miércoles, 1 de septiembre de 2021

Política

El Programa General del Partido y el Programa Común del Pueblo Peruano

Eduardo Ibarra

EL PROGRAMA GENERAL del Partido es una cosa, y otra el Programa Común que el Partido le plantea al pueblo en cada período históricamente importante de la revolución.

El Programa General es el conjunto de tareas fundamentales que el Partido debe concretar desde el presente período de la revolución hasta la realización del comunismo. En otras palabras, el Programa General da cuenta de la doctrina y la misión histórica del Partido, el tipo de civilización que debe construir el proletariado. Por eso Mariátegui señaló: 


9º- El Partido Socialista del Perú es la vanguardia del proletariado, la fuerza política que asume la tarea de su orientación y dirección en la lucha por la realización de sus ideales de clase. (Ideología y política). 

En cambio el Programa Común expresa la lucha por el poder y las tareas que se derivan de la toma del poder. Por eso Mariátegui sostuvo: 


8º- Cumplida su etapa democrático-burguesa, la revolución deviene en sus objetivos y en su doctrina revolución proletaria. El partido del proletariado, capacitado por la lucha para el ejercicio del poder y el desarrollo de su propio programa, realiza en esta etapa las tareas de la organización y defensa del orden socialista. (Ibídem).

Así, pues, Mariátegui consideró la revolución peruana como un proceso único e indivisible.

La experiencia histórica de la lucha por la toma del poder y su ejercicio conduce necesariamente a consignar en el Programa General del Partido todas las cuestiones fundamentales que, justamente, desbrozan el camino que lleva a la realización del comunismo, tanto en lo económico como en lo político, tanto en lo ideológico como en lo cultural.

En cada período, el Programa Común del Pueblo se presenta como una concreción del Programa General. Sin el fundamento doctrinal y político del Programa General no es posible el Programa Común; pero, sin la realización del Programa Común correspondiente a cada período, no es posible avanzar la realización de los ideales de clase del proletariado, no es posible desarrollar la lucha por la realización del comunismo.

        Por eso, en cuanto al fundamento doctrinal y político, Mariátegui mantuvo: 


El marxismo-leninismo es el método revolucionario de la etapa del imperialismo y de los monopolios. El Partido Socialista del Perú, lo adopta como su método de lucha. (ob. cit.).

Por eso también, en cuanto a avanzar la realización del Programa General con la realización del Programa Común, Mariátegui dejó escrito: 


… las masas trabajadoras de la ciudad, el campo y las minas y el campesinado indígena, cuyos intereses y aspiraciones representamos en la lucha política, sabrán apropiarse de estas reivindicaciones y de esta doctrina, combatir perseverante y esforzadamente por ellas y encontrar, a través de cada lucha, la vía que conduce a la victoria final del socialismo. (ob. cit.).

Como es de conocimiento común, el Programa acordado por Mariátegui comprende un conjunto de reivindicaciones inmediatas. Por eso la afirmación conclusiva del Programa, que acabamos de citar, no solo liga la etapa democrático-burguesa de nuestra revolución con su etapa proletaria, sino también las reivindicaciones inmediatas con la tarea de tomar el poder, sustentando así tales reivindicaciones en la doctrina marxista. 

        Es absolutamente necesario repetirlo: dada la experiencia histórica del proletariado en la lucha por la toma del poder, por construir el socialismo, por prevenir la restauración del capitalismo y por avanzar la lucha por la realización del comunismo, el Programa General del Partido debe indicar explícitamente cada una de las cuestiones fundamentales que comprende el conjunto de estas luchas. 

Así como, en su momento, la burguesía cambió el mundo a su imagen y semejanza, así también el proletariado debe cambiar el mundo a su imagen y semejanza. 

Para ello cuenta con el marxismo-leninismo, y el marxismo-leninismo enraizado en las masas cuenta con la lucha de las mismas como su fuerza material. 

03.08.2019.


Economía

Precios y Política

César Risso

LA ECONOMÍA es una ciencia, y en consecuencia tiene carácter objetivo. Vale decir, que existen leyes económicas que se manifiestan con férrea necesidad. Pero en la medida que la economía corresponde a la actuación de los seres humanos por conseguir los medios de vida que requieren, entonces la voluntad juega un papel importante; sin embargo, la voluntad de los individuos no se da de manera espontánea y libremente, en el sentido de que pueden buscar su conveniencia sin ningún parámetro, sino que su voluntad y decisiones se dan en el marco de determinada estructura social.

Pues bien, la estructura socioeconómica en el capitalismo se caracteriza por relaciones sociales que consisten en la propiedad privada de los medios de producción, de un lado y, de otro, la propiedad de la fuerza de trabajo, la capacidad de trabajar, compuesta por la capacidad física y espiritual, en el sentido de ideas, conocimientos, experiencia, sentimientos y voluntad. Así, los propietarios de los medios de producción adquieren en el mercado de trabajo, la fuerza de trabajo que requieren para la producción. Pero ocurre que la fuerza de trabajo está adherida al trabajador, es un atributo de la persona, y que por lo tanto para mantener la fuerza de trabajo hay que mantener a la persona. Así, la fuerza de trabajo que utiliza el capitalista requiere mantener con vida y buena salud al trabajador.

Hemos utilizado la expresión mercado de trabajo. El mercado en general, en la teoría económica, consiste en la oferta y la demanda del bien o servicio. En ambos casos, bien o servicio, son mercancías, esto es, se producen para ser vendidas y compradas. Resulta que, en el sistema de trabajo asalariado, el trabajador crea mercancías que tienen un valor mayor al que se le remunera. De aquí sale la ganancia que se embolsa el propietario de los medios de producción.

El mercado es entonces un término que designa la voluntad de todos aquellos que producen la mercancía, y también la voluntad de todos quienes desean o necesitan adquirir dicha mercancía.

Como se puede apreciar, la objetividad de las leyes económicas, y las categorías que nos permiten descubrir y expresar estas leyes, están constituidas por la actuación de múltiples voluntades, por las decisiones y actuación de todos los individuos, que buscan la forma de obtener los recursos que requieren para vivir. Pero en el capitalismo los recursos adquieren la forma de mercancías, lo que quiere decir que tienen propietario, quien las pone a disposición de quienes las necesitan siempre que tengan el dinero para pagar el precio correspondiente.

En el capitalismo, para poder vivir, hay que tener el dinero necesario para obtener las mercancías que se necesitan. Pero para obtener el dinero tienen que, o bien trabajar y dejarse explotar dejando que el capitalista se apropie de la ganancia que el mismo trabajador crea, o ser capitalista, y apropiarse de parte del valor creado por los trabajadores. En consecuencia, las decisiones de las personas en el capitalismo pasan por la estructura socioeconómica.

Hay que añadir, que la decisión de ser trabajador o capitalista, depende de las condiciones en las que el individuo se desenvuelve, de la clase social a la que pertenece su familia, etc.

Entonces, el mercado es la forma en la que se manifiesta en la superficie la explotación capitalista. Y el libre mercado no es otra cosa que la libertad de los capitalistas de explotar a los trabajadores. Este es el caso del mercado de trabajo. En el mercado de bienes y servicios (mercancías), la estructura socioeconómica permite que la burguesía tenga lo que los teóricos llaman posición de dominio, aunque esta expresión la utilizan para señalar el caso de los monopolios y los oligopolios, se puede muy bien extender a la situación en que los capitalistas, sin necesidad de reunirse para ponerse de acuerdo, elevan los precios aprovechando la coyuntura de incertidumbre política. Esta voluntad de los capitalistas se funda en la necesidad de obtener ganancias (plusvalía, dicho en términos científicos), pero también de afrontar la competencia, que es la voluntad de los demás capitalistas por apropiarse de una mayor porción del mercado y de plusvalía.

En la teoría económica burguesa, el análisis del libre mercado, o de competencia perfecta, plantea que el control de precios conduce a la aparición del mercado “negro” o paralelo, que consiste en que el precio controlado al ser menor al del mercado, provoca la reducción de la producción y en consecuencia los consumidores ofrecen un precio más alto para conseguir, de las escasas unidades del bien puestas a la venta, la cantidad que necesitan. Termina así el control de precios en una situación contraria a la que se proponía como objetivo.

El tratamiento que hemos dado de las categorías económicas, específicamente el mercado, nos permite ver con más precisión el desenvolvimiento económico. El control de precios en efecto reduce las ganancias que los productores habían obtenido hasta ese momento, y en consecuencia les induce a tratar de recuperarla por algún medio. Una forma puede ser retirando parte de su inversión en la producción del bien del que se trata, para destinarla a otra actividad. Pero el caso es que hay una reacción de los productores. Estos se pueden conformar con el precio controlado, o bien pueden tratar de especular con la escasez artificial, para poder vender a un precio más alto extraoficialmente.

Se entiende que el control de precios se refiere a las mercancías de primera necesidad. Esto quiere decir que no todos los capitalistas se verían afectados, sino solamente aquel sector de productores de ciertos bienes de primera necesidad.

Si los precios de los bienes de primera necesidad suben, esto quiere decir que del presupuesto familiar los trabajadores, y los ciudadanos en general, van a destinar una mayor parte de su presupuesto para adquirirlos. En consecuencia, se podrá disponer de una menor cantidad de los ingresos para adquirir otros bienes y servicios, lo que reducirá las ventas y los ingresos de los demás sectores de capitalistas, con la consecuente reducción de la ganancia de estos otros sectores. Por lo tanto, la variación de los precios es, entre otras cosas, un mecanismo no solo para aumentar por parte de un sector de capitalistas sus ganancias, sino también para arrebatarse entre los capitalistas, del total de la masa de ganancia, producida por los trabajadores, una porción cada vez mayor.

Esta situación nos permite apreciar que el gobierno, al controlar el precio de los bienes de primera necesidad, reduce la ganancia de los capitalistas que invierten en la producción de dichos bienes, pero, sin proponérselo, otorga a los demás sectores de capitalistas la posibilidad de aumentar sus ventas y sus ganancias.

Por ejemplo, el control de precios podría reducir las ganancias de los capitalistas que se dedican a la venta de pollos; pero esto dejaría posibilidades de mayores ingresos para los capitalistas que invierten en la producción textil, o los que invierten en los servicios financieros, o los que invierten en la comercialización de electrodomésticos, o los que invierten en los servicios de entretenimiento, etc.

Como hemos señalado, el mercado es el conjunto de voluntades que se desenvuelven en los marcos de una determinada estructura socioeconómica, y que por lo tanto, no es solo la voluntad de los productores (capitalistas), ni solo la voluntad de los compradores la que se impone, sino que, repetimos una vez más, es el conjunto de voluntades. Pues bien, en este conjunto de voluntades interviene también la voluntad organizada y centralizada de determinados sectores populares, que se da a través del gobierno. Y, en la medida que el gobierno es una fuerza organizada, entonces tiene una influencia considerable en el “mercado”, pues se presenta como un “agente” más.

Esta situación que hemos tratado de explicar se resume en que los precios de mercado (cualquiera que sea el mercado, de competencia perfecta, oligopólico o monopólico), no es otra cosa que la lucha de los capitalistas por obtener mayores ganancias no solo explotando directamente a los trabajadores, sino también a través de los precios más altos que puedan obtener; y de otro lado, la lucha de los trabajadores por obtener precios más bajos de las mercancías, sobre todo de las de primera necesidad, así como la lucha a través del gobierno, que en este caso representa los intereses del pueblo.

Esta lucha por los precios en el mercado es permanente en el sistema capitalista. Es una pugna constante. La balanza se inclinará a favor de unos o de otros, dependiendo de la coyuntura económica y política. Esto será así mientras el sistema capitalista sea el modo en que se da la producción.

Las diversas formas de producción que existen en nuestro país le dan un matiz especial a nuestra economía. Dado que nuestra economía no es enteramente capitalista, nos vemos en la necesidad de comentar brevemente esta condición para ver cómo se daría la política de control de precios. Los bienes producidos por las comunidades campesinas, en una cierta cantidad, entran al circuito comercial capitalista, por lo cual permiten que el fenómeno de los precios se reproduzca como lo hemos descrito. Pero aquella otra cantidad que no entra al circuito comercial capitalista, pasa a ser parte de los llamados bienes salario que, con un pequeño margen de utilidad, que solo alcanza para sobrevivir, se vende en el circuito comercial informal. Este sector no tiene la lógica de la producción capitalista, pues busca vender no para acumular, sino para adquirir los bienes que requiere para vivir. Con los precios bajos que en este sector se dan, se termina favoreciendo a la burguesía, pues esta puede pagar salarios bajos, sin que los trabajadores se mueran literalmente de hambre, dado que pueden conseguir bienes salario baratos.

Si el régimen actual decide controlar los precios de algunos de los bienes de primera necesidad, podemos esperar una reacción inmediata de los capitalistas que producen dichas mercancías; pero estamos seguros que esta reacción será temporal, aunque de manera permanente seguirán tratando de embolsarse mayor plusvalía a costa de los trabajadores y a costa de otros capitalistas. Sin embargo, el control de precios será efectivo siempre que el gobierno mantenga con firmeza su posición, y tenga respaldo popular.


Internacionales

 La Retirada Estadounidense de Afganistán

Tres lecciones y dos puntos básicos de orientación

12 de agosto de 2021 | revcom.us

EN 2001, fundamentalistas islámicos fanáticos secuestraron varios aviones y los pilotearon contra el Centro de Comercio Mundial, un enorme edificio de oficinas en Nueva York. El centro fue destruido y casi 3.000 personas murieron. También atacaron el Pentágono, el cuartel general del Departamento de Defensa de Estados Unidos. En respuesta, Estados Unidos, bajo el presidente republicano George W. Bush, declaró la guerra contra el gobierno de Afganistán, que había permitido que el grupo responsable —al Qaeda— se estableciera en ese país. Al gobierno afgano lo encabezaba un grupo fundamentalista islámico fanático y represivo, el Talibán.

Esto intensificó cualitativamente una dinámica la cual Bob Avakian identificó:

 

Lo que vemos en contienda, con la yihad por un lado y McMundo/McCruzada [el imperialismo occidental cada vez más globalizado] por el otro, son sectores históricamente anticuados de la humanidad colonizada y oprimida contra sectores dominantes históricamente anticuados del sistema imperialista. Estos dos polos reaccionarios se oponen, pero al mismo tiempo se refuerzan mutuamente. Apoyar a uno u otro de estos polos anticuados, acabará fortaleciendo a los dos.

 

Esta es una formulación muy importante y crucial para entender muchas dinámicas que impulsan el mundo en este período, pero tenemos que tener en claro cuál de “los dos sectores históricamente anticuados” ha causado más daño y representa la mayor amenaza a la humanidad: los sectores dominantes históricamente anticuados del sistema imperialista, y en particular los imperialistas estadounidenses. [Bob Avakian, Lo BAsico 1:28]

Ahora Biden ha anunciado la retirada de tropas de infantería estadounidenses para septiembre del año en curso, tras 20 años de guerra y decenas de miles de muertes afganas e incontables vidas destruidas. En las semanas que vienen, analizaremos más lo que subyace a esta maniobra y el impacto que tiene en la actual situación política explosiva. Esta retirada ha causado inquietud y alarma entre varios comentaristas liberales respecto al daño que hará a las mujeres. Pues hay motivo de alarma: es muy posible que el Talibán tome el poder de nuevo e imponga formas extremadamente reaccionarias de opresión contra mujeres y niñas, privándoles de todos los derechos básicos, negando por completo su humanidad, e imponiendo eso con salvajismo brutal.

Para entender esta situación, es importante ver el contexto más amplio.

Como señalan los artículos acompañantes, Estados Unidos ha justificado esta guerra, en parte, como una guerra para “liberar a las mujeres de Afganistán”. Como también demuestran estos artículos, si bien ciertas reformas sí ocurrieron, las mujeres siguen siendo oprimidas y subordinadas. Lo que sí logró esta táctica fue movilizar apoyo para esta guerra de parte de sectores “progresistas” de la sociedad estadounidense, entre ellos muchos liberales y progresistas.

Una pregunta: ¿por qué aquellos que se preocupan por la mitad de la humanidad que es femenina invocarían al poderoso país que ocupa la cima de un sistema en que millones de mujeres cada año son traficadas para la prostitución y la esclavitud sexual… en que el derecho al aborto, y pronto los contraceptivos, está bajo asalto continuo y ahora pende de un hilo… en que la violación y otras formas de asalto contra mujeres ocurren constantemente y el odio y la denigración de mujeres permea la sociedad en un sinfín de formas, y en que estos horrores asumen una forma aún más concentrada dentro de las mismas fuerzas armadas que supuestamente fueron mandadas a “liberar” a las mujeres de Afganistán… en que la discriminación aún prolifera de manera desenfrenada en toda esfera… y en que el trabajo de mujeres brutalmente explotadas en el Sur global desproporcionadamente alimenta las superganancias que posibilita el “nivel de vida” en los países imperialistas? ¿¡¿Por qué, al enterarse de estos hechos, convocaría uno a la gente a ponerse de lado de semejantes opresores al por mayor de las mujeres, a la expectativa de que terminen la opresión de cualquier mujer, en cualquier parte?!?

Y, en realidad, ¿qué trajo esta guerra? La muerte, la destrucción, y el horror —la abrumadora mayoría de eso contra civiles— mucho más allá de lo que ocurrió el 11 de septiembre. Ya para agosto de 2016, fueron muertas unas 111.000 personas y fueron heridas más de 116.000 como resultado de la guerra estadounidense en Afganistán. La guerra ha desarraigado a casi cinco millones de personas. En mazmorras establecidas por las fuerzas armadas estadounidenses, han encarcelado sin juicio y maltratado a incontables números de afganos, entre ellos dos presos muertos por torturas en la infame prisión de Bagram. Un gobierno represivo y corrupto tras otro, todos impuestos y orquestados por Estados Unidos, perpetraron y agravaron la miseria, pobreza y atraso forzoso que el pueblo afgano tenía que vivir día tras día. Afganistán es uno de los 10 países más pobres del mundo, en que casi el 50 por ciento de la población vive por debajo del umbral de pobreza y el 36 por ciento enfrenta grave inseguridad alimentaria. Sí, se efectuaron unas reformas para un pequeño sector de mujeres —se abrieron escuelas para una tercera parte de las niñas— mientras continuaba la opresión horripilante general de mujeres.

Y, ¿cuáles son los resultados netos de las dos décadas de horror que dejaron muertas a tantos miles de personas y destruyeron la vida de millones más? Primero, que se fortalecerá el control fundamentalista islámico bárbaramente patriarcal sobre Afganistán, por lo menos a corto plazo1. Segundo, que los imperialistas estadounidenses lograron, al menos temporalmente, movilizar a un sector de la gente con impulsos progresistas en torno a la idea totalmente falsa, corruptora y profundamente dañina de que se pueda presionar a este gobierno a “llevar la democracia” a otros países, y por tanto cuando estos carniceros disfrazan así sus guerras, la gente deba apoyarlos. El espíritu al cual expresa Lo BAsico 5:7 —de que la vida de los estadounidenses NO es más importante que la de la gente de otros países— al cual una vez lo abrazaba un sector importante de la sociedad, ha perdido mucha fuerza en estas dos décadas pasadas, y hay que infundirle vida de nuevo; ¡el internacionalismo es más importante que nunca!

Al mismo tiempo, hay que notar también un tercer resultado: que la alardeada máquina de guerra estadounidense, si bien puede causar tremenda destrucción y crueldad, no siempre logra imponer su voluntad, incluso contra oponentes mucho más débiles. También es un hecho que esta guerra, junto con la guerra aún menos justificada lanzada contra Irak, ha contribuido a la crisis general en la que la clase dominante estadounidense ahora se encuentra enmarañada. Es importante que la gente reflexione sobre esta lección: que por poderosa que sea su maquinaria de muerte y destrucción (y sin duda lo es), NO es todopoderosa, incluso ante oponentes ligeramente armados.

En conclusión, dos lecciones:

Una: Las personas no pueden dejarse llevar por las cruzadas de parte de los imperialistas en nombre de supuestamente acabar con una forma de opresión defendiendo y fortaleciendo otra forma de la misma opresión. Como enfatiza la cita clave de BA al comienzo de este artículo, esta es una dinámica sangrienta que sólo fortalece a relaciones opresivas en general. Y la única manera de empezar a romper esta dinámica es oponerse firmemente al “propio” imperialismo de uno cuando éste lance cualquier guerra, bajo cualquier pretexto.

Dos: Lo que nosotros en los países imperialistas tenemos que hacer es no solamente oponernos a estas guerras supuestamente lanzadas para implantar la “democracia”, sino que tenemos que imbuir audazmente a las personas en todas partes con un espíritu de aplaudir la derrota de estos opresores cuando intentan llevar a cabo estas viles maquinaciones.

______________

(1) La dinámica que se ha plasmado en Afganistán, y en importantes partes del Medio Oriente, es precisamente lo que Bob Avakian describió en términos de los dos sectores históricamente anticuados que se enfrentan entre sí ahora. Ante los ataques horripilantes y represivos de parte de Estados Unidos y otras potencias imperialistas contra la población afgana, se ha aumentado el apoyo al Talibán en oposición y como resistencia a eso. La situación actual, en que el Talibán está posicionado para tomar el control de Afganistán, con efectos aterrorizadores, es el resultado de más de 20 años de esta dinámica.



Las Vacunas Son un Medio Decisivo Para Lidiar con la Covid –No son una “Conspiración” ni una “Conjura” del Gobierno y las Grandes Corporaciones

La importancia de un entendimiento y enfoque científico

Bob Avakian


COMO HE NOTADO RECIENTEMENTE, hay un problema grave en Estados Unidos de que muchas personas se están negando a vacunarse contra la Covid, cuando de hecho se ha demostrado claramente que estas vacunas son seguras y eficaces para la prevención de la enfermedad grave y la muerte por Covid. Si la gran mayoría de personas en este país se vacunaran, esto sería un gran paso para controlar la pandemia — al mismo tiempo que es necesario también que se vacunen las personas en todo el mundo, con una especial importancia de que se vacunen las personas en los países oprimidos más pobres del mundo, donde son terriblemente bajas las tasas de vacunación, y terriblemente limitado el acceso a las vacunas (por ejemplo, en África solamente el 2 por ciento de las personas se han vacunado, por la razón principal de la escasez extrema de vacunas). Así que la negativa a vacunarse, de parte de tantas personas en Estados Unidos —donde las vacunas están ampliamente disponibles sin costo— deja que la pandemia siga su marcha, matando a muchas personas en este país, especialmente negros, latinos e indígenas, y deja que el virus siga mutándose, con la perspectiva de producir variantes aún más peligrosas. Y, como he enfatizado: no se trata de que las personas simplemente se estén negando a vacunarse debido a algunas preocupaciones legítimas sobre la seguridad (o la eficacia) de las vacunas. Demasiadas pero demasiadas personas —especialmente fascistas anticientíficos lunáticos pero demasiadas pero demasiadas otras personas también, inclusive entre aquellas que están más afectadas por la pandemia de la Covid— se están negando a vacunarse por una combinación de teorías conspirativas descabelladas, otras idioteces anticientíficas y el individualismo desenfrenado1.

Entre estas “teorías conspirativas descabelladas” y “otras idioteces anticientíficas” figuran las declaraciones de que la Covid no es real —es una “patraña”— o que no es realmente tan grave (no es más fea que el resfriado o la gripa) y que nadie, o no mucha gente, en realidad está muriéndose de ella… O de que es real, y peligrosa, pero que fue fabricada deliberadamente por fuerzas en el gobierno de este país (y/o algún otro país) o por algunas otras fuerzas siniestras (y al parecer secretas) con el objetivo de eliminar a ciertas poblaciones (de cuál población se trata depende de cuál teoría conspirativa se ofrezca). Y etcétera. Para que fueran ciertas todas, o cualquiera, de estas teorías conspirativas, se requeriría la participación de enormes números de personas en la conspiración —no solamente personas poderosas sino en última instancia millones de personas comunes, entre ellas grandes números de científicos y números aún mayores de doctores y trabajadores de salud, no solamente en Estados Unidos sino en muchos otros países también — todas en colaboración para promover semejante conspiración. NO. Hágame el favor —pongan los pies en la tierra— ¡son puras tonterías!

        El trabajo, y el análisis abrumador basado en la evidencia, de científicos, y la experiencia de enormes números de personas —incluidas las que han muerto en realidad, o que se han enfermado gravemente, de Covid, así como sus familiares, y los grandes números de doctores y trabajadores de salud que han hecho grandes sacrificios personales para tratar a las personas con Covid, y quienes se han enfermado de Covid ellos mismos en cantidades significativas— todo eso ha dejado muy claro que la Covid es muy real, que puede ser muy mortal en muchos casos, y que no se ha propagado (y no se está propagando) por algunas fuerzas sombrías de una conspiración siniestra, sino que se está propagando por los medios que la ciencia ha demostrado que son reales: el virus de la Covid se propaga principalmente por el aire, cuando las personas están en cercana proximidad unas a otras, simplemente al respirar, toser, etc. (especialmente en espacios cerrados), y particularmente cuando las personas no usan máscaras faciales, cuando una persona o más está infectada de Covid, o cuando una persona es simplemente una “portadora” del virus (aunque no tiene síntomas, como puede ocurrir con muchas personas vacunadas).

Y la evidencia científica —además de la experiencia amplia— es muy clara también: las vacunas que han sido desarrolladas para combatir la Covid son seguras y muy eficaces para la prevención de la enfermedad grave y la muerte por este virus. Y, si se vacunara la gran mayoría de las personas, en Estados Unidos y en el mundo entero, sería posible controlar esta pandemia devastadora. Pues, ¡ponte la vacuna! — también usa una máscara facial y mantén una distancia sana dónde y cuándo indique la ciencia médica que sea necesario.

Como he enfatizado anteriormente:


no existe ninguna razón buena por NO vacunarse — y negarse a hacerlo no sólo pone a las personas que se niegan a vacunarse bajo riesgo de enfermarse gravemente y posiblemente morir, sino también expone a otros a los mismos riesgos2. 

Junto con las teorías conspirativas lunáticas sobre las vacunas, promovidas especialmente (pero no solamente) por los seguidores fascistas de Donald Trump, el “Noticiero” Fox, etc., una de las formas comunes de oposición a las vacunas es la idea de que las vacunas no son realmente (o no tanto son) un medio para combatir la Covid en concreto sino que en esencia son una conjura del gobierno y las grandes compañías farmacéuticas para controlar a las personas y sacar grandes ganancias de la pandemia (considérese real, o una “patraña”, la pandemia). Esto es un tipo de noción “populista”, que en esencia reduce el problema en la sociedad al simple problema de que las personas son oprimidas y perjudicadas por fuerzas poderosas de arriba —el gobierno grande y las corporaciones grandes— una noción la que asumen, en formas un tanto diferentes, algunas personas de la derecha, pero también de la llamada “izquierda” (entre algunas personas “concienciadas” y “progresistas”). Esto es un entendimiento básicamente no científico de las cosas, tanto con relación específica a la Covid y las vacunas como fundamentalmente en términos de la naturaleza esencial de este sistema bajo el cual vivimos, el sistema del capitalismo-imperialismo, y el funcionamiento material de este sistema.

Por supuesto es cierto que las corporaciones (y otras grandes empresas e instituciones financieras capitalistas) dominan la economía bajo este sistema. Como he señalado anteriormente:

Este es un sistema dominado por corporaciones, bancos y otras instituciones financieras capitalistas que controlan inmensas cantidades de dinero, y hace todo eso sobre la base de explotar a la gente — a masas de personas en Estados Unidos, y a miles de millones de personas por todo el mundo, entre ellas enormes cantidades de niños.

Pero también de mucha importancia:

Estos capitalistas están enfrascados en una competencia despiadada entre sí, y esto los impulsa a penetrar cada rincón del mundo, especialmente los países pobres, a fin de explotar a las personas con aún más crueldad, al mismo tiempo que deja a muchas personas sin ninguna posibilidad de trabajar, dentro de la economía formal3.

Por estas razones, en un sentido general, estas corporaciones capitalistas (entre ellas las grandes compañías farmacéuticas — “la Gran Farma”) tratarán de convertir todo —incluidas las necesidades sanitarias del pueblo— en un medio para sacar más ganancias y ganarles en la competencia a los capitalistas rivales, al mismo tiempo que algunos gobiernos (y otras instituciones) han hecho ciertos esfuerzos por alentar la cooperación a fin de promover el desarrollo y la distribución de vacunas (y otras medidas para lidiar con la Covid). 

Otra parte importante del panorama es que esta rivalidad entre capitalistas también tiene su aspecto “nacional” — con la contienda entre diferentes países capitalista-imperialistas. Al mismo tiempo, con la dominación de este sistema del capitalismo-imperialismo, el mundo está dividido en unos pocos países capitalista-imperialistas y un gran número de países pobres oprimidos en Latinoamérica, África, el Medio Oriente y Asia — el tercer mundo. 

Por eso, a pesar de los esfuerzos de algunos gobiernos por refrenar los efectos de ese fenómeno en la lucha en contra de la Covid, la competencia capitalista y la búsqueda de ganancias cada vez más grandes, y los esfuerzos por obtener una posición de pez gordo número uno en el mundo, todas estas cosas estorban y socavan la cooperación que es necesaria —y que de hecho muchos científicos se esfuerzan por materializar— al lidiar con la pandemia. Por eso, cosas como la tasa de vacunación (y el acceso a las vacunas) son tan bajas en el tercer mundo.

        Pero eso es sólo una parte del panorama, y no va a la médula de la situación con las vacunas y la realidad de que el gobierno (o algunas personas en el gobierno) en Estados Unidos (y en otros países) realmente querrían vacunar a la gente como un medio importante para “dominar” la pandemia de la Covid.

Es cierto que, dado que su sistema se basa en la explotación y la opresión de la gente, los gobiernos de los países capitalistas quieren y necesitan controlar a la gente. Pero, en primer lugar, estos gobiernos no necesitan algo como las vacunas para hacerlo — ya tienen muchos medios para hacerlo, como las formas en que el uso de las redes sociales y del Internet por parte de la gente generalmente proporciona a estos gobiernos un fácil acceso a detalles extensos, incluso íntimos, de la vida de las personas, la capacidad de rastrear dónde se encuentran las personas en un momento dado, sus movimientos, etc. Al mismo tiempo, sin embargo, el papel de los gobiernos capitalistas no es simplemente controlar a la gente, sino que más fundamentalmente es asegurar la base firme y la estabilidad del dominio capitalista y el funcionamiento más o menos ordenado de este sistema, particularmente en los países “base” (como Estados Unidos, Alemania, Rusia, Japón, China, etc.) donde están “ancladas” las grandes instituciones económicas y políticas de las diferentes potencias capitalista-imperialistas.

Por lo tanto, cuando se enfrenta a una pandemia grave como la actual crisis de la Covid, objetivamente obedece a los intereses de los capitalistas gobernantes y sus gobiernos en países como Estados Unidos en realidad poner esta pandemia bajo control, ya que trastorna muchísimo el funcionamiento general de la economía y de la sociedad en su conjunto — y los grandes trastornos como éste pueden suscitar grandes cuestionamientos en la población acerca de la capacidad de este sistema de mantener el funcionamiento ordenado de la sociedad y satisfacer las necesidades básicas de la gente. Y conseguir que esta pandemia esté “bajo control” también objetivamente obedece a los intereses de los capitalista-imperialistas gobernantes y sus esfuerzos, en el “escenario internacional”, para asegurar y fortalecer su posición.

     Por estas razones, normalmente toda la clase capitalista dominante en Estados Unidos, y sus representantes políticos, tanto en el Partido Republicano como en el Partido Demócrata, estarían unidos en su deseo de tomar las medidas necesarias para “dominar” esta pandemia — especialmente para vacunar a la población, e imponer cosas como los mandatos de mascarillas cuando se consideren necesarios.

Pero estos no son “tiempos normales”.

Este momento poco común — Cómo las divisiones profundas y amargas al interior de la clase dominante están haciendo más profunda la crisis, y cuál es el camino hacia adelante para salir de esta locura

Éste es un momento en el que una parte de la clase dominante capitalista en Estados Unidos, representada por el Partido Republicano —el que desde el principio se ha resistido incluso a dar concesiones parciales a la lucha en contra de la opresión racial y de género, y otras luchas en contra de la discriminación y la injusticia— se ha convencido de que estos cambios han ido ahora muy lejos, que amenazan con destruir lo que ha mantenido articulado a Estados Unidos y que le ha dado posibilidades de dominar al mundo. Por ello, los republicanos se han convertido en un partido fascista —un partido basado en la abierta y agresiva supremacía blanca, supremacía masculina y otras relaciones opresivas— un partido convencido de que es el único que se merece gobernar, que actúa para manipular las elecciones y suprimir los votos con el fin de conseguir y aferrarse al poder, que se niega a aceptar los resultados de las elecciones que no gana, que está decidido a destripar y pervertir el “estado de derecho”, pisotear los derechos de la gente y adoptar lo que constituye una dictadura capitalista indisimulada, que está listo a utilizar la violencia no sólo contra las masas de personas sino también contra sus rivales en la clase dominante.

Estos republicanos han movilizado a un sector importante de la población que cree, con una pasión intensa e irracional, que hay que defender e imponer firmemente la supremacía blanca, la supremacía masculina y otras relaciones opresivas (así como el desenfrenado saqueo del medio ambiente). Esa gente ha sido impulsada hasta entrar en un estado de demencia cruel, al abrazar todo tipo de teorías conspirativas lunáticas, junto con un fundamentalismo cristiano enloquecido, como respuesta a la amenaza que ven a su posición de privilegio (o “ordenada por dios”) y su insistencia en que algunas concesiones adicionales a la lucha contra la opresión destruirán lo que ha “hecho que Estados Unidos tenga grandeza”4.

Es por estas razones que los fascistas en el Partido Republicano, y en la sociedad en general, han promovido con entusiasmo y crueldad y se han reunido en torno a las teorías conspirativas lunáticas y una oposición rabiosa a las vacunas contra la Covid (y otras medidas como el uso de mascarillas faciales) y han propagado esta desinformación anti-científica tan ampliamente como pueden en toda la sociedad. Dado que son Biden y el Partido Demócrata los que ahora dominan en el gobierno federal, los fascistas están decididos a sabotear y socavar la capacidad de Biden y de los demócratas para gobernar con efectividad — esto es más importante para los fascistas que lidiar con la pandemia de la Covid y lograr algún tipo de “estabilidad” relativa y “funcionamiento normal” de la economía y la sociedad en general.

Para las masas de personas en Estados Unidos —en contraposición a la clase dominante capitalista-imperialista, y todos sus representantes—, nuestros intereses corresponden a la gran mayoría de la humanidad, que sigue siendo devastada por esta pandemia, con más de 4 millones de muertos ya en todo el mundo y una intensificación del sufrimiento que el funcionamiento de este sistema del capitalismo-imperialismo y su dominación del mundo impone por la fuerza a la gente por todo el mundo. Desde esta perspectiva, definitivamente obedece a nuestros intereses y es de una gran importancia inmediata promover el conocimiento científico sobre las vacunas (y sobre la Covid en general) y convencer al número más grande posible de personas a que se vacunen; luchar con verdadera determinación contra el obstruccionismo y resistencia fascista a las vacunas contra la Covid, e insistir en que las vacunas sean obligatorias —y también las mascarillas faciales, en las situaciones en las que la ciencia indica que las mascarillas son necesarias— y que de hecho se ponga la vacuna a la disposición, con las cantidades necesarias, de la gente de todo el mundo, sin consideraciones de costo y ganancias, y en oposición a todos los objetivos políticos reaccionarios, incluida la rivalidad entre las potencias capitalista-imperialistas.

En términos más fundamentales, tanto lo que esta pandemia ha destapado más sobre la naturaleza totalmente ruin y anticuada (“pasada su fecha de caducidad”) de este sistema, como más particularmente la manera en que la situación poco común que existe ahora, con “la profundización y la agudización de los conflictos entre los poderes gobernantes”, que se han manifestado agudamente en relación con la pandemia de la Covid, y de innumerables otras maneras—, pues todo ello “pone una base más fuerte y oportunidades más grandes para romper el control de este sistema sobre las masas de personas5.

       El camino hacia adelante —el único camino hacia adelante— para salir de esta locura es una revolución: una revolución real para derrocar este sistema monstruoso del capitalismo-imperialismo, y hacer nacer algo mucho mejorEs esta revolución, que se necesita con cada vez más urgencia, por la que deben trabajar incansablementesobre una base consecuentemente científica, todos aquellos que anhelan un mundo sin todo el sufrimiento innecesario al que están sometidas las masas de la humanidad bajo la dominación de este sistema — aprehendiendo esta situación poco común en la que tal revolución se vuelve posible, incluso en un país poderoso como Estados Unidos.

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A manera de importante “antecedente” para lo que he escrito aquí, lo siguiente de V.I. Lenin —líder de la primera revolución socialista triunfante, en Rusia, quien también hizo aportes cruciales al desarrollo de la teoría comunista— es de relevancia e importancia muy definitiva e inmediata:

Las personas han sido siempre, en política, víctimas necias del engaño ajeno y propio, y lo seguirán siendo mientras no aprendan a descubrir detrás de todas las frases, declaraciones y promesas morales, religiosas, políticas y sociales, los intereses de una u otra clase. Los que abogan por reformas y mejoras se verán siempre burlados por los defensores de lo viejo mientras no comprendan que toda institución vieja, por bárbara y podrida que parezca, se sostiene por la fuerza de determinadas clases dominantes.

Esta cita es de V. I. Lenin, “Tres fuentes y tres partes integrantes del marxismo” (marzo de 1913, en V.I. Lenin, Marx Engels marxismo, Pekín: Ediciones en Lenguas Extranjeras, 1980), tal como se cita en mi libro El Nuevo Comunismo, Editorial Aurora Roja, 2018, p. 11. (énfasis en el original.)

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1. De Bob Avakian: “Sobre la Covid, la importancia de que la gente se vacune y el problema muy real respecto al individualismo desenfrenado”, que está disponible en revcom.us.

2. “Sobre la Covid, la importancia de que la gente se vacune y el problema muy real respecto al individualismo desenfrenado”.

3. De Bob Avakian – Líder revolucionario, autor del Nuevo Comunismo: ESTE ES UN MOMENTO POCO COMÚN EN QUE LA REVOLUCIÓN SE VUELVE POSIBLE — POR QUÉ ES ASÍ, Y CÓMO APROVECHAR ESTA OPORTUNIDAD POCO COMÚNque está disponible en revcom.us.

4. ESTE ES UN MOMENTO POCO COMÚN EN QUE LA REVOLUCIÓN SE VUELVE POSIBLE.

5. ESTE ES UN MOMENTO POCO COMÚN EN QUE LA REVOLUCIÓN SE VUELVE POSIBLE.




La “Industrialización” de la Explotación Sexual, la Globalización Imperialista y el Descenso al Infierno

Raymond Lotta

4 de agosto de 2021 | revcom.us

ESTE TRABAJO de investigación fue inspirado por el análisis de Bob Avakian sobre los importantes cambios socioeconómicos y luchas sociales a nivel mundial en los últimos 50 años, que influyen en los cambios de la estructura de clases y en la marcha de los acontecimientos político-ideológicos, especialmente en el ascenso del fascismo. Mi punto de partida particular es una sección de ese análisis más amplio:

La ruina de gran parte de la agricultura tradicional a pequeña escala en los países del tercer mundo y el dramático aumento de la población urbana ahí (así como en Estados Unidos y en algunos otros países imperialistas) en que grandes cantidades de personas no cuentan con posibilidades de encontrar trabajo en la “economía formal” — pues, todo eso también ha fomentado el crecimiento de una economía ilegal y de pandillas (y, particularmente en los países del tercer mundo, cárteles) sobre la base de esta economía ilegal, en particular el narcotráfico, pero también la trata de seres humanos, especialmente mujeres y niñas cruelmente victimadas en la prostitución, la “industria del sexo” y la esclavitud sexual literal. [énfasis agregado]

Este documento examina las dimensiones y explora las dinámicas clave y los factores históricos que impulsan el crecimiento mundial de la prostitución y la trata de mujeres para la prostitución.

I. INTRODUCCIÓN: UNA NOTA ACLARATORIA

La explotación sexual comercial de mujeres (y de niñas y niños) ha alcanzado proporciones masivas. Lo que se denomina eufemísticamente la “industria del sexo global” o el “comercio sexual global” se ha convertido en un segmento enormemente rentable de las economías nacionales individuales y de la economía imperialista mundial en su conjunto. La “industria del sexo” abarca la prostitución en burdeles, en la calle y con acompañantes; los clubs de striptease y los salones de masaje; la pornografía; la prostitución militar; y los sitios de “turismo sexual” mundial.

En esta economía mundial imperialista cada vez más integrada y desigual, las mujeres de los países empobrecidos del tercer mundo son atraídas con engaños y traficadas en los países imperialistas ricos; vendidas o secuestradas para la explotación sexual por militares y pandillas; o, como consecuencia del funcionamiento opresivo y distorsionado del desarrollo dominado por el imperialismo, son atraídas hacia la prostitución como estrategia de supervivencia.

La magnitud y el horror de esta explotación sexual están disfrazados por dos grandes factores, uno material y otro cultural-ideológico.

En el primer caso, se tienen los vehículos lícitos e ilícitos complejos y superpuestos de suministro, comercialización y monetización de la explotación sexual globalizada: los mecanismos de pago por Internet, los flujos de divisas hacia los gobiernos del Sur global procedentes de los “trabajadores del sexo” que están en otros países, las empresas de telecomunicaciones que proporcionan “entretenimiento” pornográfico, una industria internacional de “ocio hotelero” vinculada al “turismo sexual” en expansión y las compañías de aviación aérea que transportan a estos turistas, los bancos que prestan capital a estos sectores, los contrabandistas cuya “carga” sirve simultáneamente a las cadenas mundiales de suministro de mano de obra barata y a la explotación sexual comercial.

Al mismo tiempo, y este es el segundo factor que disfraza esta explotación, la degradación sexual y la subordinación violenta de las mujeres se ha normalizado cada vez más como una realidad de la vida económica y la cultura contemporáneas: como la moda, como la pornografía lucrativa, como la “educación sexual”, como el empleo. Y en el ámbito del discurso político-intelectual, la subyugación sexual se ha racionalizado venenosamente como una expresión de “opciones” y “agencia” individual por parte de las mujeres. La violación, la coacción sexual y la humillación sexual se integran en la categoría profesional de “trabajo sexual” y se disfrazan con ella.

Este documento parte del entendido que el “trabajo sexual” —ya sea declarado / autodeclarado como “consensuado” o “no consensuado”— es, en esencia, la degradación comercializada y la sumisión sexual organizada de las mujeres a la dominación masculina. El documento demuestra por qué eso es la realidad, y en el transcurso del análisis explora brevemente por qué el concepto del “trabajo sexual” es profunda y obscenamente nocivo y engañoso.

II. DATOS CRUCIALES SOBRE LA EXPLOTACIÓN SEXUAL COMERCIAL EN EL MUNDO

* Según las estimaciones actuales, hay 40 millones de prostitutas en todo el mundo, el 75% de las cuales tienen entre 13 y 25 años. El tráfico sexual es esencial en el suministro de mujeres para la explotación sexual comercial nacional e internacional. El tráfico sexual internacional se refiere a la esclavización de personas mediante el secuestro, la fuerza, la coacción, el fraude o el engaño, y el transporte de individuos a través de las fronteras de uno o más países.

La “industrialización de la prostitución” se refiere a la situación de que esta explotación se ha convertido en algo de gran escala, organizado y concentrado (tanto mediante empresas legales como criminales), y propensa a una “diseminación global generalizada”. La globalización imperialista, con su omnipresente “mercantilización de todo” —de las personas, las cosas, la naturaleza y las ideas— ha sido un catalizador del tráfico mundial de seres humanos... los que se llevan precio, son transportados y se venden.

Se puede hablar, tanto en el lenguaje de la economía política científica como en la metáfora contundente, de una “cadena de suministro” de mujeres y niñ@s para la explotación sexual y la esclavización.

* A principios del siglo 21, la explotación sexual comercial representaba entre el 2% y el 14% de la renta nacional de Las Filipinas, Malasia, Tailandia e Indonesia. En Tailandia, a principios de la década de 2000, unos 800.000 “trabajadores del sexo” eran menores de 16 años.

* En 2010, se calcula que había entre cuatro y seis millones de prostitutas en China, frente a unas 25.000 en 1985. El derrocamiento del socialismo y la restauración del capitalismo en China en 1976 y la consiguiente reestructuración capitalista del campo chino provocaron una polarización económica y social en las zonas rurales de China, con una pesada carga para las mujeres. Estos trastornos también contribuyeron a la migración más grande de la historia del campo a la ciudad. La prostitución en China se ha concentrado fuertemente en las zonas costeras de rápido crecimiento; y las mujeres migrantes de las zonas rurales son una importante fuente de suministro para la explotación sexual.

* Aproximadamente un 70% de las víctimas del tráfico sexual en todo el mundo se encuentran en Asia. Los principales países son India, China, Pakistán, Tailandia y Bangla Desh.

* El colapso en 1990-1991 de las economías del antiguo bloque soviético (social-imperialista) abrió paso a una nueva e importante fuente de mujeres desesperadas que buscaban empleo... y se convirtieron en presas de los traficantes internacionales. Entre 1991 y 1998, 500.000 mujeres ucranianas fueron traficadas a países occidentales para su explotación sexual.

* En Francia a principios de la década de 2000, se calcula que entre el 60% y el 70% de las prostitutas eran migrantes, muchas de ellas procedentes de África y Europa del Este. Nigeria y Ghana son dos de los países africanos desde los que se trafica con grandes cantidades de víctimas hacia Europa para su explotación sexual. Son vendidas muchas veces, pujadas en subastas, “preparadas” en campos de entrenamiento, quebradas física y psicológicamente, son reducidas al nivel de esclavas: propiedad de un tercero y controladas por un proxeneta.

* En 2016, el número total de víctimas detectadas de la esclavitud moderna / trata de personas se estimó en más de 40 millones de personas, de las cuales un 70% son mujeres y niñas. Unos 25 millones son víctimas de la trata para trabajos forzados y 15 millones para matrimonios forzados. En la categoría de trabajos forzados, unos cinco millones de seres humanos, el 99 por ciento de ellos mujeres y niños, son objeto de la trata (forzada) para la explotación sexual, de los cuales más de un millón son niños.

NOTA: Abordaremos en análisis posteriores las condiciones particulares que enfrentan las personas transgéneras y de género no-conformante en los países imperialistas y del tercer mundo en relación a su vulnerabilidad ante el tráfico sexual y la violencia físico-sexual.

* El tráfico de personas, medido por ingresos, es la segunda actividad delictiva más grande del mundo (después de las drogas ilegales).

* El tráfico sexual es inmensamente rentable. La explotación sexual forzada generaba 99.000 millones de dólares anuales a principios de la década de 2010. Un académico asesor de la ONU en materia de esclavitud de hoy día estimó, en una entrevista de 2019 en el diario británico Observer, que el “rendimiento de las inversiones en el tráfico sexual” (una investigación enfurecedora con métricas enfurecedoras) es de aproximadamente 1.000%, en comparación con los “menores rendimientos de la explotación” de la mano de obra traficada en la construcción, la agricultura o la minería. Tal rentabilidad está ligada al “hecho de que la víctima puede ser vendida hasta 20 veces al día, y así generar decenas de miles, si no cientos de miles, de dólares de ganancias por víctima”.

* En 2019, se calcula que en Estados Unidos operaban 9.000 spas ilícitos. La multimillonaria “industria” de los salones de masaje ilícitos ha crecido rápidamente en Estados Unidos. Es una importante fuente de “demanda” de mujeres y niñas víctimas de la trata, tanto desde dentro de Estados Unidos como a nivel mundial. El número de víctimas de la trata hacia Estados Unidos no se conoce de forma fiable. Algunas estimaciones dan a entender que 50.000 mujeres y niños provenientes de Asia, América Latina y Europa del Este son llevados a Estados Unidos cada año y están obligados a trabajar como sirvientes o prostitutas. La mayoría de las víctimas de la trata que se han reportado proceden de China y Corea del Sur. Las jóvenes provenientes de Estados Unidos, que a menudo huyen de padres y familiares abusivos, van a quedarse atrapadas en las redes de trata. 

III. UN ANÁLISIS INICIAL DE LOS FACTORES ECONÓMICO-SOCIALES QUE IMPULSAN LA MARGINACIÓN Y LA DESESPERACIÓN DE LAS MUJERES EN EL TERCER MUNDO

La subyugación sexual de las mujeres es una característica histórica y estructural de la sociedad explotadora, dividida en clases y patriarcal. Las formas particulares de esta subordinación de la mujer y sus manifestaciones concretas en una división del trabajo en función del género están arraigadas en el modo de producción dominante que interactúa con la tradición, la cultura, la ley y la familia patriarcal.

No es posible entender la “industria global del sexo” contemporánea simple o principalmente como la continuación de la “práctica milenaria” de la prostitución en la sociedad patriarcal de hoy día. Más específicamente, esta forma de subyugación y degradación sexual de las mujeres ha sido profundamente configurada, masivamente magnificada y globalmente integrada por el funcionamiento del imperialismo tardío como sistema mundial de explotación en el que la división entre los países ricos opresores y los países pobres oprimidos es un rasgo que define la acumulación imperialista —con su saqueo de los recursos en el tercer mundo, la penetración de los mercados y la superexplotación de la mano de obra— y por factores socioculturales vinculados al sistema mundial del capitalismo-imperialismo.

A) Acaparamiento de tierras, pobreza rural y mujeres

El debilitamiento y la destrucción de las economías de subsistencia tradicionales en el tercer mundo —donde la gente cultiva y trabaja para satisfacer las necesidades de supervivencia de la familia y de la localidad— han tenido un inmenso impacto en las mujeres: como cuidadoras, como habitantes indígenas de la tierra desplazadas, como migrantes que se desplazan del campo a la ciudad, de pueblos a ciudades, de ciudad a ciudad con oportunidades de empleo limitadas, y que entran en los flujos migratorios mundiales... voluntariamente en circunstancias desesperadas, o como víctimas de la trata. La pérdida de tierras de campesinos y agricultores ha sido un factor importante.

En la década de 2003-2013, más de 33 millones de hectáreas de tierras en el Sur global —aproximadamente el tamaño de Portugal— se vendieron a inversionistas extranjeros, tanto empresas como entidades estatales.

Gran parte de este acaparamiento de tierras (definido como adquisición en gran escala) se ha convertido en plantaciones de escala industrial que producen cultivos comerciales, como el aceite de palma, la soja y otros cultivos alimentarios rentables, a menudo para la exportación. Algunos de estos “acaparamientos” son para cultivar biocombustibles (como la caña de azúcar), o para plantar árboles que sirvan de lucrativas “compensaciones” de carbono (se trata de una estafa que facilita que las empresas y países imperialistas sigan produciendo y quemando combustibles fósiles pero supuestamente “compensa” los daños plantando árboles en el Sur global que absorberán el carbono). Parte de este acaparamiento de tierras es simplemente una inversión especulativa para realizar adquisiciones con la expectativa de que el precio de la tierra suba.

NOTA: Dos tercios de estos acuerdos sobre tierras agrícolas se produjeron en países que sufren una grave inseguridad alimentaria.

Durante la mayor parte de la segunda mitad del siglo 20, las inversiones de los gobiernos del tercer mundo en presas y carreteras, la expansión de la industria y la extracción minera-mineral —con el respaldo financiero y el estímulo del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, que son instituciones financieras dominadas por el imperialismo— desempeñaron un papel líder en la expulsión de los campesinos de la tierra. La más reciente racha de acaparamiento de tierras representa una segunda ola de desplazamientos en masa en nombre del “desarrollo” en el Sur global.

La escasez de tierras se extiende a medida que muchos agricultores de subsistencia (que cultivan alimentos para el consumo familiar o productos para la venta que mantienen a los hogares) carecen de la propiedad legalmente reconocida (título de propiedad) de las tierras que han cultivado; otros campesinos y agricultores son desalojados a la fuerza con el aval del estado. Las mujeres han sido expulsadas de las actividades tradicionales de pesca y recolección. Al mismo tiempo, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial conceden préstamos a los países oprimidos que, por lo general, llevan aparejadas condiciones como la reorientación de la agricultura para que deje de estar orientada a las necesidades locales de subsistencia y se dedique a cultivos especiales para la exportación, flores cortadas, etc.

Todo ello ha tenido como consecuencia una marginación económica más grande de las mujeres rurales. Y estas fuerzas económicas trastornadoras, al interactuar con las relaciones preexistentes de subordinación femenina y las nuevas formas de discriminación de género, han supuesto nuevas cargas y presiones para las mujeres.

La pobreza rural, la transformación orientada por la agroindustria y la ruina de la agricultura en pequeña escala (de lo que se hablará en la sección IV), las presiones ambientales sobre la tierra, el agua y los recursos, y los conflictos militares han alterado profundamente los patrones tradicionales de trabajo y familia y han impulsado las migraciones masivas de la humanidad fuera del campo del Sur global.

B) La prostitución y la economía urbana informal

La prostitución, en sus formas legales e ilegales, como trabajo forzado o “voluntario”, es un elemento integral de la economía informal global de trabajo no regulado e irregular que es la forma dominante de empleo y supervivencia en los países oprimidos del Sur global.

La prostitución se encuentra en los cinturones de miseria y asentamientos informales, junto a los recintos de las fábricas, las plantaciones agrícolas y en torno a los sitios turísticos en expansión (junto con los guías turísticos, los vendedores de drogas, los vendedores ambulantes y otros). Se sabe que las empresas mineras y madereras extranjeras han establecido zonas de prostitución como “servicio” para los trabajadores. Las zonas económicas especiales (o de procesamiento para la exportación) al servicio del capital extranjero han sido importantes centros de prostitución. En la actualidad existen en unas 4.000 localidades.

En Mumbai, la segunda ciudad más grande de la India, las mujeres migrantes provenientes del campo venden servicios sexuales en burdeles y en la calle. Pero los modos de “intercambio” más habituales son los mercados laborales informales de jornaleros que ofrecen otras actividades generadoras de ingresos, como la construcción y el trabajo doméstico. La lucha de las prostitutas por alimentarse y por dar de comer a sus familias en las ciudades, por acceder a albergue y a agua, se desarrolla en un ambiente de persecución policial y de implacable demolición de los asentamientos ilegales.

C) Migración, tráfico y prostitución

El destierro de las economías de subsistencia tradicionales en el tercer mundo y la “atracción” del empleo remunerado y los ingresos estables en determinadas regiones del mundo, especialmente en Europa Occidental y Norteamérica, han atraído a la mano de obra empobrecida hacia los flujos migratorios y el tráfico de personas. El contrabando no es lo mismo que la trata de personas, que implica el atrapamiento y la esclavización, aunque el contrabando de personas se solapa con la trata de personas.

La migración a través de las fronteras se ha convertido en algo esencial para las estrategias de supervivencia de las mujeres desplazadas desde las economías tradicionales por la agroindustria, la crisis climática, los conflictos regionales y locales y la pobreza extrema. Y estos flujos migratorios “hacen aumentar” la oferta de “potenciales esclavas sexuales” para ser explotadas a bajo costo.

(En el punto álgido de la “crisis de los refugiados” europea en 2015-2017, los contrabandistas facilitaron el 95% de la migración “no oficial” hacia Europa y el cruce desesperado de las fronteras en busca de seguridad y una vida).

El trabajo que realizan en otros países los trabajadores migrantes provenientes del tercer mundo también genera remesas —una parte de sus ingresos— que se envían a las familias en sus países de origen. Estas remesas contribuyen a mantener a flote a las economías del Sur global. El artículo El parasitismo imperialista y la recomposición social y de clases en Estados Unidos detalla el desproporcionado papel que desempeñan las remesas de los trabajadores migrantes e inmigrantes en la economía mundial imperialista actual, superando la inversión extranjera directa anual en las economías oprimidas.

La intensa demanda y búsqueda de mano de obra barata en los países oprimidos del tercer mundo y proveniente de éstos es una fuerza impulsora del tráfico de seres humanos de hoy día. Esta demanda de mano de obra barata ha sido un gran impulso para las operaciones de los grupos delictivos organizados que llevan a cabo y “regulan” este tráfico. De hecho, no existe ninguna economía imperialista global de “cadena de suministro” sin flujos de mano de obra traficada: en la construcción, la industria manufacturera, la “hostelería”, la agricultura y la pesca. Las actividades económicas “legales” e “ilegales” están cada vez más entrelazadas en la economía mundial imperialista.

Existe un círculo vicioso en la esfera de la explotación sexual: una mujer es reclutada en Tailandia para trabajar en otro país como empleada doméstica; luego es traficada hacia otros países y es coaccionada para realizar “trabajo sexual”... se convierte en una esclava. Aunque la mayor parte de sus “ingresos” por concepto de su trabajo sexual se reparte a un proxeneta o un traficante, ella puede enviar algunos dineros a su familia en una aldea. En resumen, el dinero vuelve a entrar en la economía tailandesa y ayuda a apuntalar esta economía con, sí, su gran “sector de burdeles” (sobre el que se hablará en la sección IX).

Tal es la vil matriz del desarrollo dependiente dominado por el imperialismo.

IV. PONEMOS LAS COSAS EN UNA PANORAMA MÁS AMPLIA: DESPOJO, EXPULSIÓN Y POBLACIÓN “EXCEDENTE” EN EL TERCER MUNDO

El crecimiento y la globalización de la “industria del sexo” tiene un “lado ofertista” esencial. Una enorme reserva de humanidad desplazada y desesperada, sobre todo en el tercer mundo (pero no sólo ahí), no se está absorbiendo en las estructuras de las economías formales del sistema imperialista mundial. Una economía formal se refiere a una paga y un horario establecidos y a cierto grado de reglamentación oficial de las condiciones de trabajo. Más bien, inmensos sectores de la humanidad oprimida están condenados a modos precarios de supervivencia. Exploremos esto más a fondo.

A) La separación entre los productores campesinos y los medios de producción

En los últimos 50 años, se ha venido produciendo una forma de hoy día de una (a menudo violenta) separación entre los trabajadores y los medios de producción... que ha devastado la vida de cientos de millones de habitantes del campo en el tercer mundo.

Este proceso de despojo ha estado vinculado a un proceso históricamente sin precedentes de urbanización vertiginosa y caótica en el tercer mundo y el surgimiento de “megaciudades”, con masivos tugurios y cinturones de asentamientos de paracaidistas habitados por migrantes provenientes del campo.

¿A qué se refiere “separación entre los trabajadores y los medios de producción”?

* Los trabajadores en cuestión son en su mayoría pequeños campesinos o agricultores que poseen o arriendan pequeñas parcelas de tierra — o que utilizan parcelas que son propiedad de la comunidad, o lo que se llama propiedad “consuetudinaria”.

* El principal medio de producción del que son separados (despojados) los campesinos-agricultores es la tierra, junto con los aperos asociados y el acceso al agua.

¿Cómo se lleva a cabo la separación entre los trabajadores y los medios de producción? El proceso de separación supone una combinación compleja de factores:

  • la introducción en el tercer mundo, a partir de los años 1950 y 1960, de una agricultura de gran escala, más altamente mecanizada y tecnológicamente avanzada, que incluye nuevas variedades de semillas híbridas, vinculada a importantes canales de comercialización nacionales e internacionales, lo que perjudica a los pequeños productores;
  • la competencia de parte de la agroindustria global e imperialista;
  • La gran apropiación de tierras campesinas mediante el desarrollo de infraestructura imperialista y patrocinada por el estado (como la construcción de presas, carreteras e instalaciones de almacenamiento para la producción agrícola de gran escala, etc.);
  • el “acaparamiento de tierras” por parte de grupos de inversionistas privados internacionales, gobiernos de otros países y élites nacionales que convierten la agricultura local en producción industrial y de plantaciones, como el aceite de palma, y operaciones mineras;
  • la pérdida de derechos sobre el agua;
  • la presión y las políticas impuestas por las instituciones internacionales de “desarrollo” y de crédito, como el Banco Mundial, que imponen la apertura de los mercados a las exportaciones provenientes de los países imperialistas, lo que lleva a una situación en la que, por ejemplo, el maíz estadounidense se vende a menor precio y arruina la producción local de maíz mexicano, y a préstamos que requieren como condición recortes del apoyo financiero para los pequeños productores por parte de los gobiernos; y
  • la privatización de las semillas y los fertilizantes por medio de los “derechos de propiedad intelectual” que atan a los agricultores a la agroindustria imperialista.

El despojo de los pequeños campesinos y agricultores ha implicado métodos “legales” e ilegales de confiscación de tierras... la presión económica y la fuerza bruta. Los grandes terratenientes y los gobiernos locales, regionales y nacionales del tercer mundo despliegan fuerzas armadas, pandillas y sicarios locales; crean escrituras de propiedad formales que proporcionan una cobertura legal para la compra o la toma de posesión por la fuerza de las tierras las que las poblaciones campesinas locales y durante generaciones los pueblos tribales e indígenas han poseído y cultivado, pero sin escrituras privadas formales. Al mismo tiempo, la competencia entre los agricultores-campesinos hace que algunos obtengan ventajas en cuanto a productividad, extensión de las tenencias de tierras y capacidad de contratar mano de obra.

Aquí va una estadística reveladora: Incluso en 1983, la mayoría de los trabajadores del mundo seguían trabajando en la agricultura (en su inmensa mayoría en el Sur global). Pero para principios de la década de 2010, sólo el 25% de los trabajadores del mundo trabajaban en la agricultura.

Lo siguiente es la realidad actual para los desplazados del Sur global: en ninguna parte se está creando nuevos trabajos fuera de la agricultura a la escala necesaria para absorber a aquellos que están resultando separados de la tierra.

B) No es lo mismo que lo que ocurrió durante la revolución industrial de los años 1700 y 1800

Este proceso de separación entre los trabajadores y los medios de producción no ha sido un simple calco de la experiencia de la expulsión de los campesinos de la tierra, como ocurrió durante varios siglos en Europa, y del desarrollo explosivo de la Revolución Industrial, centrada en Inglaterra, a finales del siglo 18 y en el 19. En esa época, se estaba dando un proceso de industrialización capitalista intensivo en mano de obra. La producción capitalista estimulaba el crecimiento de un nuevo proletariado agrícola e industrial procedente del campo. Y la producción fabril en masa, como los molinos de textiles de algodón en Inglaterra, con todas las horrorosas condiciones, estaba absorbiendo a grandes cantidades de nuevos proletarios.

Pero en las condiciones actuales de dominación imperialista, el desarrollo económico de los países oprimidos del Sur global está subordinado a las necesidades del imperialismo y está distorsionado por dichas necesidades, y además está altamente vulnerable (amarrado) a los altibajos de la economía imperialista mundial. Estos países no están “volviendo sobre los mismos pasos” de la anterior Revolución Industrial, que en sí era inseparable del comercio mundial de esclavos y de la conquista colonial, cuyas consecuencias aún se sienten en los países oprimidos.

En la actual economía capitalista mundial, no existe ninguna incorporación de grandes cantidades de los campesinos desposeídos y desarraigados del tercer mundo en los sistemas industriales de producción en masa. Grandes cantidades de aquellos que abandonan la agricultura —porque son obligados a dejarla o porque “eligen” irse en condiciones opresivas— no encuentran trabajos industriales y de servicios estandarizados. Se convierten en una población excedente. No se refiere a un “excedente” en el sentido de “sobrepoblación” debido a las altas tasas de natalidad o a la escasez absoluta de recursos, sino a un “excedente de humanidad” en relación con la demanda de mano de obra por parte del capitalismo para servir a la producción basada en las ganancias.

Llama la atención que en los últimos 40 años, se haya dado una gran expansión de la producción manufacturera en el tercer mundo. Esto está muy relacionado con la inversión extranjera y la externalización de la producción de los países capitalista imperialistas. Esta es una característica que define la economía mundial imperialista contemporánea y es esencial para la rentabilidad del capital imperialista. Pero la nueva capacidad manufacturera en el tercer mundo está concentrada en gran medida en un grupo de países. La inversión imperialista y la subcontratación, junto con la expansión de la capacidad industrial manufacturera local, no han creado empleos para la gran mayoría de las poblaciones recientemente urbanizadas del tercer mundo.

Lo siguiente es la tendencia histórica: A lo largo de la mayor parte del Sur global, el desplazamiento de gran escala de los habitantes de las zonas rurales hacia las ciudades no ha sido un movimiento de gran escala hacia la industria y los servicios en la economía formal con horarios y salarios establecidos, y que opera dentro de un determinado marco legal1.

Casi el 70% de los empleos en las regiones de bajos y medianos ingresos del mundo se encuentra en la economía informal de trabajos irregulares e inseguros (a menudo temporales), en su mayoría en autoempleo o jornaleros por día, sin horarios ni salarios establecidos, ni protecciones de seguridad y salud u otras regulaciones oficiales. Las ocupaciones incluyen a vendedores ambulantes, obreros de la construcción, innumerables trabajos de servicios (reparación de teléfonos móviles), trabajadores domésticos, traperos y recicladores, y se solapan con actividades ilegales como el comercio de productos falsificados. En la India, el 80% de los empleos fuera de la agricultura es informal, y en África, el 85% de los empleos no agrícolas lo es.

Más del 90% de la mano de obra informal del mundo se encuentra en el Sur global.

C) Desplazamiento y expulsión

En Expulsiones: Brutalidad y complejidad en la economía global, Saskia Sassen desarrolla un análisis de una transición a escala mundial de un desarrollo capitalista-imperialista que “incorpora” a las masas de pobres y desarraigados en la actividad económica... a otro desarrollo, que se aceleró hacia fines del siglo 20 y continúa en el siglo 21, caracterizado por la “expulsión” masiva de personas de la tierra, el empleo y el hogar.

Sassen ve una dinámica global que vincula:

las personas desplazadas [en el tercer mundo] para las cuales no hay hogar al que volver — su hogar se ha convertido en una zona de guerra, una plantación, una operación minera o un terreno muerto… [y] “un cambio equivalente en el Norte global, donde lo que hasta hace poco era el encarcelamiento como respuesta a un delito (tanto si el delito realmente se haya cometido como si no) se está convirtiendo ahora en el almacenamiento de personas [la encarcelación en masa]... en que Estados Unidos está en una vanguardia exclusivamente propia”. [traducción de revcom.us]

Continúa observando, y esto es particularmente relevante para el enfoque de este documento, que:

las expulsiones del hogar, de la tierra y del trabajo también han tenido el efecto de dar un espacio operativo en expansión a las redes criminales y al tráfico de personas, así como un mayor acceso a la tierra y a los recursos hídricos subterráneos a los compradores provenientes de otros países, ya sean empresas o gobiernos. (La presentación de Sassen en Libros Revolución sobre el libro Expulsiones puede verse en inglés en: https://vimeo.com/manage/videos/108811541.)

D) Planeta de ciudades miseria

Este es el título de un libro de Mike Davis que ofrece un análisis vital para entender el fenómeno que nos ocupa. El capítulo final se inicia con un llamativo pasaje tomado de la novela Texaco de Patrick Chamoiseau: “Un proletariado sin fábricas, ni talleres, ni trabajo, y sin jefes, en el embrollo de oficios esporádicos, ahogándose en la supervivencia y llevando una existencia como un camino entre las brasas”. El “embrollo de oficios esporádicos” es la “economía informal”. Texaco es el nombre del asentamiento de paracaidistas de la capital de la isla caribeña de Martinica.

No se puede exagerar la ferocidad, la velocidad y el dolor de lo que está ocurriendo. La proporción de la población mundial que vive en ciudades pasó del 34% en 1960 al 47% en 2000 y al 57% en 2020. Más del 75% de la población urbana mundial vive en las ciudades del Sur global. En 2015, el 40 por ciento de la expansión urbana mundial ocurría en barrios marginales; en el África subsahariana, más del 60 por ciento de la población vive en barrios marginales. En 2019, más de mil millones de personas, es decir, casi 1 de cada 7 personas en el planeta, vivían en barrios marginales urbanos y en los llamados “asentamientos informales” que rodean las zonas urbanas —con alcantarilla deficiente, agua contaminada y pocos servicios de salud—, sobre todo en las megaciudades del Sur global y sus alrededores.

Esta migración de los desplazados del campo a las ciudades... esta migración que a menudo continúa desde un país del tercer mundo hasta otro... y hasta los países imperialistas — está estrechamente relacionado con la “globalización de la prostitución”.

E) Y el calentamiento global

La economía, la sociedad, la política y la revolución para un mundo radicalmente diferente y mucho mejor están inextricablemente vinculadas con la crisis ambiental planetaria. El calentamiento global está ejerciendo efectos desproporcionados en la agricultura del tercer mundo — sequías y desertificación. Intensifica las tensiones ambientales en las ciudades, los barrios marginales y los asentamientos de paracaidistas del Sur global. Agrava las dinámicas de la expulsión, las migraciones en masa y el surgimiento de una “humanidad excedente”.

V. A CONTINUACIÓN, ESCUCHAMOS LAS HISTORIAS DE AYE Y MARY DE SU DESCENSO AL INFIERNO... Y DE LA PESADILLA QUE ENFRENTAN LOS REFUGIADOS ROHINGYA

Aye sólo tenía 14 años cuando una mujer se acercó a su familia en Myanmar. Les dijo que Aye podía trabajar en Bangkok. Los padres de Aye, que vivían en la extrema pobreza, les dieron permiso a ella y a su hermana para viajar a Tailandia y aprovechar la oportunidad de trabajar. Al llegar, las entregaron inmediatamente a un grupo de hombres que las vendieron al dueño de un burdel.

Los padres de Aye no supieron nada de ella durante tres años... hasta que la encontraron durante una redada en un burdel. La habían mantenido cautiva en el quinto piso del burdel, con otras 100 mujeres: obligadas a trabajar desde el mediodía hasta las dos de la mañana, forzadas a servir entre 12 y 20 hombres a diario. A cada muchacha le daban una camiseta con un número; veían la televisión mientras esperaban que llamaran a su número. Una pared de cristal separaba a las mujeres y las niñas de los hombres hasta que éstos pagaran los 6 dólares que les correspondían por pasar 30 minutos con la muchacha de su elección. Las mujeres y niñas recibían un dólar al día por su “trabajo”.

Mary era una prometedora estudiante de secundaria del estado nigeriano de Edo. Soñaba con ir a estudiar en la universidad. Tenía 16 años cuando una mujer se acercó a su madre y le ofreció llevar a la adolescente a Italia para que encontrara trabajo. La familia de Mary la presionó para que aceptara la oferta, con la esperanza de que esto les ayudara a salir de la pobreza. Mary terminó por ser víctima de la trata de personas para la prostitución: tres años en los que la obligaron a vender su cuerpo, soportó palizas y amenazas con pistola y la forzaron a ver la brutal degradación (zanahorias introducidas violentamente en las vaginas) de muchachas aún más jóvenes como una lección objetiva de lo que ocurriría si se resistiera.

Fue finalmente repatriada a Nigeria tras una redada. Pero la familia de Mary la rechazó. Eso fue hace 20 años. Hoy, la situación es mucho peor. Las pandillas se aprovechan del caos de la crisis migratoria, “vendiendo” más mujeres, y niñas cada vez más jóvenes, en la esclavitud sexual. Mary reflexiona que estas jóvenes ahora son más conocedoras de qué cosa les depara que ella lo era... pero no saben el trauma que sufrirían si alguna vez salieran de ahí, como ella hizo.

Una joven refugiada rohingya que huye de Myanmar cruza a la vecina Malasia. Forma parte de los cientos de miles de personas que han sido perseguidas, satanizadas y expulsadas del país. En un campamento justo en el interior de Malasia, ella y otras niñas fueron vendidas al principio para matrimonios forzados. Pero al cabo de cierto tiempo, sus “esposos” las venden a otros hombres. Algunas acaban como trabajadoras domésticas o en régimen de servidumbre. Los traficantes, que les prometen salarios más altos, atraen a algunas de estas adolescentes y jóvenes a la prostitución forzada. Otras mujeres rohingya son obligadas a trabajar en la industria del marisco de Tailandia. Esta industria depende fuertemente de la mano de obra barata y esclava, y en ella las mujeres están expuestas a condiciones de trabajo que ponen en peligro su vida y a un trato sexualmente abusivo. La industria sirve al sector alimentario minorista de Estados Unidos.

Otros refugiados acaban en Bangla Desh, que es ahora el principal destino para los rohingya, donde viven aproximadamente un millón, incluidos cientos de miles que huyeron en décadas anteriores. Su condición de apátridas y la imposibilidad de encontrar trabajo legalmente hacen que las mujeres y las niñas sean especialmente vulnerables al tráfico sexual. Algunas acabarán en una de las llamadas “aldeas burdeles” de Bangla Desh, donde se sumarán a mujeres y adolescentes bangladesíes, algunas de tan solo 13 años.

La prostitución es legal en Bangla Desh. El flujo constante de mujeres y niños víctimas de la trata hacia la industria de la prostitución hace que las niñas sean desechables para quienes ganan dinero con ellas. Algunas de las jóvenes se desaniman tanto que no pueden continuar: se cortan, se suicidan (una al mes) en la aldea burdel más grande del país. Las mujeres tienen prohibido enterrar a los muertos en los cementerios públicos, por lo que estas prostitutas han construido cementerios privados para hacer frente a la situación... y realizar funerales improvisados.

VI. UNA NOTA SOBRE LAS RACIONALIZACIONES DEL “TRABAJO SEXUAL” Y EL DESCENSO AL INFIERNO

Hay que entender y afirmar claramente que el “trabajo sexual”, en contra de sus muchas racionalizaciones, incluidas las que emanan de ciertas corrientes del feminismo y de la política de identidad “concienciada”, no es simplemente un “trabajo” de un tipo especial. No es sólo una forma más atroz de “comercio”. La trata para la prostitución no es una variante de la “migración por trabajo”. No es así cuando se tiene en cuenta lo que de hecho se hace a los cuerpos de las mujeres, incluso al ser forzadas e iniciadas en la prostitución por medio de las violaciones y las violaciones tumultuarias por parte de proxenetas y traficantes, con todos los efectos físicos y psicológicos que eso conlleva. Ser víctima de la trata para la prostitución es “la experiencia de ser utilizada sexualmente por muchos hombres a diario, sin poder rechazar ninguna práctica ni a ningún varón, mientras está bajo el control de los capataces y sin recibir ningún pago hasta que se salde una deuda putativa, inventada por el traficante y aumentada a diario para los artículos personales”. Y existe, entre los exponentes del paradigma del “trabajo sexual” para la prostitución global, un punto ciego imperio-chovinista: la negativa a tener en cuenta los horrores de esto en el tercer mundo.

A menudo se argumenta en defensa del “trabajo sexual” que, sí, puede ser degradante... pero también lo son todo tipo de trabajos bajo el capitalismo. En respuesta a esto, revcom.us publicó un artículo que señala:

Definitivamente es cierto que hay muchos trabajos en este mundo que son realmente degradantes y sumamente explotadores. Esta es una parte importante de por qué necesitamos una revolución, es una locura total y es innecesario que la vida de tantas personas se desperdicie de esta forma.... Por otra parte, cuando un hombre compra a una mujer o a una niña en la prostitución o la pornografía... Lo que está comprando es su esclavización y degradación sexual... Él está pagando por la experiencia de poder despreciar, violar, golpear, insultar y humillar a una mujer. [énfasis agregado]

Otra línea de argumentación de los defensores del “trabajo sexual” es que la transacción por medio de la cual una mujer intercambia su cuerpo con los hombres con fines de placer sexual —ya sea como prostituta en la calle, acompañante de “alta gama” o artista— de hecho es una forma de “agencia” femenina... de “elección” en un mundo de comercio globalizado y autopromoción. Desde este punto de vista, la realidad que opera es que se están haciendo una elección consciente. Se trata de una especie de engaño y autoengaño.

Como se ha demostrado en este análisis, fuerzas económico-sociales más amplias establecen y delimitan el abanico de “opciones” que tienen las mujeres, especialmente las empobrecidas y desarraigadas del planeta. Y el funcionamiento de la acumulación imperialista y el tejido social del patriarcado condicionan estas opciones. Y como explica Bob Avakian de forma contundente en el artículo “Sobre lo que uno elige... y cambios radicales”, la gente elige, pero eso “no quiere decir que han elegido tener esas elecciones”.

Un ensayo que rechaza las racionalizaciones “basadas en elecciones” del “trabajo sexual” hace la importante observación de que la prostitución es “creada por una relación y no por la voluntad individual... [es decir,] sin comprador sexual masculino y mujer prostituida, no hay prostitución”.

El reconocimiento de la naturaleza intrínsecamente opresiva de la prostitución y manifestando solidaridad con la justa demanda por la despenalización de la prostitución no es, sin embargo, el fin del asunto...

Hay que eliminar y es posible eliminar la explotación sexual y la opresión de las mujeres únicamente por medio de la revolución comunista para derrocar este sistema y arrancar de raíz toda explotación y opresión. Dicho de otro modo, realizar y continuar esta revolución de forma consciente y colectiva para romper radicalmente con todas las relaciones de propiedad tradicionales y con todas las ideas y valores tradicionales es la “agencia”, la agencia liberadora, lisa y llanamente.

VII. EL TRÁFICO SEXUAL COMO COMPONENTE CRÍTICO DE LA ECONOMÍA ILÍCITA MUNDIAL QUE HA DADO UN AUGE EN LOS ÚLTIMOS 20 AÑOS

Examinemos un tema crítico de análisis: la globalización imperialista ha facilitado una especie de “arquitectura global” que no sólo entreteje las redes de suministro de mano de obra globales legales e ilegales, sino que también hace borrosas las diferencias entre ellas. En cualquier número de industrias legales, las economías ilícitas circulan alrededor de ellas y hacia ellas, como la pesca, el cobalto, la minería del oro y el comercio de la madera. En el ámbito de las finanzas, la banca “legítima” se desangra hacia la banca “en las sombras” y del lavado de dinero.

La economía ilícita global está valorada en 2.2 millones de millones de dólares.

Según el estudio The Global Illicit Economy: Trajectories of Transnational Organized Crime [La economía ilícita global: Trayectorias de la delincuencia organizada transnacional] (2021): “El opaco sistema bancario mundial que se desarrolló a principios del nuevo milenio ha permitido que las ganancias legales e ilegales se combinen para crear depósitos multimillonarios de activos intocables, a la vez que refuerza el poder y la influencia de los actores que los utilizan”. Y las herramientas de la tecnología digital y del comercio digital han servido a la vez para avalar y camuflar microactividades ilícitas y economías de escala ilícitas — las drogas, el armamento, el tráfico de personas. Los pagos a los traficantes pueden realizarse sin dejar rastro de la transacción.

Todo esto se ha exacerbado debido a la pandemia de la Covid-19:

Décadas de globalización y liberalización del comercio han creado enormes disparidades de riqueza y poder. Antes de la pandemia del coronavirus, las oportunidades para trabajar en la economía legal ya estaban disminuyendo. Como resultado de la pandemia, la situación se ha agravado aún más, especialmente para aquellos que trabajan en la economía informal... Estas condiciones crean un espacio para que las economías ilícitas se expandan y ofrezcan servicios y empleen (a menudo de forma coercitiva) a un número cada vez más grande de personas. [traducción de revcom.us]

Como ya se ha comentado, las caóticas tendencias urbanizadoras del desarrollo económico del tercer mundo bajo la dominación imperialista interactúan con la incapacidad de la economía formal para ofrecer empleo. En los barrios marginales y los asentamientos urbanos informales, el estado no es capaz de ofrecer gobernanza, servicios y seguridad. La demanda de agua, y de carbón vegetal para calentar los hogares y para utilizarse como combustible para cocinar, así como otras necesidades esenciales, no pueden satisfacerse en la atmósfera económica no regulada. En este vacío, los grupos criminales y las pandillas locales suelen intervenir — y cooptar cada vez más los mercados no regulados. En algunos casos, durante la pandemia de la Covid-19, las pandillas han estado imponiendo cuarentenas sanitarias.

La economía ilegal clandestina crece y ofrece ese “espacio alternativo” para la generación de empleo y de ingresos. La prostitución es un componente importante de esta floreciente economía “alternativa”. Las pandillas y los grupos criminales, que atraen a los jóvenes y a las personas extremadamente marginadas, se multiplican y se ramifican en otras actividades, entrelazándose con contrabandistas y traficantes de migrantes, y con la “industria del sexo” global.

VIII. SEXO, SIRVIENTAS Y EL PROCESAMIENTO PARA LA EXPORTACIÓN... Y EL AUMENTO DEL “TURISMO SEXUAL”

A) Cómo las mujeres en el tercer mundo se mueven para incorporarse a la economía formal y para dejarla

El libro Sex, Maids, and Export Processing: Risks and Reasons for Gendered Global Production Networks [Sexo, sirvientas y el procesamiento para la exportación: riesgos y razones para las redes de producción global por género] explora la manera en que, durante las últimas décadas, grandes cantidades de mujeres en el tercer mundo han sido atraídas hacia los tres sectores citados en el título de este libro... y la manera en que se han desplazado entre éstos.

La subcontratación imperialista de la producción ha estimulado el crecimiento de las zonas de procesamiento para la exportación, que para su rentabilidad y competitividad, dependen de las mujeres como trabajadoras superexplotables. No obstante, la “carrera hacia el fondo” —la búsqueda cada vez más intensa del imperialismo de mano de obra más barata— resulta en cambios y reubicaciones constantes y competitivos de la producción. Una primera ola de la manufactura subcontratada de prendas de vestir y otros bienes de consumo en Taiwán, Corea del Sur, Singapur, etc., dio paso a una segunda ola centrada en otras zonas, como Bangla Desh y China — y llevó a la clausura de muchas de estas fábricas.

El empleo en fábricas con subcontratación o externalización es a la vez agotador y precario. Ello aumenta la vulnerabilidad de las trabajadoras y sus familias. Al mismo tiempo, la imposición por parte de las instituciones financieras imperialistas de la austeridad y el reajuste estructural, que se inició en la década de 1980 y continúa en diversas formas hasta el día de hoy —con los consiguientes recortes y privatización de los servicios básicos— ejerce una presión más fuerte sobre las mujeres para que junten los medios para mantener a flote sus hogares.

Algunas de estas mujeres en las fábricas regresan al hogar o a los sectores informales de trabajo, incluido el servicio doméstico y la prostitución — o emigran para sumarse a estos sectores en otros países. Pero tras convertirse en prostitutas, muchas mujeres resultan atrapadas... obligadas a permanecer en este trabajo por estigma, deudas acumuladas con “patrocinadores” (a menudo traficantes) y organizaciones criminales que les impiden escapar de esta situación.

B) El caso de Dongguan en China

La ciudad de Dongguan se encuentra en el corazón del delta del río Perla, la masiva zona de manufactura de productos para la exportación situada en la costa sur de China, frente a Hong Kong. En la primera década de este siglo, Dongguan llegó a ser conocida como la “Ámsterdam del Este”, con unas 300.000 prostitutas en la ciudad. Aunque oficialmente era ilegal, según algunas estimaciones, la prostitución representaba el 10% de los ingresos y el empleo de la ciudad.

El papel de la mano de obra migrante interna era crítico. Cientos de miles de mujeres procedentes del interior rural pobre de China habían acudido a la costa en busca de trabajos mejor pagados en las maquiladoras de manufactura con mano de obra barata en ciudades de rápido crecimiento como Dongguan. Un 90% de las prostitutas en Dongguan originalmente habían buscado trabajo en estas fábricas, pero no pudieron conseguirlo o descubrieron que estos trabajos no eran lo que a estas mujeres les habían dicho que serían.

La prostitución se convirtió en el trabajo de la oportunidad y la compulsión en tales circunstancias. Había demanda para estas “trabajadoras del sexo” entre los trabajadores migrantes masculinos que también habían llegado desde el interior, aunque en cantidades mucho más grandes que las mujeres; y había demanda para estas prostitutas entre los empresarios que acudían a esta ciudad costera para hacer negocios.

A medida que el auge de las exportaciones de China se ralentizaba a causa de la recesión mundial de 2007-2009 y que China se orientaba hacia las manufacturas más avanzadas y menos intensivas en mano de obra —y con la contracción de las oportunidades de empleo para las mujeres—, más mujeres buscaban trabajo como prostitutas. Los propietarios de burdeles y los traficantes tenían una creciente reserva de mujeres desesperadas a las que atraer y engañar. El gobierno puso en marcha medidas represivas drásticas, pero la industria no desapareció; simplemente cambió sus métodos de funcionamiento... y Dongguan sigue siendo la “ciudad del pecado” de China según el exultante lenguaje de las guías de “turismo sexual” en el Internet.

C) El turismo sexual global y el papel formativo de las fuerzas armadas estadounidenses genocidas

Del libro acertada y provocadoramente titulado con el análisis extremadamente valioso de Sheila Jeffreys, La industria de la vagina: La economía política de la comercialización global del sexo:

La prostitución militar fue un vector muy importante en la globalización e industrialización de la prostitución a fines del siglo 20. Las fuerzas armadas industrializadas masivas del siglo 20 entendieron que la prostitución era necesaria para su estado de preparación militar... La prostitución militar a una escala similar a la escala que emplearon los japoneses [la esclavización sexual de las mujeres en los años 1930 y 1940] formó parte de los regímenes militares de descanso y recreación de Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial en todo el sudeste asiático. Constituyeron la base de las enormes industrias del sexo y del tráfico de mujeres que se desarrollaron en Corea, Tailandia y las Filipinas, y se convirtieron en sectores tan importantes de sus economías. Por su magnitud, puede considerarse que la prostitución militar dio el pistoletazo de salida para un aspecto crucial de la globalización de la prostitución, la explotación sexual de un proletariado sexual de mujeres y niños de los países pobres por parte de los miembros de naciones ricas occidentalizadas..... Después de que la prostitución militar provocara la industrialización de la prostitución en un país, las mujeres y niñas locales se convirtieron en la materia prima de la industria global del sexo, que no sólo fueron prostituidas en las industrias locales y del turismo sexual en sus países de origen, sino que fueron traficadas para la prostitución en todo el mundo. [traducción de revcom.us]

La serie Crimen Yanqui de revcom.us tiene una entrega, “La guerra de Estados Unidos en Vietnam y la subyugación sexual de las mujeres”, que documenta la creación de una “enorme economía de burdeles” en Vietnam del Sur. En los diez años (1965-1975) de la guerra genocida de Estados Unidos, unas 400.000-500.000 mujeres y niñas vietnamitas se convirtieron en prostitutas.

La explotación sexual al servicio de los soldados estadounidenses se hizo más organizada, “industrializada”, al propagarse a Tailandia. Esto se plasmó en un pacto entre Estados Unidos y Tailandia fraguado por el secretario de Defensa Robert McNamara en 1967. A cambio de ayuda económica, el gobierno tailandés aceptó proporcionar servicios de descanso y recreación sexual para los soldados estadounidenses que estuvieran de licencia temporal — dándole así al “turismo sexual” en Tailandia tanto un aval oficial como un impulso externo. ¡Todo ello en una década de trabajo de matar a dos millones de vietnamitas!

El tráfico sexual durante las guerras sigue siendo una “tradición” de las fuerzas armadas estadounidenses: por ejemplo, en la “zona verde” de Bagdad, mujeres de Bielorrusia, China e Irán fueron traficadas por subcontratistas estadounidenses para trabajar como prostitutas.

Al mismo tiempo, la prostitución militar a una escala en masa ha tenido su propio “efecto multiplicador”. Existe una conexión muy clara entre el “auge” de la prostitución militar durante la guerra de Vietnam, las bases militares de Estados Unidos en el este y el sudeste de Asia y el posterior desarrollo del “turismo sexual” en esa región. Como elabora Jeffreys:

El desarrollo de la industria del turismo sexual en Asia a partir de la década de 1970 fue considerablemente favorecido por el trabajo de base realizado por la prostitución militar estadounidense. Se inició en los mismos lugares en los que se había desarrollado la prostitución para servir a los soldados estadounidenses en el descanso y la recreación, como Tailandia, la Filipinas y Corea, y se desarrolló al extremo que generaba una proporción sustancial del PIB en esos países. De hecho, los gobiernos de los países pobres han desarrollado deliberadamente el turismo sexual como medio para obtener divisas...

El turismo de prostitución no sólo se ha desarrollado en los países y lugares de Asia que albergaban la prostitución militar. Es una parte de la industria de la prostitución que se está desarrollando en todas las zonas donde los hombres, como individuos o en grupos, viajan por diversión, por negocios, por eventos deportivos o por asambleas políticas. Pueden ser turistas que visitan especialmente con el propósito de prostituir a las mujeres, o para utilizar los casinos ya que el uso de la prostitución está integralmente conectado con esta actividad, o hombres de negocios visitantes, o entusiastas del deporte masculino que prostituyen a las mujeres como parte ordinaria de la experiencia del viaje. Hay destinos de turismo de prostitución en el mundo rico, como Ámsterdam y el estado estadounidense de Nevada. También hay países pobres que han utilizado el turismo de prostitución como una herramienta para desarrollar sus economías y colocar a las mujeres locales en el mercado como un recurso a explotar, sin tener experiencias profundas de prostitución militar, como Jamaica. [énfasis añadido; traducción de revcom.us]

De hecho, a fines de los años 1970, Jamaica recibió préstamos del Fondo Monetario Internacional, préstamos a cambio de “reformas de política”. Esas “reformas” estipulaban que la economía jamaicana se reorientara hacia las necesidades del mercado mundial imperialista. Primero, se hizo con un impulso hacia la manufactura orientada a la exportación. Esa efímera iniciativa se derrumbó ante la competencia de zonas de producción aún más baratas. Lo que siguió fue la promoción del turismo —la “mercantilización del paraíso” en el Caribe y el sudeste asiático— con la oferta del cuerpo femenino “exótico” y “sumiso”.

La autora de origen jamaicano Nicole Dennis-Benn (que habló en Libros Revolución) capta algunas de las consecuencias humanas en su novela Here Comes the Sun [Aquí viene el sol]. En sus comentarios sobre la novela y las elecciones que hacen sus personajes, ha señalado:

La movilidad ascendente en Jamaica es extremadamente difícil, y por eso muchos jamaicanos de clase trabajadora se van. Pero aquellos que se quedan tienen que encontrar la manera de sobrevivir. En mi novela, Margot tuvo que complementar su escaso salario como empleada de hotel con la prostitución. En un país como Jamaica en que el turismo es nuestro principal ingreso, nuestra población marginada lo aprovecha. No se trata de que los hoteles utilicen sus ganancias para mejorar las cosas para nosotros y nuestra sociedad. [traducción de revcom.us]

Veámoslo a un nivel de abstracción más alto. Cantidades crecientes de gobiernos del tercer mundo han empezado a ver el turismo internacional (con la implícita “atracción” del acceso fácil al sexo comercial), con las presiones de los inversionistas imperialistas y las instituciones financieras internacionales, como una forma de crecimiento económico, como una “actividad estratégica de desarrollo”.

Muchas mujeres jóvenes, excluidas de los sectores que requieren ciertas habilidades, junto con niños que se enfrentan a condiciones desesperadas, buscan empleo en el sector informal del turismo. Y en muchos países oprimidos, “el turismo del sector informal es inseparable de la industria del comercio sexual de mujeres y niños”. El capital occidental —las cadenas hoteleras, las empresas de aviación y navieras, y la lista continúa— obtiene enormes beneficios de esta importante “industria global” que existe y prospera gracias a la subyugación y degradación sexual de las mujeres.

El “turismo sexual” es también un rasgo de los países imperialistas. La “cadena de suministro” (la “materia prima” global) para la prostitución legalizada y semilegal en estos países abarca en su centro a las prostitutas provenientes de otros países. En los Países Bajos, donde la “industria del sexo” es una importante “atracción turística” en la capital, Ámsterdam, se calcula que entre el 60 y el 70% de las prostitutas del país a principios de la década de 2000 eran migrantes.

D) Prostitución comercial

Si la prostitución se normaliza en el tercer mundo, en las formas que se analizan aquí, sobre todo el “turismo sexual”, adquiere nuevas dimensiones, cada vez más normalizadas, en los lugares de concertación y de entretenimiento empresarial de los países imperialistas. De Tokio a Shanghái, de Londres a ciudades en Estados Unidos como Atlanta (que se apoya en gran medida en las convenciones comerciales), la “prostitución comercial” ha crecido enormemente y se ha convertido en un elemento central en la “formación de redes de contactos en los negocios” a nivel internacional.

Este segmento de la “industria del sexo” abarca la prostitución abierta, los clubs de striptease y los salones de masaje, así como los centros mundiales del “turismo sexual”. Funciona como un modo especial y excluyente de vinculación masculina en la búsqueda del comercio. Encarna y refuerza el privilegio masculino en todos los niveles de la jerarquía empresarial. Un artículo publicado en 2010 en The Economist cita una encuesta realizada a mujeres ejecutivas que señalaban estos repugnantes rituales como un importante impedimento para su capacidad de acceder a las “redes sociales informales” necesarias para progresar en sus carreras.

IX. LA CULTURA PARÁSITA, LA REAFIRMACIÓN VIOLENTA DEL PRIVILEGIO MASCULINO Y LA PROSTITUCIÓN GLOBALIZADA

El análisis de este documento de investigación se ha centrado principalmente en el “lado [cadena] ofertista” de la “industria del sexo” mundial. Pero, ¿qué hay del lado de la “demanda”, la (creciente) demanda de sumisión y degradación sexual de las mujeres — y su puesta en práctica en innumerables formas? ¿Qué ha influenciado y configurado esto? Es una pregunta que merece una investigación más completa y una síntesis más profunda en sí y de por sí. Lo que sigue son algunas reflexiones preliminares y marcadores para posterior investigación.

Una estudiosa australiana de la “industria del sexo” mundial pone una pregunta provocadora. Ella escribe:

La pobreza, el desplazamiento y la desesperación de las mujeres se citan habitualmente para explicar la prostitución, así como el tráfico que organiza el comercio... Pero, paralelamente a estos fenómenos globales, ¿qué es lo que ha causado que cantidades crecientes de hombres prostituyan a las mujeres con mayor frecuencia en los últimos cincuenta años, si consideramos que la industria global del sexo ha florecido durante este periodo? En otras palabras, ¿qué ha acelerado la demanda por la prostitución entre los hombres... qué ha causado que surja la moda entre los hombres de que comprar el sexo quizá se considere razonable, incluso deseable? [énfasis agregado; traducción de revcom.us]

No se trata, como señala correctamente esta académica, de algún impulso sexual masculino biológico “esencialista”, o de alguna “demanda latente de prostitución” que permanece latente en los hombres. Y ella tiene razón cuando observa que el “comercio sexual banal de mujeres y niños en el contexto de la vida cotidiana de los hombres como consumidores es una realidad del siglo 21 que los movimientos antiesclavistas de género de los siglos 19 y 20 no han podido impedir”. Su uso del término “banal” es, por supuesto, para destacar la rutinización, esa normalización, de la explotación y violencia sexual contra las mujeres.

Bob Avakian ha proporcionado las herramientas analíticas con las que explorar y comprender esto. Es el arquitecto del único tipo de revolución, una revolución guiada por el nuevo comunismo, con la que podemos transformar esto radicalmente. El nuevo comunismo toma la liberación de la mujer como cuestión central y piedra de toque de la revolución del siglo 21 para emancipar a la humanidad de toda opresión y explotación.

Vivimos en un mundo en el que se chocan entre sí “dos sectores anticuados”: la economía y la cultura anticuadas y las capas dominantes del sistema imperialista; y los fundamentalismos reaccionarios, que reflejan la perspectiva de los sectores históricamente anticuados en la humanidad colonizada y oprimida. La pornografía se encuentra con el velo: la deshumanización de la mujer en una forma medieval y moderna.

Vivimos en un mundo de parasitismo y privilegio extremos en los países base del imperialismo, de consumismo desperdiciador, tóxico y adormecedor, incluido el “entretenimiento sexual” chillón; un mundo de “turismo sexual” como “industria de crecimiento” en el tercer mundo.

En tantos sentidos, como ha subrayado Avakian, las fuerzas económicas subyacentes y los profundos cambios y luchas socioculturales han sometido a la familia patriarcal, y a las relaciones patriarcales en general, a enormes tensiones. Los lazos y roles sociales tradicionales se han fracturado, tanto en los países imperialistas como en los países oprimidos. Las mujeres campesinas se han convertido en trabajadoras asalariadas superexplotadas en las fábricas de ropa y aparatos electrónicos de las zonas de procesamiento para la exportación en el tercer mundo. En Estados Unidos, las mujeres que en generaciones anteriores habrían sido esposas y amas de casa a tiempo completo ahora completan estudios en las universidades en mayor número que los hombres. Los hogares han cambiado: receptores duales de salarios y sueldos, encabezadas por mujeres, junto con los desafíos culturales a las tradiciones de género.

Pero estos cambios económicos y sociales siguen estando contenidos y limitados dentro del caparazón (y el blindaje) de las relaciones económicas, sociales e ideológicas imperantes, de la organización patriarcal de la sociedad. Esto se aplica de formas distintas pero profundamente interrelacionadas tanto en los países imperialistas como en los países oprimidos, sobre todo debido a los procesos de globalización imperialista y sus expresiones culturales.

Bajo esta luz, algunos puntos adicionales de reflexión para investigaciones posteriores:

El “revanchismo masculino” en respuesta al socavamiento y la erosión de las formas tradicionales y antes estables de control patriarcal sobre las mujeres — y una sentida “pérdida de estatus masculino” en el hogar, el trabajo y la sociedad en general. La violencia contra las mujeres, incluida la violación y la violación tumultuaria, desempeña un papel integral en la reafirmación del privilegio, el derecho y la posición de los hombres... y como “castigo” a aquellos que lo amenazan.

* La producción en masa, la propagación y el consumo de pornografía a escala mundial... el enorme papel del tráfico sexual en esta industria mundial... y de la pornografía en la “educación”, la socialización y la habituación de los jóvenes y los hombres en general a lo que es aceptable, incluso valorado — el reforzamiento de la extrema mercantilización y cosificación de las mujeres.

Bob Avakian ha trazado un paralelismo contundente entre la pornografía y las “postales del ahorcado”: las postales con imágenes gráficas de linchamientos de hombres negros a principios del siglo 20 que se vendían como “recuerdos” de sádicos castigos y mutilaciones. Al igual que esas postales, la pornografía perpetra, racionaliza y se deleita en la violencia contra personas reales.

En la actualidad existen abundantes estudios que muestran que los hombres jóvenes en Estados Unidos obtienen la mayor parte de sus conocimientos sexuales en la pornografía. De hecho, investigaciones recientes muestran que más del 50% de los adolescentes varones consideran que la pornografía representa las relaciones sexuales de forma “realista” (y una proporción importante de muchachas adolescentes son presionadas culturalmente para llegar a la misma conclusión).

Otro hecho relevante: Estados Unidos ha sido el líder en la proliferación mundial y la “normalización” mundial de la pornografía y sus tropos dominantes: misoginia, violencia sexual, racismo y conquista sexual neocolonial. La industria mundial de la pornografía genera unos 90.000 millones de dólares al año, y Estados Unidos representa un 60% del total.

El papel del Internet en la amplificación del comercio mundial de mujeres y niños: para el “turismo sexual” y los centros de sexo en Estados Unidos y Europa Occidental, para la “prostitución comercial”, las agencias de escoltas-prostitución nacionales, las “citas compensadas”, etc. La ciberconectividad ha “estimulado” la demanda y el acceso a los locales de sexo comercial. De hecho, el Internet es el principal medio por el que se suministra pornografía a los hombres, especialmente en los países imperialistas. Y, de no menos importancia, la cibertecnología facilita la prostitución y el tráfico sexual... y su encubrimiento.

El horror, el horror...

A romper las cadenas. ¡A desencadenar la furia de las mujeres como una fuerza poderosa para la revolución!

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(*) https://revcom.us/a/711/raymond-lotta-la-industrializacion-de-la-explotacion-sexual-es.html