Mensaje a la Nación: Lucha Contra el Congreso o Remate
de Nuestro País
César Risso
A LA ENTRADA DEL MENSAJE a la nación, el
presidente Martín Vizcarra señala lo siguiente:
“El objetivo común es generar instituciones sólidas,
representativas y confiables, que promuevan un crecimiento equitativo,
competitivo y sostenible y nos permita cerrar brechas sociales y de
infraestructura. Por eso, hoy anunciaré un conjunto de medidas para impulsar el
crecimiento productivo y el progreso del país.”
Parte Martín Vizcarra del supuesto de
que todos, los campesinos comuneros, los pequeños productores agrarios, los
comuneros de la selva, los obreros, los trabajadores familiares no remunerados,
los trabajadores informales, así como la burguesía nativa, tenemos el mismo
objetivo.
En
la sociedad capitalista, el crecimiento y el desarrollo en general de un país,
pasa necesariamente por las ganancias que la burguesía, nativa e imperialista,
puede obtener. Por esto, las diversas clases sociales supondrían como objetivo
común el aceptar someterse a la explotación capitalista, considerarla como la
mejor opción, sin discutir las diversas formas de explotación a que son
sometidas en nuestro país.
Con
este marco, se nos promete: “Un horizonte de crecimiento, progreso y bienestar
para todos.”
Es
común en los representantes de la burguesía pasar por alto las crisis propias
del sistema capitalista. Solo la mencionan para imponer medidas más drásticas
para agudizar la explotación capitalista. En este caso la idea de Martín
Vizcarra es darnos la imagen de un futuro en el que todos viviremos bien, sin
crisis, sin desigualdad, en fin, en un mundo paradisiaco, que como muy bien
sabemos es el reino de la burguesía, de la explotación de los trabajadores, y
de las crisis económicas que aniquilan las fuerzas productivas, con la
exacerbación de la explotación, del desempleo, de la pobreza, de la
delincuencia a todo nivel, y de todas las consecuencias negativas a que nos
conduce el sistema capitalista.
Esta
mejoría se alcanzará, supuestamente, superando las distancias con los países
desarrollados:
“Tenemos claro que nuestra economía debe mejorar su
potencial de crecimiento, para acortar las distancias con los países
desarrollados. Para ello, estamos trabajando sobre políticas que mejoran la
Competitividad y la Productividad de nuestra economía, con una visión de
mediano y largo plazo.”
La comparación con los países
desarrollados, que comúnmente se hace, pretende hacernos aspirar a un nivel de
vida semejante. Pero esta es una comparación insostenible, porque en este
sistema los países desarrollados lo son por ser países imperialistas, es decir
por explotar no solo a sus trabajadores sino también a otros países a los que
someten a través de la inversión extranjera directa, del comercio exterior y de
la deuda externa. Para decirlo con claridad, la propuesta de ser un país
desarrollado es la de ser un país imperialista.
Martín
Vizcarra apunta a la entrega total de nuestro país a la voracidad de la
burguesía imperialista:
“En primer lugar, es necesario promover la
Diversificación Productiva. Esto implica no sólo consolidar el desarrollo del
sector agroexportador y minero, que han venido sosteniendo el crecimiento y la
generación de empleo en los últimos años, sino, además, facilitar las
inversiones en otros sectores.”
La propuesta de la diversificación
productiva tiene por objeto poner en venta la totalidad de nuestros recursos.
Una
somera revisión del Plan de Competitividad y Productividad 2019-2030, nos permite ver que solo se propone crear
instituciones y mecanismos de seguimiento y control, presentando más un
diagnóstico, antes que medidas específicas, para dar sustento a cualquier
medida concreta de la entrega de nuestros recursos tanto humanos como
materiales.
“[…] hoy hemos publicado el Plan de Competitividad y
Productividad 2019-2030, el cual incluye un primer grupo de 84 medidas
específicas en las 9 áreas, y que estamos seguros impulsarán la competitividad
y productividad de nuestra economía para lograr tasas de crecimiento mayores a
5%.”
En este contexto, Martín Vizcarra le
da la buena noticia a las empresas constructoras de sus posibles ganancias:
“Asimismo hemos publicado el día de hoy el Plan
Nacional de Infraestructura, en el que se incluye más de 50 grandes proyectos
por casi 100 mil millones de soles cuya ejecución nos permitirá empezar a
cerrar las brechas de infraestructura.”
Las empresas constructoras se verán
beneficiadas con estos 100 mil millones de soles, buena parte de los cuales
irán a los bolsillos de los propietarios de las constructoras.
Con
este conjunto de propuestas se trata de enfrentar de manera integral el
sometimiento de nuestro país a los intereses del imperialismo, preparando la
infraestructura que este necesita para asumir la explotación de nuestros
recursos a menores costos y con ello ampliar sus ganancias aumentando la tasa
de explotación.
Pero
la infraestructura no le es suficiente a la burguesía, necesita el medio para
llevar a cabo la realización (venta) de lo que produce, y por ello también
tendrá su parte la burguesía dedicada a la actividad financiera:
“También hemos aprobado la Política de Inclusión
Financiera, elemento necesario para facilitar la financiación y el ahorro
en sectores que no tienen normalmente acceso al crédito ni al sistema
financiero en general.”
En otras palabras, se someterá a más
sectores de la población a través del sistema financiero para aumentar más aun
la plusvalía, beneficio que obtiene la burguesía por medio de la diferencia
entre la tasa de interés activa (interés por préstamos) y la tasa de interés
pasiva (interés por ahorros), así como de la explotación de los trabajadores.
Una
medida de política económica para dinamizar la economía se presenta como un
generoso gesto del gobierno:
“Por otro lado, durante al año 2018 se han destinado S/
450 millones para el pago de sentencias judiciales debidamente priorizadas,
asignándose para el sector Educación S/ 200 millones, y para los otros sectores
S/ 250 millones. En el presente año, se ha asignado S/400 millones para
continuar con el proceso de atender el pago de sentencias judiciales. Vamos a
seguir atendiendo gradualmente este justo reclamo.”
“Luego de 18 años en que las pensiones de los jubilados
de la ley N° 19990 estuvieron congeladas, se dispuso un incremento de más del
20%. Este reajuste beneficia a más de 500 000 pensionistas.”
Estas medidas, que se presentan como
parte de la función del Estado, no son otra cosa que una política que busca
acrecentar los negocios de la burguesía, dándole mayor capacidad de demanda a
determinados sectores de la población, particularmente a los jubilados,
dinamizando así la actividad económica y por lo tanto favoreciendo a la
burguesía. Como hemos dicho en otra oportunidad, no es un gesto humano de parte
del Estado sino el interés por llevar adelante desde el Estado el negocio de la
burguesía.
Para
asegurar la incorporación del pueblo al sistema financiero y por medio de este
al conjunto de la economía capitalista, se plantea:
“Por eso, lanzamos el Plan Nacional de Titulación
“Wasiy”, para entregar 1.000.000 de títulos en 5 años. En el transcurso del
siguiente año titularemos los primeros 200.000 predios. Este Plan, comprende
modificaciones normativas para poder alcanzar la meta.”
Con la teoría de los derechos de
propiedad, se postula el programa de titulación, lo que convierte a estos nuevos
propietarios legales en sujetos de crédito. Vale decir, se logra ampliar la
base de explotación financiera de los pequeños propietarios.
La
promoción del turismo interno y externo, promueve las ganancias de las empresas
de transporte nacional e internacional, así como de los propietarios de la red
hotelera y de restaurantes. Como se ve, este es otro sector de la burguesía al que busca beneficiar el Estado.
El
gobierno propone por escrito lo que siempre ha considerado: “Hidrocarburos,
Energía y Minas como sectores estratégicos”.
En
medio del conflicto por el proyecto minero Tía María, Martín Vizcarra hace un
anuncio que mueve a risa:
“Reafirmando nuestro compromiso con una minería
socialmente responsable, esta semana se determinó el cierre definitivo de la
unidad minera Arasi en Puno, esta no podrá seguir operando. Vamos a garantizar
el respeto por las personas y el medio ambiente.”
Como es evidente, la gran burguesía
peruana y la imperialista le impiden decir lo mismo de los grandes proyectos
mineros.
Los
datos que nos brinda el presidente respecto de la construcción de viviendas así
como de la reconstrucción son abrumadores. Estas viviendas son otro gran negocio
directo para las constructoras, así como para las empresas financieras.
En
cuanto a la educación, se nos informa de la construcción de colegios, así como
del mantenimiento de los existentes. Pero no se dice nada de los contenidos.
Estos contenidos obviamente son burgueses. No ponen en cuestión la explotación
capitalista. Más bien se plantea en los colegios los valores burgueses, el
individualismo, la sed de ganancia, etc.
“¡Al
bicentenario, todos tendremos acceso universal en salud!”. Esta expresión, que
más que promesa parece una arenga, un logro actual, es a la vez un
reconocimiento de la situación en la que viven muchos peruanos, sin acceso a
salud, en medio de la pobreza, enfrentando la muerte todos los días.
Acerca
del negocio de los medicamentos se nos dice:
“Será un hito fundamental en el país que una ley
exprese que los medicamentos forman parte del derecho humano a la salud y no
una mercancía.”
Al parecer Martín Vizcarra no se da
cuenta de que en el capitalismo todo es mercancía, hasta las bendiciones de los
curas. Por ello resulta curioso que señale que los medicamentos no deben ser
mercancía. Pero una lectura más atenta nos permite entender que,
subliminalmente, el presidente cree que solo los medicamentos están
relacionados con la salud, porque de no ser así, consideraría que tampoco el
agua debe ser una mercancía, los alimentos, el aire, las prendas de vestir, la
vivienda, la educación, etc.
Plantear
precios bajos no quiere decir que la mercancía deje de serlo. En todo caso son
mercancías que contienen una menor plusvalía para la empresa farmacéutica.
En el mismo sentido, pero diferenciado
medicamento genérico y de marca, nos dice:
“Así mismo, en esta ley también se ha propuesto que las
farmacias y boticas privadas tengan la obligación de ofrecer al público
medicamentos genéricos de calidad. Tenemos el derecho de estar informados para
poder elegir.”
Hay que preguntarnos a qué llama
Martín Vizcarra medicamentos genéricos de calidad. La producción de genéricos
en el Perú está regulada, es decir, pasa por los controles de DIGEMID, en base
a las Buenas Prácticas de Manufactura. Por esto, nos parece que el presidente
se refiere a medicamentos genéricos que al ser de mayor calidad, en realidad
está dando sustento a un precio mayor, vale decir que los medicamentos
genéricos de mayor calidad tendrían un precio más alto al de los actuales
genéricos, supuestamente de menor calidad, pero un precio mucho menor que los
medicamentos de marca.
La
propaganda nos ha hecho creer que todo medicamento de marca es mejor. Los
medicamentos genéricos y los de marca que tienen el mismo principio o sustancia
activa deben tener el mismo efecto. Lo que varía es el proceso y los
excipientes. A veces un excipiente puede producir ciertos efectos secundarios.
Pero estos no son la sustancia que cura, sino que cumplen la función de
permitir que los medicamentos tengan ciertas características, como la dureza en
las tabletas para que se disuelvan en cierta parte del cuerpo, según las normas
internacionales, y tengan así la eficacia esperada. Por lo tanto aquello de
mejor calidad estaría enmascarando el sustento para un mayor precio.
En
cuanto a empleo solo se habla de formalización, mostrando algunos tímidos
resultados, que no tienen mayor impacto.
Aunque
el mensaje presidencial concluye con la propuesta de adelantar las elecciones
al Ejecutivo y al Legislativo, con lo cual Martín Vizcarra desarrolla la
táctica de enfrentar al Congreso con la población, no podemos por menos de
dejar de apreciar que objetivamente esta propuesta distrae a la población del
verdadero mensaje, que consiste en el remate de la totalidad de nuestro país a
los intereses de la burguesía imperialista, para lo cual prepara la
infraestructura para la reducción de costos a la inversión extranjera,
favoreciendo también a los diversos sectores de la burguesía nacional.
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