domingo, 5 de octubre de 2025

Filosofía

Introducción a las Investigaciones Lógico-ontológicas*

Jindřich Zelený

§ 1

En la vida cotidiana utilizamos con alguna frecuencia la expresión «pensamiento racional». Se trata de una expresión relativamente comprensible, para cuyo uso extracientífico nos basta con las representaciones que sobre su significado poseemos. Una comprensión más profunda de lo que es pensamiento racional es cosa que de manera no inmediata resulta de la formulación de una expresión inteligible. Obtenemos esta comprensión mediante el análisis científico, esto es, mediante la aplicación de una forma particular del pensamiento racional al conocimiento de un objeto que en este caso es, precisamente, el pensamiento racional mismo.

Procederemos paso a paso de las clarificaciones más elementales a las más complejas. Más tarde tendremos que convertir también este proceder -esto es, el método científico al que recurrimos en esta reflexión concreta de tipo filosófico-científico sobre el pensamiento racional- en objeto de investigación.

§ 2

La razón surge y se desarrolla como propiedad social humana en interrelación inextricable con el trabajo, por un lado, y con el lenguaje por otro, y tiene un portador biosomático: viene unida al cerebro y al sistema nervioso del hombre que vive en sociedad.

La razón es una propiedad habitual de seres humanos siempre socialmente unidos en formas evolutivas histórico- concretas; se manifiesta:

a)               en la capacidad de crear, unir y separar fundamentadamente significados, así como enjuiciarlos en lo que hace a su verdad;

b)               en la capacidad de una acción teleológica tendente a la satisfacción de las necesidades materiales y espirituales mediante la realización de objetivos previamente escogidos mediante el recurso a medios adecuados.

Se trata de la funciones cognitiva y práctica, respectivamente, de la razón.

§ 3

Los significados pueden estar más o menos alejados de las percepciones sensoriales. Pueden ser significados, esto es, representaciones y conceptos del lenguaje ordinario o significados del lenguaje científico (teórico). Pueden ser significados muy diferentes, esto es, representaciones y conceptos distinguibles y diferenciables de acuerdo con los más diversos criterios1.

Llamamos pensamiento racional al movimiento de los significados en el sentido del § 2.

Distinguimos entre un movimiento lingüístico (objetivamente transitivo) y un movimiento metalingüístico de los significados, y entre un pensamiento transitivo y un pensamiento reflexivo. Esta circunstancia complica la teoría del reflejo. En ambos casos se trata de un pensamiento material, objetivo, con diferentes tipos de objetualidad. Las consideraciones y reflexiones lógico-gnoseológicas -esto es, precisamente, del tipo de las que ahora estamos llevando a cabo y que bien podrían designarse también como reflexiones del ámbito de la semiótica lógica- ofrecen, en su mayor parte, un ejemplo del movimiento metalingüístico de los significados, no limitándose, al hacerlo, al lenguaje en la abstracción de la materialidad y actividad extralingüística, sino concibiéndolo como parte, en cuanto lenguaje y en cuanto pensamiento, de la vida social global que es «esencialmente práctica» (8.a tesis sobre Feuerbach de Marx).

Del pensamiento teórico (científico) racional y del pensamiento ordinario racional distinguimos otras formas de movimiento de los significados (representaciones), a propósito de las que no se trata ante todo de una unión o interrelación fundamentada de los significados bajo el aspecto de la veracidad. Se trata, por ejemplo, del pensamiento mítico y, en general, artístico e imaginativo, que se expresa en un discurso libre y vinculado, o por recurso, en determinados casos, a otro tipo de signos, o del pensamiento fantástico con el que nos encontramos en el ámbito de la religión, del sueño, etc. Es esencial que el pensamiento fantástico discurra en la consciencia, en cuyo caso se trata de fantasía, o que se le reconozca subjetivamente -como en el caso de la religión- la capacidad de procurar la verdad, es decir, una verdad superior a la de la «razón natural». Del pensamiento racional en la delimitación aquí provisionalmente expuesta se distinguen, por ejemplo, el pensamiento de los enfermos mentales o esos estadios evolutivos primitivos del pensamiento humano con los que nos encontramos en procesos psíquicos de seres vivos, particularmente en primates.

Entre el pensamiento racional y otras formas de pensamiento no existe una línea divisoria nítida, cortante; imposible de saltar. Se dan aquí interrelaciones genéticas y estructurales con la posibilidad de un solapamiento parcial, etc. Elementos del pensamiento imaginativo (fantástico) pueden jugar aquí un papel considerablemente positivo en lo que se refiere al pensamiento teórico creador. El pensamiento teórico, a su vez, puede tener un valor estético o cumplir una función estética, etc.

§ 4

En su nivel originario y fundamental el pensamiento racional es un reflejo del ser material. Surge y se desarrolla ante todo como momento del ser prácticomaterial2. En niveles culturales superiores se desarrollan también conceptos que son un reflejo del reflejo.

En líneas generales puede, pues, decirse que el pensamiento3 viene condicionado, en su esencia y en su desarrollo, por tres momentos:

a)               por la naturaleza de la realidad extrahumana objetiva, anorgánica y orgánica, reflejada;

b)               por la naturaleza de la realidad sociohistórica (de las formas sociales de la praxis) reflejada, cuyo momento producido y productor es el pensamiento de cada época; en las sociedades de clase este condicionamiento encuentra su expresión, entre otras cosas, en el carácter ideológico, clasista, de algunas de sus formas de pensamiento; c) biosomáticamente4.

§ 5

El movimiento, en el orden del pensamiento, de los significados no es, según Marx, «otra cosa que lo material reelaborado y traducido a la cabeza humana»5. Si designamos d movimiento, en el orden del pensamiento, de los significados como lo «ideal», nos encontramos con que resulta posible expresar, a grandes rasgos, la interrelación histórico-evolutiva de lo material y lo ideal como sigue:

a)               Originariamente todas las representaciones y conceptos son una refiguración subjetiva, más o menos adecuada, de algo ya previamente existente en la realidad material con independencia de lo ideal.

b)               La reelaboración de este elemento material al hilo de su traducción a la cabeza humana descansa, entre otros factores, en el hecho de que los significados-refiguraciones tienen, en comparación con la realidad material reflejada, una mayor movilidad y temporalidad específicas (dirigidas también al pasado). Posibilita transformar, dentro de ciertos límites y mediante la acción teleológica humana, una realidad material previamente dada con la ayuda del pensamiento planificador. De este modo es traducido de la cabeza humana a la realidad material y con ello objetivado, es decir, convertido en elemento ideal materializado, lo material, en uno de sus aspectos, en los ámbitos del contacto entre naturaleza y sociedad.

c) En la evolución de la sociedad el pensamiento viene a ser al fin, en parte, un nuevo elemento ideal de este tipo, que surge de la reelaboración y traducción de lo material, que en parte es un elemento ideal objetivado, materializado. La evolución histórica del proceso de trabajo y de la producción social es, al mismo tiempo, una evolución de la interrelación histórico-procesual de lo material y de lo ideal a que nos hemos referido.

Lo material natural permanece, en cualquier caso, juntamente con lo material que surge de la objetivación de lo ideal, asimismo en los estadios históricos superiores del proceso global.

§ 6

La actividad cognoscitiva, el conocimiento, se realiza mediante la creación y movimiento de los significados (percepciones sensoriales, representaciones, conceptos). Todo pensamiento racional es actividad cognoscitiva. Distinguimos entre tipos (modos) diferentes de conocer.

Según el órgano cognoscitivo:

a.   Conocimiento por la vía de la percepción sensorial, bien

aa) directa inmediata, bien

ab) directa mediata (fotografías, film, TV);

b.   Conocimiento por la vía del pensamiento conceptual.

Según el carácter de la fundamentación y contrastación:

a) conocimiento elemental;

b) conocimiento por aprendizaje;

c) conocimiento por aplicación de método conscientemente crítico: conocimiento científico a propósito del que cabe distinguir entre científico en sentido amplio y en sentido estricto, tratándose, en este último caso, de una investigación que incide, mediante el método científico, sobre ámbitos hasta ese momento no conocidos.

Según los estadios de la evolución en la ontogénesis y en la filogénesis:

La evolución de la capacidad de pensamiento racional (inteligencia) en los niños actuales es investigada experimentalmente en la escuela de Piaget, por ejemplo, o en la de Rubinstein en la Unión Soviética6.

En la historia de la humanidad la actividad cognoscitiva ha asumido diferentes formas. Engels dice al respecto: «El pensamiento teórico de cada época, y por lo tanto también el de la nuestra, es un producto histórico, que en épocas distintas ha asumido una forma variable y, en consecuencia, un contenido asimismo muy variable. La ciencia del pensamiento es, pues, como cualquier otra, una ciencia histórica, la ciencia de la evolución social del pensamiento humano.»7 En este contexto se plantea la cuestión de los tipos históricos del pensamiento racional (de los tipos históricos de racionalidad).

En lo sucesivo nos ocuparemos, fundamentalmente, del conocimiento científico. De todos modos, ciertas propiedades esenciales del conocimiento científico y de los tipos históricos de racionalidad, salvo la relación con el conocimiento vinculado al lenguaje ordinario, cotidiano (y con la praxis política y socio-productiva, «ordinaria», de las masas), no resultan investigables aquí.

§ 7

El pensamiento y la percepción sensorial guardan entre sí una interrelación muy compleja. La percepción sensorial y el pensamiento concreto-figurativo a ella vinculado (pensamiento preconceptual en representaciones) es, por lo general, histórico, y en la ontogénesis primario, pero el pensamiento racional desarrollado oscila siempre entre la percepción sensorial (intuición viva) y el pensamiento conceptual de diferentes capas, grados y ámbitos de abstracción (generalización o idealización y formalización, respectivamente). Sin esta oscilación no puede tomar cuerpo conocimiento científico verdadero alguno.

El pensamiento conceptual no reelabora únicamente lo sensorialmente dado, sino que influye también activamente sobre el proceso perceptivo de lo sensiblemente dado en la dialéctica evolutiva de lo a posteriori y de lo a priori.

En    la     evolución  de    la     sociedad   surge        y se desarrolla el fundamento biosomático (el cerebro humano), en el que viene hereditariamente programada la posibilidad de la comprensión de determinadas percepciones, por ejemplo, del lenguaje.

§ 8

El pensamiento es susceptible de ser verdadero cuando los significados y sus conexiones constituyen un reflejo adecuado de la realidad objetiva, esto es, cuando corresponden a la realidad objetiva en cuanto refiguraciones suyas en el orden del pensamiento.

Criterio de verdad puede ser, en casos poco exigentes, y según la naturaleza del objeto de nuestro pensamiento, la percepción sensible directa e inmediata o la directa y mediada, de la que los engaños y espejismos de los sentidos son erradicados mediante el pensamiento crítico.

En el pensamiento que refleja el lado cuantitativo-informacional de los objetos, la obediencia a las reglas formales de las combinaciones y transformaciones de filas de signos y de significados puede constituir, en muchos casos, el criterio de verdad (= corrección). De todos modos, toda esta corrección solo puede tener, en última instancia, el carácter de verdad por y en la medida que las estructuras formales surgidas mediante idealización son, en su punto de partida y en sus estructuras primarias de movimiento, un reflejo adecuado del correspondiente aspecto de los procesos materiales.

El criterio definitivamente fundamentante de verdad es -aunque no resulte determinante, en cada caso particular, de modo definitivo e ilimitado- la praxis histórico-social.

Se plantea la cuestión de la diferencia entre el concepto dialéctico-materialista y el metamatemático-semántico (Tarski) de verdad.

§ 9

Llamaremos al pensamiento científico racional (al conocimiento), pensamiento teórico (en sentido amplio). Con el paso del mito al logos, en la antigua Grecia surge el pensamiento teórico, primero en la figura del pensamiento filosófico-teórico, del que más tarde se desgaja relativamente el pensamiento teórico científico-particular, de formas distintas según los ámbitos de investigación y los estadios históricos evolutivos del pensamiento científico particular.

El concepto de conocimiento científico racional vino a ganar, en un momento determinado, una importancia inequívoca al hilo histórico de la emergencia de la ciencia matemática de la naturaleza de la Edad Moderna. El conocimiento acorde con los ideales de Galileo y de Descartes era un conocimiento racional por excelencia. Esta ratio fue concebida como versión (perfeccionada en su significado) de la antigua EPISTEME, como solución por fin encontrada del antiguo ideal del conocimiento epistémico.

Particular atención merece el problema de la relación entre el pensamiento teórico-filosófico y el científico-particular en la época histórica actual, así como el problema de la relación entre el pensamiento teórico y el cotidiano.

§ 10

Una parte del pensamiento racional permite ser algoritmizada. El movimiento algoritmizable de los significados puede simularse y acelerarse con ayuda de los ordenadores. Con ello guarda relación el problema de la llamada inteligencia artificial.

Tomamos el concepto de algoritmo en la definición de A. A. Markow8.

El ordenador (computer) es una máquina que está adaptada para el movimiento acelerado de los signos, resultando a un tiempo este movimiento sígnico de los significados (semánticamente) interpretable. O lo que es igual: el ordenador trabaja con un lenguaje al que en su reducción a la sintaxis hemos allegado una semántica que nos es conocida, pero no piensa. Según parece, en el ámbito de las formas lógicas parece hoy conveniente seguir desarrollando el concepto restringido de la interpretación meramente semántica por la vía conceptual de una interpretación semiótica histórico social multidimensional.

§ 11

El pensamiento es una actividad que discurre en formas de pensamiento. Distinguimos entre formas de pensamiento en sentido estricto y formas de pensamiento en sentido amplio. Formas de pensamiento en sentido estricto, esto es, formas elementales del pensamiento racional, son las siguientes actividades (operaciones) racionales elementales y las formas a ellas correspondientes, relativamente estables, que presuponen y en las que culminan: concepto, juicio (predicación), conclusión. Forma central elemental del pensamiento (forma lógica) es el juicio.

Aristóteles fue el primero en delimitar las formas de pensamiento en sentido estricto y en sentar las bases para la investigación sistemática de las mismas. Haber sabido hacer abstracción de todo contenido de pensamiento a propósito de algunas de las formas de pensamiento en sentido estricto, clarificando a un tiempo algunas de sus propiedades (legaliformidades) generales, es una de las aportaciones científicas más relevantes de Aristóteles. Con ello no pretende decirse que Aristóteles se limitara a la investigación de las formas de pensamiento en sentido estricto y con abstracción de todo contenido de pensamiento. Elaboró la históricamente primera y sistemáticamente más influyente teoría de los tipos básicos de significados del orden del pensamiento, así como de las leyes de su movimiento e interrelación en el conocimiento verdadero.

Marx manifiesta en El Capital (1.a. ed.9) la idea de que Aristóteles investigó a menudo no sólo las formas del ser, sino también las del pensar, mejor que sus críticos modernos.

Ya en la Metafísica de Aristóteles -y antes en Platón, en el Parménides entre otros diálogos, y en los presocráticos- encontramos las bases de una concepción de las formas lógicas más profunda que la meramente lógico formal.

Pieza esencial de la lógica formal tradicional era la investigación de las formas de pensamiento en sentido estricto en cuanto formas indiferentes respecto de todo contenido de pensamiento, esto es, haciendo abstracción del mismo. En la lógica dialéctica Hegel investiga también estas formas, entre otras, pero como «contenidos formales», en interrelación profunda con las formas del ser y del actuar, esto es, con los contenidos formales del proceso natural y de la vida social (humana) 10.

Las formas elementales de pensamiento pueden ser, en un principio, investigadas partiendo de ciertos presupuestos abstractos, de los que venimos a hacemos conscientes. Acto seguido hay que llevar asimismo lo lógico, esto es, las formas de pensamiento en sus formas legaliformes, necesarias, generales, a los contextos interrelacionales de los que las hemos sacado de modo temporal e inicialmente condicionado. La des-abstracción viene a revelamos así algunas propiedades nuevas de las formas lógicas de pensamiento.

La lógica matemática contemporánea trabaja con un concepto reducido de «forma» lógica (cfr. por ejemplo, A. Church: lntroduction to Mathematical Logic, Introducción § 02).

§ 12

En lo sucesivo restringiremos nuestra investigación de las formas lógicas de pensamiento a la aplicación del punto de vista ontopraxeológico. Nos cuestionaremos si a propósito de las formas lógicas de pensamiento o, lo que es igual, de los tipos históricos de racionalidad, cabe decir algo nuevo investigándolos en contextos onto-praxeológicos.

Con vistas a la clarificación de este método comenzaremos por dejar sentado que en su punto de partida nos orientamos de acuerdo con las siguientes ideas de Lenin 11, a cuya aplicación tenderemos en las investigaciones lógicas:

a)               «El punto de vista de la vida, de la praxis, tiene que ser el punto de vista primero y fundamental de la teoría del conocimiento.» 12

b)               «La idea de introducir la vida en la lógica es comprensible -y genial- desde el punto de vista del proceso de reflejo del mundo objetivo en la (en un principio individual) consciencia de los hombres y de la contrastación de esta consciencia (de este reflejo) por la praxis... Si se investiga la relación del sujeto con el objeto en la lógica, hay que tomar también en consideración los presupuestos generales para el ser del sujeto concreto (= vida de los hombres) en el entorno objetivo.» 13

c)                «...Resulta indudable... que la praxis figura en Hegel como eslabón en el análisis del proceso de conocimiento y, ciertamente, como transición hacia la verdad objetiva (en la terminología de Hegel, «absoluta»). Marx enlaza, en consecuencia, de manera inmediata con Hegel al introducir el criterio de la praxis en la teoría del conocimiento: vid. las Tesis sobre Feuerbach.» 14

d)               «Las relaciones (= transiciones = contradicciones) de los conceptos = contenido principal de la lógica, relevándose aquí asimismo estos conceptos (y sus relaciones, transiciones, contradicciones) como reflejos del mundo objetivo.» 15

e)                «Han transcurrido milenios desde que surgió la idea de la «cadena de todas las cosas», de la «serie de las causas». Comparando cómo han sido concebidas estas causas a lo largo de la historia del pensamiento humano vendría a obtenerse una teoría del conocimiento de indiscutible fuerza probatoria.» 16

f)                 «Para que las diferentes figuras lógicas pudieran asumir la condición central de axiomas, la actividad práctica humana tuvo que obligar a la consciencia del hombre a repetirlas miles de millones de veces.»17

En orden a caracterizar nuestro proceder en términos semióticos, esto es, desde el punto de vista del proceso lingüístico, en el que distinguimos entre un aspecto pragmático, otro sintáctico y otro semántico, diríamos lo siguiente: el pensamiento racional es, ante todo, un proceso semántico, en orden a cuya clarificación hemos de tomar, en cualquier caso, en consideración también el aspecto lingüístico sintáctico y el aspecto pragmático de orden lingüístico y extralingüístico. Apuntamos aquí a una semiótica construida sobre la base de la teoría materialista del reflejo 18. Tenemos que habérnoslas con problemas situados en la confluencia de la semiótica empírica y la pura (lógica). Y al hacerlo, no sólo hemos de trabajar con significados sin atención alguna a sus denotaciones, sino también con significados asumidos como reflejo mental de las denotaciones, concibiendo a un tiempo de manera materialista el aspecto pragmático como comunicación humana en la praxis social, una praxis que se desarrolla sobre una base caracterizada, ante todo, por la dialéctica de las fuerzas productivas y de las relaciones de producción (y en las sociedades clasistas, por la lucha de clases). El dominio de la semántica lógico-matemática -al que en la bibliografía mundial con que hasta el momento contamos se ha dedicado una atención proporcionalmente muy grande- ha de ser asumido como un subdominio de la semiótica empírica, ampliamente concebida, y lógico-dialéctica. Los problemas lógicos actuales (lógico-dialécticos) de mayor importancia hunden, al parecer, sus raíces precisamente en la relación entre el lenguaje ordinario (y las formas de trabajo) y el lenguaje científico, incluido el metalenguaje y los lenguajes artificiales. La investigación de los mismos exige desbordar los estrechos límites de la semiótica lógico-matemática19, impuestos por presupuestos abstractos tanto explícitos como implícitos, con una idea programática que apunta a la elaboración, con la ayuda del método ontopraxeológico20, de una semiótica lógico-dialéctica mucho más ampliamente concebida.

§ 13

La forma de pensamiento más simple y general es el juicio. Surge mediante predicación, que es la actividad de pensamiento racional elemental.

El juicio es la forma más simple de pensamiento, dado que todo concepto es implicite un juicio, y toda conclusión puede descomponerse en juicios.

El juicio es la forma más general de pensamiento, dado que está presente en todo acto de pensamiento y en toda objetivación lingüística del pensamiento.

Ejemplo de juicios pueden ser los pensamientos que se expresan lingüísticamente en las siguientes proposiciones (enunciados):

a)      «Mi madre nació en Zaječice».

b)      «El agua consta de hidrógeno y oxígeno».

c)       «El perro es un mamífero».

d)      «El año 1980 es un año bisiesto».

e)       «El juicio es la forma de pensamiento más simple y general».

f)        «La ecuación de segundo grado tiene dos raíces».

g)      «Los gases de escape son malos para la salud».

A propósito de todo juicio pueden aducirse, obtenidas por la vía del análisis, las siguientes determinaciones:

El juicio es una estructura significativa, expresable siempre en uno u otro lenguaje, esto es, con ayuda de signos materiales, de la palabra hablada, escrita, o de otros signos acordados o inteligibles de modo general gracias a la tradición y a los que por esta vía se ha conferido validez general. El juicio es una formación sígnico-significativa.

Todo juicio es originariamente (y sigue siéndolo de modo potencial) un acto de pensamiento espacio-temporalmente determinado, y es al mismo tiempo una formación de pensamiento relativamente fijada u objetiva, que se expresa mediante signos, o que puede ser expresada así. El juicio es una formación que en cierto sentido representa la unidad del producir y del ser producido.

Todo juicio es una unidad significativa (una totalidad significativa) creada por una multiplicidad de significados.

En todo juicio se encuentra de modo rudimentario la unidad de lo aposteriórico y lo apriórico.

A la determinación esencial de todo juicio pertenece, además, la circunstancia de que el juicio es una unidad de determinaciones opuestas. Esta es la propiedad más profunda y originaria del juicio, de la que por derivación viene a abstraerse la consistencia (libertad de contradicción) en el sentido de la lógica formal aristotélica. Así, por ejemplo, la exigencia de usar los mismos conceptos en uno y el mismo sentido tiene como presupuesto la validez de la abstracción de la identificación, esto es, que lo diferentes en el espacio y en el tiempo sea mentado como lo mismo.

§ 14

A partir de esta unidad dialéctica de determinaciones opuestas, la concepción metafísica del juicio fija unilateralmente la determinación del juicio bien como un acto de pensamiento (J. S. Mill, psicologismo en la lógica), bien como una estructura o entidad significativa fija, objetiva, desgajada del acto de pensamiento y de lenguaje (A. Church, y con anterioridad a él ya G. Frege, la línea platonizante en la filosofía de la lógica matemática 21).

En la clarificación de la naturaleza de la lógica, tanto los nominalistas (Quine, Goodman y otros) como los platónicos (Church y otros), buscan una salida ecléctica a partir de la incomprensión de la dialéctica de lo general y de lo particular, de lo idéntico y de lo diverso, de lo material y de lo ideal, del movimiento y de la quietud.

Algunos lógicos matemáticos de la línea platonizante conciben el juicio («proposition») de manera abstractamente metafísica tan sólo como una formación o entidad significativa ideal desgajada de la relación con «wording» (y toda expresión sígnica material en absoluto) y con el acto de pensamiento. Lo que en las representaciones de los lógicos matemáticos platonizantes es asumido, en cuanto «sentence», como «purely syntactical entity, taken in abstraction from its meaning»22, es algo que en realidad viene vinculado a la posibilidad de la interpretación y de la coordinación de los significados, de modo que aquella supuesta sintacticidad «pura», independiente de todo significado, conserva un aspecto semántico y lo tiene como presupuesto (proposition como posibilidad). Ser una «entidad sintáctica pura» es una propiedad no sintáctica, sino semántica. Church habla de una dualidad de la serie material de los signos y de los juicios (the duality of sentence and proposition). Para nosotros no se trata de una dualidad, sino de aspectos diferentes de un todo unitario.

El aspecto sintáctico del juicio es un caso especial del aspecto general de conjunto-de-información propio de cuanto existe. Todo está de algún modo ordenado.

El aspecto sintáctico no tiene por qué ser identificado con el aspecto sígnico material. Tanto los significados ideales del orden del pensamiento como sus interrelaciones, como también los procesos objetivos materiales, tienen un aspecto de conjunto-de-información.

En su estructura sígnico-significativa y de acto-de-significar el juicio no viene, pues, vinculado a ésta o aquella forma concreta de signos materiales por la que es expresado (por ejemplo, este o aquel lenguaje nacional particular). Y a la vez no existe, sin embargo, independientemente de signos. El pensamiento de curso actual silente presupone filogenéticamente y, por lo general, también ontogenéticamente, el surgimiento, la apropiación y el uso previos del lenguaje. El pensamiento de curso actual silente sólo existe en la medida en que resulta potencialmente expresable mediante el signo lingüístico.

Uno y el mismo pensamiento (el mismo significado de un juicio) puede ser expresado por recurso a signos lingüísticos diferentes, como revela la traducción de un lenguaje a otro. Cuando uno y el mismo pensamiento es expresado en el mismo lenguaje repetidas veces o por hablantes diferentes, se usan signos lingüísticos que en el espacio y el tiempo son, ciertamente, diferentes, pero que, sin embargo, son también los mismos. Al efectuar la identificación de la abstracción23, hablamos -en ese caso concreto- de una y la misma expresión lingüística. Desde este punto de vista queda ya claro que la dialéctica de lo general y lo particular y la dialéctica de la identidad y la diversidad son propias, de modo general, de todo juicio.

Si aceptamos la diferenciación usual de los signos en iconos perceptibles por la vía de los sentidos, índices y símbolos, podemos decir que los signos lingüísticos materiales son símbolos, en tanto que los significados a ellos vinculados son «iconos ideales» de las denotaciones.

La expresión lingüística viene vinculada de manera flexible, aunque no enteramente flexible, al significado del juicio (al pensamiento). Desde un principio en formas gramaticales fonéticamente diferentes, el lenguaje se desarrolló históricamente, de todos modos, en interrelación indisoluble con la evolución de la formulación de juicios en la praxis social material. Algunas investigaciones lingüísticas y neurofisiológicas de los últimos años (N. Chomsky y otros) distinguen en el uso del lenguaje entre una capa superficial fácilmente transformable y una capa más profunda y estable. Ésta corresponde a las estructuras gramaticales más generales. Cabe interrogarse por las uniones legaliformes existentes entre estas estructuras gramaticales más profundas y las estructuras hereditariamente programadas de los procesos neurofisológicos en los centros lingüísticos del cerebro, por una parte, y las formas y estructuras lógicas del pensamiento, por otro24. Los co-portadores (o cosoportes) más originarios y fundamentales del pensamiento no son los sistemas sígnicos de estructura lingüística general, sino sistemas sígnicos específicos dotados de la estructura lingüística del lenguaje hablado natural.

§ 15

De la historia de este problema retendremos ante todo, subrayándolo, que la teoría aristotélica del juicio viene contenida en su escrito PERI HERMENEIAS. Cifra su punto de partida en el análisis de la interrelación entre lenguaje (lenguaje hablado, discurso, FONAI) y pensamiento, en una serie de consideraciones de carácter sintáctico-semántico. Aristóteles encontró ya los comienzos de este análisis en Platón, en los diálogos Cratilo (431 B), Teeteto (189 E- 190 A; 206 D) y Sofista (240 E - 241 A, 259 D - 263 E).

En Leibniz la teoría de la predicación engloba el problema de la verdad. Leibniz investiga agudamente la relación entre palabras (signos materiales), procesos actuales de pensamiento y pensamientos posibles. Desde este punto de vista (y sólo desde él), Kant es más pobre. Concibe los juicios como juicios abstractos («proposition» en sentido estricto), desgajados de los actos lingüísticos.

En Bolzano (Doctrina de la ciencia, 1837), «proposición» significa propositio en sentido tradicional; «proposición en sí» es propositio en sentido abstracto estricto.

La limitación de la teoría semántica de Frege, que llena toda una época de la lógica matemática, ha de ser cifrada en su vinculación a las entidades matemáticas y en su sola consideración como denotación del valor de verdad. No refleja adecuadamente la relación entre significado ideal (como reflejo) y cosa material reflejada.

Los puntos de vista de Russell sobre la esencia del juicio fueron evolucionando y transformándose. Russell partió (1903) de la concepción de Frege (pensamiento = unasserted proposition en el sentido abstracto de una configuración pura de significado). Más tarde volvió sus ojos a la concepción tradicional: proposition es el significado, verdadero o falso, que se expresa por medio del lenguaje. El Russell tardío parece tender incluso en ocasiones a una concepción psicologista del juicio.

Enlazando con la teoría idealista de la predicación de Husserl se han desarrollado, fundamentalmente, la idea dialéctica de una estructura predicativa noético-noemática, cuyos primeros pasos han de cifrarse ya en Brentano, y la aspiración a superar la limitación unilateral de las anteriores teorías, bien empriristas, bien racionalistas, de las formas lógicas.

La relación entre formas de pensamiento y formas del ser social práctico, especialmente las formas del trabajo material, queda en las investigaciones lógicas de Aristóteles, pero también en las de Descartes y J. S. Mill, Bolzano y Frege, Russell y Husserl, fuera del ámbito de consideración.

§ 16

En el siglo xx no son pocas las voces que exageran de modo relativista la esencia sociohistórica de las formas de pensamiento, incluidas las formas lógicas. Se afirma, por ejemplo, que «entre las formas de juicio y las épocas tóricas existen conexiones»25. Esta idea de Horkheimer puede ser interpretada de modos diferentes. Desde el punto de vista de las formas externas, lógico-gramaticales, de los juicios se revelará probablemente como no susceptible de ser probada, como falsa. Las formas de juicio de las que habla la clasificación que se hace en el Organon aristotélico existían entonces y existen también ahora.

Pero esta idea puede ser considerada asimismo atendiendo a otro aspecto. Esto es, tomando en consideración esas formas de contenido más profundas del juicio a las que se refería Marx cuando en El Capital (1.a ed. 1867, pág. 21) escribió que «antes de Hegel los lógicos profesionales pasaron por alto incluso el contenido formal de los paradigmas del juicio y de la conclusión».

En esta concepción más profunda, la cuestión de la historicidad de las formas de juicio pasa a plantearse como la cuestión de la historicidad de las formas de predicación y de determinación, esto es, como la cuestión de la historicidad de las categorías lógicas en sentido activo, en el que el conjunto de las categorías lógicas determina la fuerza formuladora de juicios, la capacidad de vincular juicios y conclusiones.

En la filosofía moderna Kant comenzó a investigar sistemáticamente las formas de juicio en esta concepción más profunda en su lógica trascendental (que engloba también la dialéctica trascendental) y en la metodología trascendental. Este trabajo encontró su prolongación, en un nivel diferente, en la Fenomenología del espíritu de Hegel y en la lógica dialéctica. El marxismo vino a unirse críticamente a ello. El desarrollo de la investigación de lo lógico de Kant a Marx y Engels, pasando por Hegel, es hoy, en nuestra opinión, una aportación que todavía debe importamos sobremanera, a pesar de los sensacionales avances de la lógica y la semiótica matemática en nuestro siglo.

A esta luz puede formularse la tesis de que todas las formas lógicas tienen carácter histórico. Pero no siempre tenemos que habérnoslas con una historicidad social de uno y el mismo tipo.

Intentaremos ilustrar esta idea recurriendo a tres observaciones.

§ 17

a) De algunas formas lógicas puede decirse que tienen una historicidad social práctica en el sentido de que dependen en muy amplia medida, y de manera históricamente pasajera, de las formas históricas de transición de la praxis social. Ejemplo de ello puede representado la categoría lógica de «libertad» en la forma en que nos la encontramos en las teorías y en la visión del mundo de los clásicos de la economía política y de la teoría política burguesa. Pertenece al grupo de las formas lógicas de las que Marx dice26 que son formas de pensamiento socialmente válidas, y por tanto objetivas, de cara a las relaciones de producción del modo de producción social históricamente condicionado, concretamente de la producción capitalista de mercancías"

§ 18

b) De las formas lógico-matemáticas puede decirse que son históricas en el sentido de ésta o aquélla variante de su concepción teórica (por ejemplo, en forma de lenguajes no formalizados o cálculos formalizados) y en el sentido de ésta o aquélla variante de su utilización técnico-práctica (por ejemplo, en forma de ordenadores de generaciones diferentes).

Estas formas lógicas son, además, esencialmente (atendiendo al status ontológico) históricas en el sentido de ser en su origen una fijación abstracta de una parte de lo que tan solo existe como proceso histórico. Como proceso histórico entendemos aquí, en cualquier caso, no sólo la historia humana, sino también la historia de la naturaleza, los procesos evolutivos de la naturaleza a gran escala.

Lo que quiero decir es que no nos referimos en este contexto únicamente a una historicidad social.

Observemos asimismo al margen que la lógica matemática, en la concepción de la misma sustentada, por ejemplo, por A. Church en su Introducción a la lógica matemática27, designa como forma lógica aquello que, en realidad, no afecta de manera inmediata a la forma de pensamiento, de modo que con no menor justificación cabría recurrir en este contexto apuntando, por ejemplo, al cálculo de enunciados sintácticamente concebido, a expresiones como «forma abstracta de redes eléctricas», etc. Sólo en el marco de una determinada interpretación específica hemos de habérnoslas en sentido genuino con formas lógicas en cuanto formas de pensamiento.

§ 19

c) La evolución histórica de las formas lógicas ocurre siempre en el contexto de un determinado todo relativamente estable, para cuya caracterización resulta adecuado el concepto de tipos históricos fundamentales de racionalidad. Este concepto no se refiere únicamente al pensamiento cognoscente (cognitivo), sino también al haz de rasgos característicos de la función y a las formas del pensamiento racional en la acción práctica.

El tipo histórico fundamental de racionalidad resulta caracterizable en orden a tres criterios unitariamente concebidos:

1.       Por el aparato categorial y metodológico fundamental. A dos niveles: qué aparato categorial y metodológico es usado real o, en su caso, implícitamente, y cómo viene a ser concebido en la autocomprensión del portador.

2.       Por el modo como toma cuerpo real la relación entre teoría y praxis y se tiene claridad teórica acerca de la misma. Con otras palabras: de qué formas de la praxis social individual es esta relación entre teoría y praxis el momento producido y productor.

3.       Por la naturaleza de la relación entre juicios descriptivos y de valor.

Bajo este aspecto concebimos el marxismo-leninismo como un nuevo tipo histórico de pensamiento y de acción racional. La concepción de la ratio al modo de Bacon y Descartes representa para nosotros el tipo antecesor fundamental de racionalidad histórica.

Los diferentes tipos históricos de racionalidad no sólo muestran transformaciones y diversidades, sino que tienen asimismo, al lado de los variables, elementos comunes y en lo esencial no transformables. A ellos pertenecen muchas formas lógicas que son investigadas en el actual análisis lógico-formal de la ciencia.

Los tipos históricos fundamentales de racionalidad tienen, pues, su historicidad específica.

§ 20

A una ulterior elaboración de estas observaciones introductorias de carácter fragmentario correspondería la tarea de entrar en discusión tanto con las ahistóricas absolutizaciones lógico-matemáticas como, por ejemplo, con la ontología fundamental subjetivista de Heidegger, que tiende a interpretar el núcleo lógico del pensamiento racional en el espíritu de una historicidad concebida de modo idealista.

Es posible que una mirada materialista-dialéctica a la lógica trascendental kantiana abra uno de los caminos resolutorios de esta tarea. En el trabajo que sigue procederemos a desarrollada.

__________

(*) Jindřich Zelený, Dialéctica y conocimiento, primera parte. Ediciones Catedra, colección Teorema, Madrid, 1982.

(1) Cfr., por ejemplo, la clasificación que ofrece S. L. Rubinstei n en su libro Grundlagen der allgemeignen Psychologie, Berlín, 1973.

(2) Cfr. al respecto algunas ideas de los fundadores del marxismo:

1.           F. Engels: «Tanto la ciencia natural como la filosofía han descuida do hasta el momento enteramente la influencia de la actividad de los hombres sobre su pensamiento. Sólo conocen la naturaleza, por una parte, y los pensamientos por otra. Pero precisamente la transformación de la naturaleza por los hombres, y no la naturaleza sola como tal, es el fundamento más importante e inmediato del pensamiento humano, y en la relación en la que el hombre aprendió a transformar la naturaleza, en esa relación creció su inteligencia.» (Marx-Engels, Werke, vol. 20, Berlín, 1973, Pág. 489).

2.           En sus observaciones al tratado de Economía Política de Wagner, Marx escribe: «El hombre está en relación con las cosas del mundo exterior como medio para la satisfacción de sus necesidades. Pero los hombres en modo alguno comienzan estando ya «en esta relación teórica con las cosas del mundo exterior». Comienzan, como todo animal, comiendo, bebiendo, etc., o sea, no «estando» en una relación... sino comportándose activamente, adueñándose de ciertas cosas del mundo exterior mediante la acción, para así satisfacer su necesidad. (Comienzan, pues, con la producción.) Mediante la repetición de este proceso va grabándose en su cerebro la propiedad de estas cosas de «satisfacer sus necesidades»; los hombres, como también los animales, aprenden «teóricamente» a distinguir las cosas externas, que sirven para la satisfacción de sus necesidades, de todas las demás.» (Marx-Engels, Werke, vol. 19, Berlin, 1972, págs. 362-363.)

3.           Fr. Engels: «Las ideas provienen todas de la experiencia, imágenes especulares -correctas o deformadas- de la realidad... Dos tipos de experiencia -material externa e interna- leyes y formas del pensamiento... El pensamiento tiene como único contenido el mundo y las leyes del pensamiento.»

(Ibíd., vol. 20, págs. 573-4.)

4.           K. Marx: «Pero la evolución de la ciencia, de este reino a un tiempo ideal y práctico, sólo es una cara, una forma en la que... aparece... la evolución de las fuerzas productivas humanas.» (Grundrisse, Berlin, 1953, pág. 439.)

(3) Para abreviar recurriremos en lo sucesivo, y generalmente, a la expresión «pensamiento» por«pensamiento racional».

(4) Cfr. F. Engels: «Toda refiguración mental del sistema objetivo del mundo viene y permanece realmente limitada por la situación histórica, y subjetivamente por la constitución corporal y mental de su autor.» (Marx, Engels, Werke, vol. 20, Berlín, 1973, pág. 35.)

(5) K. Marx, Das Kapital I., Berlín, 1945, pág. 18.

(6) Cfr. también J. Limhart, Proces a struktura lidského učeni, Academia, 1972.

(7) Marx-Enge1s, Werke, vol. 21, Berlín, 1973, pág. 330, biosomático (el cerebro humano), en el que viene hereditariamente programada la posibilidad de la comprensión de determinadas percepciones, por ejemplo, del lenguaje.

(8) A. A. Markow, Teoría algorifmov, Moscú, 1954.

(9) Pág. 772.

(10) Sobre las categorías dialécticas de forma y contenido puede consultars e con provecho el trabajo, por ejemplo, de V. 1. Kuraew en el volumen colectivo Kategoríi dialektiki kak stupeni poznanija, Moscú, 1971, págs. 208-238.

(11) Cfr. asimismo las principales ideas de Marx y de Engels sobre la naturaleza de lo lógico, tal ycomo fueron expuestas arriba, 4.

(12) W. I. Lenin, Materialismus und Empiriokritizismus, Berlín, 1972, página 137.

(13) W. I. Lenin, Philosophische Hefte, Berlín, 1973, pág. 192.

(14) Ibid., pág. 202.

(15) Ibid., pág. 186.

(16) Ibid., pág. 331. Cfr. las ideas de Lenin acerca de la reelaboración detallada de la teoría del conocimiento sobre la base de la historia del conocimiento en general, sobre todo de la historia de la filosofía, de las ciencias particulares, de la evolución racional del ser vivo y del niño, de la historia del lenguaje, de la psicología y de la neurofisiología (ibid., pág. 335). Cfr. también las ideas de Engels en el Anti-Dühring (Werke, vol. 20, pág. 331) a propósito de la necesidad de «conocer el proceso histórico-evolutivo del pensamiento humano, así como las concepciones de los nexos e interrelaciones generales del mundo exterior surgidas en las diferentes épocas...»

(17) Ibid., pág. 181.

(18) Cfr. L. O. Reznikov, Gnoseologiceskije voprosy semiotiko. LGU, 1964: 1. S. Narskij (ed.), Problema znaka i znacenija, Moscú, 1969.

(19) Stegmüller habla de la crisis de la semiótica lógico -matemática y de la necesidad de «buscar un acceso enteramente nuevo al complejo problemático "teoría y experiencia"» (Probleme und Resultate der Winssenschattstheorie und Analytischen Philosophie, vol. 1, Berlín, 1969, pág. XIX).

(20) Utilizamos a lo largo del texto que sigue el término «ontopraxeológico» como abreviatura de la expresión: concepción materialista-dialéctica, que aplica el principio de la unidad de lo lógico y de lo histórico, y que se apoya sobre la idea de Engels según la cual, «el fundamento esencial y primero del pensamiento humano es precisamente la transformación de la naturaleza por los hombres y no la naturaleza sola como tal» (Werke, vol. 20, pág. 498).

(21) El trabajo de S. A. Janovskaja «Problemas de la introducción y exclusión de las abstracciones de orden superior» en el volumen colectivo Problemy znaka i znaĉenia (1. S. Narski ed.), Moscú, 1969, representa un intento de crítica materialista -dialéctica del nominalismo y del platonismo. Cfr. asimismo J. J. Lednikow, Kritičeskij analyz nominalističeskich i platonistskich tendencij v sovremennoj logike, Kiew, 1973.

(22) The Problem of Universals, l. M. Boehenski, Alonzo Chureh, Nelson Goodman (eds.), Notre Dame, Indiana, 1956, pág. 6, Ibid., pág. 4: «A proposition in the abstract sense, unlike the traditional proposition, may not be said to be of any language: it is not a form of words, and is not a linguistic entity of any kind exeept in the sense that it may be obtained by abstraction fr om language».

(23) Su naturaleza ha sido clarificada de cara al lenguaje de la lógica matemática, por ejemplo, por A. A. Markow y otros.

(24) Una investigación del aspecto evolutivo de este problema podría procurar interesantes resultados. Cfr. Dvanáct esejú o jazyce, Mladá fronta, 1970.

(25) M. Horkheimer, «Traditionelle und kritische Theorie», en Kritische Theorie, vol. 11, ed. preparada por A. Schmidt, pág. 175.

(26) Karl Marx, Das Kapital, vol. 1, en Werke, vol. 23, pág. 90.

(27) Alonso Church, Introduction to Mathematical Logic, Princeton, N. J., 1956.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.

CREACIÓN HEROICA