domingo, 4 de agosto de 2024

Política

El Manifiesto Comunista y el Partido de Clase

(Última Parte) 

Eduardo Ibarra 

MÁS ARRIBA HEMOS hablado del método de análisis de García, de su esquematismo; pues bien, ahora toca extendernos suficientemente sobre esta cuestión que está en la base de sus extravíos teóricos. 

Como es posible que lo sepan quienes han leído con atención algunos textos representativos de nuestro personaje, los mismos se caracterizan por presentar una coherencia interna formal que, precisamente por formal, pone en evidencia su condición de ser un análisis cerrado y, por lo tanto, no pasible de complementos de importancia. Este es un vicio metodológico. García abusa pues del método de la abstracción y, este abuso consiste en que deja por fuera los elementos de la realidad concreta que no calzan con su esquema prestablecido, tal como hemos visto ya en el presente artículo. Por eso no es casual que, como resultado de ello, en su exposición encontremos notorias falacias y evidentes sofismas (muy necesarios a su armonía interna formal). Así, pues, el esquematismo de García tiene escasa conexión con la realidad concreta y, en realidad, la falsea. 

Este formalismo, este abuso de la abstracción, este vicio metodológico le viene, probablemente, de Bujarin. Compare el lector, por ejemplo, el libro La economía mundial y el imperialismo, de Bujarin, y El imperialismo, fase superior del capitalismo, de Lenin, y encontrará la diferencia entre el método formalista del primero y el método marxista del segundo. Mientras Bujarin pretende agotar el tema del imperialismo mediante una estructura expositiva cerrada, Lenin no pretendía ofrecer en su libro un análisis completo de todos los cambios experimentados por el capitalismo en su fase imperialista y, en consecuencia, su método no aparece como un sistema cerrado, formalmente perfecto; en otras palabras, Lenin no pretendía que su libro fuera un análisis acabado de la nueva realidad del capitalismo; por el contrario, su libro deja abierta la posibilidad de nuevos desarrollos; así, por ejemplo, en sus páginas no expone sus ideas sobre el capitalismo monopolista de Estado, cuestión que aborda posteriormente en El Estado y la revolución, desarrollando así la teoría de la realidad contemporánea del capitalismo. Es decir, en El imperialismo, fase superior, el jefe de la revolución rusa expone los cambios del capitalismo que servían suficientemente para demostrar que el mismo había pasado a una nueva fase de su desarrollo, y, por cuanto del tema que se analiza en El estado y la revolución se desprende la necesidad de anotar el lugar y el papel del capitalismo monopolista de Estado en el imperialismo, entonces Lenin procedió en consecuencia; así, escribió en su mencionado libro: 


… el imperialismo, la época del capital bancario, la época de los gigantescos monopolios capitalistas, la época de transformación del capitalismo monopolista en capitalismo monopolista de Estado, revela un extraordinario fortalecimiento de la “máquina del Estado”, un desarrollo inaudito de su aparato burocrático y militar, en relación con el aumento de la represión contra el proletariado, así en los países monárquicos como en los países republicanos más libres.(10) 

Dicho lo anterior, puede decirse que, si no directamente de Bujarin, el método de análisis y exposición de García tiene muy poco que ver con el método marxista. Esto está claro. 

Este vicio metodológico, este formalismo, estos recursos criollos, este extravío teórico de García se observan en muchos de sus artículos y ensayos. Mencionemos algunos: “El movimiento comunista internacional en la encrucijada”, “La lección polaca”, “La unidad del m.c.i.”, “El socialismo en España”, “El desmonte del izquierdismo”, “Talón de Aquiles-Mano de piedra”, “Las siete triples”, “El lexicón octubrino”, “El socialismo peruano”, “El movimiento comunista”, “El partido de Mariátegui”, “Nuestra época”, “Las cinco caídas de yo el supremo”, “El pedestal de cristal”, “Los partidos comunistas hoy”,¿Al fin, quo vadis honorable Partido Comunista?”, “Acerca  del centenario del socialismo peruano”, “¿Reconstitución, reivindicación, refundación?”, etc., etc., etc. 

En el ya citado artículo ¿Al fin, quo vadis honorable Partido Comunista?”, García escribió que “ahora se debe poner el acento principalmente en el ‘conócete tú mismo’”. Muy bien, pero, entonces, nuestro formalista debería comenzar por conocerse a sí mismo. Así, tendría que reconocer que en la década de los setenta fue la cabeza del liquidacionismo de “izquierda” en las filas del Partido; que desertó de estas filas en febrero de 1975 –abandonando sin ningún escrúpulo a sus propios seguidores–; que en la segunda mitad de la misma década –y como resultado de su liquidacionismo– comenzó a replantear una serie de cuestiones que revelaban su renuncia a aspectos fundamentales de la lucha contra el revisionismo contemporáneo –renuncia que se puso de manifiesto primeramente en la revista Punto de Vista–; y que, algo después, lo condujo al liquidacionismo de derecha; a abjurar del marxismo-leninismo; a negar la correcta relación entre la verdad universal del proletariado y nuestra realidad concreta y, por lo tanto, a negar el principio de integrar la verdad universal del proletariado con la práctica concreta de la revolución peruana; a falsificar cuestiones fundamentales dirimentes de la Creación Heroica de Mariátegui; a negar el partido de clase promoviendo un kautskiano partido-amalgama; a negar la restauración del capitalismo en la URSS y otros países; a silenciar el nombre científicamente exacto del partido proletario; a promover una táctica según la cual la lucha electoral y no la lucha directa de las masas es la forma principal de lucha del proletariado; a negar los deberes del internacionalismo proletario; a conculcar el centralismo democrático en su propio grupo; a incentivar el culto a su persona; a aplicar los métodos criollos en la polémica con sus críticos etc., etc., etc. 

Y de nada le sirve su extravagante afirmación –verdadera maniobra– según la cual él mismo no tiene forma de negar la tipificación de sus posiciones como revisionismo, sugiriendo así que las mismas son una “revisión positiva del marxismo”, pues cualquier marxista con un mínimo conocimiento del marxismo puede reconocer que sus posiciones –como las reseñadas arriba y otras más– son una flagrante revisión oportunista del marxismo. 

        Por sus obras los conoceréis, dice el aforismo. Y bien, siendo la cabeza del liquidacionismo –desde los años setenta hasta hoy– García tenía la obligación política y moral de cumplir el papel principal en la dirección práctica de su grupo, obligación con la que no fue consecuente en ningún momento. Así, su grupo está por cumplir: a) 50 años de existencia sin haber alcanzado ni el más mínimo grado de influencia en la clase obrera y el campesinado; b) más de 40 años desde que su cabeza propuso la reestructuración de los municipios como el “camino al socialismo”, no habiendo ganado en todo ese tiempo una sola alcaldía; c) 36 años desde que planteó, en otros términos, la “dilución-integración” de todas las organizaciones marxistas y oportunistas que activan en nuestro medio; d) 15 años desde que, tergiversando una afirmación de Mariátegui,(11) propuso que su grupo pasara a desenvolver un trabajo exclusivamente organizativo, sin haber salido hasta hoy de la situación orgánica en que se encontraba cuando hizo la propuesta; etc., etc., etc. 

He ahí la “obra” de García que, obviamente, él mismo conoce de primera mano, pero de la cual no quiere hablar en absoluto. Esta obra puede ser expuesta concisamente así: la deserción de García del partido en 1975 terminó convirtiéndose en las décadas posteriores en su deserción del marxismo-leninismo y de los Fundamentos Teóricos, Políticos y Orgánicos del Partido de Mariátegui. ¡Ni más ni menos! 

Ahora bien, con sus posiciones oportunistas, reseñadas aquí brevemente, ¿qué rol podría cumplir el grupo liquidacionista en la revolución peruana? “¡NINGUNO! ¡ABSOLUTAMENTE NINGUNO!” Así lo demuestran los casi cincuenta años de existencia independiente del grupo liquidacionista. 

El método formalista examinado en esta última parte de nuestro artículo, es una evidente negación del método de análisis plasmado en el Manifiesto comunista y otras obras marxistas y, en este sentido, la más grave “falla geológica” del discurso del “profundo” García. 

Nota

[10] El estado y la revolución, ELE, Pekín, 1975, p. 39.

[11] La afirmación mariateguiana negada por García es la siguiente: “Berl distingue y separa los tiempos de acción de los tiempos de espera, distinción que para el ‘revolucionario profesional’, de que habla Max Eastman, no existe. El secreto de Lenin está precisamente en su facultad de continuar su trabajo de crítica y preparación sin aflojar nunca en su empeño, después de la derrota de 1905, en una época de pesimismo y desaliento. Marx y Engels realizaron la mayor parte de su obra, aun independientemente de su eficacia revolucionaria, en tiempos que ellos eran los primeros en no considerar de inminencia insurreccional. Ni el análisis los llevaba a inhibirse de la acción, ni la acción a inhibirse del análisis.” Pero ocurre que, como Berl, García separa los tiempos de crítica (de espera en Berl) de los tiempos de preparación (de acción en Berl), separación que no existe ni puede existir para el revolucionario, sea profesional o no, pues, como acabamos de ver, a Marx, Engels y Lenin ni el análisis los llevaba a inhibirse de la acción, ni la acción a inhibirse del análisis, es decir que, en un tiempo en el cual lo principal puede ser el trabajo de crítica, la preparación es lo secundario y, por lo tanto, no puede ser puesto de lado (como propone García); y, en un tiempo en el cual lo principal puede ser la preparación, lo secundario es la crítica y, por consiguiente, no puede ser puesta de lado (como hace García). Pero hemos visto que, antidialécticamente, nuestro tergiversador de Mariátegui separa los tiempos de crítica de los tiempos de preparación, con el burdo pretexto de que en estos últimos el debate es “una discusión bizantina”, “un pleito de sabidurías”, pretexto que oculta mal su vergonzoso temor a un verdadero debate de ideas.

10.01.2024.


Denuncia

Nota:

Recibido el documento de denuncia de la agresión de la burguesía contra el intelectual socialista Jan Lust, le manifestamos nuestra solidaridad, y acompañamos su denuncia con las palabras y sentimiento que inspiraran en el poeta proletario Julio Carmona.

COMITÉ DE REDACCIÓN

 

Comparto este mensaje de Jan Lust, acompañado del siguiente ceñudo comentario:

Me rebela esa amarga experiencia que has tenido en las lindes académicas. Pero bien sabes que en los linderos populares tu aporte intelectual permanecerá como un chorro de luz que mata a nuestra sed de justicia. Camarada, confío en que otras puertas habrán de abrirse para que irradies tu luz. Un abrazo, emocionado. Qué más da: Emocionado.

 

A la opinión pública

Mi nombre es Jan Lust, soy originario de los Países Bajos. En marzo de 1999 llegué al Perú. Viví acá desde entonces, más de 25 años. Durante este tiempo, he trabajado como docente-investigador en diferentes universidades, como la Universidad del Pacífico (UP), la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) y la Universidad Ricardo Palma (URP).

Mi viaje al Perú y mi permanencia en este país fueron motivados por razones sociales y políticas. Mi principal objetivo era contribuir a procesos que apuntaran a generar profundos cambios políticos, económicos y sociales en la sociedad. Mi primer viaje como turista fue en 1998. Fue, entonces, que me convencí de que el Perú era el lugar donde quería dejar los mejores años de mi vida.

Con relación a mi pensamiento político, consideraba que la riqueza producida por todos debería ser para todos. Mi enfoque no se basaba en trabajar a favor de una mejor distribución de la riqueza, sino en buscar los cambios de los procesos productivos. Pensaba, y aún pienso, que el país necesita cambios transformacionales hasta las raíces.

Mi motivación por contribuir a los cambios estructurales en el Perú me llevó, por un lado, a realizar actividades académicas e intelectuales y, por otro lado, a participar en diversos procesos no académicos. Siempre traté de relacionar mi trabajo intelectual con la concientización de la necesidad de un cambio político, económico y social.

Por esta razón, los temas que trato en mis libros abordan la lucha revolucionaria de la década de 1960; el desarrollo político, económico social en el período 1980-2016; y el carácter estructural y sistémico del subdesarrollo en el Perú. En todos ellos analizo los problemas políticos, económicos y sociales que impidieron los necesarios cambios transformacionales. Mis artículos y capítulos de libros sobre los procesos guerrilleros en la década de 1960, lucha armada en la década de 1980 y 1990, izquierda peruana en la década de 1980, modelo económico 1 neoliberal, estructura económica del país, extractivismo, minería y poder económico, precariedad laboral, carácter estructural de la inequidad en el Perú, Estado peruano, Covid-19, sociedad civil, captura del poder, estructura de clases del país y lucha de clases en los últimos años, entre otros, buscan interpretar y facilitar los cambios de la realidad peruana.

A estas alturas, debo decir que mi contribución al cambio transformacional desde el campo académico peruano está terminándose. La derechización de la política peruana, expresada en la dominación de la extrema derecha en el Congreso, la generalización de la mediocridad en la academia y el imperio del pensamiento único han causado que ya no pueda continuar contribuyendo en la misma forma como antes. Ahora, después de 25 años, las puertas académicas se me han cerrado.

Lo que, a continuación, les cuento es mi testimonio sobre el final de mi estadía en el Perú. Empezaré por el último suceso que me ocurrió en la URP. El miércoles 17 de abril del presente año, tres personas de la seguridad universitaria intentaron expulsarme a la fuerza de mi oficina en el Centro de Investigación. Me dijeron que ya no trabajaba en la universidad. Eso fue una completa sorpresa para mí. Ese día, no lograron sacarme de mi oficina. Pero, el 19 de abril, dos días después, me prohibieron la entrada a la universidad. Incluso, para asegurarse que de ninguna manera yo pudiera entrar, al parecer, las autoridades dispusieron de apoyo de una seguridad “especial”. Este hecho me demostró que la extrema derecha ya había tomado la dirección de la URP.

Al parecer, mi expulsión de la universidad es el resultado de una calumnia de años atrás. Hace cuatro años, surgieron acusaciones de que yo estaba difundiendo el “pensamiento Gonzalo” en mis clases virtuales del doctorado en Ciencia Política. En ese entonces, las autoridades jerárquicas no dieron valor a estas acusaciones y fueron consideradas como acusaciones de carácter difamatorio y sin ningún sustento. Aunque estas mismas autoridades nunca quisieron revelar la fuente, los indicios apuntaban que el origen de las imputaciones fue otra autoridad 2 dentro de la URP, relacionada con las fuerzas de la extrema derecha en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales. En marzo de 2020, al comienzo de la pandemia, esta misma autoridad aprovechó la oportunidad para retirarme del curso que dictaba desde 2016 en la mencionada facultad y sin motivación académica alguna.

El cambio de las autoridades de más alto nivel, a fines de 2023, modificó radicalmente mi situación en la URP. Ahora empezaba a correr el rumor de que yo estaba relacionado con el Movimiento por la Amnistía y Derechos Fundamentales (MOVADEF), una organización vinculada con Sendero Luminoso e, incluso, se contaba con la existencia de videos que demostraban esta relación. Al igual que en el caso de mi supuesta difusión del “pensamiento Gonzalo” en mis clases virtuales, tampoco existían evidencias.

Mi caso es un ejemplo del famoso “terruqueo” que la derecha aplica a todos los que luchan por el bienestar de las grandes mayorías, a todos los que critican abiertamente el modelo económico vigente en el país desde la década de los noventa, a todos los que se declaran en contra de la explotación del ser humano por otro ser humano, a todos los que abogan por un cambio transformacional, hasta las raíces, de nuestra sociedad, y a todos los que se identifican con el pensamiento crítico, el libre desarrollo de las ciencias y en oposición al pensamiento único.

Esta última acusación parece haber llegado a los oídos de las nuevas autoridades de la URP. Argumentando que no había estudiantes para mis cursos, rescindieron mi contrato unilateralmente. De acuerdo con lo que me dijeron extraoficialmente, habrían sido estas nuevas autoridades jerárquicas quienes me prohibieron continuar trabajando en la universidad.

El hecho de que la URP decidiera terminar mi contrato no fue una sorpresa para mí, pero sí la confirmación del costo de tener una opinión contraria a las fuerzas dominantes. En 2004, por ejemplo, me cancelaron el contrato en la primera universidad peruana que trabajé por razones similares a las ocurridas en la URP. En otra ocasión, en una universidad considerada una de las mejores en el rubro de los negocios, me dijeron 3 verbalmente que no pudieron contratarme porque yo era de izquierda. Asimismo, en otra importante institución universitaria me retiraron de un curso el mismo día en que había sido aceptado formalmente. Es decir, el día en que se había acordado, con los encargados del curso, que yo dictaría algunas secciones sobre la realidad nacional, recibí una llamada de una supuesta autoridad en la que me dijeron que no había suficientes estudiantes para contratarme. Luego, me enteré de que esta autoridad estaba relacionada con la minería en el Perú, lo que me hizo suponer que estaba informado al respecto de los temas de mis artículos.

En el 2023, participé en la PUCP en un concurso para una plaza en el Departamento de Economía. El Consejo de Departamento me retiró del concurso por no cumplir con un número de criterios que no fueron publicados en la convocatoria antes y durante del concurso. Nadie podía cumplir estos criterios, porque tenían un carácter subjetivo que, discretamente, sirvió para rechazar mi postulación.

Lo que ha pasado conmigo no es nuevo y no es único. Aunque sus casos no son conocidos, hay decenas de personas en el Perú que pierden su trabajo por razones políticas. No son conocidos porque estas personas no quieren perder oportunidades laborales futuras en el medio. Es comprensible, pero creo que debemos sentar un precedente, porque el deseo de la derecha es silenciarnos con el miedo. Yo lo denuncio y lo hago público.

Desde el lado de corazón, podemos decir que esto forma parte del oficio, pero no es algo fácil de asumir. Perder el trabajo en el Perú puede tener grandes consecuencias sociales y, mucho más aún, cuando es por razones políticas. No es solo un atentado al bienestar del directamente involucrado, sino también al bienestar de nuestras familias y de otras personas relacionadas. Sobre todo, es un atentado al desarrollo de una sociedad libre y democrática.

Las situaciones vividas en la URP son evidencia de un claro avance de la extrema derecha en el Perú. Los problemas que he tenido en otras universidades demuestran que la academia no está exenta de la lucha de clases. La derecha, liberal o conservadora, siempre trata de silenciar 4 a las voces antagónicas que buscan la transformación social y el bienestar para los productores de la riqueza nacional, en la academia y en cualquier otro lugar en la sociedad.

Hoy, en el Perú, la situación no es favorable para las fuerzas del cambio social y de la felicidad. Sin embargo, esto no implica que debamos retirarnos y guardar silencio. Si callamos, el viento de las fuerzas del pasado y de la oscuridad se convertirá en una tormenta.

Denunciamos, sufrimos y peleamos para que la alegría de construir un país para todos sea un horizonte realizado.

¡Resistir, ahora, es vencer mañana!

Lima, 3 de agosto de 2024

Jan Lust

janlust@ymail.com

Mensaje presidencial

La Farsa del Mensaje Presidencial *

Cesar Risso

LA DEFENSA DE LOS DERECHOS de las minorías, según Dina Boluarte, es el objetivo declarado, pero falso, del actual gobierno.

“A lo largo de estos 200 años […] hemos ido reconociendo el aporte de los diversos pueblos del Perú y también la necesidad de hacer efectivos los derechos para todas las peruanas y peruanos, especialmente de las minorías, grupos que han sido históricamente discriminados, como los pueblos indígenas u originarios y el pueblo afroperuano. Seguiremos luchando contra el racismo, el machismo y todas las formas de violencia. El Perú del Bicentenario avanza hacia la igualdad de oportunidades incluyendo en ese camino a toda la diversidad de su población.”

Desde la propuesta de los socialistas no se trata de defender a las minorías ni a las mayorías. Se trata de que el pueblo se organice y ejerza su propia defensa, más aún, que, de la defensa contra los ataques de la burguesía, pase a la expropiación de los expropiadores, que derrote a la burguesía y se organice como clase dominante. La lucha de las clases trabajadoras, de las mayorías, sometidas de diversas formas al dominio del capital nacional e imperialista, y la superación de toda forma de explotación, es el objetivo del socialismo.

La defensa de las minorías es el estribillo que utiliza la burguesía con la finalidad de ocultar la explotación capitalista. Es una vergonzante forma de defender el capitalismo.

“Debo reconocer que también han sido instituciones democráticas, como este Congreso de la República, las que se pusieron de pie y preservaron con energía y patriotismo el orden constitucional, cuando éste fue atacado por los golpistas en diciembre del 2022.”

Rendir culto al actual Congreso, en los luctuosos hechos ocurridos por la destitución de Pedro Castillo, que no fue otra cosa que la conclusión de toda la campaña contra su persona como jefe de Estado; que a todas luces fue un complot del que participara Dina Boluarte, es el reconocimiento de su complicidad. Pero también, la pública y abierta adulación a los congresistas es un ridículo grito, una súplica, para no ser destituida.

Como le ha ocurrido en el asunto de los Rolex, Dina Boluarte reconoce sus delitos cada vez que presenta la justificación de sus acciones. Cuando afirma que defendió la democracia o la libertad o el estado de derecho, lo que hace es justificar los asesinatos justamente de quienes defendieron efectivamente la democracia, la libertad y el estado de derecho. Aunque esta democracia, esta libertad y el estado de derecho no sean otros que los del capitalismo, sin embargo, lo que defendía el pueblo era su derecho a colocar en el gobierno del poder a un candidato del pueblo, así como la defensa de aquellos resquicios de libertad del pueblo y estado de derecho que a través de sus luchas ha venido conquistando.

“¡Hace un año y siete meses defendimos juntos el mayor desafío de nuestra democracia! ¡Defendimos la libertad! ¡Defendimos el Estado de derecho! ¡Defendimos la economía social de mercado, la libre iniciativa privada y el derecho de nuestros ciudadanos al trabajo, al crecimiento y el progreso!”

Dina Boluarte nos presenta sus crímenes como un acto de heroísmo, lo cual nos pone frente a toda la podredumbre contenida en su ser; expone el crimen cometido contra el pueblo como si fuera la defensa del pueblo. Esta grotesca caricatura es una de las más pintorescas de la política peruana, que cada vez se extiende más, como en el caso de los congresistas en funciones.

La expresión: “Defendimos juntos”, además de ser el reconocimiento de los asesinatos cometidos por ella misma y por su gobierno, pretende hacernos cómplices de sus crímenes.

Su Mensaje a la Nación es una prueba de su incapacidad para reconocerse como parte del gobierno al que ella misma traicionó. Critica al gobierno de Pedro Castillo del que ella misma fue parte. De creerle, tendríamos que aceptar que Dina Boluarte carece de memoria de corto plazo. De seguir así, dentro de poco acusará a su propio gobierno de los crímenes cometidos, pero atribuyéndoselos a otro gobierno.

La creación de universidades, anunciada en el Mensaje Presidencial, no es lo mismo que la radical reforma educativa que nuestro país requiere. En este aspecto, como en casi todos, lo cuantitativo prevalece sobre lo cualitativo. De lo que se trata es de la difusión de contenidos que permitan desarrollarnos como sociedad, además de la forma en la que se debería de formar al pueblo a todo nivel. La Escuela del Trabajo, que es la propuesta del socialismo, y que se desarrolló en la Unión Soviética durante la vigencia del socialismo, así como la experiencia en la China comunista (excluidos los periodos de dominio del revisionismo) está fuera de la comprensión de Dina Boluarte. La educación actual en nuestro país, trata de dar cierto nivel de calificación a los obreros, y formar una casta de intelectuales que sirvan de capataces para someterlos; busca que las clases trabajadores acepten la fatalidad del capitalismo, y además que la defiendan; trata de convertir al pueblo, desde los primeros años de vida, en sumisos representantes de la ideología burguesa, y, en consecuencia, de sostenedores del capitalismo. En fin de cuentas, la educación que promueve la burguesía en el Perú y el mundo, es el llamado pensamiento único, esto es, la apología del capitalismo.

Cuando solo dos de cada 10 niños es capaz de comprender lo que lee, no podemos dejar de asociar este resultado a la educación burguesa a la que los someten. Tampoco se puede dejar de considerar la importancia que puede darle un niño a la lectura, cuando se encuentra con las barbaridades que dicen los congresistas y muchos alcaldes, como Rafael López Aliaga, o los textos que elevan a la categoría de presidente excepcional al criminal Alberto Fujimori, o con el Mensaje presidencial que adultera, de palabra, la realidad. Imaginemos un escolar de una zona marginal de Lima, leyendo parte del discurso de Dina Boluarte, mientras mira a su alrededor la pobreza en la que vive. Qué significado tiene la comprensión lectora. Significaría que tiene que aceptar que la pobreza en la que vive no es pobreza, y que el capitalismo no lo somete a él y a su familia a la miseria, sino que vive en el mejor de los mundos posibles. Quién podría comprender tanta incongruencia entre el discurso y la realidad.

“El Perú pasa por su situación más crítica en cuanto a la comprensión lectora en los estudiantes de nivel primario. Según la Evaluación Virtual de Aprendizajes (EVA 2021) del Ministerio de Educación, nuestro país cuenta con un retraso de 3 años en el aprendizaje. Además, la Evaluación Internacional de los Estudiantes (PISA) realizada en el 2022, reveló que apenas 2 de cada 10 niños peruanos son capaces de comprender lo que leen.”1

Si hiciéramos una comparación mecánica de las actitudes de Dina Boluarte, podríamos comparar la frase de Alan García cuando se veía acorralado por sus propios delitos, al exigir que prueben sus delitos: “Demuéstrenlo pues, imbéciles”, que fue el preludio de su suicidio; con la de Dina Boluarte, aunque más breve, cuando respondió ante los gritos de corrupta, con la frase: “Tu mamá”. ¿Será el preludio del suicidio de Dina Boluarte? Dada su falta de memoria de corto plazo, es casi imposible que lo sea. Es más, cuando termine su mandato, como sea que lo termine, con seguridad no tendrá la capacidad ni siquiera de saber de qué la acusan, ni probablemente recuerde que asumió la presidencia de la República.

La demagogia de Dina Boluarte no tiene límites. De forma descarada dice lo contrario de la realidad. Y, como ya indicamos, pareciera que carece de memoria de corto plazo. Pero, con seguridad, en su conciencia martillean las balas que asesinaron a los hijos del pueblo que luchaban contra su gobierno usurpador. Pretende reivindicar y defender los derechos de los pueblos indígenas, originarios, etc., aunque afirmó que “Puno no es el Perú”.

“hemos ido reconociendo el aporte de los diversos pueblos del Perú y también la necesidad de hacer efectivos los derechos para todas las peruanas y peruanos, especialmente de las minorías, grupos que han sido históricamente discriminados, como los pueblos indígenas u originarios y el pueblo afroperuano […]”

“Tenemos que proteger la tranquilidad de los 33 millones de peruanos. Puno no es el Perú. Los que están generando la violencia, creo que también la prensa internacional debería de comunicar que el gobierno no está generando la violencia, que el gobierno quiere la paz y tranquilidad”, afirmó.2

Las palabras con las que concluye el Mensaje Presidencial, dados sus antecedentes, suenan a amenaza:

Como manda la Constitución, en abril próximo, convocaré a elecciones generales. Así, el Perú revitalizará su institucionalidad y su democracia, mediante el acto soberano de los ciudadanos para elegir a sus autoridades. Nuestro deber como gobierno será asegurar orden, paz y libertad en ese proceso fundamental de nuestro sistema democrático.”

Ya sabemos lo que quiere decir Dina Boluarte cuando afirma que el gobierno asegurará el orden, la paz, etc., y la pregunta que de esta advertencia deriva: "¿cuántas muertes más quieren?"3  

El pueblo organizado sabrá aleccionar a Dina Boluarte por sus crímenes, pero por encima de los títeres están los titiriteros: la burguesía y el capitalismo. Derrotar a la burguesía y superar el capitalismo son los objetivos de las clases trabajadoras.

___________

(*) Las citas corresponden al Mensaje Presidencial, salvo que se indique la fuente.

(1) https://www.revistaeconomia.com/la-lectura-en-el-peru-esta-en-crisis-y-necesita-acciones-rapidas/#:~:text=Seg%C3%BAn%20la%20Evaluaci%C3%B3n%20Virtual%20de,de%20comprender%20lo%20que%20leen.

(2) https://www.infobae.com/peru/2023/01/25/puno-no-es-el-peru-gobierno-afirma-que-frase-de-dina-boluarte-no-fue-una-expresion-de-discriminacion-ni-soberbia/

(3) https://www.dw.com/es/dina-boluarte-cu%C3%A1ntas-muertes-m%C3%A1s-quieren-en-per%C3%BA/a-65917599

 


Economía

Economía Peruana, Sin Desarrollo Ni Crecimiento*

Cesar Risso

VEAMOS ALGUNAS DE LAS CIFRAS mostradas por Dina Boluarte en su Mensaje a la Nación, así como algunos datos adicionales de nuestra economía.

“En el primer trimestre de este año se viabilizó 4 grandes proyectos mineros Reposición Antamina, Yumpaq, Huancapetí y Reposición Tantahuatay, lo que ha permitido habilitar inversiones por más de 2,470 millones de dólares, que contribuirán a la generación de más de 50,000 puestos de trabajo en etapa de construcción de mina y más de 10,000 puestos de trabajo en etapa de operación.”

Esta propuesta que nos presenta el impacto en el empleo, suma dos fases del proyecto: la primera corresponde a la de construcción, con más de 50.000 puestos de trabajo; y la segunda, que es la de operación, con más de 10.000 puestos de trabajo. Pero cada fase es distinta, lo que significa que, una vez concluida la etapa de construcción, los 50.000 puestos de trabajo se perderán, y solo quedarán 10.000 puestos de trabajo.

En su mensaje, Dina Boluarte, confunde la realidad con lo proyectado. La sensación que deja es que cree que los proyectos ya han sido realizados, y que las cifras que presenta son una realidad. Este es un caso extraño de confusión de lo ideal con lo real, del futuro con el presente. Pero esta confusión no es tal, sino mas bien el intento de confundir al pueblo, para encubrir su incapacidad.

“Después de la recesión económica del año 2023, nuestra economía recupera su crecimiento, superando todas las expectativas y pronósticos, creció 5,3% en el mes de abril. Las condiciones que hacen posible este crecimiento se mantendrán a lo largo del año, por lo que esperamos que la economía peruana cierre el 2024 con un crecimiento superior al 3,1%. Este sólido desempeño refleja la resiliencia de la economía peruana ¡Nos comprometimos a recuperar nuestra capacidad de crecimiento y en ese camino estamos! ¡No hay marcha atrás!”

Utiliza como prueba del crecimiento de nuestra economía, aunque no sabe por qué creció, el dato de un solo mes, el de abril, que fue del 5,3%, pero añade que, de seguir así, creceremos este año en más del 3,1%. Con su ignorancia de los motivos de la cifra de abril, muy bien pudo haber afirmado que ese crecimiento podría extrapolarse al crecimiento anual del 2024, y en consecuencia crecer más de 5,3%.

Menciona miles de millones de dólares en inversión de proyectos, que como es natural tienen un periodo de maduración, como la causa del crecimiento de un mes. Por lo visto, esta señora no tiene ni siquiera claras las nociones de causa y efecto.

La bonanza económica de la que habla Dina Boluarte es simple propaganda, además de falsa.

“‘La debilidad estructural del gobierno, y ministros de economía renuentes o incapaces de asegurar la sostenibilidad fiscal, tiene finalmente sus primeras y tangibles consecuencias: la rebaja por S&P de nuestra calificación crediticia a ‘BBB-’, el último eslabón de grado de inversión’, señaló en un mensaje difundido en X, antes Twitter.”

“La agencia destacó entonces que el cambio de poder reflejaba un incremento en el estancamiento político. ‘Este evento aumenta la incertidumbre sobre la estabilidad institucional de Perú y su habilidad para preservar políticas económicas esenciales, así como para fomentar el crecimiento económico’, indicó en su anuncio.”1

Las cifras que baraja el gobierno tienen un impacto real en las clases trabajadoras: “El informe ‘secreto’ del Midis: Hambre en el Perú durante el gobierno de Dina Boluarte supera los niveles de la pandemia.”2

Las cifras se pueden manipular para que parezcan lo contrario de lo que realmente significan. Por ejemplo, la tasa de desempleo creció, lo que quiere decir que, en términos porcentuales y absolutos, hay más desempleados. Sin embargo, el titular que transcribimos dice que continúa la recuperación de empleos. Es decir, que al haber aumentado la población la disminución porcentual de empleos significa también que hay un mayor número de empleos. Como se puede apreciar, la forma de presentar los datos pretende hacernos creer que el empleo se está recuperando.

“La tasa de desempleo aumentó, sin embargo, continúa la recuperación de empleos”3

Por ningún lado es creíble lo que se afirma en el Mensaje Presidencial.

“En el periodo 1950-2019 el PBI creció a una tasa promedio anual de 3,8%, presentando periodos de expansión y de recesión, tanto en contextos de una mayor participación del mercado y la actividad privada, como en aquellos donde el papel del Estado en la actividad económica tuvo preponderancia.”4

La tasa de crecimiento anual del PBI cayó el año 2023 en -0,6%, mientras que el PBI por persona cayó en -1,5%.

Como se puede apreciar no existe el impacto positivo en la economía peruana de las políticas implementadas por el gobierno de Dina Boluarte. La falsedad de los resultados que esgrime como parte del éxito de su gestión, que como podemos observar es en este caso un fracaso, la sufren los mismos pobladores y clases trabajadoras en carne viva.

Como la burguesía en su conjunto, Dina Boluarte solo tiene en cuenta la inversión. Y este solo dato es insuficiente para un cambio en nuestro país. No basta con el crecimiento que se pretende mostrar. Es necesario conocer la estructura económica y social; hay que estudiar el grado de explotación al que es sometido nuestro país por el imperialismo; hay que conocer nuestro desarrollo científico y tecnológico, etc. Nada de esto está en la base de la propuesta de política económica del gobierno, como no lo ha estado en ninguno de los gobiernos de derecha que hemos tenido.

Las condiciones actuales no solo no permiten el crecimiento económico capitalista, menos aún el desarrollo económico (tomando en cuenta el índice de desarrollo humano del PNUD). En una expresión descriptiva, nuestro país, desde el punto de vista económico, es primario exportador, semi industrial y dependiente. Es decir, ahora en términos científicos, nuestro país es capitalista semicolonial, con sectores como las comunidades campesinas de la sierra y las comunidades nativas de la selva, que configuran nuestra formación económico-social capitalista.

Por lo visto y vivido, el gobierno de Dina Boluarte solo busca llegar al 2026. No pretende mejorar las condiciones de vida de las clases trabajadoras, ni mejorar la economía del país, ni transformarnos en un país industrializado. Su miopía económica y política, al igual que su incapacidad, además de ser títere de la burguesía y de los mediocres congresistas de turno, no le dejan otra alternativa que mentir acerca de la economía de nuestro país.

La presencia de Dina Boluarte en el gobierno, y su papel en la economía, no pasa de ser un exabrupto, un accidente político, pero que se le ha encargado el papel de sostener el capitalismo, para entregar la posta del gobierno a algún representante más confiable para la burguesía.

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(*) Las citas corresponden al Mensaje Presidencial, salvo que se indique la fuente.

(1) https://www.infobae.com/peru/2024/04/26/sp-rebajo-calificacion-crediticia-de-peru-a-bbb-crisis-politica-provoco-caida-de-confianza-de-inversionistas/

(2) https://www.infobae.com/peru/2024/08/01/el-informe-secreto-del-midis-hambre-en-el-peru-durante-el-gobierno-de-dina-boluarte-supera-los-niveles-de-la-pandemia/

(3) https://tyba.pe/blog/tasa-de-desempleo-en-peru-trimestre-mar-may-2024/#:~:text=Entre%20marzo%20y%20mayo%20del,la%20cantidad%20de%20personas%20empleadas.

(4) https://m.inei.gob.pe/prensa/noticias/en-las-ultimas-7-decadas-economia-peruana-crecio-a-un-promedio-anual-de-38-12180/


Stalin

Stalin. Historia y Crítica de Una Leyenda Negra

(6)

Domenico Losurdo

Más importante que cada una de las batallas es la imagen de conjunto: «El sistema estaliniano consiguió movilizar a la gran mayoría de la población y la práctica totalidad de los recursos»; en particular la «capacidad de los soviéticos» fue «extraordinaria», en una situación tan difícil como la creada en los primeros meses de la guerra, a «la hora de evacuar y de reconvertir después a la producción militar un número considerable de industrias». Sí, «puesto en pie dos días después de la invasión alemana, el Comité de evacuación consiguió desplazar al este 1.500 grandes fábricas, tras la realización de operaciones titánicas de una gran complejidad logística»81. Por otro lado, este proceso de deslocalización había comenzado ya en las semanas o meses que preceden a la agresión nazi (infra, p. 319), confirmando ulteriormente el carácter fantástico de la acusación lanzada por Kruschov.

Hay más. El grupo dirigente soviético había intuido de algún modo el desarrollo de la guerra que se perfilaba en el horizonte, ya desde el momento mismo en que impulsó la industrialización del país: con un giro radical respecto a la situación precedente, había identificado «un punto central en la Rusia asiática», a distancia y resguardado de posibles agresores82. En efecto, sobre ello Stalin había insistido con fuerza, repetidas veces.

31 de enero de 1931:

se imponía la «creación de un campo industrial nuevo y bien dotado en los Urales, en Siberia, en Kazajistán». Pocos años después, el Informe presentado el 26 de enero de 1934 en el XVII Congreso del PCUS había llamado con satisfacción la atención sobre el poderoso desarrollo industrial que se había producido «en Asia central, en Kazajistán, en las Repúblicas Buriatas, Tártaras y Baskirias, en los Urales, en Siberia oriental y occidental, en el extremo oriente, etc.»83. Las implicaciones de todo ello no se le habían escapado a Trotsky, que pocos años después, al analizar los peligros de la guerra y el grado de preparación de la Unión Soviética, y al subrayar los resultados alcanzados por la «economía planificada» en el ámbito «militar», había observado: «La industrialización de regiones remotas, principalmente de Siberia, confiere a las regiones de la estepa y bosque una nueva importancia»84. Solamente ahora los grandes espacios asumían todo su valor y hacían más complicada que nunca la guerra relámpago utilizada por el estado mayor alemán.

Es precisamente en el ámbito del aparato industrial edificado en previsión de la guerra donde el Tercer Reich se ve obligado a afrontar las sorpresas más amargas, como muestran dos anotaciones de Hitler.

29 de noviembre de 1941: «¿Cómo es posible que un pueblo tan primitivo pueda alcanzar tales objetivos técnicos en tan poco tiempo?»

26 de agosto de 1942: «En lo que respecta a Rusia, es incontestable que Stalin ha alzado el nivel de vida. El pueblo ruso no sufría el hambre [en el momento del comienzo de la Operación Barbarroja]. En conjunto es necesario reconocer que: han sido construidos talleres de la importancia de las Hermann Goering Werke allí donde hasta hace dos años no existían sino aldeas desconocidas. Nos encontramos líneas de ferrocarril que no están en los mapas»85.

Llegados a este punto es conveniente dar la palabra a tres expertos, notablemente diferentes entre ellos uno ruso y los otros dos occidentales. El primero, que en su momento dirigió el Instituto soviético de historia militar, y que ha compartido el antiestalinismo militante de los años de Gorbachov, parece movido por la intención de retomar y radicalizar la requisitoria del Informe Kruschov. Y sin embargo, por los mismos resultados de su investigación, se ve obligado a formular un juicio bastante más matizado: sin ser un especialista y mucho menos el genio descrito por la propaganda oficial, ya en los años que preceden al estallido de la guerra Stalin se ocupa intensamente de los problemas de la defensa, de la industria de defensa y de la economía de guerra en su conjunto. Sí, en el plano estrictamente militar, únicamente a través de pruebas y errores, incluso graves, y «gracias a la dura praxis de la vida militar cotidiana» él «aprende gradualmente los principios básicos de estrategia»86. En otros campos, sin embargo, su pensamiento se muestra «más desarrollado que el de muchos líderes militares soviéticos». Gracias también a la larga práctica en la gestión del poder político, Stalin no pierde nunca de vista el rol central de la economía de guerra, y contribuye a reforzar la resistencia de la URSS con la transferencia hacia el interior del aparato bélico industrial: «es casi imposible subestimar la importancia de este empeño»87. El líder soviético presta finalmente una gran atención a la dimensión político-moral de la guerra. En este ámbito «tenía ideas totalmente fuera de lo habitual», como demuestra la decisión «valiente y clarividente», tomada pese al escepticismo de sus colaboradores, de efectuar el desfile militar conmemorativo del aniversario de la Revolución de octubre, el 7 de noviembre de 1941, en una Moscú asediada y acosada por el enemigo nazi. En síntesis, puede decirse que respecto a los militares de carrera y al círculo de sus colaboradores, «Stalin da prueba de un pensamiento más universal»91. Y es un pensamiento —puede añadirse— que no pasa por alto ni siquiera los aspectos más ínfimos de la vida y de la moral de los soldados: informado del hecho de que se habían quedado sin cigarrillos, gracias también a su capacidad para despachar «una enorme carga de trabajo», «en el momento crucial de la batalla de Stalingrado, él [Stalin] encontró tiempo para llamar por teléfono a Akaki Mgeladze, jefe del partido en Abjasia, la principal región productora de tabaco: "¡Nuestros soldados ya no pueden fumar! ¡Sin cigarrillos el frente no aguanta!"»88

En la apreciación positiva de Stalin como líder militar los dos autores occidentales van aún más allá. Si Kruschov insiste en los arrolladores éxitos iniciales de la Wehrmacht, el primero de los dos expertos mencionados expresa esta misma evidencia con un lenguaje bastante diferente: no sorprende que «la mayor invasión de la historia militar» haya conseguido éxitos iniciales: la réplica del Ejército rojo tras los devastadores golpes de la invasión alemana en junio de 1941 fue «la mayor producción de armas que el mundo hubiese visto nunca»89. El segundo investigador, docente de una academia militar estadounidense, a partir de la comprensión del conflicto en términos de su larga duración, de la atención reservada tanto a la retaguardia como al frente, de la dimensión económica y política, así como la propiamente militar de la guerra, habla de Stalin como un «gran estratega», de hecho como «el primer auténtico estratega del siglo veinte»90. Es una valoración de conjunto ampliamente coincidente con la del otro investigador occidental antes citado, cuya tesis de fondo, resumida en las solapas del libro, ve en Stalin al «mayor líder militar del siglo veinte». Obviamente se pueden discutir o matizar estas valoraciones tan lisonjeras; queda sin embargo claro el hecho de que, al menos en lo que respecta al tema de la guerra, el paisaje trazado por Kruschov ha perdido toda credibilidad.

Sobre todo por el hecho de que llegado el momento del examen definitivo, la URSS se muestra bastante preparada también desde otro punto de vista esencial. Volvamos a dar la palabra a Goebbels, que, al explicar las inopinadas dificultadas de la operación Barbarroja, aparte del potencial bélico del enemigo, remite también a otro factor:

Para nuestros hombres de confianza y a nuestros espías era casi imposible penetrar en el interior de la Unión Soviética. No podían adquirir una visión precisa. Los bolcheviques se han esforzado directamente en engañarnos. De toda una serie de armas que poseían, sobre todo armas pesadas, no hemos podido sacar nada en claro. Exactamente lo contrario de lo que se ha producido en Francia, donde lo sabíamos prácticamente todo y no podríamos haber sido sorprendidos de ningún modo.91

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(81) Werth 2007a), pp. 352 y 359-60.

(82) Tucker 1990), pp. 97-8.

(83) Stalin 1971-73), vol. 13, pp. 67 y 274.

(84) Trotsky 1988), p. 930 = Trotsky, 1968, p. 207).

(85) Hitler 1980), p. 366 conversación del 26 de agosto de 1942).

(86) Wolkogonow 1989), pp. 501 y 570.

(87) Ibid, pp. 501, 641 y 570-2.

(88) Montefiore 2007), p. 503.

(89) Roberts 2006), pp. 81 y 4.

(90) Schneider 1994), pp. 278-9 y 232. 91 Goebbels 1992), p. 1656 entrada del diario del 19 de agosto de 1941).


Arreglar

Millones de Muertos:

de Hitler y Hearst a Cinquest y Solzjenitsyn 

La historia de los supuestos millones de presos y muertos en los campos de trabajo y los muertos por el hambre en la Unión Soviética en los tiempos de Stalin. 

(Última parte) 

Mario Sousa

Robo y corrupción.

Este procedimiento constató Littlepage en Berlin en la primavera de 1931 cuando la compra de ascensores industriales para las minas. La delegación soviética era dirigida por Pjatakov, siendo Littlepage el especialista encargado de verificar y aprobar la compra. Littlepage descubrió el fraude con los ascensores de mala calidad, inútiles en la URSS, pero cuando comunicó el hecho a Pjatakov y a los otros miembros de la delegación soviética fue recibido de una manera fría y con exigencias de que aprobase la compra de los ascensores. Littlepage no la aprobó y pensó de que se trataba de una corrupción personal y que los participantes de la delegación recibían sobornos de la fábrica de ascensores. Pero Pjatakov confesó después en el juicio de 1937 su ligazón con la oposición trotskista y Littlepage fue obligado a constatar que lo que él había observado en Berlín era mucho más que una corrupción a nivel personal. El dinero era destinado al pago de las actividades de la oposición secreta en la URSS, actividades que comprendían el sabotaje, el terrorismo, los sobornos y la propaganda. 

Zinoviev, Kamanev, Pjatakov, Radek, Smirnof, Tomski, Bujarin y otros tan queridos en la prensa occidental burguesa, utilizaban los puestos que el pueblo soviético y el partido les había otorgado para robar dinero al Estado y para ser utilizado por los enemigos del socialismo en el extranjero para sabotear y combatir la sociedad socialista en la URSS. 

Planes para un golpe de Estado. 

El tipo de delito como el robo, el sabotaje y la corrupción es un delito grave, pero las actividades de la oposición irían mucho más lejos. La conspiración contrarrevolucionaria se preparaba para tomar el poder con un golpe de Estado en que toda la dirección soviética sería eliminada comenzando por el asesinato de las personas más importantes del Comité Central del partido comunista. La parte militar del golpe de Estado sería realizada por un grupo de generales encabezados por el Mariscal Toukhatchevski. 

Según Isaak Deutsher, el trotskista que escribió muchos libros contra Stalin y la URSS, el golpe de Estado iba a ser iniciado con una operación militar contra el Kremlin y contra las tropas más importantes en las grandes ciudades como Moscú y Leningrado. La conspiración era dirigida por Toukhatchevski en conjunto con Gamarnik, Jefe de los Comisarios Políticos del Ejército; el general Iakir, Comandante de la Plaza de Leningrado; el general Ouborevitch, Comandante de la Academia Militar de Moscú y el general Primakov, uno de los jefes de la caballería. 

El Mariscal Toukhatchevski era un antiguo oficial del Ejército zarista que después de la revolución se había pasado al Ejército Rojo. En 1930, cerca del 10% de los oficiales, o sea, 4500 eran antiguos oficiales del ejército zarista. Muchos de aquellos oficiales nunca habían dejado sus posiciones burguesas y esperaban en silencio una oportunidad para pelear por ellas. La oportunidad se presentó cuando la oposición se preparaba para dar el golpe de Estado. 

Los bolcheviques eran fuertes, pero los conspiradores civiles y militares trataron de captar poderosos amigos. Según la confesión de Bujarín en el juicio público en 1938, existía un acuerdo hecho entre la oposición trotskista y la Alemania nazi en la cual grandes regiones -entre ellas Ucrania- serían entregadas a Alemania nazi después del golpe de Estado contrarrevolucionario en la Unión Soviética. Este era el pago exigido por Alemania nazi por el apoyo prometido a los contrarrevolucionarios. Bujarín había sido informado de este acuerdo por Radek que sobre la cuestión había recibido una directiva de Trotsky. 

Todos esos conspiradores que habían sido elegidos para puestos altos para dirigir, administrar y defender la sociedad socialista, trataban en realidad de destruir el socialismo. Es preciso esclarecer que todo esto pasó en el decenio de los años 30 cuando el peligro nazi crecía sin parar y los ejércitos nazistas ponían a Europa en la hoguera y preparaban la invasión de la URSS. Los conspiradores fueron condenados a muerte como traidores en un juicio público. Los acusados de sabotaje, terrorismo, corrupción, intento de asesinato y los que querían entregar una parte del país, no podían esperar otro fin. Llamarlos víctimas es un error total. 

Mas cifras falsas. 

Es interesante saber cómo la propaganda occidental a través de Robert Conquest ha mentido sobre las depuraciones en el Ejército Rojo. En su libro “El gran terror” dice Conquest que en 1937 habían 70.000 oficiales y comisarios políticos en el Ejército Rojo y que 50% de esos, o sea, 15.000 oficiales y 20.000 comisarios habían sido arrestados por la policía política y que habían sido ejecutados o hechos prisioneros perpetuos en los campos de trabajo. En esta afirmación de Conquest -como en todo el libro- no existe nada de verdad. 

El historiador Roger Reese en su trabajo ”The Red Army and the Great Purgues”, nos da hechos y nos muestra el verdadero significado que las depuraciones de 1937 y 38 tuvieron para el ejército. El número de personas en posiciones de dirigentes en el Ejército Rojo y en la aviación, o sea, oficiales y comisarios políticos era de 144.300 en 1937 creciendo a 282.300 hasta 1939. Durante las depuraciones de 1937 y 38 fueron despedidos 34.000 oficiales y comisarios por motivos políticos, pero antes de mayo de 1940 ya habían sido rehabilitados y reintegrados a sus puestos 11.596 de ellos. Esto significa que durante las depuraciones de 1937 y 38 fueron despedidos 22.705 oficiales y comisarios políticos (alrededor de 13.000 oficiales del ejército, 4700 de la aviación y 5.000 comisarios políticos), lo que es el 7,7% de todos los oficiales y comisarios y no el 50% como Conquest decía. De ese 7,7% fue una parte condenada como traidores, pero para la gran mayoría el material histórico a disposición indica que pasaron a la vida civil. 

Una última pregunta. 

¿Fueron justos los juicios de 1937 y 1938 para con los acusados? Veamos por ejemplo el juicio contra Bujarin, el funcionario más alto del partido que trabajaba para la oposición secreta. Según el embajador norteamericano en Moscú por aquellos años, un conocido abogado de nombre Joseph Davies que estuvo en el tribunal durante todo el juicio, se le permitió a Bujarín hablar y exponer su caso sin el menor impedimento. Joseph Davies escribió a Washingtone que durante el juicio se demostró que los acusados eran “culpables de los crímenes que les imputaban” y que “la opinión general entre los diplomáticos que asistieron al proceso es de que se comprobó la existencia de una conspiración muy grave”. 

¡Aprendamos de la historia! 

La discusión sobre el sistema correccional soviético durante el tiempo de Stalin, sobre lo cual se ha escrito millares de artículos y libros con mentiras y se han filmado centenas de películas falsas, nos entrega algunas enseñanzas. De hecho nos muestra una vez más que la historia sobre el socialismo que se divulga en la prensa burguesa en gran medida es falsa. La derecha tiene posibilidades a través de la prensa, radio y televisión de confundir y distorsionar los hechos haciendo que las grandes masas comprendan las mentiras como si fuesen verdades. Esto es válido, especialmente, tratándose de cuestiones históricas. Es por ello que las nuevas historias de la derecha deben ser consideradas como falsas mientras no se haya comprobado lo contrario. Esta actitud cautelosa es necesaria. El hecho es que a pesar de que la derecha conoce los informes de los investigadores rusos, continúan publicando las mentiras que han sido enseñadas en los últimos 50 años y que ahora han sido totalmente puestas al descubierto. La derecha continúa con su herencia histórica: una mentira repetida muchas veces termina siendo verdad. 

Después que los informes de los investigadores rusos fueron publicados en Occidente, han aparecido libros en muchos países con el único propósito de combatir los informes rusos y hacer nuevamente que todas las viejas mentiras parezcan verdades. Son libros caros, hojas tras hojas con mentiras sobre el comunismo y el socialismo. ¡Las mentiras de la derecha son repetidas para combatir a los comunistas de hoy! Las mentiras son para que los trabajadores no encuentren alternativa alguna al capitalismo y al neoliberalismo. Esto es parte de la guerra sucia contra los comunistas y la sociedad socialista que son la alternativa para el futuro. ¡Es por ello que se publican libros con viejas mentiras! 

Todo esto exige a los que tenemos una visión socialista de la historia tomar la responsabilidad de hacer de los periódicos comunistas ¡los periódicos de la clase obrera! Y así resistir a las mentiras de la burguesía. Esta es una de las tareas más importantes en los combates de clase que en un futuro inmediato se desarrollará con renovadas fuerzas.


Dialéctica

El Concepto Como Reflejo de lo Universal en los Fenómenos*

P. V. Kopnin

EL CONOCIMIENTO CIENTÍFICO tiene por fin la aprehensión de la esencia del fenómeno, de la ley de su dinámica y desarrollo. El hombre necesita conocer las leyes de la naturaleza y de la sociedad para que su actividad práctica sea eficiente.

El conocimiento de la ley, de la esencia de los fenómenos, se manifiesta en forma de conceptos y categorías. Lenin ha subrayado en reiteradas ocasiones que el concepto genérico es el reflejo de la esencia de la ley de la naturaleza y la sociedad.

El concepto1 no es el punto de partida del conocimiento, sino su resultado. La formación del concepto viene a ser el pro ducto de un largo proceso de conocimiento, el balance de una determinada etapa de desarrollo del saber, la expresión concentrada de conocimientos ya conseguidos.

En oposición al idealismo, el materialismo dialéctico considera que el concepto es una forma peculiar de reflejo de los objetos, de las cosas del mundo material y de las leyes de su movimiento. Los conceptos son objetivos por su contenido. Incluso los conceptos más abstractos tienen sus analogías, sus prototipos en el mundo objetivo. En el concepto se refleja el contenido encerrado en las cosas.

El idealismo, que niega el contenido objetivo de los conceptos humanos, especula particularmente con los conceptos matemáticos y lógicos; estos conceptos, según los idealistas, son un juego del intelecto o bien simples acuerdos convencionales.

Poincaré considera que los conceptos geométricos provienen de las honduras de nuestro espíritu y que la experiencia no es más que la ocasión que obliga a que se manifieste ese concepto.

El idealismo interpreta erróneamente uno de los conceptos básicos de las matemáticas: el concepto de número, que se deduce ya de las tesis de la lógica (logística), ya de la intuición (intuicionismo). Para Wundt, los "... conceptos matemáticos se obtienen cuando nos abstraemos de todos los elementos de la re presentación que tienen su origen en el objeto”.2 Así. pues, en el concepto de número perdura únicamente el nexo entre los diversos actos del intelecto, al margen de todo contenido. Otros manifiestan que, en general, el origen del número es misterioso y consideran inútil buscar su procedencia.

Los filósofos y los científicos materialistas progresistas anteriores a Marx y a Engels abogaban ya por una interpretación materialista de los conceptos en general y de los conceptos matemáticos en particular. Así, el gran matemático ruso Lobachevski dio una interpretación materialista a la esencia de los conceptos matemáticos, poniendo de manifiesto los vínculos entre los conceptos de la geometría y el movimiento de la materia. Lobachevski decía que el hombre aprehende en la naturaleza el movimiento y todo... “Los conceptos, por ejemplo, los geométricos, son un producto artificial de nuestra mente, estando tomados de las propiedades del movimiento...”3

En sus críticas a Dühring, Engels da a conocer el carácter objetivo de los conceptos matemáticos de número y de figura, que son el reflejo de los nexos y las relaciones de las cosas y los objetos del mundo material. Al principio existen las cosas dota das de una forma determinada y luego aparecen los conceptos geométricos de esas cosas.

Incluso la propia operación del cálculo matemático demuestra el considerable desarrollo del entendimiento humano. La ciencia sabe que el hombre, en las primeras fases de su desarrollo, no tenía el concepto de número abstracto y que el cálculo no estaba vinculado a palabras especiales, los números, sino a ciertos objetos concretos, a caracteres que distinguen un individuo de otro. A la pregunta de cuántos animales tenía en su rebaño, el hombre de aquel entonces no respondía con un número determinado, sino enumerando los objetos: tengo una oveja con una mancha negra en un costado, una oveja con dos manchas, etc.

Los conceptos matemáticos son el reflejo de las relaciones cuantitativas y de las formas espaciales de los objetos del mundo material, vienen a ser copias unilaterales de los fenómenos de la realidad objetiva. Para obtener estos conceptos se precisa un gran poder de abstracción.

Los conceptos de otras esferas de la ciencia son también formas de reflejo de la realidad. Así, tras el concepto biológico de “especie”, según ha demostrado K. A. Timiriázev, se halla implícita la realidad objetiva, ya que refleja un grupo de seres parecidos entre sí que se diferencian de otros grupos de seres más parecidos a ellos.4

Algunos idealistas establecen netas diferencias entre los conceptos sobre los fenómenos de la naturaleza y los conceptos sobre los fenómenos de la vida social. Se inclinan a reconocer que el concepto de la naturaleza corresponde a los hechos y equivale a sus sensaciones; en cambio los conceptos sobre los fenómenos de la vida social no se infieren siquiera de los hechos comprendidos. En relación con lo dicho resulta interesante analizar los razonamientos de Ralph Winn en su artículo Naturalismo filosófico.5

Winn divide, en primer lugar, todos los conceptos en naturalistas y no naturalistas. Los primeros están basados en los hechos y los segundos en la fantasía. Denomina naturalista a su filosofía porque trata tan sólo con conceptos deducidos de hechos firmemente establecidos.

A diferencia de los conceptos sobre la naturaleza, los sociales no se deducen del estudio de la vida, sino que se crean al margen de ella. “La naturaleza física —escribe Winn—, tal como es, antecede a los conceptos humanos siempre que estos últimos no sean una fantasía o un error. Pero la sociedad se mueve con frecuencia por conceptos y, en este caso, los conceptos son verdaderamente apriorísticos con relación a la realidad (una realidad cultural).”6

Winn considera que, en un principio, se originó el concepto de dinero y solamente después el propio dinero; que sin este concepto, el dinero no existiría. Por lo que se refiere a los conceptos de la vida social, la cuestión que se plantea no se refiere a su certeza o falsedad, sino a la posibilidad de su realización en la vida. Su capacidad de realización está determinada por el grado de su atractivo para los individuos y los grupos. “Las ideas —escribe Winn— han de apelar, por otra parte, más a los sentimientos que a la razón. Deben prometer (no es obligatorio que lo cumplan en la realidad) satisfacer las necesidades o los deseos humanos.”7 Los comentarios sobran. Winn se refiere a los conceptos que difunde la venal prensa burguesa, los mercenarios plumíferos de la burguesía. Estos conceptos no son verdaderos, efectivamente; sus propagandistas pretenden engañar a los pueblos del mundo con promesas que jamás se cumplen. Claro está que estos conceptos influyen durante cierto tiempo sobre los hombres, pero los pueblos no tardan en convencerse de que son falsos.

Ejercen una acción verdaderamente eficaz sobre los hombres los conceptos que reflejan con certeza la vida social. Lenin decía que la teoría del marxismo es omnipotente porque es verdadera.

Los conceptos de las ciencias sociales: “mercancía”, “valor”, “producción”, “formación económico-social”, “capitalismo”, “pueblo”, etc., expresan determinadas relaciones sociales. El trabajo es una abstracción, un concepto, pero una abstracción “que en el proceso social de la producción se realiza cotidianamente”.8

La relación entre el concepto y el mundo objetivo tiene un carácter complejo y contradictorio. Entre el concepto y los objetos del mundo material no hay identidad. El concepto del objeto y el propio objeto no son una y la misma cosa. Las cosas, los objetos del mundo material existen en la realidad antes e independientemente de los conceptos humanos. El concepto no posee la realidad objetiva que es inherente a las propias cosas. Los conceptos son objetivos por su contenido únicamente, por su origen, pero son subjetivos por la forma de su existencia: existen en nuestra mente, en nuestra conciencia.

Entre el concepto y la propia cosa no hay tampoco identidad en el sentido de que la cosa tiene un contenido más rico que cualquier concepto que se tenga de ella. Ningún concepto puede abarcar toda la riqueza del objeto, del acontecimiento, del hecho, etc., concreto.

Engels, poniendo de manifiesto la complejidad de las relaciones entre el concepto y el objeto, escribía:

“... El concepto de la cosa y su realidad se mueven a la par, parecidas a dos asíntotas que se aproximan constantemente la una a la otra, pero que, sin embargo, nunca coinciden. Esta diferencia entre ambos es, precisamente, la diferencia debido a la cual el concepto no es la realidad directa e inmediata y la realidad no es el concepto directo de la misma. Por el motivo de que el concepto posee la naturaleza básica del concepto y que, por consiguiente, no coincide de un modo directo e inmediato con la realidad, de la cual se le debe abstraer primeramente, por este motivo es siempre, y a pesar de todo, más que una ficción...”9

Así, pues, el concepto, por una parte, no es idéntico a la realidad y, por otra, tampoco es una ficción con respecto a ella, sino que viene a ser su copia. El concepto y los fenómenos de la realidad constituyen la misma unidad que ofrece la imagen, la copia del original con el original propiamente dicho.

Carece de consistencia la opinión tradicional arraigada en la lógica de que el predicado “verdadero” o “falso” no es aplicable a los conceptos; esta opinión conduce de hecho a la negación del contenido objetivo de los conceptos, de su significación objetiva. Tiene validez con relación a los términos, pero no a los conceptos.

El concepto como forma de conocimiento carece de elementos sensibles. Sabemos que el concepto “valor” no contiene ni un átomo de sustancia de la naturaleza, que no se puede captar directamente por los sentidos. El concepto no es una imagen sensible, directa, la copia de algunas cosas, de algunos fenómenos de la realidad.

Cuando decimos que el concepto carece de elementos sensibles, lo decimos en un sentido estrictamente determinado, es decir, que el contenido del concepto no constituye una imagen sensorial de la realidad. Pero como el concepto existe realmente en forma de lenguaje, de palabra, el proceso de intercambio de conceptos no puede realizarse sin sentidos. Las palabras constituyen la base sensorial de los conceptos.

Además, si examinamos él proceso del pensamiento en las formas de concepto de un hombre vivo, concreto, veremos que los conceptos están vinculados a las representaciones y a la percepción. El pensamiento en forma de conceptos está acompañado frecuentemente de imágenes sensoriales.

El carácter peculiar del concepto como forma de reflejo de la realidad consiste, ante todo, en su universalidad.

Sin embargo, lo general no agota, ni mucho menos, la esencia del concepto como forma de reflejo de la realidad. Así, por ejemplo, podemos encontrar un rasgo común para la cereza y la carne (“roja y jugosa”), pero este rasgo, sin embargo, no nos permite formarnos un concepto sobre la carne y la cereza. Para el sensualista, el concepto es la simple fijación de lo general. En el proceso del pensar en forma de conceptos, no agrupamos los objetos de acuerdo a un indicio general, sino que ponemos de manifiesto su esencia. El concepto no refleja todas las propiedades del objeto, ni todo el objeto tal como es, sino sus pro piedades, aspectos, vínculos y relaciones esenciales, la ley de su movimiento y desarrollo. El concepto refleja su naturaleza universal. En el concepto se expresan elementos de la abstracción tales como el reflejo del fenómeno en su “aspecto puro”; el fenómeno aparece despojado de las formas casuales en que puede manifestarse una u otra ley. Engels consideraba como un gran mérito de Sadi Carnot el haber construido una máquina de vapor en la cual descartaba del proceso fundamental todo lo secundario.

Claro está que es imposible construir una máquina de vapor ideal, lo mismo que son irrealizables las líneas y las figuras matemáticas, pero esta abstracción, lo mismo que cualquier otra abstracción racional, tiene suma importancia para el estudio del fenómeno, para revelar sus leyes, pues permite examinar el pro ceso que se produce en la máquina de vapor en su aspecto puro, no deformado por las casualidades.

C. Marx, en El Capital, también analiza la “mercancía”, el “valor”, el “dinero” primeramente en su aspecto puro, haciendo abstracción de toda clase de relaciones, incluidas las burguesas, cosa que le permite esclarecer la esencia de esos fenómenos y comprender en toda su profundidad las relaciones de producción burguesas y otras, poner de manifiesto las leyes económicas de su desarrollo.

Sin embargo, del hecho de que en la forma del concepto se refleja lo universal no debe inferirse, ni mucho menos, que en el concepto se pierde todo vínculo entre lo general y lo singular. La universalidad del concepto tiene su propia base objetiva: la existencia en el propio mundo material de propiedades y nexos generales, de leyes objetivas de la realidad exterior.

El concepto como forma especial de juicio no refleja sola mente lo universal, sino lo universal en relación con lo singular. Lo singular en una u otra forma se halla reflejado en el concepto, aunque como forma del pensamiento tienda más que nada a reflejar lo universal. Lo singular existe, ante todo, en la génesis del propio concepto. Para formar un concepto se debe investigar una gran cantidad de fenómenos, hechos y cosas singulares. Los. clásicos del marxismo-leninismo han subrayado insistentemente la idea de que el estudio concreto de las diversas formas de la producción es indispensable para deducir las condiciones universales de la misma. Los populistas, por ejemplo, iniciaron su estudio con las siguientes interrogantes: ¿qué es la sociedad y qué es el progreso? Pero, ¿cómo se puede formar un concepto sobre la sociedad en general, sobre el progreso en general, si no se estudia concretamente ninguna formación económico- social? Lo singular (las cosas, los fenómenos, los hechos) constituyen el punto de partida en la formación del concepto.

El vínculo entre lo universal y lo singular se conserva a lo largo de toda la existencia del concepto. En el concepto se piensa lo universal, refiriéndolo a determinadas cosas, fenómenos y hechos singulares. Sin este vínculo (la referencia de lo universal a lo singular) no hay concepto.

El concepto se diferencia de otras formas de juicio por su predicado: en él se refleja lo universal. El concepto no es el predicado únicamente, sino todo el juicio. En la lógica burguesa, en particular en la kantiana, está muy difundida la opinión de que el concepto es el predicado de juicios posibles y se forma debido a que el predicado del juicio se extrae como algo independiente. Esta opinión es errónea y conduce al divorcio entre lo universal y lo singular, entre el concepto y el mundo objetivo.

Cuando los conceptos se conciben sólo como predicados de juicios posibles, entonces no puede decirse en realidad si son verdaderos o falsos. Los conceptos considerados como predicados de juicios posibles, no pueden ser una forma de reflejo de la realidad, ya que en la vida real lo universal sólo existe vinculado a lo singular y en el concepto existe como por sí mismo, sin referencia alguna a lo singular. Resulta que el concepto re fleja las propiedades del objeto, pero no se sabe de qué objeto.

En el juicio, el vínculo entre lo general y lo singular es evidente. Existe el predicado que es lo general; el sujeto, lo singular y la cópula que indica directamente que lo general, reflejado en el predicado, pertenece a lo singular reflejado en el sujeto. Por ejemplo, en el juicio: “él hierro es conductor de energía eléctrica”, el hierro es lo singular y la energía eléctrica, lo general.

Más evidente aún es el vínculo de lo general con lo singular en el razonamiento, donde se ve también lo particular (término medio) a través del cual se establece este nexo. Todos los metales son conductores de energía eléctrica, el hierro es un metal, el hierro es conductor de energía eléctrica. Lo particular es el “metal”. A través de él se establece el vínculo entre el hierro y la capacidad de conducir energía eléctrica.

En el concepto, como ya hemos indicado, este vínculo está velado, no aparece fraccionado en el sujeto, el predicado y la cópula. Cuando descubrimos lo universal en los fenómenos, centramos en ello nuestra atención como en lo básico, lo principal; por esta razón el predicado (lo universal) se extrae y denomina estrictamente; el subjeto (lo singular), en cambio, se vela; también se deja de lado el nexo entre lo universal y lo singular. Este nexo está oculto de un modo especial en los conceptos, ya que en ellos muchos aspectos del objeto no nos interesan. Esa falta de interés hacia los diversos aspectos del objeto conduce, precisamente, a una cierta nivelación de los objetos en el concepto, a la pérdida por el objeto de su individualidad y carácter específico. Así en el concepto “la producción en general”, expresamos nuestra indiferencia ante las peculiaridades específicas de la producción en las diversas épocas históricas. En este caso, las formas singulares de la producción nos interesan en tanto en cuanto poseen una universalidad propia de todas las formas de la producción, vinculada y referida a sus formas singulares.

El idealismo utiliza el carácter peculiar de los vínculos entre lo universal y lo singular en el concepto, su índole compleja y velada, para divorciar lo universal de lo singular y convertir el concepto en una esencia independiente, absoluta, separada de los objetos singulares de la vida real. El divorcio entre lo universal y lo singular en el concepto conduce a la separación de los conceptos del mundo exterior y constituye una de las fuentes gnoseológicas del idealismo.

Lenin indicaba que el idealismo no debía ser considerado como una bagatela, que no sólo tenía raíces clasistas, sino también gnoseológicas, por cuanto crecía en el árbol vivo del conocimiento. del cual venía a ser un parásito.

El idealismo toma un aspecto del complejo proceso del conocimiento, que tiene importancia en la realidad, lo deforma, lo aísla de otros aspectos y lo considera como absoluto.

El proceso del conocimiento es complejo y contradictorio; engloba muchos aspectos diversos. Lenin comparaba esquemática mente el proceso del desarrollo de nuestro saber con el movimiento. pero no en línea recta, sino curva, subrayando de este modo la complejidad de conseguir un conocimiento verídico. Cuando un segmento, un trozo de esa línea curva se convierte unilateralmente en una línea recta entera, independiente y se crea la posibilidad de separar el contenido de nuestro pensamiento del mundo exterior, el idealismo utiliza esa posibilidad.

En un principio, la interpretación metafísica de la trayectoria del conocimiento se debía al atraso de la sociedad y del entendimiento humano, pero luego se afianza por los intereses de clase de las fuerzas reaccionarias de la sociedad.

La historia de la filosofía demuestra que el idealismo vive a expensas de los aspectos más diversos del complejo proceso del conocimiento. El idealismo subjetivo de Berkeley, Hume y los machistas divorcia las sensaciones de su fuente objetiva; el relativismo separa el carácter relativo de nuestros conocimientos de su objetividad y lo erige en absoluto; el apriorismo y el kantismo, divorcian el fenómeno de la esencia; el rastrero empirismo y fenomenalismo separan lo sensible de lo racional.

Una de las fuentes gnoseológicas más importantes del idealismo es la separación de lo universal y lo singular, separación que conduce al divorcio entre el contenido del concepto del mundo que existe objetivamente. En el proceso de formación de los conceptos se asciende al conocimiento de lo universal. El idealismo comprende esta ascensión como la existencia autónoma de lo universal, del concepto, su independencia frente a los fenómenos singulares. Así procedía el idealismo primitivo, y encontramos lo mismo, pero no en forma tan rectilínea, en el idealismo moderno. “El desdoblamiento del conocimiento humano —escribe Lenin— y la posibilidad del idealismo (=religión) están presentes ya en la primera abstracción elemental «la casa», en general, y algunas casas.

“El modo como enfoca el entendimiento (del hombre) cada cosa, el calco que hace de ella (=concepto) no constituye un acto simple, directo, pasivo, cristalino, sino complejo, dividido, en zigzag, que incluye la posibilidad de que la fantasía nos aparte de la vida; más aún: la posibilidad de transformación (de una transformación, además, imperceptible, inconsciente para el hombre) de la idea, del concepto abstracto en una fantasía (=Dios, en última instancia). Ya que incluso la generalización más simple, la idea general más elemental (la «mesa» en general) encierra una cierta porción de FANTASÍA.”10

Vemos, pues, que el proceso de formación del concepto lleva implícita la posibilidad del idealismo, del divorcio entre lo universal y lo singular.

En cada concepto existe un elemento de fantasía. Hablamos de la “mesa”, de la “casa”, del “árbol”, de la “materia” en general, aunque en la realidad no existen la “casa” en general, el “árbol” en general, sino casa y árboles singulares, aislados. Lo general en el concepto posee cierta independencia relativa, su propia vida y dinámica. El idealismo convierte esa independencia relativa de lo universal en algo absoluto, debido a lo cual el concepto y el pensamiento, en su conjunto, se separan del mundo objetivo. El concepto como reflejo de lo universal simplifica la realidad, la esquematiza, hace de ella algo tosco. Ello es preciso para conocer más profundamente el mundo, para que progrese la ciencia.

W. Heisenberg, por ejemplo, escribe: “El estudio de la mecánica y de la óptica de Newton demuestra ya que la fuerza de ese desarrollo abstracto de la ciencia sobre la naturaleza descansa, ante todo, en su capacidad de abarcar de un modo simple las vastas esferas de la experiencia y de simplificar, unificar constantemente y cada vez más el cuadro de la naturaleza presentado por la ciencia. Los éxitos alcanzados en estos últimos años nos demuestran con la máxima claridad que la física atómica ha conseguido brillantes resultados en este sentido. No podemos dejar de expresar nuestro entusiasmo por el hecho de que la infinita multiplicidad de los fenómenos de la naturaleza en la tierra y en las estrellas puedan sistematizarse en un esquema tan sencillo de leyes. Por otra parte no debe olvidarse que esta unificación del panorama científico-natural del mundo ha costado muy cara: el progreso en la ciencia sobre la naturaleza se ha conseguido renunciando a presentar, con ayuda de las ciencias naturales, los fenómenos de la naturaleza en su directa vitalidad.”11

Esta tesis es indiscutible, pero no debe olvidarse que por mucho que se simplifiquen los conceptos, por mucho que se esquematice la realidad viva, siempre conservan su vínculo con ella por su contenido. El concepto se aparta de la vida inmediata a fin de entenderla con mayor objetividad y, en este sentido, aproximarse más a ella: “Los conceptos lógicos —escribe Lenin— son subjetivos mientras sigan siendo «abstractos», en su forma abstracta, pero al mismo tiempo expresan también las cosas en sí. La naturaleza es concreta y abstracta y es fenómeno y esencia y momento y relación. Los conceptos humanos son subjetivos en su abstracción, en su separación, pero objetivos en su conjunto, en el proceso, en el balance, en la tendencia, en el ori gen.”12 Esta dialéctica es desdeñada por muchos pensadores, que debido a ello acaban por caer en el idealismo.

La tesis de que los conceptos son el reflejo de la realidad objetiva no debe interpretarse de un modo primitivo y deformar para cada concepto su análogo directo en la naturaleza o en la sociedad. Es sabido que las necesidades internas del desarrollo científico crean conceptos que pese a estar vinculados y relacionados de una u otra manera con el mundo exterior, no tienen en él un análogo inmediato.

Los conceptos científicos forman un determinado sistema; no se puede arrancar, extraer de él arbitrariamente algunos conceptos y buscar en la realidad su directo modelo físico, ya que éste no se encuentra para todos.

El concepto comprendido como el reflejo de lo universal per mite comprender certeramente las interrelaciones del contenido y el volumen dentro del propio concepto. En lógica se entiende habitualmente por contenido del concepto el conjunto de rasgos esenciales (propiedades, relaciones) del objeto pensados en el concepto. Y por volumen el conjunto de objetos (pluralidad, clase, grupo), al que se extiende el contenido del concepto.

La lógica metafísica interpretaba erróneamente tanto el volumen como el contenido del objeto, así como sus relaciones mutuas.

Primero, erigía en absoluto el rasgo esencial, lo consideraba, al igual que al propio objeto, como algo estancado, invariable, separado de otros rasgos no esenciales.

Segundo, deformaba el contenido del concepto, pues entendía por él una simple acumulación mecánica de rasgos. Además, manipulaba a su antojo con los rasgos que formaban el contenido del concepto: los añadían, los restaban, los hacían rebotar, como si fueran bolitas, de un concepto a otro.

Tercero, muchos lógicos incluían en general todos los indicios del objeto en el contenido del concepto, convirtiendo así el concepto en una mezcla ecléctica de lo esencial y lo secundario, de lo preciso y lo casual.

También el volumen del concepto era considerado como una simple acumulación (cantidad) de objetos. Los defectos de la lógica metafísica se manifiestan con la máxima nitidez en la interpretación de los conceptos singulares. Es sabido que una de las primeras peculiaridades del concepto es su universalidad: el concepto siempre generaliza. Pero, ¿qué generaliza el concepto singular si su volumen está constituido por el pensamiento de un solo objeto? O bien no puede haber, en general, conceptos singulares, o bien aquello que calificamos con este nombre no se refiere a un solo objeto. En efecto, el volumen del llamado concepto singular no está constituido por la idea de un solo objeto, sino por etapas de desarrollo, por diversos aspectos de este objeto, en los cuales se encuentra lo universal. De hecho, no existen conceptos propiamente singulares; todo concepto generaliza algo y su volumen no es un pensamiento sobre el conjunto mecánico de las cosas.

Al resolver el problema de las relaciones entre el volumen y el contenido del concepto, la lógica enuncia la ley de la relación inversa entre ellos. Ya en las obras de Porfirio encontramos la formulación de esta ley: “... el rasgo distintivo es aquello que hace más variada la especie (por el contenido) que el género. El hombre en comparación con el ser vivo tiene por suplemento el raciocinio y la mortalidad...”13 De acuerdo con esta ley, el aumento del volumen del concepto empobrece su contenido y, conduce a la disminución de su volumen.

Semejante opinión acerca de las relaciones recíprocas entre el volumen y el contenido se debe a la superficial interpretación de la esencia del concepto y del proceso de su formación, a la idea errónea, puramente cuantitativa, de su volumen y contenido.

El concepto era considerado como el reflejo tan sólo de los rasgos generales, similares. El proceso de formación del concepto se reducía a la exposición de estos rasgos generales, al paso de las definiciones sensibles-concretas a otras abstractas, desvinculadas entre sí. Consideraban que el tránsito de las sensaciones y percepciones al concepto estaba formado por continuas negaciones. El objeto se fracciona en rasgos sueltos, separados entre sí, y el proceso de abstracción se presenta como la resta de estos rasgos. Esta idea puramente cuantitativa del contenido del concepto y del proceso de su formación dio origen a la creencia de que el volumen y el contenido del concepto se hallan en proporción inversa. Para ilustrar esta tesis se toman dos conceptos, “animal” y “caballo”, por ejemplo, y se indica que el concepto de “animal” se ha originado como resultado de la renuncia a los rasgos específicos del caballo, la vaca, etc., y de la promoción de rasgos propios a todos los animales. Por consiguiente, en el volumen del concepto “animal” está incluido un número mayor de objetos que en el concepto “caballo” (en la clase animales no entran solamente caballos); y, por el contrario, el contenido del concepto “caballo” supera por la cantidad de caracteres al con tenido del concepto “animal”.

Así, pues, todas las relaciones entre el volumen y el contenido del concepto se reducen a la relación entre la cantidad de los objete» y la cantidad de los caracteres, pensados en el concepto. A mayor cantidad de caracteres en el contenido, menor cantidad de objetos en el concepto. La ley de la relación inversa entre el volumen y el contenido no abarca más que el aspecto exterior cuantitativa y dista mucho de poner de manifiesto la esencia de las relaciones que existen en el concepto.

El contenido de los conceptos no debe considerarse de un modo estático, al margen de su desarrollo y formación. La generalización es un proceso de ahondamiento en la esencia del objeto, es un proceso de enriquecimiento y desarrollo del contenido del concepto. “... El valor —escribía Lenin— es una categoría que «carece de sustancia sensible», pero que es más verdadera que la ley de la oferta y la demanda.”14

Algunos autores destacan tres etapas en la abstracción matemática. La primera es la aparición del concepto de número (identificación de los objetos, su separación de entre la infinita multiplicidad de las cualidades individuales) y la creación de símbolos para los números, es decir, cifras. Segundo, el paso de la sino con símbolos literales, con la particularidad de que los resultados siguen siendo correctos también para el número concreto. El número concreto viene a ser lo particular con relación a los símbolos literales.

En la tercera etapa del desarrollo de las matemáticas no sólo se hace abstracción de todo contenido numérico de los símbolos, sino también del contenido cuantitativo de las propias operaciones matemáticas.

Este desarrollo de la abstracción matemática equivale al movimiento de lo particular a lo general. Si lo examinamos desde el ángulo de la idea tradicional sobre el volumen y el contenido de los conceptos, veremos que este movimiento supone un empobrecimiento del contenido. Pero, según observan justamente los matemáticos, la creciente abstracción de su ciencia no la ha apartado de la realidad ni ha empobrecido el contenido de los conceptos matemáticos. Las matemáticas modernas con ayuda de conceptos tales como “pluralidad”, “grupo” y “espacio abstracto” dominan los procesos más sutiles de la naturaleza, reflejando profundamente la realidad. “... Cabe afirmar —escribe el académico Kolmogórov— que el desarrollo actual de las matemáticas las aproxima a la realidad, les permite abarcar una mayor diversidad de fenómenos reales y estudiarlos con menor grado de esquematización de lo que podían hacer las matemáticas clásicas.”15

La teoría general de las cantidades infinitamente grandes proporciona la base para el estudio de todas las posibles formas matemáticas; los conceptos abstractos de las matemáticas modernas son más verídicos que los conceptos de las matemáticas clásicas. Algunos observan justamente que las matemáticas, después de haberse remontado cada vez más a las esferas superiores del pensamiento abstracto, han vuelto a la tierra, habiendo adquirido una importancia mayor en el análisis de los hechos concretos. La ciencia y la práctica demuestran que las abstracciones extremas permiten manejar mejor los hechos concretos.

Si en el proceso de la generalización nos acercamos a la verdad, el contenido de nuestro concepto, por consiguiente, lejos de empobrecerse se enriquecerá, ya que en el concepto, lo mismo que las formas del pensamiento, tiene por misión descubrir la verdad.

Para la dialéctica marxista la riqueza de contenido no es una simple cantidad de caracteres, sino el grado en que se refleja en el concepto la naturaleza universal del objeto. En la percepción viva de un objeto cualquiera se observan numerosos caracteres, ya que los sentimientos abarcan el objeto en toda su inmediación. Pero esta abundancia en la percepción no revela la esencia del objeto.

El contenido de la contemplación viva, la representación, desde el punto de vista puramente cuantitativo del concepto, es mucho más rico que el concepto científico. Mas este enfoque puramente cuantitativo no refleja más que un solo aspecto. En el sentido cualitativo el contenido del concepto científico es más profundo, variado y verdadero que el contenido de las percepciones sensibles. En caso contrario el paso de la contemplación viva al pensamiento abstracto no supondría el progreso, sino la regresión en el desarrollo del conocimiento, no el avance hacia la verdad, sino el alejamiento de ella.

La misión del conocimiento no es la de reflejar todos los rasgos de todos los objetos. Lenin, en su trabajo El problema agrario y los “críticos de Marx”, condenaba violentamente al sociólogo Hertz, quien había emprendido el absurdo intento de “introducir en los conceptos generales todos los caracteres particulares de los fenómenos singulares”. Este intento, señala Lenin, demuestra que no ha comprendido la esencia elemental de la ciencia y de sus tareas. El número de caracteres en el concepto no determina su profundidad ni su contenido.

Aunque el concepto no engloba los rasgos particulares, casuales, individuales del objeto, no está separado de la riqueza de lo individual y lo particular. Un concepto divorciado de lo particular y de lo individual se convierte en algo carente de todo valor cognoscitivo.

Lo general no está aislado de la riqueza de lo particular y lo individual, sino que la encarna, pero no crea lo individual, como pensaba Hegel, ni tampoco incluye en su contenido todos los caracteres particulares de los diversos fenómenos. El concepto aprehende lo singular y lo particular, mediante el conocimiento de su naturaleza universal. La esencia del fenómeno (lo intrínseco) está indisolublemente vinculada y se manifiesta a través de casos particulares (lo extrínseco); al conocer lo intrínseco, conocemos también, y con profundidad, lo extrínseco, lo comprendemos de un modo nuevo. Cuando se forma el concepto de "materia viva” no se renuncia simplemente a todos los rasgos particulares del organismo vivo (reproducción, movimiento, nutrición), sino que se encuentra algo tan general y esencial (la ley) de lo cual se infieren todas sus facetas particulares, individuales. En efecto, la reproducción, la nutrición, el movimiento son elementos del proceso de autorrenovación de las partes químicas integrantes de estos cuerpos que constituyen la esencia de la proteína viva. En este sentido, toda ley general de modificación de la forma del movimiento posee mucho más contenido que cada caso concreto, individual, de su manifestación. Lo general posee contenido, pero lo posee a su manera, no como lo singular. En lo general se halla implícito todo el contenido de lo singular, pero no en forma desplegada. El concepto de “mercancía”, por ejemplo, engloba en forma sumaria todas las contradicciones de la sociedad capitalista. Lo general, al reflejar la ley del movimiento, incluye los casos singulares de su manifestación.

Sobre los problemas de la lógica dialéctica existen diversas opiniones entre los filósofos soviéticos en cuanto a la esencia y la significación de la ley de la relación inversa entre el volumen y el contenido del concepto. B. M. Kédrov, en su trabajo Sobre el contenido y él volumen del concepto variable, dice que la ley de la relación inversa se basa en un enfoque unilateral del concepto. “La dependencia entre el volumen y el contenido de los conceptos, vinculados por las relaciones del género, de la especie —escribe Kédrov—, puede tomarse como inversa únicamente en el caso de que los conceptos se consideren como estáticos, como algo ya dado, acabado, que se encuentra en relaciones invariables entre sí. En este caso constituyen, precisamente, el objeto de estudio de la lógica formal.

“Y, por el contrario, si los conceptos se consideran como móviles, variables, en desarrollo, o dicho de otro modo, si no nos limitamos a estudiar el resultado del conocimiento, sino también el propio proceso del conocimiento, como la dinámica de nuestro pensar, como el paso del no saber al saber, la relación entre el volumen y el contenido de los conceptos se manifestará en un aspecto más profundo y de mayor contenido. Este caso será objeto de estudio por parte de la lógica dialéctica, que opera con conceptos móviles y variables.”16 El profesor Kédrov desarrolla este pensamiento apoyándose en datos científico-naturales abundantes y concretos.

M. M. Rosental considera que esta ley de la lógica formal “... obligatoriamente aplicable siempre que el problema se re duce a diferenciar lo singular de lo particular y lo general; no puede aplicarse cuando las generalizaciones van dirigidas a proporcionar un reflejo cada vez más profundo de la realidad, de la esencia de los fenómenos”.17 En opinión de este autor “... desde el punto de vista de la lógica dialéctica existe una directa dependencia entre el contenido del concepto, de los principios, de las leyes, y el incremento de la generalización...”18

Para M. N. Alexéiev la ley de la relación inversa representa un aspecto del carácter contradictorio del concepto, revela su íntima naturaleza dialéctica: “La ley de la dependencia inversa es correcta desde cualquier punto de vista, aunque sea objeto de estudio de la lógica formal y no de la lógica dialéctica.”19

Queremos señalar una cierta contradicción en las concepciones de M. N. Alexéiev. Resulta incomprensible el por qué una ley que expresa la índole contradictoria del concepto no es objeto de estudio de la lógica dialéctica.

Como se deduce de las manifestaciones expuestas, el problema se plantea en forma tajante: bien la lógica dialéctica reconoce la relación directa entre el volumen y el contenido del concepto, bien la inversa. A nuestro juicio semejante plantea miento empobrece el enfoque de la dialéctica en la solución del problema dado La cuestión no debe reducirse al reconocimiento de una de estas afirmaciones Es poco probable, asimismo, que consigamos avanzar, si nos limitamos a reunirías (entre el volumen y el contenido existen relaciones directas e inversas).

La dialéctica, que entiende de otro modo el concepto, destaca en él lo fundamental: el reflejo de la naturaleza universal del objeto. Debido a ello, no interpreta cuantitativamente, sino de distinta manera el volumen y el contenido del concepto. Pero cuan do tratamos de precisar la relación directa o inversa entre el volumen y el contenido, pasamos por fuerza a una representación cuantitativa del volumen y el contenido y de sus relaciones en el concepto. Entonces en cualquiera de los dos casos, ya si reconocemos que esta relación es directa, ya inversa, nuestra concepción estará limitada, porque el contenido y el volumen del concepto se consideran desde el ángulo cuantitativo, por lo cual tanto una definición como otra serán unilaterales.

La dialéctica plantea el problema del desarrollo del concepto y, en relación con ello, del cambio de su contenido no sólo por su cantidad, sino también por su calidad. Á1 mismo tiempo, no podemos dejar de lado el hecho de que las i*elaciones entre el volumen y el contenido de los conceptos en desarrollo son complejas y multifacéticas; el cambio del contenido puede influir del modo más diverso sobra su volumen.

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(*) P. V. Kopnin, Lógica dialéctica. Capítulo V, apartado 5. Editorial Juan Grijalbo, 1966, México.

(1) El término concepto se emplea en lógica en dos sentidos. Primero, como reflejo de lo universal y lo básico en el objeto. En ese plano, el concepto aparece como una clase especial de juicio, como una forma especial de conocimiento que pretende ser verídico. Pero, en lógica, el concepto se considera, además, como una significación cualquiera del término. En este sentido, el concepto viene a ser el miembro, la parte del juicio (sujeto y predicado).

En este caso nos referimos al concepto no como a una significación especial del término, sino como a una forma de aprehensión de la esencia de los fenómenos.

(2) W. Wundt, Teoría general sobre el método matemático, Nuevas ideas en las Matemáticas, Ed. Obrazovanie, San Petersburgo, Primera recopilación, 1917, pág. 57.

(3) N. N. Lobachevski, Nuevos principios en la Geometría con la teoría completa de las paralelas, Obras completas, t. 2, Ediciones Nacionales de literatura técnica y teórica, Moscú-Leningrado, 1949, págs. 158-159.

(4) K. A. Timiriázev, El método histórico en la biología, Ed. Academia de Ciencias de la URSS, M.-L-, 1943, págs. 60-75.

(5) Ralph Winn, Philosophic Naturálism, Twentieth Century Philosophy, N. Y., 1947, págs. 50-75.

(6) Ibídem, pág. 253

(7) Ibídem.

(8) C. Marx, Contribución a la crítica de la economía política, Gospo litizdat, 1952, pág. 15.

(9) C. Marx y F. Engels, Cartas escogidas, Gospolitizdat, 1953, pág. 482.

(10) V. I. Lenin, Obras, t. 38, pág. 370.

(11) W. Heisenberg, Problemas filosóficos de la física atómica, Ediciones de Literatura Extranjera, Moscú, 1953, págs. 32-33.

(12) V. I. Lenin, Obras, t. 38, pág. 199.

(13) Aristóteles, Categorías, Ed. de ciencias sociales y económicas, Mos cú, 1939, pág. 62. Kant formula del siguiente modo esta ley: “El contenido y el volumen del concepto se hallan en relación recíprocamente inversa. A saber, cuanto más contenga bajo sí el concepto, menos contiene en si y viceversa.” (M. Kant, Lógica, Petrogrado, 1915, pág. 88.)

(14) V. I. Lenin. Obras, t. 38, págs. 162-163.

(15) A. Kolmogórov, Las matemáticas modernas, Recopilación de artículos sobre la filosofía de las matemáticas, Moscú, 1936, pág. 13.

(16) Notas filosóficas, t. VI, Ed. Academia de Ciencias de la URSS, Moscú, 1953, pág. 192.

(17) M. M. Rosental, Principios de la lógica dialéctica, pág. 225.

(18) Ibídem, pág. 229.

(19) M. N. Alexéiev, Dialéctica de las formas del pensamiento, Moscú, 1959, pág. 44.


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