Un
Poema de Pablo de Rokha
El
Entierro de Pedro León Ugalde
Pedro León va recostado en la inmensa caja negra
–cuatro tablones de roble, cruzados por
cuatro
(ausencias–;
un rumor de mar levanta toda la nación llorando
debajo del agua roja de los revolucionarios,
y a la orilla de las altas murallas del Cementerio,
como un capitán de sombras, presenta armas el
(invierno;
y aquel ademán romántico de gran raigambre española,
¿en dónde está el gran chambergo y la gran capa
(sonora?;
paso a paso, tranco a tranco, tranco a tranco, paso a
(paso
el cortejo avanza solo, como un toro degollado;
es el pueblo, todo el pueblo inocente y formidable,
el criollo, el triste, el pobre, el chegre rotito de antes,
más panudo que una res de rezago, en primavera,
ahora de duelo, echado, cargando un saco de penas,
detrás del recuerdo de ese que está tendido allá
(adentro,
con las dos manos cruzadas en los cien mundos del
(pecho;
entra Pedro León andando, muerto mandando y
(bramando,
con aquel bramido grande y mudo de los finados;
y cae en el ataúd la flor popular lo mismo
que una gran lluvia madura de corazones perdidos,
arrastrando en sus entrañas «la chusma» del Año
(Veinte;
pero un viento de comedia sopla la sombra y adviene
el sainete del pelele entre las tumbas soberbias,
y el garrote de la ley engrasado de vergüenza;
restalla la espada, empleándose en mitos de cobardía;
y los caballos se niegan a atacar la muerte misma;
Pedro León, ¿qué dice ahora tu amigo, el «León» del
(Gobierno?
(cerrados están los puños, porque están los puños
(muertos);
bajo una suerte de adioses, la eternidad enlutada,
se entreabre y avanza un hombre a las soledades
(máximas,
dejando a la autoridad clavada en su chisme, humano,
tal como a una arpía vieja y ciega, vociferando
frente a las masas obreras, grandiosas de comunismo
(palabrotas de matón nacional); enfurecido,
el «Senador de
los Pobres»
duerme
para siempre y
(nunca;
pero, revólver en
mano, se levanta su figura,
apuntando al
corazón negro de la oligarquía,
y su proyectil
eterno marca la casta asesina;
¡Pedro León, te
escarnecieron, Pedro León, te
(pisotearon,
dispara, desde la
muerte, contra los reaccionarios,
los fariseos
vestidos de paloma, los verdugos,
comerciantes
–asesinos de Satanás y los últimos
ejemplares–
miserables del embaucador «patriota»,
los sicarios, los
esbirros de la morralla católica,
dispara contra el
fascismo y el imperialismo: el HAMBRE,
dispara contra la
guerra burguesa, pavoneándose
sobre la masa y los
gremios heroicos de proletarios,
dispara contra los
ricos, dispara contra los amos,
por el «Frente
Popular», Pedro León, desde la nada,
desde la sombra,
infinita del infinito, dispara…!
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