viernes, 7 de noviembre de 2025

Internacionales

Nota:

Incluimos el siguiente artículo de la revista REVOLUCIÓN, considerando el siguiente reparo: las características personales de los individuos que llegan a representar al poder de la burguesía, como en el caso de Trump en los Estados Unidos, como sujetos que encajan en determinados intereses, particularmente los de la burguesía imperialista que tiene su base en los Estados Unidos, en momentos en que pierde la hegemonía económica y política en el mundo, por la presencia de los BRICS, y por el creciente avance del modelo de capitalismo chino; no dejan de ser sujetos de la historia, es decir, representantes de determinadas clases sociales. Trump representa los intereses de la burguesía imperialista asentada en los Estados Unidos, que sufre los embates de la burguesía china y rusa. De modo que no se trata solo de que caiga Trump, sino de enfrentar a la burguesía imperialista, y con ella, al capitalismo como sistema de explotación.

Comité de redacción

07.11.2025

 

El Fascismo de Trump: Amenaza al Mundo con Armas Nucleares y Eviscera el Derecho Internacional*

4 de noviembre de 2025

El fascismo de Trump es un régimen que despoja abierta y agresivamente los derechos básicos y declara flagrantemente que no existe ningún estado de derecho ni debido proceso legal más allá de lo que él mismo dicta, y que el poder destructivo puro y duro es lo que tiene que regir en el escenario internacional, sin siquiera la pretensión de adherirse al derecho internacional ni preocuparse por la soberanía, o incluso el derecho de existir, de los pueblos y países menos poderosos”.

— Bob Avakian REVOLUCIÓN #114: Derrotar al fascismo de Trump y MAGA: Con la vista puesta en algunas futuras elecciones... o trabajar ahora para movilizar a millones de personas en torno a esta poderosa demanda unificadora: ¡Que se vaya el régimen fascista de Trump!

Aquí presentamos cuatro maneras en que este fascismo de Trump se ha intensificado a escala global tan solo esta semana. Lo siguiente subraya la extrema urgencia de que miles crezcan a millones en Washington, D.C., en una protesta no violenta sostenida para expulsar del poder al régimen fascista de Trump, y declaren:

¡En nombre de la humanidad, nos negamos a aceptar un Estados Unidos fascista!

¡Que se largue Trump YA!

 

1. ¡Trump ordena pruebas de armas nucleares: una demencia aterradora que hace que sea aún más urgente expulsar a este régimen fascista YA!

Donald Trump es un fascista desquiciado y demente con el dedo en el detonador nuclear, y acaba de aumentar el peligro nuclear que amenaza a la existencia de la propia humanidad. La semana pasada, justo antes de reunirse con el líder de una potencia rival dotada de armas nucleares, Xi Jinping de China, Trump publicó: “Debido a los programas de pruebas de otros países, he ordenado al Departamento de Guerra que comience a ensayar nuestras armas nucleares en igualdad de condiciones. Ese proceso comenzará de inmediato”.

En realidad, ninguna de las tres principales potencias nucleares del mundo —Estados Unidos, Rusia y China1 — ha realizado pruebas explosivas a gran escala de armas nucleares desde la década de 1990. Estados Unidos, Rusia y China han mantenido y “mejorado” sus sistemas nucleares mediante simulaciones informáticas y pruebas de componentes, sin llegar a detonar un arma real2. Por lo tanto, lo que quiso decir con realizar pruebas “en igualdad de condiciones” no quedó nada claro.

Pero si Trump de hecho ordena pruebas de armas nucleares a gran escala, compelerá a las demás potencias nucleares a ensayar sus armas a fin de mantenerse al mismo ritmo. Y eso desencadenaría una nueva y terrible carrera armamentista nuclear, en la que estas potencias se esforzarán por aventajarse mutuamente en poderío destructivo, precisión y fiabilidad de su armamento nuclear.

Ello es totalmente demente e inmoral. Una nueva guerra entre cualesquiera de estas potencias imperialistas con armamento nuclear —que podría estallar por un cálculo a sangre fría o por accidente— podría implicar el fin de la humanidad.

Trump no es el primer presidente estadounidense en blandir la espada nuclear — de hecho, Estados Unidos es el único país que ha utilizado bombas atómicas en una guerra, contra las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki al final de la Segunda Guerra Mundial, y así masacró a cientos de miles de personas, en su mayoría civiles, y contaminó la Tierra durante generaciones. Pero el hecho de que la presidencia esté ahora en manos del fascista Trump hace que la situación sea aún más peligrosa. La imprevisibilidad e impulsividad de Trump, junto con la sumisión de sus subordinados a cada uno de sus caprichos, aumentan la probabilidad de que una guerra nuclear se desate por un error de cálculo, o incluso por un arrebato del ego trumpiano. Y eso lo hace aún más urgente que la gente se una en una resistencia masiva no violenta para EXPULSAR este régimen fascista… ¡YA!

 

2. Trump amenaza con “entrar en” Nigeria a “rafagazos”

El 1º de noviembre, Trump acusó al gobierno de Nigeria de permitir el “asesinato de cristianos” en ese país. No solo amenazó con suspender toda la ayuda, sino que afirmó que Estados Unidos podría entrar en Nigeria “a rafagazos”. En una repugnante muestra de crueldad e inhumanidad, declaró que ordenaba a su “Departamento de Guerra” “prepararse para una posible acción. Si atacamos, será veloz, brutal y contundente…”. Ello después de que Ted Cruz, el senador fascista cristiano federal por Texas, acusara a Nigeria del “asesinato en masa” de cristianos y llamara a que Estados Unidos emprendiera acción.

En Nigeria, con una población de 220 millones de habitantes, existen complejas contradicciones y conflictos, lo que incluye enfrentamientos armados entre diferentes grupos y sectores de la población. El grupo fundamentalista islámico Boko Haram opera en algunas zonas de Nigeria así como en países vecinos. Sin embargo, la imagen que Trump presenta, de que los cristianos en Nigeria son el blanco principal de los ataques, es falsa. Como señala la Associated Press: “Los ataques en Nigeria se deben a diversos motivos. Existen ataques con motivos religiosos tanto contra cristianos como contra musulmanes, enfrentamientos entre agricultores y pastores por la escasez de recursos, rivalidades comunitarias, grupos secesionistas y conflictos étnicos. Si bien los cristianos se encuentran entre los objetivos, según los analistas la mayoría de las víctimas de los grupos armados son musulmanes en el norte de Nigeria, de mayoría musulmana, donde ocurren la mayoría de los ataques”.

Pero, como ocurre con todo lo que hacen estos fascistas de Trump y MAGA, los hechos y la verdad no importan. El núcleo cristiano fascista de MAGA afirma que a los cristianos figurativamente, se les está “quemando en la hoguera” —en Estados Unidos y en todo el mundo— y que, por lo tanto, deben combatir agresivamente esta “persecución”. Este es el método clásico de los fascistas que se hacen pasar por “víctimas” que necesitan “vengarse”, algo esencial para forjar una base fascista. En realidad, es el fascismo de Trump y MAGA el que persigue con saña a los inmigrantes, mujeres, personas LGBT, personas de color y voces progresistas en Estados Unidos — y el que amenaza y ataca a personas por todo el mundo.

 

3. Trump continúa su ola de asesinatos en los océanos con el peligro de ataques estadounidenses dentro de Venezuela.

El Miami Herald publicó el 30 de octubre que Trump había decidido atacar instalaciones militares en Venezuela, y que estos ataques “podrían ocurrir en cualquier momento”. Según el Herald, una fuente fue más allá, sugiriendo que podría avecinarse un cambio de régimen en Venezuela: “[El presidente venezolano] Maduro está a punto de verse atrapado y pronto podría descubrir que no puede huir del país aunque quisiera. Lo que es peor aún para él, ahora hay más de un general dispuesto a capturarlo y entregarlo”.

Trump lo niega, pero ha montado el mayor despliegue militar estadounidense en la región en décadas, con más de 10.000 soldados, buques de guerra, aviones de vigilancia y cazas de combate, y un portaaviones. Además, autorizó que la CIA orquestara operaciones encubiertas dentro de Venezuela.

Al mismo tiempo, avanza sin cesar la ola de asesinatos sin ley del régimen de Trump en aguas del Caribe y el Pacífico frente a las costas de Venezuela y Colombia. El “secretario de Guerra” Pete Hegseth anunció el 27 de octubre que las fuerzas armadas estadounidenses atacaron cuatro embarcaciones en un solo día frente a las costas de Colombia, mataron a 14 personas y dejaron a un solo sobreviviente. Dos días después, las fuerzas estadounidenses asesinaron a cuatro personas más en otra embarcación en la misma zona. Esto significa que las fuerzas militares estadounidenses ahora han ejecutado sumariamente al menos a 61 civiles en aguas internacionales en menos de dos meses.

Este régimen fascista alega que las pequeñas embarcaciones transportan drogas rumbo a Estados Unidos y, por lo tanto, cometen actos de guerra. No existe ninguna evidencia que respalde sus acusaciones. Aunque existiera evidencia material, los asesinatos en serie perpetrados por el régimen de Trump constituyen violaciones de las leyes internacionales y estadounidenses. El contrabando de drogas, aun si se comprobara ante un tribunal, ¡por ley no se castigaría con la pena de muerte! Y si existiera evidencia de este crimen, los sospechosos deberían ser arrestados y llevados a juicio, ¡no volados a pedazos con misiles por orden de Trump!

El 31 de octubre, un portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos emitió una declaración de condena a estos ataques estadounidenses: “Estos ataques y su creciente costo humano son inaceptables. Estados Unidos debe detener tales ataques y tomar todas las medidas necesarias para impedir la ejecución extrajudicial de personas a bordo de estos barcos”.

Según la legislación estadounidense, se requiere que el Presidente informe al Congreso en un plazo de 48 horas tras cualquier acción militar. Trump sí por fin ofreció una sesión informativa el 29 de octubre, dos meses después. Cuando el régimen por fin organizó una sesión informativa, primero excluyó a los demócratas, y permitió la presencia de únicamente los republicanos senadores y gente del Congreso. Esto forma parte de las acciones del régimen para liquidar por completo cualquier control legislativo sobre el poder ejecutivo — y tratar a cualquiera que no sea republicano como ilegítimo. Por fin, sí realizaron una sesión informativa limitada al día siguiente con los demócratas, pero los republi-fascistas han bloqueado repetidamente todos los intentos de los demócratas de votar sobre estos asesinatos ilegítimos e ilegales.

Como comentamos la semana pasada, estos ataques letales de ultramar y las amenazas inminentes contra Venezuela y su presidente, Nicolás Maduro, son las salvas iniciales de un esfuerzo estratégico para volver a establecer a Centroamérica, Latinoamérica y el Caribe como la “esfera de influencia” del imperialismo estadounidense. Se proponen consolidar a Latinoamérica y Centroamérica en un bloque fascista político y económico con Estados Unidos a la cabeza. Y los están compeliendo intereses estratégicos de que China, el principal rival imperialista de Estados Unidos dotado de armamento nuclear a nivel mundial, se ha convertido en una potencia económica dominante en Latinoamérica.

Los asesinatos en serie sanguinarios de Trump en altamar —y sus amenazas de crímenes de guerra aún mayores contra Venezuela y otros países de la región— son totalmente ilegales e ilegítimos. Estas acciones representan un peligro extremo para la gente de Venezuela, Colombia, toda América Latina y el mundo entero.

 

4. Únicamente las personas blancas pueden presentar una solicitud: Trump limita drásticamente la entrada de refugiados a Estados Unidos.

La semana pasada, el régimen de Trump anunció que Estados Unidos limitará la entrada de refugiados que se permitirá entrar a Estados Unidos cada año a 7.500. ¡El año pasado el límite era de 125.000! Y esa cifra representa una pequeña fracción de los más de 42 millones de refugiados que habrá en todo el mundo en 2024. Tantas personas han sido expulsadas de sus países de origen debido a guerras reaccionarias, persecuciones políticas, la pobreza extrema, sequías y otros desastres causados por el cambio climático. Estos son los productos del sistema del capitalismo-imperialismo, en el cual Estados Unidos está sentado en la cima, pero da igual, este régimen fascista están cerrando las puertas en las narices de las personas desesperadas que aspiran a una sobrevivencia básica.

Como otra expresión de la supremacía blanca manifiesta del fascismo de Trump y MAGA, la mayoría de las 7.500 plazas de refugiados disponibles serán ocupadas por sudafricanos blancos, con fundamento en la mentira total de que se está dando un “genocidio blanco” en Sudáfrica.

Como dijo Bob Avakian en su e-mensaje @BobAvakianOfficial REVOLUCIÓN #117Los fascistas de Trump y MAGA —opresores crueles, dementes, medievales— que tergiversan la realidad en su contrario para “justificar” su tiranía sin ley:

El racismo de Trump es tan flagrante y perverso que él apoya abiertamente a los racistas blancos de Sudáfrica, que dicen que ellos son objeto de “persecución” como resultado del fin del sistema de apartheid, que durante generaciones sometió a las masas de africanos ahí a una opresión horrorosa y asesina en beneficio de una pequeña minoría blanca. Ahora que se ha puesto fin al apartheid en Sudáfrica, Trump da la bienvenida, y un tratamiento especial y favorecido, a algunos sudafricanos blancos como “refugiados” en Estados Unidos —propagando la mentira de que estos sudafricanos blancos sean “víctimas” de la “opresión racista”— al mismo tiempo que calumnia y persigue violentamente a los inmigrantes de países no blancos. Trump insiste en defender, y restaurar, los monumentos en Estados Unidos a la Confederación esclavista, que son monumentos en honor a la esclavitud y la supremacía blanca.

Además, una propuesta sobre refugiados de parte de los Departamentos de Estado y Seguridad Nacional de Trump solicitaba la priorización de los europeos víctimas de “persecución por expresar pacíficamente sus opiniones en línea, como la oposición a la migración masiva o el apoyo a partidos políticos ‘populistas’”. Esto es otra mentira flagrante que presenta a neonazis como el partido alemán “Alternativa para Alemania” como “víctimas”.

Al mismo tiempo, Trump está revocando el estatus de protección temporal a cientos de miles de personas cuyos países de origen —Haití, Venezuela, Afganistán y otros— están tan peligrosos como para que regresen debido a las guerras y la persecución política. Esto significa que Trump se propone deportarlas directamente a situaciones donde su vida correría peligro.

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(*) Tomado de https://revcom.us/es/el-fascismo-de-trump-amenaza-al-mundo-con-armas-nucleares-y-eviscera-el-derecho-internacional

1. Estados Unidos tiene 5.277 ojivas nucleares, mientras que Rusia tiene 5.449 y China, que se encuentra en medio de una rápida expansión de su arsenal nuclear, tiene aproximadamente 600 ojivas (de la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares).

2. Aunque se realizaran ensayos de armas nucleares de forma subterránea, la radiactividad que liberaran podría tener serios efectos nocivos para las personas y el medio ambiente. Estados Unidos llevó a cabo pruebas nucleares atmosféricas en el océano Pacífico entre 1946 y 1962, que contaminaron a miles de islas. Las personas sufren las consecuencias de esto incluso hoy.



Entrevista a Guillaume Long y Manuel Rozental «La guerra contra las drogas se utiliza para aumentar la presencia militar de EE.UU. en América Latina» 

Amy GoodmanJuan González 

CRECE LA TENSIÓN ANTE LAS AMENAZAS de EE.UU. contra Venezuela y Colombia. En las últimas semanas, Estados Unidos llevó a cabo varios ataques aéreos letales en el mar Caribe contra barcos que el Gobierno de Trump afirmó, sin proporcionar pruebas, que se estaban utilizando para traficar drogas. Según un grupo de expertos de la ONU, los ataques estadounidenses contra embarcaciones en el Caribe frente a las costas de Venezuela equivalen a “ejecuciones extrajudiciales”. 

“Esto parece vincularse a una situación política mucho más amplia que la persecución de narcotraficantes, lo cual no parece ser […] para nada el principal objetivo del Gobierno estadounidense”, plantea Guillaume Long, investigador destacado del Centro de Investigación en Economía y Política y exministro de Relaciones Exteriores de Ecuador. Long dice que el deseo de provocar un “cambio de régimen en Venezuela” y la ira frente a la política a favor de Palestina del presidente colombiano Gustavo Petro son también factores que impulsan la ofensiva de Estados Unidos. Por su parte, el médico y activista colombiano Manuel Rozental señala que la guerra contra las drogas es realmente una forma de control económico. 

AMY GOODMAN: Esto es Democracy Now! Democracynow.org, el informativo de guerra y paz. Soy Amy Goodman, con Juan González. 

Un grupo de expertos de las Naciones Unidas ha dicho que los ataques estadounidenses contra embarcaciones en el Caribe frente a las costas de Venezuela equivalen a “ejecuciones extrajudiciales”. En las últimas semanas, Estados Unidos ha bombardeado siete embarcaciones al tiempo que asegura, sin pruebas, que los barcos atacados transportaban drogas. 

En un comunicado, los expertos de la ONU afirmaron que “Estas medidas son una escalada extremadamente peligrosa con graves implicaciones para la paz y la seguridad en la región del Caribe”. Esto se produce al tiempo que el presidente Trump ha autorizado a la CIA a llevar a cabo operaciones encubiertas letales dentro de Venezuela. La CIA también habría desempeñado un papel central en los ataques a las embarcaciones. Asimismo, aumentan las tensiones entre Estados Unidos y Colombia, luego de que el presidente Gustavo Petro acusara a Estados Unidos de cometer un asesinato al matar a un pescador colombiano en un ataque a mediados de septiembre. 

El presidente Trump respondió a Petro calificándolo de “lunático” y “líder del narcotráfico”. Trump también amenazó con suspender la ayuda internacional a Colombia y aumentar los aranceles a los productos colombianos. En respuesta, Petro escribió: “Tratar de impulsar la paz de Colombia no es ser narcotraficante”. Este es Petro, hablando el martes. 

PRESIDENTE GUSTAVO PETRO: Yo no me estoy equivocando con hablar con el mundo desde Colombia, porque lo que estoy demostrando es que Colombia es corazón del mundo. Y la agresión sobre Colombia es una agresión sobre el corazón del mundo. Y convoco al mundo a ayudarnos. Antes convocaba al mundo a ayudar a Palestina, ahora a nosotros porque nos quieren atacar. Y son mafiosos y Trump les está creyendo. 

Hoy tenemos a dos invitados: Guillaume Long, exministro de Relaciones Exteriores de Ecuador, y Manuel Rozental, médico y activista colombiano que nos acompaña desde el Cauca, Colombia. 

Dr. Rozental, usted ha pasado 40 años trabajando con grupos indígenas, organizaciones políticas de base que trabajan con jóvenes, y movimientos sociales urbanos y rurales. Usted ha tenido que exiliarse en varias ocasiones por sus actividades políticas y es integrante de la organización Pueblos en Camino. Para comenzar, hable sobre estos bombardeos estadounidenses contra embarcaciones venezolanas y también colombianas con la ayuda de la CIA, como lo ha dicho el propio presidente Trump, y lo que esto significa. ¿Por qué cree que Estados Unidos está involucrado en estas actividades extrajudiciales que muchas personas, incluidos senadores republicanos como Rand Paul, de Kentucky, han llamado “asesinatos extrajudiciales”, que han dejado decenas de personas muertas? 

MANUEL ROZENTAL: Sí. En primer lugar, gracias por presentar el tema y por discutirlo y que se entienda. En primer lugar, sí es un hecho que se trata de asesinatos, sin investigación, sin capturas. Supongamos que fuera gente que estuviera transportando drogas hacia el norte, no narcotraficantes, eso no le permite a un jefe de Estado, a un Gobierno y a la potencia militar más poderosa del planeta asesinar con absoluta impunidad. 

No solo está juzgando, está sentenciando, está condenando y está asesinando. Llama mucho la atención que eso que se da… hace una semana el comandante del Comando Sur de los Estados Unidos, con una carrera militar de 37 años renuncia antes del primer año —normalmente son tres— a su cargo cuando esto se inicia o está en curso, lo cual debe investigarse porque seguramente tiene que ver con estas órdenes de masacrar impunemente que están sucediendo en otros lugares del mundo, no sobra decir Gaza, que es un modelo que está surgiendo ahí. 

Pero esto qué significa y cómo lo vemos nosotras y nosotros acá. El señalamiento al presidente Gustavo Petro directamente como narcotraficante e impopular en Colombia no solo es falso, sino que además es una acusación temeraria y peligrosa de alguien que cambió el abordaje o está intentando cambiar el abordaje de la guerra frente a las drogas. 

¿Qué implica esto? Implica un renacer, recrudecer del viejo imperialismo norteamericano y estadounidense que no se ha detenido con el pretexto de la guerra contra las drogas, que nunca ha sido una guerra para acabar con las drogas, sino que siempre se trata de un instrumento para los Estados Unidos, de una parte, acumular ganancias con el tráfico de drogas y de otra parte, con el pretexto de la guerra contra las drogas, reprimir movimientos sociales, controlar la política de países y entrar por recursos que necesita. 

Ahora es absolutamente claro que de eso se trata, complementándolo con el hecho de que la imposición de aranceles a productos agrícolas y a productos de nuestros países lo que hace es empobrecer aún más al campesinado, donde se producen las plantas que se convierten en ilícitas. Esos aranceles e impuestos obligan a la gente a encadenarse en el proceso del narcotráfico que enriquece mafias, instituciones financieras y gente sobre todo de las élites de nuestros países y del primer mundo. Esto está poniéndose sobre la mesa claramente. 

JUAN GONZÁLEZ: Y doctor Manuel Rozental, quisiera preguntar, Colombia ha pasado por décadas de guerra civil. Por fin estaba en camino hacia la paz con algunos de los acuerdos con los grupos principales guerrilleros. Pero todo ese tiempo los Estados Unidos estaban básicamente aliados con los Gobiernos de Colombia. Hoy en día, cuando hay un presidente democráticamente electo de izquierda, ahora vemos con la administración de Trump estos conflictos con su país. Y la administración de Trump ha dicho que uno de los ataques en los barcos era contra un grupo del Ejército de Liberación Nacional que estaba traficando drogas. ¿Nos puede hablar de la situación con este grupo guerrillero y la excusa que está usando los Estados Unidos por estos ataques? 

MANUEL ROZENTAL: Juan, es una pregunta enorme, pero voy a enfocarme en algo para hacer una síntesis de lo que está sucediendo acá, planteando esto: Colombia se está convirtiendo, y no solo Colombia, en una serie de, para llamarlo de algún modo claro, territorios criminales autónomos. Grupos armados, inicialmente derecha, paramilitares, pero ahora también otros de las llamadas disidencias de las FARC y otros grupos en los territorios están ganando control total sobre las poblaciones, la economía, la política, todo de los territorios. Estos grupos armados, si uno mira mapas de fuentes confiables como Indepaz y otros, uno ve que los territorios en Colombia se están repartiendo entre grupos que se confrontan entre sí, donde hay mucha violencia, grupos que coexisten pero no han llegado a acuerdos y grupos que controlan territorios enteros como el Clan del Golfo. 

Es un modelo de Estado que se está estableciendo. ¿Por qué digo de Estado? Porque estos grupos se están articulando con las élites tradicionales, con mafias, con terratenientes, con banqueros, con sectores económicos como el que representa el expresidente Álvaro Uribe Vélez, claramente, y toda esta articulación urbana y rural, no solo en el campo, se debe a que el negocio del narcotráfico se articula a otros tráficos ilegales, pero también al control sobre minas, al control sobre petróleo, sobre las riquezas de los territorios. 

Hay un nuevo Estado, un Estado criminal mafioso global. Esto lo entendió el presidente Petro y propuso que se llegara a la paz con autonomías territoriales. La propuesta puede haber sido… ha fracasado justamente porque el vínculo de estos grupos armados y estas mafias con un negocio global gigantesco por principio iba a impedir acuerdos de paz. Tú no te puedes sentar con un grupo armado que hace mucho dinero con la guerra y con el control del territorio y ofrecerle la paz a cambio de que se vayan a la cárcel. No lo van a aceptar. 

Lo que dices es cierto. Estados Unidos sigue apoyando a las mafias que todo el tiempo fomentan este modelo porque se benefician tanto de lo ilegal como de lo legal, y esta mafiosidad que ya está en Haití, que está en México, que está en otros países, se extiende ahora —y Guillaume está ahí para comentar si me equivoco— se extiende a Ecuador y este tipo de modelo de criminalidad capitalista para resolver sus crisis de acumulación está detrás de todo esto. Por eso los intentos de paz y por eso personas como Petro le estorban al régimen y particularmente a los Estados Unidos. 

JUAN GONZÁLEZ: Y, Guillaume Long, ¿nos puede hablar un poco del impacto de estos ataques de la administración de Trump en la política interna de Ecuador? 

GUILLAUME LONG: Bueno, yo creo que ha quedado demostrado, con el hecho de que la fiscalía ecuatoriana no formalizó cargos contra el ciudadano que le fue entregado por Estados Unidos, de que no hay claridad, no existe claridad sobre quiénes son estas personas, si son pescadores que están ahí o si es que realmente tienen algún vínculo con el narcotráfico, pero lo que es muy probable es que sean de muy bajo nivel, que no sean grandes capos de la de las mafias, y al contrario, como dijo también el embajador García Peña, se supone que sería mucho más interesante, si es que ellos en realidad tienen vínculos con el narcotráfico, si es que están siendo utilizados por redes de narcotráfico, apresarlos, preguntarles, sacar información, sacar inteligencia de estas personas para llegar a eslabones más altos de narcotráfico. Por lo que realmente esto lo que demuestra es que es un ejercicio fundamentalmente político, que yo diría tiene dos propósitos fundamentales. El primero es para las audiencias domésticas en los Estados Unidos. Mostrar imágenes de un hombre… de Trump como un hombre fuerte contra las mafias, contra las pandillas, contra el crimen, con intransigencia, con esta actitud de disparar antes de preguntar, lo cual vende bien con su base, con la base MAGA y en un contexto en que sabemos, lo vemos en todas las encuestas que están saliendo en Estados Unidos, que el crimen es una de las preocupaciones principales de los ciudadanos estadounidenses. En todas las encuestas sale primero economía, segundo el problema de la inseguridad y del crimen.

Entonces yo creo que es un teatro político en ese sentido, es un show político en ese sentido para audiencias nacionales. Y a nivel internacional, yo creo que ahí hay una agenda que pertenece probablemente más al secretario de Estado, Marco Rubio, que al presidente de la república, Donald Trump, que es una agenda de recuperar el control sobre el hemisferio occidental. 

No hay que olvidar que durante 15 años, quizás un poquito más, un poquito menos, según como se lo mide, pero entre 2000 y 2015 Estados Unidos perdió el control sobre su hemisferio. Hubo una ola de Gobiernos progresistas, yo creo que clamando soberanía e integrándose por primera vez, y esto ha quedado en la memoria de los Estados Unidos como un capítulo que no quieren repetir. 

Hay varios Gobiernos de izquierda de diferentes tintes políticos e ideológicos en la región que no son Gobiernos que son favorables a Estados Unidos o que los Estados Unidos perciben estos Gobiernos como contrarios a sus intereses. Y tenemos en este momento yo creo que un lobby republicano muy anclado en la Florida, con su líder siendo Marco Rubio, el Secretario de Estado, que quieren recuperar el control sobre el patio trasero. 

Yo creo que fundamentalmente detrás de esta escalada militar en el Caribe hay una amenaza sobre Venezuela, sobre Colombia ahora, y también una señal mucho más generalizada al hemisferio de que Estados Unidos está caminando como un “palo grande”, como un “Big stick”, en un contexto global en que Estados Unidos se retira de ciertos espacios geopolíticos, Europa, Medio Oriente y probablemente Asia Oriental, donde también hay una retirada paulatina de los Estados Unidos, pero en el hemisferio occidental un retorno al monroísmo, un retorno a un tratamiento geopolítico del hemisferio marcado por la seguridad, marcado por la presencia militar, marcado por lo que Manuel llamaba una suerte de retorno de las viejas prácticas imperialistas. Yo creo que eso es. 

Y las drogas, la guerra contra las drogas siempre, desde su inicio, y podríamos remontar a Nixon en el 73, pero con mucha más fuerza con la declaración de guerra contra las drogas de Reagan en el 86, siempre han sido utilizadas para aumentar la presencia militar de seguridad de los Estados Unidos en la región. En mi país, en Ecuador, cuando se instala la base de Manta, ya no es una base que se argumenta para luchar contra el comunismo, se instala en el 98 con el argumento de luchar contra las drogas. Es decir, el pretexto de las drogas, el flagelo de las drogas, ha sido un pretexto muy cómodo para reafirmar el poderío militar y seguritista y de las diferentes agencias de seguridad de los Estados Unidos en el hemisferio occidental y en América Latina en especial. 

Yo creo que esa es la agenda internacional. Y esa agenda doméstica, duro contra el crimen internacional, de recuperación del patio trasero, en el contexto de Gobiernos que todavía se resisten, creo que es el propósito principal de la administración Trump en este show que estamos viendo en el Caribe. Pero un show que, lastimosamente, cuesta en vidas humanas y creo que eso es lo que no podemos olvidar, que a la final estamos hablando de asesinatos en alta mar, que son ilegales, que han sido denunciados como tales en un contexto que no es un contexto de guerra y que debemos denunciar, por ende, todas y todos. 

AMY GOODMAN: Estamos hablando con Guillaume Long, exministro de Relaciones Exteriores de Ecuador, y con el Dr. Manuel Rozental, desde el Cauca, Colombia. Quería preguntarle, Dr. Rozental, esta semana, en su red social Truth Social, el presidente Trump llamó “traficante de drogas ilegales” al presidente colombiano, Gustavo Petro. Y el lunes, se refirió a él como “lunático”. Esto es lo que dijo Trump hablando en el Air Force One. 

PRESIDENTE DONALD TRUMP: Si ves los campos, están llenos de drogas, y refinan las drogas y producen enormes cantidades de cocaína y la envían a todo el mundo y destruyen familias. No. Colombia está fuera de control y ahora tienen el peor presidente que hayan tenido nunca. Es un lunático que tiene muchos problemas, problemas mentales. 

AMY GOODMAN: ¿Puede responder a lo que está diciendo Trump y hablar de qué opina la gente de su región, en el Cauca, de la situación actual, con Trump primero atacando barcos venezolanos y ahora atacando a Colombia e incluso matando a pescadores. ¿Hacia dónde creen los colombianos que se dirige esto?

MANUEL ROZENTAL: Es muy importante empezar por lo que manifestaba Guillaume. Es absolutamente cierto que esto es una actuación política, un pretexto político para actuar, pero, sobre todo, que detrás de las palabras de esta manifestación de Trump atacando a Petro sin duda está Marco Rubio y están los republicanos de la Florida. Así se refieren a Petro desde cuando fue electo. 

Hay que recordar que ningún presidente en la historia de Colombia ha recibido tantos votos para ser electo como Petro. Y a un año y nueve meses de terminar su presidencia, el presidente Petro llena las plazas públicas en todas partes y tiene un respaldo popular gigantesco. Eso no quiere decir que no haya la misma derecha, apoyada por los Estados Unidos, que no esté polarizando el país y tratando de mantener su control. 

Es muy importante, para entender el planteamiento del presidente Trump, el antecedente. Colombia siempre estuvo controlada, Gobiernos liberales, conservadores o como se llamen, fue el mayor aliado de los Estados Unidos en el continente y particularmente en lo militar, también en lo económico y en todos los campos, pero en lo militar y en la guerra contra las drogas. Entonces, un presidente que entra con otra lógica, con otro abordaje y desafía eso es necesariamente un presidente que particularmente republicanos en la Florida y el poder económico van a tratar de atacar y han estado atacando. 

O sea, detrás de esto está Marco Rubio. Ahora, yo quiero agregar algo. La situación que ya se está viviendo de asesinatos en el Caribe y la gigantesca presencia militar de Estados Unidos, más de 10.000 tropas en el Caribe del Sur, está anunciando algo más, más peligroso, que ojalá no se dé. Con esta retórica y con este tipo de comportamientos el temor que nos da es la posibilidad de una invasión o de una acción militar más amplia que hay que detener a toda costa, porque esto lo que va a hacer es polarizar y poner a los pueblos en guerra. 

Y quiero dar dos datos que seguramente en Estados Unidos no se conocen mucho: un proceso judicial legítimo y legal contra el presidente Álvaro Uribe Vélez vinculado con el narcotráfico, lo sabemos, aunque no se haya condenado por esto. Un proceso legal que vimos por televisión durante tres meses en cada audiencia y que demostró legítima y legalmente con evidencias innegables que el presidente Uribe fue realmente quien compró y amenazó testigos para acusar al senador Iván Cepeda y a otros. Ese proceso lo vimos. El presidente fue condenado por una juez valiente, la primera en años que no cae ante las amenazas de los hermanos Uribe y de Álvaro Uribe. Y después de la condena, Marco Rubio se manifestó públicamente alegando que la juez obedecía a intereses políticos. Esto es una absoluta intromisión en un sistema jurídico autónomo. Es inaceptable, además de imperial es irrespetuoso. Pero ya lo había hecho en Brasil cuando se juzgó a Bolsonaro. Y Bolsonaro es un criminal que hizo lo mismo que Trump. Un ataque al Gobierno electo de Brasil, entrando a destruir el Palacio de Gobierno en Brasilia, lo mismo que hizo Trump. Y la manifestación de Marco Rubio y del Gobierno de los Estados Unidos fue quitarle la visa al juez y exigir que se liberara a Bolsonaro. En fin, estamos ante un proceso imperial con propósitos y motivaciones políticas egocéntricas, pero detrás de esto, económicas. Es el control total de nuestro hemisferio por recursos y riquezas, que es lo que hay detrás de Venezuela. Y esto no quiere decir que estemos defendiendo un Gobierno, un presidente u otro, sino describiendo exactamente lo que está pasando. Trump es un peligro para Latinoamérica y el Caribe y por eso es un peligro para los Estados Unidos. 

JUAN GONZÁLEZ: Guillaume Long, quisiera preguntarle, para expandir más sobre la política de Trump en América Latina acerca de las amenazas a otros países, por ejemplo a Brasil, por el hecho que el sistema judicial de Brasil logró llevar al expresidente Jair Bolsonaro a juicio. También la situación en Argentina, donde la administración de Trump quiere prestarle 20.000 millones a Argentina, pero entonces el presidente Trump dice que si no gana Milei en las próximas elecciones no le va a dar ayuda a Argentina. Las amenazas a Panamá reclamando el canal de Panamá para los Estados Unidos, otra vez. ¿Cuál es el significado de estas políticas en América Latina de la administración de Trump? 

GUILLAUME LONG: Excelente pregunta. Yo creo que son dos elementos fundamentales. Por un lado, el lado más neoconservador, tradicional, neoconservador intervencionista, que lo vemos con el lobby de la Florida. En materia de… cuando hablamos de América Latina siempre le damos mucha importancia a la Florida, no son teorías de conspiración, sino que realmente ha ido instalándose, en diferentes administraciones, de hecho, un verdadero lobby republicano basado en la Florida que es muy halcón, muy agresivo hacia América Latina y sobre todo muy ideológico, lo cual no necesariamente es el caso de Trump. Lo vamos a ver, pero en el caso de Marco Rubio y de los congresistas, senadores, congresistas que están a su alrededor y que responden a este lobby neoconservador e intervencionista, hay una agenda muy ideológica que es antiprogresista, antiizquierda y sobre todo de reafirmar el poder, la dominación, la hegemonía de los Estados Unidos en América Latina. Y obviamente la obsesión con Venezuela y Cuba, Cuba por razones obvias, pero Venezuela que es ligado a Cuba, lo vimos en la primera administración Trump, que el ataque a Cuba y Venezuela hacía parte de una misma política, de una misma lógica. Si cae el uno, cae el otro, un poco desde esta óptica y lo estamos volviendo a ver ahora. Y eso también tiene consecuencias para cualquier Gobierno considerado progresista, de izquierda, como quiera llamárselo, aplica por supuesto a Colombia. Colombia es muy importante porque Colombia fue el mayor aliado en materia de seguridad de los Estados Unidos durante tres décadas. No estoy hablando del mayor socio comercial, eso claramente es México. Pero en términos de seguridad, la relación, la íntima relación entre el Estado norteamericano, el Estado de seguridad norteamericano y el Estado de seguridad colombiano fue muy, muy, muy íntimo, muy fuerte, con mucha relación, con acceso a cierto tipo de inteligencia y de armamento por parte de los colombianos que no tenían otros países de América Latina, que los Estados Unidos les daba. 

Y cuando llega Petro es la primera vez que irrumpe en esta lógica, porque nunca antes en la historia de Colombia había habido un presidente crítico de estas lógicas hegemónicas. Entonces, el ataque ha sido, sí, incesante, empezando con los migrantes y la polémica de los migrantes retornados o deportados más bien. Luego el tema palestino, que no ha sido menor, que ha sido uno de los grandes caballos de batalla del presidente Petro y con muchas denuncias de la administración Trump. Y ahora más recientemente, obviamente el tema de Venezuela. Nadie quiere en la región una guerra con Venezuela. Si las sanciones lograron la expulsión de siete millones de venezolanos de Venezuela, que no lograría una guerra, sería una verdadera crisis humanitaria de refugiados que afectaría muchísimo a Colombia y a muchos países de América Latina. Brasil lo acaba de mencionar, por supuesto, la misma intromisión en el sistema judicial brasileño por parte de Marco Rubio, en el caso de Bolsonaro, que es la que vemos en Colombia en el caso Uribe, también una visión muy imperial por parte de este lobby. 

Pero a eso se suma Trump, que para mí Trump no es tan ideológico como Marco Rubio. No tiene los mismos propósitos, pero sí significa un retorno al pasado. En cuanto a la visión geoestratégica, geopolítica, el rol de los Estados Unidos en el mundo. Y yo creo que Trump cree mucho en esferas de influencia: “Nos retiramos de Europa —piensa él— quizás del Medio Oriente, no más guerras eternas, Forever Wars, no más guerras eternas. Hay que ver qué pasa exactamente en Asia Oriental. Está por decidirse. Pero en nuestro hemisferio vamos a reafirmar el dominio estadounidense”. Yo creo que eso no entra tanto en contradicción con las bases MAGA como las otras guerras tan lejanas en el Medio Oriente que quizás puedan gozar de menos popularidad. En América Latina hay una sensación de que las Américas, el monroismo, la doctrina de Monroe eso, ¿no? “Las Américas para los americanos”, entendiéndose los norteamericanos. Yo creo que eso cala bien en las bases de Trump, por lo cual no habría contradicción. 

Hay contradicción entre Rubio y Trump en muchos temas que se han ido salvando. En el tema de Ucrania, por ejemplo, se han ido aminorando las contradicciones. Pero en el caso de América Latina no creo que haya contradicciones fundamentales entre el secretario de Estado y el presidente Trump, por lo cual estamos viendo unos Estados Unidos muy agresivos, demasiado agresivos. 

Yo añadiría un último tema, y es que todo en América Latina es política de seguridad por parte de Estados Unidos, no hay zanahoria, no hay política económica. Eso, hasta ahora, son los chinos, pero en los Estados Unidos todo es a través de políticas de seguridad, cooperación en materia de seguridad, y si no te cuadra, si no haces lo que yo te digo, esto te va a suceder. Son amenazas, es política del miedo, pero no sé si sea tan sostenible en el tiempo, porque evidentemente sin zanahoria, sin apoyo para el desarrollo, sin apoyo para la lucha contra la pobreza, para el crecimiento económico, etcétera, etcétera, no creo que sea tan sostenible esta política de Estados Unidos a largo plazo. 

AMY GOODMAN: Muchas gracias a los dos por estar con nosotros. Guillaume Long fue ministro de Relaciones Exteriores de Ecuador y ahora es investigador principal en el Centro de Investigación en Economía y Política. Queremos también dar las gracias al Dr. Manuel Rozental por acompañarnos desde el Cauca, Colombia. Activista de larga trayectoria con más de 40 años de activismo político de base con organizaciones sociales juveniles e indígenas y movimientos urbanos y rurales. Ha estado exiliado varias veces por sus actividades políticas y es miembro de Pueblos en Camino.


Visite democracynow.org para ver nuestra entrevista en inglés con ellos dos, así como con el embajador de Colombia en Estados Unidos, Daniel García Peña, quien acaba de ser llamado a consultas por el Gobierno colombiano como resultado de las crecientes tensiones entre Colombia y Estados Unidos, mientras el Gobierno de Trump continúa bombardeando embarcaciones en el Caribe y ha matado a decenas de personas. Soy Amy Goodman, con Juan González. Gracias por acompañarnos.

Fuente: https://www.democracynow.org/es/2025/10/24/la_guerra_contra_las_drogas_se

 


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