Algunas Observaciones a Magda Portal*
Aun cuando media una distancia moral
y material enorme entre Magda Portal y yo, no quiero dejar pasar impunemente el
artículo mañoso y torpe que ha publicado en el Nº 2 de la revista chilena
índice. Por otra parte, me parece enteramente ridículo que una mujer como la
Portal, ignorante e indocumentada de lo que dice, sin ningún bagaje de cultura,
se meta a discutir una obra seria como es la que ha dejado mi marido. Todo lo
que escribe no es sino una serie continuada de mentiras, cuando no lo es de malas
intenciones.
Mi marido nunca puso a
cubierto las circunstancias de su viaje a Europa. Todos saben que fue a hacer
labor de propaganda del Perú. Luego, ¿a qué viene eso de parangonar o hacer
coincidir la labor del leader Haya de la Torre, con la de Mariátegui? La acción
de Haya de la Torre se circunscribió a una revuelta universitaria. En cambio la
de Mariátegui, como está en el conocimiento de todos, ha sido una labor más
serena, de más arraigo en la masa de trabajadores. Su acción ha sido de
orientación, de aplicación de principios, conformes con una interpretación
realista. El leader Haya de la Torre no ha sido si no un agitador más o menos
vehemente; pero no cimentó nada, no hizo ningún trabajo orgánico. Magda Portal
seguramente está lejos de todo eso. Ella no entiende sino la postura efectista
de Haya. Mi marido no ha acompañado nunca a Haya en las jornadas que a ella se
le ocurre afirmar. Su camino y su trayectoria han sido muy distintos. Y Magda
Portal es la menos calificada para decir que se "nota dispersión de su
talento en su actividad sobre política económica "y que" sus
lecciones no aportan ningún concepto claro para aplicarlo a América".
Mariátegui ha dejado obra orgánica, sólida, de orientación constructiva. Sus
conceptos pueden ser discutidos por gentes que poseen ideas definidas, no
importa desde qué punto de vista, pero nunca, por quienes como Magda Portal no
tienen sino una neurosis revolucionaria, a veces tan aguda y negativa que la
hace hasta inconsecuente con la amistad y la bondad de un hombre que fue el
único en darle una importancia que no merece. Porque la realidad es ésta. Magda
Portal no ha merecido la atención de nadie, su actividad literaria ha sido tan
insignificante y tan cursi que no ha provocado la más mínima simpatía. Su misma
condición gregaria en un conjunto de poetas y escritores menos que mediocres,
entre los que vivía, la ha mantenido lejos de ese prestigio que ella creía
merecer y que nadie se lo daba. Fue José Carlos Mariátegui el único,
absolutamente el único que, con la más amplia generosidad, dio cabida en las
páginas de sus 7 Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana, a quien no
merecía eso ni mucho menos.
Es tan desaprensiva y
tonta la Magda Portal que a la aparición de una revista llama fenómeno, dando a
la palabra el sentido aberrativo que le da la gente crasa de cosa inusitada y
asombrosa. Cuando es tan vulgar que fenómeno quiere decir hecho natural,
perceptible por los sentidos o por la conciencia. Y ¿qué quiere decir que
apareció por un fuerte imperativo económico? Una revista de la índole de Amauta
requiere no sólo gastos materiales elevados, sino, sobre todo, competencia,
capacidad, ideología firme, orientación doctrinal, renuncia de toda comodidad
y, luego, una fe tan grande como la tuvo Mariátegui, hasta para superar toda
dificultad material. Así, Amanta no representó para mi marido un
entretenimiento lucrativo, sino un fuerte motivo de esfuerzos y aun de
sacrificios.
Pero la intención
aviesa de Magda Portal no se detiene sólo en hacer estas referencias; desde el
principio hasta el fin de su esperpento periodístico, no hace sino insistir con
cierta neurosis, en la enfermedad de Mariátegui. Todo lo quiere hacer aparecer
como producto de su enfermedad, llamándolo paralítico. Pero ya se ve cómo
interpreta la palabra fenómeno para darse cuenta del proceso mental extraviado
de esta mujer absurda. La enfermedad de Mariátegui no fue un obstáculo para su
obra, por consiguiente, no es tema de discusión. Pero, al contrario, sería
verdadero tema de discusión la enfermedad mental de ciertas gentes que no saben
propagar sino maldades. La obra de Mariátegui, para cualquiera será siempre,
estímulo intelectual, enseñanza serena, fuerza y salud espiritual, porque es
obra de inteligencia y de bondad, y porque ilumina un camino de esperanza que
va hacia la justicia.
Anna Chiappe de Mariátegui
Lima, 1930.
*Igual que el testimonio de Javier
Mariátegui, esta carta ha sido reproducida del Anuario Mariateguiano Nº11, 1999, PP.12-13. (Comité de Redacción).
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