viernes, 2 de septiembre de 2022

Política

¿Por Qué Reconstitución del Partido de Mariátegui? 

Eduardo Ibarra

COMO PUEDE CONSTATARSE, el concepto reconstitución del partido de Mariátegui no siempre ha sido debidamente comprendido e, incluso, ha sido abandonado por un cierto grupo y, finalmente, no es asumido hasta hoy mismo por algunas fuerzas marxista-leninistas. Esta realidad hace necesario volver sobre esta fundamental cuestión a fin de esclarecernos.

I 

El Partido Socialista del Perú, fundado el 7 de octubre de 1928, fue un partido adherido al marxismo-leninismo y al internacionalismo proletario, con una correcta concepción de la revolución, una igualmente correcta línea política (táctica incluida), una militancia pensante y operante y con un carácter clandestino, aunque proyectado con un estatus legal que no tenía por qué negar dicho carácter. Esta realidad partidaria determina una relación necesaria entre el pasado y el presente históricos del proletariado peruano, la absoluta necesidad de reconstituir el partido de Mariátegui. 

Por esta razón, es menester recapitular aquí el contenido del proyecto mariateguiano de partido, los caracteres fundamentales del Partido Socialista del Perú. Procedamos. 

En la tesis «Antecedentes y desarrollo de la acción clasista», el autor de 7 ensayos recordó: 


Mariátegui regresa en este tiempo de Europa [1923], con el propósito de trabajar por la organización de un partido de clase1.

Tal propósito expresaba un acuerdo del «Comité de Génova», primera célula marxista peruana constituida en 1922.

        En la carta colectiva a la «célula de México», Mariátegui sostuvo:


Los elementos de izquierda que en el Perú concurrimos a su formación [del Apra], constituimos de hecho –y organizaremos formalmente– un grupo o Partido Socialista, de filiación y orientación definidas2.

De esta forma, a más de definir a su grupo como Partido Socialista, el maestro anunció la organización formal de este partido.

En carta del 31 de diciembre de 1928 a Eudocio Ravines, Mariátegui sostuvo: 


Cualquiera que sea el sesgo que siga la política nacional, y en particular la acción de los elementos con que hasta ayer habíamos colaborado identificados en apariencia –hemos descubierto ahora que era en apariencia– los intelectuales que nos hemos entregado al socialismo, tenemos la obligación de reivindicar el derecho de la clase obrera a organizarse en un partido autónomo3.

Aquí, frente al proyecto de Haya de la Torre de fundar un partido doctrinariamente heterogéneo, el primer marxista de América reivindicó el derecho de la clase obrera a organizarse en un partido de clase, es decir, en un partido marxista-leninista.

         En carta del 30 de julio de 1929 a Arroyo Posadas, Mariátegui escribió:


Todos los elementos responsables y autorizados de nuestra tendencia ideológica, están con nosotros, en el trabajo de dar vida a una agrupación definida, realista, de masas4.

Y, en carta del 14 de octubre del mismo año a César Vallejo, expresó la idea citada de un modo más exacto aún:


… no cejaré en el empeño de dar vida a un partido de masas y de ideas, el primer gran partido de masas y de ideas de toda nuestra historia republicana5.

El proyecto de partido de Mariátegui, así pues, era de un partido de masas y de ideas, de un partido de masas marxista-leninista. De esta forma tuvo en cuenta el tipo de organización que le permite a las clases trabajadoras acceder al poder. Pero, según prueba su acción partidaria, no contrapuso el concepto de partido de masas al concepto de partido de cuadros, pues lo que intentó fundar públicamente en marzo de 1930, fue precisamente un partido de este tipo (cosa que no se concretó, sin embargo, por causas ajenas a su voluntad), lo cual significó un replanteamiento de la cuestión de la constitución del Partido, lo que permite reconocer la Reunión de Barranco del 7 de octubre de 1928 como la Reunión Fundacional del Partido Socialista del Perú. En otras palabras, el proyecto de partido de Mariátegui aparece, en la práctica, como un proceso que iba del partido de cuadros al partido de masas.

En resumidas cuentas, Mariátegui tuvo toda la razón del mundo al definir al PSP como una

facción orgánica y doctrinariamente homogénea…6

Esta definición implícita del PSP es particularmente importante, pues liquida todas las especulaciones, viejas y nuevas, acerca de un nivel orgánico secreto permanente en el Partido. El PSP fue un partido orgánica y doctrinariamente homogéneo. 

II 

El partido de masas es una variante del partido de cuadros, pues, por una parte, aquel partido no deja de ser un partido de dirigentes, y, por otra parte, porque se revela como la continuación de la fuerte ligazón del partido de cuadros con las masas, es decir, de su carácter de masas. En el lenguaje habitual de los marxistas, partido de masas quiere decir, entonces, partido con un extenso número de militantes. 

Partido de ideas quiere decir partido con una filiación marxista-leninista, con una teoría de la realidad y la revolución peruanas y una teoría del proceso y la situación concreta de la revolución mundial. En los años veinte, todo ello fue obra de Mariátegui. 

III 

En el «Mensaje al Congreso Obrero», el maestro escribió:

 

El marxismo, del cual todos hablan pero que muy pocos conocen y, sobre todo, comprenden, es un método fundamentalmente dialéctico. Esto es, un método que se apoya íntegramente en la realidad, en los hechos. No es, como algunos erróneamente suponen, un cuerpo de principios de consecuencias rígidas, iguales para todos los climas históricos y todas las latitudes sociales. Marx extrajo su método de la entraña de la historia. El marxismo, en cada país, en cada pueblo, opera y acciona sobre el ambiente, sobre el medio, sin descuidar ninguna de sus modalidades7.

Así, Mariátegui sostuvo el principio de aplicar la verdad universal del marxismo-leninismo a la práctica concreta de la revolución peruana.

En Defensa del marxismo, subrayó:


… la revolución rusa, en Lenin, Trotsky y otros, ha producido un tipo de hombre pensante y operante

Marx inició este tipo de hombre de acción y de pensamiento8.

De esta forma propugnó la cualidad pensante y operante de la militancia partidaria.

En el «Programa del Partido» («Principios programáticos del Partido Socialista»), acordó: 


El marxismo-leninismo es el método revolucionario de la etapa del imperialismo y de los monopolios. El Partido Socialista del Perú, lo adopta como su método de lucha9.

De este modo los fundadores reconocieron el desarrollo del marxismo que tuvo lugar con el surgimiento y desarrollo del leninismo.

También acordó Mariátegui:

 

La organización de los obreros y campesinos con carácter netamente clasista constituye el objeto de nuestro esfuerzo y nuestra propaganda, y la base de la lucha contra el imperialismo extranjero y la burguesía nacional.

(…) De acuerdo con las condiciones concretas actuales del Perú, el Comité concurrirá a la constitución de un partido socialista, basado en las masas obreras y campesinas organizadas10.

Así proporcionó una idea de la ligazón del PSP con la clase y las masas, lo mismo en su fase de partido de cuadros como en su proyectada fase de partido de masas.

En el «Prefacio a “El amauta Atusparia”», sostuvo: 


Cuando la revuelta aspiró a transformarse en una revolución, se sintió impotente por falta de fusiles, de programa y de doctrina11.

Es decir, Mariátegui estableció la necesidad de los tres instrumentos de la revolución: ejército revolucionario, frente unido del pueblo y partido de clase.

En el artículo «“La revolución mexicana”, por Luis Araquistain», subrayó: 


… una revolución continúa la tradición de un pueblo, en el sentido de que es una energía creadora de cosas e ideas que incorpora definitivamente en esa tradición enriqueciéndola y acrecentándola. Pero la revolución trae siempre un orden nuevo, que habría sido imposible ayer. La revolución se hace con materiales históricos; pero, como diseño y como función, corresponde a necesidades y propósitos nuevos12.

De esta guisa mantuvo que la revolución socialista es la continuación histórica de las tradiciones positivas de un pueblo, pero que, como plan y como función, corresponde al objetivo de tomar el poder, edificar el socialismo y realizar el comunismo.

Así, pues, en conclusión, el Partido Socialista del Perú presentó los siguientes caracteres fundamentales:

En lo ideológico, el marxismo-leninismo; en lo teórico, el principio de integrar el marxismo-leninismo con la práctica concreta de la revolución peruana; en lo político, una línea y una táctica ajustadas a nuestra realidad concreta; en lo orgánico, una militancia homogeneizada sobre la base del marxismo-leninismo y con la cualidad de ser pensante y operante. 

IV 

Pues bien, las citadas tesis de Mariátegui, ¿se ajustan a la concepción marxista de la revolución y del partido proletario? 

        Engels reveló:


[Para que el proletariado] sea lo bastante fuerte como para triunfar en el día decisivo, [debe] formar un partido independiente, distinto de todos los demás y opuesto a ellos, un partido clasista y consciente… eso es lo que Marx y yo hemos propugnado desde 184713.

Por eso señaló, casi a manera de ejemplo, que la Liga de los Comunistas tuvo sus orígenes 


… en “dos corrientes independientes”: de una parte, “un puro movimiento de los trabajadores”, y, por la otra, “un movimiento teórico, proveniente de la desintegración de la filosofía hegeliana”, asociado predominantemente con Marx. “El Manifiesto comunista de 1848”, agregaba, “marca la fusión de ambas corrientes”14.

De esta manera el autor del Origen de la familia expresó la realidad de que el partido del proletariado es un partido que resulta de la fusión del comunismo científico con el movimiento obrero. 

Por otra parte, Lenin sostuvo: 


La historia… ha confirmado hoy a gran escala, a escala histórica universal, la opinión que hemos defendido siempre, a saber: que la socialdemocracia revolucionaria alemana… estaba más cerca que nadie de ser el partido que necesitaba el proletariado revolucionario para triunfar15.

Y, en el mismo lugar, precisó: 


Al surgir en 1903, el bolchevismo heredó la tradición de lucha implacable contra el revolucionarismo pequeño burgués, semianarquista (o capaz de coquetear con el anarquismo), tradición que había existido siempre en la socialdemocracia revolucionaria y que se consolidó, sobre todo, en nuestro país de 1900 a 1903, cuando se sentaron las bases del partido de masas del proletariado revolucionario de Rusia16.

Pero además, el jefe bolchevique afirmó: 


El dialéctico Engels, en el ocaso de su existencia, sigue siendo fiel a la dialéctica. Marx y yo –nos dice– teníamos un hermoso nombre, un nombre científicamente exacto, para el partido, pero no teníamos un verdadero partido, es decir, un Partido proletario de masas17.

Es decir, así como para Marx y Engels, también para Lenin un «verdadero partido» es un partido marxista-leninista de masas. 

V 

En 1895, Engels sostuvo: 


Si han cambiado las condiciones de la guerra entre naciones, no menos han cambiado las de la lucha de clases. La época de los ataques por sorpresa, de las revoluciones hechas por pequeñas minorías conscientes a la cabeza de las masas inconscientes, ha pasado. Allí donde se trate de una transformación completa de la organización social, tienen que intervenir directamente las masas, tienen que haber comprendido ya por sí mismas de qué se trata, por qué dan su sangre y su vida. Esto nos lo ha enseñado la historia de los últimos cincuenta años. Y para que las masas comprendan lo que hay que hacer, hace falta una labor larga y perseverante. Esta labor es precisamente la que estamos realizando ahora, y con un éxito que sume en la desesperación a nuestros adversarios18. 

Por su parte, Mariátegui subrayó: 


Una revolución no es un golpe de mano. Es una obra multitudinaria. Es una obra de la historia. Los comunistas lo saben bien. Su teoría y su praxis se han forjado en la escuela y en la experiencia del materialismo histórico. No es probable, por ende, que se alimenten de ilusiones19. 

Tanto la cita de Engels como la de Mariátegui, permiten afirmar que la revolución de masas no puede ser dirigida hasta la victoria sino por un partido de masas20. Consciente de esta verdad, ya en 1906 Lenin llamó a transformar el partido bolchevique en un partido de masas. Así, en un proceso más o menos prolongado, el partido bolchevique alcanzó la condición de partido de masas en 1917, lo que permitió que alcanzase el poder en octubre del mismo año (7 de noviembre según el calendario gregoriano). 

En octubre de 1939, Mao llamó a transformar el PCCh en un partido de masas: 


… construir un Partido Comunista de China bolchevizado que abarque todo el país, tenga un amplio carácter de masas y esté plenamente consolidado en los terrenos ideológico, político y organizativo. Es imperioso para la victoria de la revolución china construir tal Partido, y ya están dadas, en lo fundamental, las condiciones subjetivas y objetivas para ello…21 

Así, transformado ya en un partido de masas, el PCCh tomó el poder en 1949.

 Si la transformación completa de la organización social vigente no puede ser sino una obra multitudinaria, entonces los marxista-leninistas no pueden alimentarse de la ilusión de que una pequeña minoría consciente a la cabeza de las masas inconscientes pueda conducir la revolución a la victoria. 

Precisamente, como ninguna otra en la historia, la revolución socialista es una revolución de masas y, por esto, insistimos: esta revolución solo puede alcanzar el triunfo si es dirigida por un partido de masas.  

Así, pues, el proyecto mariateguiano de un partido de masas (de masas y de ideas), corresponde completamente a la teoría marxista y a la experiencia histórica del proletariado. 

VI 

El concepto de reconstitución significa retomar los fundamentos ideológicos, teóricos, políticos y orgánicos del partido de Mariátegui y, concomitante con ello, retomar el proyecto de un partido de masas partiendo de un partido de cuadros. 

Brevemente, el fundamento ideológico del PSP fue el marxismo-leninismo y, por eso, su fundamento teórico fue la aplicación de esta doctrina a las condiciones concretas del Perú; su fundamento político fue la línea y la táctica de la revolución peruana y, como consecuencia, su fundamento orgánico fue su unidad y su cohesión sobre la base de su homogeneidad ideológica y política. 

Mariátegui señaló: 


8º-Cumplida su etapa democrático burguesa, la revolución deviene en sus objetivos y en su doctrina revolución proletaria. El partido del proletariado, capacitado por la lucha para el ejercicio del poder y el desarrollo de su propio programa, realiza en esta etapa las tareas de la organización y defensa del orden socialista.

9º-El Partido Socialista del Perú es la vanguardia del proletariado, la fuerza política que asume la tarea de su orientación y dirección en la lucha por la realización de sus ideales de clase22. 

Como vemos, en estas afirmaciones –ni en ninguna otra, por lo demás– Mariátegui plantea la constitución del Partido para «la guerra popular» o para cualquier otra forma específica de lucha. Es decir, el Partido ni se constituye ni se reconstituye específicamente para una forma de lucha, así se trate de la forma principal en una situación determinada23. O sea, el Partido se constituye para la revolución y se reconstituye también para la revolución. 

        No obstante, con su «reconstitución del partido para la guerra popular», el revisionismo de «izquierda» llevó adelante una reconstitución unilateral, limitada y limitante24. Por su parte, el liquidacionismo de derecha terminó como tenía que terminar: renunciando a la Reconstitución. 

        De hecho, el fondo ideológico y político de tales posiciones con respecto a la Reconstitución es la negación, desde puntos de vista formalmente diferentes, de los fundamentos del partido de Mariátegui. Veamos esto. 

Mariátegui acordó el marxismo-leninismo como la base de unidad del PSP, por la sencilla razón de que correctamente los fundadores entendieron el leninismo como el marxismo de nuestra época. 

        Pero, haciendo a un lado el método de Stalin para dilucidar el desarrollo del marxismo y replicando a algunos autores nacionales y extranjeros, el revisionismo de «izquierda» publicitó el maoísmo como «tercera etapa del marxismo». De esta forma negó el leninismo como el marxismo de la época del imperialismo y de la revolución proletaria y el hecho de que el marxismo se ha desarrollado por épocas25. Por su parte, el liquidacionismo de derecha ha abjurado sin más del marxismo-leninismo. 

        Mariátegui fue maestro en la aplicación creadora del marxismo-leninismo a las condiciones concretas de la revolución peruana, y no hace falta extendernos en la fundamentación de esta reconocida verdad. 

        Pero el revisionismo de «izquierda» aplicó mecánicamente la verdad universal. Por su parte, el liquidacionismo de derecha aplica en cuestiones decisivas el revisionismo, y no el marxismo. 

Mariátegui trazó la línea política y la táctica de la revolución peruana en consonancia con nuestra realidad concreta.       

Pero el revisionismo de «izquierda» negó dicha línea política al ignorar la particularidad de nuestra realidad (especialmente con respecto a la realidad de la vieja China, de la que se amamantó dogmáticamente). Por su parte, el liquidacionismo de derecha niega la línea política mariateguiana con su pretendido «camino municipal al socialismo» y su libresca asunción de la teoría engelsiana del termómetro del sufragio. 

Mariátegui construyó el PSP como un partido orgánicamente homogéneo sobre la base del marxismo-leninismo y propugnó una militancia pensante y operante. 

Pero el revisionismo de «izquierda» construyó un partido sobre la base del llamado «marxismo-leninismo-maoísmo-pensamiento Gonzalo», y estableció una relación teológica entre sus militantes y su jefatura. Por su parte, siguiendo a Julio Portocarrero, Hugo Pesce y Jorge del Prado, el liquidacionismo de derecha postula un partido con dos niveles orgánicos doctrinariamente desemejantes, es decir, un partido doctrinariamente heterogéneo, y ha promovido la servidumbre mental de sus miembros con respecto a quien funge de cabeza de los mismos. 

El resultado de esta negación de los fundamentos del partido de Mariátegui, es que, desde hace décadas, tanto el revisionismo de «izquierda» como el liquidacionismo de derecha se encuentran en una posición contraria a la Reconstitución. 

VII 

Como hemos visto, los fundamentos del partido de nuestro proletariado existen desde los tiempos primeros del Socialismo Peruano. Por lo tanto, actualmente los marxistas afrontan la tarea de defender tales fundamentos y materializarlos en un partido unido. ¿No sostenemos los marxistas que el pensamiento de Mariátegui está vigente? Pues, en consecuencia, para todas las organizaciones, grupos y personas marxista-leninistas, la cuestión se presenta así: 1) adhesión al marxismo-leninismo (que hoy tiene que ser entendido como la doctrina de Marx, Engels, Lenin, Stalin, Mao); 2) integración de la verdad universal del marxismo-leninismo a la práctica concreta de la revolución peruana; 3) desarrollo de la línea política y la táctica mariateguianas y definición del tipo de forma superior de lucha que corresponde a la realidad actual; 4) construcción de un partido de cuadros, pensantes y operantes, fuertemente ligado a la clase y las masas y su transformación, llegado el momento propicio, en un partido de masas por la extensa cantidad de sus militantes. 

He ahí todo el «secreto» de la Reconstitución, todo su contenido esencial, todo lo que, por lo tanto, exige la unidad de los marxista-leninistas. Ahora bien, si en el movimiento marxista-leninista hay todavía quienes eluden el término reconstitución, en cambio no hay nadie que eluda el concepto que encierra: los fundamentos del Partido establecidos por Mariátegui, cuestión suficientemente expuesta en las presentes notas. Por lo tanto, cualquier incomprensión acerca de la pertinencia del término reconstitución26, se diluye en la práctica de quienes transitan el camino de la construcción de un partido marxista-leninista. Dicho de otro modo, si, por cualquier motivo, se es esquivo con respecto al término reconstitución, en cambio ningún marxista puede mostrarse adverso al marxismo-leninismo y al pensamiento de Mariátegui27. Por lo tanto, la no asunción del término reconstitución aparece como un puro prejuicio. Y, como es de conocimiento general, el marxismo es contrario a todo prejuicio28. 

11.08.2022.

_____________

(1) Ideología y política, 1986, p. 100.

(2) Martínez, Ricardo, Apuntes para una interpretación marxista de historia social del Perú, Lima, t. II, p. 301; en adelante, Apuntes.

(3) José Carlos Mariátegui, Correspondencia 1915-1930, Empresa Editora Amauta, Lima, 1984, t. II, p. 490; en adelante, Correspondencia.

(4) Ob cit., t. II, p. 611.

(5) Anuario Mariateguiano, v. I, nº 1, EEA, Lima, 1989, p. 146.

(6) Martínez, Ricardo, Apuntes, p. 300. En el contexto de la carta donde aparece la cita, no puede caber ninguna duda que Mariátegui estaba definiendo al partido cuya fundación anunciaba en el mismo lugar.

(7) Ideología y política, pp. 111-112.

(8) Defensa del marxismo, 1988, p. 44.

(9) Ideología y política, p. 160.

(10) Martínez, Ricardo, Apuntes, t. II, p.

(11) Ideología y política, pp. 186-187.

(12) Temas de nuestra América, 1988, p. 93.

(13) Teoría marxista del partido político, autores varios, Ediciones Pasado y Presente, Córdova, p. 133; cursivas nuestras.

(14) Citado por Monty Jhonstone en Teoría marxista del partido político, p. 108.

(15) Obras escogidas en doce tomos, Editorial Progreso, Moscú, 1977, t. XI, p. 14.

(16) Ob. cit., p. 13; cursivas nuestras.

(17) El estado y la revolución, Ediciones en Lenguas Extranjeras, Pekín, 1975, p. 99; cursivas nuestras.

(18) «Introducción» a Las luchas de clases en Francia de 1848 a 1850 de Marx, ELE, Moscú, s.f., p. 24.

(19) La escena contemporánea, 1988, p. 135.

(20) Lenin señaló con acierto: «Yo no excluyo en absoluto que la revolución pueda ser iniciada también por un partido muy pequeño y llevada hasta la victoria. Pero es necesario conocer los métodos para ganarse a las masas.» (Discursos pronunciados en los congresos de la Internacional Comunista, recopilación, editorial Progreso, Moscú, s.f., p. 105). Es decir, la victoria de la revolución es posible únicamente si es conducida por un partido de masas, tanto si el partido que dirige la revolución existiera como un partido pequeño con fuerte ligazón con las masas y, por lo tanto, como un partido de masas por su carácter, como si existiera como un partido de masas por la extensa cantidad de sus militantes.

(21) Obras escogidas, ELE, Pekín, 1972, t. II, p. 293.

(22) Ideología y política, p. 182.

(23) Ciertamente la forma principal de lucha en una situación determinada exige un reajuste de la organización partidaria, pero esto no es lo mismo que la Reconstitución.

(24) Ver Ibarra, Eduardo, El pez fuera del agua. Crítica al ultraizquierdismo gonzaliano, Jaime Lastra Editor, Lima, 2010.

(25) Ver Ibarra, Eduardo, El desarrollo de la teoría del proletariado y el problema de su denominación, Ediciones Creación Heroica, Lima, 2012.

(26) El término reconstitución hace parte de la literatura marxista desde principios del siglo XX y, concretamente, la frase reconstitución del Partido de Mariátegui encierra un concepto rico en contenido, un concepto que abre un caudal de posibilidades reales para solucionar problemas fundamentales de la revolución peruana.

(27) Como se sabe, los liquidadores han renunciado al marxismo-leninismo y tergiversado el pensamiento de Mariátegui en cuestiones dirimentes fundamentales y, por eso, es natural que hayan renunciado también a la tarea de la Reconstitución (de la cual fueron teóricamente partidarios y prácticamente adversarios), y que, como consecuencia, propugnen ahora un partido doctrinariamente heterogéneo, mostrando así, sin ruborizarse, su abjuración de los fundamentos ideológicos, teóricos, políticos y orgánicos establecidos por Mariátegui.

(28) Por lo demás, es un hecho que el concepto de Reconstitución, en su correcto significado, ha surgido recién en el presente siglo (ver Ibarra, Eduardo, El partido de Mariátegui hoy: Constitución, nombre, reconstitución).


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