Comentario
de Libros
Víctor Mazzi Trujillo o la Poesía de Clase, Jesús Cabel-Víctor Mazzi Huaycucho,
Editorial San Marcos, Lima, 2012, 93 pp.
Este es un libro homenaje al poeta Víctor
Mazzi Trujillo, que reúne una presentación firmada por Jesús Cabel y Víctor
Mazzi Huaycucho; un artículo de Alejandro Romualdo sobre el poeta homenajeado (publicado
en el número 94 de la revista Cultura
Peruana, abril de 1956); un ensayo de Julio Carmona, Víctor Mazzi Trujillo: Creador, Defensor y Difusor de la Poesía
proletaria (anteriormente publicado en este blog); y dos testimonios: uno de
Artidoro Velapatiño, Víctor Mazzi y el
Grupo Intelectual Primero de Mayo (de próxima publicación en este mismo blog); y otro de Segundo Cancino, Entre Nosotros Escribe su Poesía.
Pero
además, el libro trae una “antología mínima” de la poesía de Víctor Mazzi
Trujillo, una bibliografía de y sobre su producción literaria y una reseña de
las publicaciones del Grupo Intelectual Primero de Mayo.
Juiciosamente
compuesto y pulcramente editado, el libro proporciona una idea cabal de la índole
de la poesía de Víctor Mazzi, de su personalidad, de su lugar en la literatura
proletaria peruana, de su obra como difusor y organizador de la literatura
proletaria.
Alejandro
Romualdo anotó en su mencionado artículo: “Víctor Mazzi es, para la historia de
la poesía peruana, el primer auténtico poeta proletario” (p.11). Lo de
“auténtico poeta proletario” hay que entenderlo como una alusión al hecho de
que Mazzi tenía una extracción obrera, y, al mismo tiempo, había asumido el
marxismo como posición ideológica y política. Entonces, si bien César Vallejo
es el fundador de la poesía proletaria en el Perú, Víctor Mazzi es uno de sus
continuadores, pero con la nota singular de que salió de las entrañas de la
clase obrera.
En
su ensayo, Julio Carmona señala: “… Mazzi le asigna a la poesía un carácter de
trabajo, como forma de la producción de la que habla el marxismo. Mazzi, pues,
no acepta que se reduzca a la poesía a un simple divertimento de <<especialistas>>,
<<poetisos>> o <<eruditos>>” (p.14).
En efecto, la poesía de Mazzi aparece como la producción –la creación– de un
trabajador que quiere expresar su digna condición de tal. Asimismo, Julio
Carmona valora la labor de defensor y difusor de la literatura proletaria
cumplida por Víctor Mazzi a lo largo de su vida, y muy especialmente desde la
fundación del Grupo Intelectual Primero de Mayo.
Por su parte,
Artidoro Velapatiño testimonia la forma en que, sin aspavientos, Víctor Mazzi
cumplía el papel de maestro entre los jóvenes escritores que se le acercaban,
y, al mismo tiempo, ejercía, sin aspavientos también, el liderazgo en el Grupo
Intelectual Primero de Mayo. Su casa era casi casi el local del Grupo, pero
también un acogedor espacio para amigos y compañeros. Velapatiño confiesa, al
final de su extenso testimonio: “He preferido hacer este testimonio sobre
Víctor Mazzi Trujillo, de lo que significó para mí como persona, del entrañable
e inolvidable amigo y maestro, y así, también, de los recuerdos del Grupo
Intelectual Primero de Mayo…” (p.39).
En su testimonio,
Segundo Cancino deja esta constancia reveladora: “Conversador atento,
inagotable, comprometido, lúcidamente convencido del poder de la palabra y del
ruiseñor de Keats, hoy como ayer, <<con debida
compostura>>, aún me
dice: <<hola /
qué tal /seguimos con los versos>>” (p.41).
Jesús
Cabel y Víctor Mazzi Huaycucho señalan en sus Palabras Previas: “La presencia de Víctor Mazzi Trujillo en la
literatura peruana marca la insurgencia de una voz que emerge desde lo popular,
y sigue un derrotero cultural muy propio y original de la clase obrera, cuyas
contribuciones estéticas ya se conocían desde finales del siglo XIX y primeras
décadas del siglo XX. En su Poesía
proletaria del Perú planteó una secuencia evolutiva del acto creador de la
poesía, desde una perspectiva comprometida con los ideales de la clase obrera,
arte poética de la cual proviene y se dirige a ella misma” (p.7). A estas
justísimos conceptos, no es necesario agregar más.
De
los poemas que integran el libro, leamos el siguiente:
Nana Para el Nene
de la Sonaja Roja
(A dos voces de
padre y madre)
Dormid,
retoño de mis días,
en
lo hondo de tu almohada.
-Duerme,
mi nene, duerme
quizá
esta noche hay redada.
Dormid,
hijo de mi aliento,
que
nos rondan seres raros.
-Duerme,
mi nene, duerme,
aun
resuenen botas y disparos.
Dormid,
pequeño proletario,
junto
a tu madre adorada.
-Duerme,
mi nene, duerme,
que
no dormirá tu camarada.
Dormid,
gajo de mi sangre,
mientras
con vosotros viva.
-Duerme,
mi nene, duerme,
con
tu sonaja roja, subversiva.
Dormid,
futuro socialista,
sin
que te despierte nada.
-Duerme,
mi nene, duerme,
que
ha de llegar la alborada.
En general, el lector encontrará en las
páginas del libro que hemos comentado, las más pertinentes reflexiones sobre la
poesía y la personalidad de un poeta que es un momento singular en la historia
de la poesía proletaria en el Perú. Por eso este libro es de lectura obligada.
E.I.
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