Notas Sobre la Creación Heroica de
Mariátegui II
(En
el 90 Aniversario de la Creación Heroica de Mariátegui)
Eduardo
Ibarra
I
En
el editorial Aniversario y Balance,
Mariátegui señaló: “No queremos, ciertamente, que el socialismo sea en América
calco y copia. Debe ser creación heroica. Tenemos que dar vida, con nuestra
propia realidad, en nuestro propio lenguaje, al socialismo indo-americano. He
aquí una misión digna de una generación nueva” (1). Como es evidente,
Mariátegui se refiere aquí al socialismo tanto como teoría (marxismo) cuanto
como realización práctica (movimiento socialista, sociedad socialista). Por
consiguiente, si el término Creación Heroica
designa el producto, teórico y práctico,
de la aplicación vívida del marxismo, el término derivado Creación Heroica de Mariátegui designa el Pensamiento Marxista
de Mariátegui, en su doble cualidad de reflejo y objetivación. Este es el
significado especial, de clase, que tiene el término Creación Heroica, de
usanza entre los marxistas peruanos, así
como el término derivado Creación
Heroica de Mariátegui, utilizado para designar el producto original de la
aplicación del marxismo a nuestra realidad concreta.
En la Advertencia a los 7 Ensayos, Mariátegui escribió: “Tengo una declarada y enérgica
ambición: la de concurrir a la creación del socialismo peruano” (2). Por cuanto
aquí la palabra socialismo está utilizada con el mismo significado especial, de
clase, que en Aniversario y balance,
la cita prueba, igual que la anterior, que los términos Creación Heroica de
Mariátegui y Socialismo Peruano tienen el mismo contenido ideológico,
sencillamente porque el Socialismo Peruano no sería tal si no es Creación
Heroica, es decir, si no es aplicación vívida del marxismo.
Pero así como en estos
dos casos ejemplares Mariátegui utilizó el término socialismo en su acepción
especial de clase, en otras ocasiones lo utilizó en su acepción más dilatada.
Así procedió, verbigracia, en la conocida nota Del autor: “La orientación socialista de Mariátegui tiene su punto
de arranque en la publicación a mediados de 1918 de la revista “Nuestra Epoca”,
influida por la “España” de Araquistain…” (3). Por tanto, el lector está
obligado a identificar en la literatura mariateguiana en qué sentido está
utilizado en cada caso el término socialismo. De otro modo correría el riesgo
de absolutizar una de las dos acepciones, con las previsibles consecuencias del
caso.
De otro lado, en la
aludida nota aparece esta esclarecedora afirmación: “… en Europa [Mariátegui]
se ocupó de estudios de política, economía, sociología, filosofía, etc. De su viaje data su asimilación al marxismo”
(4), de manera que, al leer lo citado en el parágrafo anterior, el lector está
ya informado de que esta asimilación constituyó una ruptura con el socialismo
reformista. El reconocimiento de esta ruptura es de especial importancia en la
comprensión de la relación entre el inicial
socialismo no marxista de Mariátegui
y su definitivo socialismo marxista,
y no reconocerla equivale a creer que la diferencia entre uno y otro socialismo
es únicamente de grado.
II
En la carta del 10 de enero de 1928 a Samuel Glusberg,
Mariátegui anotó: “Mis artículos de esa época [la de su estadía europea]
señalan las estaciones de mi orientamiento socialista” (5). De este modo
precisó el período en el que se asimiló al marxismo y dio la pista para poder
identificar la primera manifestación literaria de dicha asimilación.
Basándose en
testimonios de César Falcón y Palmiro Machiavello, Guillermo Rouillón sostiene
que “poco antes del Congreso de Livorno [del Partido Socialista Italiano], en
el seno del círculo de obreros romanos en el cual era uno de los más
entusiastas y diligentes activistas, [Mariátegui] abrazó las ideas
marxistas-leninistas”. Y agrega: “Mientras aquel hecho tan significativo se
registraba en la vida política de nuestro personaje, estalla en Turín la gran
huelga de protesta del mes de abril de 1920…” (6). Esto quiere decir que, según
su parecer, la asimilación de Mariátegui al marxismo se produjo en abril de
1920.
Sin embargo, la afirmación
de Rouillón no parece ser correcta, pues ese mismo mes de abril, Mariátegui
escribía el artículo Las fuerzas
socialistas italianas, cuyo texto acusa un punto de vista descriptivo de la
lucha interna en el Partido Socialista Italiano, razón por la cual no expresa
una neta toma de posición por el marxismo. Desde luego, esto no impide
reconocer que, desde la incorporación del maestro al círculo romano hasta antes
del Congreso de Livorno, se constata una estación especial en su orientamiento
político: aquella en la que, dando acelerados pasos intermedios, llega a un
punto de ruptura con el socialismo no marxista
al adherirse al socialismo marxista. ¿En que momento ocurrió esto exactamente?
¿Cuál es el artículo que expresa esta ruptura y esta adhesión?
Es claro que la
adhesión de Mariátegui al marxismo y la primera manifestación literaria de este
acontecimiento no es una y la misma cosa. Establecer el momento exacto de esa
adhesión constituye una verdadera dificultad, pero, cuando menos delimitar el
período en que ocurrió, no sería un hecho sin importancia. Todavía en el
artículo La Sociedad de las Naciones,
posterior en un mes al artículo Las
fuerzas socialistas italianas, puede encontrarse esta afirmación que no es
posible considerar como definidamente marxista: “El proletariado socialista
lucha por una “internacional” de clase, por una internacional netamente
proletaria. Llámese segunda o tercera internacional, llámese de Ginebra o de
Moscú, la internacional obrera es fundamentalmente una sola” (7). Seis días más
tarde, Mariátegui escribió el artículo El
actual Gabinete Giolitti, y es
poco probable que en tan breve lapso hubiera cambiado de opinión. En cambio
puede resultar razonable pensar que, el 25 de julio, cuando escribe el artículo
¿La guerra ha sido revolucionaria o reaccionaria?, se
hubiera asimilado ya al marxismo.
Hay que recordar que
Mariátegui llegó al Congreso de Livorno, inaugurado el 15 de enero de 1921,
como marxista hecho y derecho, y esto significa que su conversión tuvo que
haberse producido antes. De manera que, si tomamos el 25 de julio (fecha del
artículo ¿La guerra ha sido…) como
punto de partida y el mes de diciembre (fecha del artículo El precio político del pan) como punto final, tenemos un período de
cinco meses como la estación en la cual en algún momento el maestro se afilió
al marxismo. En esta estación, además de aquellos artículos que marcan sus
extremos, el maestro escribió seis más: El
programa del ministro Giolitti (27 de julio), El problema del cambio (julio o agosto), Benedetto Croce y el Dante (14
de agosto), Aspectos del problema
Adriático (23 de agosto), La Conferencia de SPA (sin
fecha, pero publicado el 1º de noviembre)
y El Estatuto del Estado Libre de
Fiume (sin indicación de día y mes, pero escrito en la segunda mitad de
1920). ¿Alguno de estos artículos
expresa la conversión de Mariátegui al marxismo? ¿Cuál, precisamente?
En Notas sobre la Creación Heroica de Mariátegui (19.01.08),
sostuvimos: “El artículo El cisma del
socialismo expresa… el paso de Mariátegui del socialismo no marxista al socialismo marxista, es
decir, el inicio de su teorización marxista, el principio de su análisis de la
realidad conforme al método marxista, el punto de partida de su Creación
Heroica” (8). Hoy, con los datos allegados aquí, la identificación de la
primera manifestación literaria de la adhesión de Mariátegui al marxismo
aparece problemática. No obstante, es posible echar una luz sobre la cuestión.
Ninguno de los
artículos que hacen parte de la estación julio-diciembre de 1920 expresa
netamente la afiliación de Mariátegui al marxismo. Pero si, de todas formas, se
considerase que el primero de ellos expresa ya dicha afiliación, entonces el
inicio de su Creación Heroica tendría la fecha exacta del 25 de julio de 1921.
Pero si se pensase, más bien, que no es el artículo aludido sino algún otro de
la misma estación el que marca el inicio de esa Creación, entonces dicho inicio
sería en la fecha de aquel artículo considerado bajo este criterio. Sin
embargo, proceder de esta forma sería casi como tratar de adivinar. El artículo
El Gabinete Giolitti y la Cámara. El arreglo ítalo-yugoeslavo, fue
escrito por Mariátegui en enero de 1921, y ya, por tanto, en su calidad de
marxista. Por eso quienquiera puede decir que es con él que inicia su Creación
Heroica. Pero, como se puede constatar, este artículo no expresó claramente la
nueva filiación del maestro.
Contrariamente a los artículos
examinados, el artículo El cisma del
socialismo tiene la virtud de ser uno en el cual la posición marxista de
Mariátegui aparece manifiesta,
explícita, palmaria, neta, y, por tanto, marcando de una manera indubitable
e indiscutible su paso del socialismo no
marxista al socialismo marxista. Por eso este artículo constituye el punto de
partida de la Creación Heroica de Mariátegui. Esta verdad se ve reforzada ahora
con los argumentos aportados en las presentes notas y, en consecuencia, nos
ratificamos en la idea sostenida en nuestro artículo citado arriba. La
asimilación al marxismo del maestro y la primera expresión literaria de esta
asimilación no es, pues, una y la misma cosa.
III
El orientamiento socialista de
Mariátegui puede ser dividido en dos grandes etapas: una primera, no marxista, y una segunda, marxista. La
primera va de junio de 1918 al primer semestre de 1920. Es la etapa del Mariátegui socialista a lo Araquistain. Es la etapa
de la revista Nuestra Época, del Comité de Propaganda y Organización
Socialistas, del diario La Razón,
de la partida de Mariátegui a Europa en octubre de 1919 y de las primeras
estaciones de su trayectoria en este continente. La segunda va del segundo
semestre de 1920 al 16 de
abril de 1930. Es la etapa del Mariátegui
marxista. Es la etapa de su artículo El
cisma del socialismo, de la “célula de Génova”, de su participación en el
Congreso de Livorno, de su activismo en el Partido Comunista Italiano, de su
regreso al Perú para fundar “un partido de clase”, de sus conferencias en la UPGP, de la revista Amauta y el periódico Labor, de sus libros 7 Ensayos, Defensa del marxismo, Ideología
y Política y El alma matinal y otras
estaciones del hombre de hoy, de
la fundación del Partido Socialista del Perú y la Confederación General
de Trabajadores, de sus tesis presentadas al Congreso Sindical de Montevideo de
mayo de 1929 y a la
Primera Conferencia Comunista Latinoamericana de Buenos Aires
de junio del mismo año, de su moción de afiliación a la Tercera Internacional,
etcétera, etcétera, etcétera. Esta
creación marxista, teórica y práctica, es la Creación Heroica de Mariátegui
(9).
El análisis de la
relación entre estas dos etapas no puede hacerse sino desde la perspectiva de
su definitiva etapa marxista. ¿Por qué Mariátegui, contrariamente a otros, supo
romper con su inicial socialismo reformista y asimilarse al marxismo? ¿Por qué
sobre esta base alcanzó a concretar una aplicación vívida del marxismo, su Creación
Heroica? La revista Nuestra Época, el
Comité de Propaganda y el diario La Razón
son otras tantas estaciones del socialismo reformista de Mariátegui, pero en
conjunto constituyen una etapa que fue superada por medio de una ruptura. Por
tanto, esta etapa –inicial, transitoria,
efímera– tiene una importancia
relativa, pues su examen permite esclarecer: 1) los elementos componentes de
las estaciones, relativamente largas y
relativamente cortas, que se sucedieron hasta el momento en que el maestro se
asimiló a la doctrina de Marx; 2) las cualidades morales e intelectuales que le
permitieron dar este trascendental salto.
Mariátegui tuvo una
posición especial en el socialismo reformista. Con César Falcón, Humberto del
Aguila, Fausto Posada y otros activistas, constituyó el ala izquierda de ese
socialismo, y desde ella combatió el colaboracionismo de algunos personajes.
Esta constatación no tiene una importancia menor en la trayectoria del maestro.
El socialismo
reformista de los años diez y veinte del siglo pasado ha tenido, tiene, una
continuidad, es decir, una historia. El Partido Socialista de Castillo y el
Partido Socialista Revolucionario de los años setenta, continuaron, con
distintos matices y en diferentes grados, ese socialismo, del mismo modo que,
reclamos aparte, hoy por hoy lo continúan el Partido Socialista Peruano y el
Partido Socialista de los Trabajadores. Pues bien, la revista Nuestra Época, el Comité de Propaganda y
el diario La Razón, son, por razones
obvias, parte de esa historia (10).
Pero
ocurre que, como es de conocimiento general, Mariátegui
rompió con el socialismo reformista
en la segunda mitad de 1920 y, con su artículo El cisma del socialismo de marzo del año siguiente, dio inicio a otra historia: A LA HISTORIA
DEL SOCIALISMO PROLETARIO.
Este
Socialismo Proletario es la Creación Heroica de Mariátegui, es decir el
Socialismo Peruano propiamente dicho (11), cuya concreción marcó un antes y un
después en el proceso ideológico y político del proletariado.
Lealmente
autocrítico,
Mariátegui hizo en su momento la crítica de su socialismo reformista, por
ejemplo cuando en 1929 se refirió al Comité de Propaganda: “El grupo tiende a
asimilarse a todos los elementos capaces de reclamarse del socialismo, sin
exceptuar aquellos que provienen del radicalismo gonzales-pradista y se
conservan fuera de los partidos políticos” (12). En consecuencia, ya nada más
por esta observación crítica (13), Mariátegui no cabe en una visión del
socialismo peruano indiferente a la trascendencia sin parangón de su ruptura
con el socialismo reformista; indiferente al hecho de que sólo con su Creación
Heroica el Socialismo en el Perú alcanzó la condición de Socialismo Peruano;
indiferente al carácter especial, de clase, marxista, del Socialismo Peruano,
el cual, como es indiscutible, desde el principio transformó radicalmente el
objetivo de la lucha de clase del proletariado.
Es posible que subrayar
el socialismo reformista de la revista Nuestra
Época, del Comité de Propaganda y del diario La Razón, resulte un escándalo para algunos, pero sólo porque su
visión de la trayectoria de Mariátegui no distingue entre socialismo reformista
y socialismo marxista, o, para decirlo de otro modo, porque diluyen el
socialismo marxista en el socialismo en general. El solo hecho de pretender
pasar el centenario del socialismo reformista por el centenario del Socialismo
Peruano prueba la verdad de nuestro aserto.
Hay, pues, quienes ven
la continuidad en la trayectoria ideológica y política de Mariátegui (emoción
social, ética, actitud de servir al proletariado, consecuencia con las luchas
de las clases trabajadoras, capacidad de encontrar la verdad en los hechos),
pero no son capaces de captar la discontinuidad que hay en la misma (ruptura
con el socialismo reformista y adhesión al marxismo), o, en todo caso, no son
capaces de captar el hecho de que lo
verdaderamente trascendental en la
vida de Mariátegui no fue su inicial y transitorio socialismo reformista, sino su definitivo socialismo marxista, su
Creación Heroica, su Socialismo Peruano,
el cual, por ser tal, abrió por primera vez en nuestra historia la posibilidad
real de la lucha por el poder. No
porque Mariátegui desempeñara un papel de primer orden en las tres experiencias
mencionadas en este parágrafo, el socialismo reformista que las caracterizó
deja de ser socialismo reformista. Pero también, no porque su inicial
socialismo fuera reformista, su Creación Heroica no va a tener la trascendencia
que tiene.
IV
Pues bien. No obstante estar claro
para cualquier lector atento, objetivo, honrado, que los términos Socialismo
Peruano y Creación Heroica tienen, tanto en Aniversario
y balance como en la Advertencia a
los 7 Ensayos, un significado específico,
de clase, precisamente marxista, Ramón García y su grupo embrollan las cosas
pretendiendo que en 2018 se cumple el “centenario del socialismo peruano”, lo
que, como ha quedado afirmado, significa diluir el Socialismo Peruano (así con
mayúsculas por proletario) en el socialismo peruano en la acepción más dilatada
del término (así con minúsculas por la oportunista tendenciosidad que
encierra).
El Socialismo Peruano
tiene su punto de partida en marzo de 1921 y, como es obvio, cumplirá su Primer
Centenario en marzo de 1921. De manera que pretender celebrar este Centenario
en 2018, es tomar como coartada el aniversario de la revista Nuestra Época, ¡a fin de celebrar el
centenario del socialismo reformista! (14).
El socialismo
reformista no fue Creación Heroica, en el sentido mariateguiano del término. El
propio maestro señaló: “En ambos números [de la revista Nuestra Época], se esboza una tendencia fuertemente influenciada
por España, la revista de
Araquistain, que un año más tarde reapareció en La Razón…” (15). Baste comentar que si alguien se ha aderezado su
propio concepto de creación heroica, puede utilizarlo para definir este
socialismo a lo Araquistain, pero, desde luego, no puede apelar a Mariátegui
para fundamentar su desaguisado.
Datar el nacimiento de
la Creación Heroica de Mariátegui, es decir del Socialismo Peruano, el 7 de
octubre de 1928, es una falsificación de su
VERDAD HISTÓRICA. Pero datarla el 22 de junio de 1918, a más de una
falsificación de esta verdad, es una falsificación de la VERDAD TEÓRICA que encierran los conceptos de Creación Heroica y
de Creación Heroica de Mariátegui. En otras palabras, es una negación, mal
encubierta, del concepto mariateguiano de Creación Heroica y una negación,
también mal encubierta, del derivado concepto de Creación Heroica de Mariátegui.
Esta doble negación es, pues, un hecho sumamente grave y extraordinariamente
peligroso, pero, en el grupo de Ramón García, nadie ha sido capaz de asumir una
actitud crítica frente a la misma. Esta penosa realidad da cuenta de cómo están
las cosas en sus filas.
La doble negación que
comete Ramón García es absolutamente inadmisible para cualquier marxista e,
incluso, para cualquier persona suficientemente informada. Pero, por lo visto,
hay quienes la han asumido sin ningún problema, irreflexivamente, sin chistar,
seguramente porque ella aparece más acorde, en primer lugar, con la dilución en
sus espíritus del clasismo proletario, y, en segundo lugar, con el proyecto de
un partido de “dos niveles”, es decir, de un partido a lo Portocarrero-Pesce,
de un partido de “todos los elementos capaces de reclamarse del socialismo, sin
exceptuar” a los elementos de los diversos matices del oportunismo y el
revisionismo que activan en nuestro medio.
La negación del
concepto mariateguiano de Creación Heroica y del derivado concepto de Creación
Heroica de Mariátegui, se corresponde, pues, con el proyecto de un partido
doctrinariamente heterogéneo, de un partido-amalgama, de un partido-frente, contrario por principio al Partido de clase de Mariátegui. Este es
el fondo de la cuestión. Este es la trastienda que encierra la intención de
celebrar el centenario del socialismo reformista como si se tratase del
Socialismo Peruano (16).
Esta trastienda es
parte de la furiosa, sesgada y torpe campaña que desenvuelven desde hace años Ramón
y García y su grupo POR TERGIVERSAR LA
FILIACIÓN DOCTRINAL DE MARIÁTEGUI Y MISTIFICAR SU OBRA.
Pero, por supuesto, es comprensible
que el grupo revisionista quiera celebrar el centenario del socialismo
reformista y no el centenario del socialismo proletario. Por algo es un grupo
revisionista.
Por cuanto el Centenario
del Socialismo Proletario, es decir de la Creación Heroica de Mariátegui, o sea
del Socialismo Peruano, se cumplirá en 2021, podemos afirmar, lealmente, que
los marxistas sabremos celebrarlo con la dignidad propia de tan importante
acontecimiento (17).
V
Como el seguidismo, y aun el
servilismo, no es un absoluto en ninguna parte, Manuel Velásquez ha guardado
distancia con respecto a la falsificación que comete Ramón García del punto de
arranque del Socialismo Peruano, pero sólo para defender la falsa idea de que
su fecha de nacimiento es el 7 de octubre de 1928, es decir, sólo para defender
esta falsificación contra la otra falsificación. Esta penosa realidad da cuenta
de cómo están las cosas en sus filas (18).
El concepto
mariateguiano de Creación Heroica designa el producto, teórico y práctico, de
la aplicación vívida del marxismo a las condiciones concretas de América, y,
por tanto, a las particulares del Perú. Todo
marxista tiene la obligación, política y ética a la vez, de respetar
escrupulosamente esta Verdad Teórica establecida por Mariátegui.
El concepto marxista de
Creación Heroica de Mariátegui designa el producto original de dicha aplicación.
Por tanto, todo marxista tiene también la
obligación, política y ética a la vez, de respetar escrupulosamente esta Verdad Teórica establecida sobre la base instituida
por Mariátegui.
En marzo de 1921
Mariátegui escribió el primer artículo que expresó netamente su identidad
marxista, marcando así el principio de su Creación Heroica, y, por tanto, este
mes ella cumple su 90 Aniversario. Igualmente, todo marxista tiene la obligación, política y ética a la vez, de respetar
escrupulosamente esta Verdad Histórica.
Defender el concepto mariateguiano
de Creación Heroica; defender el contenido de clase de los conceptos de Creación
Heroica de Mariátegui y de Socialismo Peruano; defender la verdad de la
historia de este Socialismo. He aquí un deber de todo marxista consecuente y
honrado.
Notas:
[1]
T.13, p.249.
[2]
P.12.
[3]
T.13, p.17.
[4]
Ibídem, p.16. Negritas
nuestras.
[5]
Correspondencia, t.II, p.331.
[6]
La creación heroica de José Carlos
Mariátegui, t.II, pp.65-66.
[7]
T.15, p.80.
[8]
Elipsis agregada.
[9] Esta verdad no impide reconocer
que en su estación pre-marxista Mariátegui tuviera juicios dignos de atención y
hasta de asimilación. La capacidad de encontrar la verdad en los hechos no es
exclusiva de los marxistas ni mucho menos.
[10] Pero, al mismo tiempo, la
revista, el Comité y el diario mencionados son, al mismo tiempo, parte de la
biografía intelectual de Mariátegui, o, más exactamente, de su personal proceso
ideológico. La ruptura del maestro con el socialismo reformista significó el
punto de partida del socialismo marxista, y se entiende que, a partir de
entonces, el proceso de este socialismo es ajeno al proceso que siguió el
socialismo reformista. En otras palabras, a partir de la primera manifestación
literaria de la asimilación de Mariátegui al marxismo, el socialismo reformista
y el socialismo marxista tomaron caminos paralelos. Por eso meterlos en un mismo
saco utilizando a Mariátegui como coartada, constituye una actitud
confusionista.
[11] En su expresión primera,
fundacional, basal, se sobreentiende. Como se sobreentiende que esta expresión
está vigente en el proceso revolucionario de nuestro pueblo.
[12] T.13, p.99.
[13] Esta observación crítica, que
puede constatarse en más de una afirmación mariateguiana, tiene algunas veces,
como en la anotada, una connotación autocrítica.
[14] Es necesario no confundir dos
cosas: el centenario de la revista Nuestra
Época y el centenario del Socialismo Peruano. Puesto que, como se ha visto,
Nuestra Época fue una revista fuertemente influenciada por el
socialismo reformista de la Segunda Internacional, su centenario coincide con
el centenario del socialismo reformista. Pues bien, el socialismo proletario,
es decir el Socialismo Peruano, tiene como punto de partida el artículo de
Mariátegui El cisma del socialismo, escrito en marzo de
1921. En consecuencia, utilizar como coartada la revista Nuestra Época para pretender que el centenario del Socialismo Peruano
se cumple en 2018, es escamotear el hecho histórico de la ruptura de Mariátegui
con el socialismo reformista y su asunción del socialismo marxista. Nuestra Época fue la estación inicial
del socialismo de Mariátegui, hablando en
general. En el proceso ideológico del maestro, esa estación tiene su
importancia, sin duda, en el sentido ya expuesto en el presente artículo, y,
por tanto, los marxistas pueden y deben conmemorar su centenario, pero sin
pretender pasarlo como centenario del Socialismo Peruano. Confundir el aniversario
de Nuestra Época con el aniversario
del Socialismo Peruano, es maniobra que les sirve a Ramón García y su grupo
para intentar un partido del socialismo en general (cosa que disimulan tras el
término socialismo peruano), es decir un partido doctrinariamente heterogéneo, no de clase, o sea, un partido-amalgama.
Esta es la trastienda de su tergiversación del término socialismo peruano, de su
intento de pasar el centenario del socialismo reformista por el Centenario del
Socialismo Peruano.
[15] 7 Ensayos, p.254, nota al pie. Puesto que el concepto mariateguiano
de Creación Heroica tiene dos elementos: el marxismo y la realidad americana (y
específicamente la realidad peruana, como es obvio), es claro que la producción
literaria del maestro, anterior a su asimilación al marxismo, no es Creación
Heroica, no obstante lo correcta que puede ser en algunos o muchos casos. Ser “nacionalista” por el género de los
estudios, no significaba serlo también por la posición ideológica, esto es, por
la aplicación creadora del marxismo a las condiciones particulares de nuestra
realidad. Mariátegui era consciente de esta realidad. En la hoja de vida Del autor, señaló honradamente: “El
trato de Mariátegui con los tópicos nacionales no es, como algunos creen,
posterior a su regreso a Europa. Es evidente que en Europa se ocupó
particularmente en estudios de política, economía, sociología, filosofía, etc.
De su viaje data su asimilación al marxismo. Pero no hay que olvidar que a los
14 ó 15 años empezó a trabajar en el periodismo y que, por consiguiente, a
partir de esa edad tuvo contacto con los acontecimientos y cosas del Perú, aunque carecía, para enjuiciarlos, de puntos
de vista sistemáticos” (t.13, p.16. Las cursivas son nuestras). Claro está
que, con eso “de puntos de vista sistemáticos” el maestro aludió al método
marxista, al que se asimilaría posteriormente. Por eso, en carta del 10 de
enero de 1928 a su amigo Samuel Glusberg, había precisado: “A mi vuelta al
Perú, en 1923, en reportajes, conferencias en la Federación de Estudiantes, en
la Universidad Popular, artículos, etc., expliqué la situación europea e inicié
mi trabajo de investigación de la realidad nacional, conforme al método
marxista” (Correspondencia,
t.II, p.331).
[16] El hecho de que García y su
grupo apelen a la obra de Mariátegui no desmiente en absoluto nuestra
afirmación.
[17] La celebración del Centenario
del Socialismo Peruano en 2021 debe examinar el proceso doctrinal de Mariátegui
desde la experiencia de la revista Nuestra
Época, e incluso desde antes, pues de hecho la primera estación en el
orientamiento socialista de Mariátegui, hablando en general, data de poco antes
de junio de 1918, pero, naturalmente, sin confundir el socialismo pre-marxista del
maestro con su posterior y definitivo socialismo marxista, y, por tanto, sin
pasar dicho socialismo pre-marxista como punto de partida del Socialismo
Peruano, término que encierra un concepto muy concreto establecido por el
propio Mariátegui (aplicación vívida del marxismo) y suficientemente
esclarecido en el presente artículo.
[18] Mostrando la precariedad de su exigua
independencia de criterio, finalmente Velásquez se ha rendido ante las falacias
de García. De esta forma todo lo que ha hecho es cambiar moco por baba.
*El presente artículo fue escrito el 10.03.11, y, como el artículo Notas Sobre la Creación Heroica de Mariátegui, es parte también del libro La Creación Heroica de Mariátegui y el Socialismo Peruano. Planteamiento de la
Cuestión. Para su republicación en CREACIÓN HEROICA, el autor ha hecho
algunas correcciones de estilo y agregado algunas notas de pie de página. (Nota
de la Redacción).
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