viernes, 6 de diciembre de 2024

Libro de Eduardo Ibarra

Saludo a Eduardo Ibarra

La revista Creación Heroica saluda con especial satisfacción la llegada al Perú del libro “Algunas Cuestiones sobre el Partido del Proletariado y la Reconstitución del Partido de Mariátegui”, de nuestro compañero y director Eduardo Ibarra. Este libro plantea y resuelve algunos problemas relativos al partido y particularmente a la reconstitución del partido de Mariátegui. Asimismo, este libro trae consigo una propuesta de constitución de un comité que impulse y lleve hasta el final la reconstitución del partido de Mariátegui. Adquiera el libro en la Librería Ciro, situada en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, o en la Feria Ricardo Palma, en el stand de la Editorial Colmena, Parque Kennedy, Miraflores.




domingo, 1 de diciembre de 2024

Política

¿Renovación o Revolución?* 

Eduardo Ibarra 

En el artículo «Admonición trascendental» (II: 1991: 153-154), Ramón García escribió: 


José Carlos Mariátegui entendió la revolución como renovación, como palingenesia, como Resurgimiento. 

Y, para no perder la costumbre, pretendió solventar su afirmación tergiversando a José Carlos Mariátegui.

Así, reseñó algunas afirmaciones del maestro, pero, quienquiera que sepa leer las mismas, tiene que darse cuenta de que en una de ellas José Carlos Mariátegui desahució el término renovación. En efecto, en el dirimente editorial «Aniversario y balance», el fundador del marxismo peruano desahució dicho término y, a pesar de que García copia la parte donde aparece este desahucio, ¡no se dio cuenta del mismo!

Recordemos el aludido desahucio: 


«Nueva generación», «nuevo espíritu», «nueva sensibilidad», todos estos términos han envejecido. Lo mismo hay que decir de estos otros rótulos: «vanguardia», «izquierda», «renovación». (I: 1986: 247; cursivas nuestras). 

Este desahucio del término renovación y de algunos otros, se debió a que, en 1928, decantadas las posiciones en el variopinto socialismo de la época, tales términos aparecían «…demasiado genéricos y anfibológicos», pues bajo ellos empezaban «… a pasar gruesos contrabandos.»(1)

El contrabando que ahora pretende pasar García con su artículo, empieza a revelarse con solo preguntar: ¿la revolución es renovación de qué?, ¿palingenesia de qué?, ¿resurgimiento de qué?

Y, termina por revelarse completamente, cuando se asimila el significado de la siguiente afirmación de José Carlos Mariátegui, silenciada por García: 


… una revolución continúa la tradición de un pueblo, en el sentido de que es una energía creadora de cosas e ideas que incorpora definitivamente en esa tradición enriqueciéndola y acrecentándola. Pero la revolución trae siempre un orden nuevo, que habría sido imposible ayer. La revolución se hace con materiales históricos; pero, como diseño y como función, corresponde a necesidades y propósitos nuevos (I: 1988a: 93). 

La revolución, dice Mariátegui, no dice la renovación. Esto en primer lugar; en segundo, dice que la revolución enriquece la tradición de un pueblo, pero que trae siempre un orden nuevo, pues como diseño y como función corresponde a necesidades y propósitos nuevos: en el caso de la revolución proletaria, la toma del poder, la dictadura del proletariado, la realización del comunismo, para decirlo en términos bastante generales. Por eso el concepto de revolución –y señaladamente el de revolución proletaria– es mucho más rico, mucho más profundo, mucho más multilateral y mucho más trascendental que el concepto de renovación.(2)

Por otro lado, en el mismo artículo se puede ver que, entre las distintas versiones sobre las palabras finales de José Carlos Mariátegui dirigidas a sus compañeros de partido, García eligió como verdadera la de Eudocio Ravines: 


No puede haber renovación sino sobre la base de grandes principios… Trabajen mucho. 

Pero, antes de elegir, García escribió: 

José Carlos Mariátegui ¿dijo «revolución» o «renovación»? 

E hizo esta pregunta porque en el libro La creación heroica de José Carlos Mariátegui, Guillermo Rouillón dice que las palabras del maestro fueron las siguientes: 

¡La revolución sólo se podrá hacer en base a grandes principios! 

Entre las dos versiones, García eligió la de Ravines porque, según cree, es «la versión mejor registrada en contenido y forma, esencia y estilo»,(3) porque el autor de la versión «La da como testigo presencial» y porque el testigo presencial «poseía memoria fotográfica», es decir, García sugiere que ¡Ravines VIO las palabras PRONUNCIADAS por José Carlos Mariátegui.(4)

Por el contenido general del artículo que comentamos, puede suponerse con razón que la elección de García se debió a que en la versión de Ravines aparece el anfibológico término renovación, término desahuciado por José Carlos Mariátegui, a favor del término revolución.

En efecto, en el mismo texto donde José Carlos Mariátegui desahució el término renovación, llama a reivindicar la palabra revolución: 


La misma palabra Revolución en esta América de las pequeñas revoluciones, se presta bastante al equívoco. Tenemos que reivindicarla rigurosa e intransigentemente. Tenemos que restituirle su sentido estricto y cabal. (I: 1986: 247). 

Y, consecuentemente, a renglón seguido procedió a reivindicar la palabra revolución, en el sentido de precisar el carácter de la revolución latinoamericana en el marco de la revolución socialista mundial, así como, por razones obvias, hoy, siguiendo la idea mariateguiana según la cual «una revolución continúa la tradición de un pueblo», pero que, al mismo tiempo, «corresponde a necesidades y propósitos nuevos», es necesario reivindicarla también restituyendo su sentido estricto y cabal en relación a «las pequeñas revoluciones», es decir, en relación a las meras renovaciones.

En conclusión: 1) Mariátegui no pudo haber dicho «renovación», término desahuciado por él, como hemos visto, sino revolución, como indica Guillermo Rouillón; 2) García tergiversa el concepto mariateguiano de revolución y se adereza su propio concepto que expresa con la palabra renovación. 

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Notas

[1] Es expresivo el hecho de que, mientras en 1928 Mariátegui desahuciaba la idea de concebir la revolución como renovación, cuatro años después Haya sostenía todavía esta envejecida idea; así, en el «Manifiesto de febrero de 1932», sostenía que el aprismo aspiraba «… llegar al poder para operar desde él la revolución, en un sentido de evolución, de renovación» (citado en I: Rénique: 2019: 375). Es expresivo asimismo que, setentaidós años después de haber sido desahuciado el concepto de renovación, García siga al aprista y no a Mariátegui.

[2] Sin embargo, García tergiversa el concepto mariateguiano de revolución colgándole al maestro, sin el menor escrúpulo, el suyo propio. Como se ha visto, para García la revolución se limita a la renovación de la tradición de un pueblo; así revela un concepto estrecho, unilateral, limitado y limitante de la revolución; así niega el concepto marxista de revolución. Por otro lado, es menester subrayar que el debate sobre los conceptos de revolución y renovación no es un debate puramente teórico, pues quienquiera puede constatar sus consecuencias políticas: un poco conforme a su concepción de la revolución como renovación, García apoya el reformismo de algunos gobiernos latinoamericanos, mientras los que mantienen el concepto marxista de revolución, apoyan algunas reformas de dichos gobiernos luchando porque se cumplan realmente, pero no apoyan su reformismo que, como se sabe bien, todo lo que hace, finalmente, es maquillar el sistema capitalista. La prueba del apoyo de García al reformismo es la nota que escribió a propósito del artículo «Venezuela: el estado comunal, una realidad revolucionaria pendiente», de Homar Garcés, nota donde, como se puede constatar, no plantea ni la más mínima critica al gobierno venezolano y, por el contrario, asume de hecho el «socialismo del siglo XXI» al sostener que este «socialismo» plantea el Estado-Comuna, pero silenciando que el mismo aparece en Venezuela solo como discurso retórico y concebido como resultado de una decisión burocrática, y no como realizable de abajo arriba, es decir, no por vía revolucionaria, negándose así precisamente la esencia del Estado-Comuna. Así, pues, opinando concretamente sobre un gobierno concreto, García no ha podido disimular cierta inclinación –más allá de románticas declaraciones generales– a la idea revisionista de la «transición pacífica». Tanto el artículo de Garcés (fechado el 31.10.2014) como la nota de García (fechada el 11.11.2014), fueron publicados en la red por el último de los nombrados.  

[3] Es más que difícil que la versión de Ravines sea «la versión mejor registrada», pues hacía año y medio que Mariátegui había desahuciado el anfibológico concepto de renovación y, por cuanto, como el propio García lo reconoce, en sus últimos momentos de vida Mariátegui mantuvo su lucidez y, en consecuencia, es imposible que hubiera vuelto sobre sus pasos.

[4] Aparte del anotado desatino, que debe haberle causado una carcajada homérica a más de uno, es menester apuntar que, en el artículo citado al principio de este capítulo, García se insinuó como seguidor de las últimas palabras que José Carlos Mariátegui dirigiera a sus compañeros de partido, pero, como es evidente, los hechos dan al traste con semejante insinuación: en el artículo «Nuestra Epoca», ya examinado en un capítulo precedente, García da muestras evidentes de decadencia moral al falsificar intencionalmente la verdad histórica de la revista que José Carlos Mariátegui y César Falcón dirigieron en 1918 (ver: I: Ibarra: 2021: 19-27). Por eso, es menester subrayar que, si el programa político de la revista Nuestra Epoca fue «decir la verdad», el programa político de García es decir mentiras.

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*El presente texto es el capítulo XIII del libro Defensa de la creación heroica de Mariátegui, aún inédito.


Contra el Copismo Confusionista 

Eduardo Ibarra 

ES DE CONOCIMIENTO GENERAL que Jaime Lastra es un copista de siete suelas, es decir que, sin ningún escrúpulo, sin la más mínima vergüenza, copia ideas de aquí y de allá. 

En ocasión de su ruptura con nuestras posiciones a efecto de levantar tienda propia, tituló a su grupo Creación Heroica y, después, con el mismo nombre, al blog que publica hasta hoy. 

Todo el mundo sabe que nuestro blog lleva el nombre de Creación Heroica desde el año 2010, y que este solo hecho bastaba para que cualquier grupo con personalidad, con autoestima, que tuviera la iniciativa de crear un blog, hubiera tenido que evitar el nombre de nuestro blog. 

Pero Lastra no buscó otro nombre. Aquí se constata no solo su irrefrenable propensión a copiar (lo que en el caso de que tratamos muestra su falta de creatividad), sino también su propósito de confundir al público lector (lo que da cuenta de su mala intención). 

Cuando Lenin publicó Iskra, a ningún grupo de los que existían entonces en la Rusia de principios del siglo XX (y había un montón), se le ocurrió titular a su periódico con el mismo nombre del de Lenin. Los oportunistas eran pues tales, pero por lo menos no eran copistas. 

En cambio, sin ningún escrúpulo, sin la más mínima vergüenza, Lastra tituló Creación Heroica a su blog. Este hecho prueba que, además de ser un comprobado oportunista (Lastra fue, hasta hace un tiempo, cabeza de una desviación de derecha y, actualmente, es una de las cabezas de una de las dos tendencias del liquidacionismo de derecha) es, además, comprobadamente, un copista impenitente. 

Del revisionismo de “izquierda” encabezado por Abimael Guzmán, Lastra ha copiado un “marxismo-leninismo-maoismo” que en ningún lugar del mundo tiene una fundamentación científica y que, en Lastra, tiene una deplorable fundamentación, refutada oportunamente, desde luego (ver el artículo “La reconstitución del partido de Mariátegui y la verdad universal del proletariado”, publicado en la edición de setiembre del blog Creación Heroica, no en la copia, no en el espurio, sino en el blog nuestro, en el original, en el auténtico, en cuyas páginas se ha centralizado la lucha por la defensa de la Creación Heroica de Mariátegui y actualizado algunas importantes cuestiones de la misma). Del liquidacionismo de derecha de Ramón García, ha copiado la posición reformista de reestructurar las bases municipales del Estado burgués, la adhesión a la democracia participativa, sus métodos criollos y, ahora, está claro como el agua que también el proyecto de un partido-amalgama (aunque en su caso sin abandonar la palabra Reconstitución como cubierta, o sea, tal como procedió durante muchos años el grupo liquidacionista que encabeza García) (ver los artículos “La reconstitución y la política concreta I” y “La reconstitución y la política concreta II”, en la edición de octubre de Creación Heroica, y los artículos “La reconstitución y la política concreta III” y “La reconstitución y el trabajo orgánico”, publicados en la edición de noviembre de Creación Heroica). Del grupo desprendido del PCP-Unidad ha copiado el apoyo incondicional a gobiernos como el de Venezuela y, en su momento, el de Correa en Ecuador, etcétera. De nosotros también ha copiado algunas cosas, pero no las señalamos por no parecer que alardeamos. 

Y, como es claro, de todo ello (que apenas es un recuento apretado), Lastra ha hecho un menjunje indigesto que, para peor, se han tragado algunos activistas que así han puesto en evidencia una cierta insolvencia teórica o una conmovedora ingenuidad política. 

Una vez le dijimos a Lastra que había copiado el nombre de nuestro blog, pero no fue capaz de entender el mensaje. Ahora renovamos nuestra protesta –completamente legítima– y le decimos que su política de tratar de confundir al público lector es una actitud profundamente oportunista, que expresa, en un plano simbólico, su política de infiltrarse en organizaciones para “sacar algunos elementos”, entrismo que también hemos criticado oportunamente. Lo que tendría que hacer Lastra es, pues, cambiarle el nombre a su blog y pedirles disculpas a los lectores por haberle puesto a su blog un nombre que es una copia. Pero, claro, pedirle que le cambie el nombre a su blog, es como pedirle peras al olmo. SIN EMBARGO, ES ESO JUSTAMENTE LO QUE TENDRÍA QUE HACER SI LE QUEDA TODAVÍA UN POCO DE MORAL Y OTRO POCO DE RESPETO POR EL PÚBLICO LECTOR.


26.11.2024.

Economía

La Burguesía Criminal y la Implosión del Capitalismo en el Perú

Cesar Risso

EL CAPITALISMO se empieza a autodestruir por un mecanismo inesperado para la propia burguesía: La delincuencia, que es el método común de apropiación de la riqueza, en el sentido de extracción de trabajo no pagado a los trabajadores asalariados, pero que se ha puesto en evidencia extendiéndose a lo largo y ancho de nuestro país.

Pero la delincuencia en la forma en que se viene dando, cuando no obtiene lo que quiere, simple y llanamente elimina a la víctima. Es decir, cancela una fuente de creación de riqueza, y con ello resta “partículas” de la fuerza de trabajo, objeto de explotación de la burguesía.

En la percepción de la burguesía las cosas operan según el mercado, y como la delincuencia se desarrolla libremente sin ningún control, debe de imaginar que se va a alterar la oferta y la demanda de fuerza de trabajo y con ello prevé el alza de las remuneraciones, y también la reducción de la demanda por la eliminación de consumidores. En otras palabras, pagarán salarios más altos y venderán menos, y con ello reducirán sus ganancias. Como la burguesía considera que el libre mercado es el mejor asignador de recursos, tratará a la delincuencia como un “negocio” más, ya que tiene el objetivo común de acumular dinero y capital.

En estas condiciones, la burguesía va a tener que agregar algunos rubros más en la contabilidad de sus negocios: coima y extorsión. Aunque el primero existe desde hace buen tiempo, ha aumentado considerablemente, mientras que el segundo, que también tiene una existencia de varias décadas, se va haciendo cada vez más una “práctica” común. Lo propio va a tener que hacerse con el Plan Contable General para Empresas, agregando nuevos rubros. Y, entre las causas de muerte, las autoridades considerarán la muerte por sicariato, extorsión y asalto, o bien como parte de una pandemia, por la magnitud de asesinatos, o como causa natural.

Esta situación no nos puede sorprender. Las dos guerras mundiales, y todas las guerras desarrolladas en la época del imperialismo, así como las guerras actuales, tienen como fondo el dominio económico del mundo. De modo que lo que estamos viviendo actualmente es parte de la “normalidad” del capitalismo llegado a una etapa de crisis permanente y de agudización de la competencia.

Es probable que alguien, del campo de la burguesía, como por ejemplo algún congresista, proponga la legalización de estas actividades.

La particularidad del momento actual es que lo que antes se desarrollaba de forma oculta, ahora brota a la superficie a la vista de todos. Ya no es posible encubrir más el móvil verdadero del capitalismo, que es el mismo de todo tipo de delincuencia: acumular dinero.

El dinero es, entre otras cosas, el representante general de todas las mercancías, adjudicando el mismo carácter de mercancía a la moral, la dignidad, el cuerpo, etc.

En consecuencia, es natural que “todos” quieran hacerse de dinero independientemente de la forma en que se obtenga, pero siempre con el mismo contenido, esto es, como representación del trabajo humano coagulado en la inmensa variedad de mercancías.

¿Qué se propone a nivel nacional en estas condiciones? Pues, que en los colegios les enseñen a los niños y adolescentes cursos como finanzas y contabilidad, para que puedan tener mayores habilidades para conseguir dinero. Es decir, como respuesta a la idolatría del dinero se propone que se les enseñe a idolatrar no solo el dinero, sino hacer de esta idolatría su objetivo, el leiv motiv de su existencia, y en consecuencia se preparen en los colegios para conseguirlo. Pero lo que realmente alimentan con esto es la delincuencia.

Educación Financiera y Tributaria, Contabilidad, Economía y Derechos del Consumidor son las cuatro nuevas materias que comenzarían a dictarse en todos los colegios del Estado, a partir del siguiente año, luego que el Minedu lo determine, conforme a sus atribuciones y competencias.”1

Esto conduce a que la burguesía empresarial se conforme con reducir sus ganancias, o que aumente la sobre explotación de las clases trabajadoras para poder pagar a la burguesía criminal. Pero resulta que la extracción de plusvalía está llegando al límite físico de los trabajadores, es decir, por encima de lo que ya se le extrae al trabajador queda muy poco por extraerle. Tendrá entonces el sector criminal de la burguesía, que actúa bajo la denominación de delincuentes, que contar con los intelectuales burgueses que les lleven las cuentas, como los contadores, los economistas, y los que defiendan sus “derechos” de adquirir dinero como los abogados.

La plusvalía extraída a los trabajadores por los empresarios, se distribuye entre los capitalistas industriales, los capitalistas comerciales, los capitalistas que prestan servicios, los capitalistas propietarios de locales, los capitalistas propietarios del capital bancario, a lo que hay que agregar ahora a los capitalistas criminales, que se apropian del resultado del esfuerzo de las clases trabajadoras. Hay que añadir a estas categorías de capitalistas a aquellos que se apropian de parte de la plusvalía a través del comercio exterior y de la deuda externa.

De seguir así las cosas, la burguesía terminará fagocitándose, y con ello habrá dado curso a la destrucción del capitalismo, que como bien sabemos, no se destruirá solo, sino que será el resultado de la acción mancomunada de las clases trabajadoras con el objetivo común de eliminar toda forma de explotación, reemplazando el capitalismo por el socialismo.

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(1) https://www.infobae.com/peru/2023/10/25/ano-escolar-2024-estos-son-los-cuatro-nuevos-cursos-que-se-ensenarian-en-los-colegios/

 

Internacionales

La Resolución de la Corte Penal Internacional, ¡Una Prueba Para el Mundo!

Mahmoud Elalwani(*)

El pasado jueves 21 de noviembre, en el día 412 del genocidio palestino, filmado y transmitido a tiempo real por los medios de comunicación de todo el mundo, que ha dejado más de 150.000 asesinados y heridos, la mayoría de ellos niños y mujeres, y más de 10.000 desaparecidos.

En medio de una destrucción masiva y una hambruna que ha matado a decenas de niños y ancianos en uno de los peores genocidios humanitarios del mundo, la Corte Penal Internacional emitió órdenes de arresto contra el primer ministro de ocupación israelí, Netanyahu, y contra el exministro de Defensa, Galant, acusados de cometer crímenes de guerra en Gaza.

Las órdenes de arresto incluyen detalles y descripciones del delito y la base legal para emitirlas y son enviadas a los 124 países Estados miembros del “Estatuto de Roma” que establece el tribunal, obligándoles a arrestar a los acusados si visitan sus territorios. La decisión de la Corte Penal Internacional constituye un nuevo umbral cualitativo para responsabilizar a Israel a nivel internacional y clasificar a sus líderes como criminales de guerra y perpetradores de crímenes contra la humanidad. La resolución constituye un punto de partida renovado dentro de los esfuerzos por detener la guerra de genocidio contra Gaza, poner fin a la ocupación y establecer un Estado palestino.

La decisión adquirió valor histórico por su gran acogida mundial, salvo por los países gobernantes de extrema derecha que argumentan la mentira imperante desde 1948 y que consideran que el Estado de ocupación israelí es un “Estado moral y civilizado”; una mentira sobre la que insisten y que ha prevalecido durante mucho tiempo a pesar de las masacres, la usurpación de tierras, el desplazamiento de personas, la ocupación y la judaización.

El Tribunal Penal “dictó por unanimidad dos decisiones rechazando las apelaciones presentadas por Israel en virtud de los artículos 18 y 19 del Estatuto de Roma”. El portavoz del equipo jurídico ante el Tribunal Penal dijo que la decisión del tribunal es definitiva e irrevocable, Netanyahu y Galant tienen la responsabilidad penal por los siguientes crímenes: el crimen de guerra de hambre como método de guerra y crímenes de lesa humanidad representados por asesinatos, persecuciones y otros actos inhumanos. La Sala también encontró motivos razonables para creer que el Sr. Netanyahu y el Sr. Galant tienen responsabilidad penal por el crimen de guerra de dirigir intencionalmente un ataque contra la población civil.

El tribunal concluyó que “hay motivos razonables para creer que ambos individuos privaron intencionalmente a la población civil de Gaza de medios indispensables para su supervivencia, incluidos alimentos, agua, medicinas y suministros médicos, así como combustible y electricidad; su comportamiento perturbó la capacidad de las organizaciones humanitarias de proporcionar alimentos y otros bienes básicos a las personas necesitadas en Gaza. Las restricciones mencionadas, sumadas a los cortes de electricidad y a la reducción del suministro de combustible, han tenido un grave impacto en la disponibilidad de agua en Gaza y en la capacidad de los hospitales para brindar atención médica. No se puede identificar una necesidad militar clara u otra justificación para las restricciones al acceso de las operaciones de ayuda humanitaria, a pesar de las advertencias y llamamientos hechos, entre otros, por el Consejo de Seguridad de la ONU, el Secretario General de la ONU, Estados, organizaciones gubernamentales y organizaciones de la sociedad civil con respecto a la situación humanitaria en Gaza”.

Posteriormente, el fiscal de la Corte Penal Internacional, Karim Khan, llamó a los 124 Estados miembros de la Corte a tomar medidas para implementar las órdenes de arresto, reiteró que “la ley existe para todos y que su función es defender los derechos de todas las personas”, señalando que “la decisión de los jueces independientes de la Corte Penal Internacional confirma la necesidad de respetar el derecho internacional humanitario en todas las circunstancias mediante procesos judiciales justos e imparciales, afirmando que estas solicitudes se hicieron tras una investigación independiente, sobre la base de pruebas objetivas y verificables y examinadas mediante un proceso judicial”.

Israel cuestionó la jurisdicción del tribunal sobre la situación en el Estado de Palestina. El gobierno israelí respondió rápidamente a la decisión del tribunal diciendo que la Corte había perdido “toda legitimidad” y calificando sus órdenes de “absurdas”. El primer ministro Netanyahu dijo: “No nos rendiremos a la presión. Este es un día negro en la historia de las naciones. El tribunal que se estableció para proteger a la humanidad se ha convertido hoy en enemigo de la humanidad” y destacó que “Israel no reconocerá la decisión de la Corte Penal Internacional”.

El Ministro del Ejército del Estado ocupante, Yisrael Katz, anunció la decisión de anular las órdenes de arresto contra colonos israelíes en Cisjordania; dicha decisión es una licencia para matar palestinos en Cisjordania y se considera un error grave y peligroso que puede agravar la situación en toda Palestina. Katz recibió felicitaciones y apoyo de todos miembros de su gobierno y de los líderes de los asentamientos en todos los niveles.

Entre las reacciones internacionales más importantes en apoyo a la decisión del tribunal se encuentra el Secretario General de las NNUU, Antonio Guterres, que expresó su respeto por la independencia de la Corte Penal Internacional. Sudáfrica acogió con satisfacción la decisión, el alto funcionario de política exterior de la Unión Europea Josep Borrell dijo que las órdenes de arresto “no son políticas” y añadió que “La decisión del tribunal debe ser respetada e implementada por todos los Estados y socios del tribunal”. En este mismo sentido, la Canciller de Bolivia manifestó que la decisión de la CPI es una prueba más y contundente del genocidio en contra del pueblo palestino. El Presidente de Colombia comentó con satisfacción la decisión de la CPI, indicando que “si Netanyahu y su Ministro de Defensa visitan Colombia, los arrestaremos”. Por el contrario, el rechazo de Washington a las resoluciones de la Corte Penal Internacional, a la que no quiso sumarse, significa que apoya las atrocidades. El presidente argentino, Javier Milei, criticó la decisión y manifestó que “la República Argentina manifiesta su profundo desacuerdo con la reciente decisión de la Corte Penal Internacional”.

La mayoría de los países de la UE que han dicho que cumplirán sus promesas ante la CPI, también Canadá. El primer ministro checo, Peter Fiala, calificó la decisión del tribunal de “desafortunada” y dijo que socava la autoridad del tribunal. El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, cuyo país ostenta actualmente la presidencia rotatoria de la Unión Europea, ha decidido desafiar a la Corte Penal Internacional, manifestando que “no hay otra alternativa que oponerse a esta decisión. Hoy mismo invitaré al primer ministro israelí a visitar Hungría, si acepta, Netanyahu contará con la suficiente seguridad de que no será detenido”, y ha calificado la orden de detención de “descarada y cínica” y ha insistido en que “no tendrá ningún efecto en Hungría”.

El Alcalde de Dearborn, Michigan, escribió en la red social X que “la ciudad de Dearborn arrestará al Primer Ministro israelí Netanyahu y al ex Ministro de Defensa Galant, si ponen un pie dentro de los límites de la ciudad, ellos y otros criminales de guerra no son bienvenidos a viajar libremente por Estados Unidos”.

Por otro lado, el presidente estadounidense, Joe Biden, criticó la decisión, y dijo que la decisión de la Corte Penal Internacional es “exasperante e indignante”. Michael Waltz, asesor de seguridad nacional del presidente electo estadounidense, Donald Trump, amenazó al tribunal con una respuesta contundente cuando Trump asuma el cargo el próximo enero.

La resolución de la Corte Penal Internacional asedia la posición estadounidense que el pasado 19 de noviembre adoptó un veto en el Consejo de Seguridad para frustrar un proyecto de resolución para detener la guerra. No sería improbable que Estados Unidos buscara venganza contra el Tribunal Internacional y presionara a muchos países para que dejaran de financiarlo.

La relatora de la ONU para los derechos humanos en los territorios palestinos, Francesca Albánese, declaró “mientras la comunidad internacional se prepara para posibles reacciones, debemos trabajar juntos para mantener encendida la llama de la rendición de cuentas. Espero que el llamado a la justicia se haga más fuerte en estos tiempos oscuros”.

Las órdenes de arresto emitidas por la CPI representan un terremoto en el panorama legal global, es la primera vez que un aliado occidental ha sido acusado de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad por un organismo judicial global.

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(*) Mahmoud Elalwani es embajador del Estado de Palestina en Bolivia.


El Odio de Israel Hacia NNUU y sus Organizaciones

Mahmoud Elalwani(*)

En 1947 las NNUU tomó la decisión de dividir el territorio palestino en dos estados: el 56% de la superficie para crear el estado de Israel, un 2% correspondiente a la zona de Jerusalén, bajo el patrocinio de las NNUU, y el 42% restante para el estado de Palestina. Así nació Israel, gracias a las NNUU, la misma Organización que 20 años más tarde, con la resolución 242 del Consejo de Seguridad, le otorgó a Israel el 78% del territorio palestino.

¿Cómo pagó Israel esta deuda a las NNUU? Tras la votación de la propuesta de reconocer un Estado Palestino como miembro pleno de las NNUU del Consejo de Seguridad, el ministro de asuntos exteriores israelí, Yisrael Katz, manifestó durante la sesión que, si el Consejo de Seguridad aprobaba la resolución, entonces sería “el Consejo de Terrorismo y no de Seguridad” y añadió que el secretario general de las NNUU, António Guterres, es antisemita y le declaró persona no grata en Israel, prohibiéndole la entrada al territorio israelí.

En una medida que refleja una escalada sin precedentes en el contexto del conflicto palestino-israelí. El parlamento israelí, la “Knesset”, aprobó con un amplio apoyo de 92 votos a favor y 10 votos en contra, la decisión de clasificar a la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA) como organización “terrorista” prohibiendo su actividad dentro de los territorios ocupados, incluida Jerusalén Oriental. Destaca que no es una decisión puramente gubernamental, sino que expresa un amplio consenso dentro de Israel para poner fin a los derechos de los refugiados palestinos y borrar su derecho histórico a regresar a su patria después de la Nakbah.

El primer ministro israelí Netanyahu llamó a la ONU “Casa de Mentiras” y su embajador ante las Naciones Unidas, Danny Danon, que rompió públicamente la carta de las NNUU en el escenario de la Asamblea General de la ONU, acusó a las Naciones Unidas de alentar mentiras y antisemitismo, diciendo que la organización internacional “extiende la alfombra roja a una de las figuras más antisemitas de la historia moderna”, en referencia a la representante especial de los derechos humanos en los territorios palestinos de las Naciones Unidas, Francesca Albanese, tras haber descrito lo que estaba sucediendo en Gaza como “genocidio” y exigir que Israel rinda cuentas y que se le ponga fin para “no escapar del castigo”.

El mundo debe condenar la feroz campaña en curso de incitación contra las Naciones Unidas, sus agencias, funcionarios y empleados, incluida la relatora especial sobre la situación de los derechos humanos en los territorios palestinos ocupados, Francesca Albanese. El Estado israelí ocupante está violando deliberadamente la Carta de las Naciones Unidas y está actuando así ante la débil respuesta de los estados miembros de la comunidad internacional.

El proyecto de ley sobre misiones extranjeras en Jerusalén que ha aprobado recientemente el parlamento israelí, en primera lectura, es un proyecto de ley que prohíbe la presencia de misiones diplomáticas extranjeras para prestar servicios a ciudadanos palestinos en Jerusalén Oriental. Dicho proyecto de ley se considera parte integrante de la política colonial expansionista de Israel, basada en anexar Jerusalén, judaizarla, imponerle la ley israelí y decidir su futuro unilateralmente y por la fuerza de la ocupación. Esta ley es ilegal por ser una flagrante violación de las resoluciones de legitimidad internacional que estipulan que Jerusalén es parte integral del territorio palestino ocupado desde 1967 y es la capital eterna del Estado de Palestina.

Es hora de que la comunidad internacional actúe seriamente para detener la legislación israelí y las leyes que son hostiles al pueblo palestino y sus derechos porque constituyen una violación flagrante del derecho internacional y de las resoluciones internacionales sobre legitimidad.

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(*) Mahmoud Elalwani es embajador del Estado de Palestina en Bolivia.


Solidaridad con el Pueblo Palestino

Mahmoud Elalwani

Cada año, desde 1977, la Asamblea General de las Naciones Unidas celebra el 29 de noviembre como el Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino. ¿Por qué este día del calendario fue elegido por la ONU? Simplemente porque 30 años antes, ese mismo día, las NNUU aprobaron la resolución 181 para dividir el territorio palestino en dos estados: el Estado Palestino y el Estado de Israel. Lamentablemente, las NNUU reconocieron al Estado de Israel en el acto y, hasta el día de hoy, no reconoce al Estado de Palestina como un estado con plenos derechos como cualquier estado del mundo. El pueblo palestino desde entonces sigue sufriendo injusticias y genocidio a manos del ejército israelí y gracias a la protección de los países coloniales que le otorgan todo tipo de armas, financiación y protección legal.

En caso de que la nacionalidad, o color del pueblo palestino sea algo extraño para algunos, mal que les pese, somos seres humanos y el mundo debe tratarnos como tales ¿Acaso hay normas y leyes internacionales para Israel y otras normas distintas para los palestinos? ¿Acaso Israel tiene la licencia y el derecho a asesinar y los palestinos el único derecho que tienen es a morir? ¿Qué más tiene que hacer Israel para que la Comunidad Internacional actúe y se ponga fin al genocidio contra el pueblo palestino? ¿Qué hace falta hacer para saber quiénes son realmente los que amenazan la paz y la seguridad en el Oriente Medio? Cuando las cosas están muy claras y nadie puede negarlas, cuando todos somos testigos del genocidio y de la destrucción del pueblo palestino, cuando ya no es un secreto sino que ocurre ante los ojos de todo el mundo, cuando se practica este genocidio desde hace más de 14 meses sin que el Consejo de Seguridad de la ONU exija un alto al fuego debido al veto de la primera potencia mundial que alimenta con más de 86 mil toneladas de bombas (ocho veces más que las bombas atómicas lanzadas contra Japón, o cuatro veces más que las bombas lanzadas contra Londres en la segunda guerra mundial) a Israel para asesinar a niños y mujeres palestinas. ¿Acaso las vidas de los palestinos no merecen ser salvadas? ¿Israel tiene la obligación de asesinar a los palestinos?

Si el alto al fuego se hubiera producido hace un año, se habrían salvado muchas vidas de inocentes. El cese del fuego no resuelve todo, pero es el primer paso para buscar una solución a un problema. Más de un año de genocidio y el Consejo de Seguridad sigue discutiendo lo que debe hacer para frenarlo. No existe ninguna justificación para usar el derecho de veto que impide poner fin a estas tragedias.

En el futuro, algún historiador contará lo que hoy día estamos reclamando a voces con la intención de salvar vidas inocentes de este genocidio; las futuras generaciones juzgarán a los dirigentes de países que participaron en este genocidio directa o indirectamente y a las instituciones internacionales que no han cumplido con su papel para poner fin a las matanzas. Las futuras generaciones preguntarán ¿Cómo un genocidio fue transmitido en directo a través de las pantallas durante más de un año y ante los ojos de todo el mundo incluido presidentes de gobiernos y organizaciones internacionales y no se pudo frenar?

Palestina fue y sigue siendo la verdadera prueba de la eficacia y sostenibilidad del sistema internacional basado en el derecho. Ninguna afirmación, ninguna mentira equiparando a la víctima con el verdugo y a la ocupación con los ocupados puede eludir la realidad. El hecho de no comprometerse o de ignorar el sistema del que nació la cuestión palestina es un fracaso de este sistema y de su continuidad. Los pueblos y las voces libres y solidarias que se alzaron por millones en las capitales del mundo respaldan el derecho palestino y la legendaria firmeza de nuestro pueblo, y respetan los principios del derecho internacional, así como la necesidad de aplicarlos sin dobleces, con objetividad.

El pueblo palestino, junto con todos los países solidarios del mundo, no aceptará la opresión y la injusticia, y no aceptará nada que no sea vivir libre y dignamente en su Estado, con el derecho a defenderse a sí mismo, derecho a su existencia y a sus derechos nacionales. Los pueblos libres del mundo tienen el derecho de ayudarnos a alcanzar nuestra libertad e independencia para a vivir con seguridad, dignidad y paz, como el resto de los pueblos. Ninguna fuerza en la tierra lo impedirá.


Stalin

Stalin. Historia y Crítica de Una Leyenda Negra

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Domenico Losurdo

El ocaso de la «economía del dinero» y de la «moral mercantil»

La dialéctica de Saturno se manifiesta en numerosos otros ámbitos de la vida política y social. En el ámbito interno, ¿cómo debía entenderse la igualdad que el régimen nacido de Octubre estaba llamado a realizar? La guerra y la pobreza habían dado lugar a un "comunismo" basado en la distribución más o menos igualitaria de raciones de alimentos bastante míseras. Respecto a esta práctica y a la ideología que se había desarrollado sobre ella, la ola de robos provocada por la NEP resulta arrolladora, con el surgimiento de nuevas y estridentes desigualdades, posibilitadas por la tolerancia adoptada hacia ciertos sectores de la economía capitalista. La sensación de "traición" es un fenómeno masivo, y se dirige especialmente al partido bolchevique: «En 1921-1922 literalmente decenas de miles de obreros bolcheviques rompieron el carnet decepcionados por la NEP: la habían rebautizado como Nueva Extorsión al Proletariado». Más allá de la Rusia soviética, vemos también a un dirigente comunista francés aceptar el cambio radical, pero sin dejar de añadir, al escribir en L'Humanité: «La NEP trae consigo algo de la podredumbre capitalista que había desaparecido completamente durante el comunismo de guerra»139.

Quizás se tiene la impresión de que al ser mirados con desconfianza o con indignación no sean aspectos determinados de la realidad económica, sino esta misma realidad en conjunto. Es necesario no perder de vista la espera mesiánica que caracteriza a las revoluciones vinculadas a los estratos más profundos de la población y que sobrevienen después de una crisis de larga duración. En la Francia de 1789, antes aún del asalto a la Bastilla, a partir de la reunión de los Estados generales y de la agitación del Tercer Estado se agita «en el ánimo popular el antiguo milenarismo, la ansiosa espera por la revancha de los pobres y la felicidad de los humillados: ello impregnará profundamente a la mentalidad revolucionaria». En Rusia, estimulado por la opresión zarista y sobre todo por el horror del Primer conflicto mundial, el mesianismo se había manifestado con fuerza ya en ocasión de la Revolución de febrero: saludándola como una Pascua de resurrección, círculos cristianos y sectores importantes de la sociedad rusa habían esperado de ella una regeneración total con el surgimiento de una comunidad íntimamente unificada, y con la disolución de la división entre ricos y pobres, así como del hurto, de la mentira del juego, de la blasfemia, de la embriaguez140. Decepcionada por la política menchevique y por la prolongación de la guerra y de la carnicería, esta espera mesiánica había inspirado ulteriormente no pocas adhesiones a la revolución bolchevique.

Es el caso, por ejemplo, de Pierre Pascal, un católico francés que se verá después profundamente decepcionado por el paso a la NEP, si bien inicialmente había saludado así los acontecimientos de octubre del '17:

Se está realizando el cuarto salmo de las vísperas dominicales y el Magníficat: los poderosos arrojados del trono y el pobre rescatado de la miseria [...]. Ya no hay más ricos: sólo pobres y paupérrimos. El saber no confiere ni privilegio ni respeto. El ex-obrero promovido a director da órdenes a los ingenieros. Altos y bajos salarios se aproximan. El derecho de propiedad se reduce a los efectos personales. El juez no se dedica más a aplicar la ley, si el mismo sentido de equidad proletaria la contradice141.

Leyendo este fragmento, resuenan ecos de la afirmación de Marx, según la cuál no hay «nada más fácil que dar al ascetismo cristiano una mano de barniz socialista». No debe pensarse que esta visión circule solamente entre los ambientes abiertamente religiosos. Incluso el Manifiesto del partido comunista hace notar que «los primeros lemas del proletariado» a menudo se caracterizan por reivindicaciones en la línea de «un ascetismo universal y un tosco igualitarismo»142. Es esto lo que se produce en Rusia tras la catástrofe de la Primera guerra mundial. En los años cuarenta un bolchevique describe eficazmente el clima espiritual del período inmediatamente posterior a la Revolución de octubre, surgido de una guerra provocada por la competición imperialista, por el saqueo de las colonias, por la conquista de mercados y materias primas, por la caza capitalista del beneficio y el súper— beneficio:

Nosotros los jóvenes comunistas habíamos crecido todos en la convicción de que el dinero habría sido quitado de en medio de una vez por todas [...]. Si reaparecía el dinero, ¿aparecerían de nuevo los ricos? ¿No nos encontrábamos en una pendiente resbaladiza que nos llevaba de vuelta al capitalismo?

Es un sentimiento que encuentra su expresión también en la obra de eminentes filósofos occidentales. En 1918 el joven Bloch llama a los Soviets a acabar no solamente con «toda economía privada» sino también con toda «economía dineraria» y, con ella, «la moral mercantil que bendice todo lo malvado que hay en el hombre». Solamente liquidando tal podredumbre en su totalidad era posible acabar de una vez por todas con la carrera por la riqueza y el dominio, por la conquista de las colonias y de la hegemonía, catastróficamente desembocada en la guerra. Al publicar en 1923 la segunda edición de Espíritu de la utopía, Bloch considera oportuno eliminar los pasajes de impronta mesiánica antes citados. Y sin embargo, el estado de ánimo y la visión que los había inspirado no se atenúan ni en la Unión Soviética ni fuera de ella143.

Si por un lado la suavizan, la cicatrización de las heridas abiertas por el primer conflicto mundial y dos guerras civiles contra los Blancos y contra los kulaks, y la recuperación económica vuelven a agudizar la crisis moral. Sobre todo después de completada la colectivización de la agricultura y la consolidación del nuevo régimen, ya no es posible remitir a los residuos capitalistas y el peligro inmediato del derrumbe para explicar el fenómeno de la permanencia de las diferencias retributivas: ¿eran tolerables? ¿Hasta qué punto?

En la Fenomenología del espíritu, Hegel destaca la aporía contenida en la idea de igualdad material que está en la base de la reivindicación de la «comunidad de bienes»: si se procede a la satisfacción igual de las diferentes necesidades de los individuos, está claro que se produce una desigualdad en relación a la «cuota de participación», esto es, a la distribución de los bienes; sin embargo, si se procede a una «distribución igual» de los bienes, entonces está claro que resulta desigual en los individuos la «satisfacción de las necesidades» diferentes entre ellas. En cualquiera de los casos la «comunidad de bienes» no consigue mantener la promesa de una igualdad material. Marx, que conocía muy bien la Fenomenología, resuelve en la Crítica del programa de Gotha la dificultad haciendo corresponder los dos modos diferentes de declinar la «igualdad» que siempre es parcial y limitada a dos diferentes fases de desarrollo de la sociedad postcapitalista: en la fase socialista la distribución según «igual derecho», es decir, retribuyendo con la misma medida el trabajo realizado por cada individuo, siempre diferente para cada uno, produce una evidente desigualdad en la retribución global y en la renta; en este sentido el «derecho igual» no es otra cosa que el «derecho de la desigualdad». En la fase comunista, la satisfacción igual de las diversas necesidades comporta también una desigualdad en la distribución de los recursos, salvo que el enorme desarrollo de las fuerzas productivas, satisfaciendo integralmente las necesidades de todos, hace que tal desigualdad carezca de importancia144.

Es decir, en el socialismo la igualdad material no es posible; en el comunismo ya no tiene sentido. Quedando clara la desigualdad en la distribución de los recursos, el paso de la satisfacción desigual a la satisfacción igual de las necesidades presupone, más allá del derrocamiento del capitalismo, el desarrollo prodigioso de las fuerzas productivas, y esto puede conseguirse solamente gracias a la afirmación, en el transcurso de la fase socialista, del principio de retribución de cada individuo sobre la base del diferente trabajo desarrollado por él. De aquí la insistencia de Marx en el hecho de que, una vez conquistado el poder, el proletariado está llamado a luchar, aparte de por la transformación de las relaciones sociales, por el desarrollo de las fuerzas productivas. Por otro lado, sin embargo, al celebrar el París obrero enfrentado a la burguesía francesa, que nada en el lujo mientras ejecuta una sangrienta represión, Marx señala como modelo una medida aprobada por la Comuna: «el servicio público debía realizarse a cambio de salarios obreros»145. En este caso la igualdad retributiva y material tiende a ponerse como objetivo de la sociedad socialista.

No es fácil conciliar las dos perspectivas, y su divergencia jugará un rol ineludible a la hora de dividir y lastrar de manera irremediable al partido y al grupo dirigente bolchevique. A medida que se refuerza, el poder soviético se ve llevado a prestar una atención creciente al problema de la edificación económica, con el fin tanto de consolidar la base social de consenso y conseguir la legitimidad nacional para el pueblo ruso, como de defender al «país del socialismo» frente a las amenazas que se perfilan en el horizonte. Remitiendo a la polémica ya conocida del Manifiesto del partido comunista contra el «ascetismo universal» y el «tosco igualitarismo», Stalin insiste: «Es el momento de entender que el marxismo es enemigo del igualitarismo». La igualdad producida por el socialismo consiste en la eliminación de la explotación de clase, no desde luego en la imposición de uniformidad y homologación, que es el ideal al que aspira el primitivismo religioso:

La nivelación en el ámbito de las necesidades y de la vida personal es un sinsentido reaccionario y pequeño-burgués, digno de cualquier secta primitiva de ascetas, pero no de una sociedad socialista organizada marxianamente, porque no se puede exigir que todos los hombres tengan necesidades y gustos iguales, que todos los hombres vivan su vida personal según un único modelo [...]. Por igualdad, el marxismo entiende no ya la nivelación en el ámbito de las necesidades personales y de las condiciones de vida, sino la destrucción de las clases146.

El primitivismo religioso puede expresarse mediante la aspiración a una vida comunitaria, en cuyo ámbito son llamadas a disolverse las diferencias individuales, en perjuicio también del desarrollo de las fuerzas productivas:

La idealización de las comunas agrícolas se ha visto impulsada en determinado momento hasta el intento de introducir las comunas incluso en oficinas y fábricas, donde los obreros cualificados y no-cualificados, trabajando cada uno según su categoría, tenían que poner su salario en la caja común y dividirlo después en partes iguales. Es bien sabido cuánto daño hayan provocado a nuestra industria estos pueriles ejercicios de nivelación debidos a alborotadores de "izquierda"147.

El objetivo a largo plazo de Stalin es bastante ambicioso, tanto en el plano social como en el nacional: «Hacer de nuestra sociedad soviética la sociedad con mayor bienestar»; realizar la «transformación de nuestro país en el más avanzado de los países»; pero para conseguir este resultado «es necesario que en nuestro país la productividad del trabajo supere a la productividad del trabajo de los países capitalistas más avanzados»148, lo que todavía una vez más conlleva el recurso a incentivos materiales aparte de morales, y por tanto la superación de ese igualitarismo considerado por el líder soviético como tosco y mecánico.

De nuevo, y de hecho más que nunca, resurge un primitivismo religioso, con su desprecio no solamente hacia las diferencias retributivas, sino sobre todo respecto a la riqueza en cuanto tal:

«Si todos acaban alcanzando el bienestar y los pobres dejan de existir ¿sobre quiénes apoyaremos los bolcheviques nuestro trabajo?»: así argumentan y se angustian según Stalin los «alborotadores de "izquierda", que idealizan a los campesinos pobres como el sostén eterno del bolchevismo»149.

Esto nos remite a las observaciones críticas que elabora Hegel a propósito del mandamiento evangélico que impone el ayudar a los pobres: soslayando el hecho de que se trata de un «precepto condicionado», y absolutizándolo, los cristianos acaban absolutizando también la pobreza, pues sólo ella puede dar sentido a la norma que exige el socorro a los pobres. Y sin embargo la seriedad de la ayuda a los pobres se mide por la contribución aportada a la superación de la pobreza en cuanto tal150. En el clima de rechazo hacia la carnicería provocada por el capitalismo y por el auri sacrafames, se reproduce la desconfianza religiosa hacia el oro, hacia la riqueza en cuanto tal, y la idealización de la miseria o por lo menos de la escasez, entendidas y vividas como expresión de plenitud espiritual o de rigor revolucionario. Y Stalin se siente obligado a subrayar un punto central:

«Sería estúpido pensar que el socialismo pueda ser construido sobre la base de la miseria y las privaciones, sobre la base de la reducción de las necesidades personales y de la nivelación del nivel de vida de los hombres al de los pobres»; al contrario, «el socialismo puede ser edificado solamente sobre un impetuoso desarrollo de las fuerzas productivas de la sociedad» y «sobre la base de una vida acomodada de los trabajadores», es más, «una vida acomodada y civil para todos los miembros de la sociedad»151.

Al igual que el precepto cristiano de ayudar a los pobres, también el precepto revolucionario, que insta a los partidos comunistas a colocarse en primer lugar entre los explotados y los pobres, está «condicionado» y es realmente tomado en serio sólo cuando es entendido en su condicionalidad.

Por tanto, para Stalin era necesario intensificar los esfuerzos con el fin de acrecentar decididamente la riqueza social, imprimiendo «un nuevo impulso» a la «emulación socialista»; se imponía recurrir tanto a los incentivos materiales haciendo valer el principio socialista de la retribución según el trabajo como a los incentivos morales confiriendo por ejemplo «el más alto honor» a los estajanovistas más destacados. Diferente y contrapuesta es la orientación de Trotsky: al «restablecer grados y condecoraciones» liquidando así la «igualdad socialista», la burocracia prepara el terreno para cambios también en las «relaciones de propiedad»152. Si Stalin se remontaba de manera explícita a los ataques del Manifiesto contra el socialismo entendido como sinónimo de «ascetismo universal» y «tosco igualitarismo», la oposición de izquierdas avalaba conscientemente o no la tesis contenida en la Guerra civil en Francia, según la cual también en al nivel más alto los dirigentes debían ser retribuidos con «salarios obreros». Se equivocaban, insistía Trotsky, cuando para justificar sus privilegios la burocracia y Stalin recurrían a la Crítica del programa de Gotha:

«Marx no sugería con esto la creación de una nueva desigualdad, sino una eliminación gradual de la desigualdad en los salarios, preferible a la eliminación brusca»153.

Sobre la base de esta línea política de nivelación de las retribuciones tanto en las fábricas como en el aparato estatal era bastante difícil promover el desarrollo de las fuerzas productivas. Para Stalin la diferencia retributiva no implicaba la restauración del capitalismo: no había que confundir las diferencias sociales que subsistían en el ámbito del nuevo régimen con el viejo antagonismo entre clases explotadoras y clases explotadas. Sin embargo, para Trotsky se trataba de un torpe intento de simplificación: «el contraste entre la miseria y el lujo choca demasiado en los centros urbanos». En conclusión:

Que la diferencia entre la aristocracia obrera y la masa obrera sea, desde el punto de vista de la sociología estaliniana, "radical" o "superficial", importa poco; en todo caso, es de esta diferencia de donde nació en su momento la necesidad de romper con la socialdemocracia y fundar la III Internacional154.

Según Marx, el socialismo estaba llamado también a superar la contraposición entre trabajo intelectual y manual. De este modo reaparecía el problema: ¿cómo realizar un objetivo tan ambicioso? Y una vez más el grupo dirigente bolchevique acaba dividido; también en este caso, la perspectiva elaborada por Stalin en los años treinta se distingue por su cautela:

Algunos piensan que la supresión del antagonismo entre trabajo intelectual y trabajo físico puede ser alcanzada mediante cierta nivelación cultural y técnica de los trabajadores intelectuales y manuales, que se obtendría rebajando el nivel cultural y técnico de los ingenieros y los técnicos, de los trabajadores intelectuales, hasta el nivel de los obreros de cualificación media. Esto es totalmente erróneo.

Había que estimular el acceso a la formación en todos los estratos sociales hasta aquél momento excluidos. En el frente opuesto, Trotsky reconocía que se había dado un proceso de «formación de cuadros científicos provenientes del pueblo», y sin embargo afirmaba: «La distancia social entre el trabajo manual y el intelectual se ha incrementado en el transcurso de los últimos años en vez de disminuir»155. Persistencia de la división del trabajo y persistencia de las desigualdades económicas y sociales eran las dos caras de la misma moneda, es decir, del retorno de la explotación capitalista y por tanto de la completa traición a los ideales socialistas:

La nueva Constitución, cuando declara que la «explotación del hombre por el hombre está abolida en la URSS» dice lo contrario de la verdad. La nueva diferenciación social ha creado las condiciones para un renacimiento de la explotación bajo las formas más bárbaras, como la adquisición del hombre para el servicio personal ajeno. Los domésticos no figuran en el censo, teniendo que ser incluidos evidentemente bajo el término «obreros». Las siguientes preguntas no se plantean: ¿el ciudadano soviético tiene domésticos? ¿Y cuáles mujer del servicio, institutriz, nodriza, cocinera, conductor? ¿Tiene un automóvil a su disposición? ¿De cuántas habitaciones dispone? ¡Tampoco se habla de las dimensiones de su salario! Si se reactivase la regla soviética, que priva de derechos políticos a todo aquél que explote el trabajo ajeno, ¡se vería repentinamente que los máximos dirigentes de la sociedad soviética deberían verse privados del derecho constitucional! Afortunadamente, una igualdad completa está establecida... entre el patrón y los domésticos.156.

Por lo tanto, la misma presencia de la figura social de la «mujer del servicio» y del doméstico en general era sinónimo no sólo de explotación, sino de «explotación bajo las formas más bárbaras»: ¿cómo explicar la persistencia o reaparición en la URSS de tales relaciones, si no es por el abandono de una perspectiva auténticamente socialista, esto es, por una traición?

La onda larga del mesianismo, desde luego ya implícita en los aspectos más utópicos del pensamiento de Marx pero enormemente sobredimensionados como reacción al horror de la Primera guerra mundial, continúa haciéndose eco. En su Informe al XVII Congreso del PCUS 26 de enero de 1934, Stalin siente la necesidad de advertir contra «las habladurías siniestras, que han prosperado entre una parte de nuestros militantes, según las cuales el comercio soviético sería una fase superada y el dinero debería ser rápidamente abolido». Aquellos que argumentan así, «con su actitud soberbia hacia el comercio soviético, no expresan un punto de vista bolchevique, sino un punto de vista propio de nobles decadentes, llenos de pretensiones, pero sin dinero en el bolsillo»157. Trotsky, sin embargo, si por un lado no pierde ocasión de condenar el anterior «aventurismo económico» reprochado a Stalin, por el otro se burla de la «rehabilitación del rublo» y del retorno a los «métodos burgueses de distribución»158. En todo caso, continúa afirmando que en el comunismo, junto al Estado, están destinados a disolverse también el «dinero» y toda forma de mercado159.

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(139) En Flores 1990), p. 29.

(140) Furet, Richet 1980), p. 85; Figes 2000), p. 434.

(141) En Furet 1995), p. 129.

(142) Marx, Engels 1955-89), vol. 4, pp. 484 y 489.

(143) Losurdo 1997), cap. iv, § 10.

(144) Hegel 1969-79), vol. 3, p. 318; Marx, Engels 1955-89), vol. 19, pp. 20-1.

(145) Ibid, vol. 17, p. 339.

(146) Stalin 1971-73), vol. 13, pp. 314-5 = Stalin, 1952, p. 573).

(147) Ibid, pp. 316-7 = Stalin, 1952, p. 575).

(148) Stalin 1971-73), vol. 14, p. 33 = Stalin, 1952, p. 601).

(149) Stalin 1971-73), vol. 13, pp. 317-9 = Stalin, 1952, pp. 575-7).

(150) Losurdo 1992), cap. x, § 2.

(151) Stalin 1971-73), vol. 13, pp. 319 y 317 = Stalin, 1952, pp. 577 y 575).

(152) Trotsky 1988), p. 957 = Trotsky, 1968, p. 232).

(153) Trotsky 1962), p. 431.

(154) Trotsky 1988), pp. 972-3 y 969 = Trotsky, 1968, pp. 248 y 244.

(155) Trotsky 1988), p. 941 = Trotsky, 1968, p. 218).

(156) Ibid, p. 946 = Trotsky, 1968, pp. 223-4).

(157) Stalin 1971-73), vol. 13, p. 304 = Stalin, 1952, p. 564).

(158) Trotsky 1988), pp. 763 y 768-9 = Trotsky, 1968, pp. 65 y 70-1).

(159) Ibid, pp. 757-8 = Trotsky, 1968, p. 61).


CREACIÓN HEROICA