Anónimo*
Sin Tu
Luz
Ayer fue tu cumpleaños, amor,
y estoy lejos de ti;
el dolor de no verte se incrusta en mi
cerebro
y ahonda este vacío la ausencia de las
hijas.
Ya son muchas las horas sin tu luz
compañera,
pero tu nombre
ha sido antorcha cada instante de sombra
en que el miedo
se coló por las rendijas del espíritu
y me ha fortalecido como una coraza.
Tu recuerdo:
la dulce simetría de tu cuerpo,
tus parajes de greda torcida
torneada entre mis manos,
tus ojos de paloma asustada
y la morena cascada de tu pelo,
tus agrietadas manos
de aguja, olla, artesa,
hechas para la caricia y el trabajo,
olor a sopaipillas en invierno
y en el calor a refrescante océano.
Tus senos, cántaros de vida,
y tu santuario vientre
desgarrado de amor y de promesas.
Toda tú estás presente, mujer,
y esta ausencia nos acerca,
y aunque no estoy contigo y con las hijas
no estoy solo,
estás conmigo en la nostalgia
de todos mis hermanos.
Te veo en sus miradas solidarias y
amigas,
tu voz y tu sonrisa
revolotean en sus labios
cuando reciben noticias
de sus casas.
La fuerza de tu espíritu
está en sus manos fuertes
y en su aliento fraterno
y compartir sus ansias,
su anhelo de libertad,
su espera,
es como estar contigo
y hoy, junto a ellos, comprendo
que estoy de ti más cerca.
*Santiago de Chile, Estadio Nacional,
octubre de 1973.
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