Introducción
a las Investigaciones Lógico-ontológicas*
Jindřich
Zelený
§
1
En la vida cotidiana
utilizamos con alguna frecuencia la expresión «pensamiento racional». Se trata
de una expresión relativamente comprensible, para cuyo uso extracientífico nos
basta con las representaciones que sobre su significado poseemos. Una comprensión
más profunda de lo que es pensamiento racional es cosa que de manera no
inmediata resulta de la formulación de una expresión inteligible. Obtenemos
esta comprensión mediante el análisis científico, esto es, mediante la
aplicación de una forma particular del pensamiento racional al conocimiento de
un objeto que en este caso es, precisamente, el pensamiento racional mismo.
Procederemos paso a paso de
las clarificaciones más elementales a las más complejas. Más tarde tendremos
que convertir también este proceder -esto es, el método científico al que
recurrimos en esta reflexión concreta de tipo filosófico-científico sobre el
pensamiento racional- en objeto de investigación.
§
2
La razón surge y se
desarrolla como propiedad social humana en interrelación inextricable con el
trabajo, por un lado, y con el lenguaje por otro, y tiene un portador
biosomático: viene unida al cerebro y al sistema nervioso del hombre que vive
en sociedad.
La razón es una propiedad
habitual de seres humanos siempre socialmente unidos en formas evolutivas
histórico- concretas; se manifiesta:
a)
en la capacidad de crear, unir y separar
fundamentadamente significados, así como enjuiciarlos en lo que hace a su
verdad;
b)
en la capacidad de una acción
teleológica tendente a la satisfacción de las necesidades materiales y
espirituales mediante la realización de objetivos previamente escogidos
mediante el recurso a medios adecuados.
Se trata de la funciones
cognitiva y práctica, respectivamente, de la razón.
§
3
Los significados pueden
estar más o menos alejados de las percepciones sensoriales. Pueden ser
significados, esto es, representaciones y conceptos del lenguaje ordinario o
significados del lenguaje científico (teórico). Pueden ser significados muy
diferentes, esto es, representaciones y conceptos distinguibles y
diferenciables de acuerdo con los más diversos criterios1.
Llamamos pensamiento
racional al movimiento de los significados en el sentido del § 2.
Distinguimos entre un
movimiento lingüístico (objetivamente transitivo) y un movimiento
metalingüístico de los significados, y entre un pensamiento transitivo y un
pensamiento reflexivo. Esta circunstancia complica la teoría del reflejo. En
ambos casos se trata de un pensamiento material, objetivo, con diferentes tipos
de objetualidad. Las consideraciones y reflexiones lógico-gnoseológicas -esto
es, precisamente, del tipo de las que ahora estamos llevando a cabo y que bien
podrían designarse también como reflexiones del ámbito de la semiótica lógica-
ofrecen, en su mayor parte, un ejemplo del movimiento metalingüístico de los
significados, no limitándose, al hacerlo, al lenguaje en la abstracción de la
materialidad y actividad extralingüística, sino concibiéndolo como parte, en
cuanto lenguaje y en cuanto pensamiento, de la vida social global que es
«esencialmente práctica» (8.a tesis sobre Feuerbach de Marx).
Del pensamiento teórico
(científico) racional y del pensamiento ordinario racional distinguimos otras
formas de movimiento de los significados (representaciones), a propósito de las
que no se trata ante todo de una unión o interrelación fundamentada de los significados bajo el aspecto de la veracidad. Se trata, por ejemplo, del
pensamiento mítico y, en general, artístico e imaginativo, que se expresa en un
discurso libre y vinculado, o por recurso, en determinados casos, a otro tipo
de signos, o del pensamiento fantástico con el que nos encontramos en el ámbito
de la religión, del sueño, etc. Es esencial que el pensamiento fantástico
discurra en la consciencia, en cuyo caso se trata de fantasía, o que se le
reconozca subjetivamente -como en el caso de la religión- la capacidad de
procurar la verdad, es decir, una verdad superior a la de la «razón natural».
Del pensamiento racional en la delimitación aquí provisionalmente expuesta se
distinguen, por ejemplo, el pensamiento de los enfermos mentales o esos estadios
evolutivos primitivos del pensamiento humano con los que nos encontramos en
procesos psíquicos de seres vivos, particularmente en primates.
Entre el pensamiento
racional y otras formas de pensamiento no existe una línea divisoria nítida,
cortante; imposible de saltar. Se dan aquí interrelaciones genéticas y
estructurales con la posibilidad de un solapamiento parcial, etc. Elementos del
pensamiento imaginativo (fantástico) pueden jugar aquí un papel
considerablemente positivo en lo que se refiere al pensamiento teórico creador.
El pensamiento teórico, a su vez, puede tener un valor estético o cumplir una
función estética, etc.
§
4
En su nivel originario y
fundamental el pensamiento racional es un reflejo del ser material. Surge y se
desarrolla ante todo como momento del ser prácticomaterial2. En
niveles culturales superiores se desarrollan también conceptos que son un
reflejo del reflejo.
En líneas generales puede,
pues, decirse que el pensamiento3 viene condicionado, en su esencia
y en su desarrollo, por tres momentos:
a)
por la naturaleza de la realidad
extrahumana objetiva, anorgánica y orgánica, reflejada;
b)
por la naturaleza de la realidad
sociohistórica (de las formas sociales de la praxis) reflejada, cuyo momento
producido y productor es el pensamiento de cada época; en las sociedades de
clase este condicionamiento encuentra su expresión, entre otras cosas, en el
carácter ideológico, clasista, de algunas de sus formas de pensamiento; c)
biosomáticamente4.
§
5
El movimiento, en el orden
del pensamiento, de los significados no es, según Marx, «otra cosa que lo
material reelaborado y traducido a la cabeza humana»5. Si designamos
d movimiento, en el orden del pensamiento, de los significados como lo «ideal»,
nos encontramos con que resulta posible expresar, a grandes rasgos, la
interrelación histórico-evolutiva de lo material y lo ideal como sigue:
a)
Originariamente todas las
representaciones y conceptos son una refiguración subjetiva, más o menos
adecuada, de algo ya previamente existente en la realidad material con
independencia de lo ideal.
b)
La reelaboración de este elemento
material al hilo de su traducción a la cabeza humana descansa, entre otros
factores, en el hecho de que los significados-refiguraciones tienen, en
comparación con la realidad material reflejada, una mayor movilidad y temporalidad
específicas (dirigidas también al pasado). Posibilita transformar, dentro de
ciertos límites y mediante la acción teleológica humana, una realidad material
previamente dada con la ayuda del pensamiento planificador. De este modo es
traducido de la cabeza humana a la realidad material y con ello objetivado, es
decir, convertido en elemento ideal materializado, lo material, en uno de sus
aspectos, en los ámbitos del contacto entre naturaleza y sociedad.
c) En la evolución de la
sociedad el pensamiento viene a ser al fin, en parte, un nuevo elemento ideal
de este tipo, que surge de la reelaboración y traducción de lo material, que en
parte es un elemento ideal objetivado, materializado. La evolución histórica
del proceso de trabajo y de la producción social es, al mismo tiempo, una
evolución de la interrelación histórico-procesual de lo material y de lo ideal
a que nos hemos referido.
Lo material natural
permanece, en cualquier caso, juntamente con lo material que surge de la
objetivación de lo ideal, asimismo en los estadios históricos superiores del
proceso global.
§
6
La actividad cognoscitiva, el conocimiento, se realiza mediante la
creación y movimiento de los significados (percepciones sensoriales,
representaciones, conceptos). Todo pensamiento racional es actividad
cognoscitiva. Distinguimos entre tipos (modos) diferentes de conocer.
Según el órgano
cognoscitivo:
a.
Conocimiento por la vía de la percepción
sensorial, bien
aa) directa
inmediata, bien
ab) directa
mediata (fotografías, film, TV);
b.
Conocimiento por la vía del pensamiento
conceptual.
Según el carácter de la
fundamentación y contrastación:
a) conocimiento
elemental;
b) conocimiento
por aprendizaje;
c) conocimiento
por aplicación de método conscientemente crítico: conocimiento científico a
propósito del que cabe distinguir entre científico en sentido amplio y en
sentido estricto, tratándose, en este último caso, de una investigación que
incide, mediante el método científico, sobre ámbitos hasta ese momento no
conocidos.
Según los estadios de la
evolución en la ontogénesis y en la filogénesis:
La evolución de la capacidad
de pensamiento racional (inteligencia) en los niños actuales es investigada
experimentalmente en la escuela de Piaget, por ejemplo, o en la de Rubinstein
en la Unión Soviética6.
En la historia de la
humanidad la actividad cognoscitiva ha asumido diferentes formas. Engels dice
al respecto: «El pensamiento teórico de cada época, y por lo tanto también el
de la nuestra, es un producto histórico, que en épocas distintas ha asumido una
forma variable y, en consecuencia, un contenido asimismo muy variable. La
ciencia del pensamiento es, pues, como cualquier otra, una ciencia histórica,
la ciencia de la evolución social del pensamiento humano.»7 En este
contexto se plantea la cuestión de los tipos históricos del pensamiento
racional (de los tipos históricos de racionalidad).
En lo sucesivo nos
ocuparemos, fundamentalmente, del conocimiento científico. De todos modos,
ciertas propiedades esenciales del conocimiento científico y de los tipos
históricos de racionalidad, salvo la relación con el conocimiento vinculado al
lenguaje ordinario, cotidiano (y con la praxis política y socio-productiva,
«ordinaria», de las masas), no resultan investigables aquí.
§
7
El pensamiento y la
percepción sensorial guardan entre sí una interrelación muy compleja. La
percepción sensorial y el pensamiento concreto-figurativo a ella vinculado
(pensamiento preconceptual en representaciones) es, por lo general, histórico,
y en la ontogénesis primario, pero el pensamiento racional desarrollado oscila
siempre entre la percepción sensorial (intuición viva) y el pensamiento
conceptual de diferentes capas, grados y ámbitos de abstracción (generalización
o idealización y formalización, respectivamente). Sin esta oscilación no puede
tomar cuerpo conocimiento científico verdadero
alguno.
El pensamiento conceptual no
reelabora únicamente lo sensorialmente dado, sino que influye también
activamente sobre el proceso perceptivo de lo sensiblemente dado en la
dialéctica evolutiva de lo a posteriori y de lo a priori.
En la evolución de la sociedad surge y se desarrolla el fundamento biosomático
(el cerebro humano), en el que viene hereditariamente programada la posibilidad
de la comprensión de determinadas percepciones, por ejemplo, del lenguaje.
§
8
El pensamiento es susceptible de ser verdadero cuando los
significados y sus conexiones constituyen un reflejo adecuado de la realidad
objetiva, esto es, cuando corresponden a la realidad objetiva en cuanto
refiguraciones suyas en el orden del pensamiento.
Criterio de verdad puede
ser, en casos poco exigentes, y según la naturaleza del objeto de nuestro
pensamiento, la percepción sensible directa e inmediata o la directa y mediada,
de la que los engaños y espejismos de los sentidos son erradicados mediante el
pensamiento crítico.
En el pensamiento que
refleja el lado cuantitativo-informacional de los objetos, la obediencia a las
reglas formales de las combinaciones y transformaciones de filas de signos y de
significados puede constituir, en muchos casos, el criterio de verdad (= corrección).
De todos modos, toda esta corrección solo puede tener, en última instancia, el
carácter de verdad por y en la medida que las estructuras formales surgidas
mediante idealización son, en su punto de partida y en sus estructuras
primarias de movimiento, un reflejo adecuado del correspondiente aspecto de los
procesos materiales.
El criterio definitivamente
fundamentante de verdad es -aunque no resulte determinante, en cada caso
particular, de modo definitivo e ilimitado- la praxis histórico-social.
Se plantea la cuestión de la
diferencia entre el concepto dialéctico-materialista y el
metamatemático-semántico (Tarski) de verdad.
§
9
Llamaremos al pensamiento
científico racional (al conocimiento), pensamiento
teórico (en sentido amplio). Con el paso del mito al logos, en la antigua
Grecia surge el pensamiento teórico, primero en la figura del pensamiento
filosófico-teórico, del que más tarde se desgaja relativamente el pensamiento
teórico científico-particular, de formas distintas según los ámbitos de
investigación y los estadios históricos evolutivos del pensamiento científico
particular.
El concepto de conocimiento
científico racional vino a ganar, en un momento determinado, una importancia
inequívoca al hilo histórico de la emergencia de la ciencia matemática de la
naturaleza de la Edad Moderna. El conocimiento acorde con los ideales de
Galileo y de Descartes era un conocimiento racional por excelencia. Esta ratio fue concebida como versión
(perfeccionada en su significado) de la antigua EPISTEME, como solución por fin
encontrada del antiguo ideal del conocimiento epistémico.
Particular atención merece
el problema de la relación entre el pensamiento teórico-filosófico y el
científico-particular en la época histórica actual, así como el problema de la
relación entre el pensamiento teórico y el cotidiano.
§
10
Una parte del pensamiento
racional permite ser algoritmizada. El movimiento algoritmizable de los
significados puede simularse y acelerarse con ayuda de los ordenadores. Con
ello guarda relación el problema de la llamada inteligencia artificial.
Tomamos el concepto de
algoritmo en la definición de A. A. Markow8.
El ordenador (computer) es una máquina que está
adaptada para el movimiento acelerado de los signos, resultando a un tiempo
este movimiento sígnico de los significados (semánticamente) interpretable. O
lo que es igual: el ordenador trabaja con un lenguaje al que en su reducción a
la sintaxis hemos allegado una semántica que nos es conocida, pero no piensa.
Según parece, en el ámbito de las formas lógicas parece hoy conveniente seguir
desarrollando el concepto restringido de la interpretación meramente semántica
por la vía conceptual de una interpretación semiótica histórico social
multidimensional.
§
11
El pensamiento es una actividad que discurre en formas de pensamiento. Distinguimos entre formas de pensamiento
en sentido estricto y formas de pensamiento en sentido amplio. Formas de
pensamiento en sentido estricto, esto es, formas elementales del pensamiento
racional, son las siguientes actividades (operaciones) racionales elementales y
las formas a ellas correspondientes, relativamente estables, que presuponen y
en las que culminan: concepto, juicio (predicación), conclusión. Forma central
elemental del pensamiento (forma lógica) es el juicio.
Aristóteles fue el primero
en delimitar las formas de pensamiento en sentido estricto y en sentar las
bases para la investigación sistemática de las mismas. Haber sabido hacer
abstracción de todo contenido de pensamiento a propósito de algunas de las formas
de pensamiento en sentido estricto, clarificando a un tiempo algunas de sus
propiedades (legaliformidades) generales, es una de las aportaciones
científicas más relevantes de Aristóteles. Con ello no pretende decirse que
Aristóteles se limitara a la investigación
de las formas de pensamiento en sentido estricto y con abstracción de todo
contenido de pensamiento. Elaboró la históricamente primera y sistemáticamente
más influyente teoría de los tipos básicos de significados del orden del
pensamiento, así como de las leyes de su movimiento e interrelación en el
conocimiento verdadero.
Marx manifiesta en El Capital (1.a. ed.9) la
idea de que Aristóteles investigó a menudo no sólo las formas del ser, sino
también las del pensar, mejor que sus críticos modernos.
Ya en la Metafísica de Aristóteles -y antes en
Platón, en el Parménides entre otros
diálogos, y en los presocráticos- encontramos las bases de una concepción de
las formas lógicas más profunda que la meramente lógico formal.
Pieza esencial de la lógica
formal tradicional era la investigación de las formas de pensamiento en sentido
estricto en cuanto formas indiferentes respecto de todo contenido de
pensamiento, esto es, haciendo abstracción del mismo. En la lógica dialéctica
Hegel investiga también estas formas, entre otras, pero como «contenidos
formales», en interrelación profunda con las formas del ser y del actuar, esto
es, con los contenidos formales del proceso natural y de la vida social
(humana) 10.
Las formas elementales de
pensamiento pueden ser, en un principio, investigadas partiendo de ciertos
presupuestos abstractos, de los que venimos a hacemos conscientes. Acto seguido
hay que llevar asimismo lo lógico, esto es, las formas de pensamiento en sus
formas legaliformes, necesarias, generales, a los contextos interrelacionales
de los que las hemos sacado de modo temporal e inicialmente condicionado. La
des-abstracción viene a revelamos así algunas propiedades nuevas de las formas
lógicas de pensamiento.
La lógica matemática
contemporánea trabaja con un concepto reducido de «forma» lógica (cfr. por
ejemplo, A. Church: lntroduction to
Mathematical Logic, Introducción § 02).
§
12
En lo sucesivo
restringiremos nuestra investigación de las formas lógicas de pensamiento a la
aplicación del punto de vista ontopraxeológico.
Nos cuestionaremos si a propósito de las formas lógicas de pensamiento o,
lo que es igual, de los tipos históricos de racionalidad, cabe decir algo nuevo
investigándolos en contextos onto-praxeológicos.
Con vistas a la
clarificación de este método comenzaremos por dejar sentado que en su punto de
partida nos orientamos de acuerdo con las siguientes ideas de Lenin 11,
a cuya aplicación tenderemos en las investigaciones lógicas:
a)
«El punto de vista de la vida, de la
praxis, tiene que ser el punto de vista primero y fundamental de la teoría del
conocimiento.» 12
b)
«La idea de introducir la vida en la lógica es comprensible -y
genial- desde el punto de vista del proceso
de reflejo del mundo objetivo en la (en un principio individual)
consciencia de los hombres y de la contrastación de esta consciencia (de este
reflejo) por la praxis... Si se investiga la relación del sujeto con el objeto
en la lógica, hay que tomar también en consideración los presupuestos generales
para el ser del sujeto concreto (= vida de los hombres) en el entorno
objetivo.» 13
c)
«...Resulta indudable... que la praxis figura
en Hegel como eslabón en el análisis del proceso de conocimiento y,
ciertamente, como transición hacia la verdad objetiva (en la terminología de
Hegel, «absoluta»). Marx enlaza, en consecuencia, de manera inmediata con Hegel
al introducir el criterio de la praxis en la teoría del conocimiento: vid. las Tesis sobre Feuerbach.» 14
d)
«Las relaciones (= transiciones =
contradicciones) de los conceptos = contenido principal de la lógica,
relevándose aquí asimismo estos conceptos (y sus relaciones, transiciones,
contradicciones) como reflejos del mundo objetivo.» 15
e)
«Han transcurrido milenios desde que surgió
la idea de la «cadena de todas las cosas», de la «serie de las causas».
Comparando cómo han sido concebidas estas causas a lo largo de la historia del
pensamiento humano vendría a obtenerse una teoría del conocimiento de
indiscutible fuerza probatoria.» 16
f)
«Para que las diferentes figuras lógicas
pudieran asumir la condición central de axiomas, la actividad práctica humana
tuvo que obligar a la consciencia del hombre a repetirlas miles de millones de
veces.»17
En orden a caracterizar
nuestro proceder en términos semióticos, esto es, desde el punto de vista del
proceso lingüístico, en el que distinguimos entre un aspecto pragmático, otro
sintáctico y otro semántico, diríamos lo siguiente: el pensamiento racional es,
ante todo, un proceso semántico, en orden a cuya clarificación hemos de tomar,
en cualquier caso, en consideración también el aspecto lingüístico sintáctico y
el aspecto pragmático de orden lingüístico y extralingüístico. Apuntamos aquí a
una semiótica construida sobre la base de la teoría materialista del reflejo 18.
Tenemos que habérnoslas con problemas situados en la confluencia de la
semiótica empírica y la pura (lógica). Y al hacerlo, no sólo hemos de trabajar
con significados sin atención alguna a sus denotaciones, sino también con
significados asumidos como reflejo mental de las denotaciones, concibiendo a un
tiempo de manera materialista el aspecto pragmático como comunicación humana en
la praxis social, una praxis que se desarrolla sobre una base caracterizada,
ante todo, por la dialéctica de las fuerzas productivas y de las relaciones de
producción (y en las sociedades clasistas, por la lucha de clases). El dominio
de la semántica lógico-matemática -al que en la bibliografía mundial con que
hasta el momento contamos se ha dedicado una atención proporcionalmente muy
grande- ha de ser asumido como un subdominio de la semiótica empírica,
ampliamente concebida, y lógico-dialéctica. Los problemas lógicos actuales
(lógico-dialécticos) de mayor importancia hunden, al parecer, sus raíces
precisamente en la relación entre el lenguaje ordinario (y las formas de
trabajo) y el lenguaje científico, incluido el metalenguaje y los lenguajes
artificiales. La investigación de los mismos exige desbordar los estrechos
límites de la semiótica lógico-matemática19, impuestos por
presupuestos abstractos tanto explícitos como implícitos, con una idea programática
que apunta a la elaboración, con la ayuda del método ontopraxeológico20,
de una semiótica lógico-dialéctica mucho más ampliamente concebida.
§
13
La forma de pensamiento más
simple y general es el juicio. Surge mediante predicación, que es la actividad
de pensamiento racional elemental.
El juicio es la forma más
simple de pensamiento, dado que todo concepto es implicite un juicio, y toda conclusión puede descomponerse en
juicios.
El juicio es la forma más
general de pensamiento, dado que está presente en todo acto de pensamiento y en
toda objetivación lingüística del pensamiento.
Ejemplo de juicios pueden
ser los pensamientos que se expresan lingüísticamente en las siguientes
proposiciones (enunciados):
a) «Mi
madre nació en Zaječice».
b) «El
agua consta de hidrógeno y oxígeno».
c) «El
perro es un mamífero».
d) «El
año 1980 es un año bisiesto».
e) «El
juicio es la forma de pensamiento más simple y general».
f)
«La ecuación de segundo grado tiene dos
raíces».
g) «Los
gases de escape son malos para la salud».
A propósito de todo juicio
pueden aducirse, obtenidas por la vía del análisis, las siguientes
determinaciones:
El juicio es una estructura
significativa, expresable siempre en uno u otro lenguaje, esto es, con ayuda de
signos materiales, de la palabra hablada, escrita, o de otros signos acordados
o inteligibles de modo general gracias a la tradición y a los que por esta vía
se ha conferido validez general. El juicio es una formación
sígnico-significativa.
Todo juicio es
originariamente (y sigue siéndolo de modo potencial) un acto de pensamiento
espacio-temporalmente determinado, y es al mismo tiempo una formación de
pensamiento relativamente fijada u objetiva, que se expresa mediante signos, o
que puede ser expresada así. El juicio es una formación que en cierto sentido
representa la unidad del producir y del ser producido.
Todo juicio es una unidad
significativa (una totalidad significativa) creada por una multiplicidad de
significados.
En todo juicio se encuentra
de modo rudimentario la unidad de lo aposteriórico y lo apriórico.
A la determinación esencial
de todo juicio pertenece, además, la circunstancia de que el juicio es una
unidad de determinaciones opuestas. Esta es la propiedad más profunda y
originaria del juicio, de la que por derivación viene a abstraerse la consistencia
(libertad de contradicción) en el sentido de la lógica formal aristotélica. Así,
por ejemplo, la exigencia de usar los mismos conceptos en uno y el mismo
sentido tiene como presupuesto la validez de la abstracción de la
identificación, esto es, que lo diferentes en el espacio y en el tiempo sea
mentado como lo mismo.
§
14
A partir de esta unidad
dialéctica de determinaciones opuestas, la concepción metafísica del juicio
fija unilateralmente la determinación del juicio bien como un acto de
pensamiento (J. S. Mill, psicologismo en la lógica), bien como una estructura o
entidad significativa fija, objetiva, desgajada del acto de pensamiento y de
lenguaje (A. Church, y con anterioridad a él ya G. Frege, la línea platonizante
en la filosofía de la lógica matemática 21).
En la clarificación de la
naturaleza de la lógica, tanto los nominalistas (Quine, Goodman y otros) como
los platónicos (Church y otros), buscan una salida ecléctica a partir de la
incomprensión de la dialéctica de lo general y de lo particular, de lo idéntico
y de lo diverso, de lo material y de lo ideal, del movimiento y de la quietud.
Algunos lógicos matemáticos
de la línea platonizante conciben el juicio («proposition»)
de manera abstractamente metafísica tan sólo como una formación o entidad
significativa ideal desgajada de la relación con «wording» (y toda expresión sígnica material en absoluto) y con el
acto de pensamiento. Lo que en las representaciones de los lógicos matemáticos
platonizantes es asumido, en cuanto «sentence»,
como «purely syntactical entity,
taken in abstraction from its meaning»22, es algo que en realidad viene vinculado a la posibilidad de la
interpretación y de la coordinación de los significados, de modo que aquella
supuesta sintacticidad «pura», independiente de todo significado, conserva un
aspecto semántico y lo tiene como presupuesto (proposition como posibilidad). Ser una «entidad sintáctica pura»
es una propiedad no sintáctica, sino semántica. Church habla de una dualidad de
la serie material de los signos y de los juicios (the duality of sentence and proposition). Para nosotros no se
trata de una dualidad, sino de aspectos diferentes de un todo unitario.
El aspecto sintáctico del
juicio es un caso especial del aspecto general de conjunto-de-información
propio de cuanto existe. Todo está de algún modo ordenado.
El aspecto sintáctico no
tiene por qué ser identificado con el aspecto sígnico material. Tanto los
significados ideales del orden del pensamiento como sus interrelaciones, como
también los procesos objetivos materiales, tienen un aspecto de conjunto-de-información.
En su estructura
sígnico-significativa y de acto-de-significar el juicio no viene, pues,
vinculado a ésta o aquella forma concreta de signos materiales por la que es
expresado (por ejemplo, este o aquel lenguaje nacional particular). Y a la vez
no existe, sin embargo, independientemente de signos. El pensamiento de curso
actual silente presupone filogenéticamente y, por lo general, también
ontogenéticamente, el surgimiento, la apropiación y el uso previos del
lenguaje. El pensamiento de curso actual silente sólo existe en la medida en
que resulta potencialmente expresable mediante el signo lingüístico.
Uno y el mismo pensamiento
(el mismo significado de un juicio) puede ser expresado por recurso a signos
lingüísticos diferentes, como revela la traducción de un lenguaje a otro.
Cuando uno y el mismo pensamiento es expresado en el mismo lenguaje repetidas
veces o por hablantes diferentes, se usan signos lingüísticos que en el espacio
y el tiempo son, ciertamente, diferentes, pero que, sin embargo, son también
los mismos. Al efectuar la identificación de la abstracción23,
hablamos -en ese caso concreto- de una y la misma expresión lingüística. Desde
este punto de vista queda ya claro que la dialéctica de lo general y lo
particular y la dialéctica de la identidad y la diversidad son propias, de modo
general, de todo juicio.
Si aceptamos la
diferenciación usual de los signos en iconos perceptibles por la vía de los
sentidos, índices y símbolos, podemos decir que los signos lingüísticos
materiales son símbolos, en tanto que los significados a ellos vinculados son
«iconos ideales» de las denotaciones.
La expresión lingüística
viene vinculada de manera flexible, aunque no enteramente flexible, al
significado del juicio (al pensamiento). Desde un principio en formas
gramaticales fonéticamente diferentes, el lenguaje se desarrolló
históricamente, de todos modos, en interrelación indisoluble con la evolución
de la formulación de juicios en la praxis social material. Algunas
investigaciones lingüísticas y neurofisiológicas de los últimos años (N.
Chomsky y otros) distinguen en el uso del lenguaje entre una capa superficial
fácilmente transformable y una capa más profunda y estable. Ésta corresponde a
las estructuras gramaticales más generales. Cabe interrogarse por las uniones
legaliformes existentes entre estas estructuras gramaticales más profundas y
las estructuras hereditariamente programadas de los procesos neurofisológicos
en los centros lingüísticos del cerebro, por una parte, y las formas y
estructuras lógicas del pensamiento, por otro24. Los co-portadores
(o cosoportes) más originarios y fundamentales del pensamiento no son los
sistemas sígnicos de estructura lingüística general, sino sistemas sígnicos
específicos dotados de la estructura lingüística del lenguaje hablado natural.
§
15
De la historia de este
problema retendremos ante todo, subrayándolo, que la teoría aristotélica del
juicio viene contenida en su escrito PERI HERMENEIAS. Cifra su punto de partida
en el análisis de la interrelación entre lenguaje (lenguaje hablado, discurso,
FONAI) y pensamiento, en una serie de consideraciones de carácter
sintáctico-semántico. Aristóteles encontró ya los comienzos de este análisis en
Platón, en los diálogos Cratilo (431
B), Teeteto (189 E- 190 A; 206 D) y Sofista (240 E - 241 A, 259 D - 263 E).
En Leibniz la teoría de la
predicación engloba el problema de la verdad. Leibniz investiga agudamente la
relación entre palabras (signos materiales), procesos actuales de pensamiento y
pensamientos posibles. Desde este punto de vista (y sólo desde él), Kant es más
pobre. Concibe los juicios como juicios abstractos («proposition» en sentido estricto), desgajados de los actos
lingüísticos.
En Bolzano (Doctrina de la ciencia, 1837),
«proposición» significa propositio en
sentido tradicional; «proposición en sí» es propositio
en sentido abstracto estricto.
La limitación de la teoría
semántica de Frege, que llena toda una época de la lógica matemática, ha de ser cifrada en su vinculación a las entidades
matemáticas y en su sola consideración como denotación del valor de verdad. No
refleja adecuadamente la relación entre significado ideal (como reflejo) y cosa
material reflejada.
Los puntos de vista de
Russell sobre la esencia del juicio fueron evolucionando y transformándose.
Russell partió (1903) de la concepción de Frege (pensamiento = unasserted proposition en el sentido
abstracto de una configuración pura de significado). Más tarde volvió sus ojos
a la concepción tradicional: proposition es
el significado, verdadero o falso, que se expresa por medio del lenguaje. El
Russell tardío parece tender incluso en ocasiones a una concepción psicologista
del juicio.
Enlazando con la teoría
idealista de la predicación de Husserl se han desarrollado, fundamentalmente,
la idea dialéctica de una estructura predicativa noético-noemática, cuyos
primeros pasos han de cifrarse ya en Brentano, y la aspiración a superar la
limitación unilateral de las anteriores teorías, bien empriristas, bien
racionalistas, de las formas lógicas.
La relación entre formas de
pensamiento y formas del ser social práctico, especialmente las formas del
trabajo material, queda en las investigaciones lógicas de Aristóteles, pero
también en las de Descartes y J. S. Mill, Bolzano y Frege, Russell y Husserl,
fuera del ámbito de consideración.
§
16
En el siglo xx no son pocas
las voces que exageran de modo relativista la esencia sociohistórica de las
formas de pensamiento, incluidas las formas lógicas. Se afirma, por ejemplo,
que «entre las formas de juicio y las épocas tóricas existen conexiones»25.
Esta idea de Horkheimer puede ser interpretada de modos diferentes. Desde el
punto de vista de las formas externas, lógico-gramaticales, de los juicios se
revelará probablemente como no susceptible de ser probada, como falsa. Las
formas de juicio de las que habla la clasificación que se hace en el Organon aristotélico existían entonces y
existen también ahora.
Pero esta idea puede ser
considerada asimismo atendiendo a otro aspecto. Esto es, tomando en
consideración esas formas de contenido más profundas del juicio a las que se
refería Marx cuando en El Capital (1.a
ed. 1867, pág. 21) escribió que «antes de Hegel los lógicos profesionales
pasaron por alto incluso el contenido formal de los paradigmas del juicio y de
la conclusión».
En esta concepción más
profunda, la cuestión de la historicidad de las formas de juicio pasa a
plantearse como la cuestión de la historicidad de las formas de predicación y
de determinación, esto es, como la cuestión de la historicidad de las
categorías lógicas en sentido activo, en el que el conjunto de las categorías
lógicas determina la fuerza formuladora de juicios, la capacidad de vincular
juicios y conclusiones.
En la filosofía moderna Kant
comenzó a investigar sistemáticamente las formas de juicio en esta concepción
más profunda en su lógica trascendental (que engloba también la dialéctica
trascendental) y en la metodología trascendental. Este trabajo encontró su
prolongación, en un nivel diferente, en la Fenomenología
del espíritu de Hegel y en la lógica dialéctica. El marxismo vino a unirse
críticamente a ello. El desarrollo de la investigación de lo lógico de Kant a
Marx y Engels, pasando por Hegel, es hoy, en nuestra opinión, una aportación
que todavía debe importamos sobremanera, a pesar de los sensacionales avances
de la lógica y la semiótica matemática en nuestro siglo.
A esta luz puede formularse
la tesis de que todas las formas
lógicas tienen carácter histórico. Pero no siempre tenemos que habérnoslas con
una historicidad social de uno y el
mismo tipo.
Intentaremos ilustrar esta
idea recurriendo a tres observaciones.
§
17
a)
De
algunas formas lógicas puede decirse que tienen una historicidad social
práctica en el sentido de que dependen en muy amplia medida, y de manera
históricamente pasajera, de las formas históricas de transición de la praxis
social. Ejemplo de ello puede representado la categoría lógica de «libertad» en
la forma en que nos la encontramos en las teorías y en la visión del mundo de
los clásicos de la economía política y de la teoría política burguesa.
Pertenece al grupo de las formas lógicas de las que Marx dice26 que
son formas de pensamiento socialmente válidas, y por tanto objetivas, de cara a
las relaciones de producción del modo de producción social históricamente
condicionado, concretamente de la producción capitalista de mercancías"
§
18
b)
De
las formas lógico-matemáticas puede decirse que son históricas en el sentido de
ésta o aquélla variante de su concepción teórica (por ejemplo, en forma de
lenguajes no formalizados o cálculos formalizados) y en el sentido de ésta o
aquélla variante de su utilización técnico-práctica (por ejemplo, en forma de
ordenadores de generaciones diferentes).
Estas formas lógicas son,
además, esencialmente (atendiendo al status
ontológico) históricas en el sentido de ser en su origen una fijación
abstracta de una parte de lo que tan solo existe como proceso histórico. Como
proceso histórico entendemos aquí, en cualquier caso, no sólo la historia
humana, sino también la historia de la naturaleza, los procesos evolutivos de
la naturaleza a gran escala.
Lo que quiero decir es que
no nos referimos en este contexto únicamente a una historicidad social.
Observemos asimismo al
margen que la lógica matemática, en la concepción de la misma sustentada, por
ejemplo, por A. Church en su Introducción
a la lógica matemática27, designa
como forma lógica aquello que, en realidad, no afecta de manera inmediata a la
forma de pensamiento, de modo que con no menor justificación cabría recurrir en
este contexto apuntando, por ejemplo, al cálculo de enunciados sintácticamente
concebido, a expresiones como «forma abstracta de redes eléctricas», etc. Sólo
en el marco de una determinada interpretación específica hemos de habérnoslas
en sentido genuino con formas lógicas en cuanto formas de pensamiento.
§
19
c) La evolución histórica de
las formas lógicas ocurre siempre en el contexto de un determinado todo
relativamente estable, para cuya caracterización resulta adecuado el concepto
de tipos históricos fundamentales de
racionalidad. Este concepto no se refiere únicamente al pensamiento
cognoscente (cognitivo), sino también al haz de rasgos característicos de la
función y a las formas del pensamiento racional en la acción práctica.
El tipo histórico
fundamental de racionalidad resulta caracterizable en orden a tres criterios
unitariamente concebidos:
1. Por
el aparato categorial y metodológico fundamental. A dos niveles: qué aparato
categorial y metodológico es usado real o, en su caso, implícitamente, y cómo
viene a ser concebido en la autocomprensión del portador.
2. Por
el modo como toma cuerpo real la relación entre teoría y praxis y se tiene
claridad teórica acerca de la misma. Con otras palabras: de qué formas de la
praxis social individual es esta relación entre teoría y praxis el momento
producido y productor.
3. Por
la naturaleza de la relación entre juicios descriptivos y de valor.
Bajo este aspecto concebimos
el marxismo-leninismo como un nuevo tipo histórico de pensamiento y de acción
racional. La concepción de la ratio al
modo de Bacon y Descartes representa para nosotros el tipo antecesor
fundamental de racionalidad histórica.
Los diferentes tipos
históricos de racionalidad no sólo muestran transformaciones y diversidades,
sino que tienen asimismo, al lado de los variables, elementos comunes y en lo
esencial no transformables. A ellos pertenecen muchas formas lógicas que son investigadas
en el actual análisis lógico-formal de la ciencia.
Los tipos históricos
fundamentales de racionalidad tienen, pues, su historicidad específica.
§
20
A una ulterior elaboración
de estas observaciones introductorias de carácter fragmentario correspondería
la tarea de entrar en discusión tanto con las ahistóricas absolutizaciones
lógico-matemáticas como, por ejemplo, con la ontología fundamental subjetivista
de Heidegger, que tiende a interpretar el núcleo lógico del pensamiento
racional en el espíritu de una historicidad concebida de modo idealista.
Es posible que una mirada
materialista-dialéctica a la lógica trascendental kantiana abra uno de los
caminos resolutorios de esta tarea. En el trabajo que sigue procederemos a
desarrollada.
__________
(*) Jindřich Zelený, Dialéctica y
conocimiento, primera parte.
Ediciones Catedra, colección Teorema, Madrid, 1982.
(1) Cfr., por ejemplo, la
clasificación que ofrece S. L. Rubinstei n en su libro Grundlagen der allgemeignen Psychologie, Berlín, 1973.
(2) Cfr. al respecto algunas
ideas de los fundadores del marxismo:
1.
F. Engels: «Tanto la ciencia natural como la
filosofía han descuida do hasta el momento enteramente la influencia de la
actividad de los hombres sobre su pensamiento. Sólo conocen la naturaleza, por
una parte, y los pensamientos por otra. Pero precisamente la transformación de la naturaleza por los hombres, y no la
naturaleza sola como tal, es el fundamento más importante e inmediato del
pensamiento humano, y en la relación en la que el hombre aprendió a transformar
la naturaleza, en esa relación creció su inteligencia.» (Marx-Engels, Werke, vol. 20, Berlín, 1973, Pág. 489).
2.
En sus observaciones al tratado de Economía
Política de Wagner, Marx escribe: «El hombre está en relación con las cosas del
mundo exterior como medio para la satisfacción de sus necesidades. Pero los
hombres en modo alguno comienzan estando ya «en esta relación teórica con las
cosas del mundo exterior». Comienzan, como todo animal, comiendo, bebiendo,
etc., o sea, no «estando» en una relación... sino comportándose activamente,
adueñándose de ciertas cosas del mundo exterior mediante la acción, para así satisfacer
su necesidad. (Comienzan, pues, con la producción.) Mediante la repetición de
este proceso va grabándose en su cerebro la propiedad de estas cosas de
«satisfacer sus necesidades»; los hombres, como también los animales, aprenden
«teóricamente» a distinguir las cosas externas, que sirven para la satisfacción
de sus necesidades, de todas las demás.» (Marx-Engels, Werke, vol. 19, Berlin, 1972, págs. 362-363.)
3.
Fr. Engels: «Las ideas provienen todas de la
experiencia, imágenes especulares -correctas o deformadas- de la realidad...
Dos tipos de experiencia -material externa e interna- leyes y formas del
pensamiento... El pensamiento tiene como único contenido el mundo y las leyes
del pensamiento.»
(Ibíd.,
vol.
20, págs. 573-4.)
4.
K. Marx: «Pero la evolución de la ciencia, de
este reino a un tiempo ideal y práctico, sólo es una cara, una forma en la
que... aparece... la evolución de las fuerzas productivas humanas.» (Grundrisse, Berlin, 1953, pág. 439.)
(3) Para
abreviar recurriremos en lo sucesivo, y generalmente, a la expresión
«pensamiento» por«pensamiento racional».
(4) Cfr.
F. Engels: «Toda refiguración mental del sistema objetivo del mundo viene y
permanece realmente limitada por la situación histórica, y subjetivamente por
la constitución corporal y mental de su autor.» (Marx, Engels, Werke, vol. 20, Berlín, 1973, pág. 35.)
(5)
K. Marx, Das Kapital I., Berlín,
1945, pág. 18.
(6) Cfr. también J. Limhart,
Proces a struktura lidského učeni, Academia,
1972.
(7) Marx-Enge1s, Werke, vol. 21, Berlín, 1973, pág. 330, biosomático
(el cerebro humano), en el que viene hereditariamente programada la posibilidad
de la comprensión de determinadas percepciones, por ejemplo, del lenguaje.
(8) A. A. Markow, Teoría algorifmov, Moscú, 1954.
(9) Pág. 772.
(10) Sobre las categorías
dialécticas de forma y contenido puede consultars e con provecho el trabajo,
por ejemplo, de V. 1. Kuraew en el volumen colectivo Kategoríi dialektiki kak stupeni poznanija, Moscú, 1971, págs.
208-238.
(11) Cfr. asimismo las
principales ideas de Marx y de Engels sobre la naturaleza de lo lógico, tal
ycomo fueron expuestas arriba, 4.
(12) W. I. Lenin, Materialismus und Empiriokritizismus, Berlín,
1972, página 137.
(13) W. I. Lenin, Philosophische Hefte, Berlín, 1973, pág.
192.
(14)
Ibid., pág.
202.
(15)
Ibid., pág.
186.
(16)
Ibid., pág.
331. Cfr. las ideas de Lenin acerca de la reelaboración detallada de la teoría
del conocimiento sobre la base de la historia del conocimiento en general,
sobre todo de la historia de la filosofía, de las ciencias particulares, de la
evolución racional del ser vivo y del niño, de la historia del lenguaje, de la
psicología y de la neurofisiología (ibid.,
pág. 335). Cfr. también las ideas de Engels en el Anti-Dühring (Werke, vol. 20, pág. 331) a propósito de la necesidad
de «conocer el proceso histórico-evolutivo del pensamiento humano, así como las
concepciones de los nexos e interrelaciones generales del mundo exterior
surgidas en las diferentes épocas...»
(17) Ibid., pág. 181.
(18) Cfr. L. O. Reznikov, Gnoseologiceskije voprosy semiotiko. LGU,
1964: 1. S. Narskij (ed.), Problema znaka
i znacenija, Moscú, 1969.
(19)
Stegmüller habla de la crisis de la semiótica lógico -matemática y de la
necesidad de «buscar un acceso enteramente nuevo al complejo problemático
"teoría y experiencia"» (Probleme
und Resultate der Winssenschattstheorie und Analytischen Philosophie, vol.
1, Berlín, 1969, pág. XIX).
(20)
Utilizamos a lo largo del texto que sigue el término «ontopraxeológico» como
abreviatura de la expresión: concepción materialista-dialéctica, que aplica el
principio de la unidad de lo lógico y de lo histórico, y que se apoya sobre la
idea de Engels según la cual, «el fundamento esencial y primero del pensamiento
humano es precisamente la transformación de la naturaleza por los hombres y no
la naturaleza sola como tal» (Werke, vol.
20, pág. 498).
(21)
El trabajo de S. A. Janovskaja «Problemas de la introducción y exclusión de las
abstracciones de orden superior» en el volumen colectivo Problemy znaka i znaĉenia (1. S. Narski ed.), Moscú, 1969,
representa un intento de crítica materialista -dialéctica del nominalismo y del
platonismo. Cfr. asimismo J. J. Lednikow, Kritičeskij
analyz nominalističeskich i platonistskich tendencij v sovremennoj logike,
Kiew, 1973.
(22) The
Problem of Universals, l. M. Boehenski, Alonzo Chureh, Nelson
Goodman (eds.), Notre Dame, Indiana, 1956, pág. 6, Ibid., pág. 4: «A proposition in the abstract sense, unlike the
traditional proposition, may not be said to be of any language: it is not a
form of words, and is not a linguistic entity of any kind exeept in the sense
that it may be obtained by abstraction fr om language».
(23)
Su naturaleza ha sido clarificada de cara al lenguaje de la lógica matemática,
por ejemplo, por A. A. Markow y otros.
(24)
Una investigación del aspecto evolutivo de este problema podría procurar
interesantes resultados. Cfr. Dvanáct
esejú o jazyce, Mladá fronta, 1970.
(25)
M. Horkheimer, «Traditionelle und kritische Theorie», en Kritische Theorie,
vol. 11, ed. preparada por A. Schmidt, pág. 175.
(26) Karl Marx, Das Kapital, vol. 1, en Werke, vol. 23, pág. 90.
(27) Alonso Church, Introduction to Mathematical Logic, Princeton,
N. J., 1956.