Imperialismo, Banco Mundial y Fondo
Monetario Internacional
César Risso
LA
REUNIÓN ANUAL del Banco Mundial (BM) y del Fondo Monetario Internacional (FMI)
a realizarse en el Perú a inicios de octubre, nos pone sobre la pista de las
medidas económicas que las entidades “técnicas” del capitalismo mundial
desarrollan para sortear la crisis económica, mantener y ampliar el poder
económico y político de la burguesía imperialista.
Estas instituciones sumadas a la
Organización Mundial de Comercio (OMC), representan el poder económico mundial
de la burguesía. Poder que aparece bajo la forma de dominio de los Estados
Unidos sobre el resto de países del mundo, pero que es en esencia el dominio de
la burguesía imperialista, independientemente del país de origen.
Creadas por acuerdo de las potencias
aliadas a finales de la Segunda Guerra Mundial, tenían por finalidad inmediata
reconstruir la economía mundial, evitar los desequilibrios externos y reordenar
el comercio mundial.
Durante varias décadas esas fueron las
funciones que venían cumpliendo estas entidades, como la forma fundamental de
control y dominio de la burguesía imperialista sobre los países semicoloniales,
sobre el trabajador asalariado, y sobre las formas precapitalistas aun
subsistentes en el mundo.
Sin embargo, a partir de la década del 80 del siglo
pasado, bajo el dominio casi exclusivo de los Estados Unidos, en su acepción
espacial, esto es, geográfica, ha promovido la política de desregulación
económica, la que bajo el mote de neoliberalismo circula entre los críticos de
esta política; cambio que se debe al desarrollo de las fuerzas productivas, a
la aceleración del desarrollo científico y tecnológico, y a la agudización de
la competencia inter imperialista.
En el caso del FMI, su papel es más
conocido y aparece a simple vista como la política de liberalización
financiera, que propone la austeridad fiscal y el aumento de la tasa de interés
para el control de la inflación. Es decir, que su propuesta no atiende a evitar
la crisis económica, sino a aprovechar las crisis económicas para explotar más
agresivamente a los trabajadores en general, y a los pueblos oprimidos del
mundo; y a resolver las crisis económicas a través del colapso de la economía,
con la llamada política de shock, que no es otra cosa que la aceleración de la
quiebra de los países en crisis.
Esta política que es insostenible, lo
que hace es poner a los países en condiciones en las que deja campo libre al
capital financiero internacional para que pueda extraer la mayor plusvalía
posible, sin ningún tipo de control. Es decir, es el aprovechamiento absoluto
de la ventaja que una situación de crisis económica ofrece a la burguesía imperialista
para mejorar las condiciones en la que explota a los pueblos. El papel del FMI,
a través de los créditos que otorga y de las calificaciones a los países (en
base a la aceptación o no de sus recetas), que son la base para la inversión
extranjera, se nos presenta como el de un chantajista internacional.
De otro lado, la función del BM, que
otorga préstamos de mediano y largo plazo, para proyectos de desarrollo, como
por ejemplo para enfrentar la pobreza, etc., tiene como objetivo en el mediano
plazo, crear las condiciones materiales y espirituales para una mejor
extracción de plusvalía. Por ejemplo, lo que se conoce como el consenso de
Washington, fue promovido por el BM a través de su informe para el Desarrollo
Mundial del año 1986. O, en el caso del llamado libre comercio, para la
integración comercial de los países, en el Informe Sobre el Desarrollo Mundial del
año 2009, cuyo subtítulo es Una Nueva Geografía Económica, en el cual se dice
lo siguiente: “Los países en desarrollo de hoy, como recién llegados, se
enfrentan a una elección difícil: mantenerse divididos y perder terreno, o
convertirse en ganadores sin fronteras”1. Esta conclusión cuya
esencia es la del inevitable dominio de la burguesía imperialista, se expresa
como una necesidad de los países semicoloniales, a lo cual el BM aporta el
sustento teórico, en la cita transcrita, de una manera subiminal.
Otro de los “aportes” del BM se da en el caso de las
micro y pequeñas empresas, en las que a través de la promoción del
emprendedurismo, ha transformado a las familias en asalariados colectivos, pero
haciéndolos pensar como empresarios, lo cual favorece al sistema capitalista en
varios sentidos, por ejemplo, produciendo bienes salarios baratos para una
fuerza de trabajo con ingresos por debajo de la canasta básica familiar, o
produciendo bienes y servicios para las medianas y grandes empresas, que así
logran abaratar los costos e incrementar sus ganancias.
Con respecto al medio ambiente, promueve conceptos como
los de Gobernanza Mundial, para la gestión mundial de los recursos naturales,
asociado al de bienes públicos, evidentemente con el mando Norteamericano.
Otro tanto tenemos en la educación. En este campo lo
que proponen es que el hombre debe ser un “homo economicus”, vale decir, un
hombre que sienta, piense y actúe teniendo como su Dios al mercado.
Entre otras medidas proponen:
“La disminución del papel del gobierno en el desarrollo
de la educación pública; para lo que recomendaron la descentralización del
sistema educativo, y, para la educación superior, la existencia de
instituciones autónomas responsables de sus resultados, lo que implicó el
recorte del personal administrativo, estancamiento en la contratación de
académicos y aumento de la carga de trabajo.”2
Como síntesis del papel del BM y de los organismos
financieros internacionales en el campo de la educación, reproducimos el
siguiente texto:
“En conjunto con la instalación del pensamiento
neoliberal, los OFI [organismo financieros internacionales] consideran que
ostentan la única verdad posible. En apariencia se trata de una nueva ideología
progresista, pero en el fondo se trata de la ideología conservadora, en tanto
que por medio de la educación reforma las estructuras de dominación para
mantener vigente el dominio imperial.”
“De este modo, cuando los docentes trabajan en el campo
curricular deben ajustar los planes y programas a lo que calificarán los
modelos de evaluación, los mismo que están encaminados a estimular una
formación pragmática y técnica, cuya finalidad es el desarrollo y preparación
del capital humano suficientemente calificado para servir a los capitales e
inversiones extranjeras; hombres que adquieran conocimientos, pero que no
actúen conscientemente, serviciales al sistema, hombres objetos y no sujetos,
es decir, el hilo conductor de la educación es mantener activa la relación
educación-empresa.”3
Eric Toussaint, analizando el papel del BM en sus
documentos, concluye lo siguiente:
“1) El BM ha apoyado durante toda su historia a
regímenes dictatoriales aliados a los Estados Unidos o de las potencias
imperialistas que, participando en su dirección, ha desestabilizado a regímenes
democráticos.
2) Que parece ser un instrumento bastante ineficaz para
el desarrollo, pero que se encuentra en situación de golpe de estado sobre los
países del llamado tercer mundo, interviniendo en las decisiones ordinarias de
sus gobiernos. En sus primeros 17 años de vida, el BM no concedió un solo
préstamo para escuelas, abastecimiento de agua o tratamiento de residuos.
3) Atenta contra los derechos humanos al favorecer las
privatizaciones, el saqueo de los recursos naturales y el fin de los servicios
públicos, además propicia, con las políticas de ajuste, el pago de ilegales
deudas y reformas estructurales recolonizando sectores estratégicos en la
industria y servicios, llevando a la recesión, devaluación, aumento de las
tasas de interés y la consecuente quiebra de empresas y empobrecimiento
generalizado.
4) Entrega los países a la voracidad del capital
internacional al abrir las economías y permitir la entrada y salida libre de
capitales; suprime los impuestos progresivos, reduce la soberanía alimentaria.”4
Sería un error considerar que estas tres
instituciones son las únicas que se conjugan en el proceso de dominio mundial
de la burguesía imperialista. Por doquier se han creado instituciones que
promueven la ideología capitalista; las mismas ONG, las universidades, los
medios de comunicación, etc. No hay lugar ni institución que no esté invadida
por la ideología burguesa.
La tarea es desenmascarar el papel de
todas y cada una de estas instituciones, así como el de enfrentar todas las
expresiones del pensamiento burgués, ya sea en su versión neoliberal o
estatista. En otras palabras, desplazar a la idea burguesa para sustituirla por
la idea proletaria; y desplazar del poder a la burguesía para reemplazarla por
el proletariado en el poder.
Notas:
[1]
Informe Sobre el Desarrollo Mundial. Una Nueva Geografía Económica. Banco
Mundial. 2009. Pág. 260.[2] Lora Cam, Jorge y Recéndez, María. La Universidad en la Era del Neoliberalismo. Fondo Editorial. Universidad de Ciencias y Humanidades. Lima, 2009. Págs. 68-69.
[3] Ibídem. Pág. 100.
[4] Ibídem. Pág. 63.
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