viernes, 4 de abril de 2025

Economía

Tasas de Interés, Sin Tope ni Control, Como Estímulo de la Ganancia

Cesar Risso

LA BURGUESÍA FINANCIERA está en campaña para elevar la cuota de plusvalía de la que se apropia. Esta vez lo hace defendiendo la necesidad de eliminar los topes a las tasas de interés. Pero como sabe que sus intereses carecen de argumentos sólidos, se cuelgan, como ya es costumbre en todos los sectores de la burguesía, de las necesidades de aquellos que carecen de los recursos suficientes para tratar de satisfacer mínimamente sus necesidades.

Así, nos dicen que:

“EI tope a las tasas de interés, que buscaba evitar la «usura», ha tenido el efecto contrario: excluye a quienes pretendía proteger del sistema formal y los orilla al mercado informal, con tasas anualizadas mayores al 500% y cobros delincuenciales. Este es un resultado previsible de una de las lecciones de economía más básicas: los controles de precios no funcionan. No lo hicieron en el Imperio Romano del siglo IV, el Perú de los ochenta, la Argentina de los cepos cambiarios ni en el Perú del gota a gota.”1

Este razonamiento considera a la ciencia económica con carácter absoluto, es decir, como aquella que corresponde a una sociedad que no evoluciona. Esto es, toma como base del análisis, hechos de cualquier época para generalizarlos a toda la historia de la humanidad. Compara, en este caso, la Roma del siglo IV con el Perú de la actualidad. En otras palabras, para que se vea lo absurdo del análisis que comentamos, iguala la esclavitud con el capitalismo.

Agrega que el resultado era inevitable:

“La lógica es simple. Al imponer tasas topes, las entidades financieras (bancos, cajas y empresas especializadas) dejan de prestar a los más riesgosos: trabajadores informales o pequeños comerciantes sin historial crediticio.”2

Si no hubiese el tope en las tasas de interés, entonces, para prestar a los “pobres” o “clientes de riesgo”, los bancos elevarían las tasas de interés, para distribuir, entre quienes se encuentran en dicha condición, la probable pérdida ocasionada por quienes no devuelvan los préstamos.

Una de dos, o los intelectuales de la burguesía no están informados, o la cerrazón en la defensa del artículo de fe, el libre mercado, los obnubila.

Las microfinanzas, originadas en Bangladesh, como resultado del análisis realizado por el llamado “banquero de los pobres”, Mohammad Yunus, permitió incorporar al “mercado” financiero a aquellas personas en situación de pobreza, permitiéndoles afrontar en mejores condiciones sus necesidades, y con ello también extrayéndoles plusvalía, es decir, ser sujetos de explotación.

La experiencia del Banco Grameen (“Banco de los pobres”) se encuentra no tanto en el libre mercado y la eliminación de topes a la tasa de interés, sino en la reducción del riesgo, lo cual permite cobrar una tasa de interés más baja. El riesgo se bajó experimentando con mujeres que se encontraban en situación de pobreza, a quienes se les prestó dinero teniendo en cuenta que, por su condición de madres, se esforzarían por hacer un buen uso del crédito, y por devolver el préstamo y los intereses pactados. Con esta prueba se demostró que el índice de morosidad era de solo el 2%.3 En este caso, el libre mercado jugó un papel tangencial, pues fueron otras consideraciones las que primaron para este resultado. Sin embargo, el sistema capitalista en su conjunto no puede funcionar de esa forma.

La burguesía busca la máxima ganancia y, por lo tanto, siempre estará detrás de cualquier “negocio” que le permita obtenerla. La actitud de filantropía del “banquero de los pobres”, puede funcionar en algunos casos, pero no puede ser la norma en el sistema capitalista. Este experimento dio pie al negocio de las microfinanzas, del cual se ha apropiado en parte el sistema financiero formal.

La propuesta de los bancos sería la de dejar flotar libremente la tasa de interés y con ello reducir la tasa promedio respecto de la tasa de interés que cobran los prestamistas informales. Pero no se percatan los intelectuales burgueses, que el negocio informal de los préstamos parte del mismo principio que el formal: la maximización de la plusvalía, o ganancia.

Con seguridad la burguesía de los bancos se retuerce al ver cómo se le va de las manos los casi 1800 millones de soles de crédito que mueve el sector informal. Ese es el problema. Quisieran acceder a ellos, pero quieren hacerlo cobrando tasas de interés más altas, probablemente tan altas como las que cobran los prestamistas informales.

¿Creen los intelectuales de la burguesía que los prestamistas informales no consideran el riesgo de no recuperación de los créditos? Por supuesto que consideran el riesgo crediticio, y lo enfrentan a su manera; cobrando elevadas tasas de interés y en ocasiones cobrándose la vida de los deudores que no “honran” su compromiso. Pero, ¿no hacen lo mismo los bancos, cobrando tasas de interés más elevadas a los “pobres” o clientes de “alto riesgo”?

El pago de los intereses sale del esfuerzo de quienes solicitan estos préstamos, con lo cual el banco obtendría los ingresos correspondientes, afrontando los costos del negocio, y obteniendo la esperada ganancia. Los intereses que cobran los bancos vienen a ser parte de la plusvalía que en conjunto extrae la burguesía a los trabajadores.

Cuál es la diferencia entre los prestamistas informales y la banca formal. Se nos dice que los informales amenazan y hasta matan a los prestatarios que no devuelven el préstamo y no pagan los intereses. Pero, y en la banca formal, ¿cómo se maneja la situación de morosidad? Cobran altos intereses. Así se aproximan a los intereses que cobran los informales. Además, van contra el aval, que generalmente es un familiar o una amistad, quien sufre las consecuencias del no pago del titular de la deuda.

En el caso de las microfinanzas, ¿Cómo así Muhammad Yunus llegó a la conclusión de que se podía prestar dinero a los pobres, sin que esto afectase las ganancias de los inversionistas en el sector bancario? Se dice, en este caso, que los fines del banco no son de lucro, sino los de reducir la situación de pobreza, otorgando créditos por grupos de cinco personas que garantizan la devolución y el pago de los intereses, sin necesidad de garantías, realizados sobre todo a mujeres, pues según el estudio, estas buscan beneficiar a la familia.

¿Algo tiene que ver esto con el libre mercado?

Es el funcionamiento del capitalismo que busca, a través de diversos caminos, someter a toda la población a la explotación. Particularmente en el caso de los microcréditos, cobrándoles una tasa de interés menor a la que les cobrarían los prestamistas informales, pero mayor a la que les cobran a los clientes de bajo riesgo.

El riesgo que se consideraría en los préstamos a nivel de micro crédito, cobraría una sobre tasa que cubriría justamente la falta de pago de quienes accedan a este mecanismo. Así, los bancos no perderían.

Es decir, siempre terminarían los prestatarios de este sistema pagando tasas de interés más elevadas; además de pagar intereses moratorios más altos, lo cual aproximaría las tasas formales a las tasas informales.

Veamos el esquema completo de la explotación capitalista. Los capitalistas industriales extraen plusvalía de sus trabajadores; de esta plusvalía, los capitalistas industriales pagan a los demás capitalistas por los bienes que adquieren para llevar a cabo la producción, y por los servicios que reciben. Así, los capitalistas propietarios de los terrenos o locales donde se lleva adelante la actividad económica correspondiente reciben una parte de la plusvalía creada por los trabajadores en el sector industrial; los capitalistas comerciales reciben la parte de la plusvalía por su servicio; mientras que los capitalistas financieros reciben la plusvalía por los préstamos realizados, la misma que sale también de los trabajadores del sector industrial.

Además, la plusvalía de la que se apropian todos los sectores de capitalistas, requiere del “trabajo productivo”, es decir, de la fuerza de trabajo que se requiere para apropiarse de la plusvalía creada por los trabajadores industriales, o para decirlo de manera más clara: el capital invertido en la actividad comercial requiere de trabajadores, como vendedores, almaceneros, cajeros, que con su fuerza de trabajo permiten que el capitalista se apropie de parte de la plusvalía creada por los trabajadores del sector industrial, de la cual sale también el pago a los trabajadores del sector comercial. Es decir, el capitalista industrial se ve obligado a ceder parte de la plusvalía que extrae para realizarla, es decir, para materializarla en dinero.

En este proceso de extracción de plusvalía, los diversos sectores de la burguesía se enfrentan para obtener una mayor tajada.

Pero, también la burguesía financiera se apropia de parte de los ingresos obtenidos por los trabajadores cuando les presta dinero. Vale decir, no solo se apropia de la plusvalía que han obtenido las empresas, sino también de una parte de los ingresos de los trabajadores. Si el préstamo es para una actividad económica, de la escasa ganancia que obtienen los trabajadores informales, una parte pasaría a manos de la burguesía financiera.

Por ejemplo,

Bancos alcanzan utilidades récord de S/10.325 millones en 2024: ¿Qué entidades lideraron?

El sector bancario peruano cerró 2024 con utilidades históricas de S/10.325 millones, un incremento del 11,9% respecto al año anterior. Conozca los detalles aquí.4

Ya sabemos de dónde salen las utilidades que se apropia la burguesía financiera.

        Para que el negocio de los créditos prospere, tiene que haber libre mercado, según argumenta la burguesía; aunque no lo dicen directamente, pues les parece mejor decir que los “peruanos” (metáfora de pobres en el lenguaje del BCRP) y microempresarios han sido expulsados del sistema financiero mientras que otros ni siquiera han podido ingresar.

“Según el BCRP, debido a los topes, 218 mil peruanos y microempresarios fueron expulsados del sistema financiero y otros 325 mil nunca lograron entrar. Mientras, el crédito informal mueve casi S/1.800 millones al año según cálculos del IPE, superando a las cajas rurales. La ironía es dolorosa: una norma que buscaba proteger a los más vulnerables los expone a un sistema con tasas más altas y cobradores despiadados.”5

Como se puede apreciar, si vamos directamente a lo que quiere la burguesía financiera en estos momentos, todo el esfuerzo “teórico” de los intelectuales burgueses va dirigido a sustentar la apropiación de los 1.800 millones de soles que mueven los prestamistas informales.

___________

(1) Del Imperio Romano al gota a gota | Victor Fuentes

(2) Ídem.

(3) Muhammad Yunus, el banquero de los pobres que lucha contra las desigualdades - LA NACION

(4) Bancos alcanzan utilidades récord de S/10.325 millones en 2024: ¿Qué entidades lideraron?

(5) Ibídem.

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