Ucrania: Una Tercera Guerra Mundial es el Verdadero Peligro, y no Una Repetición de la Segunda Guerra Mundial
Bob Avakian
En unidad con la convocatoria en revcom.us, y para explicar más la importancia de esta convocatoria, a marchas y mítines en Los Ángeles y Nueva York, el Primero de Mayo, con estas consignas cruciales:
¡NO A UNA GUERRA DE ESTADOS UNIDOS Y LA OTAN CON RUSIA!
¡NO A UNA
TERCERA GUERRA MUNDIAL!
¡ES ESTE
SISTEMA, Y NO LA HUMANIDAD, EL QUE ES NECESARIO QUE SE EXTINGA!
NOSOTROS NO
ACEPTAMOS EL FUTURO DE ELLOS
YA ES HORA
DE ORGANIZARNOS PARA UNA REVOLUCIÓN REAL
HAY UN ANTIGUO DICHO según el que una de las primeras bajas de la guerra es la verdad. Esto se está demostrando agudamente con la guerra en Ucrania. Ambos lados —no solamente Rusia sino también Estados Unidos y sus “aliados”, incluido el gobierno de Ucrania— están pregonando distorsiones descabelladas sobre lo que es esta guerra. Para las personas en el país imperialista de Estados Unidos, es especialmente importante estar al tanto, y hacer un examen crítico, de lo que propagan “nuestros” gobernantes (y los que se alinean con ellos) y sopesar lo que dicen en comparación con la realidad concreta.
La verdad es que lo que pasa por “noticias” sobre la guerra en Ucrania,
en los medios de comunicación tradicionales de Estados Unidos, es de hecho una
masiva ofensiva propagandística a favor de “nuestros” gobernantes
imperialistas, que está repleta de tergiversaciones crudas. En otros artículos,
he examinado muchas de las tergiversaciones y mentiras que son parte de esta
ofensiva propagandística1. Aquí, voy a abordar una dimensión particular —y particularmente
peligrosa— de esto: la noción de que el jefe ruso Putin es como Hitler, y “si
no lo paramos ahora, en Ucrania, pronto invadirá a otros países, incluidos
países de la OTAN” (de la misma manera en que Hitler invadió a un país tras
otro en el período que condujo a la Segunda Guerra Mundial). A menudo este
argumento viene acompañado de la declaración de que Putin es irracional, y es
probable que haga cualquier locura en busca de sus ambiciones delirantes.
Un argumento relacionado, y muy peligroso, es que: “No podemos permitir
que el temor a una Tercera Guerra Mundial nos impida hacer lo que hay que hacer
para derrotar a Putin en Ucrania y poner fin a su agresión — o simplemente nos
rendiremos ante él cada vez que él haga otra maniobra agresiva o lance una
amenaza agresiva”.
En respuesta a estos argumentos, si esta situación no fuera tan
mortalmente grave, sería tentador simplemente repetir el remate de un chiste
que se hizo popular en los años 1960: “¿Cómo que nosotros,
imperialistas?”. (El chiste original era que el Llanero Solitario y su
“subalterno indígena” Tonto estaban en combate contra indígenas hostiles, y el
Llanero Solitario dijo: “Parece que nosotros estamos cercados, Tonto” — y Tonto
replicó: “¡¿Cómo que nosotros, güero?!”.)
Obviamente, la situación actual, con la guerra en Ucrania, no tiene nada
de chistoso; pero lo importante es que los intereses de los imperialistas, de
ambos lados, que están involucrados en esta guerra no son los
mismos que los intereses de las masas de personas — y de hecho están en
oposición fundamental a esos intereses. Y debido a que lo que está en juego y
que las consecuencias potenciales son tan profundos y que los riesgos son tan
peligrosos —abarcando el propio futuro de la humanidad, y si la humanidad
siquiera tendrá un futuro—, es necesario abordar las cosas a fondo y en detalle
para sacar a relucir la verdadera realidad de lo que está pasando, qué tienen
por objeto las diferentes fuerzas en contienda en este conflicto, y dónde se
quedan los intereses de las masas de la humanidad en oposición a todo esto.
Las
tergiversaciones y los peligros muy reales
Más adelante en este artículo, hablaré de los verdaderos objetivos de Putin-los imperialistas rusos. Pero antes, es importante examinar lo que están haciendo “nuestros propios” imperialistas (y sus “aliados” de la OTAN). Como un punto básico de orientación, que es muy importante al evaluar los pronunciamientos y las acciones de estos imperialistas (estadounidenses), es necesario estar conscientes y tener claramente en mente el siguiente hecho esencial:
Estados Unidos ostenta con mucho el récord de
invasiones, golpes de estado y otras injerencias violentas en otros países. Al
día de hoy, ha seguido siendo responsable de atrocidades —por ejemplo, en
Yemen— que son muchísimo peores que lo que Rusia ha hecho en Ucrania. (En revcom.us hay extensas denuncias y
análisis de los monstruosos crímenes del imperialismo estadounidense)2.
Habiendo establecido esto como una parte importante del panorama,
retomemos los argumentos (notados arriba) de que Putin se parece a Hitler, y
“No podemos permitir que el temor a una Tercera Guerra Mundial nos impida hacer
lo que hay que hacer para detenerlo ahora”. Sopesemos estos argumentos ante la
verdadera realidad. Un aspecto clave de la situación es que existe, en el mundo
de hoy, la alianza militar agresiva poderosa, la OTAN, encabezada por Estados
Unidos. Y de importancia decisiva: tanto Estados Unidos como Rusia poseen miles
de armas nucleares. Estos factores en sí hacen que la situación actual sea
muy pero muy diferente a la que precedía a la Segunda Guerra Mundial.
El hecho es que no hay ninguna evidencia que compruebe la afirmación según la que Putin tenga la intención de atacar a países que forman parte de la OTAN — lo que inmediatamente “detonaría” la injerencia de Estados Unidos, con sus fuerzas armadas poderosas que tienen armas nucleares. (Este punto importante es algo que abordaré más a fondo, en adelante en este artículo).
Tanto Rusia como Estados Unidos-la OTAN están tratando de conseguir sus
objetivos sin entrar en un enfrentamiento militar directo con
su rival poseedor de armas nucleares. (Dado que no es posible derrotar fácil o
rápidamente a Rusia, los imperialistas estadounidenses de hecho calculan que
les conviene que la guerra en Ucrania “se prolongue” un tiempo de manera que
debilite a Rusia y fortalezca a la OTAN y al imperialismo “occidental” en
general. Hasta ahora, el suministro masivo de armas a Ucrania de parte de
Estados Unidos-la OTAN ha servido a este objetivo de prolongar la guerra, y ha
contribuido de manera significativa a frustrar los objetivos iniciales rusos. Claro,
prolongar la guerra resulta en la perpetuación y agravación del sufrimiento del
pueblo de Ucrania — pero, aunque los imperialistas aprovechen este sufrimiento
en su ofensiva propagandística, tomar en cuenta las bajas civiles no es un
factor primario en los viles cálculos de los imperialistas. Esto se puede ver
en la carnicería masiva de la cual ha sido responsable Estados Unidos en
guerras por todo el mundo, al día de hoy — tal como lo expresó abiertamente
Madeleine Albright, secretaria de Estado en la administración de Bill Clinton
durante los años 1990, al declarar sin rodeos que el asesinato de más de un
millón de personas, entre ellas 500.000 niños, por medio de las sanciones
estadounidenses contra Irak, “lo valió” en la consecución de los intereses
imperialistas estadounidenses).
Sin embargo, independientemente de las intenciones, tal como se ha
demostrado una y otra vez, los acontecimientos —especialmente las dinámicas de
la propia guerra, una vez lanzada— pueden “rebasar las intenciones” y llevar a
circunstancias y consecuencias que ninguna de las partes quería o esperaba al
principio. En la
situación actual, con la guerra en Ucrania, hay un peligro muy real de que
semejante “dinámica” podría “apoderarse” y llevar a consecuencias
verdaderamente terribles — a la posibilidad muy real de una guerra entre
Estados Unidos-la OTAN y Rusia, con el uso de armas nucleares lo que podría
conllevar una amenaza muy real a la civilización humana en su conjunto.
En esta conexión, es importante estar intensamente conscientes de la
manera en que los medios de comunicación en Estados Unidos repiten
implacablemente las acusaciones de terribles crímenes de guerra de parte de
Rusia en Ucrania, acompañadas de imágenes gráficas y reportajes de sufrimiento
individual con el objetivo de documentar y “dar vida” a estas acusaciones.
Claramente no les interesa a estos medios hacer ninguna investigación real con
respecto a estas acusaciones — si son verídicas, o a cuál grado son verídicas,
o si por otro lado encierran ciertas tergiversaciones. Simplemente presentan
estas acusaciones como hechos, y como la base para denunciar a Rusia por
crímenes de guerra. Ahora bien, no sorprendería si al menos muchas de estas
acusaciones resultaran verídicas. Pero, dado el historial de los medios de
comunicación en Estados Unidos, de repetidamente transmitir mentiras a
fin de justificar la agresión militar de Estados Unidos —por ejemplo,
en Irak, y en Vietnam antes—, es extremadamente importante negarse a “aceptar
tal cual” lo que dijera estos medios respecto a la guerra en Ucrania.
Esto es especialmente así cuando estos mismos medios, mientras pintan a
Putin y Rusia de culpables de crímenes de guerra “sin precedentes” en Ucrania,
se niegan a transmitir y dar vida a la devastación y el sufrimiento mucho
peores en Yemen hoy en día, para lo cual Estados Unidos lleva mucha
responsabilidad, junto con la masiva devastación causada por las guerras de
Estados Unidos en Irak y Afganistán, en años recientes, por encima de toda su
historia de invasiones, golpes de estado, y otras injerencias violentas en
otros países. (Y, si bien es entendible que la gente que se entera del
sufrimiento muy real de las personas en Ucrania compadezca de ellas, y quiera
hacer algo que quizá ayude a aliviar ese sufrimiento, la gente debe quedar
consciente de que se está manipulando cínicamente su compasión y se le está
integrando en la masiva ofensiva propagandística con el fin de movilizar a las
personas en Estados Unidos de modo que apoyen a los objetivos imperialistas de su
gobierno en la guerra en Ucrania. Al mismo tiempo, es revelador que no se está
llevando a cabo ninguna campaña de este tipo para hacer que amplios sectores de
gente en Estados Unidos tomen conocimiento sobre el sufrimiento aún
peor de las personas, entre ellas enormes números de niños, en Yemen
—y no hay ningún esfuerzo comparable de parte de las instituciones dominantes
en Estados Unidos para promover una campaña de asistencia humanitaria a los que
están sufriendo tan terriblemente en Yemen— algo que sin duda arrojaría luz
sobre los crímenes horrendos en los cuales Estados Unidos está metido hasta el
cuello en Yemen.)
Lo que es particularmente peligroso es el efecto que puede tener esta
ofensiva propagandística estadounidense en la creación de una situación en que
se ha movilizado tanto “sentimiento público” a favor de una injerencia directa
de Estados Unidos en la guerra en Ucrania (a fin de “detener las atrocidades”
que comete Rusia e impedir que ésta “saque provecho” de haber cometido crímenes
de guerra supuestamente “sin precedentes”) que convierta al gobierno
estadounidense y a su “comandante-en-jefe”, Biden, en “víctimas de su propia
ofensiva propagandística” y se vean impelidos a intervenir directamente
de forma militar en Ucrania, a pesar de sus declaradas intenciones
iniciales y sus pronunciamientos repetidos de que no lo iban a hacer.
Este tipo de “lógica perversa” ya está llevando a algunos representantes
influyentes del imperialismo estadounidense, como el senador demócrata Chris
Coons, a sostener que podría llegar el momento en que Estados Unidos tendría
que pasar de simplemente armar a Ucrania contra Rusia a ingresar física y
directamente en la guerra.
Junto con esto, salen los argumentos del tipo que he citado al principio
— argumentos que comparan a Putin con Hitler e insisten en que “nosotros” no
podemos permitir que el peligro de una Tercera Guerra Mundial impida que
“nosotros” hagamos lo que hay que hacer para derrotar a Putin. Semejantes
argumentos también incrementan la posibilidad de que Estados Unidos-la
OTAN podrían terminar por intervenir directamente en la guerra en
Ucrania, conduciendo a un
enfrentamiento con Rusia que podría entrar en una escalada hasta llegar a
tiroteos nucleares lo que tendría consecuencias terribles, e incluso la posible
aniquilación de la civilización humana.
Esto enfatiza aún más por qué es vitalmente importante que las personas no se dejen embaucar por la ofensiva propagandística implacable de “nuestros” imperialistas y sus medios de comunicación, con su presentación altamente tergiversada y unilateral de la agresión rusa como algún tipo de crimen de guerra extremo el cual únicamente cometería un “demente autocrático como Putin” cuando la realidad es que Estados Unidos es culpable de crímenes de guerra mucho peores, durante toda su historia y al día de hoy.
(Y cabe recordar que Estados Unidos es el único país
que concretamente ha usado armas nucleares — las bombas
atómicas que lanzó sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki al fin
de la Segunda Guerra Mundial, que incineraron en un instante a cientos de miles
de civiles e infligieron un terrible sufrimiento a muchos de los sobrevivientes
de estos ataques atómicos.)
Esto hace aún más claro y urgente la necesidad de rechazar firmemente
los argumentos que llaman —o sirven para “allanar el terreno”— para una
injerencia militar directa de Estados Unidos en Ucrania, y la necesidad de
poner al descubierto nítidamente y denunciar contundentemente a personas (como
el senador Coons) que hacen semejantes argumentos, por batir los tambores de
guerra, con su “contribución” extremadamente peligrosa a la posible destrucción
de la humanidad.
Análisis
verídico y científico de la guerra en Ucrania
Además, todo esto debe remachar por qué es tan importante contar con un conocimiento verídico y científico de lo que realmente pasa con la guerra en Ucrania.
En un artículo anterior, hablé de elementos importantes, y en particular
acciones de los gobernantes imperialistas de Estados Unidos, que han
contribuido a la guerra actual en Ucrania:
¿Qué hizo el gobierno de Estados Unidos, tanto bajo los demócratas como
los republicanos, después de que dejaron de existir la Unión Soviética, y su
bloque militar, el Pacto de Varsovia, a principios de los años 1990?…
Desde principios de los años 1990, al reconocer que lo que quedó en
lugar de la Unión Soviética era una Rusia debilitada, los imperialistas
estadounidenses, como los gánsteres que de hecho son, aprovecharon la
oportunidad para expandir más su imperio — rompieron con su “palabra” de no
extender su alianza militar agresiva (OTAN) a los países del antiguo Pacto de
Varsovia. Haciendo caso omiso a esta promesa, los imperialistas estadounidenses
maniobraron para sumar a la OTAN países cerca de Rusia, o en ciertos casos que
colindan directamente con ella. Como parte de todo esto, Estados Unidos ha
interferido repetidamente en Ucrania en décadas recientes, conjurando para
derrocar a gobiernos ahí que son más amigos de Rusia y para reemplazarlos con
gobiernos que se inclinaban hacia el imperialismo “occidental”, como ocurrió
tan recientemente como 2014.
Un elemento clave en todo esto, que influyó significativamente en la decisión rusa de invadir a Ucrania, fue la declaración de parte del gobierno pro-estadounidense en Ucrania de que quería ingresar en la OTAN. Ucrania es un país grande en la mera frontera de Rusia. Como artículos en revcom.us han señalado: Imagínense lo que implicaría, y lo que los gobernantes de Estados Unidos harían, ¡si el gobierno de México declarara su intención de ingresar en una alianza militar encabezada por Rusia!3
Como también enfaticé en ese artículo:
Nada de esto “justifica” la invasión rusa a Ucrania. Pero sí la pone en su contexto más amplio, y le arroja una luz reveladora. Revela lo que son las verdaderas intenciones de los imperialistas estadounidenses en esta guerra. El propósito y objetivo esencial de Estados Unidos en ésta no es ayudar a un país más débil a defenderse contra un agresor más poderoso; se trata de debilitar a un rival imperialista, Rusia (y también posiblemente debilitar a China, que tiene una especie de relación cooperativa con Rusia en este momento) a fin de fortalecer la dominación del imperialismo estadounidense, y fortificar a la OTAN (especialmente después de que las acciones de Trump debilitaron la OTAN, acciones que intensificaron las divisiones entre Estados Unidos y otros países de la OTAN).
Ahora Estados Unidos está librando una “guerra de sustitutos” con Rusia
— librando una guerra económica (por medio de “sanciones”) contra Rusia, al
mismo tiempo que arma masivamente a Ucrania4.
Para abordar la esencia de lo que opera, de parte de los imperialistas,
en los dos lados de este conflicto:
Algo que no se puede enfatizar demasiadas veces —sobre todo teniendo en
cuenta las mentiras y tergiversaciones en la implacable ofensiva
propagandística del imperialismo estadounidense y sus medios de comunicación—
es la realidad de que el enfrentamiento entre Estados Unidos-la OTAN, por un
lado, y Rusia, por otro, no es un conflicto “entre la
democracia y la autocracia”, sino un conflicto entre imperialistas
rivales. (Como he señalado antes, Turquía, que es miembro de la OTAN, en sí
está gobernada por un gobierno “autocrático” — y lo mismo ocurre con Polonia,
también miembro de la OTAN)5.
Los verdaderos
objetivos de Putin y el imperialismo ruso
A manera de introducción a esta cuestión de los objetivos de Putin, y como un punto básico de orientación y método, es importante poner en claro que no digo que cuento con algún conocimiento informado del “estado mental” de Putin — y esto también se aplica a aquellos “analistas” en los medios de comunicación en Estados Unidos que sí dicen que cuentan con semejante conocimiento. Pero sí es posible identificar lo que en realidad son algunos de los objetivos principales de Putin-los imperialistas rusos en esta guerra en Ucrania.
A la luz de lo que se ha abordado aquí, es posible ver que una parte —y
un objetivo inmediato— de lo que está persiguiendo Putin-los imperialistas
rusos en esta guerra en Ucrania es poner un fin a la expansión de la OTAN en
los alrededores de Rusia (en particular por medio de la inclusión de Ucrania en
la OTAN), y contrarrestar lo que es efectivamente el “cerco” alrededor de Rusia
por parte de la OTAN (en particular la zona occidental de Rusia, que contiene
importantes centros de población y gobernanza).
Rusia también ha proclamado que su objetivo en esta guerra es poner fin
a la militarización y “nazificación” de Ucrania, que según insiste Putin es una
amenaza a Rusia. Políticos y medios de comunicación en Estados Unidos y en
otros países, entre ellos funcionarios ucranianos, han ridiculizado
repetidamente las acusaciones de que hay elementos NAZIs en Ucrania y en su
gobierno. Como supuesta “refutación” de esta acusación, han mencionado el hecho
de que el jefe del gobierno ucraniano, Volodymyr Zelenski, es judío — como si
ello de alguna manera “automáticamente desmintiera” la acusación sobre la
influencia NAZI en Ucrania6. Pero los hechos son hechos — y la realidad es
que fuerzas NAZIs han desempeñado un papel significativo en la configuración de
los acontecimientos recientes en Ucrania, y algunas de ellas han estado
integradas en sus instituciones gubernamentales, en particular en las fuerzas
armadas. Sin embargo, el objetivo esencial de los rusos no es “desnazificar” a
Ucrania, ni simplemente proteger a las personas pro-rusas, particularmente en
Ucrania oriental, sino que, una vez más, contrarrestar el “cerco” alrededor de
Rusia de parte de la OTAN — y, más allá de eso, perseguir los intereses
imperialistas rusos en el mundo más amplio, en oposición a la posición
dominante del imperialismo estadounidense. Como señaló Raymond Lotta en un
discurso reciente:
Los rusos, por su parte, han apoyado, y
especialmente desde 2014, han respaldado a sectores de la Ucrania rusófona para
que se separen y se alíen o fusionen con Rusia. En 2016-2017, la OTAN, liderada
por Estados Unidos, desplegó grupos de combate con armamento avanzado en
Polonia y en otros estados bálticos como Estonia, Lituania y Letonia que
colindan con Rusia (y están muy cerca de la segunda ciudad más grande de Rusia,
San Petersburgo). Mientras tanto, Ucrania se ha ido acercando a Estados Unidos y
pregonando su determinación de unirse a la alianza militar de la OTAN, dominada
por Estados Unidos. Este es el telón de fondo inmediato de la invasión rusa a
Ucrania a fines de febrero.
La invasión rusa no es para desnazificar a Ucrania, como proclama Putin. El objeto de esta invasión es de apuntalar la rivalidad de Rusia con Estados Unidos: para comandar más influencia y crear un polo de poder ruso rival centrado en Europa, Asia central y el Medio Oriente. Por su parte, Estados Unidos está armando a Ucrania a fin de debilitar a Rusia e impedir que ésta consolide más su fuerza imperialista y que represente desafíos imperialistas más grandes al actual orden mundial que domina Estados Unidos y del que es el principal beneficiario7.
Son motivos y objetivos de este tipo —que se fundamentan en la
naturaleza básica del sistema capitalista-imperialista y en las necesidades las
que perciben los líderes de los estados imperialistas, de los lados opuestos—
y no simplemente unas “locas ambiciones de poder” de Putin (o por otro lado, de
Biden y los imperialistas estadounidenses a los cuales éste representa) que
están impulsando la guerra en Ucrania y presentan semejantes peligros graves.
Respecto a esto, cabe notar lo que Putin ha hecho —y lo que no ha hecho—
durante las últimas dos décadas. Con una incursión militar en el país de
Georgia (que colinda con Rusia), después en Crimea (que era parte de Ucrania
pero fue ocupada por fuerzas rusas en 2014 y efectivamente fue “anexionada” a
Rusia), así como en conflictos como en Siria (donde Estados Unidos y Rusia
estaban respaldando a lados opuestos), y ahora con la invasión a Ucrania en su
conjunto, Putin ha actuado de formas cuya intención es conseguir sus
objetivos mientras evita un enfrentamiento directo con la
OTAN. Y se puede decir que Putin atacó a Ucrania porque, entre otras
razones, Ucrania no es parte de la OTAN — lo hizo antes de que
se integrara en la OTAN, y para impedir que se integrara en la
OTAN.
Si Putin hubiera esperado hasta que Ucrania se integrara en la OTAN
(cosa que, una vez más, Ucrania ha declarado que desea y que tiene la intención
de hacer), pues un ataque a Ucrania hubiera constituido un conflicto de
un calibre totalmente diferente — una situación que requeriría
“legalmente” que Estados Unidos-la OTAN “acudiera a la defensa” militar de un
país de la OTAN así atacado. En esa situación, una falta de parte
de Estados Unidos-la OTAN de oponerse directamente a Rusia y
trabarse en un conflicto militar con Rusia, constituiría, según los cálculos de
la lógica gansteril imperialista, “rendirse ante el chantaje nuclear” de
Putin-Rusia — lo que luego podría poner en marcha una “lógica”, dinámica e
impulso hacia “rendirse” repetidamente — todo lo cual es algo lo que no podrían
permitir estos imperialistas de Estados Unidos y la OTAN. Una vez más,
lo que importa y lo que opera aquí es que Ucrania no es parte
de la OTAN, así que un ataque contra Ucrania por parte de Rusia no “detona”
(automática o necesariamente) un conflicto militar directo con Estados
Unidos-la OTAN.
Esto tiene una conexión importante con la afirmación, o la queja, de
parte de algunos círculos imperialistas estadounidenses, de que la falta de una
intervención militar directa en Ucrania permite que Putin “imponga los
términos” del conflicto. Esto lo dijo específicamente el “reportero en temas de
seguridad nacional” de la CNN Jim Sciutto, en una rueda de prensa donde él
preguntó primero por qué Estados Unidos no derribó el avión que aparentemente
destruyó un hospital de maternidad en Ucrania. De ahí, cuando le respondieron
que esto podría iniciar una Tercera Guerra Mundial, Sciutto insistió: ¿Pero eso
no permite que Putin imponga los términos? La respuesta a esto es que de hecho
es probable que Rusia, más que Estados Unidos-la OTAN, sí “imponga
los términos” en esta guerra porque Rusia está en guerra, directamente, con
Ucrania, mientras Estados Unidos ha insistido (al menos a la fecha) en que no
está involucrado directamente, en términos militares, en este conflicto ni se
involucrará, sino que al contrario, participará suministrando grandes
cantidades de armamento (y que proporcionará otras formas de apoyo) a Ucrania,
mientras libra la guerra económica, por medio de sanciones, contra Rusia.
Pero lo que realmente encierra este argumento (de parte de Sciutto y
otros) es algo mucho más insidioso y peligroso. Argumenta que Estados
Unidos (y la OTAN) deben estar involucrados directamente en
términos militares. Especialmente para esos sujetos —embriagados, al
parecer, con una sanguinaria confianza en el poderío militar invencible de
Estados Unidos y, al parecer, ansiosos, tras las “decepciones” en Afganistán e
Irak, por demostrar una vez más ese poderío supuestamente invencible— esta
línea de argumentación (a favor de una injerencia militar directa de Estados
Unidos-la OTAN) se alienta y “se apuntala” por el aparente bajo desempeño de
las fuerzas armadas rusas en su invasión a Ucrania (al menos hasta ahora, antes
de su gran ofensiva en Ucrania oriental, cuyo desenlace, al cierre de escribir
este texto, no queda claro).
Lo que nosotros tenemos que
hacer — lo que corresponde a los intereses de la humanidad.
De todo esto, debe quedar obvio que los intereses de las masas de
personas de todos los diferentes países implicados, y de la humanidad en su
conjunto, están en oposición fundamental a los intereses de los imperialistas
de ambos bandos de este conflicto. Sobre la base de ese entendimiento, ¿qué nos
toca hacer?
Convendría, claro está, a los intereses de las masas de personas en
todas partes que se detengan de inmediato las acciones de los imperialistas, de
los dos bandos en esta guerra. Pero la realidad es que nosotros —las masas de
personas, en los países implicados y en el mundo en su conjunto— no
determinamos, y no podemos determinar, en términos directos e inmediatos, lo
que hagan los diferentes gobiernos. Para determinar el rumbo de la sociedad,
nos hace falta una revolución, a fin de derrocar a estos opresores
imperialistas (y a otros opresores) y crear un sistema radicalmente diferente y
emancipador. Lo que podemos hacer, y lo que debemos hacer, ahora —mientras
estos imperialistas todavía están en el poder— es alzar la voz, y actuar, en
oposición a su agresión militar, de parte de todos los bandos, con el objetivo
de contribuir de esa manera a una situación en que ellos se vean impelidos a
retroceder de tal agresión (lo que incluye su injerencia tanto indirecta como
directa en la guerra), como ha sucedido en el pasado, notablemente en la guerra
de Vietnam en los años 1970, donde la oposición de masas entre amplios sectores
de la población en Estados Unidos (y otros países) era un factor significativo
para obligar a Estados Unidos a retirarse de la guerra imperialista que venía
librando en Vietnam.
Precisa apoyar a las personas en Rusia que con valentía han alzado la
voz y han actuado en oposición a la guerra de su país en Ucrania, y precisa
alentar más oposición de este tipo. Pero, al mismo tiempo, también hay
que oponerse firmemente a las maniobras hipócritas de los imperialistas de
Estados Unidos (y de otros aliados suyos) de utilizar esta oposición a la
agresión rusa con el objetivo de fortalecer e impulsar apoyo para los objetivos
y acciones imperialistas “occidentales”.
Aquí es importante recalcar estos puntos básicos de orientación:
Por supuesto, este acto de agresión imperialista
de parte de Rusia merece condena. Pero especialmente para personas que viven en Estados
Unidos —que ostenta, cabe repetir, el récord para semejantes actos de
agresión, con mucho— es cuestión de principio básico y de importancia
profunda no hacerse eco a las posiciones ni servir a los
objetivos de “nuestros” imperialistas, sino que al contrario poner muy en claro
nuestra oposición a los objetivos y las acciones de estos imperialistas
(estadounidenses), que están utilizando la oposición a la invasión rusa
a Ucrania —no para promover “la paz” o “el derecho de las naciones a la
autodeterminación”—, sino como un mecanismo para promover los intereses del
imperialismo estadounidense, en oposición a los imperialistas rusos
rivales. Por lo tanto, de acuerdo con este principio crucial, toda
oposición a la invasión rusa a Ucrania, especialmente de parte de personas
en este país imperialista, debe incluir una posición
clara y definida de también oponerse al papel de Estados Unidos en el mundo,
incluidas las guerras que éste libra a continuo, y a las otras formas en que
interviene violentamente en otros países8.
Y en general, en los países que forman parte de la OTAN (o en otras formas se alinean con Estados Unidos), las personas ahí, incluidas las personas que están alzando la voz y movilizándose en oposición a la agresión rusa en Ucrania, deben elevar la vista, reconocer y también oponerse activamente a las formas en que las clases dominantes de sus propios países tratan de utilizar mal la oposición a la agresión rusa para promover sus propios objetivos reaccionarios.
Cabe repetir, en términos fundamentales, que, para poner fin a las
guerras que estos imperialistas libran, junto con todos sus otros crímenes
masivos, es necesario poner fin a todo su sistema, que continuamente engendra
semejantes guerras con la destrucción horripilante y el sufrimiento masivo que
conllevan repetidamente — guerras que pueden representar una amenaza a la
propia existencia de la humanidad (de la mano con la destrucción continua, y
acelerada, del medio ambiente, de la cual estos imperialistas también son
principalmente responsables).
Ciertamente, una lección crucial que la gente debe sacar de la guerra en Ucrania es que la humanidad ya no puede seguir permitiendo que estos imperialistas, de ningún lado, continúen gobernando al mundo y batallándose entre sí sobre quiénes dominarán en esta situación, ante la amenaza muy real y muy grave que esto representa para el futuro, y para la propia existencia, de la humanidad.
En este contexto, lo siguiente es de gran relevancia e importancia:
Como he analizado extensamente en “Algo
terrible, o algo verdaderamente emancipador”, con lo que está
pasando en el mundo hoy en día, y con todos los peligros y dificultades que eso
conllevará, esto es uno de los momentos poco comunes en que la revolución, en
este mismo país imperialista, se vuelve más posible — y se necesita con más
urgencia que nunca9.
Todo esto subraya una vez más la gran importancia de las consignas promulgadas en revcom.us, y las manifestaciones que se están convocando, en la Ciudad de Nueva York y Los Ángeles, con motivo del Primero de Mayo con las siguientes consignas:
¡NO A UNA GUERRA DE ESTADOS UNIDOS Y LA OTAN CON RUSIA! ¡NO A UNA TERCERA GUERRA MUNDIAL!
¡ES ESTE SISTEMA,
Y NO LA HUMANIDAD, EL QUE ES NECESARIO QUE SE EXTINGA!
NOSOTROS
NO ACEPTAMOS EL FUTURO DE ELLOS
YA ES HORA
DE ORGANIZARNOS PARA UNA REVOLUCIÓN REAL
NOTAS:
1. Vea, por ejemplo, “El
descarado chovinismo pro estadounidense: ‘Antiautoritarismo’ como ‘tapadera’
para apoyar al imperialismo estadounidense” y “La
demencia delirante de Sean Penn y el peligro de la guerra nuclear”. Estos
artículos de Bob Avakian están disponibles en revcom.us.
2. “La
demencia delirante de Sean Penn y el peligro de la guerra nuclear”.
3. “Gánsteres
legítimos — Gánsteres con armas nucleares (Versión larga — el panorama más
completo)”. Este artículo está disponible en revcom.us.
4. “Gánsteres
legítimos — Gánsteres con armas nucleares (Versión larga — el panorama más
completo)”.
5. “La
demencia delirante de Sean Penn y el peligro de la guerra nuclear”.
6. Observación del autor: El argumento de
que, por ser judío Zelenski, no podría haber ninguna injerencia real o
significativa de NAZIs en Ucrania y en su gobierno, es en sí contrario a la
lógica, y a los hechos. Para dar una analogía relevante: durante varios años,
en décadas recientes, al gobierno de Pakistán lo encabezó una mujer,
Benazir Bhutto. No obstante, Pakistán era en ese entonces, y sigue siendo, uno
de los países más abiertamente patriarcales en el mundo,
caracterizado por la represión horripilante de las mujeres. El que un país
encarne o no la opresión horripilante de las mujeres —o el que se caracterice
por una injerencia significativa de NAZIs o no— no se determina por quién por
casualidad sea el jefe del gobierno de ese país sino por la realidad de si, en
los hechos, el país encarna la opresión horripilante de mujeres, o si se
caracteriza por una injerencia significativa de NAZIs. Una vez que se quiten
las anteojeras, este entendimiento es, como diría Sherlock Holmes, elemental.
7. Vea “Penetrando
en las mentiras, excavando debajo de la superficie: Las dinámicas más amplias
del sistema imperialista mundial que impulsan la guerra en Ucrania... y una
lección de la época de la Unión Soviética auténticamente socialista”.
Raymond Lotta dio este discurso en un foro de emergencia sobre Ucrania el 4 de
marzo de 2022 de Libros Revolución en la Ciudad de Nueva York, donde Andy Zee,
el anfitrión de El Show RNL —¡Revolución, y Nada Menos! en
YouTube también dio un discurso (“Guerra
en Ucrania: ¿Qué pasa?... ¿Por qué pasa?... ¿En qué quedan los intereses de la
humanidad?... ¿Y QUÉ TIENE QUE VER CON LA REVOLUCIÓN QUE LA HUMANIDAD NECESITA
CON TANTA URGENCIA?”). Los textos de estos discursos están disponibles en
revcom.us.
8. “Parasitismo
imperialista y ‘democracia’: Por qué tantos liberales y progresistas son sin
vergüenzas partidarios de ‘su’ imperialismo”. Este artículo también está
disponible en revcom.us.
9. Este párrafo es de “‘Gánsteres
legítimos’ — Gánsteres con armas nucleares”. Esta cita es de la obra
importante de Bob Avakian, Algo
terrible, o algo verdaderamente emancipador: Crisis
profunda, divisiones crecientes, la inminente posibilidad de una guerra civil —
y la revolución que se necesita con urgencia, Una base
necesaria, una hoja de ruta básica para esta revolución, la que también
está disponible en revcom.us.
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