Tasa de Ganancia, Inversión e Informalidad en el Perú
César Risso
LA SITUACIÓN DE LA ECONOMÍA PERUANA, a
pesar de la opinión optimista del presidente Pedro Pablo Kuczynski, es cada vez
más crítica. Los propios intelectuales burgueses lo señalan, aunque con el
evidente ánimo de presentarse como víctimas de una situación que se debe al
exceso de regulación, para finalmente obtener de sus representantes en el
gobierno mayores beneficios.
“En los últimos tres años, es decir entre los años 2014
y 2016, la inversión privada se contrajo en 13% y durante el primer trimestre
del 2017 cayó 5,6%. Un escenario similar presenta la inversión pública, con
-11% y -16,0%, respectivamente.”
“Estos resultados en la inversión privada se explican
en especial por el componente proveniente del sector minero energético. En los
últimos cinco años la inversión minera representó en promedio la quinta parte
de la inversión privada, no obstante, en el 2016 la caída de la inversión
minera fue superior al 40,8%, disminuyendo drásticamente su participación a un
12,3%.”1
Tanto la inversión privada como la
pública han venido cayendo a lo largo de los últimos años. Señalándonos además
que vivimos de la inversión minera, lo cual no es una “virtud” como pretende
hacernos creer el imperialismo y sus seguidores, sino una anomalía de la
economía dependiente peruana.
La
misma situación de desaceleración viene enfrentando la banca.
“El 2017 ya no sería el año de la recuperación de la
banca peruana, como inicialmente se esperaba. La desaceleración económica, los
efectos de El Niño costero y la debilidad del consumo no permitirían un repunte
del crédito este año. En el primer trimestre del 2017 (1T17) las colocaciones
bancarias crecieron 3,2%, casi seis puntos porcentuales menos que en el primer
trimestre del 2016 (1T16), explicó Fernando Dasso, CFO de Credicorp”.2
Esta situación se debe, en lo
inmediato, a la baja de la tasa de ganancia, que corresponde a la ley de la
tendencia descendente de la tasa de ganancia. La burguesía existe y vive por la
ganancia, la cual debe ser cada vez mayor, o máxima. Para lo cual necesitan
explotar cada vez más a los trabajadores.
Esta
ley es consecuencia del propio accionar de la burguesía. Debido a la
competencia (anarquía de la producción), los empresarios individuales se ven
obligados a mejorar la producción a través de la incorporación de maquinaria y
equipo, con lo cual extraen más fuerza de trabajo por unidad de tiempo. Esto
provoca que cada mercancía producida contenga menor cantidad de trabajo
socialmente necesario, y que en consecuencia su valor disminuya.
Al
disminuir la tasa de ganancia, la burguesía no tiene el estímulo para aumentar
la producción, e intenta retirarse de las actividades de menor tasa de
ganancia, a aquellas que rinden una mayor tasa de ganancia, con lo cual
finalmente se enfrentan a la disminución general de la tasa de ganancia.
Así
las cosas, esto es, disminución de la tasa de ganancia, induce a la burguesía a
dejar de aumentar la inversión (un indicador de la inversión es la formación
bruta de capital fijo), con lo cual arrastran a los trabajadores a una
condición de mayor precariedad, que se expresa en el desempleo, y en la
informalidad que tanto crítica la burguesía.
Además,
al incrementar la explotación de los trabajadores de las empresas formales con
la incorporación de nuevas máquinas y equipos, se genera, en el proceso de
formación del precio, una situación en la que parte de la plusvalía, creada por
los informales y las micro y pequeñas empresas, escasa por cierto, pasa a manos
de la mediana y gran burguesía (nacional), y a las manos de la burguesía
imperialista. Con esto se vuelve más precaria aún la situación de los
informales.
En
este marco de desaceleración de la economía nacional, se nos pretende explicar
la informalidad por el exceso de control y regulación económica, y por la
rigidez del mercado laboral. Es decir, según los intelectuales de la burguesía,
hay un gran sector informal en el Perú debido a que el gobierno no liberaliza
el salario, esto es, no elimina el salario mínimo legal, ni permite despedir
sin causa a los trabajadores, además de mantener las gratificaciones y las
vacaciones.
“No es sorprendente entonces que la evidencia
internacional muestre una relación negativa entre el tamaño de la economía
informal y el nivel de ingresos, es decir, países con menor informalidad
típicamente presentan un mayor PBI per cápita. En el caso del Perú, no
obstante, el tamaño de la economía informal es 20 puntos porcentuales más alto
del que sugeriría su PBI per cápita, es decir, habrían otros factores ajenos al
nivel de ingresos que estarían explicando por qué la informalidad es tan
elevada en el país.”
“Las políticas y regulaciones del mercado laboral han
sido tradicionalmente consideradas como uno de los principales determinantes de
la informalidad, principalmente a través de costos laborales excesivos y falta
de flexibilidad laboral. Así, la relación entre el tamaño de la economía
informal y el ratio salario mínimo a valor agregado sobre trabajador (una
medida de la rigidez de las regulaciones laborales) es positivo. Del mismo
modo, la flexibilidad para contratar y despedir presenta una relación negativa
con el tamaño de la economía informal, esto es, mientras menos flexibilidad hay
para ajustar el número de trabajadores, mayor es la informalidad.”3
La situación de desempleo y de
pobreza, causados por el sistema capitalista formal, no aparecen, para la
burguesía, como el origen de la informalidad, como el intento de las personas,
que al no acceder a un empleo, para obtener ingresos, se ven obligados a
iniciar sus propios “negocios”. Y con esta solución personal, sin proponérselo,
crean mercancías que se convierten en bienes-salario, beneficiando finalmente a
la economía capitalista formal, que así puede pagar bajos salarios sin que sus
trabajadores se mueran literalmente de hambre.
En
consecuencia, los reclamos de la burguesía por la disminución de las
regulaciones, que son una forma de llamar a las conquistas de los trabajadores,
se amparan en la informalidad, justificada por sus teóricos, como el resultado
de las trabas como el salario mínimo legal, las gratificaciones, las
vacaciones, etc., que impiden la formalización de estos “negocios”.
Como
se ve, la burguesía no tiene el valor de plantear abiertamente sus necesidades
e intereses, escudándose en los informales para justificar las medidas que les
convienen. Conscientes de la vulgaridad y mezquindad de sus intereses, no se
atreven a plantearlos. Este reconocimiento solapado de la propia burguesía, es
una muestra más de que el sistema capitalista está desahuciado, y que, en
consecuencia, cada día que transcurre pone en evidencia la esencia de la
explotación capitalista, fomentando la elevación de la conciencia de clase de los
trabajadores, y generando la organización política que desplazará a la
burguesía del poder, para sentar las bases del socialismo.
____________
(1) Dr. César Peñaranda Castañeda. “Baja
inversión privada impacta en las importaciones de bienes de capital” http://www.camaralima.org.pe/repositorioaps/0/0/par/edicion778/ed_dig_778.pdf
(2) Informe especial. “Sectores de banca
y seguros no se recuperarían este año”. http://www.camaralima.org.pe/repositorioaps/0/0/par/edicion778/ed_dig_778.pdf
(3)
Miguel Saldarriaga. “Informalidad”. http://www.bcrp.gob.pe/publicaciones/revista-moneda/revista-moneda-169.html
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