Cuatro Centurias del
Cronista Garcilaso de la Vega, Inka (Intelectual Peruano del siglo XVI)
(Primera Parte)
Roque Ramírez Cueva
A los escribanos o
letrados que llegaron junto con la soldadesca invasora, a los que nacieron del
connubio inga e hispano, a quienes fueron invadidos y ofrecieron resistenciase
les puede agrupar en cronistas españoles,
mestizos e indios. Por cierto esta es una certera afirmación tomada de las
investigaciones realizadas por Francisco Carrillo (1). Y sin duda Garcilaso de
la Vega, a pesar que lo consideramos nuestro Inka el forjador de las primeras letras peruanas,
se le encuentra entre los cronistas mestizos.
A
Phelipe Waman Puma de Ayala, también considerado muy nuestro por su origen, por
el dominio de varias de nuestras lenguas nativas –aparte del runa simi y el
aymara- de las que da evidencia en sus testimonios escritos, pero sobre todo
por redactar y componer las valiosas páginas impugnadoras de suPrimer Nueva Crónica y Buen Gobierno,
se le considera un cronista indio junto a Titu Cusi Yupanqui con su Relación de la conquista del Peru y
Joan de Santacruz Pachacuti Yamqui Salcamaygua, que escribió su Relación de antigüedades deste Reyno de
Piru. Francisco Carrillo nos dice de Waman Pumaque, “Él es indio, y él está
haciendo una propuesta y evidentemente está tomando un punto de vista indio;
está defendiendo a los indios…” (2).
Ahora
bien, si vamos a tratar de los aportes de Garcilaso de la Vega, Inka ¿por qué
empezar mencionando otros cronistas? Diremos que la agrupación que hizo
Francisco Carrillo no es arbitraria, tiene la certeza lógica de una secuencia
histórica dada. Si con la llegada de las huestes bastardas hispanas (por la
convivencia de genes que intercambiaron con los árabes bereberes) vinieron los
cronistas hispanos, éstos no vinieron sólo con pedestres ambiciones de riqueza
sino que trajeron consigo un instrumento desconocido para nuestros ancestros y
que sirvió para sojuzgarlos: la escritura.
Los
Inka y Khipucamayuq que tenían su propio sistema comunicativo acusaron el
impacto de ese nuevo instrumento comunicativo. Es cierto que primero no le
dieron importancia, pero muy pronto le tomaron respeto cuando no temor. De
todos nosotros es conocido el episodio del Inka Atawalpa y su discusión con el
fraile Valverde que hablaba a través de un breviario de catecismo –lo de que dicho
cura portaba la Biblia es parte de la historia narrada en falso- pidiendo adorar al Dios cristiano. Los invasores
aprovecharon el desconocimiento de la escritura alfabética por parte de los
tawantisuyanos, para tener un pretexto y capturar y eliminar la cabeza que
controlaba ese imperio del sol y del oro.Leyendo justo a Garcilaso, este nos da
testimonio que a los españoles sólo les interesaba el oro y plata, aquellos
destruyeron templos y casas de los Inkas buscando los codiciados metales
incluso entre las rendijas inexistentes de los muros líticos, su tecnología
arquitectónica hizo imposible que existieran.
Waman
Puma, nos testimonia la anécdota de Atabalipa y Valverde:
“Y pregunta el dicho
Yngaa fray Uisente quien se lo auia dicho. Responde fray Uisente que le auía
dicho euangelio, el libro. Y dixo Atagualpa: Y anci se la dio y lo tomó en las
manos, comensó a oxear las hojas del dicho libro. Y dize dicho Ynga: «Que, como
no me lo dize? Ni me habla a miel dicho libro!” Hablando con grande magestad,
asentado en su trono, y lo echó el dicho libro de las manos de dicho Ynga Atagualpa”
(3)
Luego,
con la aplicación de bulas papales, registro escrito de visitas punitivas y
normas legales que se hicieron presente por medio de la escritura en soporte de
papel, a través de las cuales se les usurpa tierras y minas y otras riquezas,
con las que se les acusa y tortura y elimina por conservar su religiosidad de
apus y pacarinas; decíamos, entonces recién los Inka, las panakas y sus
funcionarios entendieron que ese nuevo elemento tenía sino poder, enormepunición.
Es justo Garcilaso el Inka (por descendencia natural) quien percibió la
importancia de prestarle interés a dichas palabras insertadas en tinta y papel,
él intuyó que asimilando el idioma y su escritura se permitiría conocer el otro
mundo que venía con los hispanos desde las Europas. En ese propósito a
Garcilaso Inka no le interesó defenestrar a los invasores, aparte que no los
consideró como tales, más bien quiso aproximar -no en plan de juntar- ambos
mundos porque consideraba su avance logrado. De allí que idealizó en todo
aspecto a la sociedad del Tawantisuyo. Francisco Carrillo ha dicho,
“Precisamente hoy en el Perú se acepta a Garcilaso como el intérprete de
nuestras relaciones con el mundo europeo”. (4) Basada en esta idea garcilasista
es que la celebración de los quinientos años de la llegada de Colón a América se
plantea como un encuentro, y no como un choque de sociedades y culturas, la
idea de los historiadores y gobernantes pro hispanistas y los propios europeos
es negar o mantener ocultos hechos tan importantes como la resistencia
insurreccional y cultural que opusieron nuestros ancestros tawantisuyanos desde
Inkas, guerreros, Kuracas, hasta los precursores de la emancipación política de
la clase criolla dominante, sin olvidar la gesta inmensa de Túpac Amaru II. La
insurrección duró siglos y aún se mantiene porque es obvio que las mayorías
no conquistan la ansiada emancipación
económica y política.
Y
si un cronista mestizo percibió la importancia de asimilar el idioma y su
escritura alfabética porque era –ya dijimos- instrumento de sojuzgamiento,
también los cronistas nacidos de la raigambre tawantisuyana, por nacimiento
natural y por concepción ideológica, en tanto defensores del indio, entendieron
que era muy necesario alfabetizarse en ese nuevo lenguaje que trajo el invasor.
De lo contrario no podrían denunciar los abusos y exacciones, no podrían saber
cuál era el pensamiento y plan del opresor. Una vez alfabetizados en la lengua
delinvasor, los cronistas indios se invistieron de “lenguas” (traductores) para
rescatar el pensamiento, la cultura e historia de la sociedad tawantisuyana que
era otra manera de ofrecer resistencia, además de las armas.
Para
entender mejor esto de la importancia de conocer o desconocer el idioma del
dominante, y los traumas que genera en sociedades dominadas citamos a la
historiadora Raquel Chang-Rodriguez (5), quien lo expone claro:
“Que el arte de
escribir fue una de las importaciones europeas que distinguió la cultura
occidental de las aborígenes americanas fue bien y tempranamente entendido por
Garcilaso de la Vega Inca. Ninguna explicación posterior capta en toda su
magnitud el impacto y las consecuencias de la introducci6n del signo como el
“cuento gracioso” sobre los primeros melones producidos en la comarca de los
Reyes, relatado por el Inca cuando en el Libro IX de sus Comentarios Reales
detalla las cosas que los castellanos han llevado al Perú que no havia antes
dellos”
Raquel
Chang-Rodriguez menciona que el “cuento gracioso” narrado por Garcilaso Inka se
refiere a que unos hatunrunas fueron encargados de llevar la nueva fruta traída
de España y sembrada en los andes de un destinatario a otro, junto con unas
cartas, y en el camino sintieron curiosidad y ganas de probar los melones que
transportaban, pero como llevaban consigo las cartas pensaron que éstas los delatarían
porque creían que tenían ojos para informar, por eso cuando vencieron el temor
y se dispusieron a probar bocado escondieron las cartas al otro lado de un
muro, así no podrían ser delatados.
De
igual modo, desde la otra perspectiva, se hace importante que quien domina
tendrá por objetivo principal alfabetizarse en la lengua de los dominados con
el fin de ejercer un control más efectivo tanto para cobro de tributos como
para ejercer sanción y persecución de la religiosidad que se oponía al evangelio
cristiano, sobre todo si se trata de una lengua arraigada y general en una
nación donde se hablan decenas de lenguas. Garcilaso Inka, en el séptimo libro,
capítulo IV, “de la utilidad de la lengua cortesana” testimonia (6)
“Y
así los indios Puquinas, Collas, Urus, Yuncas y otras naciones, que son rudos y
torpes, y por su rudeza aun sus propias lenguas las hablan mal, cuando alcanzan
a saber la lengua del Cozco parece que echan de si la rudeza …que tenían y que
aspiran cosas políticas y cortesanas y sus
ingenios pretenden subir a cosas más altas; finalmente, se hacen más capaces y
suficientes para recebir la doctrina de la Fe Católica, y cierto, los
predicadores que saben bien esta lengua cortesana se huelgan de levantarse a
tratar de cosas más altas y declararlas a sus oyentes…”.
El
Inka Garcilaso aporta con unas primeras nociones al surgimiento de identidad de
aquello que, después del período colonial y ya afirmada la república, se va a
concebir como sentimiento de lo peruano. Garcilaso conoce que el mundo de los
Inkas no es un panacea ni tampoco la sociedad española, él, hijo de una kolla
de Cusco, ha sufrido marginación y trato xenofóbico, pero en su propósito de
idealizar ambos mundos va generando caracteres de la nueva sociedad que va
surgiendo, después de sometido el Tawantisuyo y sus emperadores.
Entre
muchos aspectos, desde el comentario acerca del nombre que le dan los invasores
a nuestra nación tawantisuyana va entendiendo que éstaya no es ni será la
misma, por eso su inicial complacencia con el nuevo nombre que le han impuesto
las huestes perduleras venidas de España, Pirú. Garcilaso supo que ese no era
el nombre de la magnificente nación de sus ancestros, y lo acepta al no refutar
y exigir la reivindicación del nombre original, a pesar incluso de saber que no
proviene del runasimi. Ya a partir de 1570, años en que reside en Montilla
(España) como tiempo presente habla del Perú, sólo en su rememoración y
testimonio del pasado Inka de 1560 atrás –año en que ya reside en España- evoca
el nombre del Tawantisuyo. Él dice (7):
“…con ser de los
modernos [se refiere a cronistas españoles], todos le llaman Perú y no Pirú. Y
como aquel paraje donde esto sucedió acertase a ser termino [frontera] de la
tierra que los Reyes Inkas tenían por aquella parte conquistada subjeta a su
Imperio, llamaron después Perú a todo lo que hay desde allí, que es el paraje
de Quitu… [al Sur]”. (Corchetes
nuestros.)
Su
entronización por todo lo de nuevo que se estaba generando en el país y su
anhelo de pre figurarlo con mixtura de tradiciones hispano andinas, es una
preocupación que le viene del desarraigo y la carencia de identidad. No es
tawantisuyano ni español, difícilmente es
aceptado en ambos territorios, es ese afán de ser alguien con una
tradición definida que lo lleva a ser complaciente con el invasor sin
justificarlo y a idealizar el Tawantisuyo como sociedad utópica. Él habla de
imperio porque conociendo el reino español, pienso que imagina tiene algo de
grandeza, y nomina a la sociedad regida por los Inkas con tal vocablo, sin
intuir que dicha voz de “Imperio” descalifica a la Nación de los Cuatro Suyos.
Ello
lo configura de un perfil contradictorio. Cuando leemos en sus Comentarios
Reales que acepta bien, sin poner reparo, a las autoridades españolas enasuntos de superposición de
símbolos religiosos, de superioridad humana, de ventajas tecnológicas no está
adulando al visorrey y sus encomenderos; simplemente está tratando de evitar la
censura del Rey hispano, bien aconsejado por los clérigos de la Inquisición. De
allí que habla de hechiceros y huacas y cosas del demonio cuando hace
referencia a la religiosidad cosmogónica de los tawantisuyanos. Por otro lado,
su hiperbólico entusiasmo por describir la majestuosidad de los templos del
Sol, y un perfil magnánimo de los regentes del tawantisuyu, así lo confirma. Garcilaso
comenta (8):
“…Fueron tan
increíbles las grandezas e aquella casa [Templo del Sol] que no me atreviera yo
a escrebirlas, sino las hubieran escrito todos los españoles historiadores del
Perú. Mas ni lo que ellos dicen ni lo que yo diré alcanza a significar lo que
fueron…”
Incluso
para lograr obtener la respectiva autorización de parte de los reyes, que le
permita llevar a la imprenta sus Comentarios Reales, eludiendo la “Santa”
Inquisición; Garcilaso Inka les propone a los censores similitud y no
desigualdad de ambos mundos. Veamos: “Mundo Viejo y Mundo Nuevo, es por haberse
descubierto aquél nuevamente para nosotros, y no porque sean dos, sino todo
uno”.
A
propósito, de estas dos últimas citas, Garcilaso también nos muestra su doble
personalidad que adquirió; primero siendo criado por las mujeres de la panaka
cusqueña a la que pertenece su madre, y luego por la forma de vida en que
crecen las familias españolas por vinculación paterna, en Montilla convivirá
con su tío. Como intelectual, no académico, evidencia que en él se ha arraigado
la ética y altos principiosvertidos por los amautas o harawicos. Acusado de
transcribir a Blas Valera, nuestro Inka Garcilaso no obvia las fuentes ni la
autoría empleada en la redacción de su crónica. Aspecto de gran interés, lo
cual no hacenlos cronistas de convento, e incluso hoy en las universidades
modernas se conculcan derechos de autor, y se piratean ideas, hipótesis,
nociones.
Terminamos
esta primera parte, haciendo notar con la pluma de Raúl Porras que hay un
perfil que nos permite describir como peculiar al Inka Garcilaso. El maestro
sanmarquino afirma que la anécdota narrada entre soldados españoles y un indio
sobre el nombre del Perú, “y las deducciones de candorosa filología que el Inca
extrae de él, son de la más pura esencia garcilasista, es decir, que le dan a
la historia el color y la gracia de los cuentos” (9).
Claro
que en ciertas ocasiones es objetivoen sus testimonios como cuando hace
referencia breve de la resistencia bélica de los Inkas de Vilcabamba rodeando
el Cusco, contra las huestes españolas. O cuando intuye que la escritura
alfabética de los españoles fue emulada por el registro contable y narrativo
que se hace en el soporte de cuerdas llamado khipu, cuando percibe que los
amautas y los khipucamayuq son los filósofos que ejercen un pensamiento
reflexivo. Esto del Khipu como sistema comunicativo que reemplaza la escritura
occidental, y el pensamiento reflexivo ejercido por filósofos llamados hamuta’q
son tesis tomadas de un libro inédito de Víctor Mazzi Huaycucho, pronto a
publicar. (10)
Mas
del tema de la ética en el intelectual Garcilaso, y de su percepción de los
filósofos hablaremos en una segunda parte.
Notas Bibliográficas
(1) Carrillo Espejo, Francisco. Enciclopedia
Histórica de la Literatura Peruana. 6: Cronistas Indios y Mestizos I. Lima.Ed.
Horizonte. Lima, 1991.
(3) Waman Puma, de Ayala. Nueva Corónica y Buen
Gobierno. Copenhague. WEB El sitio de Guaman Poma, Biblioteca Real de
Dinamarca. Capítulo de Conquista española y guerras civiles. 385 [387] Atagualpa
Inga y Fray Vicente Valverde.
(4) http://victormazzihuaycucho.blogspot.pe/2008/12/francisco-carrillo-felipe-guamn-poma-de.html
(5) http://revista-iberoamericana.pitt.edu/ojs/index.php/Iberoamericana
/article/viewFile/3728/3897
(6) De La vega, Inka Garcilaso. Comentarios Reales de los Incas,
Antología. Lima. Colección Peruanos Imprescindibles, Libro 1. Emp. Editora El
Comercio. 2005. 302 pp.
(7) De La Vega, Inka
Garcilaso. Comentarios Reales de los
Incas. Antología. Ibid. Libro primero, capitulo IV, P.36
(8) De La Vega, Inka
Garcilaso, Ibid. Libro tercero, capitulo XX, P. 110
(9) Porras B. Raúl. Pequeña Antología de Lima, El nombre del
Perú. Lima. Colección Peruanos Imprescindibles. Libro 12.Edit. El Comercio.
2005. 359 pp.
(10) Mazzi Huaycucho,
Víctor. Inkas y Filósofos, Yachay y
Hamut’ay. Lima. Libro inédito. Probable año de publicación: 2016.
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