Las
Dudas, Contradicciones y Falsedades de la Burguesía en la Crisis Económica
Actual
Cesar
Risso
EL MES DE ABRIL del presente
año, el Ministerio de Economía y Finanzas publicó el siguiente titular: “La
economía peruana se recupera aceleradamente y será una de las economías líderes
en la región.” Señalaba que la proyección de crecimiento de la producción para
el año 2023 era de 2,4%. Sin embargo, el mismo mes de abril los “especialistas”
decían:
“El Instituto de Economía y
Desarrollo Empresarial (IEDEP) de la Cámara de Comercio de Lima (CCL) reajustó
a la baja el crecimiento de la economía peruana para el 2023 de 2,4% a 2%
tomando en cuenta los dos primeros meses del año, en los que se registró una
caída del Producto Bruto Interno (PBI) causada por los conflictos sociales y
los fenómenos naturales. Las perspectivas del mes de marzo también son
negativas debido el impacto del ciclón Yaku en la zona norte del país que
aporta alrededor del 17% del PBI, a pesar de los frutos reactivadores de la
Semana Santa que se reflejarán recién en abril.”1
Por lo visto, la burguesía
considera que las mismas técnicas publicitarias que utiliza para dominar la
conciencia de las clases trabajadoras, le van a servir para motivar a los
inversionistas. Los representantes de la burguesía en el poder tratan de enviar
“señales” positivas a los inversionistas. Probablemente, este sea el motivo por
el cual se haya hecho tanta publicidad de la estabilidad monetaria que presenta
nuestro país, y se señale el “profesionalismo” de Julio Velarde a la cabeza del
Banco Central de Reserva, a tal punto que se considere un logro sin comparación
el que la inflación haya sido baja en nuestro país.
Lo
cierto es que, los intelectuales burgueses conocen muy bien los resortes de sus
intereses: la ganancia, que se obtiene por medio de la inversión, para someter
a la fuerza de trabajo.
Así
pues, la dos versiones sobre la proyección de la economía peruana para el
presente año, muestran de un lado un aspecto de la realidad, y de otro lado, el
engaño, cosa que no es descabellada, pues se puede recordar el proceso de
generación de la crisis del 2008, en la que buena parte de los intelectuales
burgueses se prestaron para dar una imagen de bonanza de varias empresas y de
la economía norteamericana, para colocar los llamados “bonos basura”, en una
gigantesca estafa a nivel planetario.
Como
no se puede ocultar lo que tenemos frente a nuestros ojos, la burguesía no
tiene otra alternativa que reconocer, aunque parcialmente, los graves problemas
económicos que enfrentamos, y se justifica buscando culpables. Esta vez se
explica la situación de la crisis atribuyéndola a los fenómenos naturales, y a la
inestabilidad política y social. Las protestas por el golpe a Pedro Castillo,
las inundaciones, y el dengue, resultan siendo las causas de la crisis
económica. Pero, si realmente estas fueran las causas de la crisis, entonces,
aplicando un criterio lógico, la solución estaría en retornar a Pedro Castillo
a la presidencia de la República, impedir las inundaciones, e inhabilitar el
dengue. En otras palabras, tomando la cuestión a la inversa, si se desaparecen
las causas entonces desaparecen los efectos. Planteado así el asunto, la
atribución de la responsabilidad de la crisis económica a fenómenos
extraeconómicos resulta ridícula. Mas bien, las graves consecuencias de la
crisis económica son una “oportunidad” para la burguesía para hacerse de los
negocios de construcción y de combate a las enfermedades.
De
una parte, la disyuntiva de la burguesía de reconocer o desconocer la crisis
económica; de otro lado, la atribución de la crisis a fenómenos
extraeconómicos. Sin embargo, esto no basta. Para completar el circulo, la
burguesía pronostica que, debido a la caída constante de la inversión privada,
entonces habrá menos empleo formal. Así, el menor empleo, y el empeoramiento de
las condiciones materiales de las clases trabajadoras se debe, según los intelectuales
burgueses, a fenómenos naturales y sociales ajenos al sistema económico.
Las
piruetas publicitarias de la burguesía se nos presentan cada vez más
fantasiosas. Fíjense cómo tratan de encontrar algún sector o actividad
económica para dar sustento al optimismo que desde el gobierno se intenta
insuflar en los inversionistas:
“Se prevé que la economía
continúe en la senda de recuperación, lo cual se refleja en indicadores
positivos como el crecimiento de la producción de electricidad.”2
Curiosamente ya no se dice
que la inversión minera es la que mejora la economía de nuestro país, pues,
ahora es la electricidad. Evidentemente esta actividad está relacionada con la
actividad productiva y económica en general, pero no puede considerarse como el
“motor” de la economía. Además, la burguesía ha manifestado hasta el cansancio
que es la inversión minera la que tiene mayor impacto en el crecimiento de la
producción en nuestro país.
Lo
curioso es que la proyección del crecimiento del sector electricidad, gas y
agua, para el año 2023 es de 3,5%, menor a la del 2021 y del 2022, que fueron
de 8,5% y 3,9% respectivamente.
Se
trata entonces de que, en su desesperación, los intelectuales en el gobierno se
agarran de cualquier sector, aunque de menor importancia, para generar en los
inversionistas burgueses la expectativa de crecimiento de nuestra economía.
“La proyección para el 2023
del IEDEP se ha reajustado a la baja, del 2,2% a 1,9% y claramente por debajo
del 2,3% registrado en el 2022. Las causas son las mismas que explicaban la anterior
proyección, menores excedentes de ahorro privado, deterioro en la capacidad de
consumo y restricciones para cumplir los planes de inversión por el
estancamiento de la confianza empresarial.”3
Nos hemos centrado en el
comentario a las proyecciones y explicaciones de la burguesía respecto de la
situación económica de nuestro país, en base a lo que pensaban y publicitaban
en el mes de abril. Ahora veamos lo que a fines de mayo plantean.
“Los últimos indicadores
anticipan otro trimestre negativo para la inversión privada. En abril, el
consumo de cemento cayó 17% según Capeco, mientras que las importaciones de
bienes de capital se redujeron 15% en términos reales, según calcula el IPE.
Con estos resultados, el IPE estima que la inversión privada volvería a caer
más de 10% en el comienzo del segundo trimestre del 2023.”4
Ciertamente lo que está de
por medio es la expectativa de la cuota media de ganancia, aunque la burguesía
plantea este asunto con las categorías de la economía pura, académica, es decir,
vulgar: la rentabilidad de la inversión.
El
ánimo de la burguesía por ganar, la lleva a mejorar sus expectativas, aunque
levemente por ahora, y así observar tímidamente las posibilidades de volver a
tener las mismas ganancias de las que antes gozaba.
“Si bien en los últimos
meses las expectativas empresariales –indicador altamente correlacionado con la
inversión privada– se recuperaron gradualmente, esta mejora se ha concentrado
en los rubros vinculados al consumo y no a la inversión. Ello, sumado a condiciones
de financiamiento aún restrictivas, llevaría a que la inversión privada acumule
seis trimestres en negativo al cierre del 2023.”5
Para reafirmar la forma en
la que la burguesía evalúa las consecuencias de su malestar, de las bajas
expectativas, de la caída de la inversión privada, leamos los resultados que a
su mentalidad se obtendrán:
“Tal como en episodios
previos, la menor inversión afecta a la generación de empleos formales en el
sector privado, principalmente en rubros como la construcción, que acumula 12
meses de caídas consecutivas. De persistir estos resultados negativos, las
perspectivas de un mayor crecimiento serán poco favorables y las oportunidades
de recuperación de las condiciones de vida de las personas más vulnerables
continuarán postergándose.”6
Así, pues, en la lógica de
la burguesía, ya sabemos que las causas del desempleo, de la informalidad, y de
las menores condiciones de vida de las personas más “vulnerables” se deben a
las protestas, a las inundaciones y al dengue.
No es difícil deducir, que la labor del ministro de economía en
la coyuntura actual es la de mantener cierta expectativa favorable de la
burguesía en los negocios, y, además, satisfacer los requerimientos de los
representantes políticos de la burguesía en el Congreso. En este sentido, no le
importa al ministro plantear las barbaridades que plantea. Su objetivo lo
justifica.
_________
(2) Ídem.
(3) Ídem.
(5) Ídem.
(6) Ídem.
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