Crítica
a una Crítica Absurda al Marxismo
César
Risso
LOS INTENTOS de desarrollar
o corregir el marxismo por intelectuales llamados de izquierda, se reanuda una
y otra vez. Por ello es necesario prestar atención a las propuestas que pueden
desorientar a la izquierda proletaria.
Un
caso particular es el que analizamos en el presente artículo. Con el siguiente
título “MARXISMO TERMODINÁMICO: solución a una paradoja en las fórmulas de la
economía marxista a la luz de la termodinámica”, Luis Arbaiza ha publicado un escrito,
en el que pretende haber hecho un gran descubrimiento.
Tras
la pretensión de Luis Arbaiza, disfrazada de dominio científico, lo que
realmente se nos presenta es el encubrimiento de la explotación burguesa,
trasladando la explotación capitalista hacia fenómenos físicos, alejándose del
carácter social que tiene. No es pues, según Arbaiza, el trabajo no remunerado,
sino que, al contrario, son las leyes de la termodinámica que él mismo relieva,
lo que da sustento al capitalismo, dado que el consumo de los obreros genera un
rendimiento de 1000%.
Parte
señalando la solución de una paradoja. Esta paradoja consiste en que, al
aumentar la tecnificación de la producción, aumenta la composición orgánica de
capital, y con ello, se manifiesta la ley de la tendencia decreciente de la
cuota media de ganancia. Al tecnificarse totalmente la producción, la ganancia
se hace cero y el capitalismo se autodestruye, cosa que Arbaiza rechaza y trata
de demostrar que puede haber capitalismo sin trabajo asalariado. El problema
aquí radica en que Arbaiza le atribuye esta paradoja a Carlos Marx.
Si
bien la producción tiene dos aspectos, el socioeconómico y el técnico-económico,
los que Carlos Marx estudia, Luis Arbaiza abandona el aspecto socioeconómico.
Este abandono trae consecuencias. Una de estas, entre otras,
fue considerada por Carlos Marx en El Capital, al desarrollar el estudio de la
mercancía:
“Hasta hoy, ningún químico
ha logrado descubrir valor de cambio en el diamante o en la perla. Sin embargo,
los descubridores económicos de esta sustancia química, jactándose de su gran
sagacidad crítica, entienden que el valor de uso de las cosas es independiente
de sus cualidades materiales y, en cambio, su valor inherente a ellas.” [El
Capital]
Hay quienes tratan de
explicar el valor de las mercancías por su naturaleza físico-química, cuando el
valor radica en la cantidad de trabajo socialmente necesario.
No
se trata de poner en duda las leyes naturales, particularmente las leyes de la
termodinámica. Al contrario, es necesario conocerlas, estudiarlas y aplicarlas,
y por supuesto, son parte del desarrollo de las fuerzas productivas. Pero no
podemos estar de acuerdo en que el obrero, o el trabajador directo, sea tratado
como una máquina, y en todo caso las mismas leyes naturales se aplican para
todos los individuos en la producción. Cuando Luis Arbaiza dice que el
empleador le da cierta energía al obrero, se refiere al pago que le hace por el
uso de su fuerza de trabajo, lo que ocurre también para el capitalista, cuando se
apropia de la plusvalía bajo la forma de ganancia, pues la energía que recibe
por lo que se apropia y que cambia por los bienes materiales que producen los
obreros (o campesinos), también se transforma en energía. La energía también
ingresa en los indigentes cuando gastan la limosna, así como en los
delincuentes cuando disfrutan del resultado de su delito. De lo que se trata es
de quién se apropia de la energía que transforman los trabajadores.
Al trabajador no se le paga por su trabajo sino por su fuerza
de trabajo, cosa que parece no darse cuenta Luis Arbaiza. Si se le pagase por
su trabajo, la ganancia desaparecería, porque se le pagaría por la totalidad
del nuevo valor creado.
“El marxismo predice que, al
automatizarse las industrias, se reduce la taza [sic] de ganancia, al llevar la
automatización al máximo esta sería cero, lo que llevaría al capitalismo a su
muerte.”
“Pero eso no ha pasado y
además la automatización lleva a mayor ganancia. La explicación está en la
termodinámica de los procesos productivos. La energía no se crea ni se
destruye, ninguna maquina puede hacer aparecer energía de donde no la hay, pero
puede liberar la que hay en potencia. Esto mismo pasa en el metabolismo del
obrero, por ello el empleador, puede darle una cantidad de energía para
subsistir, y aun así este liberar más de la que recibió.”
Al parecer Luis Arbaiza no se ha enterado de todas las crisis capitalistas, donde lo que él niega es una de las manifestaciones de la ley de la tendencia decreciente de la cuota media de ganancia. En su estudio Marx señaló claramente las contra tendencias de esta ley.
El razonamiento de Arbaiza no solo es
errado por el contenido que pretende expresar, sino por la deducción que no
enlaza con sus argumentos. En todo caso, se nos dice que la explotación de los
obreros no es tal, sino que se debe al uso de la energía.
“[…] el valor, el dinero o
la riqueza de un producto son formas de energía disponible o contiene energía
disponible provenientes del trabajo realizado en su elaboración. De esto se
concluye que la predicción de Marx falla por no tomar en cuenta la
termodinámica, pero puede rescatarse todo el esquema de plusvalía traduciéndola
como un caso de parasitismo termodinámico. Puede y habrá un capitalismo sin
obreros.”
Con respecto a la
representación matemática de las leyes del capitalismo, se nos dice:
“Estas fórmulas encierran
una predicción. Más o menos es así: la ganancia es el capital humano dividido
entre la suma de capital en máquinas y el capital humano, por ello, cuando más
grande es el capital en máquinas, menos es la ganancia, cuando el capital en
maquinaria es total la ganancia es cero y el capitalismo se autodestruye.
Como se espera que al
evolucionar el capitalismo este se automatice más y más, se espera que su
ganancia se reduzca más y más hasta ser cero, de ahí la predicción de Marx de
que el capitalismo encierra su autodestrucción.”
Es cierto que las empresas
que se automatizan obtienen mayores ganancias, pero no es cierto que si todas
las empresas se automatizan todas obtengan mayores ganancias. Este es otro
razonamiento errado de Arbaiza. Carlos Marx demostró que las empresas que más se
automatizan obtienen mayores ganancias. En los esquemas de la reproducción del
capital, se muestra cómo considerando industrias de diversa composición
orgánica de capital, se genera una mayor ganancia para aquellas que tienen una
composición orgánica de capital más alta, mientras que las de menor composición
orgánica de capital reciben una porción mucho menor de plusvalía, y en
consecuencia de ganancia.
Aquí otra expresión clara de cómo considera al trabajador: “TODA MÁQUINA, HUMANA O MECÁNICA, ES INEFICIENTE.”
La
demostración de la existencia de plusvalía en el sistema capitalista se da
claramente a continuación:
“Un ejemplo más simple es
este, tengo una pila de fósforos, enciendo uno solo (gasto la energía de un
fosforo) y lo acerco al montón, todos se encienden liberando una gran cantidad
de energía gané 100 veces la energía que invertí. En realidad, liberé energía
que ya estaba acumulada en forma de energía química. Liberarla costo un poco de
energía, pero produjo mucho más, en el balance general el todo conserva su
cantidad de energía. Esto mismo pasa en el metabolismo del ser humano, del
obrero, por ello el empleador, puede darle una cantidad de energía para
subsistir, y aun así este producir (liberar) más de la que recibió. Este es el
origen de la plusvalía.”
Como se puede apreciar, Luis
Arbaiza plantea las cosas al revés. La realidad es que el capitalista contrata
al obrero para usar su fuerza de trabajo. Al utilizar el capitalista esta
fuerza de trabajo, se crea un valor mayor al que le remunera al trabajador,
quedándose el propietario de los medios de producción con el excedente. Este
excedente, bajo la forma en la que se dispone de la fuerza de trabajo en el
capitalismo, se llama plusvalía. Pero para este personaje, la plusvalía es el
resultado de aspectos técnicos.
“El error de Marx es que las
maquinas también pueden dar más de lo que reciben, una máquina que usa gasolina
en realidad libera la energía contenida en esta, esta fue almacenada por la
fotosíntesis de platas extintas hace millones de años acumulada en forma
química (hidrocarburos) del sol. Por eso la automatización no reduce la
ganancia.”
En otras palabras, según
Arbaiza, en última instancia, la naturaleza y sus diversas propiedades,
incluyendo a la especie humana y a la sociedad, no es otra cosa que energía, y
que en consecuencia el capitalismo no se puede autodestruir, pues con o sin
obreros, seguirá creándose plusvalía. Habría que añadir, para continuar el
razonamiento de Arbaiza, que el capitalista también es energía, y que así se
destruya nuestro planeta, como el universo es infinito, el capitalismo también
lo es.
“De esto se concluye que la
predicción de Marx falla por no tomar en cuenta la termodinámica de los
procesos metabólicos en el obrero, por cierto, cosa desconocida en su época,
puede rescatarse todo el esquema de plusvalía traduciendo la plusvalía como un
caso de apropiación o parasitismo de energía libre de un sistema (el obrero) a
otro (el dueño).”
Si Arbaiza fuese consecuente
con lo que plantea acerca de la predicción de Carlos Marx, haría extensivo su
análisis a todas las formaciones sociales, como la de la comunidad primitiva,
la de la esclavitud, etc. No lo hace porque solo le interesa corregir a Carlos
Marx y porque su labor es hacer apología del capitalismo. No se da cuenta que a lo que llamamos plusvalía en el capitalismo es la
forma específica de apropiarse del excedente creado por los trabajadores. En
toda formación social, siempre que hay clases sociales, existe excedente que
puede ser apropiado por el esclavista, por el señor feudal, o por el
capitalista, cuya forma de apropiación varía para cada caso, y como bien se
sabe, en el capitalismo la forma de apropiación del excedente se basa en el
trabajo asalariado que crea la plusvalía. Al parecer el ego de Arbaiza no es
tan grande, porque de lo contrario hubiese planteado que ha descubierto una ley
universal, en el sentido de ser válida para todo el universo y para todos los
tiempos.
Con
la siguiente afirmación, Arbaiza muestra su completo desconocimiento de la
esencia del capitalismo: “Puede y habrá un capitalismo sin trabajo humano, solo
hecho por maquinas, un capitalismo sin obreros. y entonces ya habrá una clase
social: la alta. El proletariado desaparecerá.”
La posición de clase que asume Luis Arbaiza queda aclarada en
la consideración que hace desde un inicio, tratando al empresario como un ser
humano, y al obrero como una máquina.
____________
Nota:
La citas entre comillas
corresponden al artículo de Luis Arbaiza, cuyo enlace es: http://luisarbaizaescalante.blogspot.com/2021/12/marxismo-termodinamico-solucion-una.html
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