Davos
y la Búsqueda del Supuesto Bienestar de la Humanidad
Cesar
Risso
EL DESARROLLO TECNOLÓGICO ha
incrementado considerablemente la productividad. Esto es, que cada ser humano
puede producir por unidad de tiempo, en una hora, por ejemplo, una cantidad mucho
mayor de bienes y servicios de los que producía, digamos, hace una década. Esto
se debe al avance científico y tecnológico.
“Un
estudio del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) demostró que la
inteligencia artificial aumentó en un 37% la productividad en labores de áreas
administrativas.”1
Este avance significa que la
capacidad productiva de la sociedad en la actualidad ha desbordado la capacidad
de consumo. Vale decir que, a estas alturas de la historia, hemos logrado un
desarrollo tecnológico que permite satisfacer las necesidades materiales y
espirituales de todos los seres humanos. En consecuencia, la pregunta es por
qué a pesar de este enorme incremento de las fuerzas productivas, aun hay
pobreza; por qué aun hay explotación, con excesivas horas de trabajo, y una
descomunal extracción de plusvalía.
“Hay
suficientes recursos en el mundo para satisfacer las necesidades de la
humanidad, pero no los suficientes para satisfacer la codicia capitalista”2
Se trata de que la economía
tiene dos aspectos, uno de los cuales es el técnico-económico y el otro el
socio-económico. En este sentido podría decirse que el aspecto
técnico-económico está “resuelto”, no solo por el nivel alcanzado sino porque
está en permanente desarrollo. Este desarrollo es prácticamente una fuerza
imparable, a condición de que la educación y la experimentación sean asumidas
por la sociedad en su conjunto en lugar de que satisfaga los intereses de la
burguesía imperialista. Es decir, que el aspecto socio-económico está pendiente
de solución. Así, la contradicción entre el carácter cada vez más social de la
producción y la apropiación privada de los resultados de la producción exige
perentoriamente una solución.
La
producción cada vez más social, que significa que hay un entrelazamiento entre
todos los seres humanos del planeta en el proceso de producción, a través del
cual unos abastecen a otros; que todos dependemos de todos; que el proceso de
transformación de los recursos naturales, como limitadamente reconoce la
burguesía en el informe Brundtland, donde plantea la expresión de “desarrollo
sostenible”, cuyo título es “Nuestro futuro común”, haciendo referencia al
proceso de producción intergeneracional, sin considerar las relaciones sociales
de producción que en la actualidad son de sometimiento y explotación de la
burguesía sobre la fuerza de trabajo bajo la forma asalariada, utilizando
además otras formas ya periclitadas como la esclavitud; así, pues, la
producción es cada vez más social, involucrando a todos los seres humanos, ya
que las formas de producción como el colectivismo de las comunidades campesinas
y nativas, la esclavitud, etc., pasan a ser sometidas y aprovechadas por la
burguesía imperialista.
Por
más que los temas puestos en debate (en todos los foros mundiales, llámense
como se llamen) nos los presenten como bondadosos deseos de mejorar la
situación de todos los seres humanos, es evidente que la única forma social que
la burguesía, a todo nivel, reconoce es la explotación capitalista. En
consecuencia, sus soluciones toman como premisa el trabajo asalariado, y esto
significa extracción de plusvalía, que no es otra cosa que la expropiación del
excedente producido por los trabajadores, o para decirlo con más claridad, es
el robo legalizado de la burguesía a las clases trabajadoras.
El
interés de la burguesía se manifiesta, entre otros aspectos, en el aumento de
la producción de mercancías. Pero la competencia, que significa anarquía de la
producción, consiste en eliminar a las empresas competidoras. Así, los
burgueses individuales se enfrentan entre sí tratando de vender más, logrando,
sin proponérselo, la disminución de los precios, a tal punto que, en muchos
casos, se ven obligados a destruir gran cantidad del exceso de producción.
“Según
los estudios disponibles, se estima que entre el 4 y el 9% de todos los
productos textiles que se comercializan en Europa se destruyen antes de su uso,
lo que supone entre 264.000 y 594.000 toneladas de textiles destruidos cada
año.”3
“Destrucción
de excedentes: la otra cara del consumismo”
“Cientos
de miles de productos se destruyen cada año cubiertos aún con sus respectivos
embalajes: son objetos que no se han vendido o se han devuelto. Más allá del
coste medioambiental, esta práctica revela la trivialidad de nuestro sistema
económico”
“Según
una investigación de la cadena británica ITV News, se
liquidan alrededor de 124.000 objetos de toda naturaleza a la semana.”4
Esto equivale a cerca de
6 millones 500 mil productos destruidos al año.
Es
decir, que la fuerza de trabajo empleada anárquicamente, sin ningún plan, ha
generado esta situación. Es el libre mercado desenvolviéndose, pues en la
medida que la ley económica fundamental en el capitalismo es la maximización de
la ganancia, los propietarios tratan de producir más para ganar más. Pero como
no ven el mercado en su conjunto, y solo “planifican” al interior de su
“empresa” o “negocio”, se dan cuenta después que han producido más allá de las
necesidades, entendiendo por estas las que corresponden al capitalismo, es
decir, teniendo en cuenta la demanda solvente. Así, los burgueses se ven
obligados a evitar la disminución de los precios de sus mercancías como
resultado de la producción en exceso, simplemente destruyéndolos. Esto
significa que se ha empleado más fuerza de trabajo de la requerida en la
producción. Y esta situación va en aumento, refiriéndonos a todas las
mercancías en general, puesto que la productividad del trabajo está aumentando
como consecuencia del desarrollo científico y tecnológico.
El carácter
del sistema capitalista conduce a estas y otras criminales consecuencias. Situaciones
como estas, en otras circunstancias no se darían. Así, cuando la solidad y la
reciprocidad, así como la planificación de la producción con fines humanos, con
la propiedad de los medios de producción en manos de todo el pueblo, son las formas que toma el trabajo, entonces o no habría "exceso" de producción, o en la eventualidad de que lo hubiera, no conduciría a su destrucción, que en un
sistema como el actual se presenta por la ambición de los burgueses
individuales, y por el hecho de que hay seres humanos sin trabajo, sin ingresos
o con bajos ingresos, que teniendo frente a sí los bienes simplemente no pueden
adquirirlos.
En
una sociedad con los rasgos que hemos apuntado, la fuerza de trabajo se
distribuiría de forma planificada entre las actividades que permitan satisfacer
las necesidades de todo el pueblo. Despilfarrar las mercancías, como en el caso
indicado, no es otra cosa que destruir la fuerza de trabajo utilizada.
No
se trata de que el Estado capitalista pueda o no planificar. Ya Milei ha
mostrado como incluso aquellos productos almacenados para ser distribuidos
entre las personas de escasos recursos, son destruidos, en este caso particular
permitiendo que se malogren.
“El
escándalo de los cinco millones de kilos de alimentos sin entregar obliga a
rectificar al Gobierno de Milei”.5
De modo que los objetivos
discutidos en el foro de Davos 2025, por más que se presenten como propuestas
humanizadoras en el marco del desarrollo tecnológico con la robotización y la
inteligencia artificial, no son más que formas de buscar cómo seguir con el
dominio capitalista a nivel mundial, manteniendo así la burguesía su dominio
económico y político.
“El
mensaje principal que dejó Davos 2025 es claro: el futuro no depende solo de
qué tan avanzadas sean las herramientas tecnológicas, sino de cómo estas se
integren en la sociedad para mejorar la vida de las personas. La colaboración
entre gobiernos, empresas y ciudadanos será esencial para aprovechar al máximo
estas oportunidades.
A
medida que las organizaciones avanzan en su transformación digital, aquellas
que logren alinear sus objetivos tecnológicos con un propósito claro de
sostenibilidad e impacto social serán las que lideren el camino. Este enfoque
redefine el éxito empresarial y contribuye a un futuro donde la innovación y la
humanidad caminen de la mano.”6
En la medida que el
capitalismo se basa en el trabajo no pagado, y en consecuencia en la
explotación de la mayoría de seres humanos del planeta por un puñado de
burgueses protegidos por el aparato burocrático militar del estado, todo desarrollo
científico y tecnológico servirá para aumentar la explotación y las cadenas de
la explotación; pero, a la vez, como resultado de que la producción es
aceleradamente cada vez más social, precisamente por el desarrollo científico y
tecnológico, el capitalismo se hace más insostenible. Solo que, en esta
situación, la lucha política de las amplias masas de trabajadores será la que permita superar la forma capitalista de producción por la forma socialista de
producción, resolviendo así la contradicción del capitalismo.
___________
(1) https://www.radionacional.co/actualidad/tecnologia/ia-aumento-en-un-37-la-productividad-en-el-mundo
(2) https://thetricontinental.org/es/newsletterissue/nueva-agenda-paz-onu/
(3) https://www.eea.europa.eu/publications/the-destruction-of-returned-and
(4) https://ethic.es/2021/12/destruccion-la-otra-cara-del-consumismo/
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.