lunes, 12 de agosto de 2019

Conmemoración del 93 Aniversario del Nacimiento de Fidel Castro Ruz






Nota:

A continuación publicamos el artículo “Estudiar a Fidel: Balance Para Hacer”, de nuestro colaborador y compañero cubano, Felipe de J. Pérez Cruz, a propósito del 93 aniversario del nacimiento del camarada Fidel Castro Ruz, jefe de la Revolución cubana.

Comité Editorial de Creación Heroica

Estudiar a Fidel: Balance Para Hacer

Felipe de J. Pérez Cruz



Nació el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz (1926-2016), un 13 de agosto, en la finca Birán, perteneciente a la antigua provincia de Oriente, hoy en Holguín. El nuevo aniversario de tan feliz acontecimiento encuentra a Cuba en un trascendente momento de ruptura y negación dialéctica. Ya el Comandante no está con nosotros para brindarnos sus soluciones frente a los nuevos retos, esa ahora es una tarea de todos y todas. Avanza un nuevo modelo de socialismo –en el que sabemos trabajó Fidel-, que acertadamente subraya y realiza en la práctica la continuidad de principios y obra.

Fidel no quiso que lo recordáramos en tarjas y monumentos, ni que nombráramos en su honor instituciones, calles y plazas (1), una Ley de la República refrenda su voluntad (2). Fidel nos dejó explícita la tarea de pensarlo y actuarlo. En tal aprendizaje y praxis colectiva, debemos hallarnos en misión y medios, en precisión de lo que cada revolucionario cubano debe y puede hacer. En tal dirección me interesa compartir los criterios de tarea que me convocan en el orden personal y gremial.

La Revolución Cubana, insistió en señalar con sobrada razón el Comandante en Jefe, es obra de millones de patriotas, de la voluntad, audacia e inteligencia de un pueblo con una historia de más de ciento cincuenta años de lucha. A esta inobjetable verdad apelaba una y otra vez, el líder de la Revolución Cubana cuando de evaluar su papel en la historia se trataba. Y hasta muy recientemente, los historiadores y cientistas sociales cubanos, hemos estado subyugados tanto por el argumento de modestia de Fidel, tan objetivamente real, como la propia realidad subjetiva de sentir al Comandante de todos los cubanos patriotas, como algo tan nuestro y a la vez tan íntimo, que todo intento de “estudio” nos paralizaba, con el temor–como diría Julio Antonio Mella (1903-1929) en sus Glosas al Héroe Nacional José Martí Pérez (1853-1995)- de no hacer lo que su extraordinaria obra y la necesidad de la lucha imponen.

Hoy estamos más preparados para entendemos que la verdad del sujeto colectivo, coexiste con otra no por singular menos objetiva: El protagonismo personal de Fidel realmente es la más significativa peculiaridad de la Revolución Cubana. De fuerza telúrica le han catalogado con las certezas de la realidad y la poesía.

Estudiar a Fidel en su pensamiento y obra, develar y asumir lo grueso y lo fino del legado fidelista, resulta un desafío que abre para los cientistas contemporáneos y las generaciones revolucionarias presentes y futuras un apasionante campo de trabajo. Ahora quienes nos adentremos en el estudio de su figura y pensamiento, tenemos la responsabilidad de ser fieles a su voluntad de modestia, y cuidarnos más que nunca, de la equivocación de convertirlo en icono, en culto y teleología.

El campo para los estudios sobre Fidel

El campo para los estudios es inmenso: Con el pensamiento Martí por guía y estandarte, Fidel interpretó la necesidad histórica y el sentir profundo de las masas populares cubanas, luego de la derrota de un primer intento de revolución republicana en los años treinta del pasado siglo. En vísperas del centenario del nacimiento del Apóstol, emprendió su propio proyecto de lucha popular y antimperialista, frente a la conducción antinacional y corrupción de la política burguesa. La propia praxis revolucionaria en el vórtice de los acontecimientos, le permitirían a Fidel madurar como pensador revolucionario, diseñar y poner en ejecución un novedoso proyecto educativo cultural revolucionario, que forjó en su seno las fuerzas de clase que pusieron fin al capitalismo en Cuba.

En medio de la crisis del sistema demoliberal neocolonial que precipita el Golpe de Estado del 10 de marzo de 1952 y la dictadura de Fulgencio Batista Zaldívar (1901-1973), Fidel inició la insurrección revolucionaria el 26 de julio de 1953. A cinco años, cinco meses y cinco días de aquella primera acción armada, alcanzó la rotunda victoria del 1 de enero de 1959. Fidel se convirtió por sus hechos y la voluntad popular en el líder de la Revolución Cubana.

Desarrolló Fidel las características del héroe popular. La valentía personal y la intrepidez lo caracterizaron y le convierten en una figura de leyenda. Contra Fidel, los gánsteres que de joven enfrentó en la Universidad de La Habana, los servicios criminales de la dictadura, y definitivamente la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y su Entente de terrorismo anticubano, radicada en el territorio estadounidense, planificaron no menos de 650 planes de asesinato, y un centenar de estos fracasaron durante su organización y ejecución (3).

Fidel definitivamente fue un gigante de la Historia: Líder de la insurrección, estratega de las victorias militares y políticas que derrotan a la dictadura y preservan la victoria ante los planes golpistas alentados por el Gobierno de los Estados Unidos, forjador de la unidad ideológica y política, de la ética humanista del socialismo cubano, fundador del Estado Socialista y del nuevo Partido de todos los revolucionarios, educador por excelencia de la vanguardia y del pueblo, artífice de la Revolución Cultural y Educacional Cubana, impulsor de los medulares logros en la ciencia y la tecnología, la salud pública, el deporte y la seguridad social. Desde la segunda mitad del Siglo XX a la fecha, ha marcado la historia política de Cuba, América Latina, África y el mundo.

El Comandante libró con el pueblo patriota, una lucha constante de ribetes épicos, contra el imperio estadounidense. Derrotó a los imperialistas en su política de agresión, bloqueo y terrorismo de Estado. Con la impronta fidelista la Revolución sobrevivió, supo dar felicidad y oportunidades a sus hijos e hijas, porque Fidel no dejó espacio a la complacencia, y halló fórmulas y caminos para reproducir, crecer y auto perfeccionar su propia obra. Ningún país en la época contemporánea ha sido sometido a un bloqueo genocida y a la agresión terrorista, de la magnitud del que vencemos día a día los cubanos, y Fidel es el genio y el símbolo de esa proeza.

Primero que los dirigentes de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), Fidel percibe el agotamiento de los mecanismos económicos y políticos del modelo soviético, y desarrolla en la Cuba de 1985-86, la revolución conceptual, profunda y abarcadora del proceso de rectificación de errores y tendencias negativas. Cuando la labor enemiga externa y la traición a la URSS de sus máximos líderes, aceleran la implosión del sistema soviético, su derrota y desaparición, Fidel se convierte, en el más alto paladín de la resistencia y el optimismo histórico. Una vez más se situó a la vanguardia y condujo la nueva epopeya de la resistencia en el período especial, con sus batallas de hechos, ideas y resultados. Por vivirlo no nos percatamos: Con Cuba, Fidel salvó la idea, la esperanza, la validez del proyecto socialista en este hemisferio.

Con el liderazgo de Fidel, el país alcanzó una dimensión internacional que hasta hoy asombra. Fundador de la diplomacia revolucionaria, colocó los principios de dignidad, independencia, soberanía, antimperialismo, internacionalismo socialista y solidaridad de nuestro pueblo, como valores supremos en la conducción de las relaciones internacionales, en un mundo que se media por correlaciones de fuerzas militares y económicas. En su ejercicio de política exterior revolucionaria, asumió una posición de reconocido liderazgo, en defensa de los pueblos del llamado Tercer Mundo, contra las políticas colonialistas, neocolonialistas y de globalización neoliberal. Los cubanos y cubanas con la convocatoria de Fidel, desarrollaron colosales campañas de internacionalismo, solidaridad y colaboración, sin antecedentes ni émulos en la historia universal.

El balance de conocimiento que nos debemos

En las Ciencias Sociales cubanas nos debemos un buen balance sobre lo que hemos hecho sobre Fidel. El conocer lo que tenemos y el saber lo que nos falta resulta imprescindible. En lo que ese balance se realiza, me permito compartir mis evaluaciones.

En vida de Fidel se avanzó notablemente en la biografía y la sistematización temática de sus discursos y documentos. Y comenzamos aún muy tímidamente a explicarnos a Fidel. Expresé entonces mi criterio sobre la importancia de hacer y publicar más biografías, en particular profundizar en la Guerra de Liberación, y en las etapas posteriores al triunfo de enero de 1959, hoy reitero esa necesidad. Luego del deceso de Fidel, hemos asistido a una enriquecedora profusión de testimonios, reacción esta que debe continuar estimulándose, y sobre todo preservar y archivar en todos los soportes posibles.

Las biografías, las compilaciones de discursos y escritos y los testimonios, constituyen importantes aportaciones, pero no agotan la expectativa y necesidad de conocimiento y rescate de la memoria colectiva sobre el Comandante en Jefe, más bien repotencian la avidez de saberes: Lo avanzado nos permite pasar de la constatación, al estudio de interpretación y creación, a la develación de las claves personológicas, ideológicas, filosóficas, históricas, educacionales y culturales, siempre éticas y políticas que hicieron posibles los aportes de Fidel.  Se precisa completar y proyectar los esfuerzos realizados, con estudios historiográficos, filosóficos, pedagógicos, multi y transdisciplinares de más amplio espectro.

La perspectiva martiana con la que Fidel se acercó al marxismo, le posibilitaron arribar al socialismo científico desde un fuerte sustrato axiológico, y le permitieron sustraerse de las vulgarizaciones economicistas y dogmatizantes que predominaban en la teoría y la práctica del PCUS y de los partidos comunistas de la época. La teoría y la praxis fidelista en la consolidación del socialismo cubano, los debates que ello suscitó dentro y fuera del país, y lo que nos sugiere para nuestra contemporaneidad, resultan zonas casi inexploradas en los estudios sobre Fidel.  Esta tarea tiene antecedentes importantes en iniciativas como los Talleres “Fidel Castro Ruz: Pensamiento Sociopolítico” realizados en el Instituto de Filosofía (1995-1999), pero la acción de inteligencia colectiva carece de respuestas de continuidad, profundidad y masividad.

Existe consenso en considerar que el socialismo en el siglo XXI, precisa de las fundacionales y de nuevas fuentes: Como lo hizo el leninismo en la época de Revolución de Octubre, el fidelismo -si así decidimos identificar al conjunto del legado de Fidel-, como síntesis histórica y expresión caribeña y latinoamericana del marxismo, posee una vigencia y trascendencia planetaria. Pensar al Comandante en su aporte a la prospectiva del socialismo cubano y americano resulta responder a un reto impostergable.

Aprecio que en el campo pedagógico crecen los estudios fidelistas, pero en otras ciencias no percibo similar dinamismo. Falta un programa nacional de ciencia que se dedique a estudiar al Comandante. No conozco cuántos proyectos asociados a los programas nacionales fijan su atención en la figura de Fidel, su pensamiento y obra. Tampoco poseo la cifra de cuántos proyectos institucionales, de cuántas tesis de doctorado, maestría y licenciatura dedicamos a Fidel. Que carezcamos a lo mínimo de un balance de lo hecho, es ya una debilidad de partida. Tampoco contamos con un inventario de lo que transcurre y su perspectiva.

No podemos continuar sin evaluar cuanto de positivo nos pueden aportar los estudios hechos en el exterior. En su precisión, tener bien definidas cuáles son las claves del ataque enemigo, y no me refiero a la bazofia que publican los mercenarios pagados por la mafia cubano americana y la más recalcitrante derecha mundial, sino a las elaboraciones que se producen por nuestros adversarios en el campo ideológico cultural, las que se pagan y maduran en los laboratorios de las agencias de la subversión, y están diseñadas para el consumo de la academia cubana e internacional, las que pretenden hacerse del espectro informativo y formativo dentro y fuera del país, con el engaño de pretendidas asepsias e imparcialidades “científicas”. 

El movimiento de Cátedras de estudio que ha surgido a partir de la desaparición física de nuestro líder, posee potencialidades para asumir las tares de ciencia y conciencia que refiero. Se precisa resolver la espontaneidad que aún prevalece en las convocatorias, y trascender lo propiamente honorífico y conmemorativo, pero sin dudas estamos ante un alentador movimiento.

Lo objetivo y lo subjetivo

El libro de Ciencias Sociales es hoy un problema por resolver. A las editoriales llegan numerosos y buenos textos, que no siempre logran su salida editorial. A su vez ocurre que hay libros terminados por las editoriales, que la industria no garantiza imprimir. En este panorama la publicación y promoción de lo que hacen nuestros cientistas sobre Fidel es mínima. Conozco de tesis muy sólidas defendidas en los últimos años que no han encontrado la posibilidad de su edición y promoción masiva. Hay iniciativas de edición en libros electrónicos, pero los costos del soporte digital, las limitaciones en redes y la política de comercialización, entre otros factores, se constituyen en barreras para la divulgación masiva.

Como nuestras editoriales, las revistas -sobre todo las certificadas-, están abarrotadas por la avalancha de excelentes artículos que produce la academia cubana, sobre los más diversos, interesantes y necesarios temas, y tal suficiencia no favorece la proyección y gestión editorial. Una rápida búsqueda sobre el tema de Fidel en los programas de los eventos nacionales e internacionales realizados en Cuba en el último quinquenio, convocados directamente por el Ministerio de Educación Superior (MES), el Ministerio de Educación (MINED), las universidades, el Instituto de Filosofía, el Instituto de Historia de Cuba, la Academia de Ciencias de Cuba (ACC), la Academia de la Historia de Cuba (AHC), la Unión Nacional de Historiadores de Cuba (UNHIC), la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), la Sociedad Económica de Amigos del País (SEAP) y otras instituciones y asociaciones de ciencia, permite listar unos 40 trabajos, de estos, en las revistas en red y en los catálogos disponibles, solo encontramos seis, a los que suman los que fueron compilados por Olga Fernández Ríos desde la SEAP, en el libro electrónico Revolución y socialismo en el presente: reflexiones desde el pensamiento y la obra de Fidel Castro (Editorial La Pupila Insomne, La Habana, 2017).

Las dificultades en el “patio” se reproducen a escala en cuanto a la difusión internacional. Ni soñar que las grandes editoriales y las revistas certificadas de las empresas e instituciones académicas financiadas por el capitalismo mundial, aporten sus páginas para publicar sobre Fidel. Las excepciones que hemos logrado confirman “la regla”.

Enfrentamos una colosal maquinaria de dominación y colonialidad de la información y el saber. Los motores de búsqueda en Internet expresan tecnológicamente esa dominación. En inglés y en sitios occidentales están siempre las primeras páginas de cualquier búsqueda. Fidel se conoce en ese idioma y lo primero que siempre se nos oferta es Wikipedia. Al buscar en idioma español también lo primero serán las traducciones tipo Wikipedia. A pesar de tanta discriminación, la red de redes es un espacio de pelea para el pensamiento y la información veraz de la Revolución.
En la batalla por nuestro derecho a informar y educar en Internet, mención especial merece nuestra enciclopedia ECURED, con excelentes artículos en los que se explican la vida y obra de Fidel (https://www.ecured.cu/Categoría:Fidel_Castro; https://www.ecured.cu/Fidel_Castro) La puesta en línea del sitio Web Fidel. Soldado de las Ideas (http://www.fidelcastro.cu) ha representado un importante paso en la divulgación y defensa del  fidelismo. Resulta significativa la atención que presta a Fidel el periodismo y la blogosfera revolucionaria cubana, pero estos mundos digitales por su función y dinámica no pueden sustituir ni el hacer divulgativo ni las misiones del espacio propiamente académico, desafortunadamente esta demanda no ha sido cubierta. La presencia de los cientistas en Internet es pobre, y si de Fidel se trata resulta mínima.

Me congratula que la única bibliografía sería sobre Fidel a la que nos llevan los buscadores de Internet, sea la hecha por los camaradas de esa fortaleza de la ciencia y el pensamiento continental que es el argentino Centro de la Cooperación (https://www.centrocultural.coop/). Me apena que no hayamos sido capaces los cubanos de colocar en red una y diez bibliografías.

Lo decisivo no tiene terceros

Una debilidad en nuestro actual movimiento de ideas y acciones, está en que hay valiosos compañeros que sienten y precisan las necesidades que tenemos de acometer respuestas para una y otras problemáticas, pero esperan que sean otros los que las atiendan y resuelvan. No son pocos los que miran hacia el Partido, el Estado, el Gobierno y sus responsabilidades ineludibles como sujetos colectivos en la dirección de la Revolución.  Soy de los que opina que las soluciones de “terceros”, comienzan con el compromiso y la labor personal que cada cual pueda emprender.  Y que las acciones de la dirección de la Revolución, siempre precisan para su éxito, de la participación, el compromiso y empuje del actor mayor, del que se constituye con la iniciativa y la cohesión de cientos de personalidades protagónicas.

Si de Fidel se trata, invito a incorporarnos a su estudio y promoción, en un hacer colectivo de pensamiento y reflexión. A su vez no puede continuar el hecho triste de que quienes estudian a Fidel y tienen resultados de impacto, no encuentren cómo hacerlos llegar a las bibliotecas escolares, a los centros de documentación, a los maestros y estudiantes, a los cuadros, a nuestro pueblo que está ávido de saberes y reflexiones sobre su líder.

Desde el trabajo, nos compete además, contribuir a unir, organizar y compartir soluciones, educar y exigir en el respeto y atención que merece el estudio. Como en la mayoría de los frentes de la actividad revolucionaria, aquí se manifiesta la importancia de articular y repotenciar lo que realmente tenemos. Si la ingeniería y el soporte nos respalda, no hay razón para que la Biblioteca del sitio Web Fidel. Soldado de las Ideas, el 9 de agosto del 2019 solo contenga 393 materiales, y que en estos no estén sólidamente representados los resultados de los cientistas cubanos, ni las ponencias que defienden en eventos realizados en Cuba y el exterior, incluso que no se hayan incluido artículos publicados en revistas y sitios que están en la red de redes.

No tardará el sistema de ciencia, los Polos, las universidades y las instituciones académicas, también en este campo, de marcarán un cambio cualitativo. El nudo editoriales-producción pasa por la situación complejísima que agudiza la agresión económica del imperio, y deberá resolverse en lo inmediato, en aquello de lo que no pueda culparse al bloqueo. Las publicaciones en red solo precisan de la gestión en y desde los equipos de edición y los órganos de validación científica. Sé de un regalo precioso en el que trabajan desde hace meses directivos, constructores, museólogos, documentadores e investigadores del legado fidelista… Esperemos las buenas noticias haciendo!

Para qué estudiar a Fidel

Resulta fundamental que comprendamos que la investigación y el estudio de la vida y obra del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, no puede ser un fin en sí mismo. El nuevo conocimiento se precisa para fortalecer la Historia, la memoria y el análisis táctico-estratégico, para que Fidel perviva y continúe acompañándonos con su sabiduría, para estar orgullosos y comprometidos, exhortándonos a pensar propositivamente, a luchar contra nuestros errores, a mantener incólumes los principios martianos y comunistas de justicia social, emancipación y dignificación humana, para crecer y vencer.

Notas:
(1)        Fidel fallece el 25 de noviembre de 2016.
(2)        El 27 de diciembre de 2016 fue aprobada por la Asamblea Nacional del Poder Popular la Ley sobre el uso del nombre y la figura de Fidel Castro Ruz.
(3)        Los servicios de la Seguridad del Estado cubanos contabilizaron hasta el 2007 un total de 638 intentos de asesinato contra Fidel.

jueves, 1 de agosto de 2019

Cine




Los Combates de Rosetta

Santiago Ibarra




Introducción

ROSETTA ES UNA PELÍCULA DE LOS HERMANOS belgas Jean Pierre Dardenne y Luc Dardenne, estrenada en 1999. El largometraje ha obtenido, entre otros premios, la prestigiosa Palma de Oro del Festival de Cannes de ese año. La actriz que interpreta a Rosetta, Emilie Dequenne, obtuvo en el mismo evento, el Premio a Mejor Actriz por su más que memorable actuación.

La película cuenta la historia de Rosetta, una joven de dieciocho años de edad, y su lucha por su sobrevivencia y la de su madre. Muestra al sector pobre de Europa, que coexiste en ese mismo continente con la abundancia, el lujo y el derroche de una minoría. Los Dardenne muestran a una entrañable Rosetta que en cierto momento cruza la frontera de lo permitido, pero que en última instancia hace prevalecer sus principios y su capacidad de “sentir el dolor ajeno”. Es por esa razón que terminamos amando a Rosetta: ella resiste el envilecimiento a pesar de todo y contra todo.

El capitalismo ha producido las mayores desigualdades sociales que registra la historia de la humanidad. Ideológicamente, estas diferencias intentan explicarse mediante la ideología de la meritocracia: los que más riquezas tienen se justifican a sí mismos afirmando que han hecho méritos para que así sea. Desde luego, repetimos, esa explicación es ideológica, esto es, es falsa conciencia, una representación mental distorsionada de la realidad social. Sabemos muy bien que los que más tienen seguirán teniendo más que los demás por mucho que no tengan “méritos”, y que los que menos tienen seguirán teniendo poco por mucho que hagan méritos, como lo ha afirmado el economista burgués Joseph Stiglitz (1).

Los Dardenne están fuera de esa representación ideológica de las causas de las desigualdades sociales. Asumen que existe un sistema económico capitalista deshumanizante que produce víctimas reales, no inventadas. Y, en la misma medida en que la ideología de la meritocracia banaliza la cuestión social, la pobreza y la pauperización de las personas, los Dardenne buscan atacar la indiferencia y hacernos sentir responsables del destino propio y el de la humanidad. Para los Dardenne, notoriamente, las cosas del estómago no son de ninguna manera triviales.

El marco económico, político, social y cultural de Rosetta

Podemos considerar cuatro elementos contextuales para hacernos una mejor idea de la historia de Rosetta: la liquidación del “Estado de bienestar”, la caída del llamado bloque del “socialismo real”, la crisis del sindicalismo, la crisis de la familia y el despliegue sin frenos de la cultura del individualismo. Como se ve, se trata de la liquidación de instituciones que se rigen por una lógica colectiva y de solidaridad en favor de los “mercados” (2).

No es una casualidad que los Dardenne hayan dado vida a Rosetta en 1999. Europa es el escenario de la eliminación de derechos sociales desde fines de la década de 1970. El “Estado de bienestar” tuvo una vida corta, de apenas poco más de tres décadas. La eliminación de derechos sociales básicos es una política sistemática impulsada por las clases dominantes que de esa forma buscan incrementar la tasa de ganancia del capital y darle “competitividad” a las empresas en los mercados nacionales y extranjeros. El capitalismo no se asemeja de ninguna forma a un orden de bienestar, sino todo lo contrario: el capitalismo engendra por fuerza un caos social que se expresa en todos los órdenes de la vida social.

Peor aún. Hacia 1999 el bloque del llamado socialismo real se había desintegrado. Algunos anunciaban el fin de la historia. Otros anunciaban el ocaso de los “metarrelatos”. El movimiento socialista había sufrido una derrota histórica, mayor que cualquier otra en el transcurso de su historia.

La revolución tecnológica y los cambios que se producen en la economía determinan la crisis del sindicalismo. Hay una reducción notoria del proletariado industrial en Europa, un incremento del número de trabajadores en el sector servicios y un creciente número de trabajadores son sustituidos por la tecnología, aunque por otra parte el proletariado ha crecido fuertemente en Asia. Los trabajadores que quedan sin cobertura sindical suelen ser trabajadores precarizados (3).

Veamos muy rápidamente algunos signos de la crisis de la familia. El padre ha dejado de ser el único proveedor de un ingreso monetario, la madre y las mujeres en general han ingresado masivamente al mercado de trabajo, ha aparecido la familia dispersa en dos países con una frecuencia mayor a lo que ocurría en el pasado, y las figuras de la madre soltera y el padre ausente han aumentado significativamente. De acuerdo a especialistas en la materia, la violencia social en sus múltiples formas, fuera y dentro de la familia, está íntimamente vinculada a la precarización del trabajo y al crecimiento de la pobreza.

El régimen neoliberal de acumulación de capital y la revolución tecnológica en curso acentúan la expulsión de millones de trabajadores fuera del espacio productivo. Aumenta el ejército industrial de reserva o, como Marx también lo llamó, la población excedente. Los trabajadores entran en la más implacable competencia entre sí. La desregulación del mercado laboral deja desprotegidos a los trabajadores que serán usados como cualquier otra mercancía. Los ciudadanos ponen a prueba sus principios morales en las más diversas situaciones, y no siempre salen vencedores. Entonces, la desintegración y el caos social se abren paso.

Entre tanto, el discurso dominante busca hacernos creer que las políticas neoliberales persiguen ponernos en sintonía con supuestas leyes económicas que están fuera de las posibilidades de control consciente de las sociedades, conforme lo exigen las necesidades de desarrollo económico-social y de progreso de las grandes mayorías.

Finalmente, en la década de 1990 se asiste a tiempos en los que la cultura del individualismo sustituye a la cultura de la solidaridad. La alienación economicista avanza a paso de galope. Rosetta se desarrolla precisamente en este contexto histórico.

Rosetta: una joven trabajadora representativa de las nuevas generaciones de trabajadores

Rosetta reúne las características del nuevo trabajador. Ella tiene solo dieciocho años de edad y vive en un campamento de caravanas en una zona marginal de Seraing -una ciudad belga-, en condiciones de precariedad. Ella es una trabajadora permanentemente eventual, desorganizada, sin conciencia de clase y sin cultura sindical. Esas son características de la inmensa mayoría de trabajadores jóvenes en Europa y el mundo: están desorganizados y no conocen la cultura sindical, aunque sufren en carne propia los renovados procesos de despojo y la intensificación de la explotación de su fuerza de trabajo, y eso les produce un tipo de conciencia.

Los Dardenne trabajan con la subjetividad de las clases trabajadoras en un momento de ofensiva del capital contra el trabajo. Los personajes de los Dardenne, y Rosetta no es la excepción, no tienen militancia sindical ni política, y el mercado los presiona hacia la angustia y el miedo. Empero, Rosetta muestra una extraordinaria fuerza interna, coraje y valor civil.

Un mundo donde los vínculos humanos se van vaciando de contenido

Las políticas que favorecen la “competitividad” de las empresas tienen graves consecuencias sobre la vida social e individual de las personas. Alientan fuertemente la competencia y el individualismo entre los trabajadores. Los atomizan y fragmentan y eso lleva a los ciudadanos a que pierdan el sentimiento de culpa y de vergüenza y la indiferencia se extiende por el conjunto de la sociedad. Las relaciones sociales entre los seres humanos quedan desprovistas de contenido. El trabajador es más que nunca reducido a un objeto, a una cosa, a una mercancía. El trabajador solo cumple un rol en el proceso de acumulación de capital: crear plusvalor, y de modo creciente, ni siquiera eso de modo directo.

Los personajes de Rosetta son seres individualistas, solitarios y agresivos: la madre de Rosetta, por ejemplo, es alcohólica y para mantener ese vicio tiene sexo con el viejo que administra la provisión de gas y agua para el campamento. Hay conflictos en los que la madre de Rosetta, incluso, amenaza a ésta con un cuchillo. Además, la madre es una carga para Rosetta. El viejo mencionado establece claramente una relación instrumental con la madre aludida. Finalmente, el dueño de negocio de gofres sustituye a Rosetta en su puesto de trabajo por su hijo. Hay degradación moral en los dos primeros y falta de compromiso en el último personaje mencionado.

De otro lado, Rosetta sufre de cólicos repentinos. Ella ha somatizado los desórdenes sociales y familiares. Su cuerpo expresa dolor. Su cuerpo no queda fuera de los efectos de la cosificación de las relaciones sociales.

Pero no todo está perdido. No todo está subsumido a las fuerzas del capital. Hay un vínculo que nace y se desarrolla: el que establecen Rosetta y Riquet. Este le brinda sinceramente su amistad y la ayuda a incorporarse en la empresa donde trabaja haciendo gofres.

El psicoanalista Christophe Dejours señala que la mejor manera de hacer frente a las psicopatologías mentales son los vínculos humanos desarrollados, la solidaridad, el estar juntos, la convivencia. Cuando aumenta la competencia, se disuelven los vínculos humanos, entonces se incrementan las psicopatologías mentales. Por eso, afirma, la cuestión de la solidaridad es una cuestión a la vez social y política (4).

La lucha por obtener un empleo: ser o no ser

En el mundo contemporáneo se ha generalizado el empleo temporal. El empleo estable garantizado por la ley es un asunto del pasado, que según los economistas atenta contra las sagradas utilidades de los empresarios que llaman “competitividad”. Tener un empleo para el trabajador común y corriente es un asunto vital, de ser o no ser, de estar integrado y obtener reconocimiento social, como lo es para Rosetta. No tener un empleo significa caer en el hoyo de la marginalidad social, representada por su madre alcohólica.

Este significado del empleo estable en Rosetta puede verse claramente cuando echada en la cama en la vivienda de su amigo Riquet, se dice a sí misma:

Me llaman Rosetta, me llamo Rosetta. Has encontrado un trabajo, he encontrado un trabajo. Has encontrado un amigo, he encontrado un amigo. Llevas una vida normal, llevo una vida normal. No te caerás al hoyo, no me caeré al hoyo. Buenas noches, buenas noches.

Christophe Dejours ha afirmado que, si el amor es la base de la realización del individuo en el campo erótico, el trabajo es la base de nuestra realización en el campo social, no tanto por la remuneración material como por el reconocimiento social que con él podemos obtener y por el sentimiento de ser parte de un equipo que ese empleo puede traer consigo. En cambio, cuando dominan la precarización, la competitividad, la noción de calidad total, las normas ISO, se abren las puertas al desequilibrio psicológico (5). Es bueno, asimismo, traer a colación que Carlos Marx señalaba que del conjunto de las relaciones sociales que establecen los seres humanos entre sí, las relaciones de producción son las fundamentales (6).

Si se contrae el empleo, y se generalizan el desempleo y el empleo temporal, entonces aumenta la competencia (incluso la “competencia desleal”), no solo entre los trabajadores descualificados, sino también entre los trabajadores cualificados.

La transgresión de la norma moral

La falta de un empleo y de un ingreso exacerban la competencia entre los trabajadores, y, como señalan los Dardenne, al verse muchas veces frente al vacío, es más probable que el trabajador transgreda las normas de convivencia social. Ahora bien, los Dardenne no juzgan al personaje, sino que lo presentan en el dilema moral en el que están insertos, además de empujar al espectador a valorar un problema moral, como sostienen los Dardenne en una entrevista. No existe el mal en abstracto, pues, por encima del conjunto de las relaciones sociales y de las situaciones concretas en las que nos encontramos.

Una escena muestra cuando Rosetta piensa en cruzar la frontera de lo bueno y lo malo, y otra muestra cuando transgrede el valor de la lealtad y la reciprocidad. A la laguna donde ella está pescando llega su amigo Riquet a ofrecerle dinero en calidad de préstamo. Ella le dice que no hace falta. Riquet entonces intenta ayudar a Rosetta a rescatar los cordeles para pescar que había tirado a la laguna. Él se cae y no puede salir del lago. Las fantasías de ella buscan dejar a su amigo ahogarse. Durante un momento, solo lo mira. Solo después le lanza unas ramas grandes para que él se sujete y salga del lago. Riquet finalmente logra salvarse.

Un segundo momento en el que los Dardenne ponen a prueba a Rosetta es cuando ella traiciona a su único amigo, Riquet. Antes de eso, Rosetta había conseguido el empleo en la empresa que hace y vende gofres gracias a su amigo, pero el patrón la saca muy pronto, después de tres días, porque su hijo ocupará ese puesto. Rosetta se desespera y le cuenta al patrón una infidencia: que Riquet hace gofres y los vende secretamente. El patrón despide a Riquet y Rosetta ocupa su lugar.

Riquet luego asedia a Rosetta con su moto increpándole por qué lo hizo. Ella le dirá que quería un empleo.

Rosetta, la lucha por la integridad

Los Dardenne no presentan únicamente los dilemas en los que sus personajes están insertos. Al mismo tiempo, ellos muestran que hay un margen de libertad del que sus personajes hacen uso. Los Dardenne parecen decir: siempre hay una historia distinta que puede ser contada.

Toda la película había tratado de la lucha de Rosetta por conseguir un empleo, que pierde rápidamente para volver a buscar otro nuevamente. Pero resulta que casi al finalizar la película, ella renuncia al empleo que había conseguido siendo desleal a su amigo Riquet. Ella toma una decisión difícil, pues no tiene ninguna otra fuente de ingreso. Rosetta dice con su conducta que es mejor mantenerse lejos de las miserias de este mundo (miseria que puede condensarse en el lema "todos los medios son buenos para conseguir un fin determinado", sean cuales sean las consecuencias), pero eso tiene un costo alto: ella se queda sin empleo y sin ingresos. De modo similar, en su película Dos días, una noche (2014), los hermanos Dardenne cuentan la historia de Sandra (interpretada por Marion Cotillard), quien en un fin de semana debe convencer a sus compañeros de trabajo de renunciar al cobro de un bono de mil euros ofertado por la empresa para que ella pueda quedarse en su puesto de trabajo. Conseguido su objetivo a duras penas, no obstante, Sandra finalmente rechaza la oferta de la patronal de darle un puesto de trabajo luego de que un trabajador eventual cumpliera su contrato. Rosetta y Sandra muestran capacidad de sentir el dolor ajeno y rechazan claramente el sistema y las políticas que ignoran el sufrimiento del trabajador.

El reconocimiento recíproco

Riquet volverá a asediarla con su moto en el campamento de caravanas, mientras Rosetta llevaba un balón de gas a su casa. Riquet no estaba enterado de que Rosetta acababa de renunciar al empleo que había conseguido a costa suya.  En determinado momento, ella tropieza y cae al piso mientras está llorando. Olvidando la traición, Riquet la ayuda a levantarse y Rosetta, dolida, compungida, sollozando, lo mira fijamente. Ella en sus ojos parece reflejar sentimiento de vergüenza, sorpresa y profundo agradecimiento. En ese momento concluye la película.

El gesto de Riquet es significativo. Es el momento en que concluye la rivalidad entre los dos. Termina la atomización y se recompone el vínculo humano. La competencia es puesta a un lado y se abre paso la amistad pura y simple y el reconocimiento recíproco. Se abre paso la humanización de la relación cosificada.

Reflexiones finales

Extrapolando, podemos decir que la alternativa en el corto plazo al capitalismo no puede reducirse a una nacionalización de los medios de producción, sino que se debe trabajar en la creación de verdaderos vínculos humanos dentro y fuera de las familias. Humanizar y enriquecer nuestras relaciones sociales, ese es el fin de la búsqueda de un nuevo mundo. Este es el sentido profundo de la tesis XI sobre Feuerbach de Marx: “Los filósofos no han hecho más que interpretar el mundo de distintos modos, de lo que se trata es de transformarlo”.


Notas:

(2) BOURDIEU, Pierre (1997) “La esencia del neoliberalismo” en Revista Colombiana de Educación, Universidad Pedagógica Nacional, N° 35, II Semestre de 1997.
(3) ANTUNES, Ricardo (2003), Los sentidos del trabajo. Argentina, Ediciones Herramienta.
(5) Idem.
(6) MARX, Carlos (2010) La ideología alemana. Argentina, Editorial Nuestra América.


Reparto:

Rosetta      Emilie DEQUENNE
Riquet       Fabrizio RONGIONE
La madre   Anne YERNAUX

El patrón    Olivier GOURMET

Política



Las luchas del Pueblo y el Proyecto Minero Tía María

César Risso



LA EMPRESA SOUTHERN PERÚ, la filial en el Perú de la empresa mexicana, tiene una historia marcada por los conflictos que ha provocado debido a la contaminación ambiental. Este hecho ha generado el rechazo de los agricultores del valle de Tambo, así como de los trabajadores y pobladores de Arequipa. Es decir, un conflicto localizado en la provincia de Islay se ha extendido a toda la Región Arequipa. Pero el rechazo a la actividad de Southern no se ha quedado en los límites territoriales de Arequipa. Este rechazo amenaza con extenderse a las regiones del sur de nuestro país.

        Estos conflictos han dejado un saldo de más de una decena de víctimas mortales, de pobladores que lucharon por la defensa de un medio ambiente sano para el desarrollo de sus actividades económicas;  asesinatos cometidos por las fuerzas represivas que defienden los intereses de la transnacional. Esto ha transformado el conflicto de una confrontación entre los pequeños productores privados del valle de Tambo con la Southern, en un enfrentamiento entre el pueblo de Arequipa, a los que se suman los pobladores de todas las regiones que se ven afectados por la contaminación provocada por las actividades mineras, que amenaza con convertirse en una protesta nacional, y la empresa Southern y el Estado peruano que protege la inversión minera en nuestro país.

        La contaminación generada por la Southern ha sido reconocida por sus propios directivos:

“[…] existe una desconfianza con Southern Cooper, dado que la empresa mexicana reconoció haber contaminado la bahía de Ite, Tacna, durante 36 años. Operaba en Ilo, Moquegua, con emisiones dióxido de azufre que llegaban a los 365 microgramos por metro cúbico, cuando el límite era de 80.”

“Además, se le acusa de haber contaminado la irrigación Pampa Sitana, en Tacna, mientras que la mina Toquepala podía ocasionar una crisis hídrica en las lagunas de Candarave, en la región mencionada. Southern Perú también tuvo 12 sanciones por parte del Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA).”1

Qué es lo que está en juego para los propietarios de la Southern.2 Por ejemplo, la utilidad de la empresa el año 2018 fue de 1,548.2 millones de dólares. Mientras que el margen neto fue de 21.7% (comparación entre la utilidad neta y las ventas netas). Este margen neto expresa que de cada dólar de venta de la transnacional, esta recibe 0.217 dólares de utilidad neta. O, en otras palabras, de los ingresos por ventas, la transnacional tiene utilidades de un poco más de la quinta parte de estas ventas.

        Esto es precisamente lo que la transnacional teme perder: la posibilidad de seguir con estas elevadas utilidades.


        No obstante la solidaridad y el apoyo a los pobladores de Islay en Arequipa por la situación que vienen enfrentando, hay posiciones encontradas acerca de cómo se debe asumir la inversión minera en nuestro país.

        Una forma de negar la defensa de los intereses de los pobladores que se ven afectados por la actividad minera, es plantear el problema como una contraposición absoluta. Denostar la consigna “agro sí, mima no”, haciendo extensiva a todo el Perú una consigna que se plantea para casos concretos, en lugares donde la minería entra en conflicto con la actividad agrícola, tanto de comunidades campesinas, como en el caso de Conga en Cajamarca, como el de pequeños agricultores privados en el caso de Islay en Arequipa. Esta dilatación de la consigna señalada lo que expresa es la defensa de la actividad minera en todo el territorio nacional, y en consecuencia no es más que una forma velada de defensa de los intereses de la burguesía imperialista en nuestro país.

        Otra forma de negar la lucha contra la actividad minera en el caso de Islay con el proyecto Tía María, consiste en expresar que en dicha zona no hay comunidades campesinas, que lo que hay son pequeños propietarios privados que se dedican a la actividad agrícola. Este argumento no tiene mayor sustento, pues de tratarse el conflicto en estos términos, entonces lo veríamos como el conflicto entre la burguesía imperialista y la pequeña burguesía nativa; justamente lo contrario de lo que sustentan quienes defienden esta posición, pues niegan el derecho a desarrollar la actividad agrícola a los pequeños productores privados, mostrándose a favor de la gran producción minera de la burguesía imperialista.

        Otro argumento es el de que se debe de hacer cumplir la ley. Que por lo tanto, la lucha carece de sentido. Sabemos que el Estado peruano es burgués, que en consecuencia los diversos partidos y movimientos que asumen el gobierno del Estado defienden los intereses de la burguesía nativa y de la imperialista. Que precisamente, la lucha reivindicativa en este caso es para el cumplimiento de la ley. Sin embargo, la búsqueda de ganancia de la burguesía presiona al gobierno de diversas formas para que defienda sus intereses. Pero, ya no se trata solo del cumplimiento de la ley, sino de que el conflicto ha cobrado tal magnitud, que la contraposición en este caso concreto es absoluta.

        En relación a este argumento, algunos creen que hombres de “buena voluntad” y de conocimientos técnicos, con una elevada moral, pueden transformar la situación, y así hacer sostenible la actividad minera. Esto reduce el problema a la lucha electoral, dejando recaer en ciertos individuos la resolución de dicho problema. Esto no es más que subjetivismo.  La base de la solución de este problema está dada por la organización del pueblo no solo de Arequipa, sino a nivel nacional, enfrentando así el problema como una política de tratamiento de la inversión extranjera directa en general, y de la inversión en la actividad minera en particular. Pero esta solución sería parcial. Es decir, sería una solución que enfrenta la contaminación ambiental, pero que no enfrenta la explotación capitalista.

        Otra de las afirmaciones que se hace para negar la necesidad de la lucha contra la actividad minera, es aquella que indica que sin minería regresaríamos a una situación en la cual no habría maquinaria, ni equipo, ni industria, etc., que caracterizan a la sociedad actual. Este intento de ponernos frente al retraso si no se acepta la inversión minera, consiste en cerrar toda alternativa al desarrollo de las fuerzas productivas para obligarnos a aceptar con todas sus consecuencias negativas a la minería; en otras palabras es apoyar la explotación minera.

        Lo concreto en el caso del proyecto minero Tía María de la transnacional Southern, es que afecta de una u otra manera la actividad agrícola en el valle de Tambo; que el conflicto ha desbordado la confrontación entre los pequeños agricultores privados y la empresa; que las víctimas mortales han puesto a los diversos gobiernos y al Estado, del lado de la transnacional, apareciendo esta empresa y el Estado como enemigos de la actividad agrícola y del bienestar de los pobladores de la Región Arequipa.

        Esto ha permitido la organización del pueblo a nivel regional, que se suma a la lucha de las demás regiones del país para enfrentar, por los motivos expuestos, a la inversión extranjera en la actividad minera. Si bien es cierto esta organización y lucha no busca acabar con el capitalismo, sin embargo es la expresión concreta, la forma específica que en estos momentos adquiere la confrontación contra el imperialismo, que nos da la posibilidad de explicar por qué funciona así este tipo de sociedad, por qué el Estado defiende los intereses de la burguesía imperialista, y por qué esta es una lucha permanente.

        Intentar apaciguar esta lucha sugiriendo que en las próximas elecciones se puede elegir mejor, y solucionar así el problema, es hacerle el juego a la burguesía. De lo que se trata es de explicar cuáles son las causas de fondo que provocan estas situaciones, y sobre la base de las luchas concretas orientar a las clases explotadas por la burguesía, imperialista y nacional, hacia el socialismo.
_____________





Nota:
Hoy se cumple exactamente un mes desde que fue enviada al blog VIEJO TOPO la primera parte del artículo cuya tercera y última parte publicamos a continuación, a fin de que fuera publicado en las páginas de dicho blog, que, como es natural, tiene un público lector distinto al de CREACIÓN HEROICA. Por cuanto en tan largo lapso de tiempo la aludida parte no ha sido publicada en dichas páginas, hay que lamentar que en nuestra izquierda todavía exista el recurso de la censura para escamotear el debido debate de ideas, como en el caso que referimos, es decir, para escamotear el debido esclarecimiento de las cuestiones en litigio ante un grupo de lectores que conocen el artículo de J.P. Ballhorn, pero que no han podido conocer la respuesta de nuestro compañero Eduardo Ibarra.

01.08.2019.

Comité de Redacción.

El Maoísmo Nominal de J. P. Ballhorn y Algunas Otras Cuestiones

(Tercera y Última Parte)

Eduardo Ibarra

ARRASTRADO POR SU castración del marxismo, Ballhorn tergiversa el método de Stalin en el estudio del desarrollo histórico de la doctrina del proletariado. Así, dice:

Esto [el marxismo concebido solo como socialismo científico] es lo que comprendió Stalin al momento de definir el leninismo como el marxismo de la época del imperialismo.

(Dicho sea entre paréntesis: Stalin no definió el leninismo como «el marxismo de la época del imperialismo», sino como «el marxismo de la época del imperialismo y de la revolución proletaria». La diferencia entre ambas definiciones es obvia, y había que subrayarla).

        Pues bien, hay que precisar que Stalin no tenía una concepción reduccionista del marxismo como la de Ballhorn. En Los Fundamentos del leninismo, anotó estos conceptos esclarecedores:

Exponer los fundamentos del leninismo no es aún exponer los fundamentos de la concepción del mundo de Lenin. La concepción del mundo de Lenin y los fundamentos del leninismo no son, por su volumen, una y la misma cosa. Lenin es marxista, y la base de su concepción del mundo es, naturalmente, el marxismo. Pero de esto no se desprende, en modo alguno, que la exposición del leninismo deba comenzar por la de los fundamentos del marxismo. Exponer el leninismo es exponer lo que hay de peculiar y de nuevo en las obras de Lenin, lo aportado por Lenin al tesoro general del marxismo y lo que está asociado a su nombre de modo natural. Sólo en este sentido hablaré en mis conferencias de los fundamentos del leninismo.

Quizá la expresión más clara de la alta importancia que Lenin otorgaba a la teoría, sea el hecho de que fuera precisamente él quien asumió el cumplimiento de una tarea tan grande como la de sintetizar, desde el punto de vista de la filosofía materialista, los más importantes adelantos de la ciencia en el período comprendido desde Engels hasta Lenin y de someter a profunda crítica las tendencias antimaterialistas entre los partidarios del marxismo. “Cada descubrimiento trascendental -decía Engels- obliga al materialismo a cambiar de forma”. Es sabido que fue precisamente Lenin quien, en su notable libro “Materialismo y Empiriocriticismo”, cumplió esta tarea en relación con su época.

… es natural que mis conferencias no puedan ser consideradas como una exposición completa del leninismo. Serán tan sólo, en el mejor de los casos, un resumen sucinto de los fundamentos del leninismo. No obstante, estimo útil hacer este resumen, a fin de ofrecer algunos puntos fundamentales de partida, necesarios para estudiar con fruto el leninismo.

Es evidente que en la cita el término teoría está utilizado como sinónimo del término filosofía. Pero lo que hay que destacar de sus líneas es que, contrariamente al torcido entendimiento de Ballhorn, Stalin no concebía el marxismo como un cuerpo de doctrina sin filosofía y sin economía política, aunque a lo largo de su exposición del leninismo no se refiriera a esta última. La cita da cuenta de que para Stalin eran posibles dos tipos de exposición del leninismo: una «completa», que debía comprender los aportes de Lenin al marxismo en el terreno de la filosofía, y otra que debía limitarse a ser «un resumen sucinto de los fundamentos del leninismo», que es precisamente la que realizó el sucesor de Lenin en Los Fundamentos del leninismo, en Cuestiones del leninismo y en la Entrevista con la primera delegación de obreros norteamericanos, «a fin de ofrecer algunos puntos fundamentales de partida, necesarios para estudiar con fruto el leninismo». Cabe agregar que, por cuanto Stalin reconocía la existencia de la economía política marxista (a la que aportó con la formulación de la ley económica fundamental del socialismo), la exposición «completa» del leninismo de la que habló tendría que comprender también los aportes de Lenin a la mencionada parte integrante del marxismo.

Estas constataciones demuestran, pues, que lo que hace Ballhorn es achacarle a Stalin su propia concepción reduccionista del marxismo, es  decir, su propia posición revisionista.

Como se ve, aquí también nuestro articulista apunta alto.

Ballhorn dice:

Estas son las razones por las cuales pienso que una sustentación del maoísmo como nueva, tercera y superior etapa del marxismo tendría que ir más o menos en la línea de acontecimientos que postula Alain Badiou: la Comuna de París, la Revolución de Octubre y la Gran Revolución Cultural Proletaria.

De hecho, con la cita nuestro articulista se refiere a la relación existente entre las condiciones históricas y el desarrollo del marxismo.

Acerca de esta cuestión, Stalin señaló en Los Fundamentos del leninismo:

Marx y Engels actuaron en el período prerrevolucionario (nos referimos a la revolución proletaria) cuando aún no había un imperialismo desarrollado, en un período de preparación de los proletarios para la revolución, en el período en que la revolución proletaria no era aún directa y prácticamente inevitable. En cambio, Lenin, discípulo de Marx y de Engels, actuó en el período del imperialismo desarrollado, en el período en que se despliega la revolución proletaria, cuando la revolución proletaria ha triunfado ya en un país, ha destruido la democracia burguesa y ha inaugurado la era de la democracia proletaria, la era de los Soviets.

En mi libro El desarrollo de la teoría del proletariado (disculpe el lector que me cite en punto al tema), dejé escrito:

El pensamiento de Mao tuvo su cuna en la vieja China punto de convergencia de todas las contradicciones del imperialismo, y se desarrolló no solo en función de esta realidad particular, sino también en función de la realidad de la revolución proletaria mundial. Pero la vieja China no era un país imperialista, como lo era la Rusia zarista de principios del siglo, sino un país semicolonial y semifeudal. En consecuencia, «la tarea a resolver» ahí no era «la lucha contra el capitalismo sino contra las supervivencias del medioevo». Pero, como es obvio, estas condiciones particulares de China eran parte de las condiciones generales del imperialismo, pues, como ha quedado dicho, el imperialismo es una época en que un puñado de países capitalistas avanzados explota a una mayoría de países coloniales, semicoloniales y dependientes, y, precisamente por esto, Lenin señaló que «La revolución social sólo puede producirse bajo la forma de una época que una la guerra civil del proletariado contra la burguesía en los países avanzados con toda una serie de movimientos democráticos y revolucionarios, comprendidos los movimientos de liberación nacional, en las naciones subdesarrolladas, atrasadas y oprimidas.» Por tanto, si la revolución china es la continuación de la revolución rusa en las condiciones de un país semicolonial y semifeudal, el pensamiento de Mao es un desarrollo directo del leninismo, pues sus raíces históricas son las mismas que las de éste. Sobre la nueva democracia es un desarrollo de Dos tácticas de la socialdemocracia en la revolución democrática, y la teoría de la continuación de la revolución en las condiciones del socialismo es un desarrollo de las tesis planteadas por Lenin en su artículo La economía y la política en la época de la dictadura del proletariado. En consecuencia, es correcto señalar que la teoría y la táctica de Mao sobre la nueva democracia es un desarrollo de la teoría y la táctica de la revolución proletaria en general, y su teoría y su táctica de la continuación de la revolución en el socialismo es un desarrollo de la teoría y la táctica de la dictadura del proletariado en particular.

Como es evidente, las dos últimas citas dan cuenta de las raíces históricas del marxismo, del leninismo y del pensamiento de Mao. Mientras el marxismo surgió y se desarrolló en la época del capitalismo competitivo y de la preparación del proletariado para la revolución, el leninismo surgió y se desarrolla en la época del imperialismo y de la revolución proletaria.

        Por eso el leninismo

lleva el sello de nuestra época, por cuanto su contenido es la expresión teórica del contenido fundamental y de las tendencias fundamentales del imperialismo y, al mismo tiempo, la expresión teórica del contenido fundamental y de las tendencias fundamentales de la revolución proletaria y de la dictadura del proletariado. (El desarrollo de la teoría del proletariado).

En consecuencia, la definición de Stalin del leninismo como el marxismo de nuestra época no solo es correcta, sino que además da cuenta de que el leninismo es una época en el desarrollo del marxismo. Por esta razón es completamente correcto sostener que el pensamiento de Mao es una etapa del leninismo.

Así pues, las raíces históricas del marxismo no pueden ser reducidas, de forma exclusiva y excluyente, a la Comuna de París, aunque esta experiencia permitiera descubrir la forma política de la dictadura del proletariado; así también, las raíces históricas del leninismo no pueden ser reducidas, de forma exclusiva y excluyente, a la Revolución Rusa, aunque esta experiencia permitiera el desarrollo de la teoría marxista de la revolución proletaria y de la dictadura del proletariado; igualmente, las raíces históricas del pensamiento de Mao no pueden ser reducidas, de forma exclusiva y excluyente, a la Revolución Cultural Proletaria, aunque esta experiencia demostrara la validez de la teoría maoísta de la continuación de la revolución bajo la dictadura del proletariado, verdadero desarrollo de la teoría marxista-leninista de la revolución proletaria y de la dictadura del proletariado.

Estas aclaraciones son justas y pertinentes debido al hecho de que el leninismo es el marxismo de nuestra época, y a que, por lo tanto, solo en este marco conceptual queda explicada su definición como «la teoría y la táctica de la revolución proletaria en general, la teoría y la táctica de la dictadura del proletariado en particular.»

Esta última definición del leninismo tiene, como es obvio, el valor de expresar la centralidad de la revolución proletaria y de la dictadura del proletariado en el cuerpo entero del marxismo.

[La] centralidad de la teoría y la táctica de la revolución proletaria tiene su explicación. La concepción marxista del mundo tiene como principio suyo la dialéctica materialista. Precisamente, el mérito imperecedero de Marx y Engels en el campo filosófico fue incorporar la dialéctica al materialismo… fundando así el materialismo dialéctico y la concepción materialista de la historia. En el postfacio a la segunda edición de El Capital, Marx escribió que su método, es decir la dialéctica, es «… crítica y revolucionaria por esencia…». Y es así, sin lugar a dudas, pero, como es lógico, solo a condición de que se le aplique. Justamente, al aplicar este método a las condiciones del capitalismo y de la lucha de clase de la época preimperialista, Marx y Engels fundaron la economía política marxista y el socialismo científico, teoría y programa de la revolución proletaria y de las condiciones de su realización y, por consiguiente, método de lucha por la emancipación del proletariado. La emancipación del proletariado y, en general, de la entera humanidad, no se decide, como es evidente, en el terreno de la filosofía, sino en el de la política. El proletariado no actúa, pues, como filósofo colectivo sino como político colectivo, aunque es indudable que su filosofía revolucionaria sirve a su política revolucionaria, o, para decirlo de otro modo, que la filosofía marxista sirve para transformar el mundo, pero a condición de ser mediada por la acción política del proletariado. Este hecho demuestra la centralidad de la lucha política en la praxis marxista, y esta centralidad determina la centralidad de la teoría de la revolución proletaria y de las condiciones de su realización en el cuerpo entero de la teoría proletaria… El socialismo científico le remarcó al proletariado la vía práctica que conduce a la expropiación de los expropiadores y a la dictadura del proletariado como punto necesario de transición para la extinción de las clases, la lucha de clases y el Estado. Si en el estudio del desarrollo del marxismo se pusiera el acento en los aportes a la filosofía marxista y no en la teoría de la revolución proletaria, se estaría privilegiando la interpretación del mundo sobre su transformación, cuando de lo que se trata es de transformar el mundo, tal como señaló Marx en su onceava tesis sobre Feuerbach. Por eso, Stalin consideró la teoría de la revolución proletaria en general y la teoría de la dictadura del proletariado en particular, como el lugar donde centralmente hay que ir a buscar el desarrollo del marxismo. (El desarrollo de la teoría del proletariado).

Ciertamente todo marxista tiene que reconocer, en el corpus del marxismo, la centralidad de la teoría y la táctica de la revolución proletaria en general y de la dictadura del proletariado en particular. Pero, como se ha visto, Ballhorn, retorciendo la definición del leninismo como el marxismo de nuestra época, cree que su definición como «la teoría y la táctica de la revolución proletaria, etcétera» expresa todo el leninismo, todo el marxismo, y, de esta forma, reemplaza la centralidad  de la revolución proletaria y la dictadura del proletariado por una consideración exclusiva de aquella teoría y de aquella táctica.

        Como se ve, aquí también nuestro articulista apunta alto.

Ballhorn dice:

La tesis más difundida, por lo menos en el ámbito nacional, es la que sostiene que un “desarrollo” dentro del marxismo significa un desarrollo en sus “tres partes integrantes”.

En cuanto a mí se refiere, debo precisar que en mi libro El desarrollo de la teoría del proletariado señalo que el pensamiento de Mao es un desarrollo del marxismo en sus tres partes integrantes, pero, como puede comprobarlo el lector, en mi argumentación dicha afirmación no aparece como un factor del que haya deducido el desarrollo del marxismo. En mi texto, la precisión de que Mao desarrolló el marxismo en todas sus partes se limita a valorar el peso específico de este desarrollo.

Ballhorn dice que definir el leninismo como el marxismo de la época del imperialismo y de la revolución proletaria, significa condenar al marxismo «a no tener más desarrollos en su historia».

Como se ve, después de aceptar, de la boca para afuera y de forma por demás retorcida, la definición del leninismo realizada por Stalin, ahora nuestro articulista sale con el disparate de que definir el leninismo como el marxismo de nuestra época significa condenar el marxismo «a no tener más desarrollos en su historia».

Este es un golpe bajo contra los adherentes del marxismo-leninismo, pues nadie ha planteado jamás que la definición del leninismo como el marxismo de nuestra época implica que, después de Lenin, no puede haber ningún desarrollo del marxismo o directamente que no ha habido ningún desarrollo del mismo.

Pero el fondo de la cuestión es que de hecho con semejante disparate Ballhorn compromete, en primer lugar, al propio Stalin, autor de la aludida definición, luego a Mao (véase más arriba lo que señaló el jefe de la revolución china a propósito de nuestra época y del leninismo), y finalmente, a todos los marxistas que adhieren al leninismo como el marxismo de nuestra época.

Como se ve, aquí también nuestro articulista apunta alto.

Ballhorn dice:

… en contraposición a la “tesis de las tres partes integrantes”, la “tesis fatalista” y la “tesis nominal”, sostengo la tesis de la concreción histórica, la cual, pienso, es la que empleó Stalin para definir el leninismo como el marxismo de la época del imperialismo, y es la que debemos asumir para fundamentar cabalmente el maoísmo como nueva, tercera y superior etapa. Este método (“tesis de la concreción histórica”), que no es más que el método marxista, es el que debemos emplear en la elaboración de una Defensa del Maoísmo.

La verdad de las cosas, sin embargo, es que «la tesis de Stalin» reside en argumentar el desarrollo del marxismo en función de la ley según la cual el ser social determina la conciencia social: ser social (imperialismo y revolución proletaria) y conciencia social (leninismo) en el caso del marxismo de nuestra época. En otras palabras, en explicar el desarrollo del marxismo a partir del contenido de las diferentes épocas históricas del capitalismo y del contenido histórico concreto de la acción del proletariado.

Pero en su afán de aparecer original (en cuanto a palabras), Ballhorn utiliza una frase, «concreción histórica», para definir el método de Stalin (que tergiversa, como ya se vio) y contraponerlo a lo que llama la «tesis fatalista» (la de Stalin y Mao) y a la tesis «nominal» (la mía, según su óptica torcida).

Pero nada de esto le sirve para salir del mar de confusión en que se encuentra hundido, pues, con aquello de que no obstante ser el leninismo el marxismo de nuestra época, el término maoísmo debe aparecer de todos modos, a fortiori, en la denominación de la doctrina, revela ser partidario de la «tesis nominal», de lo cual, desde luego, no es consciente en absoluto.

En su confusión, Ballhorn pretende que en la fundamentación del leninismo por Stalin, no hay una delimitación entre los conceptos de teoría y táctica, y, por otra parte, que el marxismo no se aplica («Con este concepto de “aplicación”… hay que tener mucho cuidado», dice en su artículo).

Ninguna de estas cuestiones merece una refutación especial. Para el primer caso, basta entender el sentido de la definición del leninismo que se encuentra en Los Fundamentos: «el leninismo es la teoría y la táctica…», conceptos estos dos últimos que, como se ve, aparecen delimitados por la conjunción «y», pero cuya necesaria distinción es escamoteada por Ballhorn con el pretexto de que «una y otra se identifican, son lo mismo»); y para el segundo basta recordar que el marxismo es, al mismo tiempo, una teoría y un método, y que si bien su teoría no siempre es aplicable por igual en todas las latitudes y en todos los climas históricos, en cambio su método es universalmente aplicable. Por eso en su trabajo Sobre la contradicción, Mao habla de «la aplicación del marxismo». Esta exigencia, inherente al método marxista, es cosa que escapa al entendimiento de Ballhorn.

El libro Materialismo y empiriocriticismo es una crítica profunda del empiriocriticismo en sus diversas manifestaciones, una generalización filosófica de los nuevos datos proporcionados por la revolución operada en las ciencias naturales entre fines del siglo XIX y comienzos de XX, una confirmación magistralmente fundamentada del materialismo filosófico como la única concepción y el único método para interpretar correctamente el mundo y transformarlo. En este libro Lenin no expone las leyes de la dialéctica, pero dio ejemplos vivos de aplicación creadora de las mismas en el análisis de la teoría del reflejo, del papel de la práctica en el conocimiento, de la relación entre la verdad absoluta y la verdad relativa, de la inagotabilidad del electrón, etcétera. Por otro lado, en el libro Lenin expuso y defendió los fundamentos del materialismo histórico. En suma, Materialismo y empiriocriticismo representó un cambio en la forma del materialismo filosófico en comparación a la forma que tenía en el Anti-Dühring y en Dialéctica de la naturaleza de Engels. Este hecho habla por sí solo de la importancia y la trascendencia del libro de Lenin.

Pero, víctima de los prejuicios de la filosofía universitaria contra el Lenin filósofo, Ballhorn dice que en Materialismo y empiriocriticismo hay «poca originalidad, desde el punto de vista de la dialéctica y el materialismo».

¿En qué quedamos? Pregunto, porque, como ya está claro, Ballhorn niega la existencia de la filosofía marxista y, no obstante, en lo que acabo de citar de su pluma, la palabra materialismo aparece, como no podía ser de otro modo, como concepto filosófico, y, como se sabe perfectamente, en el marxismo el materialismo es materialismo dialéctico.

Como se ve, aquí también nuestro articulista apunta alto.

La labor de investigación marxista es una cosa muy seria, y la principal cualidad del intelectual marxista es la modestia.

No obstante, Ballhorn se ha referido a todos y cada uno de los trabajos que se han producido en el Perú y en el mundo entero sobre el problema del desarrollo del marxismo y su denominación, en términos de petulante menosprecio:

…se trataba de discursos limitados, poco profundos y carentes de una verdadera investigación [del desarrollo del marxismo].
podía notar una completa fatuidad de dichos sermones [sobre el “maoísmo”].
…me llevó a buscar por primera vez una sustentación del maoísmo como “nueva, tercera y superior etapa del marxismo”, lo cual me dirigió a un destino decepcionante…
… busqué textos públicos, casi no encontré y los que encontré eran igual de esquemáticos y limitados. Ninguno lograba convencerme de ser una verdadera sustentación del maoísmo.
… en realidad no existía un trabajo con la suficiente seriedad…
… La cuestión del desarrollo del marxismo solo puede definirse en su concreción histórica, no en una sentencia asumida como dogma al estilo de quienes dicen “Stalin definió el leninismo como el marxismo de la época del imperialismo”, y con aires de autosuficiencia creen que ya resolvieron el asunto encubriendo en realidad la más vil de las mediocridades (sic).

Después de convertir en escombro literario todo lo que se ha escrito hasta hoy acerca de la cuestión del maoísmo, nuestro articulista da muestras de maloliente pedantería, que, como es sabido, es defecto típico del intelectual pequeño burgués:

un trabajo mucho más extenso y detallado sobre el maoísmo.
… entonces acepté que la fundamentación del maoísmo era un asunto pendiente y pensé que en algún momento alguien debería hacerlo.
  [la solución teórica del problema del desarrollo del marxismo, y específicamente del “maoísmo”, es] una tarea pendiente a la cual sería importante aportar…
la distinción entre “época” y “etapa” del marxismo, entre otras cuestiones problemáticas planteadas por Ibarra, las trataremos en el trabajo extenso y completo sobre el tema que nos convoca.
… si implícitamente hubo hasta hoy un proyecto detrás de mis avances en la teoría marxista, uno de ellos ha sido precisamente el de contribuir a una sustentación cabal del maoísmo. Esto último es algo que se me tornó más claro una vez que mis estudios me llevaron a cuestionar los esquemas heredados por las tradiciones marxistas “militantes” en el Perú, y todo esto adoptó un rumbo definido a partir de la cuestión de la dialéctica.

Desde luego, no es fácil imaginarse cómo, con un arsenal teórico tomado casi enteramente de autores burgueses y revisionistas, con sus desvergonzadas tergiversaciones, con su erróneo planteamiento tanto del problema del desarrollo del marxismo como del problema de su denominación, y, en general, con su demostrada confusión y su evidente confusionismo, Ballhorn podría «contribuir a una sustentación cabal del maoísmo».

Sin haber examinado las flojedades idiomáticas del artículo de Balhorn, pero habiendo esclarecido sus oscuras afirmaciones y revelado sus flagrantes disparates, cabe terminar las presentes líneas dejando sentado que el pretendido «maoísmo» de nuestro articulista, su delirante «maoísmo nominal», no le alcanza para disimular su enfoque sesgado, reduccionista, falseador del marxismo, es decir, no le sirve en absoluto para ocultar su apolillado revisionismo.

24.05.2019.

CREACIÓN HEROICA