lunes, 1 de septiembre de 2014

Actualidad

Chinalco y los Títeres de la Burguesía China


César Risso


SI BUSCAMOS EN LA WEB EL NOMBRE CHINALCO, encontramos la siguiente información: “Buscamos gente con integridad, orientada a la obtención de resultados, creativa y capaz de asumir retos constantes en una organización que se sustenta en el trabajo en equipo, respeto por las personas y el medio ambiente.”[i] (Subrayado nuestro).

Esta información no puede dejar de llamarnos la atención debido a las constantes denuncias de parte de los pobladores de Toromocho. En el proceso de reasentamiento de los pobladores (que es uno de los mayores impactos negativos reconocidos por la propia empresa), estos han sido severamente afectados.

Una de las tantas denuncias contra este proyecto es la siguiente: “Se trata del terreno de una antigua hacienda llamada Pucará, en una zona altamente contaminada por arsénico. La SAIS Tupac Amaru ha vendido barato ese terreno porque quería deshacerse rápidamente de ese terreno por estar contaminado.”

“Es un terreno adyacente a un río de relaves mineros que salen de una antigua relavera llamada laguna Huascacocha que actualmente está en operación por las minas de Morococha, con alto contenido de elementos tóxicos muy venenosos. Del dique de la relavera discurre ese río de aguas envenenadas que aguas abajo pasan junto a ese terreno y se forma allí mismo una lagunilla antiguamente llamada laguna Forbes, que acumula un alto contenido de elementos como el arsénico.”

“El caso es que los elementos venenosos como el arsénico se han acumulado en la ribera  del río y la lagunilla contaminada que está junto a ese terreno donde nos quieren llevar. Este lugar está contaminado por 90 años de relaves mineros que han acumulado arsénico por muchos años. Sin contar con el plomo presente en toda la zona.”[ii]

A esta denuncia, qué dice el presidente Ollanta Humala, representante político de la burguesía nativa e imperialista: “El jefe de Estado recordó también que, bajo la nueva política minera del Gobierno, que coloca lo social por delante, la empresa Chinalco, que opera Toromocho, construyó una nueva ciudad para los trabajadores y sus familias.”[iii]

Una de dos, o el presidente Ollanta Humala ha sido burlado por la minera Chinalco, o, conociendo la situación real, la encubre deliberadamente.

Entre lo que dice el presidente y lo que sabe y hace hay gran distancia. Entre sus acciones para proteger la inversión minera china en el Perú, ha avalado, dando su aporte político, lo siguiente: “ para contrarrestar esto, la empresa Chinalco se valió de diferentes estrategias a fin de concretar el desalojo arbitrario: amedrentamientos a la población, represión ante protestas, corte de energía eléctrica, obligar a los niños a ir al colegio de la Nueva Morococha con amenaza de perder el año escolar, demoler la iglesia, paralizar el centro de salud, la estación de bomberos y todo espacio de las instituciones públicas, dejar sin trabajo a personas que se negaban a trasladarse, entre otras. Asimismo, se valieron de maniobras en conjunción con el Estado para la legalización de esta arbitrariedad como: promulgación de la Ley Nº 30081, Ley que establece la reubicación del distrito de Morococha en Carhuacoto (Nueva Morococha), declarándola como la nueva capital del distrito de Morococha, y decretando tres Estados de Emergencia (D.S. 95, 116 y 131-2013-PCM) por peligro inminente de movimientos en masa. Así, se ha podido avanzar con la demolición de una gran parte del pueblo, a pesar de permanecer aún un grupo importante de familias que se negaron a aceptar las medidas dictatoriales de la minera china y el Estado peruano.”[iv]

Además de la situación en la que se encuentra la población de Toromocho, están las consecuencias presentadas en el estudio de impacto ambiental (EIA). En cuanto a los relaves, serán 950 millones de toneladas, ubicados en un área de 790 ha. Asimismo, los residuos tóxicos generados por la minera Chinalco llegan a dos lagunas.[v]

Este proyecto minero consiste en el desarrollo de minería a tajo abierto para la extracción y tratamiento de alrededor de 1526 millones de toneladas de mineral, entre cobre, molibdeno y plata. Lo cual representa utilidades por 2100 millones de dólares para un periodo de operación de 36 años (Según información de la propia Chinalco). Dato evidentemente referencial.

De dónde sale la enorme riqueza que se encuentra en Toromocho, esta enorme cantidad de minerales que generarán 2100 millones de dólares de utilidades para los propietarios de la empresa Chinalco.

Para responder a esta cuestión, supongamos el siguiente diálogo:
        -Te puedo enseñar a preparar una nutritiva y sabrosa sopa de piedra.
        -Eso no es posible…
        -Claro que es posible. Llena la olla con agua, y échale esta piedra.

        Cuando el agua está hirviendo, el primer personaje prueba la sopa, y le pide a su interlocutor que le dé un poco de sal; luego vuelve a probar la sopa, y le pide verduras; finalmente, para darle más sabor a la sopa, pide carne.

Este engaño corresponde a la misma lógica de las empresas capitalistas. No es la piedra lo que hace la sopa, sino la sal, los vegetales y la carne, análogamente, no es el capital lo que hace la riqueza sino el trabajo. El mineral es parte de la naturaleza, es parte del planeta. No tiene precio. El precio aparece como consecuencia del trabajo que se añade a la naturaleza para obtener la inmensa variedad de bienes que se producen bajo la forma de mercancías, cuyo intercambio es mediado por otra mercancía: el oro. Si no se necesitase trabajo para obtener los minerales, simplemente no tendrían precio. En este diálogo imaginario, el papel de la piedra en la sociedad capitalista lo hace el capital, o como algunos dicen, las habilidades empresariales.

El mineral no tiene un precio alto por ser mineral, ni por la utilidad que tiene. El precio aparece como consecuencia de la intervención del trabajo. Es decir, el precio, alto o bajo de las mercancías, tiene un carácter social, no es propio de la naturaleza de las cosas, como quieren hacernos creer los capitalistas y sus representantes.

Siendo así las cosas, las utilidades obtenidas por la empresa Chinalco son creación de los trabajadores. Y sin embargo, la ley protege a los capitalistas para apropiarse de trabajo no remunerado bajo la forma de ganancia o utilidades.

No satisfechos con robarles su fuerza de trabajo a los obreros, los obligan a venderles sus tierras a precio de remate, los expulsan de sus pueblos, los reubican en zonas inhabitables, los envenenan con sus residuos tóxicos, los reprimen y los encarcelan. Para eso está el Estado burgués, para proteger los intereses de la burguesía; y los diversos presidentes que se turnan en el trabajo de representación de la burguesía, con seguridad deben obtener cuantiosos beneficios al desempeñar su papel.

Este accionar no es nuevo. Diversos novelistas han revelado en sus obras situaciones semejantes. Un caso notable es el de Manuel Scorza en su obra Redoble por Rancas, en el capítulo La Masacre.

Esta historia seguirá repitiéndose mientras siga dominando el sistema capitalista; mientras los directos afectados no tomen conciencia de que no se trata de convencer a los directivos de las empresas; de que no se trata de convencer a los representantes políticos de la burguesía, pues este es un poder económico y político que se vertebra a nivel mundial, y tiene sus testaferros y apologistas en nuestros países, que hacen uso de las leyes y las armas, de todo el poder del Estado, para sus mezquinos fines.


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