Cartas de Abril Para Una Amiga Estadounidense
Felipe de J. Pérez Cruz
Susan, gracias por tus
deseos e interés1. En Cuba todo marcha dentro de la excepcional
circunstancia que vivimos. Este pequeño inmenso país, está acostumbrado a
crecerse frente a las adversidades, las acechanzas y los retos. Tu cariño
Susan, de conocer “cómo estamos”, que de
seguro es la de otros entrañables amigos, me compromete.
Como ya te conté, con la universidad cerrada, trabajo en
casa, adelanto las labores de planificación y
la redacción de los materiales del Proyecto que coordino. Salgo poco, en
cumplimiento de las medidas de aislamiento social. Por las mañanas, a las
once, escucho la conferencia que ofrece
el Ministerio de Salud Pública, conducida por un sabio y carismático director
de epidemiología. Luego en la tarde, el Programa de la Mesa Redonda, nos está
regalando una estupenda panorámica. Leo y me mantengo al tanto de lo que ocurre
por la prensa, la televisión y las redes sociales. Intercambio con amigos y
colegas que no dejamos de comunicarnos. Pero nada sustituye el seguir el pulso
de la vida en mi barrio habanero: Lo siento a diario en sus muchas bellezas y
bondades, y en sus imperfecciones perfectibles, me llega a la puerta de la
casa, lo veo y escucho transcurrir desde mis ventanas, converso con los
vecinos…
Contarte lo que por acá ocurre, me resulta una tarea linda,
que asumo como encargo de responsabilidad y solidaridad. Esta última semana,
trataré de enviarte, todos los días, alguna faceta de esta Cuba que tanto
amamos. Espero por favor, recibir tus comentarios, y los temas que más te
interesen, para entre los dos, avanzar
nuestro intercambio.
Carta primera: La estadística del socialismo cubano
Frente al caos que vives en
Nueva York, lo primero que en Cuba se siente y se ve, es la organización y ocupación
gubernamental para que la gente sobreviva, para que los enfermos se salven:
Transcurre la fase o etapa de la epidemia que se conoce como
de transmisión local, que se tipifica cuando ocurren eventos de contagio,
limitados a conglomerados pequeños en barrios y consejos, donde la
investigación de los epidemiólogos no encuentra una fuente externa de
contaminación.
La atención tecnológica a la pandemia es rigurosa. Los
números exactos los brinda el Ministerio de Salud Pública todos los días en esa
conferencia de mañana que te mencioné. Ya transcurrido más de un mes de
iniciada la pandemia en Cuba estamos cerca de los 1900 enfermos de COVID-19. El
sistema cubano tiene varios niveles de cuidado. No solo se atienden a los
enfermos confirmados: 1) Unas 5500 personas se vigilan en sus hogares, desde la
Atención Primaria de Salud, por diversas razones de riesgo. 2) Alrededor de 3
500 pacientes se encuentran ingresados en hospitales para vigilancia clínico
epidemiológica, por razones de sospechas, la mayoría con síntomas asociados al
COVID-19. 3) Hay más de 32 mil personas a las que se les han realizado los
exámenes diagnósticos. Desafortunadamente 49 enfermos habían fallecido hasta el
día 24 de abril.
Todo en salud como conoces es gratuito, con la mayor calidad
de los recursos, con la profesionalidad y el amor infinitos de nuestros médicos
y médicas, enfermeras y enfermeros, y el numeroso personal de aseguramiento
científico-tecnológico y de servicios, que garantiza el funcionamiento de los
hospitales, policlínicos y los grupos de salud hasta el nivel barrial. Este
personal multiplicado con cientos de jóvenes estudiantes de medicina y de otras
carreras universitarias –más de 37 mil-, que actualizan el pesquisaje y la
atención de la población casa por casa diariamente: visita que lleva a los
hogares además, la valentía, alegría, belleza y confianza de nuestra juventud.
Todos los profesionales, trabajadores, estudiantes y activistas, que laboran
contra la enfermedad, lo hacen voluntariamente.
Merecen felicitación también los trabajadores de comercio y
servicio, bodegueros, panaderos, carniceros, vendedores de productos del agro y
demás proveedores estatales y privados. El tamalero que pasa frente a la puerta
de mi casa cada día, ahora muy protegido con nasabuco y guantes, y siempre
haciendo gala de higiene y cortesía, es la mejor imagen que tengo de esos cubanos
y cubanas que no se amilanan.
Sin dudas los médicos, enfermeros y el personal, que todos
los días atienden a los sospechosos y enfermos, resultan ser, en el ejército de
héroes y heroínas anónimos que trabajan contra la enfermedad, los más
admirados. Estos combatientes por la vida, que junto con la responsabilidad de
sus pacientes, cumplen rigurosos protocolos de bioseguridad que los auto
protegen, han asumido una rotación que ya es en sí motivo de respeto: 1)
Durante quince-catorce días –llegan
veintiuno en el caso de varios servicios- los que están en los centros
con los sospechosos y en los centros de enfermos, permanecen junto a estas
personas, aislados con sus pacientes, 2) transcurrida ese período, rotan con
otro equipo que los sustituye, y se someten a aislamiento y vigilancia, como
posibles sospechosos, pasados catorce días, que coinciden con el ciclo de
manifestación del virus, una vez seguros de que no son enfermos y por tanto
portadores, 3) van a compartir con sus familias por similar período de tiempo,
para estar listos a repetir de nuevo el ciclo!!
Los eventos de transmisión local –unos 26- con fecha 20 de
abril-, se están tratando con cuarentenas muy organizadas, y con todos los
recursos de salud y atención a la población afectada. El país se prepara para
el momento de detección de la mayor infestación, que se prevé será en las
próximas tres semanas, pues se están multiplicando los pesquisajes masivos,
sobre todo en búsqueda de los enfermos asintomáticos –que en Cuba están en un
40% de los enfermos detectados en las últimas semanas-, y son los que más
trasmiten el virus, porque ni ellos mismos se dan cuenta. El país se prepara
para la etapa endémica, cuando se espera que
la enfermedad se manifieste a nivel comunitario, en casi todo el territorio.
En previsión del aumento de casos, se disponen de los
recursos y medicamentos necesarios, para
poder tratar a los pacientes en el escenario más crítico que pueda darse. Se ha incrementado el número de camas
de hospitalización y en terapia intensiva, a la vez suman nuevos laboratorios
para procesar más muestras de detección de la enfermedad, y se sigue preparando
al personal de la salud, sobre todo a los intensivistas, para un mayor respaldo
de especialistas.
En Cuba, el número de enfermos que llega a grave o crítico es
la mitad, en comparación con los indicadores a nivel internacional. Tenemos un
bajo índice de letalidad vista en la estadística regional y mundial, pero los enfermos que hemos perdido duelen
mucho, y esa es la gran insatisfacción del sistema de salud-ciencia, que no
descansa en la búsqueda de las mejores curas para salvar a cada paciente en
peligro. La estadística del socialismo cubano define que para cada familia
afectada, su familiar hospitalizado hace el 100%.
Ya casi el 30% de los enfermos han retornado a sus casas
curados, y cada día serán más los que logren sus altas médicas.
Querida amiga, cuídate,
Cariños,
Carta segunda: La apuesta a la ciencia
Susan, la apuesta a la
inteligencia y el conocimiento en Cuba, es un asunto de máxima prioridad, y en
estos días tal decisión resulta decisiva.
En el sector de la salud, Cuba que cuenta con 95 000 médicos y
84 000 enfermeras. El país dispone de un médico por cada 9 habitantes. La
profesionalidad y resultados de esta inteligencia se constatan en los
indicadores del país. Dos de estos indicadores resumen: Una tasa de mortalidad
infantil de 4,9 por mil nacidos vivos, y la esperanza de vida de 78.45 años, índices
ambos de un país desarrollado, superiores a los del imperio del Norte, a pesar
del bloqueo que nos ha impuesto durante seis décadas.
Tremendo lo que ocurre en nuestros centros científicos, del
polo dedicado la biotecnología, la búsqueda de vacunas y nuevos medicamentos.
Yo que me creía medianamente bien informado en los temas de ciencia, me he
quedado asombrado. El interferón recombinante, el ALFA 2B, molécula que marca
el desarrollo de la biotecnología cubana, ha ratificado su potencialidad en el
tratamiento de los enfermos de COVID-19. Y hoy esta maravilla de la ciencia
cubana, es acompañada por otros 24 productos desarrollados y hechos en el país,
que están protocolizados para la lucha contra la pandemia, y se trabaja en varios
más, incluidas vacunas genéricas para fortalecer el sistema inmunológico innato
(que cambian el enfoque de la respuesta epidemiológica existente) y específicamente
vacunas contra este virus.
En la coordinación para lucha contra el COVID-19 se ha
incorporado diversas disciplinas. La Psicología,
la informática, la modelación matemática... El acompañamiento psicológico para
sobrellevar el distanciamiento social, para atender a los sujetos de varias
generaciones que conviven en la familia y ahora comparten el mismo espacio
durante muchas horas diarias, la prevención de patologías, son campos que
atienden los psicólogos, en charlas por la radio, la televisión y en atenciones personalizadas por
teléfono. La Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI), un pesquisador virtual, de conjunto
con los ministerios de Salud Pública y de Comunicaciones. Se
realiza el diseño de un
diagnosticador serológico, para medir la presencia de anticuerpos, utilizando
el Sistema Ultra Micro Analítico (SUMA), que posibilitaría masificar la pesquisa, y la búsqueda de casos
positivos en la población, y permitirá disponer de métodos de diagnóstico
propios con una mayor validez. El
trabajo de modelaje matemático ha permitido contar con un importante
instrumento para la toma de decisiones y el análisis diario, a partir del pronóstico que se ha
hecho del comportamiento de la enfermedad. La integración de las ciencias
demuestra su fortaleza.
La ciencia cubana garantiza soberanía y abre caminos, no solo
para estar mejor preparados para enfrentar la pandemia a partir de recursos y
tecnologías propias, sino que está forjando una base sólida, para enfrentar en el
futuro eventos de este tipo y similares con más eficiencia.
El Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, su previsión como
creador del sistema de ciencia, del frente de la biotecnología, en medio de los
años más complejos del período especial, de la industria farmacéutica y el
complejo de ciencia, docencia y producción de la Universidad de las Ciencias
Informáticas (UCI), ha estado una y otra vez en memoria e inobjetable presencia.
Si nos llena de satisfacciones un sistema de
ciencia-producción a favor de la vida, también se significa, el esfuerzo por
dar continuidad a la formación escolar de las nuevas generaciones. Resulta
encomiable la labor del Ministerio de Educación, en alianza con la televisión y
la gran familia educadora cubana, para brindar una respuesta educativa a los
niños, niñas y adolescentes en sus casas, ante la imposibilidad de dar
continuidad al curso escolar.
José Martí, en la Edad de Oro, revista que como conoces fue
escrita en 1889, para los niños y niñas de América, nos insistió al narrar sobre Meñique, que el “saber vale más que la fuerza”. Y en esta batalla por la vida, la máxima martiana nos guía.
Cuídate, cariños
Carta tercera: El prodigio de multiplicar los panes
Susan, en estos tiempos de
pandemia el contraste desde Cuba, con lo que ocurre en los Estados Unidos y en
el mundo del capital merece comentarse, y no solo en el área propiamente de
salud y ciencia.
Vivimos en un país de plena seguridad laboral, pensado para
el bien de los trabajadores. Unas 20 medidas
en materia laboral, salarial y de seguridad social, se han tomado por el
Gobierno ante la situación que vive el país. Todos los trabajadores
que están en ingreso domiciliario por la
epidemia, reciben el 100% de sus salarios. Más de medio millón
están a salario completo con trabajo a distancia y teletrabajo en casa. Los
interruptos al 100% del salario el primer mes y al 60% los meses subsiguientes,
recolocándose ya más del 42% de estos en la producción y los servicios vacantes,
para que contribuyan a la economía y a la vez no se afecten salarialmente. Las
madres con niños en edad escolar, con similar trato salarial especial, para que
puedan atender a sus nenes en casa. No se han olvidado los dueños de negocios
privados, inmediatamente se les congelaron los impuestos, y sus trabajadores y
ellos mismos si lo necesitan, pueden solicitar la protección de la seguridad
social.
La situación de la economía familiar sigue siendo difícil,
pero el prodigio de la multiplicación de los panes que cuenta la Biblia, ocurre
en Cuba todos los días.
El tema alimentario se está sobrellevando con el apoyo del
gobierno y la labor destacada de campesinos, cooperativistas y trabajadores de
las industrias procesadoras. La columna vertebral de la alimentación popular,
son los productos que se subvencionan de la canasta familiar normada (por la
libreta): Arroz, frijoles, grasa, viandas (papa y plátano sobre todo), huevos,
pollo (carne de res para niños, ancianos y quienes tienen dietas aseguradas por
razones de salud) azúcar, sal, café, a los precios baratísimos que subvenciona
el Estado. En las ventas directas a la población del sector privado y
cooperativo los precios no han subido, hay una prohibición especial para que
ello no ocurra.
Se han incorporado a la libreta, para evitar colas (filas) y
acaparamientos en los centros comerciales de venta liberada en CUC, los
productos de aseo, y otros como el pollo, que se vendían en estas tiendas.
Claro que el tema del dinero afecta a unas personas sobre otras, pero es una
forma de que llegue a más ciudadanos. Por ejemplo el pollo normado por la
libreta para mi familia, que llega puntualmente todos los meses, más una cuota
extra que se acaba de dar en estos días, nos cuesta 5.00 CUP, y este otro pollo
que ahora se adiciona procedente del comercio en CUC, la misma cantidad cuesta
70.00 CUP, que ya sabes es la moneda que se equipara por unidad a unos 1.20
dólares. Las familias más vulnerables no
pueden pagar el precio de ese alimento adicional, pero hay muchas más, que sin
esa decisión de reparto por libreta, no
lo compraríamos nunca, porque no podemos hacer esas grandes colas, ni queríamos
arriesgarnos de salud para ir a las aglomeraciones que se producían.
Casi cinco mil trabajadores sociales han seguido en labor, en
función de atender los núcleos familiares más vulnerables. Para el martes 14 de abril, habían sido visitadas en sus
casas el 91% de las familias acogidas a la seguridad social, que no son solo
las de bajos ingresos, sino también aquellas que tienen mujeres embarazadas,
personas con discapacidad, desajustes intrafamiliares y conductas de riesgo
social. A su vez, el 90% de los adultos
mayores, han recibido visitas de los trabajadores sociales. La decisión de
apoyo se hace efectiva en cuidados personalizados, estipendios y dietas
alimenticias. Se mantiene incrementado,
el servicio diario de comedores barriales para ancianos y casos sociales, y en estos
momentos, en numerosas localidades, voluntarios y voluntarias de la Federación
de Mujeres Cubanas y los Comités de Defensa de la Revolución, les llevan hasta la
puerta de la casa los alimentos ya elaborados.
Ni que contarte que se mantiene lo que conoces: con la leche
asegurada para TODOS los niños y niñas menores de 7 años, para dietas y
ancianos… Un pan de 80 gramos a 0.5 CUP todos los días por la libreta -–llueva
o truene-, para los más de 11 millones de pobladores. Panes y dulces los puedes
comprar al costo de 1.00 CUP, quizás los productos de panadería más baratos que
se vendan en el mundo!
La prensa mercenaria se regodea en las dificultades y
carencias que tenemos, insiste en mentir sobre el poder adquisitivo de los
salarios en Cuba, tratando de equiparar y confundir con la relación de 24-25
CUP por CUC-dólar de las casas de cambio… Pero nunca publicitan cuantos ceros
después del punto de centavo de dólar, cuesta en la Isla esa leche para niños y
ancianos o el pan que se subvenciona para las mayorías.
Aquí se asumen las políticas de cobertura total de salud,
protección laboral, alimentación popular y seguridad social, como lo normal:
“Lo que nos toca y corresponde”!. Sé que no pocos de mis compatriotas, en estos
días repiensan el privilegio de vivir en Cuba.
Mi agradecimiento y orgullo por los médicos, la ciencia y los
científicos, por los miles de protagonistas anónimos de esta batalla por la
vida, los comparto con lo que hacen y logran los hombres y mujeres que lideran
nuestro Gobierno. Estos cubanos y cubanas laboran sin descanso, con la
responsabilidad y el peso del país sobre
sus hombros. Dan vitalidad a una economía cercada, agredida, sin flujos de
financiamiento externos -para Cuba no hay Fondo Monetario Internacional (FMI),
ni Banco Mundial (BM) o Interamericano (BID), que nos otorgue crédito alguno-,
que paga las cuentas de ahora mismo, una a una, con dinero “constante y
sonante”, dinero que para colmo es perseguido y criminalizado y recursos que
adquirimos encarecidos, por la persecución del bloqueo. La batalla logística y
organizativa que lideran nuestros gobernantes, acompaña el heroísmo cotidiano.
Tenemos la dirección del relevo y la continuidad fidelista que nos merecemos
por historia, y por presente.
Querida amiga, sigue cuidándote. Aquí nos cuidan, nos
cuidamos y seguimos adelante,
Cariños,
___________
(1)
Susan Metz es neoyorkina, orgullosa ciudadana de Brooklyn, maestra jubilada, cooperativista ecológica, de
extensa actividad solidaria con Cuba, fundadora en nuestro país del Teatro Playback.
Cuba: Bloqueo de EEUU es aún más Cruel Durante el Brote
de COVID-19
CUBA DENUNCIA que el bloqueo de
EE.UU. ha sido “aún más cruel” durante el brote del COVID-19, al impedir
la llegada de recursos médicos a la isla.
“El bloqueo de EE.UU. contra Cuba
es más genocida y cruel que en tiempos normales [...] cuando no estamos
con una epidemia”, según advirtió ayer viernes Néstor Marimón, director de
Relaciones Internacionales del Ministerio de Salud de Cuba.
De acuerdo con Marimón, el actual
bloqueo económico-financiero que ha impuesto el Gobierno estadounidense contra
su nación es “el sistema de castigos más severo, injusto y prolongado de
un país sobre otro”.
Cuba denunció hace una semana que
un envío de máscaras, respiradores, kits de prueba diagnóstico
del nuevo coronavirus, conocido como COVID-19, enviado desde China, no llegó a
la isla, porque la compañía estadounidense que tenía que transportarlo temía
las sanciones de Washington.
“Es muy difícil adquirir equipamientos,
insumos, medicamentos, estamos obligados a adquirirlos a mercados muy lejanos
donde se duplica, se triplican los costos y en muchas ocasiones, llega ya
tardándose”, denunció Marimón.
El Ministerio de Salud Pública de
Cuba informó el viernes de que el número de contagiados por el nuevo
coronavirus en la isla se había elevado a 564, tras registrar 49
nuevos diagnósticos positivos con la enfermedad letal.
El Gobierno estadounidense,
presidido por Donald Trump, insiste en su hostilidad y afirma que no pondrá fin
a los embargos que ha aplicado contra ciertos países, entre ellos, Cuba,
Venezuela e Irán, ni en medio de la pandemia, hecho que, según los analistas,
evidencia la inmoralidad de EE.UU. y su desprecio por los derechos
humanos.
Cuba, pese a ser víctima del
bloqueo y de las presiones de Washington, ha enviado cientos de médicos y
enfermeros a varios países del mundo como, por ejemplo, a Nicaragua,
Jamaica, Surinam, la isla de Granada y Venezuela, así como a Italia,
para contribuir en la lucha contra el coronavirus.
La Habana ha usado el fármaco
Interferón Alfa 2B contra el coronavirus en China y ha sido un éxito, por eso
el Gobierno de la isla ha recibido solicitudes de 15 países para adquirir
el medicamento.
Nota de Prensa de HispanTV
De Cómo Trump Dejó Que Tantos Murieran
Sergio Kiernan
ESTADOS UNIDOS TIENE UN NÚMERO enorme de casos de covid-19, acaba de superar a
la misma Italia en el número de muertos y sufre la mayor crisis de desempleo en
su historia, y por mucho. En la confusión de mensajes, queda en claro
la completa falta de preparación del gobierno nacional, que dejó la
respuesta a la pandemia a los 50 gobernadores del país. Cada uno a su
manera, con mayor rigor o con gran reluctancia, estos gobernadores trataron de
controlar la explosión de los contagios. Mientras, el presidente Donald
Trump pasó de negar la importancia de la pandemia --"una gripe
china"-- a presentarse como el héroe de la jornada. Decenas de voces le
reclaman que haga un par de cosas, como unificar la distribución de insumos y
respiradores. Trump habla diariamente sobre levantar las cuarentenas y acaba de
retirar el financiamiento a la Organización Mundial de la Salud.
Una cronología detallada de las
decisiones de salud que tomó Trump permite entender que nada de esto es nuevo
ni casual. El presidente, como los conservadores que lo sostienen y que él
expresa, cree devotamente que el Estado sólo debe atender a la defensa y
al control interno, y que la salud debería ser enteramente privada, como la
educación, las artes y el transporte. Trump tuvo toda la información posible
sobre el peligro de una pandemia desde antes mismo de jurar como presidente,
pero la descartó y dedicó capital político a desarmar resortes del Estado que
podrían haber salvado vidas en esta crisis.
El
viernes 13 de enero de 2017 se realizó una de las reuniones de transición
tradicionales en el sistema político norteamericano. Es cuando el equipo
saliente le pasa la agenda en detalle al entrante, incluyendo información
secreta. En este caso, el equipo de Barack Obama le pasó al de Trump un
escenario concreto para el caso de que hubiera una pandemia.
Curiosamente, esta reunión fue de
las que más trumpistas convocó, ya que Trump públicamente despreció la
transición, dijo que no tenía nada que aprender y mandó futuros funcionarios de
segunda a los encuentros. El economista y ganador del Nobel Paul Krugman
definió esta actitud brillantemente cuando escribió que "Trump piensa que
todos los que lo precedieron son idiotas".
Pero a esta reunión fueron nombres
que luego serían famosos: Steven Mnuchin, Mike Pompeo, Wilbur Ross, Betsy
DeVos, Dr. Ben Carson, Elaine Chao, Stephen Miller, Marc Short, Reince Priebus,
Rex Tillerson Gen. James Mattis, Ryan Zinke, Jeff Sessions, Dan
Coats, Andrew Puzder, Tom Price, Rick Perry, Dr. David Shulkin Gen.
John Kelly, Mick Mulvaney, Linda McMahon, Sean Spicer, Joe Hagin,
Joshua Pitcock, Tom Bossert, KT McFarland, Gen. Michael Flynn, Gary
Cohn, Katie Walsh y Rick Dearborn. Muchos de estos nombres ya no
están, fueron echados o le renunciaron al presidente.
Las conclusiones principales del
encuentro fueron que en caso de pandemia el gobierno debía guiarse por las
conclusiones de sus científicos, que cada día contaba y había que actuar de
inmediato y con energía, que los esfuerzos tienen que coordinarse a nivel
nacional y que las respuestas debían incluir cuarentenas y distanciamiento. Un
detalle muy llamativo es que en toda la reunión no se habló de "si hay una
pandemia", sino de "cuando haya una pandemia".
Pero para fines de ese año,
el nuevo gobierno ya se había peleado con la ciencia y le prohibía a todo
organismo público de investigación usar las frases "basado en los
datos" y "en base a la ciencia". Esto iba en particular
para los que alertaran sobre el cambio climático, pero también para el Centro
de Control de Enfermedades, el responsable directo de detectar enfermedades
nuevas y pandemias.
El castigo sigue tres meses
después, en febrero de 2018, cuando el presidente le recorta al Centro 1.350
millones de dólares de su presupuesto. No es un recorte genérico sino la
destrucción de un programa específico, el que estudia y mapea infecciones,
prepara respuestas rápidas al problema y se ocupa de mejorar la infraestructura
médica de vacunación.
Y es cosa del presidente y de sus
aliados republicanos, porque en ese mismo febrero la comunidad de inteligencia
--un organismo no muy formal que reúne las múltiples agencias de espionaje y
seguridad del país-- le presenta al Congreso un informe en el que avisa que
prevén un aumento del riesgo de pandemia. El informe habla del dengue y el
zika, de varios síndromes e infecciones respiratorias, y hasta de la amplia
familia de coronavirus.
Pero el 10 de abril, echan de su
empleo a un tal Tom Bossert, asesor de Homeland Security, el super monstruo de
seguridad interna creado después de los ataques a las torres gemelas. Bossert
había presentado un informe urgente pidiendo que se creara una estrategia para
defender al país de un ataque con armas biológicas o de pandemias. El hombre
iba a contramano, porque menos de un mes después, el 7 de mayo de 2018, la Casa
Blanca propuso cortar a casi nada los programas de preparación contra
enfermedades contagiosas. Esos programas habían sido creados por Barack Obama
en 2014 ante el riesgo de Ebola.
Ese 7 de mayo, otra que estaba a
contramano, la directora de biodefensa del Consejo Nacional de Seguridad
Luciana Borio, habla en un simposio médico en la universidad de Emory. Borio
explica que el mayor peligro a la vista es una pandemia gripal para la que el
país no estaba preparado. Al día siguiente, exactamente 24 horas después, el
Consejo despide al encargado de preparar planes para pandemias y disuelve el
equipo especializado. Tres meses después, le sacan todavía más presupuesto al
Centro de Control de Enfermedades.
En enero de 2019, la comunidad de
inteligencia vuelve a advertir sobre el peligro de una pandemia. Por si no
queda claro, el secretario de Salud Alex Azar explica un mes después que todo
experto en biodefensa pasa la noche en blanco cuando se pone a pensar en una
pandemia de gripe, y que por eso ya desde el gobierno de Bush se había hecho un
gran esfuerzo para que la gente se vacunara contra la gripe cada año.
Pero nadie le hace caso y el
gobierno de Trump toma en julio una decisión que vista desde hoy es tremenda:
elimina el puesto de Observador de Salud en China. La despedida es Linda Quick,
desde principios de este año una suerte de mártir que no pudo avisar a tiempo
sobre el nacimiento de la Covid-19 en China porque ya no estaba ahí ni tenía
acceso oficial a las autoridades sanitarias locales.
En septiembre, el Consejo
Presidencial de Consejeros Económicos advierte que si hubiera una pandemia
gripal el daño al país sería tremendo en vidas y en dinero. Al mes siguiente,
el departamento de Salud realiza un ejercicio llamado Contagio Escarlata, un
escenario sobre una pandemia global de influenza. Las conclusiones, por
entonces reservadas, avisan que Estados Unidos no está preparado para ese
problema. Y, crucialmente, avisa que no habrá stocks suficientes de
guantes, mascarillas, trajes de protección y respiradores
artificiales. Días después, el gobierno elimina un programa de estudio
sobre virus animales que puedan infectar a seres humanos.
El 17 de noviembre se detecta lo
que debe ser el Caso Cero de la covid-19 en la provincia de Hubei, China. Es un
hombre de 55 años y la evidencia, muy parcial, indica que a los médicos locales
les puede haber tomado un mes para darse cuenta de que se trataba de una
enfermedad nueva. A partir de esa fecha, las autoridades detectan cinco casos
nuevos por día de la enfermedad.
Recién el 30 de diciembre se
confirma que hay una nueva epidemia en China, gracias al doctor Li Wenliang,
que envía un mensaje a más [de] cien colegas por redes sociales. Li habla de
"casos de SARS" y luego confirma que es un coronavirus "de tipo
a determinar". Al día siguiente, las autoridades de Wuhan confirman que
hay decenas de casos de una neumonía hasta entonces desconocida.
En enero, las agencias de
inteligencia le presentan a Trump un detallado informe secreto sobre la nueva
epidemia china y su posible expansión por el mundo. Por varias fuentes,
queda en claro que el gobierno chino está minimizando la gravedad del problema.
Fuentes en Hong Kong avisan al gobierno de Estados Unidos que los portadores de
la nueva gripe pueden ser asintomáticos y por tanto imposibles de detener.
Se forma un grupo para seguir el
problema que incluye al director del Centro de Control de Enfermedades Robert
Redfield, al secretario de Salud Alex Azar y al virólogo Anthony Fauci. Semanas
después, una fuente le explica al diario The Washington Post que el
presidente no estaba prestando atención, pero otros funcionarios se dieron
cuenta del peligro y actuaron por la libre. El tres de enero, Redfield recibe
una advertencia de colegas chinos sobre el nuevo virus. Redfield comparte la
información con Azar y Fauci, y tres días después ofrece mandar ayuda
especializada a China. Pekín rechaza la oferta.
El 9 de enero, el gobierno de
China identifica públicamente al nuevo virus como un tipo de coronavirus hasta
ahora desconocido. La Organización Mundial de la Salud emite su primera guía
con recomendaciones para limitar la expansión global de la infección. Al día
siguiente, China informa sobre la primera muerte que se conoce. Un día después,
Pekín difunde la secuencia genética de la covid-19.
Días después, los empleados del
consulado de EE.UU. en Wuhan logran salir en aviones de rescate y avisan que la
epidemia es "significativa". El 17 de enero se implementan los
primeros controles de salud en tres aeropuertos en Estados Unidos, sólo para
pasajeros provenientes de Wuhan. Al día siguiente, el secretario de Salud Azar
trata de hablar con el presidente Trump, que no lo atiende. Según varias
fuentes citadas en abril por el Washington Post, eran varios los funcionarios
que trataban que Trump le prestara atención a la naciente pandemia, sin
lograrlo.
El 20 de enero, casi al mismo
tiempo, Corea y Estados Unidos anuncian su primer caso de la covid-19. Corea
moviliza todos sus recursos para testear masivamente a la población y ordena
una cuarentena nacional.
El 24 de enero, el presidente
Trump elogia a China por su "transparencia" y su esfuerzo por
contener el virus. Seis días después, el secretario de Comercio Wilbur Ross
dice que el corona virus va a ser bueno para la economía del país, porque va a
afectar la economía china. El secretario de Salud Azar logra hablar con Trump y
le advierte que la epidemia china se está transformando en una pandemia. Trump
le contesta que no sea alarmista.
El jueves pasado, Trump denunció a
la Organización Mundial de la Salud como cómplice del "ocultamiento"
de la epidemia por parte de China. Estados Unidos tiene casi 700 mil casos
confirmados de contagio, 33.633 muertos y 22 millones de desocupados.
Jair Bolsonaro Arengó a Manifestantes Golpistas
Eric Nepomuceno
AL ANOCHECER DEL DOMINGO, eran palpables el malestar y la preocupación
entre los militares que rodean al ultraderechista Jair Bolsonaro en el
palacio presidencial en Brasilia.
El malestar se debió a la
clara adhesión del presidente a una manifestación que reunió a unas trescientas
personas para pedir “intervención militar con Bolsonaro ya”, “cierre del
Congreso y del Supremo Tribunal Federal", “fuera Maia” (en referencia al
presidente de la Cámara de Diputados, el derechista Rodrigo Maia), y otras
medidas similares.
Se trató de una iniciativa
cuidadosamente calculada por Bolsonaro, con el intuito explícito de avanzar
terreno en su enfrentamiento con los poderes Legislativo y Judicial y, en
última instancia, con la misma Constitución vigente desde 1988.
Luego de examinar cuidadosamente
el recorrido de una caravana de automóviles que desfilaban por Brasilia
exigiendo el fin inmediato de las medidas preconizadas por la Organización
Mundial de Salud y adoptadas por gobernadores provinciales y alcaldes de todo
el país, Bolsonaro eligió el momento exacto de unirse a los manifestantes: la
entrada del Cuartel General del Ejército, donde se concentra el poder
uniformado de Brasil.
Caravanas similares fueron vistas
en varias capitales provinciales e importantes ciudades del país, teniendo
siempre como destino la representación regional máxima del Ejército.
La consigna: suspensión inmediata
de meditas preventivas contra el coronavirus, salida de gobernadores y
alcaldes, urgente intervención militar, cierre del Congreso, expurgo (como
mínimo) de los “comunistas y socialistas” incrustados en la Corte Suprema de
justicia.
Al hablar al grupo de
manifestantes, Bolsonaro lanzó una frase tan enigmática como
significativa: “¡No queremos negociar nada! Queremos una acción por Brasil!”.
No aclaró con quién negociar, ni
cual acción sería urgente. En la secuencia de su breve pronunciamiento,
resaltó que “el poder está con el pueblo”, y que será ese pueblo quien
determine el camino a seguir. Se supone que por “pueblo” se refiriese al puñado
de fanáticos que tenía por delante. Los sondeos de opinión muestran que el 70
por ciento de los brasileños defienden las medidas restrictivas como arma
fundamental de combate a la pandemia.
Al haber elegido exactamente la
entrada del Cuartel General del Ejército para unirse de manera inequívoca a los
convocantes de un golpe de Estado, el ultraderechista creó tensión.
Al principio de la noche, se pudo
confirmar que altos mandos hicieron llegar, en diálogos a veces tensos, su
malestar a los uniformados que ocupan despachos en el palacio presidencial.
La conducta errática del
presidente inquieta cada vez más al país.
Ahora, luego del cambio de
titular del ministerio de la Salud, Bolsonaro anunció que impondrá al nuevo
ministro, Nelson Teich, quien es más un empresario del negocio de salud que
exactamente un médico, al menos un par de militares (se rumorea que un
almirante y un general) en puestos claves de la cartera.
Esa escalada abrupta de la
militarización de su gobierno, profundamente agravada por su adhesión a un
movimiento callejero que preconiza un golpe, inquietó de manera sensible al
medio político y, principalmente, a las Fuerzas Armadas.
Se da por descartado, entre
dirigentes y analistas políticos, que el ultraderechista logre el indispensable
respaldo de las Fuerzas Armadas para una ruptura constitucional.
Y, a la vez, entre los uniformados
preocupa la escalada veloz del presidente en intentar esa dirección, por
exponerlos a una aventura condenada al fracaso. Mejor dicho: condenada parcialmente.
Porque se rumorea con fuerza
creciente que mucho más viable que un golpe encabezado por el capitán reformado
Jair Bolsonaro con pleno respaldo de la caserna, sería un golpe destinado a
devolverlo al rol de teniente mediocre e indisciplinado.
Se espera, para los próximos días,
más iniciativas del ultraderechista contra las instituciones.
Y se da por descartado que
exactamente por esa conducta su aislamiento será mucho mayor y profundo que el
aislamiento social determinado por gobernadores que él tanto critica.
Fuente: Página 12