Bolivia: Noticia de un Plantón
Con la participación de organismos políticos y
sociales, el día 11 del presente se realizó un plantón en la plaza Venezuela de
la ciudad de La Paz, en repudio a la brutal agresión del Estado terrorista de
Israel al pueblo palestino, y, naturalmente, a la justa lucha de los palestinos
por la defensa de su territorio y de sus propias vidas. El Comité de Redacción
de CREACIÓN HEROICA tuvo presencia
viva en el plantón.
¡Viva el pueblo de Palestina!
¡Abajo el sionismo israelita!
Pronunciamiento del Bloque Juvenil Antiimperialista Frente a la
Sangrienta Invasión Israelí en Palestina
El Bloque Juvenil Antiimperialista, plataforma de
organizaciones antifascistas, antiimperialistas y antipatriarcales, de
formación marxista, expresa su repudio absoluto a las acciones perpetradas por
Israel en contra del Estado de Palestina.
Israel se ha convertido en el dispositivo de acción
militar del imperialismo yankee, cobrando la vida de cientos de hermanos
palestinos a lo largo de los años de cruel y sangriento ataque. La operación
israelita de los últimos días “Borde protector” ya ha superado hasta el 11 de
julio los 100 muertos, de los cuales el 25% han sido niños.
El Vivir Bien y la plenitud de los pueblos sólo son
posibles mediante la autodeterminación de los pueblos, elemento constitutivo de
la política anticolonial del siglo XXI. Palestina es un Estado que tiene el
derecho histórico de ser libre, autodeterminado y de vivir sin violencia.
En Palestina no hay una guerra, en Palestina hoy
existe un ataque unilateral por parte de una potencia bélica, Israel.
El BJA expresa su solidaridad absoluta con el
hermano pueblo de Palestina. La lucha palestina es también nuestra y de
nuestras bocas saldrán los gritos necesarios y alzaremos los brazos en defensa
de la libertad y en contra del imperialismo asesino.
“La necesidad práctica, el egoísmo, es el principio de la sociedad
burguesa y se manifiesta como tal en toda su pureza tan pronto como la sociedad
burguesa alumbra totalmente de su seno el Estado político. El Dios de la
necesidad práctica y del egoísmo es el dinero (…) El dinero es el celoso Dios
de Israel, ante el que no puede legítimamente prevalecer ningún otro Dios. El
dinero humilla a todos los dioses del hombre y los convierte en una mercancía”
Sobre la cuestión judía
Karl
Marx
¡Ningún fundamentalismo religioso puede convertirse
en muerte!
¡Cada gota de sangre derramada en Palestina es
sangre nuestra!
¡Toda nuestra acción es un grito de guerra contra
el imperialismo!
Ni cohetes de Hamás ni amenaza
yihadista global: la clave es la posesión de la tierra palestina
La Verdadera Historia Oculta de Gaza que los
Israelíes no Están Contando Esta Semana*
OK, así pues hasta esta tarde el balance de dos
jornadas de intercambio letal se eleva a 40-0 a favor de Israel. Veamos ahora
la historia de Gaza que no oirá contar a nadie en las próximas horas.
Se trata de la tierra. Los israelíes de Sderot
sufren el fuego de cohetes lanzados por los palestinos de Gaza y ahora los
palestinos están recibiendo su merecido. Claro. Pero, un momento: ¿cómo es que
todos esos palestinos —millón y medio en total— han acabado hacinados en Gaza?
Bueno, pues resulta que sus familias vivieron una vez en lo que ahora se llama
Israel. Y que fueron expulsados —o huyeron para salvar la vida— cuando se creó
el Estado de Israel.
Y resulta también que —se aconseja aquí tomar aire
con una profunda inspiración— las personas que vivían en Sderot a principios de
1948 no eran israelíes sino árabes palestinos. Su aldea se llamaba Huj. Tampoco
eran enemigos de Israel. Dos años antes, esos mismos árabes habían escondido
del ejército británico a combatientes de la Haganah judía. Sin embargo, cuando
el 31 de mayo de 1948 el ejército israelí se plantó en Huj expulsó a todos los
habitantes árabes de la población, ¡a la Franja de Gaza! Y se convirtieron en
refugiados. David Ben Gurion (el primer Primer Ministro de Israel) lo llamó una
"acción injusta e injustificada". Una pena. A los palestinos de Huj
nunca se les permitió regresar a sus hogares.
Y hoy, más de 6.000 descendientes de los palestinos
de Huj —ahora Sederot— viven en la misérrima Gaza entre los
"terroristas" que Israel proclama querer destruir y que disparan
cohetes contra lo que otrora fue Huj. Interesante historia.
Y lo mismo cabe decir por lo que respecta al
derecho de autodefensa de Israel. Lo hemos vuelto a oír hoy mismo. ¿Qué pasaría
si los ciudadanos de Londres fueran bombardeados como lo son los ciudadanos
israelíes? ¿Acaso no devolverían el golpe? Bueno, sí, pero los británicos no
tenemos a más de un millón de antiguos habitantes del Reino Unido encerrados en
campos de refugiados en unos pocos kilómetros cuadrados alrededor de Hastings.
La última vez que se utilizó este argumento falaz
fue en 2008, cuando Israel invadió Gaza y mató al menos a 1.100 palestinos
(tipo de cambio: 1.100 contra 13). ¿Qué pasaría si a Dublín la atacaran con
cohetes?, preguntó entonces el embajador de Israel. Ahora bien, en la década de
1970 la ciudad británica de Crossmaglen, en Irlanda del Norte, sufrió el ataque
de cohetes lanzados desde la República de Irlanda pero no por ello la RAF se
vengó bombardeando Dublín y matando a mujeres y niños irlandeses. En Canadá, en
2008, los partidarios de Israel blandieron el mismo argumento falaz. ¿Qué
pasaría si a la gente de Vancouver o Toronto o Montreal la atacasen con cohetes
disparados desde sus propios suburbios? ¿Cómo se sentirían? Sin embargo, los
canadienses no han empujado a campos de refugiados a los habitantes originales
del territorio canadiense.
Y ahora vámonos a Cisjordania. Al principio
Benjamin Netanyahu dijo que no podía hablar con el "Presidente" palestino
Mahmoud Abbas porque no representaba también a Hamas. Luego, cuando Abbas formó
un gobierno de unidad [con Hamas], Netanyahu dijo que no podía hablar con Abbas
porque se había aliado con la "terrorista" Hamas. Ahora dice que sólo
se puede hablar con Abbas si rompe con Hamas, aunque si lo hace dejará de
representar a Hamas.
Mientras tanto, el gran filósofo israelí de
izquierdas Uri Avnery —90 años de edad y por fortuna tan recio como siempre—,
ha llamado la atención sobre la última obsesión de su país: el peligro de que
Isis lance un asalto hacia el oeste desde su “califato” sirio-irakí y llegue
hasta la ribera oriental del río Jordán.
"Y Netanyahu dijo", según Avnery, que
"si no son detenidos por una guarnición israelí permanente estacionada
allí (en el río Jordán), llegarán hasta las mismas puertas de Tel Aviv".
La verdad, por supuesto, es que la aviación israelí aplastaría a Isis en el
mismo instante en que osara cruzar la frontera con Jordania desde Irak o Siria.
La importancia de eso, sin embargo, es que si
Israel mantiene su ejército en el Jordán (para proteger a Israel de Isis), un
futuro Estado "Palestino" no tendrá fronteras y será un enclave
dentro de Israel rodeado por todas partes por territorio controlado por los
israelíes.
"Igual que un bantustán sudafricano",
dice Avnery. En otras palabras, jamás existirá un Estado palestino
"viable". Después de todo, ¿acaso no es Isis lo mismo que Hamas? Por
supuesto que no.
Pero no es eso lo que le oímos decir a Mark Regev,
portavoz de Netanyahu. No, lo que le dijo a Al Jazeera fue que Hamas era
"una organización terrorista extremista no muy diferente de Isis en Irak,
Hezbollah en el Líbano, Boko Haram ..." Basura. Hezbolá es una milicia
chií que en Siria combate a muerte contra los musulmanes sunitas de Isis. Y
Boko Haram —a miles de kilómetros de Israel— no es una amenaza para Tel Aviv.
Pero usted ya ha captado el concepto. Los
palestinos de Gaza —y, por favor, olviden para siempre a los 6.000 palestinos
cuyas familias son oriundas de Sederot— están aliados con las decenas de miles
de islamistas que amenazan a Maliki en Bagdad, a Assad de Damasco o al
presidente Goodluck Jonathan en Abuja. Más interesante aún: si Isis se dirige
hacia las lindes de Cisjordania, ¿por qué el gobierno israelí sigue construyendo
allí colonias para los civiles israelíes de forma ilegal y en tierras árabes?
Todo esto no tiene que ver solamente con el vil
asesinato de tres israelíes en la Cisjordania ocupada o con el vil asesinato de
un palestino en la Jerusalén Este ocupada. Tampoco con la detención de
numerosos militantes y políticos de Hamas en Cisjordania. Tampoco con los
cohetes. Como de costumbre, el meollo del asunto es la tierra.
*Tomado de la revista digital Rebelión, del 12.07.14.
GAZA
Eduardo Galeano
Para
justificarse, el terrorismo de Estado fabrica terroristas: siembra odio y
cosecha coartadas. Todo indica que esta carnicería de Gaza, que según sus
autores quiere acabar con los terroristas, logrará multiplicarlos.
Desde
1948, los palestinos viven condenados a humillación perpetua. No pueden ni
respirar sin permiso. Han perdido su patria, sus tierras, su agua, su libertad,
su todo. Ni siquiera tienen derecho a elegir sus gobernantes. Cuando votan a
quien no deben votar, son castigados. Gaza está siendo castigada. Se convirtió
en una ratonera sin salida, desde que Hamas ganó limpiamente las elecciones en
el año 2006. Algo parecido había ocurrido en 1932, cuando el Partido Comunista
triunfó en las elecciones de El Salvador. Bañados en sangre, los salvadoreños
expiaron su mala conducta y desde entonces vivieron sometidos a dictaduras
militares. La democracia es un lujo que no todos merecen.
Son hijos
de la impotencia los cohetes caseros que los militantes de Hamas, acorralados
en Gaza, disparan con chambona puntería sobre las tierras que habían sido
palestinas y que la ocupación israelí usurpó. Y la desesperación, a la orilla
de la locura suicida, es la madre de las bravatas que niegan el derecho a la existencia de Israel, gritos
sin ninguna eficacia, mientras la muy eficaz guerra de exterminio está negando,
desde hace años, el derecho a la existencia de Palestina. Ya poca Palestina
queda. Paso a paso, Israel la está borrando del mapa.
Los
colonos invaden, y tras ellos los soldados van corrigiendo la frontera. Las
balas sacralizan el despojo, en legítima defensa. No hay guerra agresiva que no
diga ser guerra defensiva. Hitler invadió Polonia para evitar que Polonia
invadiera Alemania. Bush invadió Irak para evitar que Irak invadiera el mundo.
En cada una de sus guerras defensivas, Israel se ha tragado otro pedazo de
Palestina, y los almuerzos siguen. La devoración se justifica por los títulos
de propiedad que la Biblia otorgó, por los dos mil años de persecución que el
pueblo judío sufrió, y por el pánico que generan los palestinos al acecho.
Israel es
el país que jamás cumple las recomendaciones ni las resoluciones de las
Naciones Unidas, el que nunca acata las sentencias de los tribunales
internacionales, el que se burla de las leyes internacionales, y es también el
único país que ha legalizado la tortura de prisioneros. ¿Quién le regaló el derecho de negar todos los
derechos? ¿De dónde viene la impunidad con que Israel está ejecutando la
matanza de Gaza? El gobierno español no hubiera podido bombardear impunemente
al País Vasco para acabar con ETA, ni el gobierno británico hubiera podido
arrasar Irlanda para liquidar a IRA. ¿Acaso la tragedia del Holocausto implica
una póliza de eterna impunidad? ¿O esa luz verde proviene de la potencia
mandamás que tiene en Israel al más incondicional de sus vasallos?
El
ejército israelí, el más moderno y sofisticado del mundo, sabe a quién mata. No
mata por error. Mata por horror. Las víctimas civiles se llaman daños
colaterales, según el diccionario de otras guerras imperiales. En Gaza, de cada
diez daños colaterales, tres son niños. Y suman miles los mutilados, víctimas
de la tecnología del descuartizamiento humano, que la industria militar está ensayando
exitosamente en esta operación de limpieza étnica.
Y como
siempre, siempre lo mismo: en Gaza, cien a uno. Por cada cien palestinos
muertos, un israelí.
Gente
peligrosa, advierte el otro bombardeo, a cargo de los medios masivos de
manipulación, que nos invitan a creer que una vida israelí vale tanto como cien
vidas palestinas. Y esos medios también nos invitan a creer que son
humanitarias las doscientas bombas atómicas de Israel, y que una potencia
nuclear llamada Irán fue la que aniquiló Hiroshima y Nagasaki.
La
llamada comunidad internacional, ¿existe? ¿Es algo más que un club de
mercaderes, banqueros y guerreros? ¿Es algo más que el nombre artístico que los
Estados Unidos se ponen cuando hacen teatro?
Ante la tragedia de Gaza, la hipocresía mundial se luce una vez más. Como
siempre, la indiferencia, los discursos vacíos, las declaraciones huecas, las
declamaciones altisonantes, las posturas ambiguas, rinden tributo a la sagrada
impunidad.
Ante la
tragedia de Gaza, los países árabes se lavan las manos. Como siempre. Y como
siempre, los países europeos se frotan las manos.
La vieja Europa, tan capaz de belleza y de perversidad, derrama alguna que otra
lágrima mientras secretamente celebra esta jugada maestra. Porque la cacería de
judíos fue siempre una costumbre europea, pero desde hace medio siglo esa deuda
histórica está siendo cobrada a los palestinos, que también son semitas y que
nunca fueron, ni son, antisemitas. Ellos están pagando, en sangre contante y
sonante, una cuenta ajena.
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