Venezuela, Otro Golpe en
Proceso
EN EL TEXTO DEL PASADO 21 DE OCTUBRE,
se agregaron al final de la nota tres párrafos (que pueden ser consultado
en http://cajaderespuestas.blogspot.com ) en los que se anunciaba que el Consejo Nacional
Electoral (CNE) había aceptado una medida cautelar emanada de varios tribunales
penales en relación a la usurpación de identidad de miles de supuestos
firmantes (casi 600.000 personas) en la etapa inicial del proceso y que, por
tanto, hasta tanto no se expidiera la Justicia, se suspendía la recolección del
20% de las firmas de las ciudadanas y ciudadanos que anunciábamos la pasada
semana (se puede leer el comunicado del CNE en http://www.cne.gob.ve/web/sala_prensa/noticia_detallada.php?id=3483 ).
Ese mismo día, el
presidente de la Asamblea Nacional (AN) de Venezuela, Henry Ramos Allup,
convocó una sesión extraordinaria para el domingo 23 de octubre en la que
anunció que se tomarían medidas muy importantes, a pesar de que ese organismo
legislativo fue declarado en desacato y por tanto nulas las decisiones que
pudiera tomar por parte de una sentencia del Tribunal Supremo de Justicia
(TSJ), organismo que cuestiona la decisión de esa misma AN de incorporar al
pleno a tres diputados cuya elección había sido suspendida como parte de una
investigación para determinar su responsabilidad en la compra de votos de
algunas comunidades indígenas del estado Amazonas y la violación del secreto en
el ejercicio al voto (pueden verse ambas sentencias del TSJ en http://historico.tsj.gob.ve/decisiones/selec/diciembre/184227-260-301215-2015-2015-000146.HTML y http://historico.tsj.gob.ve/decisiones/selec/agosto/189587-108-1816-2016-X-2016-000007.HTML ).
A pesar de que la
AN llevaba ya 28 convocatorias fallidas por falta de quórum, la oposición logró
que sus diputados acudieran a sala el pasado domingo 23 y la sesión fue casi
demencial. Las intervenciones de los diputados se sucedían hablando del papel
que jugaría esa sesión en la Historia nacional, así como el papel que jugarían
ellos mismos en el derribo de una “dictadura” que según afirmaban “ahora sí” se
había instalado en el país (parece que todas las veces anteriores que acusar al
chavismo de ser dictatorial, no lo era tanto). Durante la sesión se aprobó una
declaración que en su parte resolutiva sostiene (se pueden leer todos los
considerandos en http://www.asambleanacional.gob.ve/uploads/documentos/doc_bb34d179165bf0203c70b205a54dd6710a1afa9a.pdf ):
PRIMERO: Declarar la ruptura del orden constitucional y la existencia de un golpe de estado cometido por el régimen de Nicolás Maduro en contra la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y el pueblo de Venezuela.
SEGUNDO: Solicitar a la comunidad internacional la
activación de todos los mecanismos que sean necesarios para garantizar los
derechos del pueblo de Venezuela, en especial su derecho a la democracia.
TERCERO: Formalizar la denuncia ante la Corte Penal Internacional y demás organizaciones que sean competentes, en contra de los jueces y rectoras del Consejo Nacional Electoral responsables de la suspensión del proceso de Referendo Revocatorio y demás funcionarios responsables de la persecución política al pueblo de Venezuela.
CUARTO: Proceder de manera inmediata y de acuerdo con los mecanismo constitucionales, a la designación de los 3 rectores principales y sus suplentes, que fueron nombrados provisionalmente en diciembre de 2014; así como la designación de los dos rectores principales y suplentes cuyo período de ejercicio culmina en diciembre del presente año, para con ello garantizar el respeto del derecho de los venezolanos a elegir, así como la independencia de poderes y el respeto al estado derecho.
QUINTO: Proceder de manera inmediata y de acuerdo con
los mecanismo constitucionales, a la designación de los Magistrados del
Tribunal Supremo de Justicia, para garantizar el respeto del derecho de los
venezolanos a elegir, así como la independencia de poderes y el respeto al
estado derecho.
SEXTO: Iniciar el proceso para determinar la situación
constitucional de la Presidencia de la República y convocar a una sesión
especial de la Asamblea Nacional para el próximo martes 25 de octubre, para
evaluar y decidir sobre la materia.
SÉPTIMO: Conformar una comisión especial de alto nivel
parlamentario encargada de desarrollar y definir las decisiones emanadas de
este acuerdo para restituir el orden constitucional.
OCTAVO: Exigir a la Fuerza Armada Nacional no obedecer
ni ejecutar ningún acto o decisión que sean contrario a los principios
constitucionales o menoscaben derechos fundamentales del pueblo de Venezuela,
emanados del Poder Ejecutivo, Judicial, Ciudadano y Electoral. (…)
O sea, en buen romance desconocer al Presidente; solicitar intervención internacional; enjuiciar a las autoridades que se consideran incómodas; sustituir a los rectores del CNE y a los magistrados del TSJ y exigir a la Fuerza Armada Nacional (omitieron el apellido de Bolivariana) que no obedezcan a los poderes que la AN desconoce.
Este mismo martes
25, la AN volvió a reunirse y luego de otra sesión en la que no se debatió el
fondo de ninguno de los temas, sino que se hicieron intervenciones para ser
registradas en la épica interna de las organizaciones políticas, se adoptó nuevamente
un acuerdo por parte de la AN, que en su parte decisoria acuerda (ver completa
en http://www.asambleanacional.gob.ve/uploads/documentos/doc_d3f219591da2f3670fbe83c1c23dc3aeb9257587.pdf ):
Primero: Iniciar el procedimiento de declaratoria de Responsabilidad Política del Presidente de la República, y a estos efectos se resuelve citarlo para que comparezca al Hemiciclo de Sesiones el día 1 de noviembre de 2016, a las 3:00 pm., a fin de que exponga sobre su posible responsabilidad por las graves violaciones a la Constitución, los Derechos Humanos y la Democracia ya señaladas, y por haber consolidado un modelo político-económico y social que por su estatismo, rentismo, burocratismo y corrupción ha ocasionado la devastación de la economía del país y, en particular, una enorme inflación y el estrangulamiento de la producción nacional, así como el desabastecimiento en el rubro de los alimentos y medicamentos e insumos médicos.
Segundo: Declararse en Sesión Permanente de consulta popular, por medio de la plenaria de la Asamblea Nacional y de sus Comisiones Permanentes, en la sede del Parlamento y en las comunidades, para determinar junto al pueblo, en asambleas de ciudadanos y ciudadanas, movilizaciones y diversas formas de deliberación y manifestación pública, las decisiones posteriores que deban adoptarse ante la ruptura constitucional impulsada por el Presidente de la República, de acuerdo con los artículos 187, numeral 4, de la Constitución y 127 y 128 del Reglamento Interior y de Debates de la Asamblea Nacional.
Tercero: Encomendar a la Comisión Especial de Alto Nivel Parlamentario designada en sesión ordinaria del 23 de octubre de 2016 evaluar la posibilidad de que esta Asamblea Nacional declare el abandono del cargo por el Presidente de la República, así como su posible responsabilidad penal considerando la consulta popular antes mencionada;
Cuarto: Ratificar su compromiso con la restitución del orden constitucional, de acuerdo con lo establecido en el artículo 333 de la Constitución, pues la inobservancia de esta se produce no solo por medio de un hecho de fuerza contra la institucionalidad en sentido clásico, sino también cuando el Presidente de la República hace uso de su autoridad civil y militar para socavar la Constitución.
Quinto: Ratificar su decisión de acudir a las instancias internacionales competentes para denunciar las violaciones a derechos humanos y a los elementos esenciales de la Democracia que sufren los venezolanos y venezolanas, en cuya comisión el Presidente de la República ha tenido papel protagónico.
Traduciendo nuevamente: se intenta explicar que se desconoce al Poder Ejecutivo por el ejercicio de su propia gestión de Gobierno, aun cuando no se pueda probar el rompimiento explícito de la institucionalidad; nuevamente se insiste en la intervención extranjera.
Sin embargo, ya el pasado 13 de octubre –cuando todavía ningún tribunal había adoptado ninguna resolución que detuviera ningún proceso de consulta-, esta misma AN írrita planteaba la siguiente resolución, quizás tanto o más golpista que las mencionadas más arriba (véala completa en http://asambleanacional.gob.ve/uploads/documentos/doc_bb870e5b9302c0fc9a98697b99d87ce7a9a18fb4.pdf ):
PRIMERO: Desconocer, de conformidad con lo dispuesto en los artículos 7 y 333 de la Constitución, la autoridad y vigencia de los actos del Poder Ejecutivo y de las sentencias del Tribunal Supremo de Justicia, que contraríen los valores, principios y garantías democráticos y lesionen los derechos fundamentales.
SEGUNDO: Encomendar a la Junta Directiva de la Asamblea Nacional liderar un proceso de consulta y organización de la sociedad venezolana para favorecer un gran movimiento cívico nacional en defensa de la Constitución, la democracia y el voto.
TERCERO: Exigir al Consejo Nacional Electoral proceder como Poder autónomo e independiente a disponer las condiciones favorables al ejercicio de los derechos políticos, garantizando su plena vigencia y efectividad. En concreto, se emplaza al CNE a que fije de manera definitiva el cronograma para la realización del Referéndum Revocatorio al mandato del Presidente de la República, ciudadano Nicolás Maduro Moros, y para la elección de los gobernadores, todo en el año calendario 2016.
CUARTO: Exhortar a la Fuerza Armada Nacional a exigirle al Presidente de la República y al Consejo Nacional Electoral que garanticen el ejercicio de los derechos políticos de los venezolanos y el respeto de la voluntad del electorado, especialmente del referéndum revocatorio y de las elecciones regionales.
QUINTO: Instar a la Fuerza Armada Nacional a coadyuvar en el restablecimiento del Estado de Derecho, de la vigencia de los derechos fundamentales y de los principios democráticos. A tal efecto, deberá acompañar a los venezolanos en las exigencias tendientes a hacer efectivo el ejercicio de sus derechos políticos y velar por el sometimiento de los representantes del Poder Público a la Constitución, así como desconocer los actos del Ejecutivo Nacional y del TSJ que lesionen la Constitución.
SEXTO: Emplazar a la Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia para que, honrando la democracia representativa, permita de una vez por todas la incorporación de los diputados electos por el Estado Amazonas el 6 de diciembre de 2015, o que se repitan los comicios parlamentarios en esa entidad electoral.
SÉPTIMO: Conformar el Comité de Postulaciones Judiciales para proceder a designar a los Magistrados del TSJ en sustitución de los Magistrados designados de manera inconstitucional el 23 de diciembre de 2015, y cuyo acto de designación está viciado de nulidad y ha sido declarado inexistente por esta Asamblea Nacional.
OCTAVO: Crear una Comisión especial para el estudio y análisis de la designación de Rectores del CNE que hiciera el Tribunal Supremo de Justicia 5 el 26 de diciembre de 2014, con el fin de presentar un informe ante el pleno de la Asamblea Nacional para conocer los vicios de inconstitucionalidad y de ilegalidad de dicho proceso.
NOVENO: Instar a las organizaciones internacionales, a través del Alto Comisionado de la Organización de Naciones Unidas (ONU) para los Derechos Humanos; al Secretario General y al Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), para que en ejercicio de sus competencias emitan pronunciamiento y adopten las medidas que corresponda, tendientes a garantizar la vigencia de la democracia y el respeto de los derechos humanos en Venezuela.
DÉCIMO: Instar a las organizaciones internacionales y parlamentos latinoamericanos, a las autoridades del Mercado Común del Sur (MERCOSUR) y a la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) a estar vigilantes y coadyuvar al restablecimiento de las instituciones democráticas en Venezuela y a exigir al Ejecutivo Nacional el respeto de los principios, valores y libertades esenciales a la democracia.
DÉCIMO PRIMERO: Dar publicidad (…).
DÉCIMO SEGUNDO: Notificar del presente acuerdo a los demás Poderes Públicos, al cuerpo diplomático, al Nuncio de Su Santidad el Papa Francisco, a la Conferencia Episcopal Venezolana, a las universidades nacionales, a las academias nacionales, a los colegios profesionales, a las centrales sindicales y a las federaciones empresariales e industriales.
Nótese que ya estaban presentes todos los elementos que aparecen luego con la justificación de la supuesta limitación de derechos promovida desde el Poder Ejecutivo, cuando éste supuesto aún no se había producido.
Ya basta de loquetera...
Hasta ahora, hemos transcrito exactamente lo aprobado por el órgano legislativo venezolano, a pesar del dolor de estómago, la angustia, o el dolor (según sea el caso) que pudiera provocar.
Detengámonos un minuto a analizar.
Tenemos un poder del Estado (la Asamblea Nacional, Legislativo) que desconoce al resto de los poderes que componen al Estado venezolano (Ejecutivo, Judicial, Electoral y Ciudadano –poder que a su vez está compuesto por el Ministerio Público, la Defensoría del Pueblo y la Contraloría General de la República-), mientras que estos mismos poderes desconocen las resoluciones de la Asamblea Nacional por considerarla en desacato de una sentencia del máximo tribunal judicial del país.
Sin embargo, todos
los poderes y sus integrantes trabajan activamente y sin cortapisas ni
limitaciones exceptuando las que se derivan de sus propios actos.
Adicionalmente
tenemos un proceso de elecciones municipales y regionales anunciados para el
año entrante, así como un proceso de activación de referéndum revocatorio en
curso (aun cuando momentáneamente esté suspendido en primera instancia por
orden judicial).
Por otro lado, la
Constitución venezolana no prevé el juicio político al Presidente (conocido
como “impeachment”, por su nombre en inglés) y sí prevé al Tribunal Supremo de
Justicia como máximo organismo de alzada cuando –como en situaciones como la
actual- se presenta un conflicto de poderes.
Mientras tanto, el
Poder Ejecutivo Nacional encabezado por el presidente Nicolás Maduro, se
encuentra desplegado nacional e internacionalmente a efectos de lograr el
aumento de los precios del petróleo y la recuperación de la economía
venezolana.
Además el
presidente Maduro ha convocado en reiteradas oportunidades a los sectores de
oposición (desde 2013, fecha en que fue electo hasta ahora), recibiendo siempre
negativas o acciones elusivas de parte de este sector político.
Incluso el
presidente Maduro convocó al Consejo de Defensa Nacional (organismo integrado
por los titulares de los cinco poderes más los ministros de Interior y Defensa)
y también obtuvo el rechazo opositor.
Actualmente se
encuentra en curso un nuevo intento de diálogo con la mediación de la Unasur y
del Vaticano, que cuenta con el explícito apoyo del secretario general Ernesto
Samper y del papa Francisco; sin embargo, la oposición venezolana ya ha
adelantado que no asistirá a la convocatoria pautada para el próximo domingo 30
en la isla de Margarita (Capriles le dijo al Papa que no se podía dialogar con
“diablos”, refiriéndose a los chavistas).
Del mismo modo,
anunciaron para este mismo jueves 27 una movilización del sector opositor hacia
la AN como forma de respaldar “el juicio político contra el Presidente”.
Por otro lado,
anunciaron también un “paro nacional” de doce horas (en realidad un “lockout”,
como se conoce a los paros patronales, ya que ningún sindicato nacional convoca
a esta movilización) para este mismo viernes.
Y por último una
movilización nacional hacia el Palacio de Miraflores (sede de la Presidencia)
el 3 de noviembre, para “entregarle a Maduro” los resultados de la resolución
(previsiblemente contraria) adoptada por la AN.
Todo esto se parece
demasiado a los cronogramas del 2002 y 2003; a las marchas insurreccionales
masivas; a los paros patronales por tiempo indeterminado; a las apelaciones a
la “comunidad internacional”, que no son sino llamados a la intervención
imperialista.
Al mismo tiempo
–igual que en esas épocas-, el mismo sector político-empresarial provoca una
grave crisis en el acceso a los bienes básicos, mientras éstos son acaparados y
se especula con sus precios y se acusa al Gobierno de esa misma crisis.
Una operación
clásica, con desconocimiento del Gobierno, apelación a alzamientos militares y
a la intervención extranjera.
Omisiones imperdonables
¿Cuál es la diferencia entonces en el accionar de la oposición hoy y en la respuesta errática que han tenido algunos desprevenidos en América Latina que anteriormente se solidarizaron con la Revolución Bolivariana y hoy dudan?
La diferencia es
que la oposición ganó UNA elección por casi diez puntos de ventaja. Parece que
de nada valen las casi veinte consultas que el chavismo ha ganado hasta la
fecha por cifras mayores que esa. Parece que ESTOS diputados son más legítimos
(incluso más que cualquiera de los períodos legislativos anteriores) que todo
el resto de las funcionarias y funcionarios electos, incluyendo al Presidente
de la República.
Parece que algunos
no logran encontrar la diferencia entre la realidad real y la diatriba
histérica de CNN; algunos no logran encontrar los paralelismos con golpes ya
dados, como en el caso de Chile, Haití, Honduras, entre otros.
Algunos parece que
incluso no tuvieran la intención de analizar, sino adoptar de una vez los
prejuicios (que caben como un traje a la medida), pero en derecho y en política
–y más aún en el ámbito internacional-, la ignorancia no es excusa y la
Historia no perdona.
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Macri Sube la Apuesta Neoliberal
Claudio Katz1
ANTES DE CONCLUIR EL PRIMER AÑO de
gestión Macri ya concentra todas sus energías en las elecciones del 2017.
Proyecta prolongar su gobierno para reinstalar a pleno el programa neoliberal
recreando los mitos de la privatización, la apertura comercial y la
flexibilización laboral. ¿Podrá lograrlo?
CATARATA DE FALLIDOS
El crecimiento no aparece en el
esperado segundo semestre y la recesión del 2- 3% supera los promedios de las
últimas caídas. También la inflación del 40% desborda los porcentajes
habituales de la carestía. En lugar de avances hacia la pobreza cero, más de un
millón de personas han sido empujadas a la miseria. Los asalariados formales
perdieron entre el 8% y el 12% de su ingreso real y la tasa de desempleo se
ubica en las zonas industriales por arriba de los dos dígitos. La desigualdad
se expande en forma abrupta.
Hasta ahora la
administración de Cambiemos no logró
las ansiadas inversiones. Los únicos capitales que llovieron son los fondos
golondrinas que especulan en el circuito financiero. Si se cumplen las
estimaciones oficiales, la economía se encontrará a fines del 2017 en el mismo
punto que estaba al concluir el kirchnerismo.
El divorcio entre
promesas y realidad se extiende al terreno de la corrupción. Macri no ha
explicado el fraude de las empresas off shore que montó para evadir impuestos.
Su vicepresidente escondió bolsos con dólares de dudoso origen. El titular del
Banco Central arrastra un cajoneado proceso por el fraudulento manejo de la
deuda pública y el jefe del Banco Nación participó en las malversaciones de los
fondos buitres. Además, el secretario de energía suscribe contratos con sus
amigos de Shell y el dueño de un gran supermercado supervisa el jolgorio de los
precios.
El líder del PRO
enaltece la institucionalidad, pero fuerza la renuncia de los magistrados
adversos, disciplina a los fiscales y negocia directamente los temas
conflictivos con la Corte Suprema.
Los anuncios de
imparcialidad en la comunicación naufragaron con la anulación de la ley de
medios. Los principales emporios evitaron la subdivisión y sostienen al
gobierno para ampliar su influencia con la próxima regulación del cable, los
satélites y la telefonía.
Este blindaje
mediático le permite a Macri ocultar el agravamiento de la criminalidad, que
afronta con la misma improvisación del gobierno anterior. Trasladan gendarmes
de las fronteras al conurbano y negocian cambios con las cúpulas policiales,
sin modificar la connivencia de esas jefaturas con el delito.
Durante la campaña
Macri cuestionaba la ausencia de un diálogo transparente. Pero desde el gobierno
ha convertido al Parlamento en una oficina de favores para aprobar leyes a
cambio de prebendas. Con la misma manipulación de los fondos públicos ha
logrado frenar el paro de la CGT. La burocracia sindical preserva su turbia
administración de las obras sociales y recibe protección frente a cualquier
investigación de su enriquecimiento personal.
El presidente ha
confirmado la típica fractura entre lo que se enuncia desde el llano y se
realiza en el gobierno. Al principio eludió esa estafa con simples llamados a
la felicidad. Luego culpó a la herencia kirchnerista de todas las desventuras y
posteriormente denunció imaginarias obstrucciones de la oposición. El
agotamiento de esos libretos lo induce a ensayar un nuevo relato.
GOBERNABILIDAD CONSERVADORA
Para contrarrestar los fracasos del
año el oficialismo sube la apuesta y convoca a un gran operativo electoral.
Afirma que un triunfo en las legislativas del 2017 facilitará otro mandato del
oficialismo en el 2019, que permitirá destrabar los fallidos del 2016.
Con esta prioridad
en los comicios Macri sepulta todas sus críticas anteriores a la obsesión
electoral de los políticos por eternizarse en el gobierno. En lugar de
“trabajar para la gente” ahora se embarca en la conservación de los cargos.
Proyecta inducir un
rebote del consumo anclando el tipo de cambio. Intentará crear la misma
primavera económica que indujeron sus antecesores en los años impares de
elección. Repetirá el retraso del dólar para apuntalar el poder de compra con
el auxilio del gasto público.
Macri tiene
previsto recurrir al endeudamiento para financiar el enorme déficit fiscal
(6-8% del PBI). Lo que el kirchnerismo solventaba con emisión, el oficialismo
sostiene con empapelamiento. Ningún país del mundo compite con el vertiginoso
incremento de un pasivo estatal que terminará desatando los conocidos ajustes
del FMI.
El pago de
intereses usurarios ya absorbe el 11% del presupuesto y la deuda es utilizada
para facilitar fugas de capitales, gastos corrientes y aumentos de importaciones.
Con esa bomba de tiempo el PRO se dispone a motorizar la campaña de sus
candidatos.
Los medios
hegemónicos convalidan ese plan. Avalan todas las tonterías de Prat Gay sobre
el “enderezamiento de la macroeconomía” y justifican lo que antes demonizaban.
El monumental
déficit fiscal, el deterioro de la balanza comercial, el derroche de divisas o
la fractura entre inflación y tipo de cambio son presentados como
inconvenientes pasajeros. Los mismos desajustes que eran identificados con el
precipicio, ahora son retratados como simples datos cotidianos.
El establishment
avala posponer un ajuste mayor para facilitar la maniobra electoral. Los
talibanes del neoliberalismo también aceptan la demora y la embajada de Estados
Unidos invita altos funcionarios del Tesoro o el Departamento de Estado, para
elogiar las maravillas de su nuevo peón sudamericano.
Pero el plan de
Macri requiere la cooptación de segmentos del justicialismo para fortalecer la
cogestión de Vidal con los intendentes. También exige tratativas permanentes
para apuntalar la conducta amigable de los renovadores en el Congreso y la
decisiva neutralidad del Papa Francisco. La intermediación de Bergoglio fue
determinante de la decisión cegetista de anular el paro. El PRO incentiva,
además, la división del peronismo y acosa judicialmente a Cristina para
forzarla a desertar del 2017.
El proyecto de
Macri presupone también el afianzamiento de una base social conservadora
permeable a los discursos de mano dura. Por eso el presidente justifica linchamientos
o asesinatos de ladrones, mientras enmascara las causas sociales de la
criminalidad (desigualdad) y la impunidad del bandidaje financiero. Cuenta,
además, con la derechización de capas intelectuales que repiten el itinerario
de Vargas Llosa. Lanata es el prototipo de esa involución.
LA IDEOLOGÍA DEL MERCADO
Para implementar un severo ajuste el
macrismo necesita reintroducir las creencias neoliberales. Cómo esa idolatría
quedó afectada por el desastre de los 90, el PRO ensaya nuevas fórmulas para las
mismas falacias.
Despliega una
intensa campaña contra el populismo, sin definir el contenido de ese mal. En
pleno electoralismo no puede identificarlo con baches fiscales o “fiestas de
los políticos”.
Al macrismo le
cuesta disimular su pertenencia a la crema de las clases dominantes. Encarna un
gobierno de la Ceocracia divorciado de las mediaciones políticas tradicionales
y se maneja con gerentes de grandes empresas, que desconocen el universo
exterior a Puerto Madero. Por eso proclaman que el pueblo está feliz con “un
ajuste necesario y provechoso”.
Los representantes
de esa elite declaran abiertamente que se ha vivido una “fantasía consumista”.
Se indignan con las vacaciones o las compras de vehículos y electrodomésticos
de bajo presupuesto. Retoman las teorías del derroche que identifican a la
argentindad con el abuso del gasto y el desapego al ahorro.
Pero recomiendan
restricciones sólo para los humildes. Durante el 2016 el segmento de los
híper-privilegiados (ABC1) multiplicó sus viajes suntuarios y compras de
automóviles de alta gama, mientras descorchaba el champagne que desgravó Macri.
El discurso austero
no sólo choca con esa impudicia, sino con el propio intento de crear un alivio
de consumo para el escenario electoral del 2017. Esa operación está amenazada
por la demolición del poder adquisitivo que Cambiemos
pondera y lamenta al mismo tiempo.
La restauración
neoliberal también transita por cuestionamientos al “adverso clima de negocios”
que generan los altos impuestos. No se refieren al IVA sino a lo aportado por
los acaudalados. Pero el PRO ya redujo los gravámenes al patrimonio (bienes
personales) y al agro-negocio (retenciones) sin ningún resultado de inversión.
Para soslayar esa
contradicción Macri ataca el ausentismo y la baja productividad laboral.
Sugiere que los capitales llegarán cuando los asalariados acepten una mayor
tasa de explotación. Pavimenta ese camino con una reforma de las ART, que
reducirá los derechos de los litigantes en los juicios por accidentes de
trabajo. Los capitalistas se ahorrarán compensaciones por las tragedias que
cada doce horas se cobran la vida de un operario.
Con el mismo
objetivo Macri vetó la ley anti-despido y tolera un incremento del desempleo.
Busca recrear el escenario disuasivo de la resistencia obrera que prevaleció a
mitad de los 90.
Pero todo el
paquete de mensajes neoliberales oculta que las elogiadas inversiones están
detenidas por limitaciones estructurales de la economía argentina. No sólo la
rentabilidad de los sectores ajenos a la agro-minería es reducida. En el
contexto actual no se verifica la euforia privatista que acompañó a Menen, ni
el viento de cola internacional que rodeó al kirchnerismo.
En esta coyuntura
es muy improbable la repetición de lo ocurrido en el 2002-03, cuando el repunte
del agro se transmitió rápidamente a la industria. Brasil es un espejo de las
recesiones profundas y continuadas que socavan a las economías sudamericanas.
El macrismo
disimula este duro escenario con la fantasía de imitar prosperidades ajenas.
Propaga y archiva a toda velocidad los ejemplos a seguir. Ahora propone copiar
la trayectoria de Australia, olvidando las diferencias con un país de menor
densidad demográfica y mayor dotación de recursos naturales.
La lejana economía
de Oceanía que ensalzan los neoliberales exporta minerales (y no alimentos), en
estrecha asociación con los vecinos procesos de industrialización asiática. Es
un socio militar privilegiado del imperialismo estadounidense, mantiene una
estructura interna más igualitaria y nunca afrontó las tensiones sociales de
Argentina.
Los cerebros del
macrismo discuten Australia, para no registrar lo ocurrido en cualquiera de los
modelos latinoamericanos de neoliberalismo continuado. El futuro macrista de Argentina
se puede avizorar en la terrible desigualdad de México, la precarización
laboral de Perú, las miserables jubilaciones de Chile o la marginalidad social
de Colombia.
Allí se pueden
explorar los anticipos del país “serio y normal” que propicia Cambiemos. Macri recita el viejo sermón
liberal de enderezar a la Argentina con mayor apego al trabajo y respeto a la
institucionalidad. Con ese maquillaje disfraza su proyecto de minorías más
acomodadas y multitudes más empobrecidas.
SOCAVAR LA EDUCACIÓN PÚBLICA
Cualquier afianzamiento del
neoliberalismo exige un drástico deterioro de la enseñanza estatal, puesto que
en ese ámbito predomina una fuerte oposición a la prédica derechista.
El macrismo ya
retomó las campañas contra todos los docentes que se ubican en la primera fila
de la resistencia al ajuste. Cuenta con el apoyo de los grandes medios, que
hostilizan a los maestros para enfrentarlos con la población.
El oficialismo y
sus escribas presentan al magisterio como un sector que abusa de privilegios,
elude obligaciones y aprovecha el ausentismo. No ofrecen pruebas de esas
calumnias y ocultan las adversas condiciones de trabajo que prevalecen en la
mayoría de los colegios.
También olvidan que
sólo la esforzada labor de los docentes contuvo la destrucción de la educación
pública. Las Carpas Blancas impidieron en los 90 la degradación que monitoreaba
el Banco Mundial.
Macri pretende
reiniciar ese desguace. Por eso implementa censos concebidos por las
consultoras privadas, para establecer los rankings escolares que preceden a la
privatización. Es totalmente falso que “los docentes no quieren ser evaluados”
o evitan un “diagnóstico de la situación”. Simplemente se oponen a la cirugía
que prepara el gobierno.
Bullrich ha
confesado que promueve una “segunda campaña del desierto”, sin recordar a las
víctimas de la primera cruzada. Los Ceócratas tienen en mente el modelo chileno
de endeudamiento de las familias para costear los estudios, pero se presentan
como adalides de una educación pública de calidad.
Con cierto cinismo
declaran su propósito de contener la emigración de alumnos a los colegios
privados. Ese enunciado choca con el mantenimiento de los subsidios a las
escuelas pagas y con la abrumadora distribución de cargos entre directivos
provenientes de ese sector. Un funcionariado que envía a sus hijos a las
escuelas más costosas, no tiene el menor interés en potenciar la enseñanza
pública. El gabinete de egresados del Cardenal Newman que maneja el país, ni
siquiera conoce dónde quedan los colegios del estado.
El macrismo critica
la conversión de muchas escuelas en centros asistenciales, pero no propone
restaurar su función educativa. Su gestión acentúa la segmentación social que
recrea esa degradación. Suelen constatar el deterioro de las escuelas más
empobrecidas y la reducción de las exigencias de aprendizaje, en un ámbito que
contiene a millones de chicos excluidos. Pero presentan esa desgracia como un
dato ajeno a la inequidad que potencian todos los días.
Cambiemos
intenta gobernar durante muchos años para crear un consenso privatista que
naturalice la fragmentación escolar. Necesita un tiempo prolongado para
instaurar creencias elitistas, que chocan con la extraordinaria historia de la
educación pública argentina. Esa tradición distingue al país del grueso de
América Latina.
Para promover la
sostenida expansión de la enseñanza privada, la derecha necesita socavar la
subsistencia de buenos colegios y universidades públicas. Allí florece el pensamiento
crítico y la actividad militante, que los conservadores pretenden erradicar.
El
des-financiamiento de la educación superior es el primer paso de la campaña por
el arancelamiento que prepara el macrismo. Ya subrayan el “alto costo” de
universidades con bajas tasas de graduación en proporción a los ingresantes y
el malgasto en estudiantes extranjeros. No comparan esas “pérdidas” con los
millones de dólares transferidos a los parásitos del sector financiero. Ocultan
que sólo los fondos buitres recibieron este año una suma dos veces y media
superior al presupuesto de las universidades.
En lugar de
introducir becas para aumentar el porcentaje de los recibidos, Cambiemos piensa en la expulsión de los
“sobrantes”. Su objetivo es despolitizar y embrutecer a la juventud.
NUEVOS PLANES FRENTE A LA RESISTENCIA
El macrismo ultimó su plan de gobierno
prolongado a partir de lo ocurrido con las movilizaciones del 2016. La
intensidad de esa lucha puso en evidencia que el movimiento popular no será
doblegado con facilidad. El nivel de resistencia y ocupación de las calles supera
el promedio regional.
Las batallas que
iniciaron los estatales contra los despidos fueron sucedidas por importantes
paros en incontables sectores. El gran acto sindical de abril constituyó la
mayor concentración unitaria de los últimos años y corroboró el fortalecimiento
de la agremiación registrada durante la última década. Esa ampliación volvió a
otorgar protagonismo a los asalariados en reemplazo de los piqueteros.
Pero también la
manifestación de San Cayetano reactivó la presencia callejera de los movimientos
sociales y la masiva marcha federal logró un excepcional impacto de
concurrencia y visibilidad.
La expresión más
reciente de estas acciones ha sido la movilización contra el femicidio. Un
nuevo sector irrumpe con niveles de organización forjados en encuentros
periódicos de la militancia. Allí se han elaborado programas para preservar
vidas, revertir la desigualdad y legalizar el aborto.
La intensidad
general de esas acciones neutralizó las pretensiones represivas del macrismo.
El oficialismo no pudo aplicar la ley anti-piquetes, ni los protocolos de
garrotazos que ensayó en las primeras semanas de gobierno.
Han logrado
mantener en la cárcel a Milagros Salas, pero fracasaron en el intento de
detener a Hebe de Bonafini. Tampoco pudieron avanzar en el desprocesamiento de
los genocidas y el masivo repudio a la negación de los desaparecidos forzó la
renuncia de Loperfido. Nuevamente la resistencia democrática transita por los
mismos carriles que la lucha social.
El gobierno sufrió
también una dura derrota en la aplicación del tarifazo. La Corte percibió el
malhumor social y obligó a reformular los aumentos, a través del sinuoso camino
de las audiencias y las nuevas facturaciones. En los cacerolazos de protesta
reapareció una reacción espontánea de vecinos indignados, que actúan más allá
de las organizaciones sindicales o políticas. Ese despertar atemorizó al
macrismo e incentivó su plan de priorizar las elecciones.
En un momento de
crecientes protestas, Macri logró el aval de la burocracia sindical para
desactivar el paro nacional a cambio de un bono vergonzoso. Los jerarcas
archivaron la reapertura de las paritarias sin lograr ninguna compensación. La
suma negociada es insignificante y su otorgamiento depende de la voluntad de
cada sector patronal. Pero el gobierno sabe que la batalla social continúa y
por eso renueva su artillería política, ideológica y electoral.
COMPARACIONES Y ESCENARIOS
Macri encabeza el mismo proyecto de
restauración neoliberal que ensaya Temer en Brasil. En ambos casos se han
instalado gobiernos directos de las clases dominantes, con el propósito de
consumar agresiones virulentas contra las conquistas populares.
El líder de Cambiemos engañó al electorado, pero
logró una consagración en los comicios que no tuvo su colega brasileño. Temer
fue instalado por una mafia de corruptos, que utilizó la farsa del Parlamento
para derrocar a Dilma. Es un bandido ungido por la casta de jueces y poderes
mediáticos, que reemplazan a los militares en el viejo ejercicio de la acción
golpista.
Macri no carga con
esa mochila de ilegalidades, pero afronta obstáculos inmediatos de mayor
alcance que su par brasileño. Frente a un nivel de resistencia popular más
intenso, no ha podido desplegar el acelerado plan de ajuste que implementa
Temer.
El golpista ya
dispuso recortes del programa Bolsa Familia, congeló el gasto social y avanza
en la reforma laboral y jubilatoria. Brasil no cuenta con el margen de
endeudamiento que tiene Argentina y por eso los neoliberales impulsan las
privatizaciones que Macri pospone.
La derecha
brasileña tiene en carpeta la proscripción de Lula, pero su principal apuesta
es la desmoralización popular. La abstención masiva en las recientes elecciones
es una carta de esa estrategia. En cambio Macri debe colocar todas sus fichas
en una próxima secuencia de comicios con alta concurrencia.
El dirigente del
PRO tiene un proyecto reaccionario muy definido, pero carece del poder
requerido para implementarlo. Por eso busca repetir la trayectoria de Menen que
sorteó un debut tormentoso, para afianzar luego su gestión con endeudamiento y
contubernios.
En un contexto
internacional muy distinto a los 90 y con gran memoria de ese desastre, el
periplo de Macri puede naufragar. Si pierde las próximas elecciones podría
afrontar el mismo destino de Fox (México) o Piñera (Chile) -que con gabinetes
de CEOs o equipos políticos- no pudieron consolidar su proyecto. Perdieron la
partida y fueron reemplazados por otras fuerzas de las clases dominantes.
Las elecciones
serán un campo de batalla pero la gran pulseada se dirimirá en las calles.
Menem empobreció al país al doblegar la resistencia popular. En cambio De la
Rúa falló en ese mismo operativo y quedó sepultado por la rebelión del 2001. El
primer resultado condujo a una década de miseria y el segundo a un periodo de
mejoras sociales y conquistas democráticas. Quiénes proclaman su deseo de “que
a Macri le vaya bien” deberían recordar esos antecedentes. Sólo con victorias
del pueblo y derrotas de los poderosos el país saldrá adelante.
30-10-2016
______________
Notas
(1) Economista, investigador del
CONICET, profesor de la UBA, miembro del EDI. Su página web es: www.lahaine.org/katz
Los Crímenes de Guerra Estadounidenses
en Yemen
Periódico Revolución (*)
EL SÁBADO 8 DE OCTUBRE, centenares de
personas se reunieron en la capital de Yemen, Saná, para llorar la muerte del
padre de un funcionario en el gobierno respaldado por el movimiento houthi y
elementos del antiguo régimen. Estas son fuerzas que Arabia Saudita y sus
aliados, incluido Estados Unidos, han atacado durante los últimos 18 meses.
De repente, aviones
de combate saudíes atacaron la sala de recepción funeraria varias veces,
masacrando a más de 140 asistentes. Hirieron a otros 600, entre ellos figuras
principales houthis y otros funcionarios.
“Había más de 800
personas en el edificio, entre ellas ancianos y niños,” un sobreviviente dijo a
los periodistas. “Súbitamente escuchamos el sonido de aeronaves, y después vino
el bombardeo. La primera bomba atravesó el techo y estalló, y destruyó nada más
el sótano. Yo estaba herido y desconcertado. El calor me hizo sentir que me
estaba quemando. Me levanté y corrí hacia la puerta, por donde venía la gente
que presentía para rescatarnos. En ese momento, cayó la segunda bomba sobre las
personas que venían para socorrernos”. (Salim Saleh Rowaishan, citado por Democracy
Now!, 10 de octubre)
“Cuando llegué
allí, había más de 50 cadáveres quemados,” afirmó un testigo citado por Human
Rights Watch, “en muchos casos todavía se podía verle los rasgos, pero la mitad
del cuerpo le había desaparecido, la mitad de la cabeza le había desaparecida,
pero los otros, era muy, muy difícil saber quiénes eran”.
Esto no era una
base ni un aeródromo militar. Estos no eran combatientes. Era un funeral.
¡Haberlo atacado fue un crimen de guerra!
Los saudíes
inicialmente afirmaron que no sabían nada del ataque, pero luego dijeron que
iban a hacer una investigación sobre “informes sobre el bombardeo lamentable y
doloroso”.
¿“Lamentable”?
¿“Doloroso”? La matanza en el funeral en Saná no fue ninguna excepción; fue una
concentración irrefutable y condenable de cómo los saudíes han librado la
guerra reaccionaria, respaldada por Estados Unidos, que lanzaron en marzo de
2015.
La guerra reaccionaria en
Yemen
Yemen se encuentra en las garras
infernales de una guerra civil reaccionaria, alimentada por las potencias
reaccionarias regionales y mundiales.
Yemen es un país
empobrecido, relativamente pequeño y en gran parte rural. Es una sociedad que
todavía se caracteriza en gran medida por las relaciones feudales. Sin embargo,
por su historia y ubicación Yemen es importante estratégicamente tanto para el
imperialismo Estados Unidos como para el gobierno fundamentalista islámico del
Reino de Arabia Saudita. Yemen está en la desembocadura del mar Rojo, lo que
conduce al canal de Suez, por el cual enormes cantidades de petróleo y comercio
mundiales pasan; comparte una frontera con Arabia Saudita y está cerca del noreste
de África.
Durante 33 años,
hasta 2011, el déspota pro-U.S. y pro-saudí, Ali Abdullah Saleh, gobernó Yemen.
En 2011, cuando los levantamientos de la “Primavera Árabe” sacudían la región,
en Yemen el odio por el régimen de Saleh hizo estallar protestas masivas a
nivel nacional. Estados Unidos decidió que Saleh ha llegado a ser una carga y
lo obligó a abandonar. Pero el estado de Yemen, en particular los militares, se
mantuvo intacto. Con el respaldo de Estados Unidos, Arabia Saudita y otros
estados del Golfo, se instaló al mayor general Abd Rabbuh Mansur Hadi, en el
cargo del jefe de estado a principios de 2012. Hadi no era diferente o mejor
que Saleh, y la agitación continuó en Yemen.
En agosto de 2014
una combinación de combatientes houthis y elementos del ejército de Yemen
todavía leales a Saleh tomaron el control de Saná, la capital del país. La
mayoría de los houthis (llamado así por el líder de su alzamiento de 2004
contra el régimen de Saleh) viven en el norte y son miembros de la rama zaidi
del islam chiíta. Los zaidis representan alrededor de un tercio de la población
de Yemen. Las autoridades religiosas zaidis —los imanes— gobernaron Yemen del
Norte durante siglos hasta principios de la década de 1960. Los houthis luchan
bajo la bandera islamista reaccionaria de Ansar Allah (Partisanos de Dios) y a
ellos se les han acusado de masacres y el asesinato indiscriminado. Tienen el
apoyo político y algunos vínculos con la
reaccionaria República Islámica de Irán. En febrero de 2015, las fuerzas houthis y las de
Saleh se hicieron cargo del gobierno central, forzando al presidente Hadi al
exilio en Arabia Saudita.
Arabia Saudita
consideró estos acontecimientos una grave amenaza para sus intereses, incluida
su contención con Irán. Con el respaldo de Estados Unidos, los saudíes formaron
una alianza militar con otros estados de la región y, el 26 de marzo de 2015,
esta alianza lanzó una campaña de bombardeo salvaje contra las fuerzas houthis
y las de Saleh con el objetivo de restaurar al poder a su títere Hadi.
La guerra del terror saudí
Los saudíes han librado una guerra de
terror desde el aire, y una guerra de inanición mediante el bloqueo naval y
aéreo. A lo largo de esta campaña bárbara, han bombardeado repetidamente
objetivos civiles: hospitales, fábricas de papitas, vecindarios y escuelas. La
ONU informa que desde que comenzó la campaña aérea de Arabia Saudita, 4.125
civiles han muerto y 7.207 han resultado heridos, sobre todo por bombas saudíes
hechas, por lo general, en Estados Unidos. Un padre yemení escribió acerca de
sus hijos, “dormimos con miedo, nos despertamos con miedo”. (New York Times,
11 de octubre).
Y ahora tratan de
lavarse las manos de toda esta sangre y estos crímenes monstruosos con palabras
como “doloroso” y “lamentable”.
Estados Unidos — hasta el
cuello en sangre yemení
Después de la matanza del funeral del
8 de octubre, el gobierno de Estados Unidos se hizo pasar por un espectador
inocente, preocupado por el comportamiento de uno de sus amigos. Un portavoz de
la Casa Blanca dijo que Estados Unidos estaba “profundamente preocupado” por
los bombardeos y ataques “preocupantes” saudíes contra los civiles yemeníes.
Prometió que el gobierno de Obama iba a revisar el apoyo estadounidense a la
guerra saudí y que estaba “preparado para ajustar nuestro apoyo a fin de
alinearlo mejor con los principios, valores e intereses de Estados Unidos”.
Dijo que Estados Unidos no ha dado a los saudíes un “cheque en blanco”.
En realidad,
Estados Unidos ha estado hasta el cuello en esta guerra desde el principio y
hasta el cuello en la sangre yemení. Cualesquiera que sean sus diferencias con
el régimen de Arabia Saudita —y sí hay diferencias concretas y tensiones
agudas— ese país sigue siendo una pieza clave en el imperio global de Estados
Unidos. Los gobernantes de Estados Unidos se ven obligados a apoyar a Arabia
Saudita. Y lo han hecho.
Estados Unidos ha
vendido a Arabia Saudita $ 110 mil millones en armas bajo el presidente
“anti-guerra” Barack Obama. Ha armado y apoyado la brutal y criminal guerra
saudí de bombardeos contra los houthis durante los últimos 18 meses. Los
saudíes pilotean aviones de fabricación estadounidense, lanzan bombas de
fabricación estadounidense, son reabastecidos de combustible por petroleros
aéreos estadounidenses (más de 5.700 veces según el último recuento) y reciben
ayuda técnica y de inteligencia de Estados Unidos, incluido de un equipo de
personal militar enviado por el Pentágono a Arabia Saudita para ayudar a
planificar su guerra aérea.
¡Por eso se
encontraron fragmentos de una bomba hecha en Estados Unidos en el lugar de la
matanza del funeral del 8 de octubre en Saná!
Estados Unidos ha
mantenido este apoyo, lo que incluye la venta reciente de $ 1.15 mil
millones adicionales en armas adicionales a los saudíes, incluso después de
repetidas y bien conocidas matanzas de civiles de parte de los sauditas. Y lo hizo
después de que abogados del gobierno advirtieron a la administración de Obama
que se podría considerarlo un co-beligerante en la guerra según el derecho
internacional e involucrado en crímenes de guerra.
Estos son los
“principios, valores e intereses” a que Estados Unidos se dedica en todo el
mundo.
Los misiles de crucero
estadounidenses: No defienden “la libertad de navegación”, sino que imponen un
bloqueo que les causa la hambruna a millones de personas
Los gobernantes de Estados Unidos han
actuado entre bastidores durante la guerra salvaje de Arabia Saudita. Hasta
ahora.
A primeras horas
del jueves 13 de octubre, cinco días después de la matanza en el funeral, un
destructor de Estados Unidos que operaba por las costas de Yemen disparó tres
misiles de crucero que destruyeron lo que Estados Unidos aseveró que eran
estaciones de radar bajo el control houthi. La Marina de Estados Unidos afirmó
que se trataba de la “autodefensa” en represalia por el lanzamiento de varios
misiles a otro buque de guerra de Estados Unidos que navegaba por las costas de
Yemen en los días previos. Los misiles no dieron al barco, los houthis niegan
haber lanzado ningún misil contra barcos estadounidenses, y Estados Unidos no
produjo ninguna evidencia de que lo hayan hecho.
Después
funcionarios del Pentágono actuaron como si este ataque, aprobado por el
presidente Obama, no tenía nada que ver con la guerra de 18 meses entre Arabia
Saudita y facciones lideradas por los houthis en Yemen. Afirmaron que Estados
Unidos no buscaba “un papel más amplio en el conflicto”, y que el ataque
estadounidense con misiles en Yemen fue simplemente para proteger a “nuestro
personal, nuestros barcos, y nuestra libertad de navegación en este pasaje
marítimo importante” como si los barcos hubieran estado en patrullas de rutina.
Pero de ninguna
manera fueron patrullas de rutina. La semana antes de los ataques, Estados
Unidos habían enviado estos buques de guerra a la costa de Yemen porque alguien
—según se informa fuerzas houthis— le dio y casi hundió un barco de los
Emiratos Árabes Unidos. ¿Por qué estaba un barco del EAU en la zona? Era parte
de un bloqueo marítimo y aéreo que la coalición liderada por Arabia Saudita ha
impuesto a Yemen desde el comienzo de la guerra.
¡Yemen es un país
que importa el 70 por ciento de su combustible, el 90 por ciento de sus
alimentos, y el 100 por ciento de sus medicamentos! La coalición encabezada por
Arabia Saudita, la que incluye Egipto y otros estados del Golfo, ha
estrangulado y provocado hambre en esta población ya empobrecida y vulnerable
mediante un bloqueo que, según la ONU, ha cortado el 85 por ciento de las
importaciones, incluidos medicinas, agua, combustible y, sí, alimentos. Los
saudíes han bombardeado incluso campos de aviación principales y puentes para
impedir que suministros entraran a Yemen, especialmente en las zonas
controladas por los houthis.
Este bloqueo ha
tenido consecuencias nefastas para la población de Yemen: la mitad de la
población —unos 14 millones de personas— ya sufre el hambre o la desnutrición.
De los aproximadamente 28 millones de personas en Yemen, el 80 por ciento —más
de 22 millones de yemeníes— necesitan desesperadamente la ayuda humanitaria. Se
han salido graves advertencias de que el Yemen se encuentra al borde de la
hambruna y el colapso. ¡Provocar la inanición y castigar a una población entera
es un monumental crimen de guerra!
El “espectador
inocente”, Estados Unidos, ha respaldado lo anterior desde el principio. ¡La
Marina de Estados Unidos, que asevera que simplemente defiende “la libertad de
navegación”, no ha insistido en que la ayuda alimentaria y médica, que llegan
en barco, fuera permitido penetrar el bloqueo naval de Arabia Saudita y
entregar la ayuda necesaria! Precisamente lo contrario. De hecho, a principios
de la guerra, Estados Unidos impidió que un barco iraní llegar a Yemen,
alegando que llevaba armas. En otras palabras, Estados Unidos no ha protegido
“la libertad de navegación” para todos, sino que apoya y refuerza el bloqueo de
Yemen encabezado por Arabia Saudita.
Ahora Estados
Unidos despliega buques de guerra a la costa de Yemen para proteger a los
buques que llevan a cabo este bloqueo criminal. Y Estados Unidos atacó
instalaciones de los houthis. Esto constituye el apoyo militar directo —y por
primera vez la participación militar directa— en el bloqueo criminal y guerra
saudíes. (Y estos misiles de crucero estadounidenses sirvieron de un mensaje
más amplio: Nadie puede atacar con impunidad a las fuerzas navales de Estados
Unidos).
¿Qué diablos hace la
Armada de Estados Unidos en el mar Rojo en primer lugar?
El imperialismo — no la
“autodefensa”
Estados Unidos está facilitando
directamente las matanzas aéreas de parte de Arabia Saudita y la inanición en
masa del pueblo de Yemen — y ahora dispara misiles de crucero en directo apoyo
de la guerra saudí en aras de sus intereses reaccionarios. ¿Por qué?
Los gobernantes
reaccionarios de Arabia Saudita luchan desesperadamente para mantener su
sumamente opresiva y absoluta monarquía fundamentalista islámica. Los han
sacudido los cambios en la economía mundial y el mercado mundial de petróleo,
así como los levantamientos y agitaciones de la “Primavera Árabe” de 2011. Se
encuentran enredados en una serie de conflictos con la reaccionaria República
Islámica de Irán y el aumento de la influencia iraní en Siria, Irak, Líbano y
Palestina. Los preocupan que las arenas rápidamente movedizas de las alianzas
regionales dejen a su régimen en una situación más precaria. Por todas partes han
intentado financiar, armar y restaurar a tiranos con quienes pudieran tratar.
Con el respaldo de Estados Unidos, organizaron una iniciativa de la Liga Árabe
—con el apoyo de Egipto, Jordania y los Estados del Golfo— para formar una
fuerza de respuesta militar de 40.000 hombres para combatir la influencia iraní
en la región.
Los saudíes están
cada vez más nerviosos por la erosión del poder de Estados Unidos en la región
porque los gobernantes de Estados Unidos no han podido reestructurar y
fortalecer el orden regional dominado por Estados Unidos, inclusive en
Afganistán e Irak. El acuerdo nuclear entre Estados Unidos e Irán, al que los
saudíes se opusieron vehementemente, así como la posibilidad de una victoria de
parte de Rusia y Assad en la guerra de Siria, así como la continua
fragmentación de Irak, han aumentado los temores de Arabia Saudita e
intensificado su feroz rivalidad regional con la República Islámica de Irán. Y
por mucho tiempo Arabia Saudita ha considerado Yemen, con que comparte su
frontera sur, importante para su propia estabilidad y seguridad.
Por todas estas
razones, los saudíes han estado determinados a aplastar el levantamiento de las
fuerzas houthis y de Saleh, cual levantamiento podría dar a Irán más influencia
en la región (aunque no parece que Irán está dando mucho apoyo militar a los
houthis, y posiblemente ninguno). Estas tensiones y preocupaciones se
reflejaron en la “reorganización” de 2015 dentro de la monarquía saudí y la
familia real, que al parecer ha puesto a cargo a defensores de la acción más
agresiva por parte de Arabia Saudita. (New York Times, 30 de abril de
2015)
Por su parte, los
imperialistas estadounidenses maniobran y luchan desesperadamente para mantener
su dominio general regional y mundial de un mundo de explotación y opresión (y
hay conflictos agudos en sus propias filas sobre cómo hacerlo, lo que incluye cómo
lidiar con Arabia Saudita). Arabia Saudita —el mayor exportador de petróleo del
mundo con las reservas de petróleo más grandes del planeta y enormes reservas
de dinero en efectivo— ha constituido un pilar crucial del imperio Estados
Unidos desde los años 1940. Así que Estados Unidos está decidido a mantener la
estabilidad de Arabia Saudita y quiere asegurarles a los saudíes que —después
de su acuerdo nuclear con Irán, y a pesar de los conflictos y tensiones
actuales sobre otras cuestiones— Estados Unidos seguirá respaldando al reino
saudí.
Esto también
significa dejarlo claro a Irán que Estados Unidos está decidido a seguir siendo
la potencia dominante en la región — lo que incluye luchar contra acciones y
medidas iraníes que podrían erosionar esa dominación. Uno de esos intereses es
mundial: mantener la posición de Estados Unidos como garante (dominador)
militar del comercio y la navegación, en este caso por el golfo Pérsico, el mar
Arábigo y el canal de Suez — arterias principales del comercio mundial. Por
ejemplo, alrededor del 30 por ciento del petróleo del mundo transportado en
barcos fluye a través del golfo Pérsico y más de ocho por ciento a través del
canal de Suez. Además, a Estados Unidos le preocupa mucho la creciente
intervención y asertividad militares de Rusia en la región —particularmente en
Siria— lo que aumenta la importancia de su alianza con Arabia Saudita. (Para
más sobre el tema, vea: “Obama y el imperialismo estadounidense: Arrastrando a
Yemen aún más profundo en el infierno”, Revolución /
revcom.us, 12 de mayo de 2015).
Los gobernantes de
Estados Unidos están detrás de los horrendos crímenes de lesa humanidad en
Yemen, crímenes que siguen en curso. Respaldan y facilitan la matanza en Yemen
por parte de Arabia Saudita, y ahora refuerzan de forma directa y militar un
bloqueo bárbaro con el fin de causarle la inanición a la población civil.
¡ALTO A LAS GUERRAS POR IMPERIO,
EJÉRCITOS DE OCUPACIÓN Y CRÍMENES DE LESA HUMANIDAD!
____________
(*) Tomado de http://revcom.us/a/462/los-crimenes-de-guerra-estadounidenses-en-yemen-es.html. Revolución #462 26 de octubre de 2016
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