martes, 2 de marzo de 2021

Centenario del socialismo

¡Viva el Centenario del Socialismo Peruano!

 

En marzo de 1921 José Carlos Mariátegui escribió su primer trabajo de índole marxista-leninista: El cisma del socialismo, recopilado en Cartas de Italia. De esa forma el maestro marcó el punto de arranque del Socialismo Peruano. Por lo tanto, este marzo de 2021 se cumple el Centenario del Socialismo Peruano y, como dimos nuestra palabra hace diez años, lo celebramos “con la dignidad propia de tan importante acontecimiento”: este mes de marzo ve la luz el libro La creación heroica de Mariátegui y el socialismo peruano. Planteamiento de la cuestión, de nuestro Director Eduardo Ibarra, el cual tiene el siguiente contenido: 

 

Prólogo

Capítulo I

La Revista «Nuestra Epoca» y el Socialismo Peruano

Capítulo II

Apuntes Sobre la Creación Heroica de Mariátegui

Capítulo III

Una Vez Más Sobre la Creación Heroica de Mariátegui

Capítulo IV

Acerca del Socialismo Peruano

Capítulo V

Una Vez Más Acerca Del Socialismo Peruano

Capítulo VI

Contribución a la Teoría de las Generaciones del Socialismo Peruano

Capítulo VII

Observaciones Críticas a la «Primera Generación 1920-1945» Dizque del Socialismo Peruano

Capítulo VIII

El Punto de Partida de la Revolución Peruana

 

La presentación del libro se hará en forma presencial o virtual según aconsejen las circunstancias concretas. Y será anunciada oportunamente.

01.03.2021.

Comité de Redacción de CREACIÓN HEROICA.


lunes, 1 de marzo de 2021

Lucha Electoral

La Lucha por la Táctica Proletaria en la Campaña Electoral

César Risso

LA COMPARACIÓN DE LOS PLANES de gobierno de las agrupaciones políticas que se presentan a las elecciones del 11 de abril del año en curso, nos permiten observar lo que la propaganda a nivel mundial de la burguesía ha logrado: uniformizar el lenguaje, al igual que las propuestas. Hay una diferencia de énfasis en los planes de gobierno, girando alrededor de un punto medio, de un capitalismo más democrático o menos democrático, expresado en los términos que nos imponen los intelectuales a sueldo de la burguesía.

        El grado de democracia no abandona el carácter de la explotación capitalista vigente. Por ejemplo, ni una sola medida plantea la eliminación total del desempleo. Se asume que el desempleo es natural en el capitalismo. El conjunto de los problemas económicos y sociales tienen como única y última respuesta la inversión privada, pues, el empleo, por ejemplo, depende de los intereses de la burguesía. No se trata de que la pobreza y el desempleo son males que hay que superar, sino que todo depende de la buena voluntad de la burguesía que está “encadenada” a la necesidad de ganar cada vez más. Planteadas así las cosas, se trata de que cualquier mal generado por el sistema capitalista, como la pobreza, en sus diversos grados, el desempleo, etc., no se enfrentan directamente, sino dando un rodeo, a través de promover una mayor ganancia para la burguesía.

        El uso de los términos y expresiones que tratan de desorientar a las clases trabajadoras de la verdadera causa de todos los problemas que afrontamos, se dirigen a mantener a salvo al sistema capitalista. Pareciera que se trata de ver no el programa sino a la persona. Se trata pues, de que, implícitamente, se atribuye la situación que vivimos al individuo, dejándose de lado al sistema, a la organización económica, social y política de la sociedad. Sin dejar de reconocer el papel que juegan los individuos, el fondo del problema es que éstos actúan en circunstancias históricas a las que están sometidos por las leyes de desarrollo de la sociedad, y particularmente a las leyes del capitalismo en la situación actual.

        En algunos casos, siguiendo con la visión subjetivista de la situación actual, en la actual campaña electoral, alguien ha planteado poner fin a la pobreza. Sin embargo, saben perfectamente que es una propuesta demagógica, puesto que a renglón seguido afirman que van a reducir la pobreza solo en determinado porcentaje.

        Las propuestas de los diversos partidos para las elecciones de abril del 2021 son muy parecidas. Se trata de afrontar los mismos problemas, aunque no todas las organizaciones tienen la misma apreciación. En algunos casos se habla de regulación por parte del Estado, pero esto se dice de manera tan tibia, que se confunde con las propuestas de los demás partidos.

        Los candidatos de derecha se confunden con los de “izquierda”, o a la inversa. Todos tienen como premisa no solo la existencia del sistema capitalista, lo que es objetivamente cierto, pero considerándolo una fatalidad, lo que no es cierto, y que por lo tanto tenemos que seguir viviendo y sufriendo sus leyes; por lo cual no plantean el origen o la causa fundamental de los problemas que pretenden resolver, ni la solución definitiva. En otras palabras, sus límites de clase les impiden ver la verdadera causa de la pobreza, del desempleo, de la informalidad, etc.

        El objetivo de los candidatos se reduce a llegar al gobierno del poder. No importa cómo se llegue, se entiende en el marco de las elecciones, sino que desarrollarán la propaganda que crean les den más réditos políticos para poder ganar.

        Si hubiera alguna tendencia proletaria que pudiera llegar al gobierno del poder por esta vía y con este método, qué podría hacer sino aplicar la política burguesa de mantener, con algún nivel de maquillaje, al sistema capitalista. Y si tuviera la voluntad y se aplicase con energía a cambiar el sistema capitalista, dado que su propaganda fue burguesa o pequeño burguesa, o socialdemócrata, para expresarlo en términos políticos, no tendría el respaldo para realizar el cambio, ya que no hizo propaganda por el socialismo. Sería un movimiento “radical” por las intenciones, pero sin base social por la falta de conciencia de las clases trabajadoras. Es decir, llegaría al gobierno del poder burgués, con una soga al cuello, precisamente la soga que la misma tendencia “proletaria” se encargó de colocarse al cuello al renunciar a la labor de propaganda por el socialismo.

        Una cosa es la lucha electoral con una profusa propaganda por el socialismo, incluida la lucha posterior desde el congreso, en la que se debe desarrollar la permanente crítica al capitalismo y sus intelectuales, al igual que a sus representantes; así como a desarrollar propuestas que vayan prefigurando las condiciones para la lucha directa por el socialismo; y otra cosa muy distinta es la lucha electoral sin hacer propaganda por el socialismo.

        ¿En una campaña electoral algún partido renunciaría a plantear la reducción de la pobreza? Ni la reducción de la pobreza, ni la disminución del desempleo, ni el crecimiento del PBI, ni el desarrollo sostenible y sustentable, ni la modernización de nuestra sociedad, ni la reducción de la brecha social, entre otras propuestas, quedarían de lado. Todo esto es parte de la campaña electoral. Es el menú de propuestas que nos ofrecen todos los partidos.

        Hemos calificado en reiteradas oportunidades que los sectores de “izquierda” que se han presentado a las elecciones representan a la pequeña burguesía, y que por lo tanto no son izquierda proletaria sino el ala izquierda de la burguesía. El socialismo no aparece en la propaganda electoral. Evidentemente no les podemos exigir a partidos pequeño burgueses que realicen tal propaganda. La propaganda por el socialismo es tarea de las fuerzas proletarias.

        Los que ven como tarea concreta, del momento, el apoyo a algún partido de tendencia pequeño burguesa, no hacen sino seguir el juego de la propaganda por maquillar al capitalismo. Dejemos que la burguesía se encargue de esa labor, y que la tendencia proletaria desarrolle la labor de concientizar a las clases trabajadoras en la necesidad de la lucha por el socialismo.

        Es más, al usar los términos y expresiones que promueve la burguesía, no hacemos otra cosa que reproducir el esquema mental que el mundo burgués nos impone, volviéndonos así propagandistas del sistema capitalista.

        Una de estas expresiones es el llamado “Nuevo Orden Mundial”. Esta denominación recoge algunos cambios que se han dado en el sistema capitalista en su fase imperialista, haciéndonos criticar los cambios, abandonando el “viejo orden mundial”, y con ello dejando de lado la unidad que hay entre el capitalismo premonopolista y el monopolista, y las variantes que puedan presentarse. La esencia del capitalismo es la explotación del trabajo bajo la forma del sistema de salario para la obtención de plusvalía. Sea cual sea la variante del capitalismo, antigua o nueva, o novísima, lo que hay que criticar y cambiar es el sistema de trabajo asalariado, expropiando a los propietarios de los medios de producción. Nada de esto aparece en la crítica al llamado nuevo orden mundial. Esto quiere decir que la propaganda de este término, que puede hacer aparecer ante el común de los mortales como un personaje muy informado a quien lo utilice, no hace sino encubrir la verdadera raíz de la explotación de las clases trabajadoras.

        Si la tendencia proletaria, organizada o no, considera que es necesario apoyar en las elecciones a una agrupación determinada, como Juntos por el Perú, Frente Amplio o Perú Libre, debería plantear claramente en qué beneficiaría al desarrollo de la conciencia de clase;  en qué a la organización de la tendencia proletaria; en qué al trabajo de masas, a la unidad de las clases trabajadoras. Si esto no está claro, entonces resulta siendo una propuesta que empalma con los intereses de la burguesía por medio del apoyo a la socialdemocracia. Es decir, inocentemente, e inconscientemente, nos subimos al carro de la reacción, por más buenas intenciones que tengan quienes plantean tales acciones.

        Si de lo que se trata es de participar en un frente electoral, es obligatorio criticar las posiciones pequeñoburguesas en el seno del frente, pues las posiciones de las diferentes tendencias del mismo deben ser claras. En el caso de las elecciones, no se puede simplemente sumarse a la campaña electoral pequeñoburguesa, sino desarrollar una campaña electoral proletaria. Hay que hacer propaganda por el socialismo.

        Otra de las propuestas que se baraja es la de hacer propaganda por el mal menor, que es el reconocimiento implícito que no hay una tendencia proletaria que tenga un mínimo de organización, y que en consecuencia no tiene otra alternativa que someterse al menú electoral; es reconocer que no hay voluntad de seguir una política proletaria independiente. Hemos planteado anteriormente sobre esta consigna del mal menor, que es una falsa disyuntiva. Toda agrupación política de derecha, más allá de los matices, hará uso de la fuerza cuando así se lo dicte el imperialismo. De modo que aquello del mal menor no es más que una tapadera para ocultar la incapacidad de ver con claridad la necesidad de desarrollar abiertamente la propaganda socialista.

        Se habla con insistencia desde hace buen tiempo atrás, y con particular vehemencia, de los “caviares”, criticándolos por la gestión que llevan adelante desde el gobierno en los últimos años, sin atender el fondo de tal gestión, abandonando así el análisis del carácter de clase de los llamados “caviares”. Estos caviares que se presentan como representantes de la izquierda, aparecen en su mejor versión como socialdemócratas. Pero estos personajes son parte del juego de la burguesía imperialista. La denominación de caviares se debe a que es un grupo de intelectuales que viven del trabajo en las ONGs, cumpliendo con el encargo de atender a las consecuencias del dominio del capitalismo, trabajando con pequeños grupos de afectados por las leyes del capital, tanto en sus derechos como en su situación económica y social.

        Hemos señalado en otro lugar que en la actual pandemia, las entidades financieras internacionales están criticando la versión neoliberal de la política económica capitalista en el mundo. Que esta crítica deriva en la propuesta de una mayor participación del Estado para mejorar las condiciones de vida de los trabajadores con la finalidad de ponerlos a disposición del capital, evitando así el colapso de la fuerza de trabajo, para que sigan siendo objeto de explotación del capital. Sin trabajadores en buen estado la burguesía no podrá obtener plusvalía.

        No debemos entender estas propuestas como si fueran la solución a las precarias condiciones de vida de los trabajadores, sino como una situación de rescate, de sostenimiento, en condiciones que impidan que el capitalismo y la dominación mundial de la burguesía pierdan la base de la explotación a la que someten al mundo.

        La disyuntiva real se da entre llegar al gobierno del poder, sabiendo que el poder está en manos de la burguesía, más allá de la agrupación política que gobierne, dado el aparato burocrático-militar burgués; o crear poder, es decir, desplazar la idea capitalista, cualquiera que sea su forma, de la conciencia de las clases trabajadoras, para lo cual debemos plantear el programa socialista y luchar por su materialización.

        Los periodos electorales son excepcionalmente importantes para la difusión de las ideas y propuestas socialistas, pero no son los únicos. La propaganda por el socialismo es permanente. El uso de las elecciones son parte del proceso de dotar de conciencia de clase a las clases trabajadoras, y en la eventualidad de lograr tener representación parlamentaria, hacer uso desde esta tribuna de propuestas concretas que apunten a superar el dominio del capital.

Política

Lineamientos programáticos

 

La Cuestión del  Internacionalismo Proletario en el Programa del Partido

Eduardo Ibarra

Tempranamente, Marx y Engels escribieron:


… sólo este desarrollo universal de las fuerzas productivas lleva consigo un intercambio universal de los hombres, en virtud de lo cual, por una parte, el fenómeno de la masa desposeída se produce simultáneamente en todos los pueblos (competencia general), haciendo que cada uno de ellos dependa de las conmociones de los otros y, por último, instituye a individuos histórico-universales, empíricamente mundiales, en vez de individuos locales. Sin esto, 1.º el comunismo sólo llegaría a existir como fenómeno local; 2.º las mismas potencias del intercambio no podrían desarrollarse como potencias universales y, por tanto, insoportables, sino que seguirían siendo simples circunstancias supersticiosas de puertas adentro, y 3.º toda ampliación del intercambio acabaría con el comunismo local.


Para nosotros, el comunismo no es un estado que debe implantarse, un ideal al que haya de sujetarse la realidad. Nosotros llamamos comunismo al movimiento real que anula y supera el estado de cosas actual. Las condiciones de este movimiento se desprenden de la premisa actualmente existente. Por lo demás, la masa de los simples obreros –de la fuerza de trabajo excluida en masa del capital o de cualquier satisfacción, por limitada que ella sea– y, por tanto, la pérdida no puramente temporal de este mismo trabajo como fuente segura de vida, presupone, a través de la competencia, el mercado mundial. Por tanto, el proletariado solo puede existir en un plano histórico-mundial, lo mismo que el comunismo, su acción, sólo puede llegar a cobrar realidad como existencia histórico-universal. Existencia histórico-universal de los individuos, es decir, existencia de los individuos directamente vinculada a la historia universal. (La ideología alemana).

Como vemos, aquí los fundadores exponen la formación del mercado mundial y de la historia universal, y afirman que, como resultado de este doble proceso, el proletariado alcanza su verdadera existencia como clase y que, de esta forma, deviene clase universal con una misión histórico-universal, es decir, que su acción emancipadora, de sí mismo y de toda la humanidad, solo adquiere realidad positiva en el plano histórico-universal. Así, los proletarios aparecen como los individuos transformadores universales de la historia de la humanidad.  

Esta realidad indiscutible es la base del internacionalismo proletario.

Por tanto, la revolución proletaria solo es posible por la mancomunidad del proletariado de todos los países, y este es precisamente el significado del célebre llamado del Manifiesto comunista: «¡Proletarios de todos los países, uníos!»

Por eso en el Manifiesto inaugural de la Asociación Internacional de los Trabajadores (octubre de 1864), Marx dejó escrito:


La conquista del poder político ha venido a ser… el gran deber de la clase obrera.


La clase obrera posee ya un elemento de triunfo: el número. Pero el número no pesa en la balanza si no está unido por la asociación y guiado por el saber. La experiencia del pasado nos enseña cómo el olvido de los lazos fraternales que deben existir entre los trabajadores de los diferentes países y que deben incitarles a sostenerse unos a otros en todas sus luchas por la emancipación, es castigado con la derrota común de sus esfuerzos aislados. Guiados por este pensamiento, los trabajadores de los diferentes países, que se reunieron en un mitin público en Saint Martin’s Hall el 28 de septiembre de 1864, han resuelto fundar la Asociación Internacional. (Marx y Engels, Obras escogidas en tres tomos, t. II).

De esta manera el proletariado europeo seguía el llamamiento del Manifiesto. Y toda persona informada conoce las concretas expresiones de internacionalismo proletario de que dio muestras la Primera Internacional. La Comuna de París de 1871 es un caso relevante. 

En los Estatutos Generales de la Asociación Internacional de los Trabajadores, aprobados en setiembre de 1871 y basados en los Estatutos provisionales redactados por Marx en 1864, se lee:


… la emancipación de la clase obrera debe ser obra de la propia clase obrera…


… la emancipación económica de la clase obrera es… el gran fin al que todo movimiento político debe ser subordinado como medio


… todos los esfuerzos dirigidos a este fin han fracasado hasta ahora por falta de solidaridad entre los obreros de las diferentes ramas del trabajo en cada país y de la unión fraternal entre las clases obreras de los diversos países

Que la emancipación del trabajo no es un problema nacional o local, sino un problema social que comprende a todos los países en los que existe la sociedad moderna y necesita para su solución el concurso práctico y teórico de los países más avanzados


La Asociación es establecida para crear un centro de comunicación y de cooperación entre las sociedades obreras de los diferentes países y que aspiren a un mismo fin, a saber: la defensa, el progreso y la completa emancipación de la clase obrera (ibídem).

Como vemos, la emancipación del proletariado es el gran objetivo de la comunicación y la cooperación entre el proletariado de todos los países, el gran objetivo del internacionalismo proletario. 

Tramontada la experiencia de la Asociación Internacional de los Trabajadores, la Segunda Internacional, fundada en 1889, extendió su acción a los pueblos coloniales, penetrando en las tres Américas, en Asia, en Australia, en Sudáfrica, aunque sin dejar de estar centrada en Europa. Lenin señaló al respecto:


El gran alcance del Congreso Socialista Internacional de Stuttgart estriba precisamente en que ha implicado un fortalecimiento definitivo de la Segunda Internacional y la transformación de los congresos internacionales en asambleas prácticas que ejercen la mayor influencia en el carácter y orientación de la actividad socialista en todo el orbe. (El Congreso Socialista Internacional de Stuttgart).

Así el proletariado europeo cumplía con sus deberes internacionalistas.

La Tercera Internacional, fundada en 1919, extendió aún más la acción revolucionaria en todos los continentes. Lenin señaló a propósito de ello: 


La importancia histórica universal de la III Internacional, de la Internacional Comunista, reside en que ha comenzado a poner en práctica la consigna más importante de Marx, la consigna que resume el desarrollo del socialismo y del movimiento obrero a lo largo de un siglo, la consigna expresada en este concepto: dictadura del proletariado.


Ha comenzado una nueva época de la historia universal.


La humanidad se sacude la última forma de esclavitud: la esclavitud capitalista, o sea, la esclavitud asalariada.


Al liberarse de la esclavitud, la humanidad adquiere por vez primera la verdadera libertad.


Las masas obreras del mundo entero percibieron instintivamente el significado de los Soviets como arma de lucha del proletariado y como forma del Estado proletario.


La historia mundial conduce indefectiblemente a la dictadura del proletariado.


En ninguna otra cosa se ha manifestado con tanta evidencia la bancarrota de los jefes ideológicos de la II Internacional, del tipo de Hilferding y Kautsky, como en su total incapacidad para comprender la significación de la democracia soviética o proletaria, la relación de esta democracia con la Comuna de París, el lugar de esta misma democracia en la historia, la necesidad de su existencia como forma de la dictadura del proletariado. (La Tercera Internacional y su lugar en la historia).

Huelga decir que las tres Internacionales cumplieron su papel, cada una en la forma en que lo exigieron las necesidades del período en que les tocó actuar. Lenin resumió esta múltiple experiencia: 


La I Internacional echó los cimientos de la lucha proletaria internacional por el socialismo.


La II Internacional marca la época de la preparación del terreno para una amplia extensión del movimiento del entre las masas en una serie de países.


La III Internacional ha recogido los frutos del trabajo de la II Internacional, ha amputado la parte corrompida, oportunista, socialchovinista, burguesa y pequeño burguesa y ha comenzado a implantar la dictadura del proletariado (ibídem).

En estas dos últimas citas se constata la visión histórico-universal de Lenin: la revolución proletaria es un proceso de alcance histórico-universal, el internacionalismo proletario es la mancomunidad universal del proletariado, la Tercera Internacional fue la encarnación de estas dos verdades. Por eso su misión fue luchar por implantar a escala mundial la dictadura del proletariado en lugar de la dictadura de la burguesía, la democracia proletaria en lugar de la democracia burguesa. Y por eso fue «una máquina de combate», como acertadamente la calificó Mariátegui.   

En la coyuntura de la disolución de la Tercera Internacional, Stalin señaló que en adelante era necesario establecer la «organización de un compañerismo basado en la igualdad». Esta necesidad está vigente. El contenido de este tipo de centro internacional de la revolución proletaria es la centralización ideológica, la coordinación política, la independencia teórica y la autonomía orgánica.

 La constitución de ese centro ideológico-político es la tarea fundamental de todos los partidos proletarios del mundo en el terreno de su política internacional. Precisamente mediante dicho centro el proletariado puede existir en un plano histórico-universal y cumplir su misión histórico-universal.

 Pero esta internacionalidad de la existencia y de la acción del proletariado no es solamente teoría. En la práctica, Lenin actuó la revolución rusa no como una revolución independiente, autónoma, insular, sino como el primer acto de la revolución proletaria mundial. El proyecto leninista no fue pues realizar la revolución en un país determinado, sino iniciar la revolución mundial en un país que, como Rusia, se presentó en las condiciones de la primera guerra mundial como el eslabón más débil de la cadena imperialista.

 Así, pues, el proyecto revolucionario de todo partido proletario no puede ser concebido ni actuado sino en el contexto del proceso general de la revolución mundial, de la cual la propia revolución no es más que una parte. Por eso cada revolución es expresión genuina del internacionalismo proletario.

Mariátegui señaló: 


El internacionalismo no es únicamente un ideal: es una realidad histórica. El internacionalismo existe como ideal porque es la realidad nueva, la realidad naciente.


Un gran ideal humano, una gran aspiración humana no brota del cerebro ni emerge de la imaginación de un hombre más o menos genial. Brota de la vida. Emerge de la realidad histórica. Es la realidad histórica presente. (Historia de la crisis mundial).

Y, en otro lugar, confrontó el internacionalismo proletario con el nacionalismo estrecho: 


La evidencia de la realidad nacional no contraría, no confuta la evidencia de la realidad internacional. La incapacidad de comprender y admitir esta segunda y superior realidad es una miopía, es una limitación orgánica. Las inteligencias, mecanizadas en la contemplación de la antigua perspectiva nacional, no saben distinguir la nueva, la vasta, la compleja perspectiva internacional. La repudian y la niegan porque no pueden adaptarse a ella. El mecanismo de esta actitud es el mismo de la que rechaza automáticamente y apriorísticamente la física einsteiniana.


El nacionalismo aprehende una parte de la realidad; pero nada más que una parte. La realidad es mucho más amplia, menos finita. En una palabra, el nacionalismo es válido como afirmación, pero no como negación. En el capítulo actual de la historia tiene el mismo valor del provincialismo, del regionalismo en capítulos pretéritos. Es un regionalismo de nuevo estilo.


La voluntad de dar a los pueblos una disciplina internacional tiene que provocar una erección exasperada del sentimiento nacionalista que, romántica y anacrónicamente, quería aislar y diferenciar los intereses de la propia nación de los del resto del mundo. (El alma matinal).

Negar de la forma que sea lo universal en nombre de lo particular, lo internacional en nombre de lo nacional, el internacionalismo a nombre del nacionalismo, es escamotear la correcta relación entre unos y otros términos. Es asumir una actitud provinciana, es revelar una desviación ideológica y una posición política oportunista. Es natural, por eso, que la voluntad de dotar a nuestro proletariado y a nuestro pueblo en general de un sentido exacto de sus deberes internacionalistas, pueda exasperar a quienes se encuentran sumergidos en un nacionalismo espurio, mediocre, pequeño burgués.

        Piénsese un poco en esta afirmación de Mariátegui:


… en la lucha contra los imperialismos extranjeros cumplimos nuestros deberes de solidaridad con las masas revolucionarias de Europa. (Punto de vista anti-imperialista).

Así, pues, el internacionalismo proletario es una faceta de la revolución mundial y, en realidad, es la expresión necesaria de su esencia.

Por eso en el Programa del Partido Mariátegui acordó estos conceptos: 


1º- El carácter internacional de la economía contemporánea, que no consiente a ningún país evadirse de las corrientes de transformación surgida de las actuales condiciones de producción.


2º- El carácter internacional del movimiento revolucionario del proletariado. El Partido Socialista adapta su praxis a las circunstancias concretas delo país; pero obedece a una amplia visión de clase y las mismas circunstancias nacionales están subordinadas al ritmo de la historia mundial. La revolución de la independencia hace más de un siglo fue un movimiento solidario de todos los pueblos  subyugados por España; la revolución socialista es un movimiento mancomunado de todos los pueblos oprimidos por el capitalismo. Si la revolución liberal, nacionalista por sus principios, no pudo ser actuada sin una estrecha unión entre los países sudamericanos, fácil es comprender la ley histórica que, en una época de más acentuada interdependencia y vinculación de las naciones, impone que la revolución social, internacionalista en sus principios, se opere con una coordinación mucho más disciplinada e intensa de los partidos proletarios. El manifiesto de Marx Y Engels condensó el primer principio de la revolución proletaria en la frase histórica: “¡Proletarios de todos los países, uníos!”. (Ideología y política).  

No es casual que Mariátegui acordara calificar al internacionalismo proletario como el «primer principio de la revolución proletaria». Este concepto está en íntima consonancia con lo que está implícito en esta interrogante de Mao: 


¿Puede un comunista, que es internacionalista, ser al mismo tiempo patriota? (El papel del Partido comunista de China en la guerra nacional; cursivas nuestras).

Lo implícito aquí es que Mao define al comunista como internacionalista, es decir, como un sujeto universal. Esta condición del comunista es indiscutible. Es una verdad axiomática. Así, pues, el comunista tiene una existencia histórico-universal, desarrolla una acción histórico-universal y tiene una misión histórico-universal. Esta triple realidad permite entender que el Programa del Partido Socialista del Perú subraye el internacionalismo proletario como el «primer principio de la revolución proletaria».    

El internacionalismo proletario es el principio fundamental de la política exterior no solo de todo partido proletario, sino también, por lógica consecuencia, de todo Estado socialista. Todo Estado socialista debe apoyar las luchas del proletariado de los países avanzados, del movimiento democrático de todos los países en general y del movimiento de liberación nacional de los países oprimidos por el imperialismo. En una palabra, todo Estado socialista debe ser una base de apoyo de la revolución mundial. Pero, al mismo tiempo, los Estados socialistas deben desarrollar las relaciones de amistad entre sí, la ayuda mutua y la cooperación recíproca. 

Mariátegui sostuvo: 


En la sociedad actual la política y la economía han cesado de coincidir, han cesado de concordar. La política de la sociedad actual es nacionalista; su economía es internacionalista. El Estado burgués está construido sobre una base nacional; la economía burguesa necesita reposar sobre una base internacional. El Estado burgués ha educado al hombre en el culto de la nacionalidad… Esta contradicción entre la estructura política del régimen capitalista y su estructura económica es el síntoma más hondo, más elocuente de la decadencia y de la disolución de este orden social… Este orden social declina y caduca porque no cabe ya dentro de él el desenvolvimiento de las fuerzas económicas y productivas del mundo. Estas fuerzas económicas y productivas aspiran a una organización internacional que consienta su desarrollo, su circulación y su crecimiento. Esa organización internacional no puede ser capitalista porque el Estado porque el Estado capitalista, sin renegar de su origen, no puede dejar de ser Estado nacionalista.

Así, pues, con el surgimiento del Estado socialista, se dio la premisa histórica de una concordancia de la política y la economía en un plano superior: la política de los Estados socialistas es internacionalista, y sus economías deberán alcanzar progresivamente una estructura que responda a esa internacionalidad. Naturalmente, el internacionalismo proletario no niega ni tiene por qué negar el nacionalismo proletario, determinado por las presentes condiciones históricas: el socialismo se opone a la opresión imperialista y, por esto, «sin renegar absolutamente ninguno de sus principios» (Mariátegui), aparece como nacionalismo. Esto significa que el nacionalismo del socialismo es expresión de su internacionalismo. Con el avance de la revolución mundial, debe prosperar necesariamente, por etapas y bajo formas que sería prematuro anticipar con exactitud, la concordancia de la política internacionalista de los Estados socialistas con una estructura internacional de sus economías. Lenin habló con razón de la implantación de la «República soviética mundial». ¿Qué clase de Estado podría ser esta república si no se sustentase en una economía que progresivamente fuese concretándose como una economía común? Una de sus premisas del paso al comunismo es la disolución de las naciones y, como es obvio, esta disolución implica no solo la extinción de los Estados sino también la desaparición de sus economías nacionales. En la cosmovisión marxista de la historia, tal proceso es la expresión más clara, más fehaciente y más profunda de la existencia del proletariado en el plano histórico-universal, del carácter histórico-universal de su acción, del cumplimiento de su misión histórico-universal. 

Por lo expuesto, está fuera de discusión que todo partido proletario tiene absoluta necesidad de consignar en su Programa General su adhesión incondicional al internacionalismo proletario, expresión viva de la lucha histórico-universal del proletariado por la emancipación de la humanidad y, por esto, primer principio de la revolución proletaria.

       

22.06.2019.


Economía

Las Propuestas Económicas de las Tendencias Socialdemócratas

César Risso

LAS PROPUESTAS ECONÓMICAS planteadas por los partidos y agrupaciones en la campaña electoral de las elecciones de abril del 2021, tienen como punto central o abarcador la mayor o menor participación del Estado en la actividad económica, como empresario o como ente regulador. Sin embargo, nos proponemos evaluar sucintamente las bases de las propuestas de las agrupaciones de “izquierda”.

        Las tendencias socialdemócratas, ponen el acento en la estatización o nacionalización de algunas empresas de determinados sectores, así como en el reconocimiento del mercado y de su regulación.

        La propuesta del Frente Amplio es la siguiente:

“El Frente Amplio asume que la economía de mercado (intercambio competitivo de bienes y servicios mediante la moneda) es una realidad planetaria que no puede suprimirse ni puede reemplazarse por un modelo de economía auto-referencial o estatista. Pero consideramos que los estados y las sociedades tienen el derecho y la obligación de regular el funcionamiento del mercado y de promover un patrón de desarrollo nacional basado en la producción y la innovación, que tenga como objetivo central la igualdad, la sostenibilidad y la plurinacionalidad. En ninguna parte del planeta el mercado se regula solo. En todas las economías desarrolladas los estados regulan el funcionamiento de sus mercados nacionales así como la iniciativa privada, con el objetivo de impedir la formación de monopolios, proteger la propiedad intelectual, asegurar la calidad en la provisión de bienes y servicios, subvencionar y promover sectores estratégicos, proteger al medio ambiente y lograr el desarrollo equilibrado del país, entre otros motivos.”*

Nos hubiera bastado con citar únicamente las primeras líneas, donde se reconoce que el mercado existe y no se le puede reemplazar. Pero en las líneas finales de la cita nos encontramos con el modelo implícito, con la perspectiva de los países desarrollados como ejemplo a seguir. No se dice que estos países desarrollados son imperialistas, y que someten a nuestros países por los diversos mecanismos ya conocidos.

        Otro tanto se afirma en el plan de gobierno de Juntos por el Perú, en el que se afirma que el mercado debe ser regulado.

“Por eso alentamos, la inversión privada y pública, nacional y extranjera, en función de los intereses nacionales, el desarrollo equilibrado de los mercados, el respeto de los derechos laborales y sociales de los trabajadores, políticas dirigidas al sector informal urbano y a incrementar la mayor capacidad adquisitiva de la gente de menores ingresos, sobretodo en el medio periurbano, rural, andino y amazónico. Pugnamos, en consecuencia, por una mayor igualdad que, en la economía, se ayuda con una reforma tributaria redistributiva basada en los principios de igualdad y equidad.”

Del reconocimiento del mercado a los intereses “nacionales”. Es menester revisar brevemente el significado de lo nacional en el Perú. Al respecto habría que señalar lo siguiente: la nación constituye la unidad de las clases sociales en un territorio determinado, que se da por la formación del mercado interior. Surge entonces la pregunta de si puede haber unidad entre el proletariado y la burguesía, o entre todas las clases explotadas y la burguesía nacional en nuestro país. ¿Hay comunidad de intereses entre todas las clases que existen en nuestro país? Juntos por el Perú considera que sí hay intereses comunes. Por ello su propuesta, al igual que la de las demás tendencias socialdemócratas, considera a la burguesía nacional como parte del proceso de desarrollo, es decir, como desarrollo burgués, lo que da carácter precisamente a sus propuestas.

        Perú Libre, afirma acerca del mercado, lo siguiente:

“Constituye un documento contestatario al neoliberalismo donde los niveles de la lucha de clases no se circunscriben al plano económico, político o social, sino algo más importante, también a los planos ideológico y cultural. Establece también una estrategia para rescatar al Estado minimizado, casi imperceptible y moribundo frente al avasallamiento de la dictadura del mercado.” 

“Con el neoliberalismo nuestras empresas estatales fueron privatizadas; la libertad de mercado, libertad de empresa, libertad de industria y libertad de finanzas, quebraron nuestra incipiente industria nacional pública y privada; se socializaron las pérdidas y privatizaron las ganancias; se dio exclusividad monopólica a las empresas extranjeras; con la flexibilización laboral se autorizó mayor explotación legal al trabajador; se incrementó la brecha de desigualdad en el país, el hombre quedó reducido a ser un medio de producción o simple mercancía; y nos llevaron a una condición de neocolonia. En otras palabras, impusieron libertad para los ricos y coacción para los pobres.”

“PERÚ LIBRE es expresión contestataria de los pueblos marginados; palabra descentralista del poder político y económico; expresión de las luchas antineoliberales contra dictadura del capital o del mercado; expresión de nuestros derechos laborales; expresión del rescate de nuestras empresas privatizadas y de nuestros recursos naturales; expresión del anhelo popular de un nuevo modelo de producción; expresión de la restitución de los derechos fundamentales; expresión de los derechos comunales andinos y amazónicos; expresión de un proyecto de país y no de un proyecto de grupo empresarial; y finalmente expresión del internacionalismo latinoamericano.”

Como se puede ver, Perú Libre asume, por lo menos en la nomenclatura, posiciones que se aproximan al socialismo, pero que quedan por debajo de este.

        Su propuesta queda claramente expresada en la siguiente declaración de su plan de gobierno:

“Economía Popular Con Mercados

Estos parámetros han sido tomados de la experiencia gubernamental de la República Plurinacional de Bolivia y de la República del Ecuador, del gobierno de Morales y Correa, respectivamente. El primero se refiere al Modelo Social Económico Comunitario Productivo y el segundo al modelo de la Revolución Ciudadana, que compatibilizan con nuestros objetivos y que nosotros denominaremos resumidamente como Economía Popular Con Mercados.

a. Estado regulador del mercado. Cambio del Estado regulado por el mercado por un Estado que regule al mercado.”

Es lo máximo a lo que puede llegar la socialdemocracia. Es el llamado socialismo del siglo XXI. El mercado regulado.

        Así, la declaración inicial de ser un partido marxista leninista, se desdibuja al reconocer las experiencias que toman como modelo: el socialismo del siglo XXI, es decir, el socialismo de mercado.

“Nuevo modelo económico del Estado. Nuestro Partido plantea la Economía Popular Con Mercados, aspecto abordado ampliamente en el capítulo anterior. No estamos en contra de la empresa privada siempre que se traduzca su actividad en beneficio de la mayoría de los peruanos, tampoco prohibimos la competencia empresarial estatal, ninguno puede tener exclusividad, ni vetos.

Nuevo rol económico del Estado. El Estado debe estimular la creación de la riqueza, siempre que esta no surja, ni conlleve, a la explotación, trata de personas, recorte de los derechos laborales, contaminación ambiental, evasión de impuestos, violación de derechos fundamentales, situación de neocolonia, inseguridad ciudadana, corrupción, contratos lesivos al Estado, lesión de valores y principios sociales, entre otras. La izquierda socialista no renuncia a la riqueza, pero ésta debe ser social, no individual ni grupal.”

Con respecto a la actividad empresarial del Estado, Perú Libre plantea la estatización, como última opción, de los sectores estratégicos, o alternativamente la nacionalización:

“Estatización de sectores estratégicos. Como medida no descartada frente a no aceptar las nuevas condiciones de negociación, el Estado peruano debe proceder a la nacionalización del yacimiento en cuestión de los sectores mineros, gasíferos, petroleros, hidroenergéticos, comunicaciones, entre otros. En algunos casos solamente debe recurrirse a la nacionalización y no la estatización, indemnizando al privado lo invertido y administrando el total de las utilidades generadas, industrializando el país, generando empleo, fortaleciendo los sectores estratégicos (educación, salud, agricultura, defensa, etc.), y sosteniendo los programas sociales.”

No podemos menos que reconocer que la tendencia de la socialdemocracia es la de tratar de controlar los excesos del capitalismo en su sed de ganancia, por la cual explota por todos los medios, legales e ilegales, a los trabajadores. La desgracia de la socialdemocracia radica en la creencia de que pueden ser las actitudes personales o de ciertos grupos las que pueden corregir los males que, en su concepción, son fortuitos. No sabe la socialdemocracia, o no quiere saber, que el sistema económico social capitalista está sujeto a leyes que se imponen con férrea necesidad.

        El mercado expresa el carácter privado de los medios de producción, así como la división social del trabajo. Por ello las mercancías se venden y se compran en el mercado, así como la fuerza de trabajo, convertida en mercancía en el sistema capitalista.

        La regulación del mercado es el reconocimiento y la protección de la explotación capitalista, aunque mitigada en parte por el Estado. Esta regulación ataja un poco las ganancias de las empresas monopólicas y transnacionales, pero no las elimina. Este pequeño bienestar que se logra por parte de la regulación del mercado, favorece a la burguesía en otro sentido, puesto que este bienestar redunda en mayor producción y productividad.

        La socialdemocracia solo puede maquillar la explotación capitalista, pero no puede eliminarla, menos aún si se basa en el mercado.

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(*)Todas las citas de los planes de gobierno han sido tomadas de: https://elperuano.pe/noticia/113353-elecciones-2021-mira-aqui-los-planes-de-gobierno-de-los-candidatos-a-la-presidencia


Internacionales

Si Una Persona en el Mundo Permanece Desprotegida, Todos Estamos Desprotegidos. El “Apartheid” de las Vacunas nos Pone a Todos en Peligro.

 

Amy Goodman

“HE RECIBIDO PERSONALMENTE más dosis de la vacuna contra la COVID-19 que 130 países”, dijo el Dr. Craig Spencer al referirse a las dos dosis de la vacuna contra la COVID-19 que recibió recientemente como médico de la sala de emergencias.

En 2014 el Dr. Spencer contrajo el ébola cuando se encontraba luchando contra la epidemia en Guinea, África. El doctor conoce la vital importancia de los protocolos de salud pública, del equipo de protección personal y de las vacunas: “Hace apenas unas semanas, uno de los pocos países del África subsahariana que comenzó a vacunar a su población fue Guinea, y recibió 25 dosis; no 2.500, ni 25.000, sino solo 25”. En una entrevista con Democracy Now!, el Dr. Spencer, que es director de salud global en medicina de emergencias en el Centro Médico de la Universidad de Columbia, dijo: “Por suerte yo he recibido la vacuna, pero mis amigos que trabajan en una clínica en el sur de Burundi, en África oriental, quizás tengan que esperar hasta 2022 o 2023”.

El problema que el Dr. Spencer describe en forma tan sentida y personal ha sido denominado como “apartheid de las vacunas” o “nacionalismo de las vacunas”. Las naciones ricas, como Estados Unidos, el Reino Unido y los países de la Unión Europea, negociaron la adquisición de miles de millones de dosis de las potenciales vacunas mientras éstas aún estaban en desarrollo. En cambio, las naciones más pobres, donde vive el 85% de la población mundial, han quedado a la deriva, obligadas a esperar los envíos de vacunas del programa Covax, un mecanismo de cooperación mundial coordinado por la Organización Mundial de la Salud.

El Dr. Spencer señala que algunos países ricos han comprado incluso dosis suficientes para vacunar a toda su población varias veces: “Podemos retener las dosis y acumularlas, o podemos pensar en cómo vacunar a las poblaciones vulnerables de otras partes del mundo. Hay 59 millones de trabajadores de la salud en el mundo. Podríamos tomar una proporción muy pequeña de las dosis que hemos encargado y podríamos ayudar a coordinar un programa con la Organización Mundial de la Salud y con otros organismos internacionales de salud para vacunar a las personas más vulnerables del mundo, para que no solo estemos seguros nosotros, sino que también lo estén las personas de otras partes del mundo”.

Un impedimento clave para la vacunación generalizada de la población mundial es la escasez en el suministro de las dosis de vacunas, agravada por la codicia de los países ricos. La mayoría de las vacunas disponibles han sido desarrolladas por corporaciones farmacéuticas privadas con fines de lucro, que poseen patentes sobre las vacunas, lo que les otorga el control monopólico sobre la producción de estos medicamentos tan necesarios para salvar vidas. Estas corporaciones se aseguran grandes ganancias, a pesar de haber recibido, en algunos casos, miles de millones de dólares en subsidios públicos para el desarrollo de las vacunas.

Esta explotación de la pandemia con fines de lucro es posible por la aplicación estricta de tratados mundiales, principalmente el Acuerdo de la Organización Mundial del Comercio sobre Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual Relacionados con el Comercio. Varios países, encabezados por India y Sudáfrica, han pedido a la Organización Mundial del Comercio que se suspendan temporalmente los derechos de propiedad intelectual de las vacunas y otras tecnologías relacionadas con el coronavirus. Esta exención permitiría a instalaciones públicas y privadas de todo el mundo producir, en forma masiva, vacunas y otros artículos relacionados protegidos por patentes, como jeringas y equipos de protección personal. Junto con otros países ricos, Estados Unidos —primero bajo el Gobierno del expresidente Donald Trump, y ahora también bajo el Gobierno del presidente Joe Biden— han boicoteado este pedido de suspensión de los derechos de propiedad intelectual. Una coalición creciente de movimientos, coordinada por la organización Public Citizen, un grupo de defensa de los derechos de los consumidores, está presionando a Biden para revertir esta destructiva política.

La congresista demócrata Jan Schakowsky, del estado de Illinois, dijo a Democracy Now!: “[La suspensión de las patentes] sería algo muy significativo para el mundo. Estamos gastando miles de millones de dólares adicionales para sostener el turismo, para ayudar a las aerolíneas, para reforzar nuestra economía. Todo eso no servirá de nada si no podemos protegernos del virus porque no vamos a ayudar a la comunidad internacional. Hay cientos de organizaciones de todo el mundo, organizaciones de la salud, de defensa de los derechos humanos y ONGs, que están exhortando a que se apruebe esta suspensión de las patentes. Sé que Nancy Pelosi, la presidenta de la Cámara de Representantes, también se ha pronunciado sobre este tema y ha dicho que esta exención es importante para nosotros mismos. También es por nuestro propio interés”.

El punto que señala la congresista Schakowsky es vital: si una persona en el mundo permanece desprotegida, todos estamos desprotegidos. El virus de la COVID-19 muta rápidamente. Las variantes altamente contagiosas se están extendiendo por todo el mundo, incluidas las variantes del Reino Unido, de Sudáfrica y de Brasil, a las que ahora se agrega la variante de la ciudad de Nueva York. Si el virus no se contiene a nivel mundial, continuará mutando y propagándose a través de las poblaciones desprotegidas. Esto podría provocar que nuestro suministro actual de vacunas sea ineficaz, y que el planeta se hunda nuevamente en una pandemia catastrófica.

Fatima Hasan sabe lo que significa el término “apartheid de las vacunas”. Hasan es una activista sudafricana defensora de los derechos humanos que luchó para que los países pobres pudieran tener acceso a medicamentos vitales contra el VIH/sida. La activista escribió lo siguiente en un artículo para la revista Foreign Policy de esta semana: “Ha surgido una forma perniciosa de “apartheid” en torno al acceso a las vacunas, basada en gran medida en la riqueza y la geografía. La respuesta a la pandemia no debería tener que depender de la cooperación voluntaria, sino de medidas de emergencia, incluidas las medidas compulsivas, como sucede en tiempos de guerra”.

La Organización Mundial del Comercio se reunirá a principios de marzo para debatir la suspensión de los derechos de propiedad intelectual de las vacunas. Como la decisión debe tomarse por consenso, cualquier país puede impedir la aprobación de la suspensión. Miles de millones de dólares en posibles daños económicos y millones de vidas están en juego. Estados Unidos, la nación más rica del mundo, con el mayor número de muertes por COVID-19 —más de medio millón hasta el momento— debería liderar los esfuerzos para lograr que todo el planeta pueda tener acceso a las vacunas y a los tratamientos contra el coronavirus, fundamentales para salvar vidas.


© 2021 Amy Goodman

Traducción al español de la columna original en inglés. Edición: Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org

Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del libro “Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos”, editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.

Fuente: https://www.democracynow.org/es/2021/2/26/el_apartheid_de_las_vacunas_nos

Tomado de Rebelión.



Las Exigencias de Pfizer: Pide a Gobiernos Utilizar Activos Soberanos Como Garantía Para Acuerdo de Vacuna

 

PFIZER HA SIDO ACUSADO de "intimidar" a los Gobiernos latinoamericanos en las negociaciones de la vacuna contra la Covid-19, y ha pedido a algunos países que pongan sus activos soberanos -que incluyen edificios de embajadas y bases militares- como garantía contra el costo de futuros casos legales, revela esta investigación liderada por el Bureau of Investigative Journalism, con sede en Londres, Reino Unido, y el apoyo del medio de investigación Ojo Público desde Perú.

 

En el caso de un país de Latinoamérica, que no puede ser identificado por solicitud de las autoridades que declararon para este reportaje, las demandas del gigante farmacéutico llevaron a un retraso de tres meses en el acuerdo de la compra de esta vacuna.  En el caso de Argentina y Brasil, no se llegó a ningún acuerdo nacional. Mientras que en Perú, Pfizer solicitó durante el proceso de negociación incluir cláusulas que reducían la responsabilidad de la empresa ante posibles efectos adversos. 

 

Cualquier retraso en los países que reciben vacunas significa un continuo incremento de personas que contraen la Covid-19 y que, potencialmente, mueren.

 

Funcionarios de Argentina y otro país latinoamericano, que no podemos nombrar pues los funcionarios firmaron un acuerdo de confidencialidad con Pfizer, dijeron que los negociadores de la compañía exigieron una indemnidad adicional contra cualquier reclamo civil que los ciudadanos pudieran presentar si experimentaban efectos adversos, después de ser vacunados. En Argentina y Brasil, Pfizer pidió que los activos soberanos se pusieran como garantía para cubrir posibles costos legales futuros.

 

Situación similar ocurrió en Perú. En las negociaciones, Pfizer solicitó incluir cláusulas que eximen de responsabilidad a la farmacéutica por los eventuales efectos adversos de la vacuna, la demora en la entrega de los lotes, implementar todos las normas legales necesarias para cumplir con las obligaciones al proveedor frente a demandas futuras e indemnizaciones. Las cláusulas fueron consideradas extremas por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Perú, según confirmaron fuentes cercanas a las negociaciones. Las mismas fuentes señalaron que las condiciones de este laboratorio eran diferentes a las de otros desarrolladores de vacuna.

 

Un funcionario que estuvo presente en las negociaciones del país anónimo, por su parte, describió las demandas de Pfizer como "intimidación de alto nivel", y dijo que el gobierno sentía que estaba siendo "chantajeado" para acceder a vacunas.

 

Algunos activistas ya están advirtiendo sobre un "apartheid de vacunas" en el que los países occidentales ricos podrían ser inoculados años antes que las regiones más pobres. Actualmente, expertos legales han expresado su preocupación de que las demandas de Pfizer equivalen a un abuso de poder.

 

"Las compañías farmacéuticas no deberían usar su poder para limitar las vacunas salvadoras en países de ingresos bajos y medios", dijo el profesor Lawrence Gostin, director del Centro Colaborador de la Organización Mundial de la Salud en Derecho de Salud Nacional y Global, "[Este] parece ser exactamente lo que están haciendo".

 

La protección contra la responsabilidad no debe usarse como "la espada de Damocles colgando sobre las cabezas de países desesperados con una población desesperada", agregó.

 

Pfizer ha estado en conversaciones con más de 100 países y organizaciones supranacionales, y tiene acuerdos de suministro con nueve países de América Latina y el Caribe: Chile, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, México, Panamá, Perú y Uruguay. Sin embargo, se desconocen los términos de esos acuerdos.

Pfizer dijo al Bureau: "A nivel mundial, también hemos asignado dosis a países de ingresos bajos y medianos bajos a un precio sin fines de lucro, lo que incluye un acuerdo de compra anticipada con Covax para suministrar hasta 40 millones de dosis en 2021. Estamos comprometidos a apoyar los esfuerzos destinados a brindar a los países en desarrollo el mismo acceso a las vacunas que el resto del mundo ". Se negó a comentar sobre las negociaciones privadas en curso.

 

La mayoría de los gobiernos ofrecen indemnidad (exención de responsabilidad legal) a los fabricantes de vacunas de los que compran. Esto significa que un ciudadano que sufre un evento adverso después de ser vacunado puede presentar un reclamo contra el fabricante y, de tener éxito, el gobierno pagaría la compensación. En algunos países, las personas también pueden solicitar una compensación a través de otras estructuras sin ir a juicio.

 

Esto es bastante típico de las vacunas que se administran en una pandemia. En muchos casos, los eventos adversos son tan raros que no aparecen en los ensayos clínicos, y solo se hacen evidentes una vez que cientos de miles de personas han recibido la vacuna (una vacuna contra la gripe H1N1 del 2009, por ejemplo, finalmente se relacionó con la narcolepsia). Debido a que los fabricantes han desarrollado vacunas rápidamente y porque protegen a todos en la sociedad, los gobiernos a menudo aceptan cubrir el costo de la compensación.

 

Sin embargo, los funcionarios del Gobierno de Argentina y del país que solicitó no ser mencionado en este reporte señalaron al equipo de esta investigación que sintieron que las demandas de Pfizer iban más allá que las otras fabricantes de vacunas, y más allá de las condiciones de Covax, una organización creada para garantizar que los países de bajos ingresos puedan acceder a las vacunas, quien también exige sus miembros que otorguen inmunidad a los fabricantes. Esto representa una carga adicional para algunos países porque significa tener que contratar abogados especialistas y, a veces, aprobar una nueva legislación compleja, para poder eximir a los fabricantes de sus responsabilidades.

 

'Una exigencia extrema'

 

Pfizer solicitó una indemnidad adicional de los procesos civiles, lo que significa que la empresa no sería responsable de los efectos adversos raros que ocasione su vacuna, o de sus propios actos de negligencia, fraude o malicia. Esto incluye aquellos relacionados con las prácticas de la empresa como, por ejemplo, si Pfizer envió la vacuna incorrecta o cometió errores durante la fabricación.

 

"Se garantiza cierta protección de responsabilidad, pero ciertamente no en caso de fraude, negligencia grave, mala gestión o incumplimiento de las buenas prácticas de fabricación", dijo Gostin. "Las empresas no tienen derecho a pedir indemnidad por estas cosas".

El Dr. Mark Eccleston-Turner, profesor de derecho sanitario mundial en la Universidad de Keele, afirmó que Pfizer y otros fabricantes han recibido financiación gubernamental para investigar y desarrollar las vacunas, y ahora quieren que los posibles costos de los efectos adversos recaigan sobre los gobiernos, que incluye a países de ingresos bajos y medios.

       

BioNTech, socio de Pfizer, recibió US$445 millones del Gobierno alemán para desarrollar una vacuna, y el Gobierno estadounidense acordó en julio realizar un pedido anticipado por 100 millones de dosis por casi US$2.000 millones, antes de que la vacuna hubiera entrado siquiera en la fase tres de los ensayos. Pfizer espera vender vacunas por valor de US$15.000 millones en 2021. 

 

En opinión de Eccleston-Turner, pareciera que Pfizer "está tratando de obtener el máximo beneficio y minimizar su riesgo en cada situación crítica con el desarrollo de esta vacuna, y luego con su lanzamiento". Ahora bien, el desarrollo de la vacuna ya ha sido subvencionado generosamente; es así que el riesgo para el fabricante es mínimo". 

 

El Bureau habló con funcionarios de dos países, que describieron cómo las reuniones con Pfizer empezaron de forma prometedora, pero se frustraron rápidamente, y revisó un informe del Ministerio de Salud de Brasil.

 

El Ministerio de Salud argentino comenzó a negociar con la empresa en junio y el presidente Alberto Fernández mantuvo una reunión con el director general de la empresa al mes siguiente. Durante las reuniones posteriores, Pfizer pidió que se le indemnizara por el costo de cualquier futura demanda civil. Aunque esto nunca se había hecho antes, el Congreso aprobó una nueva ley en octubre que lo permitía. Sin embargo, Pfizer no estaba contenta con la redacción de la legislación, según un funcionario de la oficina del Presidente. El Gobierno creía que Pfizer debía ser responsable de cualquier acto de negligencia o malicia. Pfizer, dijo el funcionario, no estuvo de acuerdo.

El gobierno ofreció enmendar la ley existente para dejar claro que "negligencia" significaba problemas en la distribución y entrega de las vacunas. Pero Pfizer seguía sin estar satisfecha. Pidió al gobierno que modificara la legislación mediante un nuevo decreto; Fernández se negó.

 

"Argentina podría ofrecer compensación por los efectos adversos de la vacuna, pero no si Pfizer cometía un error", dijo el funcionario, que conoce en detalle las negociaciones. "Por ejemplo, ¿qué pasaría si Pfizer interrumpe involuntariamente la cadena de frío de la vacuna [de transporte y almacenamiento a -70C]... y un ciudadano quiere demandarlos? No sería justo que Argentina pagara por un error de Pfizer".

 

El funcionario dijo que las conversaciones pronto se volvieron tensas y complicadas: "En lugar de ceder en algunos puntos, Pfizer exigía más y más". Además de los cambios en la nueva ley, la farmacéutica le pidió a Argentina que contratara un seguro internacional para pagar posibles casos futuros contra la empresa (también se pidió a los países que lo hicieran durante el brote de H1N1).

 

A finales de diciembre, Pfizer hizo otra petición inesperada: que el gobierno pusiera sus activos soberanos -que podían incluir reservas de bancos federales, edificios de embajadas o bases militares- como garantía. 

 

"Nos ofrecimos a pagar millones de dosis por adelantado, aceptamos este seguro internacional, pero la última petición fue extraordinaria: Pfizer exigió que los activos soberanos de Argentina también formaran parte del respaldo legal", dijo el funcionario. "Era una exigencia extrema que sólo había escuchado cuando había que negociar la deuda externa, pero tanto en ese caso, como en este, la rechazamos inmediatamente". 

 

'Policía bueno, policía malo'

 

El fracaso de las negociaciones significa que los ciudadanos argentinos, a diferencia de los de los países vecinos, no tienen acceso a la vacuna de Pfizer, lo que les deja con la vacuna rusa Sputnik V, la de AstraZeneca y las suministradas a través de Covax. El gobierno también está negociando para adquirir vacunas de Moderna, Sinopharm y CanSino. 

 

"Pfizer se portó mal con Argentina", dijo Ginés González García, entonces ministro de Salud de Argentina. "Demostraron una tremenda intolerancia con nosotros". González García renunció el último sábado luego de que se conociera que el periodista Horacio Verbitsky y otras personas fueron vacunadas fuera del proceso formal de inmunización y se iniciara una investigación por más “vacunados VIP”.

 

Las mismas exigencias se hicieron al Ministerio de Salud de Brasil. Pfizer pidió que le otorguen indemnidad y solicitó al ministerio que pusiera activos soberanos como garantía, además de crear un fondo de garantía con dinero depositado en una cuenta bancaria en el extranjero. En enero, el ministerio rechazó estas condiciones, calificando las condiciones de "abusivas". 

 

Un funcionario de otro país latinoamericano, que no puede ser nombrado, describió el desarrollo de las conversaciones de forma similar. Según ellos, el gobierno empezó a negociar con Pfizer en julio, antes de que se aprobara la vacuna. Existía la percepción de que los negociadores de Pfizer tenían una rutina de "policía bueno, policía malo", en la que el "policía malo" presionaba al gobierno para que comprara más dosis. 

"[En ese momento] no había un solo fármaco o vacuna en el mundo con este tipo de tecnología que hubiera demostrado ser segura y eficaz ... Esta señora presionaba diciendo: 'Compren más, van a matar a la gente, la gente va a morir por su culpa'", dijo el funcionario.

Las negociaciones se volvieron tensas cuando la empresa pidió una indemnidad adicional. El gobierno nunca había concedido ningún tipo de indemnidad antes, y no quería renunciar a la responsabilidad, pero Pfizer dijo que esto no era negociable. Finalmente se firmó un acuerdo, pero tras un retraso de tres meses.

Dado que Pfizer sólo tiene 2.000 millones de dosis para vender en todo el mundo este año -al parecer, por orden de llegada-, el funcionario está enfadado por un retraso que probablemente haya hecho retroceder al país en la cola.

Una de las razones por las que el gobierno quería las vacunas de Pfizer era porque la empresa dijo que las podía entregar rápidamente. Sin embargo, en el contrato, Pfizer quería reservarse el derecho a modificar el cronograma. No había espacio para la negociación. Era "lo tomas o lo dejas", dijo el funcionario.

También expresó que, dentro de cinco años, cuando se acaben estos acuerdos de confidencialidad, se sabrá lo que realmente ocurrió en estas negociaciones.

Las idas y vueltas en Perú

A pesar de que Pfizer era la primera opción, su vacuna no fue la primera comprada por Perú. Las conversaciones formales con esta farmacéutica iniciaron en agosto, cuando el Gobierno peruano firmó un acuerdo de confidencialidad. Luego, en setiembre, se firmó un “pliego de condiciones vinculantes”, que detallaba los compromisos preliminares de ambas partes, y establecía la compra de 9,9 millones de dosis por US$118,8 millones. Es decir, 12 dólares por dosis, 24 por cada vacuna completa.

Para dicho mes, sin embargo, el Perú no tenía un marco regulatorio que le permitiera comprar medicamentos en desarrollo. El Ministerio de Salud de Perú planteó una iniciativa legislativa para acelerar dicho proceso. La norma se aprobó recién en diciembre de 2020.

A la par de esta iniciativa legal, el 1 de diciembre de 2020, el gabinete del nuevo Presidente del Perú, Francisco Sagasti, emitió un decreto supremo que expresaba el compromiso del Perú a someterse a arbitrajes internacionales, ante controversias que surgieran en los contratos para la compra de vacunas. La norma también precisó que el Perú renunciaba “a la inmunidad soberana del Estado para la ejecución de una decisión arbitral”.

Según explicó Eduardo Iñiguez, abogado especialista en arbitrajes internacionales y asociado de la firma legal Bullard Falla Ezcurra, el decreto confirma que el Estado peruano está de acuerdo con que otras jurisdicciones ejecuten un laudo (o decisión) de un tribunal arbitral, ante una controversia. “Un Estado, por regla general, no se somete a que otro Estado pueda decidir sobre la confiscación de su propiedad”, explicó Iñiguez. 

Iñiguez agregó que, aunque no es necesario emitir una normativa que precise la renuncia a la inmunidad soberana, “esto puede evitar problemas de interpretación [...] es normal que exista este tipo de fraseos en los contratos”. El abogado especialista en contrataciones públicas, Luis Villavicencio, aseguró que “no debería ser necesario incluir este tipo de disposiciones, pero el problema es que tiene que quedar expreso”. 

“En principio, el contrato es ley para ambas partes”, continuó Villavicencio, “y debería bastar que se señale en dicho documento; sin embargo, estas renuncias no pueden ser contempladas en un contrato, porque no es el mecanismo adecuado para que el Estado renuncie a este tipo de prerrogativas”. Ante el Congreso, la entonces ministra de Salud, Pilar Mazzetti, anunció la publicación de esta norma como parte del avance en las negociaciones con Pfizer. 

Las conversaciones con Pfizer fueron retomadas el 10 de enero, y se plantearon alternativas para superar dichos obstáculos. En febrero, la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas (Digemid) del Ministerio de Salud otorgó registro sanitario condicional a la vacuna de Pfizer, con lo que se le permite su importación y distribución en nuestro país. El 4 de febrero, finalmente, el Gobierno peruano concretó el acuerdo con Pfizer por 20 millones de dosis de vacunas, el doble de lo que inicialmente se había conversado. 

Desde el pliego de condiciones vinculantes entre Pfizer y el Ministerio de Salud, el Gobierno aceptó asumir todos los gastos de posibles demandas en cualquier parte; transporte; distribución; o productos relacionados a la vacuna.

Los detalles del contrato, sin embargo, no se volvieron a mencionar. Pfizer dijo al Bureau: "Pfizer y BioNTech están firmemente comprometidos a trabajar con los gobiernos y otras partes interesadas para garantizar un acceso equitativo y asequible a nuestra vacuna contra la Covid-19 para las personas de todo el mundo".

Fuente: Ojo Público


CREACIÓN HEROICA