La “Industrialización”
de la Explotación Sexual, la Globalización Imperialista y el Descenso al Infierno
Raymond
Lotta
4 de agosto de
2021 | revcom.us
ESTE TRABAJO de
investigación fue inspirado por el análisis de Bob Avakian sobre los
importantes cambios socioeconómicos y luchas sociales a nivel mundial en los
últimos 50 años, que influyen en los cambios de la estructura de clases y en la
marcha de los acontecimientos político-ideológicos, especialmente en el ascenso
del fascismo. Mi punto de partida particular es una sección de ese análisis más
amplio:
La ruina de gran parte de la
agricultura tradicional a pequeña escala en los países del tercer mundo y el
dramático aumento de la población urbana ahí (así como en Estados Unidos y en
algunos otros países imperialistas) en que grandes cantidades de personas no
cuentan con posibilidades de encontrar trabajo en la “economía formal” — pues,
todo eso también ha fomentado el crecimiento de una economía ilegal y de
pandillas (y, particularmente en los países del tercer mundo, cárteles) sobre
la base de esta economía ilegal, en particular el narcotráfico, pero también
la trata de seres humanos, especialmente mujeres y niñas cruelmente victimadas
en la prostitución, la “industria del sexo” y la esclavitud sexual literal.
[énfasis agregado]
Este documento examina las
dimensiones y explora las dinámicas clave y los factores históricos que
impulsan el crecimiento mundial de la prostitución y la trata de mujeres para
la prostitución.
I. INTRODUCCIÓN: UNA
NOTA ACLARATORIA
La explotación sexual
comercial de mujeres (y de niñas y niños) ha alcanzado proporciones masivas. Lo
que se denomina eufemísticamente la “industria del sexo global” o el “comercio
sexual global” se ha convertido en un segmento enormemente rentable de las
economías nacionales individuales y de la economía imperialista mundial en su
conjunto. La “industria del sexo” abarca la prostitución en burdeles, en la
calle y con acompañantes; los clubs de striptease y los salones de masaje; la
pornografía; la prostitución militar; y los sitios de “turismo sexual” mundial.
En esta economía mundial
imperialista cada vez más integrada y desigual, las mujeres de los países
empobrecidos del tercer mundo son atraídas con engaños y traficadas en los
países imperialistas ricos; vendidas o secuestradas para la explotación sexual
por militares y pandillas; o, como consecuencia del funcionamiento opresivo y
distorsionado del desarrollo dominado por el imperialismo, son atraídas hacia
la prostitución como estrategia de supervivencia.
La magnitud y el horror de
esta explotación sexual están disfrazados por dos grandes factores, uno
material y otro cultural-ideológico.
En el primer caso, se tienen los
vehículos lícitos e ilícitos complejos y superpuestos de suministro,
comercialización y monetización de la explotación sexual globalizada: los
mecanismos de pago por Internet, los flujos de divisas hacia los gobiernos del
Sur global procedentes de los “trabajadores del sexo” que están en otros
países, las empresas de telecomunicaciones que proporcionan “entretenimiento”
pornográfico, una industria internacional de “ocio hotelero” vinculada al
“turismo sexual” en expansión y las compañías de aviación aérea que transportan
a estos turistas, los bancos que prestan capital a estos sectores, los
contrabandistas cuya “carga” sirve simultáneamente a las cadenas mundiales de
suministro de mano de obra barata y a la explotación sexual comercial.
Al mismo tiempo, y este es
el segundo factor que disfraza esta explotación, la degradación sexual
y la subordinación violenta de las mujeres se ha normalizado cada vez más como
una realidad de la vida económica y la cultura contemporáneas: como la moda, como
la pornografía lucrativa, como la “educación sexual”, como el empleo. Y en el
ámbito del discurso político-intelectual, la subyugación sexual se ha
racionalizado venenosamente como una expresión de “opciones” y “agencia”
individual por parte de las mujeres. La violación, la coacción sexual y la
humillación sexual se integran en la categoría profesional de “trabajo sexual”
y se disfrazan con ella.
Este documento parte del
entendido que el “trabajo sexual” —ya sea declarado / autodeclarado
como “consensuado” o “no consensuado”— es, en esencia, la degradación
comercializada y la sumisión sexual organizada de las mujeres a la dominación
masculina. El documento demuestra por qué eso es la realidad, y en el
transcurso del análisis explora brevemente por qué el concepto del “trabajo
sexual” es profunda y obscenamente nocivo y engañoso.
II. DATOS CRUCIALES
SOBRE LA EXPLOTACIÓN SEXUAL COMERCIAL EN EL MUNDO
* Según las estimaciones
actuales, hay 40 millones de prostitutas en todo el mundo, el 75% de las cuales
tienen entre 13 y 25 años. El tráfico sexual es
esencial en el suministro de mujeres para la explotación sexual comercial
nacional e internacional. El tráfico sexual internacional se
refiere a la esclavización de personas mediante el secuestro, la fuerza, la coacción,
el fraude o el engaño, y el transporte de individuos a través de las fronteras
de uno o más países.
La “industrialización de la
prostitución” se refiere a la situación de que esta explotación se ha
convertido en algo de gran escala, organizado y concentrado (tanto
mediante empresas legales como criminales), y propensa a una “diseminación
global generalizada”. La globalización imperialista, con su omnipresente
“mercantilización de todo” —de las personas, las cosas, la naturaleza y las
ideas— ha sido un catalizador del tráfico mundial de seres
humanos... los que se llevan precio, son transportados y se venden.
Se puede hablar, tanto en el
lenguaje de la economía política científica como en la metáfora contundente, de
una “cadena de suministro” de mujeres y niñ@s para la explotación sexual y la
esclavización.
* A principios del siglo 21,
la explotación sexual comercial representaba entre el 2% y el 14% de la renta
nacional de Las Filipinas, Malasia, Tailandia e Indonesia. En
Tailandia, a principios de la década de 2000, unos 800.000 “trabajadores del
sexo” eran menores de 16 años.
* En 2010, se calcula que
había entre cuatro y seis millones de prostitutas en China, frente a unas
25.000 en 1985. El derrocamiento del socialismo y la
restauración del capitalismo en China en 1976 y la consiguiente
reestructuración capitalista del campo chino provocaron una polarización
económica y social en las zonas rurales de China, con una pesada carga para las
mujeres. Estos trastornos también contribuyeron a la migración más grande de la
historia del campo a la ciudad. La prostitución en China se ha concentrado
fuertemente en las zonas costeras de rápido crecimiento; y las mujeres
migrantes de las zonas rurales son una importante fuente de suministro para la
explotación sexual.
* Aproximadamente un 70% de
las víctimas del tráfico sexual en todo el mundo se encuentran en Asia. Los
principales países son India, China, Pakistán, Tailandia y Bangla Desh.
* El colapso en 1990-1991 de
las economías del antiguo bloque soviético (social-imperialista) abrió paso a
una nueva e importante fuente de mujeres desesperadas que buscaban empleo... y
se convirtieron en presas de los traficantes internacionales. Entre
1991 y 1998, 500.000 mujeres ucranianas fueron traficadas a países occidentales
para su explotación sexual.
* En Francia a principios de
la década de 2000, se calcula que entre el 60% y el 70% de las prostitutas eran
migrantes, muchas de ellas procedentes de África y Europa del Este. Nigeria
y Ghana son dos de los países africanos desde los que se trafica con grandes
cantidades de víctimas hacia Europa para su explotación sexual. Son vendidas
muchas veces, pujadas en subastas, “preparadas” en campos de entrenamiento,
quebradas física y psicológicamente, son reducidas al nivel de esclavas:
propiedad de un tercero y controladas por un proxeneta.
* En 2016, el número total
de víctimas detectadas de la esclavitud moderna / trata de
personas se estimó en más de 40 millones de personas, de las cuales un 70% son
mujeres y niñas. Unos 25 millones son víctimas de la
trata para trabajos forzados y 15 millones para matrimonios
forzados. En la categoría de trabajos forzados, unos cinco millones de
seres humanos, el 99 por ciento de ellos mujeres y niños, son objeto de la
trata (forzada) para la explotación sexual, de los cuales más de un
millón son niños.
NOTA: Abordaremos en
análisis posteriores las condiciones particulares que enfrentan las personas
transgéneras y de género no-conformante en los países imperialistas y del
tercer mundo en relación a su vulnerabilidad ante el tráfico sexual y la
violencia físico-sexual.
* El tráfico de personas,
medido por ingresos, es la segunda actividad delictiva más grande del mundo
(después de las drogas ilegales).
* El tráfico sexual es
inmensamente rentable. La explotación sexual forzada generaba 99.000 millones
de dólares anuales a principios de la década de 2010. Un
académico asesor de la ONU en materia de esclavitud de hoy día estimó, en una
entrevista de 2019 en el diario británico Observer, que el
“rendimiento de las inversiones en el tráfico sexual” (una investigación
enfurecedora con métricas enfurecedoras) es de aproximadamente 1.000%, en
comparación con los “menores rendimientos de la explotación” de la mano de obra
traficada en la construcción, la agricultura o la minería. Tal rentabilidad
está ligada al “hecho de que la víctima puede ser vendida hasta 20 veces al
día, y así generar decenas de miles, si no cientos de miles, de dólares de
ganancias por víctima”.
* En 2019, se calcula que en
Estados Unidos operaban 9.000 spas ilícitos. La
multimillonaria “industria” de los salones de masaje ilícitos ha crecido
rápidamente en Estados Unidos. Es una importante fuente de “demanda” de mujeres
y niñas víctimas de la trata, tanto desde dentro de Estados Unidos como a nivel
mundial. El número de víctimas de la trata hacia Estados Unidos no se conoce de
forma fiable. Algunas estimaciones dan a entender que 50.000 mujeres y niños
provenientes de Asia, América Latina y Europa del Este son llevados a Estados
Unidos cada año y están obligados a trabajar como sirvientes o prostitutas. La
mayoría de las víctimas de la trata que se han reportado proceden de China y
Corea del Sur. Las jóvenes provenientes de Estados Unidos, que a menudo huyen
de padres y familiares abusivos, van a quedarse atrapadas en las redes de
trata.
III. UN ANÁLISIS INICIAL DE
LOS FACTORES ECONÓMICO-SOCIALES QUE IMPULSAN LA MARGINACIÓN Y LA DESESPERACIÓN
DE LAS MUJERES EN EL TERCER MUNDO
La subyugación sexual de las
mujeres es una característica histórica y estructural de la sociedad
explotadora, dividida en clases y patriarcal. Las formas particulares de esta
subordinación de la mujer y sus manifestaciones concretas en una división del
trabajo en función del género están arraigadas en el modo de producción
dominante que interactúa con la tradición, la cultura, la ley y la
familia patriarcal.
No es posible entender la
“industria global del sexo” contemporánea simple o principalmente como la
continuación de la “práctica milenaria” de la prostitución en la sociedad
patriarcal de hoy día. Más específicamente, esta forma de
subyugación y degradación sexual de las mujeres ha sido profundamente
configurada, masivamente magnificada y globalmente integrada por el
funcionamiento del imperialismo tardío como sistema mundial de
explotación en el que la división entre los países ricos opresores y los países
pobres oprimidos es un rasgo que define la acumulación imperialista —con su
saqueo de los recursos en el tercer mundo, la penetración de los mercados y
la superexplotación de la mano de obra— y por factores
socioculturales vinculados al sistema mundial del capitalismo-imperialismo.
A) Acaparamiento de tierras,
pobreza rural y mujeres
El debilitamiento y la
destrucción de las economías de subsistencia tradicionales en el tercer mundo
—donde la gente cultiva y trabaja para satisfacer las necesidades de
supervivencia de la familia y de la localidad— han tenido un inmenso impacto en
las mujeres: como cuidadoras, como habitantes
indígenas de la tierra desplazadas, como migrantes que se desplazan del campo a
la ciudad, de pueblos a ciudades, de ciudad a ciudad con oportunidades de
empleo limitadas, y que entran en los flujos migratorios mundiales...
voluntariamente en circunstancias desesperadas, o como víctimas de la trata. La
pérdida de tierras de campesinos y agricultores ha sido un factor importante.
En la década de 2003-2013,
más de 33 millones de hectáreas de tierras en el Sur global —aproximadamente el
tamaño de Portugal— se vendieron a inversionistas extranjeros, tanto empresas
como entidades estatales.
Gran parte de este
acaparamiento de tierras (definido como adquisición en gran escala) se ha
convertido en plantaciones de escala industrial que producen cultivos
comerciales, como el aceite de palma, la soja y otros cultivos alimentarios
rentables, a menudo para la exportación. Algunos de estos “acaparamientos” son
para cultivar biocombustibles (como la caña de azúcar), o para plantar árboles
que sirvan de lucrativas “compensaciones” de carbono (se trata de una estafa
que facilita que las empresas y países imperialistas sigan produciendo y
quemando combustibles fósiles pero supuestamente “compensa” los daños plantando
árboles en el Sur global que absorberán el carbono). Parte de este
acaparamiento de tierras es simplemente una inversión especulativa para
realizar adquisiciones con la expectativa de que el precio de la tierra suba.
NOTA: Dos tercios de estos
acuerdos sobre tierras agrícolas se produjeron en países que sufren una grave
inseguridad alimentaria.
Durante la mayor parte de la
segunda mitad del siglo 20, las inversiones de los gobiernos del tercer mundo
en presas y carreteras, la expansión de la industria y la extracción minera-mineral
—con el respaldo financiero y el estímulo del Banco Mundial y el Fondo
Monetario Internacional, que son instituciones financieras dominadas por el
imperialismo— desempeñaron un papel líder en la expulsión de los campesinos de
la tierra. La más reciente racha de acaparamiento de tierras representa una
segunda ola de desplazamientos en masa en nombre del “desarrollo” en el Sur
global.
La escasez de tierras se
extiende a medida que muchos agricultores de subsistencia (que cultivan
alimentos para el consumo familiar o productos para la venta que mantienen a
los hogares) carecen de la propiedad legalmente reconocida (título de
propiedad) de las tierras que han cultivado; otros campesinos y agricultores
son desalojados a la fuerza con el aval del estado. Las mujeres han sido
expulsadas de las actividades tradicionales de pesca y recolección. Al mismo
tiempo, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial conceden préstamos
a los países oprimidos que, por lo general, llevan aparejadas condiciones como
la reorientación de la agricultura para que deje de estar orientada a las
necesidades locales de subsistencia y se dedique a cultivos especiales para la
exportación, flores cortadas, etc.
Todo ello ha tenido como
consecuencia una marginación económica más grande de las mujeres
rurales. Y estas fuerzas económicas trastornadoras, al interactuar con las
relaciones preexistentes de subordinación femenina y las nuevas formas de
discriminación de género, han supuesto nuevas cargas y presiones para las
mujeres.
La pobreza rural, la
transformación orientada por la agroindustria y la ruina de la agricultura en
pequeña escala (de lo que se hablará en la sección
IV), las presiones ambientales sobre la tierra, el agua y los recursos,
y los conflictos militares han alterado profundamente los patrones
tradicionales de trabajo y familia y han impulsado las migraciones masivas de
la humanidad fuera del campo del Sur global.
B) La prostitución y la
economía urbana informal
La prostitución, en sus
formas legales e ilegales, como trabajo forzado o “voluntario”, es un elemento
integral de la economía informal global de trabajo no regulado
e irregular que es la forma dominante de empleo y supervivencia en los países
oprimidos del Sur global.
La prostitución se encuentra
en los cinturones de miseria y asentamientos informales, junto a los recintos
de las fábricas, las plantaciones agrícolas y en torno a los sitios turísticos
en expansión (junto con los guías turísticos, los vendedores de drogas, los
vendedores ambulantes y otros). Se sabe que las empresas mineras y madereras
extranjeras han establecido zonas de prostitución como “servicio” para los
trabajadores. Las zonas económicas especiales (o de procesamiento para la
exportación) al servicio del capital extranjero han sido importantes centros de
prostitución. En la actualidad existen en unas 4.000 localidades.
En Mumbai, la segunda ciudad
más grande de la India, las mujeres migrantes provenientes del campo venden
servicios sexuales en burdeles y en la calle. Pero los modos de “intercambio”
más habituales son los mercados laborales informales de jornaleros que
ofrecen otras actividades generadoras de ingresos, como la construcción y el
trabajo doméstico. La lucha de las prostitutas por alimentarse y por dar de
comer a sus familias en las ciudades, por acceder a albergue y a agua, se
desarrolla en un ambiente de persecución policial y de implacable demolición de
los asentamientos ilegales.
C) Migración, tráfico y
prostitución
El destierro de las
economías de subsistencia tradicionales en el tercer mundo y la “atracción” del
empleo remunerado y los ingresos estables en determinadas regiones del mundo,
especialmente en Europa Occidental y Norteamérica, han atraído a la mano de
obra empobrecida hacia los flujos migratorios y el tráfico de personas. El
contrabando no es lo mismo que la trata de personas, que implica el
atrapamiento y la esclavización, aunque el contrabando de personas se solapa
con la trata de personas.
La migración a través de las
fronteras se ha convertido en algo esencial para las estrategias de
supervivencia de las mujeres desplazadas desde las economías tradicionales por
la agroindustria, la crisis climática, los conflictos regionales y locales y la
pobreza extrema. Y estos flujos migratorios “hacen aumentar” la oferta de
“potenciales esclavas sexuales” para ser explotadas a bajo costo.
(En el punto álgido de la
“crisis de los refugiados” europea en 2015-2017, los contrabandistas
facilitaron el 95% de la migración “no oficial” hacia Europa y el cruce desesperado
de las fronteras en busca de seguridad y una vida).
El trabajo que realizan en
otros países los trabajadores migrantes provenientes del tercer mundo también
genera remesas —una parte de sus ingresos— que se envían a las familias en sus
países de origen. Estas remesas contribuyen a mantener a flote a las economías
del Sur global. El artículo El parasitismo
imperialista y la recomposición social y de clases en Estados Unidos detalla
el desproporcionado papel que desempeñan las remesas de los trabajadores
migrantes e inmigrantes en la economía mundial imperialista actual, superando
la inversión extranjera directa anual en las economías oprimidas.
La intensa demanda y
búsqueda de mano de obra barata en los países oprimidos del tercer mundo y
proveniente de éstos es una fuerza impulsora del tráfico de seres humanos de
hoy día. Esta demanda de mano de obra barata ha sido un gran
impulso para las operaciones de los grupos delictivos organizados que llevan a
cabo y “regulan” este tráfico. De hecho, no existe ninguna economía
imperialista global de “cadena de suministro” sin flujos de mano de obra
traficada: en la construcción, la industria manufacturera, la “hostelería”, la
agricultura y la pesca. Las actividades económicas “legales” e “ilegales” están
cada vez más entrelazadas en la economía mundial imperialista.
Existe un círculo vicioso en
la esfera de la explotación sexual: una mujer es reclutada en Tailandia para
trabajar en otro país como empleada doméstica; luego es traficada hacia otros
países y es coaccionada para realizar “trabajo sexual”... se convierte en una
esclava. Aunque la mayor parte de sus “ingresos” por concepto de su trabajo
sexual se reparte a un proxeneta o un traficante, ella puede enviar algunos
dineros a su familia en una aldea. En resumen, el dinero vuelve a entrar en la
economía tailandesa y ayuda a apuntalar esta economía con, sí, su gran “sector
de burdeles” (sobre el que se hablará en la sección IX).
Tal es la vil matriz del
desarrollo dependiente dominado por el imperialismo.
IV. PONEMOS LAS COSAS
EN UNA PANORAMA MÁS AMPLIA: DESPOJO, EXPULSIÓN Y POBLACIÓN “EXCEDENTE” EN EL
TERCER MUNDO
El crecimiento y la
globalización de la “industria del sexo” tiene un “lado ofertista”
esencial. Una enorme reserva de humanidad desplazada y desesperada,
sobre todo en el tercer mundo (pero no sólo ahí), no se está
absorbiendo en las estructuras de las economías formales del sistema
imperialista mundial. Una economía formal se refiere a una paga y un
horario establecidos y a cierto grado de reglamentación oficial de las
condiciones de trabajo. Más bien, inmensos sectores de la humanidad oprimida
están condenados a modos precarios de supervivencia.
Exploremos esto más a fondo.
A) La separación entre los
productores campesinos y los medios de producción
En los últimos 50 años, se
ha venido produciendo una forma de hoy día de una (a menudo violenta) separación
entre los trabajadores y los medios de producción... que
ha devastado la vida de cientos de millones de habitantes del campo en el
tercer mundo.
Este proceso de despojo ha
estado vinculado a un proceso históricamente sin precedentes de urbanización
vertiginosa y caótica en el tercer mundo y el surgimiento de
“megaciudades”, con masivos tugurios y cinturones de asentamientos de
paracaidistas habitados por migrantes provenientes del campo.
¿A qué se refiere
“separación entre los trabajadores y los medios de producción”?
* Los trabajadores en
cuestión son en su mayoría pequeños campesinos o agricultores que
poseen o arriendan pequeñas parcelas de tierra — o que utilizan parcelas que
son propiedad de la comunidad, o lo que se llama propiedad “consuetudinaria”.
* El principal medio de
producción del que son separados (despojados) los campesinos-agricultores es
la tierra, junto con los aperos asociados y el acceso al agua.
¿Cómo se lleva a cabo la
separación entre los trabajadores y los medios de producción? El proceso
de separación supone una combinación compleja de factores:
- la introducción en el tercer mundo, a
partir de los años 1950 y 1960, de una agricultura de gran escala, más
altamente mecanizada y tecnológicamente avanzada, que incluye nuevas
variedades de semillas híbridas, vinculada a importantes canales de
comercialización nacionales e internacionales, lo que perjudica a los
pequeños productores;
- la competencia de parte de la
agroindustria global e imperialista;
- La gran apropiación de tierras
campesinas mediante el desarrollo de infraestructura imperialista y
patrocinada por el estado (como la construcción de presas, carreteras e
instalaciones de almacenamiento para la producción agrícola de gran
escala, etc.);
- el “acaparamiento de tierras” por parte
de grupos de inversionistas privados internacionales, gobiernos de otros
países y élites nacionales que convierten la agricultura local en
producción industrial y de plantaciones, como el aceite de palma, y
operaciones mineras;
- la pérdida de derechos sobre el agua;
- la presión y las políticas impuestas por
las instituciones internacionales de “desarrollo” y de crédito, como el
Banco Mundial, que imponen la apertura de los mercados a las exportaciones
provenientes de los países imperialistas, lo que lleva a una situación en
la que, por ejemplo, el maíz estadounidense se vende a menor precio y
arruina la producción local de maíz mexicano, y a préstamos que requieren
como condición recortes del apoyo financiero para los pequeños productores
por parte de los gobiernos; y
- la privatización de las semillas y los
fertilizantes por medio de los “derechos de propiedad intelectual” que
atan a los agricultores a la agroindustria imperialista.
El despojo de los pequeños
campesinos y agricultores ha implicado métodos “legales” e ilegales de
confiscación de tierras... la presión económica y la fuerza bruta. Los
grandes terratenientes y los gobiernos locales, regionales y nacionales del
tercer mundo despliegan fuerzas armadas, pandillas y sicarios locales; crean
escrituras de propiedad formales que proporcionan una cobertura legal para la
compra o la toma de posesión por la fuerza de las tierras las que las
poblaciones campesinas locales y durante generaciones los pueblos tribales e
indígenas han poseído y cultivado, pero sin escrituras privadas formales. Al
mismo tiempo, la competencia entre los agricultores-campesinos
hace que algunos obtengan ventajas en cuanto a productividad, extensión de las
tenencias de tierras y capacidad de contratar mano de obra.
Aquí va una estadística
reveladora: Incluso en 1983, la mayoría de los trabajadores
del mundo seguían trabajando en la agricultura (en su inmensa mayoría en el Sur
global). Pero para principios de la década de 2010, sólo el 25% de los
trabajadores del mundo trabajaban en la agricultura.
Lo siguiente es la realidad
actual para los desplazados del Sur global: en ninguna parte se está
creando nuevos trabajos fuera de la agricultura a la escala necesaria para
absorber a aquellos que están resultando separados de la tierra.
B) No es lo mismo que lo que
ocurrió durante la revolución industrial de los años 1700 y 1800
Este proceso de separación
entre los trabajadores y los medios de producción no ha sido un simple calco de
la experiencia de la expulsión de los campesinos de la tierra, como ocurrió
durante varios siglos en Europa, y del desarrollo explosivo de la Revolución
Industrial, centrada en Inglaterra, a finales del siglo 18 y en el 19. En esa
época, se estaba dando un proceso de industrialización capitalista intensivo
en mano de obra. La producción capitalista estimulaba el crecimiento de un
nuevo proletariado agrícola e industrial procedente del campo. Y la producción
fabril en masa, como los molinos de textiles de algodón en Inglaterra, con
todas las horrorosas condiciones, estaba absorbiendo a grandes cantidades de
nuevos proletarios.
Pero en las condiciones
actuales de dominación imperialista, el desarrollo económico de los países
oprimidos del Sur global está subordinado a las necesidades del imperialismo y
está distorsionado por dichas necesidades, y además está
altamente vulnerable (amarrado) a los altibajos de la economía imperialista
mundial. Estos países no están “volviendo sobre los mismos
pasos” de la anterior Revolución Industrial, que en sí era inseparable del
comercio mundial de esclavos y de la conquista colonial, cuyas consecuencias
aún se sienten en los países oprimidos.
En la actual economía
capitalista mundial, no existe ninguna incorporación de grandes cantidades de
los campesinos desposeídos y desarraigados del tercer mundo en los sistemas
industriales de producción en masa. Grandes cantidades de
aquellos que abandonan la agricultura —porque son obligados a dejarla o porque
“eligen” irse en condiciones opresivas— no encuentran trabajos industriales y
de servicios estandarizados. Se convierten en una población excedente.
No se refiere a un “excedente” en el sentido de “sobrepoblación” debido a las
altas tasas de natalidad o a la escasez absoluta de recursos, sino a un
“excedente de humanidad” en relación con la demanda de mano de
obra por parte del capitalismo para servir a la producción
basada en las ganancias.
Llama la atención que en los
últimos 40 años, se haya dado una gran expansión de la producción manufacturera
en el tercer mundo. Esto está muy relacionado con la inversión extranjera y la
externalización de la producción de los países capitalista imperialistas. Esta
es una característica que define la economía mundial imperialista contemporánea
y es esencial para la rentabilidad del capital imperialista. Pero la
nueva capacidad manufacturera en el tercer mundo está concentrada en gran
medida en un grupo de países. La inversión imperialista y la
subcontratación, junto con la expansión de la capacidad industrial
manufacturera local, no han creado empleos para la gran mayoría de las
poblaciones recientemente urbanizadas del tercer mundo.
Lo siguiente es la tendencia
histórica: A lo largo de la mayor parte del Sur global, el
desplazamiento de gran escala de los habitantes de las zonas rurales hacia las
ciudades no ha sido un movimiento de gran escala hacia la industria y los
servicios en la economía formal con horarios y salarios establecidos, y que
opera dentro de un determinado marco legal1.
Casi el 70% de los empleos
en las regiones de bajos y medianos ingresos del mundo se encuentra en la
economía informal de trabajos irregulares e inseguros (a menudo temporales), en
su mayoría en autoempleo o jornaleros por día, sin horarios ni salarios
establecidos, ni protecciones de seguridad y salud u otras regulaciones
oficiales. Las ocupaciones incluyen a vendedores ambulantes, obreros de la
construcción, innumerables trabajos de servicios (reparación de teléfonos
móviles), trabajadores domésticos, traperos y recicladores, y se solapan con
actividades ilegales como el comercio de productos falsificados. En la India,
el 80% de los empleos fuera de la agricultura es informal, y en África, el 85%
de los empleos no agrícolas lo es.
Más del 90% de la mano de
obra informal del mundo se encuentra en el Sur global.
C) Desplazamiento y
expulsión
En Expulsiones:
Brutalidad y complejidad en la economía global, Saskia Sassen desarrolla un
análisis de una transición a escala mundial de un desarrollo
capitalista-imperialista que “incorpora” a las masas de pobres y
desarraigados en la actividad económica... a otro desarrollo, que se aceleró
hacia fines del siglo 20 y continúa en el siglo 21, caracterizado por la “expulsión”
masiva de personas de la tierra, el empleo y el hogar.
Sassen ve una dinámica
global que vincula:
las personas desplazadas [en
el tercer mundo] para las cuales no hay hogar al que volver — su hogar se ha
convertido en una zona de guerra, una plantación, una operación minera o un
terreno muerto… [y] “un cambio equivalente en el Norte global, donde lo que
hasta hace poco era el encarcelamiento como respuesta a un delito (tanto si el
delito realmente se haya cometido como si no) se está convirtiendo ahora en el
almacenamiento de personas [la encarcelación en masa]... en que
Estados Unidos está en una vanguardia exclusivamente propia”. [traducción de
revcom.us]
Continúa observando, y esto
es particularmente relevante para el enfoque de este documento, que:
las expulsiones del hogar,
de la tierra y del trabajo también han tenido el efecto de dar un espacio
operativo en expansión a las redes criminales y al tráfico de personas, así
como un mayor acceso a la tierra y a los recursos hídricos subterráneos a los
compradores provenientes de otros países, ya sean empresas o gobiernos. (La
presentación de Sassen en Libros Revolución sobre el libro Expulsiones puede
verse en inglés en: https://vimeo.com/manage/videos/108811541.)
D) Planeta de
ciudades miseria
Este es el título de un
libro de Mike Davis que ofrece un análisis vital para entender el fenómeno que
nos ocupa. El capítulo final se inicia con un llamativo pasaje tomado de la
novela Texaco de Patrick Chamoiseau: “Un proletariado sin
fábricas, ni talleres, ni trabajo, y sin jefes, en el embrollo de oficios
esporádicos, ahogándose en la supervivencia y llevando una existencia como un
camino entre las brasas”. El “embrollo de oficios esporádicos” es la “economía
informal”. Texaco es el nombre del asentamiento de paracaidistas de la capital
de la isla caribeña de Martinica.
No se puede exagerar la
ferocidad, la velocidad y el dolor de lo que está ocurriendo. La proporción de
la población mundial que vive en ciudades pasó del 34% en 1960 al 47% en 2000 y
al 57% en 2020. Más del 75% de la población urbana mundial vive en las
ciudades del Sur global. En 2015, el 40 por ciento de la expansión
urbana mundial ocurría en barrios marginales; en el África subsahariana, más
del 60 por ciento de la población vive en barrios marginales. En 2019,
más de mil millones de personas, es decir, casi 1 de cada 7 personas en el
planeta, vivían en barrios marginales urbanos y en los llamados
“asentamientos informales” que rodean las zonas urbanas —con alcantarilla
deficiente, agua contaminada y pocos servicios de salud—, sobre todo en las
megaciudades del Sur global y sus alrededores.
Esta migración de los
desplazados del campo a las ciudades... esta migración que a menudo continúa
desde un país del tercer mundo hasta otro... y hasta los países imperialistas —
está estrechamente relacionado con la “globalización de la prostitución”.
E) Y el calentamiento global
La economía, la sociedad, la
política y la revolución para un mundo radicalmente diferente y mucho mejor
están inextricablemente vinculadas con la crisis ambiental planetaria. El calentamiento
global está ejerciendo efectos desproporcionados en la agricultura del
tercer mundo — sequías y desertificación. Intensifica las tensiones ambientales
en las ciudades, los barrios marginales y los asentamientos de paracaidistas
del Sur global. Agrava las dinámicas de la expulsión, las migraciones en masa y
el surgimiento de una “humanidad excedente”.
V. A CONTINUACIÓN,
ESCUCHAMOS LAS HISTORIAS DE AYE Y MARY DE SU DESCENSO AL INFIERNO... Y DE LA
PESADILLA QUE ENFRENTAN LOS REFUGIADOS ROHINGYA
▸ Aye sólo
tenía 14 años cuando una mujer se acercó a su familia en Myanmar. Les dijo que
Aye podía trabajar en Bangkok. Los padres de Aye, que vivían en la extrema
pobreza, les dieron permiso a ella y a su hermana para viajar a Tailandia y
aprovechar la oportunidad de trabajar. Al llegar, las entregaron inmediatamente
a un grupo de hombres que las vendieron al dueño de un burdel.
Los padres de Aye no
supieron nada de ella durante tres años... hasta que la encontraron durante una
redada en un burdel. La habían mantenido cautiva en el quinto piso del burdel,
con otras 100 mujeres: obligadas a trabajar desde el mediodía hasta las dos de
la mañana, forzadas a servir entre 12 y 20 hombres a diario. A cada muchacha le
daban una camiseta con un número; veían la televisión mientras esperaban que
llamaran a su número. Una pared de cristal separaba a las mujeres y las niñas
de los hombres hasta que éstos pagaran los 6 dólares que les correspondían por
pasar 30 minutos con la muchacha de su elección. Las mujeres y niñas recibían
un dólar al día por su “trabajo”.
▸
Mary era
una prometedora estudiante de secundaria del estado nigeriano de Edo. Soñaba
con ir a estudiar en la universidad. Tenía 16 años cuando una mujer se acercó a
su madre y le ofreció llevar a la adolescente a Italia para que encontrara
trabajo. La familia de Mary la presionó para que aceptara la oferta, con la
esperanza de que esto les ayudara a salir de la pobreza. Mary terminó por ser
víctima de la trata de personas para la prostitución: tres años en los que la
obligaron a vender su cuerpo, soportó palizas y amenazas con pistola y la
forzaron a ver la brutal degradación (zanahorias introducidas violentamente en
las vaginas) de muchachas aún más jóvenes como una lección objetiva de lo que
ocurriría si se resistiera.
Fue finalmente repatriada a
Nigeria tras una redada. Pero la familia de Mary la rechazó. Eso fue hace 20
años. Hoy, la situación es mucho peor. Las pandillas se aprovechan del caos de
la crisis migratoria, “vendiendo” más mujeres, y niñas cada vez más jóvenes, en
la esclavitud sexual. Mary reflexiona que estas jóvenes ahora son más
conocedoras de qué cosa les depara que ella lo era... pero no saben el trauma
que sufrirían si alguna vez salieran de ahí, como ella hizo.
▸ Una
joven refugiada rohingya que huye de Myanmar cruza a la
vecina Malasia. Forma parte de los cientos de miles de personas que han sido
perseguidas, satanizadas y expulsadas del país. En un campamento justo en el
interior de Malasia, ella y otras niñas fueron vendidas al principio para
matrimonios forzados. Pero al cabo de cierto tiempo, sus “esposos” las venden a
otros hombres. Algunas acaban como trabajadoras domésticas o en régimen de
servidumbre. Los traficantes, que les prometen salarios más altos, atraen a
algunas de estas adolescentes y jóvenes a la prostitución forzada. Otras
mujeres rohingya son obligadas a trabajar en la industria del marisco de
Tailandia. Esta industria depende fuertemente de la mano de obra barata y
esclava, y en ella las mujeres están expuestas a condiciones de trabajo que
ponen en peligro su vida y a un trato sexualmente abusivo. La industria sirve
al sector alimentario minorista de Estados Unidos.
Otros refugiados acaban en
Bangla Desh, que es ahora el principal destino para los rohingya, donde viven
aproximadamente un millón, incluidos cientos de miles que huyeron en décadas
anteriores. Su condición de apátridas y la imposibilidad de encontrar trabajo
legalmente hacen que las mujeres y las niñas sean especialmente vulnerables al
tráfico sexual. Algunas acabarán en una de las llamadas “aldeas burdeles” de
Bangla Desh, donde se sumarán a mujeres y adolescentes bangladesíes, algunas de
tan solo 13 años.
La prostitución es legal en
Bangla Desh. El flujo constante de mujeres y niños víctimas de la trata hacia
la industria de la prostitución hace que las niñas sean desechables para
quienes ganan dinero con ellas. Algunas de las jóvenes se desaniman tanto que
no pueden continuar: se cortan, se suicidan (una al mes) en la aldea burdel más
grande del país. Las mujeres tienen prohibido enterrar a los muertos en los
cementerios públicos, por lo que estas prostitutas han construido cementerios
privados para hacer frente a la situación... y realizar funerales improvisados.
VI. UNA NOTA SOBRE
LAS RACIONALIZACIONES DEL “TRABAJO SEXUAL” Y EL DESCENSO AL INFIERNO
Hay que entender y afirmar
claramente que el “trabajo sexual”, en contra de sus muchas racionalizaciones,
incluidas las que emanan de ciertas corrientes del feminismo y de la política
de identidad “concienciada”, no es simplemente un “trabajo” de un tipo
especial. No es sólo una forma más atroz de “comercio”. La trata para la
prostitución no es una variante de la “migración por trabajo”. No es así cuando
se tiene en cuenta lo que de hecho se hace a los cuerpos de las mujeres,
incluso al ser forzadas e iniciadas en la prostitución por medio de las
violaciones y las violaciones tumultuarias por parte de proxenetas y
traficantes, con todos los efectos físicos y psicológicos que eso conlleva. Ser
víctima de la trata para la prostitución es “la experiencia de ser utilizada
sexualmente por muchos hombres a diario, sin poder rechazar ninguna práctica ni
a ningún varón, mientras está bajo el control de los capataces y sin recibir
ningún pago hasta que se salde una deuda putativa, inventada por el traficante
y aumentada a diario para los artículos personales”. Y existe, entre los
exponentes del paradigma del “trabajo sexual” para la prostitución global, un
punto ciego imperio-chovinista: la negativa a tener en cuenta los horrores de
esto en el tercer mundo.
A menudo se argumenta en
defensa del “trabajo sexual” que, sí, puede ser degradante... pero también lo
son todo tipo de trabajos bajo el capitalismo. En respuesta a esto, revcom.us
publicó un artículo que señala:
Definitivamente es cierto
que hay muchos trabajos en este mundo que son realmente degradantes y sumamente
explotadores. Esta es una parte importante de por qué necesitamos una
revolución, es una locura total y es innecesario que la vida de tantas personas
se desperdicie de esta forma.... Por otra parte, cuando un hombre compra a una
mujer o a una niña en la prostitución o la pornografía... Lo que está
comprando es su esclavización y degradación sexual... Él está pagando por la
experiencia de poder despreciar, violar, golpear, insultar y humillar a una
mujer. [énfasis agregado]
Otra línea de argumentación
de los defensores del “trabajo sexual” es que la transacción por medio de la
cual una mujer intercambia su cuerpo con los hombres con fines de placer sexual
—ya sea como prostituta en la calle, acompañante de “alta gama” o artista— de
hecho es una forma de “agencia” femenina... de “elección” en un mundo de
comercio globalizado y autopromoción. Desde este punto de vista, la realidad
que opera es que se están haciendo una elección consciente. Se trata de una
especie de engaño y autoengaño.
Como se ha demostrado en
este análisis, fuerzas económico-sociales más amplias establecen y delimitan el
abanico de “opciones” que tienen las mujeres, especialmente las empobrecidas y
desarraigadas del planeta. Y el funcionamiento de la acumulación imperialista y
el tejido social del patriarcado condicionan estas opciones. Y como explica Bob
Avakian de forma contundente en el artículo “Sobre
lo que uno elige... y cambios radicales”, la gente elige, pero eso
“no quiere decir que han elegido tener esas elecciones”.
Un ensayo que rechaza las
racionalizaciones “basadas en elecciones” del “trabajo sexual” hace la
importante observación de que la prostitución es “creada por una relación y no
por la voluntad individual... [es decir,] sin comprador sexual masculino y
mujer prostituida, no hay prostitución”.
El reconocimiento de la
naturaleza intrínsecamente opresiva de la prostitución y
manifestando solidaridad con la justa demanda por la despenalización de
la prostitución no es, sin embargo, el fin del asunto...
Hay que eliminar y es
posible eliminar la explotación sexual y la opresión de las mujeres únicamente
por medio de la revolución comunista para derrocar este sistema y arrancar de
raíz toda explotación y opresión. Dicho de otro modo, realizar
y continuar esta revolución de forma consciente y colectiva para romper
radicalmente con todas las relaciones de propiedad tradicionales y con todas
las ideas y valores tradicionales es la “agencia”, la agencia liberadora, lisa
y llanamente.
VII. EL TRÁFICO
SEXUAL COMO COMPONENTE CRÍTICO DE LA ECONOMÍA ILÍCITA MUNDIAL QUE HA DADO UN
AUGE EN LOS ÚLTIMOS 20 AÑOS
Examinemos un tema crítico
de análisis: la globalización imperialista ha facilitado una especie de
“arquitectura global” que no sólo entreteje las redes de
suministro de mano de obra globales legales e ilegales, sino que también hace
borrosas las diferencias entre ellas. En cualquier número de
industrias legales, las economías ilícitas circulan alrededor de ellas y hacia
ellas, como la pesca, el cobalto, la minería del oro y el comercio de la
madera. En el ámbito de las finanzas, la banca “legítima” se desangra
hacia la banca “en las sombras” y del lavado de dinero.
La economía ilícita global
está valorada en 2.2 millones de millones de dólares.
Según el estudio The
Global Illicit Economy: Trajectories of Transnational Organized Crime [La
economía ilícita global: Trayectorias de la delincuencia organizada
transnacional] (2021): “El opaco sistema bancario mundial que se desarrolló a
principios del nuevo milenio ha permitido que las ganancias legales e ilegales
se combinen para crear depósitos multimillonarios de activos intocables, a la
vez que refuerza el poder y la influencia de los actores que los utilizan”. Y
las herramientas de la tecnología digital y del comercio digital han servido a
la vez para avalar y camuflar microactividades ilícitas y economías de escala
ilícitas — las drogas, el armamento, el tráfico de personas. Los pagos a los
traficantes pueden realizarse sin dejar rastro de la transacción.
Todo esto se ha exacerbado
debido a la pandemia de la Covid-19:
Décadas de globalización y
liberalización del comercio han creado enormes disparidades de riqueza y poder.
Antes de la pandemia del coronavirus, las oportunidades para trabajar en la
economía legal ya estaban disminuyendo. Como resultado de la pandemia, la
situación se ha agravado aún más, especialmente para aquellos que trabajan en
la economía informal... Estas condiciones crean un espacio para que las
economías ilícitas se expandan y ofrezcan servicios y empleen (a menudo de
forma coercitiva) a un número cada vez más grande de personas. [traducción de
revcom.us]
Como ya se ha comentado, las
caóticas tendencias urbanizadoras del desarrollo económico del tercer mundo
bajo la dominación imperialista interactúan con la incapacidad de la economía
formal para ofrecer empleo. En los barrios marginales y los
asentamientos urbanos informales, el estado no es capaz de ofrecer gobernanza,
servicios y seguridad. La demanda de agua, y de carbón vegetal para
calentar los hogares y para utilizarse como combustible para cocinar, así como
otras necesidades esenciales, no pueden satisfacerse en la atmósfera económica
no regulada. En este vacío, los grupos criminales y las pandillas
locales suelen intervenir — y cooptar cada vez más los mercados no
regulados. En algunos casos, durante la pandemia de la Covid-19, las pandillas
han estado imponiendo cuarentenas sanitarias.
La economía ilegal
clandestina crece y ofrece ese “espacio alternativo” para la generación de
empleo y de ingresos. La prostitución es un componente importante de esta
floreciente economía “alternativa”. Las pandillas y los grupos
criminales, que atraen a los jóvenes y a las personas extremadamente
marginadas, se multiplican y se ramifican en otras actividades, entrelazándose
con contrabandistas y traficantes de migrantes, y con la “industria del sexo”
global.
VIII. SEXO,
SIRVIENTAS Y EL PROCESAMIENTO PARA LA EXPORTACIÓN... Y EL AUMENTO DEL “TURISMO
SEXUAL”
A) Cómo las mujeres en el
tercer mundo se mueven para incorporarse a la economía formal y para dejarla
El libro Sex, Maids,
and Export Processing: Risks and Reasons for Gendered Global Production
Networks [Sexo, sirvientas y el procesamiento para la exportación:
riesgos y razones para las redes de producción global por género] explora la
manera en que, durante las últimas décadas, grandes cantidades de mujeres en el
tercer mundo han sido atraídas hacia los tres sectores citados en el título de
este libro... y la manera en que se han desplazado entre éstos.
La subcontratación
imperialista de la producción ha estimulado el crecimiento de las zonas de
procesamiento para la exportación, que para su rentabilidad y competitividad,
dependen de las mujeres como trabajadoras superexplotables. No obstante, la
“carrera hacia el fondo” —la búsqueda cada vez más intensa del imperialismo de
mano de obra más barata— resulta en cambios y reubicaciones constantes y
competitivos de la producción. Una primera ola de la manufactura subcontratada
de prendas de vestir y otros bienes de consumo en Taiwán, Corea del Sur,
Singapur, etc., dio paso a una segunda ola centrada en otras zonas, como Bangla
Desh y China — y llevó a la clausura de muchas de estas fábricas.
El empleo en fábricas con
subcontratación o externalización es a la vez agotador y precario. Ello aumenta
la vulnerabilidad de las trabajadoras y sus familias. Al mismo tiempo, la
imposición por parte de las instituciones financieras imperialistas de la
austeridad y el reajuste estructural, que se inició en la década de 1980 y
continúa en diversas formas hasta el día de hoy —con los consiguientes recortes
y privatización de los servicios básicos— ejerce una presión más fuerte sobre
las mujeres para que junten los medios para mantener a flote sus hogares.
Algunas de estas mujeres en
las fábricas regresan al hogar o a los sectores informales de trabajo, incluido
el servicio doméstico y la prostitución — o emigran para sumarse a estos
sectores en otros países. Pero tras convertirse en prostitutas, muchas mujeres
resultan atrapadas... obligadas a permanecer en este trabajo por estigma,
deudas acumuladas con “patrocinadores” (a menudo traficantes) y organizaciones
criminales que les impiden escapar de esta situación.
B) El caso de Dongguan en
China
La ciudad de Dongguan se
encuentra en el corazón del delta del río Perla, la masiva zona de manufactura
de productos para la exportación situada en la costa sur de China, frente a
Hong Kong. En la primera década de este siglo, Dongguan llegó a ser conocida
como la “Ámsterdam del Este”, con unas 300.000 prostitutas en la ciudad. Aunque
oficialmente era ilegal, según algunas estimaciones, la prostitución
representaba el 10% de los ingresos y el empleo de la ciudad.
El papel de la mano de obra
migrante interna era crítico. Cientos de miles de mujeres procedentes del
interior rural pobre de China habían acudido a la costa en busca de trabajos
mejor pagados en las maquiladoras de manufactura con mano de obra barata en ciudades
de rápido crecimiento como Dongguan. Un 90% de las prostitutas en Dongguan
originalmente habían buscado trabajo en estas fábricas, pero no pudieron
conseguirlo o descubrieron que estos trabajos no eran lo que a estas mujeres
les habían dicho que serían.
La prostitución se convirtió
en el trabajo de la oportunidad y la compulsión en tales circunstancias. Había
demanda para estas “trabajadoras del sexo” entre los trabajadores migrantes
masculinos que también habían llegado desde el interior, aunque en cantidades
mucho más grandes que las mujeres; y había demanda para estas prostitutas entre
los empresarios que acudían a esta ciudad costera para hacer negocios.
A medida que el auge de las
exportaciones de China se ralentizaba a causa de la recesión mundial de
2007-2009 y que China se orientaba hacia las manufacturas más avanzadas y menos
intensivas en mano de obra —y con la contracción de las oportunidades de empleo
para las mujeres—, más mujeres buscaban trabajo como prostitutas. Los
propietarios de burdeles y los traficantes tenían una creciente reserva de
mujeres desesperadas a las que atraer y engañar. El gobierno puso en marcha
medidas represivas drásticas, pero la industria no desapareció; simplemente
cambió sus métodos de funcionamiento... y Dongguan sigue siendo la “ciudad del
pecado” de China según el exultante lenguaje de las guías de “turismo sexual”
en el Internet.
C) El turismo sexual global
y el papel formativo de las fuerzas armadas estadounidenses genocidas
Del libro acertada y
provocadoramente titulado con el análisis extremadamente valioso de Sheila
Jeffreys, La industria de la vagina: La economía política de la
comercialización global del sexo:
La prostitución militar fue
un vector muy importante en la globalización e industrialización de la
prostitución a fines del siglo 20. Las fuerzas armadas industrializadas masivas
del siglo 20 entendieron que la prostitución era necesaria para su estado de
preparación militar... La prostitución militar a una escala similar a la escala
que emplearon los japoneses [la esclavización sexual de las mujeres en los años
1930 y 1940] formó parte de los regímenes militares de descanso y recreación de
Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial en todo el sudeste
asiático. Constituyeron la base de las enormes industrias del sexo y del
tráfico de mujeres que se desarrollaron en Corea, Tailandia y las Filipinas, y
se convirtieron en sectores tan importantes de sus economías. Por su magnitud,
puede considerarse que la prostitución militar dio el pistoletazo de salida
para un aspecto crucial de la globalización de la prostitución, la explotación
sexual de un proletariado sexual de mujeres y niños de los países pobres por
parte de los miembros de naciones ricas occidentalizadas..... Después de que la
prostitución militar provocara la industrialización de la prostitución en un
país, las mujeres y niñas locales se convirtieron en la materia prima de la
industria global del sexo, que no sólo fueron prostituidas en las industrias
locales y del turismo sexual en sus países de origen, sino que fueron
traficadas para la prostitución en todo el mundo. [traducción de revcom.us]
La serie Crimen Yanqui de
revcom.us tiene una entrega, “La
guerra de Estados Unidos en Vietnam y la subyugación sexual de las mujeres”,
que documenta la creación de una “enorme economía de burdeles” en Vietnam del
Sur. En los diez años (1965-1975) de la guerra genocida de Estados Unidos, unas
400.000-500.000 mujeres y niñas vietnamitas se convirtieron en prostitutas.
La explotación sexual al
servicio de los soldados estadounidenses se hizo más organizada,
“industrializada”, al propagarse a Tailandia. Esto se plasmó en un pacto entre
Estados Unidos y Tailandia fraguado por el secretario de Defensa Robert
McNamara en 1967. A cambio de ayuda económica, el gobierno tailandés aceptó
proporcionar servicios de descanso y recreación sexual para los soldados
estadounidenses que estuvieran de licencia temporal — dándole así al “turismo
sexual” en Tailandia tanto un aval oficial como un impulso externo. ¡Todo ello
en una década de trabajo de matar a dos millones de vietnamitas!
El tráfico sexual durante
las guerras sigue siendo una “tradición” de las fuerzas armadas
estadounidenses: por ejemplo, en la “zona verde” de Bagdad, mujeres de
Bielorrusia, China e Irán fueron traficadas por subcontratistas estadounidenses
para trabajar como prostitutas.
Al mismo tiempo, la
prostitución militar a una escala en masa ha tenido su propio “efecto
multiplicador”. Existe una conexión muy clara entre el “auge” de la
prostitución militar durante la guerra de Vietnam, las bases militares de
Estados Unidos en el este y el sudeste de Asia y el posterior desarrollo del
“turismo sexual” en esa región. Como elabora Jeffreys:
El desarrollo de la industria
del turismo sexual en Asia a partir de la década de 1970 fue considerablemente
favorecido por el trabajo de base realizado por la prostitución militar
estadounidense. Se inició en los mismos lugares en los que se había
desarrollado la prostitución para servir a los soldados estadounidenses en el
descanso y la recreación, como Tailandia, la Filipinas y Corea, y se desarrolló
al extremo que generaba una proporción sustancial del PIB en esos países. De
hecho, los gobiernos de los países pobres han desarrollado deliberadamente el
turismo sexual como medio para obtener divisas...
El turismo de prostitución
no sólo se ha desarrollado en los países y lugares de Asia que albergaban la
prostitución militar. Es una parte de la industria de la prostitución que se
está desarrollando en todas las zonas donde los hombres, como individuos o en
grupos, viajan por diversión, por negocios, por eventos deportivos o por
asambleas políticas. Pueden ser turistas que visitan especialmente con el
propósito de prostituir a las mujeres, o para utilizar los casinos ya que el
uso de la prostitución está integralmente conectado con esta actividad, o
hombres de negocios visitantes, o entusiastas del deporte masculino que
prostituyen a las mujeres como parte ordinaria de la experiencia del viaje. Hay
destinos de turismo de prostitución en el mundo rico, como Ámsterdam y el
estado estadounidense de Nevada. También hay países pobres que han utilizado el
turismo de prostitución como una herramienta para desarrollar sus economías y
colocar a las mujeres locales en el mercado como un recurso a explotar, sin
tener experiencias profundas de prostitución militar, como Jamaica. [énfasis
añadido; traducción de revcom.us]
De hecho, a fines de los
años 1970, Jamaica recibió préstamos del Fondo Monetario Internacional,
préstamos a cambio de “reformas de política”. Esas “reformas” estipulaban que
la economía jamaicana se reorientara hacia las necesidades del mercado mundial
imperialista. Primero, se hizo con un impulso hacia la manufactura orientada a
la exportación. Esa efímera iniciativa se derrumbó ante la competencia de zonas
de producción aún más baratas. Lo que siguió fue la promoción del turismo —la
“mercantilización del paraíso” en el Caribe y el sudeste asiático— con la
oferta del cuerpo femenino “exótico” y “sumiso”.
La autora de origen
jamaicano Nicole Dennis-Benn (que habló en Libros Revolución) capta algunas de
las consecuencias humanas en su novela Here Comes the Sun [Aquí
viene el sol]. En sus comentarios sobre la novela y las elecciones que hacen
sus personajes, ha señalado:
La movilidad ascendente en
Jamaica es extremadamente difícil, y por eso muchos jamaicanos de clase
trabajadora se van. Pero aquellos que se quedan tienen que encontrar la manera
de sobrevivir. En mi novela, Margot tuvo que complementar su escaso salario
como empleada de hotel con la prostitución. En un país como Jamaica en que el
turismo es nuestro principal ingreso, nuestra población marginada lo aprovecha.
No se trata de que los hoteles utilicen sus ganancias para mejorar las cosas
para nosotros y nuestra sociedad. [traducción de revcom.us]
Veámoslo a un nivel de
abstracción más alto. Cantidades crecientes de gobiernos del tercer mundo
han empezado a ver el turismo internacional (con la implícita “atracción” del
acceso fácil al sexo comercial), con las presiones de los inversionistas
imperialistas y las instituciones financieras internacionales, como una
forma de crecimiento económico, como una “actividad estratégica de
desarrollo”.
Muchas mujeres jóvenes,
excluidas de los sectores que requieren ciertas habilidades, junto con niños
que se enfrentan a condiciones desesperadas, buscan empleo en el sector
informal del turismo. Y en muchos países oprimidos, “el turismo del sector
informal es inseparable de la industria del comercio sexual de mujeres y
niños”. El capital occidental —las cadenas hoteleras, las empresas de aviación
y navieras, y la lista continúa— obtiene enormes beneficios de esta importante
“industria global” que existe y prospera gracias a la subyugación y degradación
sexual de las mujeres.
El “turismo sexual” es
también un rasgo de los países imperialistas. La “cadena de suministro” (la
“materia prima” global) para la prostitución legalizada y semilegal en estos
países abarca en su centro a las prostitutas provenientes de otros países. En
los Países Bajos, donde la “industria del sexo” es una importante “atracción
turística” en la capital, Ámsterdam, se calcula que entre el 60 y el 70% de las
prostitutas del país a principios de la década de 2000 eran migrantes.
D) Prostitución comercial
Si la prostitución se
normaliza en el tercer mundo, en las formas que se analizan aquí, sobre todo el
“turismo sexual”, adquiere nuevas dimensiones, cada vez más normalizadas, en
los lugares de concertación y de entretenimiento empresarial de los países
imperialistas. De Tokio a Shanghái, de Londres a ciudades en Estados Unidos
como Atlanta (que se apoya en gran medida en las convenciones comerciales), la
“prostitución comercial” ha crecido enormemente y se ha convertido en un
elemento central en la “formación de redes de contactos en los negocios” a
nivel internacional.
Este segmento de la
“industria del sexo” abarca la prostitución abierta, los clubs de striptease y
los salones de masaje, así como los centros mundiales del “turismo sexual”.
Funciona como un modo especial y excluyente de vinculación masculina en la
búsqueda del comercio. Encarna y refuerza el privilegio masculino en todos los
niveles de la jerarquía empresarial. Un artículo publicado en 2010 en The
Economist cita una encuesta realizada a mujeres ejecutivas que
señalaban estos repugnantes rituales como un importante impedimento para su
capacidad de acceder a las “redes sociales informales” necesarias para
progresar en sus carreras.
IX. LA CULTURA
PARÁSITA, LA REAFIRMACIÓN VIOLENTA DEL PRIVILEGIO MASCULINO Y LA PROSTITUCIÓN
GLOBALIZADA
El análisis de este
documento de investigación se ha centrado principalmente en el “lado [cadena]
ofertista” de la “industria del sexo” mundial. Pero, ¿qué hay del lado de la
“demanda”, la (creciente) demanda de sumisión y degradación sexual de las mujeres
— y su puesta en práctica en innumerables formas? ¿Qué ha influenciado y
configurado esto? Es una pregunta que merece una investigación más completa y
una síntesis más profunda en sí y de por sí. Lo que sigue son algunas
reflexiones preliminares y marcadores para posterior investigación.
Una estudiosa australiana de
la “industria del sexo” mundial pone una pregunta provocadora. Ella escribe:
La pobreza, el
desplazamiento y la desesperación de las mujeres se citan habitualmente para
explicar la prostitución, así como el tráfico que organiza el comercio... Pero,
paralelamente a estos fenómenos globales, ¿qué es lo que ha causado que
cantidades crecientes de hombres prostituyan a las mujeres con mayor frecuencia
en los últimos cincuenta años, si consideramos que la industria global del sexo
ha florecido durante este periodo? En otras palabras, ¿qué ha
acelerado la demanda por la prostitución entre los hombres... qué ha
causado que surja la moda entre los hombres de que comprar el sexo
quizá se considere razonable, incluso deseable? [énfasis agregado;
traducción de revcom.us]
No se trata, como señala
correctamente esta académica, de algún impulso sexual masculino biológico
“esencialista”, o de alguna “demanda latente de prostitución” que permanece
latente en los hombres. Y ella tiene razón cuando observa que el “comercio
sexual banal de mujeres y niños en el contexto de la vida cotidiana de los
hombres como consumidores es una realidad del siglo 21 que los
movimientos antiesclavistas de género de los siglos 19 y 20 no han podido
impedir”. Su uso del término “banal” es, por supuesto, para destacar la
rutinización, esa normalización, de la explotación y violencia
sexual contra las mujeres.
Bob Avakian ha proporcionado
las herramientas analíticas con las que explorar y comprender esto. Es el
arquitecto del único tipo de revolución, una revolución guiada por el nuevo
comunismo, con la que podemos transformar esto radicalmente. El nuevo comunismo
toma la liberación de la mujer como cuestión central y piedra de toque de la
revolución del siglo 21 para emancipar a la humanidad de toda opresión
y explotación.
Vivimos en un mundo en el
que se chocan entre sí “dos sectores anticuados”: la economía y la cultura
anticuadas y las capas dominantes del sistema imperialista; y los fundamentalismos
reaccionarios, que reflejan la perspectiva de los sectores históricamente
anticuados en la humanidad colonizada y oprimida. La pornografía se encuentra
con el velo: la deshumanización de la mujer en una forma medieval y moderna.
Vivimos en un mundo de
parasitismo y privilegio extremos en los países base del imperialismo, de
consumismo desperdiciador, tóxico y adormecedor, incluido el “entretenimiento
sexual” chillón; un mundo de “turismo sexual” como “industria de crecimiento” en
el tercer mundo.
En tantos sentidos, como ha
subrayado Avakian, las fuerzas económicas subyacentes y los profundos cambios y
luchas socioculturales han sometido a la familia patriarcal, y a las relaciones
patriarcales en general, a enormes tensiones. Los lazos y roles sociales
tradicionales se han fracturado, tanto en los países imperialistas como en los
países oprimidos. Las mujeres campesinas se han convertido en trabajadoras
asalariadas superexplotadas en las fábricas de ropa y aparatos electrónicos de
las zonas de procesamiento para la exportación en el tercer mundo. En Estados
Unidos, las mujeres que en generaciones anteriores habrían sido esposas y amas
de casa a tiempo completo ahora completan estudios en las universidades en
mayor número que los hombres. Los hogares han cambiado: receptores duales de
salarios y sueldos, encabezadas por mujeres, junto con los desafíos culturales
a las tradiciones de género.
Pero estos cambios
económicos y sociales siguen estando contenidos y limitados dentro del caparazón
(y el blindaje) de las relaciones económicas, sociales e ideológicas
imperantes, de la organización patriarcal de la sociedad. Esto se aplica de
formas distintas pero profundamente interrelacionadas tanto en los países
imperialistas como en los países oprimidos, sobre todo debido a los procesos de
globalización imperialista y sus expresiones culturales.
Bajo esta luz, algunos
puntos adicionales de reflexión para investigaciones posteriores:
* El “revanchismo
masculino” en respuesta al socavamiento y la erosión de las formas
tradicionales y antes estables de control patriarcal sobre las mujeres —
y una sentida “pérdida de estatus masculino” en el hogar, el trabajo y la
sociedad en general. La violencia contra las mujeres, incluida la violación y
la violación tumultuaria, desempeña un papel integral en la reafirmación del
privilegio, el derecho y la posición de los hombres... y como “castigo” a
aquellos que lo amenazan.
* La producción en masa, la
propagación y el consumo de pornografía a escala mundial... el
enorme papel del tráfico sexual en esta industria mundial... y de la
pornografía en la “educación”, la socialización y la habituación de los jóvenes
y los hombres en general a lo que es aceptable, incluso valorado — el
reforzamiento de la extrema mercantilización y cosificación de
las mujeres.
Bob Avakian ha trazado un
paralelismo contundente entre la pornografía y las “postales del ahorcado”: las
postales con imágenes gráficas de linchamientos de hombres negros a principios
del siglo 20 que se vendían como “recuerdos” de sádicos castigos y
mutilaciones. Al igual que esas postales, la pornografía perpetra, racionaliza
y se deleita en la violencia contra personas reales.
En la actualidad existen
abundantes estudios que muestran que los hombres jóvenes en Estados Unidos
obtienen la mayor parte de sus conocimientos sexuales en la pornografía. De
hecho, investigaciones recientes muestran que más del 50% de los adolescentes
varones consideran que la pornografía representa las relaciones sexuales de
forma “realista” (y una proporción importante de muchachas adolescentes son
presionadas culturalmente para llegar a la misma conclusión).
Otro hecho relevante:
Estados Unidos ha sido el líder en la proliferación mundial y la
“normalización” mundial de la pornografía y sus tropos dominantes:
misoginia, violencia sexual, racismo y conquista sexual neocolonial. La
industria mundial de la pornografía genera unos 90.000 millones de dólares al
año, y Estados Unidos representa un 60% del total.
* El papel del
Internet en la amplificación del comercio mundial de mujeres y niños: para
el “turismo sexual” y los centros de sexo en Estados Unidos y Europa
Occidental, para la “prostitución comercial”, las agencias de
escoltas-prostitución nacionales, las “citas compensadas”, etc. La
ciberconectividad ha “estimulado” la demanda y el acceso a los locales de sexo
comercial. De hecho, el Internet es el principal medio por el que se suministra
pornografía a los hombres, especialmente en los países imperialistas. Y, de no
menos importancia, la cibertecnología facilita la prostitución y el tráfico
sexual... y su encubrimiento.
El horror, el horror...
A romper las cadenas. ¡A
desencadenar la furia de las mujeres como una fuerza poderosa para la
revolución!
________________
(*) https://revcom.us/a/711/raymond-lotta-la-industrializacion-de-la-explotacion-sexual-es.html