Un
Poema de Raúl Gonzales Tuñón
La Libertad
(Fragmento)
II
Hay que ser
piedra o pura flor o agua,
conocer el secreto violeta de la
pólvora,
haber visto morir delante del
relámpago,
conocer la importancia del ajo y
el espliego,
haber andado al sol, bajo la
lluvia, al frío,
haber visto a un
soldado con el fusil
[ardiente,
cantando, sin
embargo, la Libertad querida.
Viva el amor, la
vida poderosa,
la muerte creadora
de olores penetrantes
y eso porque uno
muere y resucita,
la luz sobre los
techos de la aurora,
sobre las torres
del petróleo
sobre las azoteas
de las parvas,
sobre los mástiles
del queso y el vino,
sobre las pirámides
del cuero y el pan,
la gente
retornando,
una ventana con la bandera
en familiar
[bordado
y la exacta ambulancia, con
heridos,
cantando, sin embargo, la
Libertad querida.
Hay que ser como el puente
necesario,
natural como el lirio, como el
toro,
saber llegar al fondo del
silencio,
al subsuelo del brote y a la
raíz del grita,
hay que haber conocido el miedo
y el valor,
haber visto una mano que agita
una linterna
de noche, hacia el distante nido
de la
[metralla,
hay que
haber visto a un muerto cicatrizado
[y
solo
cantando, sin embargo, la
Libertad querida.
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