Creación
Un Poema de Jorge Bacacorzo
Los Cinco Días
CHICATA era un obrero
-
nombre que suena a largo día
a pan sin molde
a pantalón calato
a morador del viento
a gran guerrero
y a seguro funeral en estos
pobres días-
Chicata era un obrero
como todos
con su sirena a las seis de la mañana
con sus sueños debajo de la almohada
y con su amor debajo y encima de su pecho
Chicata
era un obrero como todos
pero
además de sus frugales piedras
paciendo
al borde de la vida
además
de sus orejas y sus ojos
tenía
su amistad en una sola cara
y su
juramento al pie
del
arrebato
(Chicata
era un escarabajo
que
aprendió a mirar el cielo
hecho
con nieves y temblores
y
caldeadas asambleas
Chicata
era un hombre como todos
los
que sencillamente viven
odiando
al odio y bienamando
Era
un escarabajo ungido de Dios silvestre
entre
los martillos sagrados
y
las semanas amargas)
Y
Chicata así de esta suerte milenario
no
sólo tenía su hogar como una ventana
para
mirar alegre el domingo
sino
también tenía al pueblo
para
sentirse vivir acompañado
Por
eso en él se fue a vivir
ya
muerto
Chicata
bajo la tilde anónima
- de constructor de mundos –
era
todo un hombre
es decir era un obrero
con
la justicia metida entre las cejas
Por
eso aquella tarde de junio
lleno
de amor salió a gritar
por
los cadáveres que hacía el odio
y él
mismo fue hecho cadáver
por
ese mismo odio vestido de soldado
Se han sublevado los estudiantes:
los
niños como hombres
los
jóvenes como héroes
los
estudiantes se han sublevado
contra
el torpe inquisidor
contra
el que llena de libros sin páginas el día
y
vive para atrás
contra
el que vive con herrumbre y usa candelabros
en
vez de luz solar
Que se vaya que se vaya
y
volverán a ser almácigos de paz
Pero
el hombre no se iba no se iba
y
apareció la caballada
Que
se vaya el torpe inquisidor
que
se vaya el torpe general
-los
niños y los jóvenes hablan en su nombre
y en
el de sus padres perseguidos-
Que
se vayan que se vayan
y
volverán a ser la tonada cristalina en la ciudad
Pero los hombres no se iban
no
se iban:
su
furiosa caballada amenazaba
Todas las vasijas
Todos
los frutos para los estudiantes
Pan
caliente de madrugada
buenaventuras
y abrazos para los estudiantes
Todos
les daban agua
Todos
les daban ánimo
Todos
les daban algo
y la
huelga seguía creciendo en el cerco
y
cada amanecer era más enorme:
y el
pueblo y la noche alimentaban
Paz para los estudiantes
luz
para los estudiantes
aire
para los estudiantes
libertad
para los niños y los padres de los niños
libertad
para los jóvenes y los padres de los jóvenes
pedían
todos
ah
pero sólo caballos para lo hermoso
mansalva
para la luz
sitio
implacable para el rebelde
balas
para el altivo
respondían
y el
sitio se iba estrangulando
Y de pronto los sitiadores arremeten
pero
resisten los bastiones
y
hieren bien las piedras y los palos
Se
enfurecen los jinetes
y
confundidos con sus caballos
piafando
y escupiendo odio
comienzan
a matar sillares y árboles
lámparas
y aves
cristales
y vecindario
y
toda cosa medianera
para
poder llegar hasta el blanco
Ha muerto un niño
ha
muerto un niño: lo mató la caballada
Venganza:
ha muerto un niño
Carabinas
contra palos
esbirros
contra los niños
caballos
contra las manos
(Los estudiantes rompen el sitio
-ah
cómo lo rompen-
pero
en vez de voces de victoria
por
sus heridos salen dando gritos
y
después por el niño muerto
convocan
terribles voces)
Ha muerto un niño
(nadie
sabe su nombre
nadie
conoce su lugar
De
donde vino?
Ha
muerto un niño
ha
muerto un niño
Con
una bala en el cuello
ha
muerto un niño
Tenía diez años
y se
llamaba Augusto García
Diez
años tenía
y ya
hablaba como un hombre
Ha
muerto Augusto García
Augusto
García ha muerto
(Ya
todos saben su nombre
ya
todos conocen su lugar
todos
saben de dónde vino)
Ha muerto un niño
ha
muerto un niño
y en
cada puerta la ciudad
sacó
su ira
su
ternura su mortaja
y
duros tambores redoblaron
en
las matrices de las madres
y
parieron ira y grandes legiones:
toda
la ciudad avanzaba
-oh
cómo avanzaba-
mientras
los sitiadores mataban
Llovía el plomo
cómo
llovía
Al
amanecer
toda
la ciudad estaba llena de parapetos
y
gemían las campanas de las torres
los
corrillos se hacían tumultos
y
los tumultos escuadrones
(Las
ánimas de Bonifaz y Javier Sánchez
regresaban
del tiempo
y en
todos se metían)
Todos
acudían a defender su sangre
y
entre estos de pronto un hombre
oscuro
pero clarísimo de hombría
llora
al rojo
llora
cólera
llora
niños
llora
padres
y
con las manos vacías
con
el corazón lleno de luto
con
los hombres que acudían a dar pecho
fue
a echar furia
y a
clamar contra la muerte
pero
la bestia no se aplacaba
Y
Chicata cayó de golpe
bajo
los sables
y su
rostro quedó triste y verde
como
los membrillos helados
y
por su cráneo abollado se deshojaron
sus
sesos
y
allí mismo en plena calle como brazos
retorcidos
de dolor sus mismos sesos
al
rojo vivo lo velaron
Ay las manos vacías
el
amor
el
magnánimo
el
ingenuo
el
huérfano de acero
ay
solamente el huérfano de odio
su
viuda
sus
propios hijos
ay el doble luto
Jijunas los
mulos sabios
Jijunas
los mulos verdes
Jijunas
los mulos ciegos:
soldados
de huacacara
Jijunas
de gallinazos:
crespones
de los soldados
soldados
hijos de yerbamota
Ay su muerte en el suelo
ay
la cólera salida de madre
ay
su fecundo nombre
ay
su nombre imprecando
Y corrió su muerte
en
fuertes alaridos y aldabones
en
grandes cantarillas de pena y de cólera
y
hasta las puertas secas se abrieron
bramaron
los hombres
y
llorando sus mujeres los arreciaron de ira
hasta
los niños se volvieron adultos
y todo el pueblo fue una terrible lloclla
una
convocatoria de campanadas
y un
incesante sacudir de piedras
como
a frutos de malignos perales
Y mientras la recua se retiraba a sus cuevas
el
pueblo comenzó a extenderse como un río:
iba
a ser dueño de su voz y sus sillares
Oh
al atardecer la ciudad iba a volver
a
ser arroyo y cielo
Al atardecer
los
traidores se llamaron videntes
entregaron
rehenes
se
llevaron las armas
se
dieron golpes de pecho
y
desde sus altos miradores
agitaron
banderas de paz
mientras
a toda fuerza retornaban los equinos)
Y
perdimos las calles
y se
tiñeron de sangre acequias y sillares
Y durante cinco días luz fueron las lágrimas
templos
las trincheras sismos los lamentos y los himnos
Y
durante cinco días desde el suelo y desde el aire
los
soldados siguieron matando
matando
y enterrando
a
vivos y a muertos
Y
durante cinco días junio se tiñó de rojo
-en
las casas luto humeaba-
y en
vano se canjearon mujeres y patriarcas
en vano
el buen viejo Mostajo
a
cambio de todos se ofrecía:
la
dura paz a nadie le devolvió la vida:
la
tregua sólo volvió a matar
Ay de los vencidos
ay
de los que quedaron vivos con tanta muerte gritando
llorando
con tanta ausencia
ay
de la paz de los soldados que asesinó a la tregua
ay
de la tregua que mató a Villegas
ay
de la tregua que mató a Bellido
cuando
avanzaban cantando
y
llevando en alto sus camisas de paz
Ay
de los que murieron sin dejar sus nombres
ay
el botín de la victoria
el
festejo de la bestia
las
cornetas y las órdenes
ay
el recuento:
decenas de muertos reposan
bajo
la tierra
de
los cuarteles
nubes
de gallinazos señalan los cementerios
y el
agua roja de los torrentes
Ay los días llenos de pájaros grises
los
deudos abrazando a las sombras
las
bestias a mansalva en las esquinas
los
cráteres abiertos
los
fétidos embudos
la
nueva atmósfera de duelo
las
campanas quebradas
y el
triste redoblar de la ciudad
Ay
de su amor insepulto sacudiendo corajes
molles y trigales
montañas
y recuerdos
Ay
las vértebras altivas preparando el restañido
Ay las mutaciones
ay
cuándo junio dará la vuelta en su rueda
para
que vuelvan a su hogar los mulos
y a la
vida a sus felices eras?
Ay los que murieron
por
salir a dar vivas y honras a Chicata
Ay
los que aún esperan
la
vuelta de Villegas y Bellido
y de
todos los combatientes no marcados en sarcófagos
Ay
el matecillo con sangre y la retama viuda
ay
los amarillos macamamas
-traidores
cubiertos con airampo-
Ay
el texao negro y la verbena roja
los burgueses que se creen colorados
los
colorados pintados con un solo trapo
Ay
el huiro amargo y triste entre las ánimas
Ay los muertos verdaderos
ay
de los vencedores:
-malvados
huacacaras
hijos
de la yerbamota-
en
cada amanecer el clarín
los
pondrá al lado de un muerto
un
muerto mirará siempre en sus ventanas
y en
sus puertas
un
muerto reventará las cinchas de sus cabalgaduras
y
ajustará las de sus propias cinturas
Ángel
terrible a su costado será el cadáver
-ah
guerrera paz de la conciencia-
y el
pan les sabrá a sangre y a hueso todos los días
todos
los días de junio golpearán en su sueño
(negra
catedral
campana
nona Torre de miedo)
todos
los días los muertos y los vivos
arañarán
sus almas
Ay Chicata de sillar y de fábrica
de
herramienta y desacato
de
corazón de higo
y
gran esbozo de héroe:
descansa
en paz
porque
aquí
en
las mesas de a centavo
en
las orejas claras y en los ojos
húmedos
del pueblo vives
y
cada vez que las campanas nos llamen a la piedra
y al
doble sol bajo la pólvora
recordaremos
tu onomástico en rojas llamaradas
Chicata -hombre todos los días
y
desde junio hermano insólito-
si
te recuerdo siempre
a
pesar de haberte conocido fúnebre
si
te saludo siempre como a un himno colorado
es
porque la protesta en Arequipa
desde
junio tiene la tremenda cara de un niño
gimiendo
entre tu rostro muerto
Chicata: gran fábrica de amor
hombre
de todos los días
y
gran hombre en junio
ay
hombre y niño muerto
ay
junio: pesado catafalco.
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