Nota:
A partir de la presente edición de Creación Heroica
publicaremos en partes las Resoluciones del Congreso Provincial de Historia La
Habana.
Comité
de Redacción.
UNIÓN NACIONAL DE
HISTORIADORES DE CUBA (UNIHIC)
RESOLUCIONES
CONGRESO PROVINCIAL
DE HISTORIA
LA HABANA
16,
17 Y 18 DE ENERO DEL 2014
XXI CONGRESO
NACIONAL DE HISTORIA
PRESENTACIÓN
El
CONGRESO PROVINCIAL DE HISTORIA de la Unión Nacional de Historiadores de
Cuba (UNHIC) en la provincia La Habana, con vistas al XXI CONGRESO NACIONAL
DE HISTORIA, sesionó los días 16, 17 y 18 de enero del 2014 (1). En este
Congreso se colocaron a debate 11 proyectos de Resoluciones, sobre los que se
pronunciaron individual y colectivamente los 350 participantes durante los tres
días del evento. Se aprobaron los documentos en la sesión final y con estos, el
procedimiento de consultas de especialistas y trabajo colectivo, que hemos
realizado en los últimos dos meses.
El
11 de abril pasado realizamos el Pleno del Comité Ejecutivo Provincial de la
UNHIC, abierto a los colegas participantes en el debate y construcción
colectiva, y a los delegados habaneros al XXI Congreso Nacional de Historia,
evaluamos el trabajo realizado, y consideramos que las Resoluciones ya tenían
un grado de elaboración que permitía publicarlas, y someterlas a la más amplia
crítica, con vistas a continuar perfeccionando los sistemas de conocimientos
propuestos, y lograr el mayor consenso académico y político posibles, tanto
para aquellas que contenían propuestas de alcance provincial, como las que
teníamos el propósito de someter a discusión en el XXI CONGRESO NACIONAL DE
HISTORIA a realizarse los días 24 y 25 de abril, en la ciudad de Camagüey.
En
la labor de validación y crítica de las concepciones epistemológicas y enfoques
historiográficos a que hemos arribado, el sujeto colectivo formado por
asociados, maestros de historia y público capitalino, ha sido decisivo. Se
trata de presentaciones y debates públicos realizados entre el 2007 y enero del
2014, en dos Congresos Provinciales, cuatro eventos de historia provincial
Emilio Roig de Leuchsenring, tres talleres de la Cátedra Bicentenario de la
Primera Independencia de América Latina y el Caribe, seis Talleres de Historia
de la Revolución Cubana, y once talleres y seminarios de temas específicos, que
han tenido una participación total de más de 5 000 compañeros y compañeras. En
este período 4 de cada cinco asociados, ha presentado una ponencia a debate al
menos una vez, y 2 de cada cinco lo han hecho tres veces. Con el apoyo de la
Dirección Provincial de Educación, nuestros materiales han estado al alcance de
los docentes capitalinos y de sus 250 mil estudiantes. Estos materiales también
se han debatido con los colectivos de Historia y puesto en circulación, en las
universidades pedagógicas, de ciencias médicas, diseño y tecnología de la
capital.
La
autoría de los documentos de Resoluciones presentados a la construcción
colectiva, fue de un equipo de compañeros coordinador por el Dr. Felipe de J.
Pérez Cruz, presidente provincial de la UNHIC. Participaron como coautores:
Dra. Marta María Valdés, Dr. Avelino Víctor Couceiro Rodríguez, Dr. Lucilo
Battle Reyes, Dra. Juana Rosales García, Dr. Andrés Zaldívar Diéguez, Dra.
Áurea Verónica Rodríguez Rodríguez, MSc. Raiza Fornaguera de la Peña, MSc. José
Jiménez Santander, MSc. Lohania J. Aruca Alonso, MSc. Sofía Bolaños Rodríguez,
MSc. Fernando Gastón Arias, Especialista Ernesto Limia Díaz, MSc. Inocencia del
Carmen Rodríguez Rodríguez, MSc. José Durand Galano, Lic. Eddie Quiñones Díaz
de Villegas, Lic. Daniel Felipe Fernández Pérez, Lic. Alberto Boloy
Castellanos, Lic. Marcos Antonio Rodríguez Villamil, Lic. Mario J. González
Martín, Lic. Fulgencio Ramos Callis, Lic. Víctor Joaquín Ortega, y Lic. Irene
Esther Ruiz Narváez.
Junto
con los autores de las Resoluciones, fue muy significativo en el ejercicio que
realizamos, el aporte de los especialistas Dr.Cs. Luis Suárez Salazar, profesor
César García del Pino, Dra. María del Carmen Ariet García, Dr. Arnaldo Silva
León, Dr. Jesús Guanche Pérez, Dra. Adys Cupull, Dr. Froilán González, Dr. José
Rodríguez Ben, Dra. Angelina Rojas Blaquier, Dra. Dolores Guerra López, Dr. Tomás
Diez Acosta, Dr. Elvis Rodríguez Rodríguez, Dra. María Julia Peláez Groba, Dra.
Carmen María Díaz García, Dra. Paula Ortiz Guilián, Dra. Alicia Barrio Maden,
Dra. Sonia L. Almazán del Olmo, Dr. Néstor García Iturbe, Cor (r) Dr. Manuel Hevia Frasquieri, Dr.
Jacinto Valdés-Dapena Vivanco, Dr. José Luis Méndez Méndez, Dra. Damaris Torres
Elers, Cor (r) Hugo Crombet Bravo, MSc. Ludín B. Fonseca García, Lic. Jorge
Luis Moscoso Chirino; Lic. Alfonso Córdova Medina, Lic. Juan Miguel Pantaleón,
Lic. Heriberto Feraudy y Maikel Arista-Salgado. Hizo también una destacada
contribución el Dr. Félix Julio Alfonso López, vicepresidente provincial de la
UNHIC hasta la pasada asamblea provincial (marzo del 2013).
En la etapa post Congreso Provincial, 53 colegas y personalidades
de la ciencia y la política nacional, nos hicieron llegar valiosas opiniones,
objeciones y sugerencias de perfeccionamiento sobre una o varias Resoluciones.
Llegue nuestro agradecimiento a todas y todos.
De manera particular deseamos reconocer la atención prestada
por el Dr. Armando Hart Dávalos, Director de la Oficina del Programa Martiano;
Jorge Risquet Valdés, Miembro del Comité Central del PCC, Profesor Pedro Ross
Leal, dirigente partidista y líder histórico del movimiento obrero cubano, Dr. Eusebio
Leal Splenger, Director de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La
Habana, Dr. Eduardo Torres Cuevas, Presidente de la Academia de Historia de
Cuba, MSc. Martha Ferriol Marchena, Directora General del Archivo Nacional de
Cuba, Lic. María del Carmen Pérez Cernuda, Directora del Centro Provincial de
Patrimonio y Lic. José Enrique Machado, responsable de la Comisión de Historia
de la Dirección Provincial de Educación.
Las Resoluciones presentadas responden a las dos direcciones
principales de la labor de la UNHIC. Tanto al trabajo académico, como al
activismo sociopolítico de la asociación. Lo primero, nos califica en la
defensa del partidismo científico, la labor de descolonización de la
epistemología y de los enfoques historiográficos (2) y el logro de resultados
calificados, en la promoción de métodos colectivos de trabajo eficiente, con
solidaridad y fraternidad profesional. En tales propósitos las Resoluciones
ahora elaboradas fijan un hacer en el que aún nos queda muchísimo por andar. Lo
primero sin lo segundo no nos interesa. Nuestro activismo sociopolítico, en
tanto asociación de la sociedad civil revolucionaria cubana, se realiza también
junto al pueblo y al Partido, en la crítica social y en el hacer comprometido
de sus asociados, en las tareas del perfeccionamiento político del socialismo,
en la formación de valores patrióticos y la gestión educacional y cultural, en
la defensa frente a la agresión imperialista y sus actuales directrices de
subversión ideológico-cultural y mercenarismo intelectual (3).
Esperamos nuevas contribuciones.
Comité Ejecutivo Provincial de la
UNHIC en La Habana.
11 de abril del 2014
Notas:
(1)
Para este Congreso Provincial las asociaciones de base capitalinas enviaron 185
ponencias. La Comisión Académica Provincial aprobó 174 ponencias. Se
presentaros a la Comisión de Admisión del Congreso Nacional 85 ponencias.
Fueron aprobadas 17 ponencias.
(2)
Ver: Felipe de J. Pérez Cruz y Mildred de la Torre Molina: Los historiadores y
la historiografía de la Revolución Cubana. En: Rolando Julio Rensoli Medina
(Comp.): La historiografía de la Revolución Cubana. Reflexiones a 50 años,
Editora Historia, 2010, p 19-35; Felipe de J. Pérez Cruz: Bicentenario
Latinoamericano: Campo de nuevas batallas de ideas. En: Alfredo Jacobsen y
otros: La Patria es América, Ediciones de Madres de la Plaza de Mayo, Buenos
Aires, 2009; Daniel Felipe Fernández Díaz: Descolonizar la enseñanza de la
historia. Una necesidad insoslayable, Congreso Provincial de Historia, La
Habana, 2014.
(3)
Ver: Congreso Provincial de Historia. UNHIC: La Habana, 18 de enero del 2014.
Mesa No. 34: Panel: Las historiadoras y los historiadores habaneros en la lucha
ideológica y el enfrentamiento a la subversión imperialista: Coordina: Cor (r)
Dr.C. Néstor García Iturbe. Profesor Titular Instituto Superior de Relaciones
Internacionales “Raúl Roa García”, miembro del secretariado provincial de la
UNHIC. Ponentes: Cor (r) René González Barrios, Presidente del Instituto de
Historia de Cuba: Desmontaje de la historia; Dr. Elier Ramírez Cañedo, Oficina
de Asuntos Históricos del Consejo de Estado: La polémica sobre el autonomismo;
Dra. Angelina Rojas Blaquier. Investigadora Auxiliar, Instituto de Historia de
Cuba: ¿Una “nueva” historia del primer Partido Comunista de Cuba? Criterios
alrededor de un texto recientemente publicado; Dr. Felipe de J. Pérez Cruz:
Profesor Titular. Investigador Titular. Presidente de la UNHIC en La Habana:
Lucha ideológica y subversión ideológico-cultural en el campo de la Historia.
Ver: Lic. Daniel Felipe
Fernández Díaz: Descolonizar la enseñanza de la historia. Una necesidad
insoslayable. Congreso Provincial de Historia, La Habana, 18 de enero del
2014.
I. RESOLUCIÓN
SOBRE LA ENSEÑANZA DE LA HISTORIA
Las historiadoras e
historiadores participantes en el Congreso Provincial de Historia de La Habana,
realizado los días 16, 17 y 18 de enero del 2014, consideramos que aún
persisten problemas en la enseñanza de la Historia en nuestras escuelas,
institutos de enseñanza media y universidades. Apreciamos que la prolongación
en el tiempo de la situación de referencia, ha traído como consecuencia la
formación de un estado de opinión que se caracteriza por una alta criticidad a
la actuación de la escuela y los maestros, y en tanto se hace necesario proporcionar
elementos de juicio que permitan apreciar la labor que actualmente se realiza y
los cambios positivos que están en curso.
Las historiadoras e
historiadores participantes en el Congreso Provincial de Historia de La Habana,
consideran que resulta en justicia reconocer los avances que en la solución de
la referida problemática comienza a acumular el sistema de la educación
capitalina. En particular subrayamos:
·
La
superación y actualización paulatina del personal docente, y la reincorporación
de maestros graduados de Historia, que estaban en otras tareas y sectores de la
economía y los servicios.
·
La
significación de la incorporación de los jóvenes docentes, que sin haberse
graduado como especialistas en Historia, se han sumado a distintas modalidades
de superación postgraduada para alcanzar esta especialización.
·
La
obtención de mejores resultados en los índices académicos en general, y en las
pruebas de ingreso a la educación superior, así como en la más eficiente
utilización de la base material de estudio por alumnos y docentes.
·
El
papel de los maestros y profesores de Historia en los avances obtenidos como
parte del trabajo político-ideológico, en la preparación política de los
docentes en general, en las conmemoraciones históricas y en la introducción y
sistematización de las historias locales.
A tenor de los
resultados observados, acordamos felicitar a los maestros, profesores,
metodólogos de historia, a la Comisión Provincial de Historia y a los
directivos que trabajan directamente en esta área.
Felicitamos también
el aporte que realizan los Departamentos de Historia y Marxismo de la
Universidad de Ciencias Pedagógicas “Enrique José Varona” y la Universidad de
Ciencias Pedagógicas “Héctor Alfredo Pineda Zaldívar”, así mismo reconocemos el
alto valor patriótico de la acción de postgrado a favor de los maestros y
metodólogos de historia que realiza el Centro de Investigaciones Históricas de
la Seguridad del Estado.
Destacamos el
acompañamiento y apoyo de la Dirección Provincial de Educación a las propuestas
realizadas desde la UNHIC en la capital, en el interés de salvar las brechas
existentes entre los contenidos que se imparten y los nuevos conocimientos que
aporta la más actual historiografía nacional e internacional.
La UNHIC en la
capital luego de crear una comisión de análisis de la situación de la enseñanza
de la historia en la capital y el país, acordó en el 2010 reforzar su labor de
acompañamiento al trabajo de los docentes. Consideramos entonces y hoy, que sin
renunciar a un ejercicio crítico sobre el estado de la educación y la
enseñanza, sus causas y vías de superación; la mejor crítica a realizar es la
de la búsqueda de soluciones concretas en cada municipio y escuela, y en
precisión de nuestra misión y objeto como asociación profesional de
historiadores, dirigimos el aporte a la capacitación del personal pedagógico,
de los maestros, metodólogos y directivos en el conocimiento histórico
propiamente dicho. Argumentamos que la mejor didáctica de la enseñanza de la
Historia, es el conocimiento profundo, extenso, argumentado y actualizado de la
Historia.
Sustentamos frente
a la dogmatización de una enseñanza que se perdió en esquemas de “causas” y
“consecuencias”, el valor de la narración de los hechos históricos, de las
biografías de los héroes y del rescate de la historia real, masiva y fascinante
de los «sin historia», o con otra historia, de quienes viven en los recuerdos
de mambisado y combates centenarios de las familias cubanas, de los que están
en las leyendas y se expresaron y perviven en el arte, la arquitectura y la
ciencia; de los héroes que nos acompañan cada día hoy abuelos, ayer jóvenes de
la Generación del Centenario, de las generaciones de Girón, la Campaña Nacional
de Alfabetización, la defensa orgánica de la Patria, la construcción socialista
y las misiones internacionalistas.
Subrayamos en
particular la introducción de nuevos y fundamentados conocimientos en el
proceso de enseñanza, al calor de la conmemoración del Bicentenario de la
conspiración abolicionista e independentista de José Antonio Aponte, el 250
aniversario de la invasión británica a La Habana y la resistencia habanera ante
los invasores, la historia del movimiento abolicionista y antirracista cubano,
así como de los contenidos sistematizados en el taller Historia de la
Revolución Cubana sobre el proceso histórico después del triunfo de la
Revolución.
La Historia y su
enseñanza no es solo un asunto escolar, es un contenido esencial de la
formación e identidad familiar y ciudadana, de la labor de todos, de nuestras
asociaciones y organizaciones. Las historiadoras e historiadores participantes
en el Congreso Provincial de Historia de La Habana, invitan y reclaman junto
con la crítica, el servicio y la participación. En tal tarea de amor y
conciencia nos reconocemos.
ACUERDO
En interés de que
se conozca esta Resolución, se mandata al Secretariado Provincial de la UNHIC
para que la haga llegar: A la Primera Secretaria del Comité Provincia del PCC y
a su Oficina de Asuntos históricos, a la Presidenta de la Asamblea Provincial
del Poder Popular y su Dirección de Educación, al Sindicato Provincial de
Trabajadores de la Educación y a todos los directivos, maestras y maestros de
historia de la capital, con la exhortación de continuar trabajando en la
capacitación pedagógica y el dominio de los contenidos de la historia patria,
latinoamericana y mundial, en cumplimiento del Objetivo No. 64 de la Primera
Conferencia Nacional de Partido Comunista de Cuba.
También dar a conocer la
presente Resolución a los historiadores, museólogos y trabajadores de la
capital, a las familias y las comunidades, de las organizaciones e
instituciones habaneras. Asimismo, se mandata al Secretariado Provincial para
dar a conocer esta Resolución en el XXI Congreso Nacional de Historia.
II. RESOLUCIÓN SOBRE EL PATRIMONIO
EN LA CAPITAL
Las
historiadoras e historiadores participantes en el Congreso Provincial de
Historia de La Habana, realizado los días 16, 17 y 18 de enero del 2014,
acordamos felicitar la maravilla de la restauración, el cuidado, la
conservación, la educación, investigación y promoción histórica que realiza la
Oficina del Historiador de la Ciudad y su sistema de museos e instituciones
culturales, realidad que se multiplica con el espíritu revolucionario y la
profesionalidad de sus especialistas y trabajadores.
Apreciamos
que los historiadores e historiadoras capitalinos tenemos el privilegio de
contar con el aporte de un grupo de instituciones nacionales donde existen
organizaciones de base de la UNHIC, cuya gestión es de justicia distinguir, y
en tanto, acordamos felicitar la reparación, modernización y reapertura de la
Biblioteca Nacional José Martí. Así mismo, reconocer la labor de investigación
y promoción histórico-patrimonial del Memorial José Martí y la Oficina de Asuntos
Históricos del Consejo de Estado; destacar el aporte que realiza el Archivo
Nacional de Cuba en la preservación y puesta en servicio de importantes
colecciones documentales, y en esta dirección la digitalización que ha
comenzado a realizar de sus fondos; y reconocer la voluntad de mantener el
servicio de archivo del Instituto de Historia de Cuba, en medio de la situación
constructiva y la restauración de su actual sede.
Por
definición, el patrimonio es el legado que con algún significado especial,
recibimos de nuestros ancestros; por lo que tanto natural como cultural,
tangible o intangible, constituye un tesoro invaluable sobre el que
descansan los más altos valores de nuestra identidad y tradiciones, sentido y
sentimiento de pertenencia. En el patrimonio se fortalece la razón de quiénes
somos, y hacia dónde necesitamos encaminarnos. Y como todo tesoro social, es en
cada comunidad donde se definen los valores patrimoniales. De los patrimonios
comunitarios, surgen aquellos que tienen significación especial para toda la
región; de estos, los que trascienden para todo el país, y los que pueden
devenir Patrimonio de la Humanidad. Desde esta consideración expresamos nuestra
seria preocupación por el estado de la conservación y protección del patrimonio
en la mayoría de los municipios capitalinos.
Alertamos sobre el deterioro y desprotección que impactan
contra nuestra riqueza patrimonial; y los no menos deplorables hechos de robos,
desatención y vandalismos que sufren estas instituciones, las tarjas y monumentos.
Nos preocupa el cierre de museos y la falta de recursos económicos suficientes,
que en general caracteriza la gestión a cargo de los gobiernos municipales y
provincial.
Existen criterios de que La Habana cuenta con un conjunto de
museos como los que atiende la Oficina del Historiador, con capacidad para
satisfacer los intereses de la cultura y la educación en la provincia. Quienes
así piensan, no tienen en cuenta que los citados museos si bien realizan un
destacado trabajo comunitario, no tienen como objeto el universo patrimonial de
la provincia y sus municipios. No se comprende que precisamente este patrimonio
de base, es el más vulnerable, y el que resulta a su vez punto de partida para
todo el trabajo de valoración patrimonial a escala nacional.
A las escuelas, la familia, la comunidad y los medios de
difusión, y a mucho más, tributan los museos municipales, que por tanto
constituyen parte sustantiva del sistema de formación ciudadana. El museo de la
localidad es el centro simbólico de la cultura local, su existencia y labor
resultan fundamentales para el rescate y conocimiento de la herencia histórica,
la educación patriótica, y la promoción del arte y la literatura en las jóvenes
generaciones y en toda la población. Las familias encuentran en los programas y
actividades de los museos, una prolongación imprescindible de la escuela, un
ámbito de recreación y culto disfrute para sus hijos e hijas, y el espacio para
múltiples actividades comunitarias. Para las maestras y maestros de historia, el
museo constituye un aliado inapreciable en el desarrollo de una enseñanza
patriótica que privilegie el conocimiento de los valores locales y la
investigación escolar.
Los museos municipales son las instituciones capaces de
estudiar y preservar el patrimonio local, y desde este, propiciar planes de
educación científica al respecto en cada comunidad. Los museos locales junto
con las escuelas, constituyen el corazón de la historia de las localidades y
los historiadores e historiadoras tenemos en ellos nuestro más inmediato y
fascinante laboratorio.
Los cuatro municipios metropolitanos, nunca han tenido museos
municipales, carencia que se extiende a otros municipios del centro y la
periferia, otros se han deteriorado y están cerrados, y los que quedan trabajan
en condiciones muy precarias, con partidas presupuestarias insuficientes.
Consideramos desacertada la decisión en curso de cerrar museos. Camino de dar
respuesta a la necesidad social y cultural de que cada municipio tenga su
museo, los centros de gestión patrimonial pueden ayudar a frenar el deterioro
de las colecciones existentes y garantizar un mínimo de posibilidades para la
acción cultural y la investigación.
En tanto municipales, hay monumentos y áreas capitalinas de
importancia histórico-patrimonial provincial y nacional, que precisan de una
atención urgente. Manifestamos nuestra preocupación por el estado actual del
conjunto monumental de la Colina Lenin, declarado desde 1984 Monumento Nacional
de la República de Cuba, por el deterioro del parque y monumento a Juan Delgado
González patriota insigne del municipio de Boyeros, y por la depredación y la
indisciplina social, que se concita en el parque Carlos Marx, en el municipio
Centro Habana.
Si los problemas materiales gravitan contra el patrimonio
tangible, podemos avanzar en el amplio campo de la defensa y enriquecimiento
del patrimonio cultural intangible, educando y previendo la toma de decisiones
que impacten negativamente sobre los legados histórico-culturales y naturales
comunitarios y territoriales.
En general se evidencia la falta de jerarquía de gobierno
sobre una política provincial y casuística en cada municipio y barrio, que
potencie sus propios valores patrimoniales, el mantenimiento y manejo de estos,
y su más eficiente utilización, tanto cultural y educacional, como turística
y/o económica.
En medio del panorama material descrito, destacamos los
resultados alcanzados por los directivos, especialistas y trabajadores del
Centro Provincial de Patrimonio, quienes a pesar de las dificultades
materiales, realizan con notable esfuerzo y dedicación, una destacada labor
cultural y pedagógica en la defensa de la identidad, la historia y la cultura
locales. Resaltamos los resultados de los Museos de Regla, Guanabacoa, Marianao
y Playa, así como la excelente iniciativa de crear la Sala Museo Ramón
Fernández Quintana en el Consejo Popular Ceiba, del municipio Playa, donde ha
sido destacada la labor de la asociación de base de la UNHIC en ese territorio.
ACUERDO
En interés de que se conozca esta resolución, se mandata al
Secretariado Provincial de la UNHIC para que la haga llegar la presente
Resolución: A) A la Primera Secretaria del Comité Provincial del PCC y la
Oficina de Asuntos Históricos de este Comité, la Presidenta de la Asamblea Provincial
del Poder Popular y su Dirección de Cultura, al Centro Provincial de Patrimonio
y al Sindicato Provincial de Trabajadores de la Cultura. A la Oficina del
Historiador de la Ciudad, Biblioteca Nacional José Martí, Oficina de Asuntos
Históricos del Consejo de Estado, al Archivo Nacional de Cuba y el Instituto de
Historia de Cuba, a los directivos, museólogos y trabajadores del patrimonio de
la capital, con la exhortación de continuar laborando con el mismo entusiasmo y
dedicación, con plena conciencia de la importancia de su labor patriótica y
cultural, en cumplimiento del Objetivo No. 64 de la Primera Conferencia
Nacional de Partido Comunista de Cuba. Asimismo, se mandata al Secretariado
Provincial para dar a conocer esta Resolución en el XXI Congreso Nacional de
Historia.
III. RESOLUCIÓN QUE
PROPONE CONMEMORAR LOS DÍAS
12 DE OCTUBRE: DE
LA RESISTENCIA INDÍGENA Y
27 DE NOVIEMBRE: DE
LA CULTURA ABORIGEN EN CUBA
Las historiadoras e historiadores participantes en el
Congreso Provincial de Historia de La Habana, realizado los días 16, 17 y 18 de
enero del 2014, proponemos que el XXI Congreso Nacional de Historia a
realizarse los días 24 y 25 de abril en la ciudad de Camagüey, se pronuncie y
sustente: 1) el acto de justicia histórica -como ya lo hacen todos los
gobiernos revolucionarios y progresistas de América Latina -, de incorporar en
las conmemoraciones oficiales el 12 de Octubre, día que marca la llegada de la
expedición militar de conquista del Almirante Cristóbal Colón (1446-1506)
al Caribe y a América, como Día de la Resistencia Indígena, en
recordación a los pueblos aborígenes que se enfrentaron al genocidio y
etnocidio del colonialismo europeo, resistieron el embate de la explotación
capitalista, se hicieron simiente de la forja de la nación cubana, y nos
legaron sus culturas y cosmovisiones.
2) Recomendar que se conmemore el 27 de noviembre, como el Día
de la Cultura Aborigen en Cuba, en recuerdo al primer acto de rechazo de la
población aborigen que habitaba Cuba, al desembarco de las tropas mandadas por
el Almirante Cristóbal Colón durante su primera expedición militar de
conquista en 1492. 3) Solicitar a los Ministerios de Educación (MINED),
Educación Superior (MES), Cultura (MINCULT), Fuerzas Armadas Revolucionarias
(MINFAR), del Interior (MININT) y Turismo (MINTUR), así como al Instituto
Cubano de Radio y Televisión (ICRT), instituir las conmemoraciones del Día
de la Resistencia Indígena y Día de la Cultura Aborigen en Cuba, como
efemérides institucionales, en particular promover que ambas se celebren en
todos los centros de la educación general, universidades e instituciones
culturales y turísticas.
El nervio emancipador que vindica los Día de la
Resistencia Indígena y Día de la Cultura Aborigen en Cuba, nos
compulsa a repensar y precisar nuestra común historia. 4) Proponemos que el XXI
Congreso Nacional de Historia se pronuncie por recomendar que las referidas
conmemoraciones también se conciban para promover nuestro dialogo, aprendizaje
y reafirmación cultural solidaria con el actual movimiento indígena de Nuestra
América.
La decodificación en clave de emancipación y dignificación
humana, nos califica y cualifica el hacer y lo por hacer de la
historiografía revolucionaria. De la mano de José Martí (1853-1995) procuremos
privilegiar la historia real. Sobre estos particulares proponemos:
5) Que el XXI Congreso Nacional de Historia acuerde sustentar
en la historiografía cubana el concepto expedición militar de conquista en
lugar del ambiguo, apacible e inexacto concepto de viaje de descubrimiento, o
el aún insuficiente término de expedición, para el acontecimiento que se
desató a partir de la salida del puerto ibérico de Palos de las naves
comandadas por Colón, el 3 de agosto de 1492. Esta expedición militar
de conquista fue de hecho el primer acto de guerra y de dominación del
colonialismo europeo, contra el territorio y los pueblos que vivían en nuestra
región, en tanto su trascendencia histórica lo es también político-filosófica,
ética y cultural.
6) Incorporar el término invasión militar, a la
tradicional denominación de II Viaje o Expedición realizada por el
Almirante Cristóbal Colón (1451-1506), en tanto tal denominación cualifica el
carácter de la operación militar de conquista, que se desarrolló a partir de
esa expedición militar, que bajo el mando del Almirante Colón, partió del
territorio ibérico el 25 de septiembre de 1493, con el definido objetivo de
invadir, conquistar, ocupar y apoderarse del oro y las riquezas de la isla
caribeña de Haití y sus pobladores, y extender la exploración y conocimiento de
la región con similares fines de dominación y expropiación económica.
La historiografía de matriz colonialista que hemos heredado
en el interés de negar y menospreciar la resistencia indígena, y desdibujar la
violencia genocida de tan dramático acontecimiento de dominación, ha silenciado
que la conquista y colonización se llevó a cabo mediante una guerra de
rapiña colonialista que el Estado español desató contra los pueblos
aborígenes que vivían en las islas del Caribe y en el territorio continental
que llamamos hoy América. Sobre esta guerra iniciada por Colón contra los
cacicatos de Haití, a principios de 1594, proponemos:
7) Que el XXI Congreso Nacional de Historia precise la
conceptualización de la categoría histórica de guerra para el
acontecimiento que tratamos.
8) Que el XXI Congreso subraye que la guerra iniciada
por Colón contra los caciques de Haití, fue una guerra de rapiña:
la primera guerra colonialista del proceso mundial de internacionalización y
acumulación originaria del capital, y la primera guerra colonial contra
los pueblos indígenas de Nuestra América.
La guerra colonial del Estado español contra los pueblos
caribeños y americanos, tuvo su episodio cubano a partir de 1510, con la
expedición militar y la invasión que la historiografía nacional ha denominado
conquista y colonización (1492-1553). 9) Proponemos que el XXI Congreso
Nacional de Historia, reconozca el enfoque del episodio cubano de la guerra
colonial iniciada en Haití. Esta sería por tanto la primera guerra
colonialista de la historia de Cuba.
Los indígenas que habitaban Haití, Borinquen, Jamaica, Cuba,
no fueron mansos ni se dejaron victimizar impunemente. 10) Proponemos que el
XXI Congreso Nacional de Historia, reconozca el conjunto de las resistencias
aborígenes en Haití, Borinquen, Cuba y Jamaica, como genuinos episodios de guerra
justa, que cualifican a aquellos hombres y mujeres, quienes a pesar de la
abrumadora superioridad militar de los invasores, bajo el liderazgo de
caciques-jefes militares, defendieron su libertad y espacio vital.
11) Proponemos que el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural
y la Comisión Nacional de Monumentos, promueva en municipios y provincias la
colocación de tarjas y monumentos en aquellos lugares donde se efectuaron
acciones armadas de la resistencia aborigen durante la primera guerra
colonialista de la historia de Cuba.
Estamos al tanto sobre qué ocurría en el siglo XV en las
cortes de España y Europa, pero no hemos fertilizado estos saberes con la
sistematización y el análisis de la historia propiamente aborigen-caribeña. 12)
Proponemos que el XXI Congreso Nacional de Historia se pronuncie por una
relectura que incorpore al sujeto histórico aborigen, que estudie como parte
indisoluble de la historia nacional, la historia de los pueblos caribeños, y si
de la irrupción europea se trata, que se profundice en el momento histórico
particular -en el orden social, cultural y político- en que se encontraban
estos pueblos a finales del siglo XV.
13) Proponemos que el XXI Congreso Nacional de Historia
exprese al MINED y el MES, la necesidad de revisar los programas con el
objetivo de enriquecer los contenidos sobre las culturas aborígenes y los
hechos de su resistencia frente a la guerra de rapiña colonialista del Estado
español, acción opresora a la que se incorporarían con similares objetivos y
criminalidad las principales monarquías europeas de la época.
Hay propuestas muy serias del Instituto Cubano de
Antropología (ICAN), incluso premiadas como resultados de ciencia por la
Academia de Ciencias de Cuba, que aún no se introducen en la escuela cubana.
14) Proponemos que el XXI Congreso Nacional de Historia insista en la necesidad
de que se editen y pongan al alcance de nuestros estudiantes las obras: Las
Comunidades Aborígenes en la Historia de Cuba, y Cuaderno de Historia
Aborigen de Cuba. Un enfoque dirigido a la enseñanza básica.
15) En la oportunidad de contar con el Censo Arqueológico
Aborigen de Cuba, importante aporte de ciencia del ICAN, proponemos que el
XXI Congreso Nacional de Historia recomiende la introducción de sus resultados
en los temas de historia local que se imparten en nuestras escuelas, así como
solicitar al Consejo Nacional de Patrimonio Cultural del MINCULT, la
generalización de estos resultados en la red de museos e instituciones
culturales del país.
16) Proponemos que el XXI Congreso Nacional de Historia se
pronuncie a favor de rescatar y divulgar los vocablos de origen indígena que
han pasado al idioma Español, y los que aún se mantienen como localismos, en
pos de salvar esta herencia de alto valor identitario.
Las dos conmemoraciones que proponemos y la plataforma
ideológica e histórico cultural que defendemos, adquieren una connotación
sumamente actual, cuando hemos comenzado a celebrar en Cuba los 500 años de
fundación de las primeras siete villas hispanas. Alrededor del tema de los
primeros asentamientos hispánicos, realizados en los espacios de la ocupación
aborigen, la mayoría en las inmediaciones de sus cacicatos y pueblos, se nota con
frecuencia la existencia de silencios, sobre la presencia y el acontecer del
sujeto indígena. No se puede olvidar que estas poblaciones nacieron en medio de
la guerra de conquista, fueron pensadas y fundadas como parte de la estrategia
militar del mando español, y que a la explotación y esclavización de los
aborígenes en las encomiendas, deben sus más ilustres vecinos fundadores las
riquezas que acumularon.
17) Proponemos que el XXI Congreso Nacional de Historia
exprese su preocupación de que en las conmemoraciones en curso, se tenga en
cuenta y exprese de manera significativa, el aporte de la cultura aborigen, y
los hechos de guerra justa y resistencia de nuestros aborígenes.
18) Debemos definitivamente abandonar las lecturas
complacientes y decodificar el mito fundador, y ratificar que no existió un
“encuentro de civilizaciones y culturas”, sino un hecho de guerra de rapiña, de
apropiación forzada y depredatoria del territorio y sus recursos naturales y
humanos, que devino en genocidio y etnocidio. Precisamente la afirmación sobre
la extinción y/o desaparición de los aborígenes cubanos, y los debates que
sobre esta problemática se pueden sostener, tienen como incuestionable realidad
histórica, el exterminio en masa de la población aborigen que se ejecutó por
los conquistadores europeos.
Se ha confundido la práctica criminal de guerra del
exterminio masivo, con el error de la desaparición de nuestros aborígenes. El
genocidio y etnocidio colonialista, redujo de manera significativa la presencia
de los indígenas cubanos, pero no lograron aniquilarlos ni física ni
culturalmente. Sus huellas están en la historia de nuestro archipiélago a lo
largo de toda la época colonial y republicana, en el indómito cimarronaje, en
las primeras villas y familias hispano-aborígenes, en la formación del
campesinado cubano. Constituyen parte fundante de la raíz múltiple que hoy nos
identifica genética y culturalmente. Somos herederos directos de la resistencia
armada y la resistencia cultural de nuestros aborígenes, muy pronto fertilizada
con el indomable espíritu de combate de los africanos y otros grupos humanos
que poblaron la isla, especialmente de sus descendientes.
ACUERDO
Continuar el apoyo que realiza la UNHIC a la Dirección
Provincial de Educación, y a los departamentos de Historia de las universidades
capitalinas, para el debate, la introducción y generalizar en la práctica
docente, de los nuevos criterios y enfoques epistemológicos e historiográficos.
En interés de que se conozca esta resolución, se mandata al
Secretariado Provincial de la UNHIC para que haga llegar la presente
Resolución: A la Primera Secretaria del Comité Provincia del PCC y a su Oficina
de Asuntos Históricos, a la Presidenta de la Asamblea Provincial del Poder
Popular a todos los historiadores, maestros, museólogos y trabajadores de la
capital, a las organizaciones e instituciones habaneras. Que se envíe al
Instituto Cubano de Antropología, la Sección de Historia y Literatura Político
Social de la UNEAC, la Sección Cubana de la Asociación de Historiadores de
América Latina y el Caribe (ADHILAC), la Academia de la Historia de Cuba, la
Sección de Ciencias Sociales de la Academia de Ciencias de Cuba, el Instituto
de Historia de Cuba, el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural, el Centro de
Estudios Martianos, la Casa de la Nacionalidad Cubana, las universidades, y
demás instituciones culturales, académicas y de educación superior en el país.
Así mismo que se realicen las coordinaciones pertinentes para someter la
presente Resolución a debate y aprobación del XXI Congreso Nacional de
Historia.
IV.RESOLUCIÓN
SOBRE LA INVASIÓN BRITÁNICA (O INGLESA) A LA HABANA DE 1762, Y LA RESISTENCIA
DE LOS HABANEROS FRENTE A LOS INVASORES
Las
historiadoras e historiadores participantes en el Congreso Provincial de
Historia de La Habana, realizado los días 16, 17 y 18 de enero del 2014,
proponemos que el XXI Congreso Nacional de Historia a realizarse en abril
próximo en la ciudad de Camagüey, se pronuncie por evaluar y sustentar la
pertinencia de sustituir en la historiografía, la enseñanza y la divulgación de
la Historia Patria la denominación Toma de la Habana por los ingleses,
por Invasión británica (o inglesa) a la Habana de 1762, con la
propuesta de incorporar a esta denominación el homenaje a los habaneros y
milicianos procedentes de otras regiones del occidente y centro de la Isla, que
protagonizaron la RESISTENCIA frente a los invasores durante la batalla por
la toma de la ciudad y posteriormente en los once meses de ocupación.
La
batalla militar tal como se presenta, coloca como sujeto principal a la fuerza
invasora organizada por Gran Bretaña. Por demás los acontecimientos posbélicos,
de ocupación física, gobierno y política económico-comercial, fueron de mucho
mayor calado que la propia operación militar.
La
categoría invasión precisa el hecho como realmente sucedió en la Historia, y
nos permite el más amplio miraje a lo que realmente representó el ataque a La
Habana, dentro de la geopolítica del momento. La participación de la Corona
española en la llamada Guerra de los Siete Años (1756-1763) entre Inglaterra y
Francia, brindó a la Armada Británica la oportunidad de atacar e intentar
cambiar el reparto colonial. Y para ello el año 1762 registra sus operaciones
militares contra Manila en el Pacífico, Río de la Plata en Suramérica, Granada
en Nicaragua y La Habana en Cuba, este último un viejo sueño imperial. En cada
caso las historiografías nacionales correspondientes afirman el hecho como
invasión.
El
concepto toma impone el punto de mira del interlocutor del
acontecimiento. El
sujeto en tal perspectiva es el que realiza la labor de “tomar” la plaza
habanera, por lo que se trata del punto de vista del militar británico. A
diferencia los defensores de la ciudad resisten la toma. Y las
evidencias históricas demuestran que tal resistencia fue efectiva en tanto las
tropas británicas tuvieron que sacrificar un gran número de hombres y recursos
para poder ocupar la capital colonial.
La
Habana la entregaron los jefes militares españoles. Las fuerzas militares
profesionales salvo excepciones, dejaron una estela de severa crítica, de
cuestionamiento y hasta de burla popular. En la defensa, en la negativa a
aceptar una rendición, y en la continuidad de las acciones durante la
ocupación, brillaron la valentía y la astucia guerrillera de los jefes
criollos, y el valor de más de 14 mil milicianos blancos, negros y mulatos, libertos y
esclavos habaneros, a los que se unieron voluntarios llegados desde las villas
y territorios occidentales y centrales. Esta es una historia donde precisamente
la resistencia unió y proyectó a miles de hombres y mujeres, en la defensa de
su territorio frente a un poder extranjero.
La historia de la batalla, contada por primera vez en la Carta
de las señoras de La Habana a Carlos III -fechada en La Habana el 29 de
agosto de 1762-, donde indignadas criticaban la débil actuación del mando y las
tropas españolas, funda y recrea la estirpe primigenia de habaneros y habaneras
con sentido de pertenencia, donde avanzará en las décadas posteriores, la
creciente conciencia de su condición criolla, y de su estado dependiente y
colonial. No será casual que entre los primeros conspiradores independentistas
en 1810 y definitivamente independentistas y abolicionistas en 1812, estuvieran
jefes y milicianos criollos, blancos, negros y mulatos, que se preciaban de ser
hijos y nietos de los defensores de La Habana en 1762.
En atención a los elementos aportados en investigaciones y
estudios realizados, sustentamos:
A) La propuesta de que el XXI Congreso Nacional de Historia,
se pronuncie por recomendar a las instituciones académicas, culturales,
sociales y políticas del país, la asunción de la denominación propuesta de invasión
británica (o inglesa) de La Habana de 1762, así como subrayar la
resistencia de los habaneros y de los milicianos procedentes de otros
territorios del occidente y centro de la Isla.
B) Propuesta a las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), y
en particular a la dirección del Complejo Histórico Militar Morro-Cabaña, de
perpetuar con una placa y monumento, el reconocimiento a los heroicos esclavos
defensores de la Fortaleza del Morro, que traicionados por los militares
españoles tras el acto de capitulación, fueron pasados a cuchillo por los
invasores británicos.
C) Propuesta a la Asamblea del Poder Popular en La Habana, de
perpetuar la memoria del capitán de milicias negras Joaquín Aponte,
héroe y símbolo del valeroso aporte de los esclavos y libertos frente a la
invasión inglesa en la capital, con una placa y monumento en el entorno del
Torreón de la Chorrera, en el actual municipio Plaza de la Revolución.
D) Propuesta a la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), de
reproducir en tarja de bronce, los nombres de las firmantes de la Carta de
las señoras de La Habana a Carlos III, y, destacar esta acto de protesta y
denuncia, como uno de los primeros que expresa el valor del protagonismo
femenino en la historia de Cuba, y de La Habana
C) Propuesta de conmemorar el 310 aniversario del nacimiento
de Don José Antonio Gómez de Bullones, Pepe Antonio, el valiente alcalde de
Guanabacoa que organizó con eficacia la defensa popular de su territorio.
E) Propuesta a la Asamblea del Poder Popular en La Habana, de
perpetuar en el municipio La Habana del Este y en Cojimar, con una placa y
monumento, el reconocimiento al valor de Pepe Antonio y los milicianos que
defendieron esa región de los invasores británicos.
F) Propuesta a la Asamblea del Poder Popular en La Habana, de
perpetuar en el municipio Cotorro, con una placa y monumento, la resistencia del
pueblo y de los milicianos de Santa María del Rosario, frente a las incursiones
y el vandalismo de las tropas británicas en su territorio.
G) Propuesta a las Asambleas del Poder Popular en La Habana,
Villa Clara y Santi Spíritus, de perpetuar en el municipio Marianao, en las
ciudades de Santa Clara y Trinidad, con una placa y monumento, la solidaridad y
apoyo que recibieron los habaneros de las regiones del interior de la Isla. En
particular homenajear al jefe de milicias trinitario Juan Benito Luján, quien
al mando de un millar “de guajiros de tierra adentro, blancos, negros y
mulatos, sin más armas que sus machetes, defendieron la región habanera dejando
una leyenda de coraje.
ACUERDOS
Continuar el apoyo que realiza la UNHIC a la Dirección
Provincial de Educación, y a los departamentos de Historia de las universidades
capitalinas, para el debate, la introducción y generalizar en la práctica
docente, de los nuevos criterios y enfoques epistemológicos e historiográficos.
En interés de que se
conozca esta resolución, se mandata al Secretariado Provincial de la UNHIC para
que haga llegar: A la Primera Secretaria del Comité Provincia del PCC y a su
Oficina de Asuntos Históricos, a la Presidenta de la Asamblea Provincial del
Poder Popular a los historiadores, maestros, museólogos y trabajadores de la
capital, a las organizaciones e instituciones habaneras. Que se envíe a la
Sección de Historia y Literatura Político Social de la UNEAC, la Sección Cubana
de la Asociación de Historiadores de América Latina y el Caribe (ADHILAC), la
Academia de la Historia de Cuba, la Sección de Ciencias Sociales de la Academia
de Ciencias de Cuba, el Instituto de Historia de Cuba, el Consejo Nacional de
Patrimonio Cultural, el Centro de Estudios Martianos, la Casa de la Nacionalidad
Cubana, las universidades, y demás instituciones culturales, académicas y de
educación superior en el país. Así mismo que se realicen las coordinaciones
pertinentes para someter la presente Resolución a debate y aprobación del XXI
Congreso Nacional de Historia.
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