viernes, 19 de abril de 2013

Política II



¡Defender el Pensamiento de Mariátegui de toda tergiversación y desarrollarlo en función de la realidad actual!


Acerca del Cuarto Seminario del Revisionismo Peruano


Eduardo Ibarra


Me opongo a todo equívoco.

(J.C. Mariátegui)


EN REALIDAD, SE TRATA DEL SEMINARIO PROMOVIDO por el pequeño grupo revisionista de Ramón García (1). Analicemos, pues, brevemente este evento en algunos de sus presupuestos.

En lo ideológico. Es de conocimiento general que el mencionado grupo ha renegado el marxismo-leninismo, y, por esto, en su base de unidad aparece solamente el  marxismo. Esto quiere decir que sus miembros son “marxistas” no leninistas. Para hacer potable esta negación del marxismo-leninismo, el grupo revisionista falsifica la identidad ideológica de Mariátegui, sosteniendo que fue marxista pero no leninista, y, al mismo tiempo, mixtifica la identidad ideológica del PSP, pretendiendo que no fue un partido marxista-leninista. ES ASÍ COMO EL GRUPO REVISIONISTA UTILIZA A MARIÁTEGUI COMO COARTADA.

¿Qué organización o activista está de acuerdo con esta negación de la verdad universal del marxismo-leninismo? ¿Qué organización o activista está de acuerdo con que el grupo revisionista tergiverse libremente a Mariátegui?

En lo teórico. Mucho se llenan la boca Ramón García y sus repetidores de los términos socialismo  peruano y camino de Mariátegui. Pero ocurre que no hay ni puede haber Socialismo Peruano ni Camino de Mariátegui sin el marxismo-leninismo. MARIÁTEGUI FUE MARXISTA-LENINISTA, Y EL PARTIDO SOCIALISTA DEL PERÚ, SU PARTIDO, FUE UN PARTIDO MARXISTA LENINISTA. En consecuencia, el marxismo-leninismo, aclimatado a nuestra realidad concreta bajo la forma teórica de Pensamiento de Mariátegui y la forma material de Partido Socialista del Perú, es ya una verdad particular que representa la unidad de lo particular y lo universal. Esta unidad de lo particular y lo universal es el contenido del Socialismo Peruano y el centro del Camino de Mariátegui.

Pero, como se ha visto, el grupo revisionista niega el marxismo-leninismo como la base de unidad del proletariado peruano y niega el carácter marxista-leninista del Partido de Mariátegui, es decir, niega dos componentes fundamentales de nuestra realidad particular: el Socialismo Peruano y el Camino de Mariátegui.

¿Qué sería el Socialismo Peruano sin el marxismo-leninismo? Pues un socialismo en el más dilatado sentido de la palabra, que, por esto, sería una amalgama el socialismo reformista y el socialismo marxista. Esta amalgama es, precisamente, el socialismo peruano de Ramón García y sus repetidores. Por eso no es casual que se hayan propuesto celebrar el centenario del socialismo reformista, y no el centenario del socialismo proletario, que tiene su inicio en marzo de 1921 con la escritura del artículo El cisma del socialismo, primer escrito marxista de Mariátegui (2).

¿Qué sería el Camino de Mariátegui sin el marxismo-leninismo como su centro? Pues un camino de Mariátegui mixtificado. Este camino mixtificado es, precisamente, el camino de Ramón García y sus repetidores. Por eso no es casual que sus tergiversaciones del pensamiento de Mariátegui aparezcan como parte de su camino de Mariátegui.

Por eso, en conclusión, su socialismo peruano es más bien REVISIONISMO PERUANO, y su camino de Mariátegui es más bien camino de Ramón García.

¿Qué organización o activista está de acuerdo con la negación del contenido marxista-leninista del Socialismo Peruano? ¿Qué organización o activista está de acuerdo con la mixtificación del Camino de Mariátegui? 

En lo político. Todo marxista sabe que la condición para desarrollar cualquier grado de socialismo, es la dictadura del proletariado. Pero RG y sus repetidores plantean desde hace décadas el llamado “nuevo municipio” como una forma de “germen de socialismo”, siendo que cualquier reestructuración de los municipios no pasa de ser una reforma del Estado burgués en sus bases municipales precisamente, reforma que tiene su fuente de inspiración en la teoría de las “reformas estructurales” del Palmiro Togliatti revisionista (3). Mariátegui fue muy claro cuando sostuvo que “… la praxis marxista… propone precisamente la conquista del poder político como base de la socialización de la riqueza” (4). Pero el grupo revisionista pretende que, bajo la dictadura de la burguesía, los municipios se conviertan en “gérmenes de socialismo”.

¿Qué organización o activista está de acuerdo con esta táctica aparentemente maximalista pero realmente minimalista?

En lo organizativo. Puesto que cualquier partido es siempre la materialización de una doctrina, la negación del marxismo-leninismo ha conducido al grupo revisionista a postular un partido “marxista” no leninista, pero sólo en su nivel secreto, constituido hace más de tres años (5), pues su nivel público, por fundarse todavía, según se dice, en una “presentación pública”, será doctrinariamente heterogéneo.

Así pues, con la negación del marxismo-leninismo, con un Mariátegui falsificado, con el socialismo municipal (léase reformismo) y con la negación del partido de clase, el camino de Ramón García se revela contrario al Camino de Mariátegui.

En el artículo El socialismo peruano, RG dice que el problema de nuestra época (capitalismo o socialismo) “es precisamente la base para sostener el nombre de Partido Socialista” y que “si el socialismo es el llamado a reemplazar el capitalismo, se entiende entonces el porqué del nombre de Partido Socialista”. Pero estas antojadizas afirmaciones constituyen una flagrante falsificación de las razones que tuvo Mariátegui para titular Socialista a su partido, y, al mismo tiempo, una igualmente flagrante tergiversación de las tesis de Marx, Engels y Lenin sobre el nombre del partido del proletariado.

En los artículos El nombre del partido, Una vez más sobre el nombre del partido y algunos otros, esclarecimos las tesis de los fundadores y del jefe de la revolución rusa sobre el nombre del partido proletario, así como las razones que tuvo Mariátegui para titular Socialista a su partido. De este modo quedaron desenmascarados los sofismas de García. Así, su propuesta de un partido socialista se hizo insostenible. Tan insostenible, que, sin que medie ninguna autocrítica (como es costumbre de cualquier egotista), en el artículo ¿Reconstitución, reivindicación, refundación?, negó su propia propuesta con un argumento sesgado y un sofisma: “ahora”, escribió, el nombre de socialista “está comprometido” (argumento sesgado); “se requiere de un nombre propio, siguiendo la pauta de Amauta” (sofisma).

Pero, en el artículo Acerca de la propuesta de un partido minga, desenmascaramos la folclórica propuesta y la sibilina acusación contra Mariátegui en el sentido de no haber seguido la pauta de Amauta al titular a su partido con el nombre no propio de Socialista. Pero, después de un tiempo, sin que medie ninguna autocrítica (como es costumbre de cualquier egotista), empezó a hablar otra vez de partido socialista. Estos bandazos de RG demuestran que está tratando de adivinar, y que adivina muy mal. ¿No era que el nombre de partido socialista “está comprometido”? Este nombre, efectivamente, está comprometido, pero no desde “ahora”, sino desde hace mucho, y, además, está desacreditado: en la escena nacional lo han llevado partidos reformistas como el Partido Socialista de Luciano Castillo y el Partido Socialista Revolucionario y, actualmente, actúan todavía los reformistas Partido Socialista Peruano y Partido Socialista de los Trabajadores. ¿No era que “se requiere de un nombre propio, siguiendo la pauta de Amauta”? Según la óptica de RG en su mencionado artículo, el nombre de partido socialista no es un nombre propio porque no sigue “la pauta de Amauta”. ¿En qué quedamos, pues?

En el artículo Organización: contenido y forma, RG escribió: “La propia experiencia, la propia lucha enseñó a través de la investigación de continuadores, que la Reconstitución se hundía en un círculo vicioso”. “La ‘reconstitución’ ha devenido fiasco en el país”. Estas afirmaciones, con la que su autor pretendía encubrir su fracaso individual, fue objeto de una argumentada crítica en el mencionado artículo Acerca de la propuesta de un partido minga, donde señalamos que “… la Reconstitución es la Reconstitución del Partido Socialista del Perú de acuerdo a la realidad actual, O NO ES NADA”. Por eso, sin que medie ninguna autocrítica (como es costumbre de cualquier egotista), RG vuelve a hablar ahora, por interpósita persona, de reconstitución. Pero así como utiliza los términos socialismo y socialismo peruano no en su significado de clase, proletario, marxista, sino en su acepción más dilatada, amalgamando, por tanto, el socialismo reformista y el socialismo marxista, el término reconstitución no tiene en su retórica el significado de reconstitución del Partido de Mariátegui, sino el de dilución de las organizaciones existentes y su integración en “una organización de proyección nacional”. Esas organizaciones son: PCP-Unidad; PCP-PR; PCP-SL, Partido Socialista Peruano; etcétera, etcétera.

¿Qué organización o activista está de acuerdo con fundar un partido que no tenga como el aspecto general de su base de unidad el marxismo-leninismo? ¿Qué organización o activista está de acuerdo con el uso de la camisa extremadamente sucia del socialismo como nombre del partido? ¿Qué persona está de acuerdo con un partido de dos niveles, es decir, con ser asimilado como parte del nivel público, dirigido despóticamente por el nivel secreto?

Sobre los métodos. Igual que eventos pasados, el que comentamos también da cuenta de los métodos criollos de RG y sus repetidores. Así por ejemplo, entre los organismos convocantes aparecen distintos membretes que representan al grupo revisionista. Estos membretes son: Editorial Signos y Obras, Colectivo Perú Integral, Movimiento Inkari-Ayacucho, Frente Único Regional-Tacna. Este procedimiento busca crear la falsa ilusión de que no son pocos los convocantes, y, al mismo tiempo, busca hacer mayoría para el grupo revisionista en cualquier circunstancia en que alguna cuestión tenga que decidirse por votación entre los organismos convocantes al seminario.

Esto quiere decir que el grupo revisionista no sólo intenta engañar al movimiento en general con su intento de crear la mencionada falsa ilusión, sino incluso a los propios organismos convocantes que no son parte suya: Partido Comunista Peruano, Colectivo Amauta, Coordinadora Alfa y Omega.

Pues bien, el recurso del bluff no es nada nuevo en el grupo revisionista, y tan burdamente lo utiliza, que incluso Miguel Aragón, activista de dicho grupo, lo ha subrayado en relación a otros hechos (6). Como es de conocimiento común, Mariátegui marcó a fuego el uso que hacía Haya del método del bluff: “… acusa la tendencia a cimentar un movimiento… en el bluff y la mentira”. “Al pie de ese documento está la firma de un comité central que no existe, pero que el pueblo ingenuo creerá existente y verdadero. ¿Y es en esos términos de grosera y ramplona demagogia criolla, como debemos dirigirnos al país?” (7).

LO MISMO PUEDE DECIRSE DEL GRUPO REVISIONISTA QUE, COMO ESTÁ VISTO, UTILIZA SIN ESCRÚPULOS EL BLUFF Y LA MENTIRA.

Y no sólo por dicha utilización, sino también porque falsifica el contenido que tienen en Mariátegui los términos socialismo, socialismo peruano, partido de clase, etcétera, y, asimismo, el concepto que encierra el término reconstitución, buscando así engañar a los activistas del movimiento.

La realidad demuestra, pues, de un modo incontestable, que RG y sus repetidores siguen el estilo de Haya de la Torre y no el estilo de José Carlos Mariátegui. Tanto en ocasión de la experiencia del mal llamado Comité 80 como en la experiencia de los tres seminarios anteriores, el grupo revisionista puso en juego sus métodos criollos, pero, como se sabe, fueron oportunamente desenmascarados.

¿Qué organización o persona está de acuerdo con los métodos criollos del grupo revisionista? ¿Qué organización o persona es capaz de asumir la indigna actitud de ser fácil víctima de esos métodos criollos?

Sobre el debate de ideas. En el 2007 el suscrito publicó dos artículos de crítica a ciertas posiciones de RG: El nombre del partido y ¿Mariátegui contra Mariátegui? Alrededor de tres meses después, esa crítica, puntualmente argumentada, fue respondida con una sarta de insultos, sofismas, maniobras, y, como si esto fuera poco, con citas manipuladas, mucha camorra, una clara intención liquidadora y ostentoso egotismo burgués. De este modo RG eludió el debate de ideas y reinauguró un estilo de debate que parecía superado. El objetivo central de RG era causarle la muerte política al suscrito, pero, como se ve, se equivocó absolutamente. En conclusión, RG dio claras señales de sentir un temor inquisitorial a todo debate de ideas.

Después, para disimular, impuso en su grupo la peregrina idea de que el debate es un “pantano” (8), y, de este modo, más de uno de sus partidarios quedó descerebrado.

Mariátegui escribió: “Berl distingue y separa los tiempos de acción de los tiempos de espera, distinción que para el ‘revolucionario profesional, de que habla Max Eastman, no existe. El secreto de Lenin está precisamente en su facultad de continuar su trabajo de crítica y preparación sin aflojar nunca en su empeño, después de la derrota de 1905, en una época de pesimismo y desaliento. Marx y Engels realizaron la mayor parte de su obra, grande por su valor espiritual y científico, aun independientemente de su eficacia revolucionaria, en tiempos que ellos eran los primeros en no considerar de inminencia insurreccional. Ni el análisis los llevaba a inhibirse de la acción, ni la acción a inhibirse del análisis” (9).

Pero, como se ve, la acción inhibe al grupo revisionista del análisis (estudio, examen, debate, polémica). El caso específico de RAMÓN GARCÍA es patético: DESDE HACE CASI CUARENTA AÑOS SE HA MARGINADO DE TODA ACCIÓN.

Pues bien. El asunto es que al calificar de “pantano” el debate de ideas, el grupo revisionista demuestra que no quiere ningún debate, es decir, ningún verdadero debate de ideas. ¿Y cuál es el fondo de esto? Pues que dicho grupo considera que la línea está ya dada por RG, y que lo que les queda a las organizaciones y tendencias es agachar la cerviz, diluirse e integrarse en una organización sin el marxismo-leninismo como el aspecto general de su unidad, con un Mariátegui mixtificado, con una táctica reformista y una dirección secreta, existente desde hace más de tres años, que dirigiría despóticamente a todos los ingenuos que puedan caer en la trampa. Esta organización es el anunciado partido socialista de RG.

¿Y qué significa esto? Significa que si, internamente, el mencionado grupo se caracteriza por el egotismo burgués de RG y el seguidismo y servilismo de sus partidarios, en sus relaciones externas toda su militancia, de arriba abajo, actúa con el más huachafo egotismo. No quiere debatir, sino imponer. Por eso la crítica a sus posiciones es calificada de “murmullo”. Por eso como grupo sigue su camino revisionista.

Obviamente, este egotismo no tiene nada que envidiar al egotismo del PCP-SL, que, en los ochenta, también declaraba que no había nada que debatir y que, como a todo el mundo le consta, siguió su camino aventurero.

Toda la experiencia del mal llamado Comité 80 y los seminarios anteriores son pruebas de los métodos criollos del grupo revisionista y de su destino manifiesto de imponer sus posiciones a organizaciones, tendencias y personas. Ahora mismo, puede leerse en la convocatoria al seminario que se presentará el “Programa de Cambio Social”. Por eso, hay que preguntarse: ¿algunos de los organismos, convocantes o invitados, ha discutido, un minuto siquiera, dicho programa? Evidentemente que no. Adornar el seminario con la propia presencia y engrosar su literatura con alguna ponencia, también es seguidismo. Este seguidismo sirve al plan partidario del grupo revisionista.

¿Qué organización o activista está de acuerdo con que se le impongan las posiciones oportunistas y revisionistas del grupo de RG? ¿Qué organización o activista está de acuerdo en hincarse de rodillas ante el egotismo burgués del grupo revisionista?

Conclusiones. Puesto que el plan partidario del grupo de RG es fundar un partido doctrinariamente heterogéneo, es decir un partido no de clase, es evidente que el uso que hace del término reconstitución es simplemente una trampa.

Puesto que el anunciado partido socialista es concebido, desde más o menos mediados de los ochenta, como producto de una dilución-integración de las diversas organizaciones y tendencias que actúan en la escena nacional, en caso de que, presentado públicamente, no comprenda a la militancia del PCP-Unidad, diluido, a la militancia del Partido Comunista del Perú-PR, diluido, a la militancia del PCP-SL, diluido, a la militancia del Partido Socialista Peruano, diluido, a la militancia del Partido Socialista de los Trabajadores, diluido, etcétera, etcétera, dicha presentación (léase fundación), mañana o en 2018, sería, como es obvio, UN ABORTO, UN FIASCO, UN FRACASO, pues tal presentación se limitaría a ponerle el nombre de partido socialista al grupo revisionista, tal vez reforzado con algunos incautos.

El Socialismo Peruano, es decir el Marxismo-Leninismo Peruano, requiere reconstituir el Partido de Mariátegui de acuerdo a la realidad actual, es decir, requiere de UN PARTIDO DE CLASE BAJO LA FORMA DE PARTIDO DE MASAS, O SEA DE UN PARTIDO ADHERIDO AL MARXISMO-LENINISMO Y AL INTERNACIONALISMO PROLETARIO, CON UNA CONCEPCIÓN CORRECTA DE LA REVOLUCIÓN, UNA ESTRATEGIA REVOLUCIONARIA DE MASAS, UNA MILITANCIA PENSANTE Y OPERANTE Y UN ESTATUS LEGAL.

Los agonistas conscientes de esta tarea histórica pueden reunirse, intercambiar ideas, elegir un Comité de Coordinación y acordar una Agenda. Y debatir como corresponde. Y organizarse políticamente y desarrollar el trabajo de masas, también como corresponde.

10.08.12.

Notas:
[1] Lo de “pequeño grupo” no va como reparo, sino apenas como un dato de la realidad. Para nosotros el número de las diferentes tendencias no es lo principal, y por esto nuestra crítica no gira en torno a esta cuestión cuantitativa, como ocurre en la crítica que hace M. Aragón a las diversas tendencias que han concurrido a los eventos organizados por el grupo revisionista. Nuestra crítica está centrada en lo ideológico-político. Y está limitada al mencionado grupo, a sus métodos criollos, al egotismo burgués, al seguidismo y al servilismo que lo caracterizan, y, al mismo tiempo, a los marxista-leninistas que concilian con el grupo revisionista y van a remolque de su plan partidario.
[2]  El primer número de la revista Nuestra Época vio la luz el 22 de junio de 1918. En la hoja de vida Del Autor, enviada al Congreso Sindical de Montevideo y a la Conferencia Comunista de Buenos Aires de 1929, el maestro señaló: “La orientación socialista de Mariátegui tiene su punto de arranque en la publicación a mediados de 1918 de la revista ‘Nuestra Epoca’…”. Es claro que en esta afirmación Mariátegui utilizó el término orientación socialista en su acepción más dilatada. Por eso precisó, enseguida, que Nuestra Época estuvo “influida”  “… por la ‘España’ de Araquistain…”. (t.13, p.17). En los 7 Ensayos, es más expresiva su precisión: “De Nuestra Epoca (Julio de 1918) se publicaron sólo dos números, rápidamente agotados. En ambos números, se esboza una tendencia fuertemente influenciada por España, la revista de Araquistain…” (p.254, nota al pie). En la ya citada hoja de vida, subrayó por otro lado: “… en Europa [Mariátegui] se ocupó particularmente en estudios de política, economía, sociología, filosofía, etc. De su viaje data su asimilación al marxismo” (t.13, p.16. Las negritas son nuestras). Entonces, mientras por una parte Mariátegui señaló el punto de arranque de su orientación socialista, en el sentido general del término, subrayando que el mismo estuvo fuertemente influenciado por la revista España –cuya ideología era, como se sabe, el socialismo reformista, que le venía de su ligazón con el Partido Socialista Español dirigido por Pablo Iglesias, partido de la Segunda Internacional–, por otra parte subrayó su asimilación al marxismo durante su estadía en Europa, con lo que reveló las circunstancias de su ruptura con su inicial socialismo a lo Araquistain. Es indudable que sin esta ruptura, sin su asimilación al marxismo, sin su socialismo proletario, de clase, revolucionario, no se entendería su lucha por el poder político ni su lucha contra el socialismo reformista, evolucionista, domesticado. En una palabra, no se entendería su Creación Heroica, no se entendería el Socialismo Peruano en su etapa auroral, no se entendería el ulterior desarrollo del Socialismo Peruano. Entonces, celebrar el centenario del mencionado punto de arranque y no la asimilación de Mariátegui al marxismo, es, de facto, celebrar el socialismo reformista y no el socialismo revolucionario; es diluir el socialismo marxista en el socialismo en general; es meter en el mismo saco el socialismo reformista y el socialismo marxista a fin de alcanzar un objetivo oportunista. Este objetivo oportunista es la fundación de un partido socialista, doctrinariamente heterogéneo y dirigido por una pequeña instancia secreta de “marxistas” no leninistas. Para eso celebrar el centenario del socialismo reformista le viene al grupo revisionista como anillo al dedo. Lenin señaló que a Marx y Engels no les interesaba el socialismo en general, sino el socialismo proletario en particular. Esta actitud es la que corresponde a los marxista-leninistas de todo el mundo, y, por esto, estamos interesados en celebrar el Centenario del Socialismo Peruano, es decir, del Marxismo-Leninismo Peruano. Esto no significa que, estudiando la evolución intelectual y política de la sociedad peruana, no podamos hacerlo analizando especialmente las experiencias que hicieron parte de la etapa de socialismo reformista de Mariátegui (Nuestra Época, Comité de Propaganda y Organización Socialista, La Razón, etc.), pues este análisis echa algunas luces que en otra parte hemos reseñado como sigue: “El orientamiento socialista de Mariátegui puede ser dividido en dos grandes etapas: una primera, no marxista, y una segunda, marxista. La primera va de junio de 1918 a los meses iniciales de 1920. Es la etapa del Mariátegui socialista a lo Araquistain. Es la etapa de la revista Nuestra Época, del Comité de Propaganda y Organización Socialistas, del diario La Razón, de la partida de Mariátegui a Europa en octubre de 1919 y de las primeras estaciones de su trayectoria en este continente. La segunda va del segundo semestre de 1920 al 16 de abril de 1930. Es la etapa del Mariátegui marxista. Es la etapa de su artículo El cisma del socialismo, de la “célula de Génova”, de su participación en el Congreso de Livorno, de su activismo en el Partido Comunista Italiano, de su regreso al Perú para fundar “un partido de clase”, de sus conferencias en la UPGP, de la revista Amauta y el periódico Labor, de sus libros 7 Ensayos, Defensa del marxismo, Ideología y Política y El alma matinal y otras estaciones del hombre de hoy, de la fundación del Partido Socialista del Perú y la Confederación General de Trabajadores, de sus tesis presentadas al Congreso Sindical de Montevideo de mayo de 1929 y a la Primera Conferencia Comunista Latinoamericana de Buenos Aires de junio del mismo año, de su moción de afiliación a la Tercera Internacional, etcétera, etcétera, etcétera. Esta creación marxista, teórica y práctica, es la Creación Heroica de Mariátegui”. El análisis de la relación de estas dos etapas no puede hacerse sino desde la perspectiva de su definitiva etapa marxista. ¿Por qué Mariátegui, contrariamente a otros, supo romper con su inicial socialismo reformista y asimilarse al marxismo? ¿Por qué sobre esta base alcanzó a concretar una aplicación vívida del marxismo, su Creación Heroica? La revista Nuestra Época, el Comité de Propaganda y el diario La Razón son otras tantas estaciones del socialismo reformista de Mariátegui, pero en conjunto constituyen una etapa que fue superada por medio de una ruptura. Por tanto, esta etapa –inicial, transitoria, efímera– tiene una importancia relativa, pues su examen permite esclarecer: 1) los elementos componentes de las estaciones, relativamente largas y relativamente cortas, que se sucedieron hasta el momento en que el maestro se asimiló a la doctrina de Marx; 2) las cualidades morales e intelectuales que le permitieron dar este trascendental salto”. “Es posible que subrayar el socialismo reformista de la revista Nuestra Época, del Comité de Propaganda y del diario La Razón, resulte un escándalo para algunos, pero sólo porque su visión de la trayectoria de Mariátegui no distingue entre socialismo reformista y socialismo marxista, o, para decirlo de otro modo, porque diluyen el socialismo marxista en el socialismo en general. El solo hecho de pretender pasar el centenario del socialismo reformista por el centenario del Socialismo Peruano prueba la verdad de nuestro aserto”. “Hay, pues, quienes ven la continuidad en la trayectoria ideológica y política de Mariátegui (emoción social, ética, actitud de servir al proletariado, consecuencia con las luchas de las clases trabajadoras, capacidad de encontrar la verdad en los hechos), pero no son capaces de captar la discontinuidad que hay en la misma (ruptura con el socialismo reformista y adhesión al marxismo), o, en todo caso, no son capaces de captar el hecho de que lo verdaderamente trascendental en la vida de Mariátegui no fue su inicial y transitorio socialismo reformista, sino su definitivo socialismo marxista, su Creación Heroica, su Socialismo Peruano, el cual, por ser tal precisamente, abrió por primera vez en nuestra historia la posibilidad real de la lucha por el poder. No porque Mariátegui desempeñara un papel de primer orden en las tres experiencias mencionadas en este parágrafo, el socialismo reformista que las caracterizó deja de ser socialismo reformista. Pero también, no porque su inicial socialismo fuera reformista, su Creación Heroica no va a tener la trascendencia que tiene”. “Mariátegui tuvo una posición especial en el socialismo reformista. Con César Falcón, Humberto del Aguila, Fausto Posada y otros activistas, constituyó el ala izquierda de este socialismo, y desde ella combatió el colaboracionismo de algunos personajes. Esta constatación no tiene una importancia menor en la trayectoria del maestro”. “[La verdad de su inicial socialismo a lo Araquistain], no impide reconocer que en [esta] estación… Mariátegui tuviera juicios dignos de atención y hasta de asimilación. La capacidad de encontrar la verdad en los hechos no es exclusiva de los marxistas ni mucho menos”. Pero, como puede entenderlo cualquier persona, señalar estas cuestiones es algo completamente distinto a la pretensión de diluir el socialismo marxista en el variopinto socialismo en general, es algo completamente distinto a la intención de celebrar el centenario del socialismo reformista, y no el Centenario del Socialismo Marxista.
[3]  Ver Una vez más sobre las divergencias entre el camarada Togliatti y nosotros, en Proletarios de todos los países, uníos para luchar contra nuestro enemigo común, ELE, Beiging, 1963, pp.263-315.
[4] Defensa del marxismo, p.26. Las elipsis son nuestras.
[5] Miguel Aragón, activista del grupo revisionista, no obstante el tono de reproche de sus términos, ha hecho una confesión que es toda una confesión de parte: “En toda esta confusión, que ellos han armado y en la cual se debaten, están entremezclando su intrascendente “Conferencia Consultiva Política”, con su llamamiento a crear un nuevo partido, o mejor dicho, a formalizar abiertamente, la constitución del partido que ellos ya formaron el 6 de febrero [de 2009], en aplicación de la propuesta de Ramón del partido de dos niveles: uno “secreto”, y otro “de masas y de ideas”. (Revisar folleto del 7 de octubre de 2008)”. “En la red hay abundante material que confirma esta hipótesis, y es fácilmente demostrable, incluso identificando a quienes han incluido en el primer nivel y en el segundo nivel. (…). Los que estamos en esa relación (preparada expresamente por Ramón) de más de 20 nombres, según ellos, conformamos “el partido de masas y de ideas”… ¿Y quiénes conforman el partido secreto constituido el 6 de febrero? La respuesta es muy fácil deducirla, son precisamente…, seguidos de los sumisos peones ya conocidos. A… le han asignado la tarea de divulgar los documentos de Ramón entre lo que ellos consideran “el partido de masas y de ideas”, y a otra persona, le han encargado divulgar los mismos documentos, entre los miembros del “partido secreto”. En computación eso se llama “comandos por defecto” (carta a Luis Miguel del 28.10.09. Las elipsis son nuestras, y dan cuenta de nuestra actitud de no mencionar los nombres mencionados en la carta citada). Ciertamente, huelgan comentarios. 
[6] Por ejemplo en relación al llamado “Congreso Político Consultivo del Pueblo Peruano”, al cual asistieron alrededor de veinte personas, ¡y todas ellas del grupo revisionista!
[7] Martínez de la Torre, Apuntes para una interpretación marxista de historia social del Perú, t.2, Lima, 1972, p.292. Las elipsis son nuestras.
[8] Puede ser un pantano para quienes consideran que si analizan, debaten, discuten, no pueden ya actuar. Pero en el movimiento marxista el principio es integrar teoría y práctica, y, por esto, a los agonistas de la revolución ni el análisis los lleva a inhibirse de la acción, ni la acción los lleva a inhibirse del análisis.
[9] Defensa del marxismo, p.118. Las negritas son nuestras.




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