sábado, 1 de febrero de 2025

Internacionales

El Pueblo Palestino no Abandonará su Patria

Mahmoud Elalwani

EL PASADO SÁBADO 25 de enero, en el comienzo de su segundo mandato, el presidente estadounidense Donald Trump declaró que un millón y medio de gazaties debían desplazarse hacia Egipto y Jordania por la falta de lugares adecuados para vivir en la Franja de Gaza y como resultado del genocidio de Israel. Esta declaración sobre la limpieza de Gaza de sus habitantes, coincidió con las instrucciones que dio al Pentágono de liberar un envío de bombas de dos mil libras a Israel y vino acompañado de otra decisión peligrosa, la de mantener la ayuda exterior a Israel y suspenderla al resto del mundo y la de cancelar las sanciones impuestas a los colonos que cometan crímenes contra la población civil en Cisjordania y Jerusalén.

      Esta propuesta estadounidense difiere de lo que Trump propuso en su primer mandato y como parte del denominado Acuerdo del Siglo, que consistía en transferir la responsabilidad de la Franja a cambio de amplios privilegios económicos, incluido el establecimiento de una gran zona industrial con financiación de los países del Golfo, en la frontera egipcia entre el Sinaí y Gaza, dándose prioridad a los residentes de la Franja para trabajar allí, siempre que hubiera alojamiento para los trabajadores.

     La intención explícita de desplazar a los residentes de la Franja de Gaza fuera de Palestina responde a la implementación de la visión que fue anunciada previamente por la ocupación israelí: desplazar a la población de la Franja de Gaza, establecer nuevos aeropuertos, puertos, carreteras, centros turísticos, empresas y residentes, dejar la zona libre de residentes palestinos, implementar la David Land Road y el Bengorion Water Canal como alternativa al canal de Suez por el que pasa el 30% del volumen del comercio mundial, así como la incautación de petróleo, de yacimientos de gas natural frente a las costas de Gaza, cuyo valor se ha estimado que tiene una enorme riqueza y una capacidad de producción para veinte años de consumo.

    La declaración de Trump sobre el desplazamiento de palestinos fuera de la Franja de Gaza, fue muy bien recibida por los fascistas israelíes ya que el ministro de Finanzas de extrema derecha, Bezalel Smotrich, se comprometió a trabajar arduamente con el Primer Ministro y con los miembros del Gabinete con el objetivo de preparar un plan práctico para implementar la propuesta del presidente Trump lo más rápido posible. Por otro lado, con la decisión del Ministro del Ejército de Ocupación de liberar a los colonos detenidos, se está alentando a cometer más crímenes en esta guerra silenciosa que está llevando a cabo el gobierno de ocupación israelí. Se trata de escalar el problema y crear un clima de violencia y tensión en toda la zona. Estas declaraciones sobre el desplazamiento de los residentes de Gaza no son un “desliz”, tratan el tema del desplazamiento como si fuera una obra caritativa y reflejan una tendencia más amplia en el contexto de una política reflexiva, según han declarado altos funcionarios israelíes.

    Cualquier plan para trasladar por la fuerza a población civil bajo ocupación constituye una clara violación del Cuarto Convenio de Ginebra que prohíbe claramente el traslado forzoso de poblaciones bajo ocupación. Dichos planes también representan crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad y son incompatibles con los derechos naturales e internacionalmente garantizados. El desplazamiento forzado de palestinos no sólo constituye un crimen internacional, sino que es parte de una estrategia dirigida a fortalecer los crímenes de traslado forzoso y de expulsión sistemática que Israel ha practicado contra el pueblo palestino. El pueblo palestino tiene todo el derecho a sobrevivir en su patria.

     El pueblo palestino con su firmeza y sacrificio se ha mantenido firme ante los intentos israelíes de desplazarlo y desarraigarlo de su tierra a pesar de la ayuda armamentística prestada por sus aliados. Nuestro pueblo es quien decide su destino y su autodeterminación y debe estar aferrándose a su patria con más decisión que nunca. Nuestro mensaje a todos los israelíes y a sus aliados es que nuestro pueblo palestino hizo un juramento y se comprometió a no abandonar sus tierras, incluso si los matan de hambre o les cortan el agua, los alimentos, la electricidad y los medicamentos, los palestinos permanecerán allí para siempre.

     Estas declaraciones de desplazamiento son el llamado que culmina la guerra de exterminio y golpea profundamente el concepto de identidad palestina poniendo fin a todas sus luchas y a la solución de los dos Estados, acabando con el futuro proyecto del Estado palestino independiente, en una flagrante violación de la justicia, del derecho internacional y su legalidad, fortaleciendo las posiciones de la ocupación y reforzándolas. El desplazamiento es una solución a expensas del pueblo palestino, de sus derechos, de su historia y de su futuro.

(*) Embajador del Estado de Palestina en Bolivia.


La Tragedia Sigue a Pesar del Alto Al Fuego

Mahmoud Elalwani(*)

EL PRIMER MINISTRO Y MINISTRO de Asuntos Exteriores de Qatar, Mohammed bin Abdul Rahman Al Thani, anunció el miércoles 15 de enero de 2025 que el acuerdo de alto al fuego en Gaza comenzará el próximo domingo 19 de enero, pero este alto al fuego llega tras una tragedia cuyas cifras debe conocer el mundo entero.

Fuentes médicas afirmaron que el número de muertos en la Franja de Gaza desde el momento en que se anunció el acuerdo de alto el fuego hasta las once horas de la mañana de este viernes 17 de enero ascendió a 111 muertos, además de 264 heridos, y que entre los muertos se encontraban 28 niños y 31 mujeres. La secretaria general de Amnistía Internacional, Agnes Callamard, dijo el pasado jueves que un alto el fuego en la Franja de Gaza no será suficiente para reparar las vidas de los palestinos destrozadas por el genocidio israelí. Destacó que la continua obstrucción del proceso de paz por parte de Israel es algo que no se puede tolerar.

El periódico británico ‘The Guardian’ llevó a cabo una investigación sobre el devastador impacto de la guerra israelí tras 469 días de genocidio en Gaza, concluyendo que esta guerra ha provocado la muerte de 46.788 personas, entre ellas la de 16.795 niños y 110.453 heridos palestinos, de los que más de una cuarta parte vivirán con lesiones de por vida: amputaciones, quemaduras graves y lesiones en la cabeza, entre otras. Por otro lado, esta guerra ha provocado que más de 11.000 desaparecidos hayan quedado enterrados bajo edificios derrumbados por falta de equipo pesado o combustible para excavar entre los escombros en su busca. Además, en Cisjordania la guerra causó 865 muertos, entre ellos 159 niños, 5.750 heridos y 12.000 detenidos. Destacar que Israel ha matado a 163 periodistas y a 248 empleados de la agencia de las NNUU, la UNRWA.

La destrucción ha sido inmensa, más de 534 escuelas (95% de las escuelas fueron dañadas o destruidas) y 436.000 viviendas dañadas o destruidas (92% del total de viviendas). En cuanto a las pérdidas en el sector sanitario, las fuerzas israelíes bombardearon, sitiaron y atacaron repetidamente hospitales en Gaza, sólo 17 de los 36 hospitales de Gaza seguían parcialmente operativos a finales de 2024. La Organización Mundial de la Salud declaró que el número de ataques a instalaciones de salud desde el comienzo de la guerra llegó a 654.

Más de 1.060 trabajadores de la salud, entre ellos enfermeras, paramédicos, médicos y otros trabajadores fueron asesinados, muchos de ellos en su lugar de trabajo y decenas de ellos fueron arrestados. Esta guerra ha provocado el desplazamiento forzado de 1,9 millones civiles (90% de la población) en Gaza.

Un estudio publicado este mes concluyó que el hambre, el frío, la falta de vivienda y de medicinas, la rápida propagación de enfermedades infecciosas y el colapso del sistema de atención médica llevaron a la muerte de muchos otros palestinos durante la guerra, estimándose que el número real de muertos puede haber superado las 70.000 personas.

Paralelamente, los controles israelíes sobre la ayuda humanitaria que ingresa en Gaza y la destrucción de la producción agrícola dentro de la Franja han provocado hambre y desnutrición generalizadas. En noviembre de 2024, las Naciones Unidas manifestaron que los envíos de ayuda a Gaza estaban en sus niveles más bajos desde octubre de 2023. Un organismo de seguimiento internacional dijo que la hambruna probablemente era “inminente” en el norte de la Franja de Gaza. Las Naciones Unidas han indicado recientemente que el 96% de los niños menores de dos años y las mujeres en Gaza no obtienen los nutrientes necesarios, 345.000 personas se enfrentan a una catastrófica escasez de alimentos, mientras que 876.000 personas afrontan niveles de inseguridad alimentaria de emergencia. Cabe destacar que la desnutrición durante el embarazo y durante la infancia obstaculiza el desarrollo físico y mental, por lo que muchos niños que sobrevivan a la guerra soportarán los efectos de la falta de alimentos durante toda su vida.

Asimismo, esta guerra ha provocado la destrucción del medioambiente y de espacios verdes. Israel destruyó al menos la mitad de la cubierta arbórea en Gaza, el suelo y el agua han quedado contaminados y hubo graves daños a las tierras agrícolas. Imágenes de satélite analizadas por las Naciones Unidas mostraron que más de la mitad de las tierras agrícolas vitales para la producción de alimentos han sido degradadas por la guerra.

Los científicos y académicos ambientales dicen que la destrucción tendrá impactos a largo plazo en los ecosistemas, en la biodiversidad, en la seguridad alimentaria y en la salud de la población. Según las cifras publicadas, aproximadamente el 40% de la tierra en Gaza que antes se utilizaba para la producción de alimentos ha sido destruida; según una investigación, “las granjas y casi la mitad de los árboles de la zona han sido destruidos”. A su vez, Human Rights Watch descubrió a finales de agosto que el ejército de ocupación israelí “dañó o destruyó al menos 31 tanques de agua de un total de 54” y que los residuos tóxicos de municiones e incendios causaron la contaminación del suelo y los suministros de agua. El porcentaje de carreteras principales dañadas o destruidas ascendió a más del 92%. La cantidad diaria de agua no tratada y aguas residuales que desembocan en el mar desde Gaza alcanzó los 60.000 metros cúbicos. La longitud de la red eléctrica destruida es de 510 km (320 millas).

Un informe de las Naciones Unidas indica que el coste del proceso de reconstrucción puede superar los 80.000 millones de dólares, mientras que la retirada de más de 42 millones de toneladas de los escombros se estimó en más de mil millones de dólares y sigue siendo uno de los obstáculos más difíciles a los que se enfrentará este proceso. El informe subraya que la operación es compleja y puede extenderse durante años, estimando que puede alargarse al menos hasta el año 2040 debido a la presencia de bombas, minas y misiles sin detonar, así como de materiales y cuerpos contaminados y peligrosos que se encuentran enterrados bajo los escombros.

La comunidad internacional, todas sus instituciones y organizaciones deben adoptar una postura firme y seria frente a estos crímenes fascistas del Estado de ocupación israelí, deben imponer sanciones estrictas a los colonizadores, ya sean individuos o grupos y al gobierno israelí que les brinda apoyo y protección. Debe haber una acción rápida para ofrecer protección internacional urgente al pueblo palestino y poner fin de inmediato a estos ataques que amenazan las vidas de los palestinos y sus derechos básicos. Debe ponerse fin a la ocupación terrorista de los territorios palestinos.

Hay que apoyar y fortalecer los esfuerzos emprendidos por el gobierno palestino para movilizar apoyos y el reconocimiento del Estado Palestino, así como para transmitir su visión de la necesidad de trabajar para encontrar una solución pacífica, permanente y justa a la cuestión palestina mediante el establecimiento de un Estado Palestino independiente y soberano en las fronteras de 1967, con su capital Jerusalén Este, para garantizar la paz y seguridad a todos los pueblos de la región.

(*) M. Elalwani es embajador del Estado de Palestina en Bolivia.



El Engaño de la Victoria Israelí

Mahmoud Elalwani

EL PERIÓDICO FINANCIAL TIMES publicó el pasado 27 de diciembre un editorial en el que afirmaba que Israel no logrará su seguridad sin la paz justa con los palestinos, añadiendo que quizás Israel ha logrado sus objetivos militares pero que no alcanzará la seguridad sin dicha paz. El periódico señaló que el Primer Ministro israelí se jactó de rechazar el plan estadounidense propuesto en septiembre para detener la guerra horas después de haber sido lanzado éste; una guerra que se alarga desde hace más de 454  días, causando 45.581 víctimas, de las cuales 17.818 son niños, 108.438 heridos, más de 11.200 desaparecidos y dos millones de desplazados en Gaza y que en Cisjordania ha causado 835 víctimas, 6.450 heridos y 13.500 detenidos, además del asedio impuesto por Israel en Gaza, la restricción del acceso a la ayuda humanitaria, al agua y alimentos, y la destrucción de estructuras civiles, convirtiendo a la mayor parte de la Franja en una zona inhabitable.

Netanyahu había ordenado el asesinato del secretario general de Hezbolah, Hassan Nasralah, y el de Hamás, Ismael Hanieh. No obstante, los logros de Israel en el campo de batalla han tenido un precio muy alto y seguirán empeorando en los próximos años, aunque Netanyahu presuma de haber derrotado a sus enemigos. El periódico añadió: “el éxito militar de Israel permanecerá manchado para siempre por el sufrimiento indescriptible que causó como resultado de su campaña militar a los residentes de Palestina y del Líbano”. Israel se enfrenta a crecientes acusaciones de cometer genocidio en Gaza, incluido un caso presentado ante la Corte Internacional de Justicia y en informes detallados de Amnistía Internacional y Human Rights Watch. El periódico dice que la guerra y el asedio a Gaza por parte de Israel no sólo son una mancha para Israel, sino también para sus aliados cuya respuesta permitió a Netanyahu actuar de manera inhumana.

Netanyahu presume de estar cambiando el equilibrio de poder en la región para los años venideros y añade que el nivel de superioridad militar israelí sobre sus oponentes ha quedado claro desde el fallo de inteligencia del 7 de octubre de 2023. En su orden de arresto contra Netanyahu, la Corte Penal Internacional dijo que había “motivos razonables” para creer que tiene responsabilidad penal por “el crimen de hambre como medio de guerra y otros actos inhumanos”. El periódico comenta que no hay escapatoria para Netanyahu y sus aliados de extrema derecha que parecen decididos a ocupar más territorio en diferentes frentes y a mantener a Israel en un estado de conflicto perpetuo.

La guerra de exterminio a la que están sometidos los palestinos es una encarnación de las ambiciones históricas israelíes de expandir la influencia del Estado fascista basado en una ideología sionista y cuyo objetivo es controlar los territorios palestinos y lograr un estado fundamentalista religioso. Esta visión no es nueva, sino que se extiende durante décadas. Desde el establecimiento del Estado de Israel, líderes israelíes como David Ben-Gurion e incluso Netanyahu han adoptado políticas similares, buscando ampliar las fronteras del estado a expensas de las tierras palestinas.

El estado de ocupación israelí está aprovechando el fracaso internacional y está explotando la incapacidad del Consejo de Seguridad de la ONU para asumir sus responsabilidades legales; mientras Israel continúa arrasando la Franja de Gaza, intensificando sus masacres, destruyendo sus hospitales, lanzando bombardeos masivos contra los hogares y cometiendo genocidio contra los civiles palestinos para convertirla en una tierra inhabitable. La connivencia de la comunidad internacional con las escenas de genocidio y desplazamiento de la población civil, constituye una complicidad pública con este enorme número de violaciones del derecho internacional llevadas a cabo sin control ni rendición de cuentas.

Las instituciones de legitimidad internacional pierden su credibilidad, su legitimidad se erosiona mientras dure el genocidio, mientras el Consejo de Seguridad de la ONU sea incapaz de detenerlo y mientras no se escuchen los llamamientos de las autoridades pertinentes, organizaciones internacionales, incluida la Organización Mundial de la Salud, el Programa Mundial de Alimentos y la UNRWA.

El Consejo de Seguridad debe implementar su Resolución 2735 que estipula: un alto el fuego, la entrada de ayuda a la Franja de Gaza, la retirada israelí de la Franja de Gaza, permite al Estado de Palestina asumir todas sus responsabilidades en la Franja de Gaza, así como en Cisjordania y también establece detener los ataques del ejército y colonos israelíes en Cisjordania, incluida Jerusalén. En última instancia, la seguridad de Israel sólo puede garantizarse mediante la paz justa con todos los países de la región.

(*) Mahmoud Elalwani es embajador del Estado de Palestina en Bolivia.



Humanidad No Figura en el Diccionario Israelí

Mahmoud Elalwani

EL PASADO JUEVES 2 de enero de 2025, ocho diputados del llamado Comité de Asuntos Exteriores y Seguridad del parlamento israelí “La Knesset” mandaron una carta al ministro del Ejército de Ocupación israelí, Yisrael Katz, exigiendo que reconsiderara que después de asediar el norte de la Franja de Gaza y del desplazamiento de sus residentes hacia el sur.

El ejército debe destruir las fuentes de energía, alimentos y agua en el norte de Gaza y se debe matar a cualquiera que se mueva en dicha zona sin levantar una bandera blanca. Consideraron “no estar implementado de manera apropiada” el plan efectuado por el ejército de ocupación para desplazar a los residentes del norte de la Franja de Gaza hacia el sur y añadieron que esto no debe hacerse sólo en el norte de la Franja de Gaza, sino también en cualquier otra región de la franja, afirmando que las operaciones del ejército de ocupación “no permiten el logro de los objetivos de guerra establecidos por el nivel político” de acuerdo a los planes de guerra establecidos en un principio.

Netanyahu y su gobierno sionista continuaron cometiendo una guerra de exterminio con su maquinaria de genocidio contra palestinos inocentes en Gaza exterminando a 46.006 palestinos e hiriendo a más de 109.378 en 462 días de la actual guerra en Gaza. La máquina de matar ha destruido la santidad y ha violado la soberanía de los Estados, no sólo se ha circunscrito a Gaza, sino que se ha ampliado a Cisjordania y a la ciudad de Jerusalén ocupada, además el ejército sionista ha incrementado sus operaciones militares para invadir el Líbano y para librar otra guerra contra Siria y contra Yemen.

Desde el comienzo de la guerra, los israelíes han sido muy conscientes de que Netanyahu no está interesado en un acuerdo de intercambio o en la liberación de los detenidos. En realidad, Netanyahu continúa con la guerra sacrificando sus vidas para lograr sus objetivos partidistas y personales. Israel no reconoce sus verdaderas intenciones basadas en la ocupación y en la matanza de seres humanos y las justifica con el discurso del odio y como respuesta al asesinato.

El gobierno israelí y su ejército han detenido a más de 12.000 palestinos obligándolos a quitarse la ropa bajo el frío y en condiciones duras y difíciles, interrogándolos con extrema crueldad y, consecuentemente, llevando a la muerte de decenas de ellos sin tener en cuenta ninguna condición humanitaria, privándolos de sus derechos más básicos a medicinas, agua y alimentos e impidiendo que los abogados se reúnan con ellos o conozcan sus condiciones de detención.

La cuestión de los prisioneros palestinos que sufren tanto como resultado de las duras condiciones que les impone la administración penitenciaria israelí es una de las cuestiones importantes en esta feroz guerra. Los prisioneros palestinos tienen derecho a recuperar su libertad y su dignidad. Todos los pueblos del mundo y las organizaciones humanitarias y de derechos humanos deben trabajar y ejercer una fuerte presión sobre Israel para detener el sufrimiento y la tragedia humana de los prisioneros. Israel debe darse cuenta de que todos sus detenidos serían liberados solo con que detenga la guerra de genocidio y se retire de la Franja de Gaza.

Durante el año 2024 hemos asistido a la pérdida de los valores éticos, la moral, la lógica y la razón. La lucha de los defensores de la libertad, de los derechos humanos y del respeto al derecho y a los acuerdos internacionales ha sido convertida por los sionistas en una farsa al burlarse de las decisiones del Consejo de Seguridad, de la Corte Internacional de Justicia y de la Corte Penal Internacional, incluso después y a pesar de acusar a Netanyahu y a su gobierno de cometer una guerra de genocidio y de emitir dos órdenes de arresto contra Netanyahu y su ministro de defensa despedido. Pero lo que ha sido más doloroso es el papel limitado de la Comunidad Internacional y su incapacidad para disuadir a Israel de este despropósito contra Gaza, Jerusalén, Cisjordania, Líbano, Siria y Yemen.

Humanidad significa sensibilidad, significa dar valor a la vida con dignidad y libertad, sin discriminación por razones religiosas, morales y sociales. Parece que Israel no ha comprendido esta realidad, ni su importancia, ni su impacto. Israel insiste en profundizar el tribalismo y el racismo, continúa violando los derechos básicos de la vida y los derechos humanos recogidos por todas las leyes y religiones divinas. Israel aboga por destruir, matar, aumentar el sufrimiento y restar valor a la dignidad humana.

(*) Mahmoud Elalwani es embajador del Estado de Palestina en Bolivia.



Los Intentos de Hacer Estallar la Situación en Cisjordania

Mahmoud Elalwani(*)

EL GOBIERNO DE EXTREMA DERECHA de Israel está tratando de arrastrar a Cisjordania a una confrontación integral, el último intento se produjo la pasada noche del lunes 20 de enero cuando los ataques de colonos terroristas contra aldeas en Cisjordania y bajo la protección del ejército de ocupación asesinaron a doce palestinos, hiriendo a docenas de personas y colocando 898 barreras militares, puertas de hierro en las entradas de ciudades y pueblos, y más de 900 controles militares, con el objetivo de dividir Cisjordania.

Pretenden buscar justificación a los intentos de hacer estallar la frágil situación en la Cisjordania ocupada copiando los crímenes de genocidio y desplazamiento cometidos por Israel en la Franja de Gaza y obligar a transferir a la población hacia Jordania. Todo indica que están intentando crear un estado de caos violento para facilitar su anexión. La similitud entre los ataques que han tenido lugar en Cisjordania con los que tuvieron lugar antes de 1948 y que condujeron a la Nakbah palestina, aumenta la posibilidad de que se repitan estos hechos en Cisjordania.

En este contexto se hace más necesario que nunca poner énfasis en la obligación de Israel a desmantelar los asentamientos, evacuar a todos los colonos de la Cisjordania ocupada y poner fin a su ocupación ilegal en el territorio palestino lo antes posible. Con la decisión de cancelar las sanciones impuestas a los colonos y la decisión del Ministro del Ejército de Ocupación de liberar a los detenidos colonos se está alentando a cometer más crímenes en esta guerra silenciosa que está llevando a cabo el gobierno de ocupación israelí con el objetivo de escalar y crear un clima de violencia y tensión.

El alto el fuego que comenzó el pasado domingo 19 de enero nos dio un rayo de luz después de quince meses de genocidio, con la esperanza y el deseo del establecimiento de un camino político basado en resoluciones de legitimidad internacional que conduzcan al fin de la ocupación y la implementación de la paz justa y duradera.

Desde el primer día de esta agresión, el Estado de Palestina ha trabajado incansablemente para exigir un alto el fuego inmediato, evitar el agravamiento de la situación humanitaria y evitar el desplazamiento de la población palestina fuera de su patria y para evitar la anexión de tierras de la Franja de Gaza y Cisjordania intentando detener las prácticas que socavan la solución de dos Estados, incluida la expansión de los asentamientos y los crímenes de los colonos llevados a cabo a plena luz del día. También exigió al Consejo de Seguridad la necesidad de la implementación de las resoluciones pertinentes de las Naciones Unidas, incluida la Resolución No. 2735 del Consejo de Seguridad, que estipula un alto el fuego inmediato y liberar a rehenes y prisioneros así como llevar ayuda humanitaria urgente a la Franja de Gaza, impedir el desplazamiento de palestinos y devolver a los desplazados a sus lugares de residencia, la retirada de las fuerzas de ocupación de toda la Franja de Gaza y permitir que el gobierno palestino asuma todas sus responsabilidades en la Franja y unidad de la Franja de Gaza con Cisjordania bajo su administración para gestionar, en cooperación con países y organizaciones amigas y hermanos, los servicios básicos de salud, educación, agua y electricidad, garantizando el regreso de los desplazados a sus hogares y preparación para la fase de reconstrucción. También se compromete a ayudar en gestionar la ayuda humanitaria y cooperar para sacar a la Franja de Gaza y a su gente de esta catástrofe humanitaria que están sufriendo, ayudando a retornar a un camino político que ponga fin a la ocupación ilegal que conduzca a la independencia del Estado de Palestina y lograr la solución de dos Estados de acuerdo con las resoluciones de legitimidad internacional.

En este contexto, el gobierno palestino afirma que la Franja de Gaza es parte integral del territorio palestino ocupado y que el Estado de Palestina tiene jurisdicción legal y política sobre la Franja y sobre todo el territorio palestino ocupado desde 1967, incluida Jerusalén Oriental, rechazando categóricamente cualquier intento de apoderarse de partes de la tierra palestina o de desplazar a nuestro pueblo, lo que viola claramente el derecho y la legitimidad internacional. Reiteramos la necesidad de adherirnos a nuestros derechos legítimos y a nuestra identidad nacional que une a nuestro pueblo en todo el mundo, lo cual requiere la unidad de nuestra tierra y de nuestro pueblo bajo el paraguas de la OLP, único representante legítimo del pueblo palestino con su programa político y sus obligaciones internacionales.

El gobierno palestino recalca la importancia del papel de la agencia de la ONU, “La UNRWA”, que es indispensable y no tiene alternativa; las autoridades de ocupación israelíes no tienen derecho a impedirle ejercer sus deberes de servir a los refugiados palestinos en los territorios ocupados y en todas las zonas de sus operaciones en las zonas donde nuestro pueblo refugiado está presente.

El gobierno palestino agradece a todos los países y pueblos que apoyaron sus esfuerzos por lograr un alto el fuego y a todos los que trabajaron para detener la guerra genocida contra el pueblo palestino y para exigir a Israel que rinda cuentas de sus crímenes y a los países que nos apoyaron ante los tribunales internacionales y a la Corte Internacional de Justicia para detener los crímenes del genocidio.

Hacemos un llamamiento a la comunidad internacional para que brinde apoyo humanitario más urgentemente y que coopere con el gobierno palestino para mejorar sus capacidades para desempeñar su papel y asumir sus responsabilidades. No obstante, destacamos la importancia de encontrar una solución política justa permanente e integral a la cuestión palestina y a la paz en Oriente Medio, implementar la solución de dos Estados de acuerdo con las resoluciones internacionales de legitimidad y para obtener el reconocimiento internacional y la membresía plena del Estado de Palestina en las Naciones Unidas para poner fin a la ocupación israelí y la encarnación del Estado independiente de Palestina según las líneas del 4 de junio de 1967, con Jerusalén Este como su capital, y la solución de la cuestión de los refugiados de conformidad con la Resolución 194 de la ONU, lo que brindará la oportunidad de lograr con éxito la paz justa, seguridad y estabilidad no sólo entre palestinos e israelíes, sino para que todos los países de la región vivan en seguridad, paz y buena vecindad. En este contexto, esperamos con interés la celebración de una conferencia internacional de paz para implementar las resoluciones de legitimidad internacional relacionadas con la cuestión palestina y la solución de los dos Estados, donde todos los países participantes adoptarán medidas prácticas y decisivas para poner fin a la ocupación, apoyar la independencia del Estado de Palestina y lograr una paz justa.

La comunidad internacional tiene la responsabilidad al no haber cumplido con sus obligaciones con nuestro pueblo y brindarle protección internacional y no haber impuesto sanciones internacionales disuasorias al Estado ocupante y a los terroristas colonos mediante el desmantelamiento de sus organizaciones y agotando sus fuentes de financiación y no haberles quitado la protección política y jurídica. La Comunidad Internacional debe intervenir para detener estos crímenes y las políticas israelíes que no traerán paz y seguridad a nadie, enfatizando en que la única manera de lograr seguridad y estabilidad es implementar resoluciones de legitimidad internacional y la paz justa como base para resolver el conflicto y encarnar el establecimiento del Estado palestino, con Jerusalén Este como su capital.

(*) Mahmoud Elalwani es embajador del Estado de Palestina en Bolivia.



Algunos Aspectos del Discurso y de las Primeras Acciones de Trump

Santiago Ibarra(*)

Introducción

El discurso de posesión de Trump como presidente de Estados Unidos el 20 de enero y sus declaraciones y acciones anteriores y posteriores a ese día han estado dominadas por la lucha entre Estados Unidos y China. En el presente artículo abordamos algunos de los aspectos de ese discurso y primeras acciones, como el supremacismo nacional y blanco; la política contra los inmigrantes; la búsqueda de un relanzamiento de la economía estadounidense vía la intervención militar, la coerción económica y la inversión masiva en inteligencia artificial; el expansionismo, la violación del derecho y el desprecio por la comunidad internacional; la lucha contra los gobiernos democráticos y anti-imperialistas, para presentar después a modo de punteo un conjunto de semejanzas y diferencias entre Trump y Biden y la nueva intervención del Estado en la economía estadounidense, mostrando de este modo que el problema de fondo en Estados Unidos hay que buscarlo en la clase dominante y no solamente en Trump.

 

Supremacismo nacional y supremacismo blanco

Trump afirmó en su discurso de posesión como presidente de los Estados Unidos que busca “hacer a América grande de nuevo”. Se trata de un nacionalismo extremo que vía la mitificación de la historia estadounidense está orientado a cubrir con una aureola de santidad sus actos clasistas, expansionistas, racistas, homofóbicos y eventualmente su guerra contra China. Esta aureola de santidad se corona con la afirmación de Trump de que la bala que le dispararon y le lesionó una oreja no lo mató porque Dios quiso que siguiera con vida para llevar a Estados Unidos hacia las estrellas: “Somos una gloriosa nación bajo Dios”, sostuvo. Este nacionalismo construye una historia que falsea una parte importante de ella reconociendo únicamente a los estadounidenses de origen británico como constructores de esa nación, silenciando el genocidio perpetrado contra los indígenas que habitaban esa porción de Norteamérica, a los negros que llegaron a la misma a principios del siglo XVII como esclavos y el aporte proporcionado por la población latina.

 

Contra los inmigrantes

Un eje central del discurso de Trump es la lucha contra los inmigrantes, a quienes criminaliza y estigmatiza constituyéndolos en el chivo expiatorio de los problemas actuales de Estados Unidos, como la crisis económica, la inseguridad, la violencia, el tráfico y el consumo de drogas ilegales, siendo que, en realidad, la población latina en ese país contribuye a la economía estadounidense: “La producción económica total, o producto interno bruto, de los latinos en los Estados Unidos alcanzó los 3.7 trillones de dólares en 2022, según los investigadores. Lo que supera la marca histórica de 3.2 trillones de dólares establecida en 2021.  La última cifra convertiría al PIB latino de Estados Unidos en el quinto mayor PIB del mundo para 2022 — mayor que el de India, el Reino Unido y Francia.”(1) La población latina no solo contribuye y ha contribuido al crecimiento de la economía estadounidense, sino que ha sido clave en la constitución de Estados Unidos como la primera potencia económica a nivel mundial.

Por lo demás, los causantes de la crisis económica de los Estados Unidos son las propias corporaciones económicas y los gobiernos sucesivos de este país, que lograron hacer de ese país el país más endeudado del mundo, fabricar un gran déficit fiscal y favorecer la acumulación de capital vía la especulación financiera y promover, así, paulatinamente, su desindustrialización.

Ahora bien, millones de esos inmigrantes ocupan los empleos de más baja cualificación en la construcción, agricultura, industria manufacturera, turismo, etc.; es decir, le proporcionan al capital la mano de obra barata con la que amasan sus fortunas. ¿Trump le va a quitar a esos capitalistas su fuente de ganancia?

Con su discurso criminalizador Trump encubre además que las grandes corrientes migratorias hacia Estados Unidos desde América Latina se producen en el contexto de una crisis económica y productiva en esta última región que a la vez se ha producido en el marco de relaciones desiguales y de dependencia con los Estados Unidos y Europa, relaciones en las cuales estos últimos se aprovecharon de la debilidad estructural de nuestros países y de la existencia de oligarquías locales proclives a aceptar las peores condiciones que ellos nos imponen, para explotar sus materias primas y aprovechar sus mercados.

Un punto aparte pero relacionado que ha sido destacado por diferentes analistas es que la designación de los cárteles como organizaciones terroristas extranjeras permitiría a Trump invadir México bajo el pretexto de luchar contra el terrorismo.

 

Relanzamiento de la economía estadounidense vía la ocupación militar, el robo, el saqueo, el chantaje y las inversiones

Estados Unidos ha perdido en las últimas dos décadas un gran terreno en la economía, la producción y el comercio frente a China. Además, Estados Unidos padece de un gigantesco déficit fiscal, déficit comercial y deuda pública. Posteriormente al día de su posesión Trump anunció la inversión de 500 mil millones de dólares en la empresa Stargate, una empresa que buscará el desarrollo de la inteligencia artificial, rubro en el cual Estados Unidos es líder a nivel mundial hasta el momento.  A la vez, en el Foro Económico de Davos Trump ha chantajeado a las empresas extranjeras que quieren exportar a Estados Unidos exigiéndoles que produzcan en este país y que si no lo hacen les aumentará los aranceles.

La expansión sobre territorios ajenos (para apropiarse de sus materias primas, sus mercados y sus rutas comerciales), el aumento anunciado de los aranceles y la conservación del dólar como la moneda de reserva y de las transacciones en el comercio mundial son mecanismos de acumulación que son extra-económicos y que pertenecen al ámbito de la coerción y la violencia, que Marx trató en el capítulo La llamada acumulación originaria de capital, primer tomo de El capital (1867). Estados Unidos se construyó sobre la base del genocidio de los pueblos indígenas que vivían en el territorio que ocupa hoy y del robo y compra de tierras ajenas. Hoy Trump ha anunciado el uso de la violencia para perpetuar la hegemonía de Estados Unidos en el sistema mundial. Estamos hablando de que Estados Unidos busca relanzar la acumulación de capital en su espacio geográfico incorporando a su control a procesos económicos existentes en otros espacios nacionales, así como sus recursos naturales, lo que nos remite al viejo colonialismo, violando flagrantemente la soberanía y la independencia de los Estados nacionales.

Este plan de relanzamiento de la economía estadounidense por las vías que hemos mencionado busca recuperar y fortalecer a la economía estadounidense para ir a la guerra contra China, pero, nos preguntarnos: ¿esas inversiones lograrán su objetivo? Los hechos, como, por ejemplo, el desplome del 17% de las acciones de Nvidia ante la aparición de Deepseek, nos hace dudar de que Estados Unidos pueda conservar, por ejemplo, el liderazgo en inteligencia artificial.

 

Expansionismo, violación del derecho internacional y desprecio por la comunidad internacional

Trump ha anunciado desde antes de su posesión formal que desea comprar Groenlandia y que si fuera necesario tomará militarmente esta isla gigante. También anunció que le aplicará a Canadá aranceles de un 25% con la finalidad de forzar su anexión a Estados Unidos como el estado 51 de este país. El día de su posesión ratificó que tomará el canal de Panamá. Pocos días después dijo que si es necesario usará la fuerza militar con Venezuela, país que tiene las reservas petroleras más grandes del mundo.

En este punto hay que observar lo siguiente. Por un lado, Trump retoma la política de expansión colonial de décadas atrás y, de otro lado, continúa en la historia reciente la política de Biden de violación del derecho internacional y de desprecio a la comunidad internacional. (Al parecer, algunos creen que Trump es decididamente peor que Biden, pero fue este último quien patrocinó, financió y armó a Israel para cometer genocidio contra el pueblo palestino y apropiarse de nuevos territorios de este pueblo, así como de Líbano y Siria). En los últimos días, Trump ha anunciado que desea trasladar a 1.5 millones de palestinos de Gaza hacia Jordania y Egipto, buscando completar de esta manera el genocidio y exterminio político del pueblo palestino.

Asimismo, Trump, dando continuidad a lo que hizo Biden también, saca a Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud (restando a este organismo de una parte importante de los fondos con los que normalmente trabaja) y del Acuerdo de París (que obliga a los países a disminuir la emisión de dióxido de carbono para mitigar de esta manera la contaminación ambiental). El punto de partida de Trump para tomar esta decisión es la negación del cambio climático, de la participación brutal de Estados Unidos en la destrucción de la naturaleza y la negación y rechazo de la ciencia misma, buscando ampliar significativamente la producción y exportación de petróleo sin cumplir con la normativa internacional para satisfacer los apetitos insaciables de los grandes capitalistas del petróleo. Este último punto está relacionado con el proyecto de relanzamiento de la economía estadounidense.

 

Liquidación de los gobiernos nacional populares y ataque a los derechos de los trabajadores

No porque lo pongamos casi al final este acápite es menos importante que los demás. En realidad, es parte fundamental de toda la política imperialista de Trump. El día de su posesión Trump habló de que se había gastado mucho en sanidad, con lo cual estaba anunciando recortes importantes en salud pública dentro de los Estados Unidos. Como ya hemos dicho, ha anunciado también que podría usar la fuerza militar contra Venezuela (aunque en los últimos días envió al delegado Grenell para negociar con Maduro la deportación de venezolanos y la recuperación de estadounidenses presos en Venezuela), además de que volvió a colocar a Cuba en la lista de estados patrocinadores del terrorismo, una más de las mentiras de las que se vale Estados Unidos para justificar su ataque a países que resisten y desarrollan un proyecto político de control nacional de sus recursos naturales y de construcción política alternativa a lo que manda el país hegemónico a nivel mundial. Así, Estados Unidos prolongará el brutal bloqueo económico contra Cuba.

 

Trump y Biden

Si bien existen diferencias en el discurso y política de Trump respecto a lo que hizo Biden, también existen grandes similitudes entre los dos. Una coincidencia fundamental es la de apoyar absolutamente el genocidio y la expansión colonial de Israel sobre Palestina y Siria con el uso de la violencia más extrema. El supremacismo nacional; la violación del derecho internacional (análoga a la violación del estado de derecho en cada país); el desprecio por la comunidad internacional; la lucha contra los gobiernos anti-imperialistas de América Latina mediante los métodos más brutales como son los bloqueos económicos; la lucha contra los derechos laborales, económicos y sociales de los trabajadores, son algunas de las semejanzas más importantes entre ambos personajes.

Asimismo, si bien es cierto que los demócratas y Biden reivindican el globalismo, a la vez han favorecido las políticas proteccionistas y la guerra comercial contra China, tanto como Trump y los republicanos.

Algunas diferencias entre Trump y Biden son el supremacismo blanco y la estigmatización y criminalización abierta y descarada de los inmigrantes, el discurso expansionista (amenazas contra Canadá, Groenlandia, Panamá)(2), el discurso contra la comunidad LGBT y la negación del cambio climático y de la propia ciencia por parte de Trump. Lo que debemos subrayar sobre este último conjunto de políticas es que constituyen una violación del estado de derecho en los Estados Unidos, ya que, por ejemplo, se eliminan las disposiciones técnicas que favorecen a la población negra y a la población LGBT, además de presentarse a los inmigrantes como criminales sin que incluso eso esté respaldado por actividades delictivas de parte de aquellos. Otro elemento que expresa el desprecio del Trump por el estado de derecho es el indulto que le ha dado a los elementos que tomaron el Capitolio el 2019 (además de que el propio Trump ha podido ser candidato habiendo cometido delitos penales). Tomando estos últimos rasgos, Trump sería el violador del estado derecho en su propio país. Respecto a la política contra los inmigrantes, recordemos que Obama el “demócrata” deportó dos veces más extranjeros en su primer gobierno que Trump en su primera gestión.

Los elementos novedosos que introduce Trump en su gobierno constituyen elementos adicionales de peligrosidad, por las consecuencias que tendrían las ocupaciones e intervenciones militares en Latinoamérica y Groenlandia y por la agresión material y moral y las consecuencias sociales que van a traer consigo las políticas clasistas, racistas, xenófobas y homofóbicas de Trump. Recordemos que los nazis hicieron de los judíos el chivo expiatorio de problemas cuyos causantes fueron los capitalistas y el Estado alemán y eso acabó en un genocidio.

Bien, con todo, no podemos caer en la consideración de que Trump es peor que Biden sin más, y peor aún de que este último está libre de toda monstruosidad (por su participación en el genocidio israelí contra Palestina). Ante todo y por sobre todo porque no podemos perder de vista que lo central es comprender que es esa clase dominante estadounidense la misma que lanzó dos bombas atómicas sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki, la que décadas atrás estuvo detrás de sangrientos golpes de estado en varios países de América Latina, y en el presente está detrás del genocidio israelí contra el pueblo palestino, de la guerra en Ucrania contra Rusia y posiblemente de una próxima guerra contra China. Es la clase dominante estadounidense y el propio sistema imperialista-capitalista el problema de fondo. Esta clase dominante se ha quitado la careta democrática y opta por la violación del estado de derecho y el uso de la violencia más extrema y sádica para defender sus intereses particulares y mezquinos. Y esas guerras las van a continuar lo mismo los republicanos que los demócratas, si así lo decide la clase dominante estadounidense. Hoy esa clase dominante aplica políticas proteccionistas y apuesta por la intervención estatal para amedrentar y conseguir de terceros países la adopción de decisiones favorables a sus intereses, reavivando el viejo colonialismo y el neocolonialismo. Y frente a las agresiones de Trump contra los inmigrantes, Latinoamérica y otros pueblos del mundo, hay que anteponer la unidad latinoamericana y del mundo.

 

Notas:

(1)https://newsroom.ucla.edu/es/releases/el-pib-latino-de-us-se-dispara-a-un-record-de-3-7-trilliones-de-dolares#:~:text=La%20producci%C3%B3n%20econ%C3%B3mica%20total%2C%20o,de%20d%C3%B3lares%20establecida%20en%202021.

(2) Debemos observar que Biden justificó la política expansionista de Israel en Medio Oriente. La pregunta es: ¿Biden se va a oponer a la nueva política de expansión de los Estados Unidos formulada por Trump?

(*) Santiago Ibarra es sociólogo egresado de la Universidad Mayor de San Andrés.

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