 2022, el juez federal Mark Walker
bloqueó (temporalmente) la ley “Anti WOKE” de Florida argumentando que, según
la ley, “los profesores pueden ejercer su ‘libertad académica’ siempre y
cuando expresen solo aquellos puntos de vista que el Estado aprueba”.
Lógico, pero provisorio. Un mes después, el gobernador De Santis arrasó en las
elecciones. Fue reelecto gobernador y se posicionó como uno de los candidatos
más fuertes del Partido republicano para las presidenciales de 2024.
Cada vez que un político
conservador atiza la ira de la Inquisición, logra excelentes resultados. Lo
cual demuestra, una vez más, que continuamos caminando hacia una nueva Edad
Media. Todo con el silencio, la timidez o la complicidad de la academia y de lo
que alguna vez fue la heroica resistencia por los Derechos Civiles.
Mientras algunos académicos
están demasiado preocupados con un modelo que explique la inflación en las
Maldivas o cómo citar a Sócrates en una revista que nadie leerá, los Hombres de
Negocios continúan con sus planes para neutralizar o tomar posesión de uno de
los últimos rincones de las sociedades que aún no pueden dominar del todo, pese
a la mercantilización de la educación. He escuchado que, “bueno, ese es el
trabajo de los profesores”. Es decir, no deben ocuparse de la gran política. No
es lo suyo.
No se dice lo mismo de un
exitoso dueño de casinos o de un vendedor de almohadas que aspira a ser
gobernador o presidente. No, porque los Exitosos Hombres de Negocios están
acostumbrados a mandar y a ser exitosos… No pocos profesores guardan silencio,
temiendo lo que en las asambleas y en los corredores se repite como “fear of
retaliation” (miedo a represalias) por decir lo que piensan. Incluso los “tenured”
(efectivos) temen protestar, pese a que legalmente son inamovibles.
En Estados Unidos, el tenure fue
creado en 1940 para evitar que los profesores pudiesen ser despedidos por sus
ideas y opiniones radicales o inconvenientes. Por esta misma razón, hace años
que el tenure está bajo ataque en este país. No sólo se
intenta eliminarlo sino que se lo ha ido reduciendo al mínimo, con un doble
propósito: (1) precarizar del trabajo académico (deprimir de los
salarios) y (2) silenciar teorías inconvenientes para el dogma dominante.
Pero los profesores
con tenure temen otras formas de represalia. Por ejemplo, la
reducción de sus salarios, algo que luego las autoridades no alcanzan a
explicar sin recurrir a excusas infantiles basadas en el dogma dominante como,
por ejemplo, la ley de la oferta y la demanda… Como si esa ley no estuviese
recargada de política.
De esa forma, los profesores
también somos neutralizados en nuestro compromiso ético con el resto de la
sociedad, con el conocimiento transformador, con el desafío de las normas
establecidas y con la lucha de una sociedad y un mundo mejor.
___________
(*) Tomado de https://rebelion.org/prohibir-ideas-en-nombre-de-la-libertad-de-expresion/
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.