domingo, 9 de junio de 2013

Economía


Reducción de la Pobreza y Capitalismo en el Perú

Cesar Risso


LOS REPRESENTANTES DE LA BURGFUESÍA EN EL PODER se regodean con los resultados del estudio de la pobreza en el Perú. Según sus cálculos, la pobreza en el 2012 disminuyó, considerando el método de la pobreza monetaria, que la mide sobre la base del gasto[1]. Con sus cifras nos quieren hacer creer que dentro del sistema capitalista se puede erradicar la pobreza. Lo que sucede con la pobreza es que esta fluctúa, aumentando o disminuyendo, según la etapa del ciclo económico en el que nos encontremos.

El estudio realizado por el INEI, considera que el gasto por persona que determina si se está en situación de pobreza es de 284 nuevos soles mensuales, esto es, el gasto mínimo mensual de una persona para satisfacer sus necesidades alimentarias y no alimentarias.

Según el INEI, “En el año 2012, el 25,8% de la población total del país, que equivale en cifras absolutas a 7 millones 775 mil habitantes, se encontraban en situación de pobreza, es decir, uno de cada cuatro peruanos tenían un nivel de gasto inferior al costo de la canasta básica de consumo compuesto por alimentos y no alimentos.

“Comparado con el nivel obtenido en el año 2011, la incidencia de la pobreza disminuyó en 2,0 puntos porcentuales; es decir, una reducción del número de pobres de 509 mil personas.” [2].

En la óptica del método de cálculo de la pobreza realizado por el INEI, efectivamente esta ha disminuido. Pero resulta que con otro método, el del Índice de pobreza Multidimensional (IPM), existen en el Perú 3,6 millones de pobres no visibles para el Estado. Según un estudio de la Universidad del pacífico, “En el Perú, 3.6 millones de pobres son no visibles para el Estado. Es probable que, por esta razón, la insatisfacción y la conflictividad social sean evidentes al año 2012, a pesar que el país sostiene tasas de crecimiento económico admirables a nivel regional. Dado que la pobreza es un problema heterogéneo y multidimensional, se propone emplear el Índice de Pobreza Multidimensional (IPM) en lugar que el de Pobreza Monetaria, que usualmente construye el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).”

El IPM considera los criterios de educación, salud y condiciones de vida. Esto permite construir una aproximación mucho más realista que la obtenida con el método de pobreza monetaria. Así, para el año 2011, el porcentaje de pobres multidimensionales fue de 39,9%, equivalente a 11 millones 930 mil personas.

Independientemente de la tendencia de la pobreza, esta existe. Las contradicciones de la economía capitalista generan permanentemente pobreza, a través del desempleo, de la disminución de las remuneraciones reales, de la modificación de los precios relativos, de la inflación, de las crisis, etc.

La actual crisis económica que viven los países industrializados, parece no existir para el Estado burgués, puesto que la considera consecuencia de los errores de los organismos reguladores. Esto es, las crisis capitalistas son vistas por la burguesía como evitables, no como una necesidad. Pero visto el capitalismo históricamente, resulta que está plagado de crisis recurrentes; que, por lo tanto, las crisis son parte del sistema, y que estas traen aparejadas el incremento de la pobreza.

Por lo tanto, la única forma de eliminar permanentemente la pobreza es a través de la transformación del capitalismo en socialismo.

La ley económica fundamental del capitalismo es la obtención de plusvalía. De modo que el problema de la pobreza en la lógica del capital, es una consecuencia de la elevación de la riqueza. Más aún, la lucha contra la pobreza es uno de los grandes negocios del capitalismo. Los víveres que adquieren los gobiernos para favorecer a los pobres, los trabajos de construcción de hospitales, de colegios, etc., es realizado por las empresas privadas. En este sentido, los impuestos que pagan las empresas privadas se les devuelven a través de contratos que les permiten obtener más ganancias.
Vale decir, el sistema capitalista está organizado de tal forma que todo lo que se haga, incluyendo la lucha contra la pobreza, tiene que adquirir la forma de ganancia. Y, esta ganancia no es otra cosa que trabajo no remunerado.

Toda la riqueza que es capaz de crear una nación no es otra cosa que el flujo de trabajo existente en los seres humanos en edad de trabajar, que solo se despliega en este sistema cuando la cuota media de ganancia asegura la rentabilidad requerida por los intereses de los burgueses. De modo que una nación es rica o pobre cuando los intereses capitalistas así lo disponen, pero no por su capricho, sino porque las leyes “naturales” propias de este sistema así lo exigen.

Todos los programas sociales de lucha contra la pobreza son la muestra de que esta brota espontáneamente del sistema capitalista. La posibilidad de llevar a cabo estos programas va de la mano con la coyuntura económica del país. Los mayores ingresos generados por el crecimiento económico permiten al gobierno disponer de recursos para esta labor. La lógica es la siguiente: las empresas invierten, contratando a los trabajadores que son los verdaderos creadores de la riqueza; las empresas se apropian de parte de esta riqueza bajo la forma de ganancia, pagando al Estado los impuestos, que han salido del esfuerzo de los trabajadores; la remuneración de los trabajadores sale de su propio trabajo, el cual es remunerado de acuerdo a los criterios de los capitalistas, quienes pagan en realidad no el trabajo si no el valor de la fuerza de trabajo[3]; luego, el Estado desarrolla proyectos en los que contrata empresas capitalistas, que seguirán obteniendo ganancias, originadas en el esfuerzo de los trabajadores, para favorecer a los pobres, quienes viven en esta condición porque el único sistema legalmente permitido para producir es el capitalista.

Una prueba concluyente de que la pobreza es causada por el sistema capitalista está en que a pesar de los años de crecimiento económico continuado de nuestro país, el Estado se ve obligado a invertir en programas sociales de lucha contra la pobreza. Esto es, a más capitalismo, más lucha contra la pobreza.

Según datos del INEI, el promedio de miembros del hogar para el año 2007 fue de 4 personas. En tanto que el ingreso promedio total para el año 2011 fue de S/1058. Con el nuevo dato del INEI de S/284 como ingreso mínimo por persona para satisfacer sus necesidades mínimas, que da un ingreso mínimo de S/1136 por familia, podemos concluir que todos en el Perú seríamos pobres. Si diferenciamos Lima del resto del país, entonces en Lima no habría pobres, en tanto que en el resto del país todos serían pobres[4].

La disminución de la pobreza expresa el aumento de la extensión y de la intensidad de la explotación capitalista. Con el aumento del empleo se extiende la explotación, es decir, los capitalistas explotan a más trabajadores. La cuota de plusvalía, que es la tasa de explotación de los obreros, pasó de 268,03% en el año 2001 a 346,43% en el año 2011; la cuota de ganancia aumentó de 206,36% en el 2001, al 265,39% en el 2011; y la productividad del trabajo (creación de nuevo valor por hora) pasó de 11,79 nuevos soles en el año 2006 al 16,33 nuevos soles en el año 2011. Mientras los trabajadores laboran más intensamente, la burguesía extrae más plusvalía, es decir, los explota más.

¿Es posible erradicar la pobreza en el sistema capitalista? La crisis actual, surgida en la primera potencia económica del mundo, es una prueba tangible de la imposibilidad de erradicar la pobreza en este sistema. Por más que la burguesía se esfuerce en tratar de probar que la pobreza ha disminuido, y en consecuencia, que es posible eliminarla, las leyes del desarrollo capitalista, y sobre todo, los hechos, nos dicen lo contrario. De la mano de la pobreza, la explotación, la cual es cada vez mayor, privando a los trabajadores de sus derechos, como se comprueba por la política neoliberal aplicada en el mundo durante las últimas décadas.

Notas:
[1] Según el Informe Técnico Evolución de la Pobreza Monetaria 2007 – 2012, del Instituto Nacional de Estadística e Informática.
[2] Idem. Pág. 28.
[3] Mientras que el valor del trabajo es el resultado de la producción, el valor de la fuerza de trabajo es el conjunto de mercancías que requiere el obrero para recuperar su energía para seguir trabajando y viviendo en la condición de obrero.

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