La Coyuntural Bondad de la Burguesía
Cesar
Risso
LA CONFIANZA QUE HOY TIENEN
los empresarios es solo temporal. Su finalidad es extraer las ganancias
producidas por los trabajadores. De modo que, sobre explotación de por medio,
la crisis económica no se hará esperar.
Cuando
decimos que el imperialismo, por medio de las transnacionales, se lleva
nuestros recursos naturales a precio de remate, queremos indicar que lo que
realmente sucede es que nos privan de recursos que nos pertenecen, que no
constituyen valor o riqueza por sí mismos, sino que son parte de la naturaleza
a la que al aplicarle fuerza de trabajo le damos valor, convirtiéndose en
mercancías. En consecuencia, los minerales al aplicarles la fuerza de trabajo,
aunque por ahora bajo el sistema de salario, son el vehículo portador del valor
social.
Las
mercancías así obtenidas, al venderlas nos permitirán obtener del conjunto del
trabajo social, materializado en mercancías, aquella parte que corresponde al
esfuerzo de los trabajadores, para con ellas obtener divisas que nos permitan
retirar del resto del mundo la parte producida por otros trabajadores del
planeta, y así darle continuidad a nuestras actividades económicas como nación.
Volviendo
a la expoliación de nuestros recursos naturales, sucede que el entreguismo de
la burguesía, desbocado en la coyuntura actual, les otorga a las
transnacionales, el derecho de apropiarse del esfuerzo de los trabajadores
peruanos, dejando en manos de la burguesía imperialista los minerales que, en
esta modalidad, van a ser vehículo del valor y, en consecuencia, de las
ganancias que portan.
En
este caso particular, la diferencia entre la política neoliberal y la
nacionalista, radica en quién se lleva las ganancias por la explotación de
nuestros recursos naturales, la burguesía peruana o la burguesía imperialista. Sin
embargo, debido a que se requieren grandes inversiones para el desarrollo de la
explotación minera, el nacionalismo se manifestaría como la retención, bajo
diversas modalidades tributarias, de la mayor parte de las ganancias generadas
por esta actividad. Por ejemplo, no devolviéndoles el IGV, y cobrándoles el
impuesto a la renta que corresponde, etc.
Con
respecto a las perspectivas de la economía peruana, y en base a lo propuesto
por el gobierno nacido del golpe de Estado de la ultraderecha, la pretensión de
“inyectar” 5,9 mil millones de soles a través del programa Con Punche Perú,
solo refleja el grado de desesperación de la burguesía por evitar que las protestas
continúen.
La
lógica de la economía capitalista, o teoría económica, si se prefiere, dice que
el exceso de demanda provoca inflación. En el periodo actual, marcado por la
inflación, el programa Con Punche Perú es una propuesta inflacionaria. La
elevación de la tasa de interés, tanto en nuestro país como en los países
industrializados, tiende precisamente a contraer la demanda para bajar la
presión sobre la oferta. Sin embargo, en nuestro país, por la coyuntura
política, y con seguridad, temporalmente, se propone aumentar la demanda.
Sin
embargo, hay que señalar que dicha política, de elevar la tasa de interés para
controlar la demanda, es recesiva. Pero, la burguesía no tiene otra
alternativa. Está atrapada en esta situación, que la lleva a recesar la
economía para controlar la inflación. Si esto es así, habría que preguntarse
por qué la burguesía en el Perú está promoviendo el programa Con Punche Perú.
Es la coyuntura política, que ha conducido a la desesperación a la burguesía
por calmar a las clases populares, con lo cual aplica políticas que normalmente
rechaza y crítica.
Se puede decir también, que la burguesía está proponiendo
compartir una mínima parte de sus ganancias con las clases populares a cambio
de que desistan de cuestionar el golpe de Estado, y que regresen a su labor
cotidiana de dejarse explotar.
En otras palabras, es posible, cosa que, por supuesto
sabemos, pero que ahora se percibe con toda nitidez por las clases
trabajadoras, que se pueda exigir y otorgar aumentos en las remuneraciones de
los trabajadores, que se puede utilizar gran parte del presupuesto para atender
las necesidades más urgentes de los sectores populares, y con seguridad, se
puede hacer mucho más, con todas las ganancias que se apropia la burguesía.
Esto, por supuesto, tiene un límite. El mismo capitalismo es
el límite, puesto que, por su desenvolvimiento contradictorio, tarde o temprano
se presentará la crisis económica. De modo que o la burguesía no soporta más
seguir entregando el fruto de su explotación, o la crisis se presenta, o ambas
cosas a la vez. Pero esta suerte de bienestar que le propone al pueblo, es
absolutamente temporal y, por lo tanto, pronto se retornará a lo mismo de
siempre.
La única forma de superar la pobreza, el desempleo, etc., y
todos los males que conocemos, es superando el sistema capitalista.
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