martes, 7 de marzo de 2017

Edición Extraordinaria: Día Internacional de la Mujer (parte 1)


El Día de la Mujer


Alejandra Kollontai




¿Qué es el día de la mujer? ¿Es realmente necesario? ¿No es una concesión a las mujeres de clase burguesa, a las feministas y sufraguistas? ¿No es dañino para la unidad del movimiento obrero? Esas cuestiones todavía se oyen en Rusia, aunque ya no en el extranjero. La vida misma le ha dado una respuesta clara y elocuente a estas preguntas.

El día de la mujer es un eslabón en la larga y sólida cadena de la mujer en el movimiento obrero. El ejército organizado de mujeres trabajadoras crece cada día. Hace veinte años las organizaciones obreras sólo tenías grupos dispersos de mujeres en las bases de los partidos obreros… Ahora los sindicatos ingleses tienen más de 292.000 mujeres sindicadas; en Alemania son alrededor de 200.000 sindicadas y 150.000 en el partido obrero, en Austria hay 47.000 en los sindicatos y 20.000 en el partido. En todas partes, en Italia, Hungría, Dinamarca, Suecia, Noruega y Suiza, las mujeres de la clase obrera se están organizando a sí mismas. El ejército de mujeres socialistas tiene casi un millón de miembros. ¡Una fuerza poderosa! Una fuerza con la que los poderes del mundo deben contar cuando se pone sobre la mesa el tema del coste de la vida, el seguro de maternidad, el trabajo infantil o la legislación para proteger a las trabajadoras.

Hubo un tiempo en el que los hombres trabajadores pensaron que deberían cargar ellos solos sobre sus hombros el peso de la lucha contra el capital, pensaron que ellos solos debían enfrentarse al «viejo mundo» sin el apoyo de sus compañeras. Sin embargo, como las mujeres de clase trabajadora entraron en las filas de aquellos que vendían su trabajo a cambio de un salario, forzadas a entrar en el mercado laboral por necesidad, porque su marido o padre estaba en el paro, los trabajadores empezaron a darse cuenta de que dejar atrás a las mujeres entre las filas de «no-conscientes» era dañar su causa y evitar que avanzara. ¿Qué nivel de conciencia posee una mujer que se sienta en el fogón, que no tiene derechos en la sociedad, en el estado o en la familia? ¡Ella no tiene ideas propias! Todo se hace según ordena su padre o marido…

El retraso y falta de derechos sufridos por las mujeres, su dependencia e indiferencia no son beneficiosos para la clase trabajadora, y de hecho son un daño directo hacia la lucha obrera. ¿Pero cómo entrará la mujer en esa lucha, como se la despertará?

La socialdemocracia extranjera no encontró la solución correcta inmediatamente. Las organizaciones obreras estaban abiertas a las mujeres, pero sólo unas pocas entraban. ¿Por qué? Porque la clase trabajadora al principio no se percató de que la mujer trabajadora es el miembro más degradado, tanto legal como socialmente, de la clase obrera, de que ella ha sido golpeada, intimidada, acosada a lo largo de los siglos, y de que para estimular su mente y su corazón se necesita una aproximación especial, palabras que ella, como mujer, entienda. Los trabajadores no se dieron cuenta inmediatamente de que en este mundo de falta de derechos y de explotación, la mujer está oprimida no sólo como trabajadora, si no también como madre, mujer. Sin embargo, cuando los miembros del partido socialista obrero entendieron esto, hicieron suya la lucha por la defensa de las trabajadoras como asalariadas, como madres, como mujeres.

Los socialistas en cada país comienzan a demandar una protección especial para el trabajo de las mujeres, seguros para las madres y sus hijos, derechos políticos para las mujeres y la defensa de sus intereses.
Cuanto más claramente el partido obrero percibía esta dicotomía mujer/trabajadora, más ansiosamente las mujeres se unían al partido, más apreciaban el rol del partido como su verdadero defensor y más decididamente sentían que la clase trabajadora también luchaba por sus necesidades. Las mujeres trabajadoras, organizadas y conscientes, han hecho muchísimo para elucidar este objetivo. Ahora el peso del trabajo para atraer a las trabajadoras al movimiento socialista reside en las mismas trabajadoras. Los partidos en cada país tienen sus comités de mujeres, con sus secretariados y burós para la mujer. Estos comités de mujeres trabajan en la todavía gran población de mujeres no conscientes, levantando la conciencia de las trabajadoras a su alrededor. También examinan las demandas y cuestiones que afectan más directamente a la mujer: protección y provisión para las madres embarazadas o con hijos, legislación del trabajo femenino, campaña contra la prostitución y el trabajo infantil, la demanda de derechos políticos para las mujeres, la campaña contra la subida del coste de la vida…

Así, como miembros del partido, las mujeres trabajadoras luchan por la causa común de la clase, mientras al mismo tiempo delinean y ponen en cuestión aquellas necesidades y sus demandas que les afectan más directamente como mujeres, amas de casa y madres. El partido apoya esas demandas y lucha por ellas… Estas necesidades de las mujeres trabajadoras son parte de la causa de los trabajadores como clase.

En el día de la mujer las mujeres organizadas se manifiestan contra su falta de derechos. Pero algunos dicen ¿por qué está separación de las luchas de las mujeres? ¿Por qué hay un día de la Mujer, panfletos especiales para trabajadoras, conferencias y mítines? ¿No es, en fin, una concesión a las feministas y sufraguistas burguesas? Sólo aquellos que no comprendan la diferencia radical entre el movimiento de mujeres socialistas y las sufraguistas burguesas pueden pensar de esa manera.

¿Cuál es el objetivo de las feministas burguesas? Conseguir las mismas ventajas, el mismo poder, los mismos derechos en la sociedad capitalista que poseen ahora sus maridos, padres y hermanos. ¿Cuál es el objetivo de las obreras socialistas? Abolir todo tipo de privilegios que deriven del nacimiento o de la riqueza. A la mujer obrera le es indiferente si su patrón es hombre o mujer.

Las feministas burguesas demandan la igualdad de derechos siempre y en cualquier lugar. Las mujeres trabajadoras responden: demandamos derechos para todos los ciudadanos, hombres y mujeres, pero nosotras no sólo somos mujeres y trabajadoras, también somos madres. Y como madres, como mujeres que tendremos hijos en el futuro, demandamos un cuidado especial del gobierno, protección especial del estado y de la sociedad.

Las feministas burguesas están luchando para conseguir derechos políticos: también aquí nuestros caminos se separan: para las mujeres burguesas, los derechos políticos son simplemente un medio para conseguir sus objetivos más cómodamente y más seguramente en este mundo basado en la explotación de los trabajadores. Para las mujeres obreras, los derechos políticos son un paso en el camino empedrado y difícil que lleva al deseado reino del trabajo.

Los caminos seguidos por las mujeres trabajadoras y las sufraguistas burguesas se han separado hace tiempo. Hay una gran diferencia entre sus objetivos. Hay también una gran contradicción entre los intereses de una mujer obrera y las damas propietarias, entre la sirvienta y su señora… Así pues, los trabajadores no deberían temer que haya un día separado y señalado como el Día de la Mujer, ni que haya conferencias especiales y panfletos o prensa especial para las mujeres.

Cada distinción especial hacia las mujeres en el trabajo de una organización obrera es una forma de elevar la conciencia de las trabajadoras y acercarlas a las filas de aquellos que están luchando por un futuro mejor. El Día de la Mujer y el lento, meticuloso trabajo llevado para elevar la auto-conciencia de la mujer trabajadora están sirviendo a la causa, no de la división, sino de la unión de la clase trabajadora.

Dejad que un sentimiento alegre de servir a la causa común de la clase trabajadora y de luchar simultáneamente por la emancipación femenina inspire a las trabajadoras a unirse a la celebración del Día de la Mujer.

Escrito en 1913.


El Día Internacional de las Obreras




Lenin

Lo principal y fundamental del bolchevismo y de la Revolución de Octubre en Rusia consiste precisamente en la incorporación a la política de los que sufrían mayor opresión bajo el capitalismo. Los capitalistas los opri­mían, los engañaban y los saqueaban con monarquía y con repúblicas democráticas burguesas. Esta opresión, este engaño, este saqueo del trabajo del pueblo por los capi­talistas eran inevitables mientras existía la propiedad pri­vada sobre la tierra y las fábricas.

La esencia del bolchevismo, la esencia del Poder soviético radica en concentrar la plenitud del poder estatal en manos de las masas trabajadoras y explotadas, desen­mascarando la mentira y la hipocresía de la democracia burguesa y aboliendo la propiedad privada sobre la tierra y las fábricas. Estas masas toman a su cargo la política, es decir, la tarea de edificar una nueva sociedad. La obra es difícil; las mas de haber vivido bajo el capitalismo, pero no hay ni puede haber otra salida de la esclavitud capitalista.

Y no es posible incorporar las incorporar a las mujeres. Porque, bajo el capitalismo, la mitad femenina del género humano esta doblemente oprimida. La obrera y la campesina son oprimidas por el capital, y además, incluso en las repúblicas burguesas más democráticas no tienen plenitud de derechos, ya que la ley les niega la igualdad con el hombre. Esto, en primer lugar, y en segundo lugar -lo que es más importante-, permanecen en la "esclavitud casera", son "esclavas del hogar", viven agobiadas por la labor más mezquina, más ingrata, más dura y más embrutecedora: la de la Cocina y, en general, la de la economía doméstica familiar individual.

La revolución bolchevique, soviética, corta las raíces de la opresión y de la desigualdad de la mujer tan pro­fundamente como no osó cortarlas jamás un solo partido ni una sola revolución en el mundo. En nuestro país, en la Rusia Soviética, no han quedado ni rastros de la desi­gualdad de la mujer y el hombre ante la ley. Una desi­gualdad sobremanera repulsiva, vil e hipócrita en el dere­cho matrimonial y familiar, la desigualdad en lo referen­te al niño, ha sido eliminada totalmente por el Poder soviético.

Esto constituye tan sólo el primer paso hacia la eman­cipación de la mujer. Pero ninguna república burguesa, aun la más democrática, se atrevió jamás a dar ni siquiera este primer paso. No se atrevió por temor ante la sacrosanta propiedad privada".

El segundo paso, el principal, ha sido la abolición de la propiedad privada sobre la tierra y las fábricas. Así, y únicamente así, se abre el camino para la emancipación completa y efectiva de la mujer, para su liberación de la "esclavitud casera", mediante el paso de la pequeña economía doméstica individual a la grande y socializada.

El tránsito es difícil, pues se trata de transformar las normas" más arraigadas, rutinarias, rudas y osificadas (a decir verdad, son bochorno y salvajismo, y no "nor­mas"). Pero el tránsito ha comenzado, se ha puesto inicio a la obra, hemos entrado en el nuevo camino.

Y en el día internacional de las obreras, en innume­rables reuniones de trabajadoras de todos los países del mundo resonarán saludos a la Rusia Soviética, que ha emprendido una obra difícil y pesada hasta lo inaudito, pero grande, de trascendencia universal, verdaderamente liberadora. Resonarán llamamientos optimistas, exhortan­do a no desfallecer ante la reacción burguesa, brutal y a menudo feroz. Cuanto más "libre" o "democrático" es un país burgués, tanto más brutalidades y ferocidades come­te la banda capitalista contra la revolución de los obreros; la República democrática de los Estados Unidos de Norteamérica es, a este respecto, un ejemplo ilustrativo. Pero el obrero ha despertado ya en masa. La guerra imperialista ha despertado definitivamente a las masas dur­mientes, soñolientas y rutinarias tanto en América como en Europa y en la atrasada Asia.

Se ha roto el hielo en todos los confines del mundo. La liberación de los pueblos del yugo del imperialis­mo, la liberación de los obreros y de las obreras del yugo del capital avanza inconteniblemente. La han impulsado decenas y cientos de millones de obreros y obreras, de campesinos y campesinas. Y por eso la causa de la eman­cipación del trabajo del yugo del capital triunfará en el mundo entero.

Publicado el l 8 de marzo de 1921.



Carta de Lenin a Inés Armand del 17 de enero de 1915


Dear friend. Le aconsejo encarecidamente que escriba con más detalle el plan del folleto. De lo contrario quedan muchas cosas confusas. De momento debo expresar mi opinión sobre lo siguiente:

Le aconsejo que suprima en absoluto la «reivindicación (femenina) del amor libre».

Prácticamente, es una reivindicación burguesa, y no proletaria.

En realidad, ¿qué entiende usted por esta reivindicación? ¿Qué se puede entender por una tal reivindicación?

1. ¿Que la mujer se vea libre de todo cálculo de carácter material (financiero) en cuestiones de amor?

2. ¿Que se vea también libre de toda preocupación material?

3. ¿de los prejuicios religiosos?

4. ¿de las prohibiciones del cabeza de familia, etc.?

5. ¿de los prejuicios de la «sociedad»?

6. ¿de la mezquina atmósfera (campesina, o pequeño-burguesa, o intelectual-burguesa) del medio ambiente?

7. ¿de las trabas de la ley, de los tribunales y de la policía?

8. ¿de la seriedad en el amor?

9. ¿de la procreación?

10. ¿la libertad de adulterio?, etc.

He enumerado muchos matices (no todos, naturalmente). Usted, naturalmente, no comprende por esta reivindicación los Nos 8-10, sino los Nos 1-7 o algo así como los Nos1-7.

Mas para los Nos 1-7 es preciso elegir otra denominación, pues el amor libre no expresa con exactitud esta idea.

Y el público, los lectores del folleto comprenderán inevitablemente por «amor libre» algo parecido a los Nos 8-10, incluso a pesar de la voluntad de usted.

Precisamente, porque en la sociedad moderna las clases más locuaces, alborotadoras y «mejor situadas» comprenden por «amor libre» los Nos 8-10, precisamente, por eso dicha reivindicación no es una reivindicación proletaria, sino burguesa.

Para el proletariado, lo más importante son los Nos 1-2, y luego los Nos 1-7, pero esto no es el «amor libre» propiamente hablando.

El quid no está en cómo usted «quiere comprender» subjetivamente este concepto. El quid está en la lógica objetiva de las relaciones de clase en las cuestiones del amor.


Carta de Lenin a Inés Armand del 24 de enero de 1915


Querida amiga:

Pido excusa por mi tardanza en contestar: quise hacerlo ayer, pero estuve tan atareado que no dispuse de tiempo para ponerme a escribirle.

Al examinar el plan de su folleto, opiné que la «reivindicación del amor libre» no era clara, e independientemente de su voluntad y de su deseo (subrayé esto, diciendo: la cuestión reside en las relaciones objetivas, de clase, y no en los deseos subjetivos de usted) es en la presente situación social una reivindicación burguesa, y no proletaria.

Usted no está de acuerdo.

Bien. Examinemos la cuestión una vez más.

Para hacer claro lo que no lo está, enumeré aproximadamente una decena de interpretaciones posibles (e inevitables en el ambiente de lucha de clases), señalando además que, a mi juicio, las interpretaciones 1-7 serán típicas o características para las proletarias, y las interpretaciones 8-10 lo serán para las burguesas.

De impugnar esto, hay que demostrar (1) que estas interpretaciones son inexactas (y entonces hay que sustituirlas por otras o señalar cuáles son las inexactas) o (2) incompletas (y entonces añadir lo que falte) o (3) que no es así como se dividen en proletarias y burguesas.

Usted no hace ni lo primero, ni lo segundo, ni lo tercero.

De los puntos 1-7 usted no trata para nada. ¿Quiere esto decir que usted reconoce (en general) que son justos? (Lo que usted escribe sobre la prostitución de las proletarias y sobre su estado de dependencia: «imposibilidad de negarse», entra de lleno en los puntos

1-7. En esto no hay divergencia alguna entre nosotros

Tampoco pone usted en tela de juicio que ésta es la interpretación proletaria.

Quedan los puntos 8-10.

Usted «no los comprende en parte» y «hace objeciones»: «no comprendo cómo se puede (¡así está escrito!) identificar (¡! ¿?) el amor libre con» el punto 10...

¿Resulta que soy yo el que «identifica», y que usted se ha propuesto vapulearme y pulverizarme a mil ¿Cómo es eso? ¿Qué significa?

Las burguesas entienden por amor libre los puntos 8-10: ésta es mi tesis.

¿La rebate usted? Diga: ¿qué entienden las damas burguesas por amor libre?

Usted no lo dice. ¿Es que la literatura y la vida no demuestran que las burguesas entienden por amor libre eso precisamente? ¡Lo demuestran plenamente! Usted lo reconoce de manera implícita.

Y siendo así, el quid está en la posición de clase de esas gentes; no es menester «rebatir» a esas damas, ello sería ingenuo.

Es preciso establecer una clara delimitación con respecto a ellas y oponerles el punto de vista proletario. Es preciso tener en cuenta el hecho objetivo de que, si no, ellas entresacarán los correspondientes pasajes de su folleto, los interpretarán a su modo, harán que el folleto de usted lleve el agua a su molino, desvirtuarán las ideas de usted ante los obreros, «llevarán la confusión» a los obreros (sembrando entre ellos la sospecha de si no trata usted de inculcarles ideas extrañas a ellos). Para ello cuentan con gran número de periódicos, etc.

Pues bien, usted se olvida por completo del punto de vista objetivo y de clase para pasar al «ataque» contra mí, echándome en cara que «identifico» el amor libre con los puntos 8-10. Extraño, muy extraño.

«Incluso una pasión y unas relaciones fugaces» son «más poéticas y limpias» que los «besos sin amor» de unos esposos (amorales y adocenados). Así escribe usted. Y así piensa escribir en el folleto. Magnífico.

¿Es lógica la contraposición? Los besos sin amor de unos esposos vulgares son sucios. Estoy de acuerdo. A ello es preciso oponer... ¿qué? ... Podría parecer que los besos con amor. Pero usted opone una «pasión» (¿por qué no amor?) «fugaz» (¿por qué fugaz?): resulta, según esta lógica, como si los besos sin amor (fugaces) se opusieran a los besos sin amor de unos esposos... Cosa extraña. ¿No es mejor, para un folleto de divulgación, contraponer el amoral y sucio matrimonio pequeñoburgués-intelectual-campesino sin amor (a que se refiere el punto 6, o el punto 5 de mi enumeración) al matrimonio civil proletario con amor añadiendo, si usted lo desea imprescindiblemente, que también una pasión y unas relaciones fugaces pueden ser sucias y pueden ser limpias)? En el plan de usted resulta no la contraposición de tipos de clase, sino algo así como un «caso», que es posible, naturalmente. Pero ¿es que se trata de casos aislados? De elegir como tema el caso individual de unos besos sucios en el matrimonio y de unos besos limpios en unas relaciones fugaces, este tema es preciso desarrollarlo en una novela  (pues en tal caso todo el quid está en la situación individua1, en el análisis de los caracteres y de la sicología de los tipos dados). Pero ¿en un folleto? Usted ha comprendido muy bien mi idea de que no sirve la cita de Key, diciendo que es «absurdo» intervenir en el papel de «profesores es amor». Precisamente. ¿Y en el papel de profesores es de pasiones fugaces, etc.?

La verdad sea dicha, yo no quiero de ningún modo entrar en polémicas. De buena gana dejaría esta carta y aplazaría el examen del tema hasta el momento de entrevistarnos. Pero yo quiero que el folleto sea bueno, que nadie pueda tomar de él frases que resulten desagradables para usted (a veces basta un garbanzo para descomponer la olla...), que nadie pueda interpretar torcidamente las ideas de usted. Estoy seguro de que también esto lo ha escrito usted «sin querer», y le remito esta carta sólo porque a lo mejor examina usted el plan a la vista de estas cartas con más detenimiento que como resultado de unas conversaciones, ya que el plan es una cosa muy importante.

¿No hay entre sus conocidas una socialista francesa? Tradúzcale (como si fuera del inglés) mis puntos 1-10 y las observaciones de usted sobre la pasión «fugaz», etc., y mírela, escúchela atentamente: esta pequeña experiencia le permitirá apreciar lo que pueden decir personas que ven las cosas desde fuera, cuáles son sus impresiones, lo que esperan del folleto.

Le estrecho la mano y le deseo que sufra menos dolores de cabeza y se restablezca pronto.

V.U.

P.S. En cuanto a Baugy, no sé... Es posible que my friend haya prometido demasiado... Pero ¿qué? Lo ignoro. La cosa está aplazada, es decir, el conflicto está aplazado, no ha sido ventilado. ¡¡Habrá que luchar y luchar!! ¿Se conseguirá disuadirlos? ¿Qué opina usted?

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