Raíces Sociales de la Religión en el Régimen de la
Comunidad Primitiva*
A. D. Sujov
LA RELIGIÓN SURGIÓ dentro del régimen
de la comunidad primitiva, la formación económico-social primaria de la
sociedad humana. El problema de cuándo apareció la religión en determinado estadio
de la sociedad primitiva solo se puede resolver con la participación conjunta
de la antropología, ciencia que estudia el origen, los cambios y el desarrollo
del tipo físico del hombre; la arqueología, que se ocupa del pasado histórico
de la humanidad sobre la base de fuentes reales, y la etnografía, que
proporciona datos acerca de las tribus primitivas, todo lo cual ayuda a
comprender una serie de problemas relacionados con la institución de la
sociedad humana.
La
aparición de la religión presupone el desarrollo, tanto del hombre como de la
sociedad en que vive, es decir, que son necesarias determinadas premisas
sociales y cognoscitivas (gnoseológicas). En contra de las afirmaciones
teológicas e idealistas de que la religión es propia del hombre desde sus
comienzos, la ciencia avanzada actual, basándose en hechos auténticos, niega
categóricamente la posibilidad de que la religión y el hombre aparecieran
simultáneamente. En la actualidad la ciencia ha resuelto esta cuestión de una
manera definitiva. Lo único discutible es "el establecimiento de la etapa
en que surgió la religión.
¿Cuáles
son las condiciones sociales que motivaron la aparición de la religión en la
sociedad primitiva?
El
marxista alemán H. Eildermann, en su interesante libro, dedicado en gran parte
al origen de la religión, relaciona ésta con determinado nivel de desarrollo de
las fuerzas productivas1, pero al mismo tiempo interpreta
erróneamente su dependencia respecto de la existencia de las clases y de las
contradicciones clasistas. "La religión y la sociedad dividida en clases
-escribe- son categorías que dependen una de otra en todos los tiempos.”2
Esta tesis no puede considerarse acertada, ya que la sociedad primitiva no
conoce las clases.
Al
vincular el origen de la religión a la aparición de las clases, Eildermann
extiende la categoría de sociedad clasista al período de la historia de la
humanidad en que las clases no existían. Según él, en la sociedad primitiva los
ancianos son una clase especial. En realidad, los ancianos de la tribu no eran
más que representantes del poder de la colectividad primitiva, el cual no
descansaba en el dominio económico, sino en la autoridad. El poder de los
ancianos solo podía apoyar con su autoridad la religión existente en la
sociedad, pero era incapaz de originarla. Lenin escribía que la religión debe
su origen a la impotencia del salvaje en su lucha con la naturaleza.3
El bajo nivel de las fuerzas productivas, que motiva esta impotencia, fue la
principal fuente social de la religión en la sociedad primitiva. Sobre esta
base surgieron por vez primera imágenes fantásticas, en las que las fuerzas y
los fenómenos de la naturaleza adquirían una encarnación sobrenatural y
extraterrena.
La
forma más temprana de religión fue la fe en la existencia de espíritus y almas,
es decir, el animismo.4 Sin embargo, esta primera forma de religión
no surgió en el vacío. Para su aparición existían ya determinadas premisas.
Antes de desdoblar la realidad y "poblarla" de almas y espíritus, el
hombre primitivo tomaba las cosas y fenómenos de la naturaleza por seres vivos
y por manifestaciones de la actividad de los mismos. En esta fase de
desarrollo, el hombre no distinguía aún entre lo vivo y lo inanimado, y no siendo
capaz de diferenciarse él mismo de la naturaleza, identificaba los procesos de
ella con su propia actividad.
Todos
los conceptos de la realidad circundante se le figuraban al hombre primitivo
seres vivos. L. Y. Shteinberg muestra ejemplos de pueblos atrasados de Siberia,
que han conservado semejante concepción de la naturaleza junto con creencias
animistas surgidas más tarde. Cuenta que los guiliaki (nivji)5 del río Amur le aseguraron numerosas
veces que una roca que se alzaba en el mar, no lejos de la costa, había llegado
de lejos, del norte, después de haber reñido con su hermana. Shternberg escribe
que para él quedaron claros los motivos que habían dado lugar a semejante mito,
cuando él mismo vio en aquellas latitudes los enormes bloques de piedras que
trasladan los témpanos de hielo empujados por la corriente marítima.
Tomemos
otro ejemplo del propio Shternberg, observado por él en una yurta órochi6 en la Bahía
del Emperador. Para determinar cuál era la enfermedad de un hombre que yacía en
la yurta, el chamán ataba a una cuerda una pesada piedra a la que preguntaba
hasta que comenzaba a oscilar, lo cual era considerado como respuesta
afirmativa.7
V.
G. Bogoraz escribía respecto a semejantes concepciones lo siguiente: "Las
piedras, los árboles, las colinas, o las nubes y también los fenómenos de la naturaleza
(el viento, la lluvia, etc.), se consideran vivos. . . El objeto se mueve; por
consiguiente está vivo. Exactamente igual, el hombre primitivo convierte en
seres animados a los árboles que susurran, al viento que sopla, a la piedra,
que durante largo tiempo permanece tranquila en su sitio, pero que puede hacer
tropezar a quien pase junto a ella; a los lagos, los ríos y arroyos y a las
colinas que se elevan sobre la llanura y proyectan sobre ella su sombra."8
Shternberg,
haciendo uso de la terminología de Marett, da a semejante concepción de la
naturaleza el nombre de animatismo, que en esencia consiste en considerar todas
las cosas de la naturaleza como seres vivos, semejantes al hombre. Es la
"vivificación general de la naturaleza". Pero en sí, el animatismo
aún no es religión.
La
religión comienza con el animismo, el cual se caracteriza porque tras las cosas
de la realidad se oculta, según el hombre primitivo, la actividad de numerosas
almas y espíritus, que pueden serle favorables o desfavorables al hombre, y a
los cuales, mediante determinadas acciones, se les puede inclinar en favor de
unos o, por el contrario, predisponerles en su contra.
La
única definición totalmente científica de la religión, es la marxista: ".
. . la religión no es más que el reflejo fantástico, en las cabezas de los
hombres, de los poderes externos que dominan su existencia cotidiana: un
reflejo, en el cual las fuerzas terrenas cobran forma de supraterrenas.”9
Pero
para que las fuerzas terrenas adquieran la forma de extraterrenas es necesario
desdoblar el mundo real en el del más acá y del más allá, en terrenal y
extraterreno, colocar el mundo no terreno encima del terrenal. Engels dice en
Ludwig Feuerbach, que el desdoblamiento del mundo comienza con la creación de
las ideas acerca del alma.10
El
animatismo, que surgió en una etapa determinada de desarrollo de la sociedad
primitiva, no constituye aún una forma de religión, ya que no existe el
desdoblamiento del mundo y la oposición de éste en extraterreno y terrenal. Las
fuerzas terrenas no habían adquirido aún la forma de extraterrenas. Aunque el
animatismo todavía no es religión, es el camino para crearla.
En
lo que respecta al totemismo, el fetichismo y algunas otras formas de
manifestación de la ideología primitiva, hay que reconocer que de hecho no son
independientes. De un modo o de otro se hallan relacionados con el animatismo o
el animismo. Cuando, por ejemplo, el hombre primitivo ve en el animal un ser
idéntico a él, eso es una manifestación de animatismo. En cambio, el considerar
que los espíritus existen con apariencia de animales o reconocer que los
animales tienen alma, cae de lleno en el campo del animismo. Hay que tener
también en cuenta que durante el predominio del animismo existían numerosas
reminiscencias del animatismo, que se conservan en parte también en religiones
posteriores.
Por
consiguiente, el animismo es la primera forma de religión, que predomina en lo
fundamental hasta el fin de la sociedad primitiva.
Como
ya hemos dicho, en las condiciones propias de la sociedad primitiva la religión
era consecuencia tanto de las enormes dificultades que encerraba para el hombre
la lucha con la naturaleza y la propia existencia, como del carácter primitivo
de las fuerzas productivas. La impotencia del hombre ante la naturaleza,
condicionada por el bajo nivel de desarrollo de la producción social, era un
fenómeno social, el cual creó por vez primera las condiciones para que surgiese
la concepción religiosa del mundo.
Las
relaciones de producción del régimen de la comunidad primitiva, relaciones de
colaboración y ayuda mutua, no constituían la fuente social de la religión.
Pero estas relaciones de producción eran resultado del débil desarrollo de las
fuerzas productivas, que condicionaban la impotencia del hombre en su lucha con
la naturaleza, la imposibilidad de producir individualmente y, al mismo tiempo,
de explotar el trabajo de otras personas, ya que el trabajo del hombre
primitivo no proporcionaba aún producto excedente. La base económica de la
comunidad primitiva era la propiedad colectiva de los medios de producción. No
había clases, no existía la explotación del hombre por el hombre, y la distribución
se realizaba en beneficio de todos los miembros de la sociedad.
Naturalmente,
de lo expuesto no se desprende que las relaciones de producción del régimen de
comunidad primitiva no influyeran absolutamente sobre el carácter y el
contenido de las concepciones religiosas. El sistema económico de aquella
sociedad hacía imposible una diferenciación notable de los espíritus en las
religiones primitivas, al suprimir en ellos diferenciaciones jerárquicas. Los
espíritus aparecen formando una especie de conjunto, están poco
individualizados y se diferencian tan solo por pertenecer a una u otra
categoría. Así es como se separan de la masa general los espíritus de las
aguas, de los árboles y de los bosques, de los volcanes, etc. La diferenciación
ulterior de las fuerzas sobrenaturales está relacionada con la división de la
sociedad, la aparición de elementos de explotación y el nacimiento de las
clases.
Los
ideólogos burgueses tratan por todos los medios de embellecer el papel que
desempeña la religión cuando aparece. Por ejemplo, el francés A. Mallver habla
de "los enormes méritos de las religiones antiguas para con la
humanidad".11 Considera que durante la infancia de la
humanidad, la religión ejerció un influencia altamente benéfica. Constituía
entonces -escribe- el órgano fundamental del progreso, y sin ella la humanidad
seguiría hundida en la barbarie".12 F. Brentano afirma que
"la religión proporciona al hombre la máxima felicidad".13
Pero
semejantes afirmaciones de los ideólogos burgueses no merecen siquiera ser
objeto de crítica. La religión, que tiene su origen en la opresión que
experimenta el hombre bajo el peso de las fuerzas de la naturaleza, no podía
por menos de reflejarla, y a consecuencia de ello, debido al propio carácter de
la proyección religiosa, que eleva las fuerzas terrenales al rango de
supraterrenas, deificó y perpetuó esa dependencia de las fuerzas de la
naturaleza. ¿Cómo se puede hablar de carácter progresivo, de "influencia
benéfica" y de "enormes méritos" respecto de una ideología que
es resultado de la debilidad y la impotencia? ¿Puede una ideología que refleja
la opresión de fuerzas externas ser instrumento del progreso histórico? La
religión ha infundido siempre en el hombre la esperanza de una ayuda
sobrenatural, debilitando su lucha por el progreso social.
El
desarrollo progresivo de la sociedad no se ha llevado a cabo gracias a la
religión, sino a pesar de ella. Lenin, al criticar las concepciones de los
teógonos que afirmaban que la religión es un complejo de ideas, las cuales
despiertan y organizan los sentimientos sociales y refrenan el
"individualismo zoológico", escribía: "En realidad, no fue la
idea de Dios la que refrenó el «individualismo zoológico» sino que lo
refrenaron la horda y la comunidad primitivas. La idea de Dios siempre ha
adormecido y debilitado los «sentimientos sociales», sustituyendo lo vivo por
la carroña, despertando siempre ideas de esclavitud (de la peor esclavitud, de
la irreparable)."14 La religión ha constituido también un gran
perjuicio material para la sociedad, ya que los sacrificios, los enterramientos
y los demás ritos, han obligado al hombre a gastar de forma improductiva sus
bienes de por sí escasos, sus alimentos, etcétera.
Hay
que tener en cuenta, además, otro aspecto de la cuestión: la circunstancia de
que la ausencia de religión en los estadios iniciales de la sociedad humana se
deba al nivel aún más bajo en que se encontraban la sociedad, el hombre y el
pensamiento humano. Por eso, el nacimiento de la religión no solo es
consecuencia de la debilidad del hombre primitivo en su lucha con la
naturaleza, sino también del desarrollo de su intelecto en dicha etapa.
___________
(*) Tomado de file:///D:/Downloads/LAS+RAÍCES+DE+LA+RELIGIÓN%20(2).pdf
(1) Véase: H. Eildermann, Die
Urgesellschaft. lhre Verwantschaftsorganisationen und ihre Religion.
(2) Ibídem.
(3) V. I. Lenin, Obras.
(4) El término animismo se emplea en
las obras científicas con distintos significados. Para nosotros el animisno no
es el "mínimo" de cualquier religión (8. Taylor), sino la religión
primitiva, basada en la creencia en los espíritus y las almas. Al igual que los
términos politeísmo y monoteísmo, la categoría de "animisno"
caracteriza una forma de religión en determinada etapa de desarrollo.
(5) Los guiliaki (nivji) son un grupo
étnico que vive en la desembocadura del río Amur y en la isla de Sajalín (N.
del T.)
(6) Los órochi constituyen un reducido
grupo étnico que habita la parte meridional de la región de Jabárovsk, en la
RSFSR (N. del T.)
(7) L. Y. Shternberg, La religión
primitiva a la luz de la etnografía.
(8) V. G. Bogoraz, Los Chukchis. Los chukhis son un pueblo que habita la península de los chukchis, que
es la que forma desde territorio soviético el Estrecho de Behring (N. del T.)
(9) F. Engels, Antl-Dühring, Editorial
Grijalbo, S.A., México 1968, pág. 313.
(10) C. Marx y F. Engels, Obras escogidas.
(11) A. Mallevert, Ciencia y Religión.
(12) Ibídem.
(13) F. Brentano, Religión und Philosophie.
(14)
V. I. Lenin, Obras.
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