La Recreación de la Realidad:
«Los Siete Ensayos»
(Sexta Parte)
Jorge Oshiro
La creación
del socialismo en el Perú
El problema
de la feudalidad en el Perú
El problema
del indio, es decir la "Cuestión Meridional" (Gramsci) del Perú"
era para Mariátegui, como ya se ha insistido, el problema primario del Perú, el
problema de la mayoría. Tanto para Gramsci como para Mariátegui la creación del
socialismo tenía que pasar por el problema del indio, por el problema de la
nacionalidad.
Para Mariátegui plantear el problema del indio en
términos reales era partir del problema del latifundio. El latifundio y la
servidumbre, según Mariátegui, eran dos expresiones de la feudalidad
sobreviviente.[1]
Tenemos entonces que remontarnos hasta el concepto de
feudalidad para comprender este problema delicado de la liberación del indio.
La lectura del ensayo no es fácil pues Mariátegui utiliza, sin definirlos
previamente, dos conceptos simultáneos:
· feudalidad y
· semifeudalidad.
En la cita
anterior hablaba Mariátegui de las dos expresiones de la feudalidad. En otro
pasaje Mariátegui dice que las expresiones de la feudalidad son tres:
servidumbre, latifundio y gamonalismo.[2]
Al lector desprevenido le va parecer confuso este
complejo de conceptos: feudalidad, semifeudalidad, latifundio, servidumbre,
gamonalismo. Sin embargo todos estos conceptos tienen una función precisa. La
complicación conceptual se debe a la complejas esferas económicas de este país
dependiente que es el Perú.
En la Sierra en donde vive la mayoría de la población
indígena, viven los indios en dos espacios económicas:
· dentro de la comunidad indígena o
· dentro del dominio del latifundio feudal.
El indio
tanto en su comunidad como en el latifundio viven dependiente del misti, del latifundista. Pero la
dependencia es cualitativamente diferente. La comunidad conserva por lo menos
en gérmenes en algunos casos, intactos en otro
"una economía comunista primitiva".
Esta
comunidad está integrada dentro del sistema feudal del latifundista. Los
otros campesinos han perdido su comunidad original y trabajan directamente en
relaciones serviles, para el latifundistas. En este sentido habla nuestro autor
de relaciones de feudalidad.
Pero por otro lado, el país está integrado al
mercado internacional como país colonizado, en ese sentido se habla de una
economía colonial:
"La
economía del Perú, es una economía colonial. Su movimiento, su desarrollo,
est n subordinados a los intereses y a las necesidades de los mercados de
Londres y Nueva York" (Subr. JO)
(...)
"Nuestros
latifundistas, nuestros terratenientes, cualesquiera que sean las ilusiones que
se hagan de su independencia, no actúan sino como intermediarios o agentes del capitalismo
extranjero".
Lo mismo
dirá en otro texto:
"El
capitalismo extranjero se sirve de la clase feudal para explotar en su provecho
a estas masas campesinas".
· En tanto que Mariátegui habla de la pura relación
entre el indio y el latifundista usa la expresión feudalidad. Y ella es
exacta pues reconstruye una relación socio-económico correspondiente al sistema
feudal medieval: relación servil, ausencia del salario y ascendrado
paternalismo.
· Cuando nuestro autor describe este sistema social-
económico dentro del sistema internacional global entonces ya no se puede
hablar simplemente de feudalidad, pues hay que señalar su función de
intermediario, de agente del capitalismo imperialista.
La
semifeudalidad no se debe entender únicamente como una mezcla de formas
diferentes de producción: capitalista-feudal. Debemos entenderla más bien como
el fenómeno de integración del feudalismo existente dentro de los intereses del
capitalismo imperialista.
Al imperialismo por lo tanto no le interesa cambiar el
status quo existente, pues el estado
económico de este país dependiente corresponde ampliamente a sus intereses.
Este semifeudalismo es el semifeudalismo serrano
integrado al sistema capitalista imperialista. Mariátegui usa el mismo término,
sin embargo para caracterizar otro tipo de fenómeno socio-económico:
"La
diferencia entre la agricultura de la costa y la sierra, aparece menos en lo
que concierne al trabajo que en lo que concierne a la técnica. La agricultura
de la costa ha evolucionado con más o menos prontitud hacia una técnica
capitalista del cultivo del suelo y la transformación y comercio de los
productos".
Es decir,
que el capitalismo criollo ha adoptado sobre todo los elementos exteriores de
esta forma de producción:
"Pero
en cambio, se ha mantenido demasiado estacionaria en su criterio y conducta
respecto al trabajo. Acerca del trabajador, el latifundio colonial no ha
renunciado a sus hábitos feudales sino cuando las circunstancias se lo han
exigido de modo perentorio".
(...)
"Este
fenómeno se explica, no sólo por el hecho de haber conservado la propiedad de
la tierra los antiguos señores feudales, que han adoptado, como intermediarios
del capital extranjero, la práctica, más no es espíritu del capitalismo
moderno. Se explica también por la mentalidad colonial de esta casta de
propietarios, acostumbrados a considerar el trabajo con el criterio de
esclavistas y negreros".
Interesante
en este texto es la diferencia que hace Mariátegui entre los conceptos
"práctica" y "espíritu.
La práctica es aquí entendido como un movimiento
exterior, postizo que no corresponde con el comportamiento, con el sistema de
sentimiento que hace de esta persona perteneciente a una casta de propietarios.
El capitalista criollo, parece decirnos Mariátegui, es
un hombre con metalidad de esclavista y negrero que usa máquinas modernas. No
ha descubierto aún la potencia económica de los hombres, porque él mismo no se
siente como un agente económico, porque él mismo no aprecia el aspecto creativo
del trabajo, porque para él, en su mentalidad aristocrática del que nunca ha
trabajado: el trabajo es algo digno de esclavos y de animales. Y este es el
tipo de hombre que dirigía la economía del Perú en la época de Mariátegui.
Como ya se ha mencionado Mariátegui no se cansa en
afirmar que el Perú en su vida republicana no ha tenido nunca una burguesía
vigorosa e independiente.[3]
La guerra de la independencia no fue de ninguna manera
para el Perú una Revolución francesa porque no había una burguesía que la
hubiera podido iniciar y dirigir. La burguesía peruana recién comienza a
aparecer a mediados del siglo pasado con el auge de dos productos: el guano y
el salitre.
"Las
utilidades del guano y del salitre crearon en el Perú, donde la propiedad había
conservado hasta entonces un carácter aristocrático y feudal, los primeros
elementos sólidos de capital comercial y bancario".
La burguesía
peruana no fue, por lo tanto producto del fuerte trabajo y del espíritu de
innovación. Todo lo contrario. Se formó a partir de los profiteurs, es decir,
de los aprovechadores, dice Mariátegui de esta riqueza sorpresiva, que cayó a
la economía como regalo del cielo. Como no fue producto del fuerte trabajo y de
la abnegación característica del origen del capitalismo europeo y
norteamericano, esta clase no se distinguió de la aristocracia hasta ese
entonces prevalente en el mando de la sociedad peruana.
"Se
formó en el Perú una burguesía, confundida y enlazada en su origen y su
estructura con la aristocracia, formada y principalmente por los sucesores de
los encomenderos y terrateniendtes de la colonia".
Esta
burguesía endeble, llamada en el Peru, 'oligarquía', dependiente en dos
frentes, hacia el exterior, del capitalismo imperialista, al interior de la
aristocracia, con la cual tenía demasiados vínculos como para iniciar algo
independiente, esta burguesía nunca pudo dominar políticamente sobre todo el
país.
Tuvo así que entrar en alianza con los feudos
regionales para poder gobernar el país.
"El
Estado que constituyó la oligarquía se caracterizó, en primer lugar por un
débil desarrollo de sus aparatos administrativos"..."Sólo en
apariencias el Estado oligárquico fue un Estado nacional. Es preciso tener en
cuenta la fuerte fragmentación regional que todavía a principios del siglo XX
seguía caracterizando a la sociedad peruana" (M.Burga-A.Flores).
Así tenemos
que toda la historia de la república peruana va a ser una serie de política de
alianzas de los diversos sectores oligárquicos de la clase dominante del Perú.
Este hecho de debilidad de la clase dominante creó y desarrolló un fenómeno
característico de la historia de este país: el gamonalismo.
Mariátegui:
"El
término gamonalismo no designa sólo una categoría social y económica: la de los
latifundistas o grandes propietarios agrarios. Designa todo un fenómeno. El
gamonalismo no está representado sólo por los gamonales, propiamente
dichos. Comprende una larga jerarquía de funcionarios, intermediarios, agentes,
parásitos, etc; el indio alfabeto se transforma en un explotador de su propia
raza porque se pone al serávicio del gamonalismo".
Este pasaje
nos invita regresar «La Cuestión
Meridional» de Gramsci por la extraordinaria similitud del espíritu con el cual
ambos enfocaron este arduo problema.
La sociedad meridional, la sierra peruana de Italia,
es un bloque agrario constituído por tres estratos sociales.
· La gran masa amorfa de los campesinos,
· los intelectuales y
· los grandes terratenientes y grandes intelectuales.
Este bloque
agrario es un todo orgánico con sus venas y arterias, con su corazón y su
cerebro. Esta unidad es un todo jerárquico en el cual los grandes intelectuales
y los grandes terratenientes dominan y ejercen su hegemonía sobre el todo.
Pero este dominio y hegemonía tiene que subsistir y
reproducirse constantemente. Para este desarrollo el papel de los intelectuales
de la pequeña y media burguesía es decisiva.
"El
viejo tipo de intelectual era el elemento organizativo de una sociedad de base
campesina y artesana predominantemente; para organizar el Estado, para
organizar el comercio, la clase dominante cultivaba un determinado tipo de intelectual".
Y así entre
la masa amorfa de campesinos y los grandes terrateniente había un constante
contacto a través de este vaso comunicante. Así esta unidad, dice Gramsci,
"forma
un monstruoso bloque agrario que en su conjunto funciona como intermediario y
guardián del capitalismo septentrional y los grandes bancos. Su único fin es el
de conservar el status quo. En su
seno no hay ninguna luz intelectual, ningún programa, ningún interés por
mejoras o progreso".
El caso es
similar en el Perú de Mariátegui. Ya lo hemos visto al diferenciar los
conceptos de feudalidad y semifeudalidad, como el terrateniente era, desde el
plano global, un intermediario tanto del poder central como también del
capitalismo imperialista extranjero.
· Por un lado tenemos el gobierno oligárquico central,
débil e incapaz de control total del Estado a través del país.
· Por otro polo tenemos las grandes masas campesinas, amorfas
(en cuanto que carecen de unidad nacional) pero en un constante estado de
rebelión.[4]
Entre ambos
polos se encontraba el gamonalismo, como nexo entre estos dos polos. En ese
sentido el gamonal, (como persona), y el gamonalismo, (como sistema) cumplía el
papel que en Italia llenaba los intelectuales de la pequeña y burguesía media
en el campo.
Vamos a describir muy brevemente este gamonalismo de
tan vital importancia en la conserávación del poder olig rquico en el Perú
hasta los años sesenta de este siglo.[5]
El grupo de los gamonales era heterogéneo y dependía
de la situación económica de cada uno de ellos. Los más poderosos vivían y
pensaban como blancos occidentales y se vestían con textiles ingleses. En su
mayoría eran propietarios ausentistas. La ausencia del gamonal no cambiaba un
ápice el sistema gamonal. El subalterno que representaba al amo ausente
asumía el papel de gamonal, manteniendo así las relaciones de servidumbres y
explotación.
El gamonal ausente podía vivir en el extranjero, en Suiza
por ejemplo. Pero frecuentemente vivía en Lima y no era raro que participara en
la vida política nacional como senador o diputado.
Pero la figura más interesante era el gamonal del
segundo tipo, en general más pobre que el gamonal ausente. Este era el gamonal
que en realidad servía de nexo a la oligarquía para controlar a las masas
índigenas.
Este gamonal era completamente distinto al primero. De
origen quechua o español era un poderoso que se había integrado al mundo
indígena, manteniendo intacto su poder sobre los indios. Tenía apariencia
india, por su forma de vestir, por la costumbre cotidiana, por su uso cotidiano
del quechua, y frecuentemente por el mal dominio del español. Era una extraña
combinación de despotismo, tiranía y paternalismo; se sentía padre de los
indios como fue pintado magistralmente por José María Arguedas en su novela
«Todas las sangres». Su esposa era frecuentemente una india y los hijos, muchos
y de madres diferentes, eran reconocidos por él como hijos propios, y éstos no se
distinguían sustancialmente de los otros niños indios.
Este señor gamonal era en regla general un creyente
católico, frecuentemente exacerbado, pero al mismo tiempo muy respetuoso de las
creencias religiosas del indio, participaba en este sentido de sus mitos y
suspersticiones.
Todo esto no impedía ni aminoraba el cruel despotismo
que ejercía sobre los indios. Pues prácticamente no había autoridad mayor que
la suya en su región. El era dueño de la vida y la muerte de sus subalternos
pero esto no impedía que los quisiera. Podía tener en su hacienda una escuela,
pero también cárceles para los malos indios. El juez, el jefe de policía, el
maestro de escuela, el sacerdote, todos estaban bajo su autoridad
incontestable.
Como se puede apreciar en este sistema gamonal había
una compleja combinación entre poder y hegemonía. El gamonal ejerce
tiránicamente su poder sobre los indios, pero está integrado a la cultura
de sus subalternos, habla su lengua y practica su costumbre.
Es decir se integra dentro del mundo cultural andino,
integrando catolicismo y mitología en una forma eficaz de dominio y hegemonía
que nadie había logrado fuera de él. El gamonalismo no se había identificado
con la raza blanca, pues había gamonales de origen indio, de la antigua nobleza
inca, pero también había gamonales que representaban al amo ausente, ejerciendo
completamente su función.
El gamonalismo por lo tanto era un sistema de opresión
que extrañamente se había integrado al mundo de los oprimidos, y en este
proceso gana por lo menos un relativo consenso.
El gamonal fue la única instancia social en el
desarrollo de la opresión del indio que buscó y logró relativamente la
integración de las dos culturas y a través de esto, el relativo consenso de los
oprimidos.
[1] Las expresiones de la
feudalidad sobreviviente son dos: latifundio y servidumbre. Expresiones
solidarias y consustanciales, cuyo análisis nos conduce a la conclusión de que
no se puede liquidar la servidumbre, que pesa sobre la raza indígena, sin liquidar
el latifundio.
[2].La
herencia colonial que queremos liquidar...(es) la del régimen económico feudal,
cuyas expresiones son el gamonalismo, el latifundio y la servidumbre
[3] Ver arriba nota 28. Otro ejemplo: "Pero en
el Perú no hemos tenido en cien años de república, una verdadera clase
burguesa, una verdadera clase capitalista. La antigua clase feudal -camuflada o
disfrazada de burguesía republicana- ha conserávado sus posiciones".
[5] Seguimos las
investigaciones hechas sobre este período por M. Burga y A.Flores G.
1984:3.Cap.II.Parte.
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