martes, 1 de marzo de 2022

Política

Lineamientos programáticos

 

La Supresión de la División Entre el Trabajo Intelectual y el Trabajo Manual en el Programa General del Partido

Eduardo Ibarra 

EL SOCIALISMO ES LA SOCIEDAD de transición entre el capitalismo y el comunismo y, por eso, el terreno sobre el cual el proletariado y demás clases trabajadoras llevan adelante la lucha por crear las condiciones materiales y espirituales de la realización del comunismo.

Es decir, la premisa política y la condición del éxito de la lucha por la realización del comunismo es la dictadura del proletariado, definida por Lenin como

una lucha tenaz, cruenta e incruenta, violenta y pacífica, militar y económica, pedagógica y administrativa, contra las fuerzas y las tradiciones de la vieja sociedad. (La enfermedad infantil).

Marx señaló acerca del socialismo (de su condición de reunir en su seno tanto propiedades del capitalismo como propiedades del socialismo):


De lo que aquí se trata no es de una sociedad comunista que se ha desarrollado sobre su propia base, sino de una que acaba de salir precisamente de la sociedad capitalista y que, por tanto, presenta todavía en todos sus aspectos, en el económico, en el moral y en el intelectual, el sello de la vieja sociedad de cuya entraña procede.

Por su parte, Lenin sostuvo:


Teóricamente, no cabe duda de que entre el capitalismo y el comunismo existe cierto período de transición. Este período no puede dejar de reunir los rasgos o las propiedades de ambas formaciones de la economía social, no puede menos de ser un período de lucha entre el capitalismo agonizante y el comunismo naciente; o en otras palabras: entre el capitalismo vencido, pero no aniquilado, y el comunismo ya nacido, pero muy débil aún. (Economía y política en la época de la dictadura del proletariado).

Marx mantuvo sobre el proceso de la dictadura del proletariado, o sea, sobre la lucha por la realización del comunismo:


Este socialismo es la declaración de la revolución permanente, de la dictadura de clase del proletariado como punto necesario de transición para la supresión de las diferencias de clase en general, para la supresión de todas las relaciones de producción en que éstas descansan, para la supresión de todas las relaciones sociales que corresponden a esas relaciones de producción, para la subversión de todas las ideas que brotan de estas relaciones sociales. (Las luchas de clases en Francia de 1848 a 1850).

Así, pues, el socialismo es la revolución permanente bajo la dictadura del proletariado. Esta revolución permanente tiene un contenido económico, político e ideológico. En lo económico, tiene necesidad de desarrollar las fuerzas productivas. Marx señaló a este respecto:


En la fase superior de la sociedad comunista, cuando haya desaparecido la subordinación esclavizadora de los individuos a la división del trabajo, y con ella, la oposición entre el trabajo intelectual y el trabajo manual; cuando el trabajo no sea solamente un medio de vida, sino la primera necesidad vital; cuando, con el desarrollo de los individuos en todos sus aspectos, crezcan también las fuerzas productivas y corra a chorro lleno los manantiales de la riqueza colectiva, sólo entonces podrá rebasarse totalmente el estrecho horizonte del derecho burgués, y la sociedad podrá escribir en su bandera: ¡De cada cual, según su capacidad: a cada cual, según sus necesidades!

Desarrollar, pues, las fuerzas productivas es una tarea sin la cual no sería posible la realización del comunismo, es decir, entre otras cosas (señaladas en la cita precedente), que corra a chorro lleno los manantiales de la riqueza colectiva, de modo tal que se haga realidad el principio de “de cada cual, según su capacidad; a cada cual, según sus necesidades”.

Como hemos visto, entre las conquistas reseñadas por Marx como características del comunismo, se encuentra la desaparición de la subordinación esclavizadora de los individuos a la división del trabajo, y con ella, la oposición entre el trabajo intelectual y el trabajo manual.

La división capitalista del trabajo se presenta bajo varias formas, pero aquí trataremos solamente de la división entre el trabajo intelectual y el trabajo manual.

Una característica fundamental del capitalismo es el divorcio entre la teoría y la práctica, la primacía de la teoría sobre la práctica. Este divorcio, esta primacía, se observa, por lo tanto, en el interior de la fábrica, donde se constata la separación entre el trabajo intelectual y el trabajo manual. Esta situación determina cierto tipo de relaciones de producción característicamente capitalistas, relaciones de subordinación de los trabajadores directos a una minoría dominante de ingenieros y técnicos.

En el socialismo, si no se replica entera o casi enteramente esta situación, se mantienen ciertos rasgos de la división entre la teoría y la práctica a nivel nacional y la separación entre el trabajo intelectual y el trabajo manual a nivel de fábrica.

Puesto que la revolución permanente del proletariado tiene la tarea de suprimir progresivamente las bases económicas, políticas  e ideológicas de la supervivencia del capitalismo y su restauración, entonces tiene que suprimir progresivamente el divorcio entre la teoría y la práctica, la separación entre el trabajo intelectual y el trabajo manual. De esta forma implanta, progresivamente también, relaciones de producción socialistas.

Esta supresión se encuentra enmarcada en la relación economía-política y en el entendimiento de que la política es la expresión concentrada de la economía. Por eso en la construcción del socialismo en China –y muy especialmente durante la revolución cultural proletaria– se llevó a la práctica el principio de “hacer la revolución y promover la producción”.

En el marco del problema de que tratamos, hacer la revolución significa suprimir progresivamente el divorcio entre la teoría y la práctica en la sociedad entera e impulsar esta supresión con la socialización del sistema educativo. Pero en determinadas circunstancias de la lucha de clases, esta ligazón entre dicha supresión y el sistema educativo, no basta. Es necesario llevar adelante la revolución cultural proletaria que, desde luego, tiene un alcance mucho mayor.

En la relación fuerzas productivas-relaciones de producción, estas últimas juegan el papel dominante por cuanto determinan las condiciones del desarrollo de aquellas. Por eso las fuerzas de producción socialistas se desarrollan en la medida en que son suprimidas progresivamente las relaciones capitalistas de producción, y este desarrollo no se desprende nunca directamente del desarrollo de las fuerzas productivas, como proclama el revisionismo.

El capitalismo tiene su propio tipo de desarrollo de las fuerzas productivas, cuyas características, grosso modo, son las siguientes: 1) separación del trabajo intelectual y el trabajo manual, es decir, separación de los científicos, ingenieros y técnicos del proceso productivo directo y separación de los productores inmediatos de los conocimientos científicos y técnicos; 2) por lo tanto, gestión del proceso productivo por una minoría privilegiada; 3) desarrollo de las fuerzas productivas subordinado a una acumulación previa de capital y dominado por esta acumulación, es decir, dominación del trabajo vivo por el trabajo muerto; 4) subordinación de los productores directos a una minoría dominante.

La esencia de esta situación son las relaciones de producción entre la minoría privilegiada y los productores directos, que son, por supuesto, relaciones de explotación y dominación, como expresión de lo que ocurre a nivel de la sociedad entera: explotación de los trabajadores por la clase capitalista, dominación política de la burguesía sobre el proletariado y demás clases trabajadoras.

Ahora bien, en el socialismo continúan existiendo las clases y la lucha de clases y, por lo tanto, para la supresión de todas las clases, es necesario suprimir progresivamente todas las relaciones capitalistas de producción en que aquellas descansan, todas las relaciones sociales que corresponden a esas relaciones de producción, así como subvertir todas las ideas que brotan de estas relaciones sociales.

Las características de la fábrica socialista, son, groso modo, las siguientes: 1) supresión progresiva de la división entre el trabajo intelectual y el trabajo manual, es decir, participación de los ingenieros y técnicos en el proceso productivo directo y participación de los productores inmediatos en la innovación técnica (lo que por sí mismo determina un nuevo tipo de progreso técnico); 2) gestión del proceso productivo por la integración de trabajadores, cuadros y expertos; 3) el desarrollo de las fuerzas productivas tiene el trabajo vivo como factor directo y dominante, en tanto que el trabajo muerto constituye un factor subordinado y secundario; 4) gestión de masas de todos los aspectos del funcionamiento de la fábrica.

Pero nada de esto es posible si no se pone la política proletaria al mando. Por eso la fábrica socialista no solo es una unidad productiva, sino también, y principalmente, una unidad política donde se desarrolla una permanente lucha ideológica.

Las relaciones de producción en el interior de las fábricas están ligadas al carácter de las relaciones sociales en el conjunto de la sociedad y, por lo tanto, a la lucha de clases. Por eso la transformación socialista de las relaciones de producción resulta siempre de la lucha política e ideológica entre el proletariado y la burguesía a escala nacional.

Por eso también, en el socialismo el objetivo del sistema educativo así como de la revolución cultural proletaria, es la comunización de la concepción del mundo de la gente.

Ciertamente la diferencia radical entre la primacía de la teoría sobre la práctica en el capitalismo y la primacía de la práctica sobre la teoría en el socialismo, la diferencia radical entre las relaciones de producción que se desprenden del dominio de una minoría intelectual sobre los productores directos y las relaciones de producción que derivan de la participación creciente de los productores directos en la gestión de todos los aspectos de la fábrica, constituyen la línea divisoria entre el mantenimiento del capitalismo superviviente, de una parte, y la construcción del socialismo de otra, entre la restauración del capitalismo de un lado y el avance hacia la realización del comunismo de otro.

El poder es una relación social (que se concreta, obviamente, en el aparato de Estado) y, por eso, la relación de los trabajadores con los medios de producción y con las condiciones de su actividad productiva y las condiciones de su existencia en general, da cuenta de su situación subordinada o de su desarrollo como agentes de su propia emancipación y de la emancipación de toda la humanidad.

El socialismo se construye, pues, ahí donde los productores directos ejercen la dirección del proceso productivo, dominan las condiciones de su existencia y, entre otras cosas, la revolución técnica de masas prepara la base material de la realización del comunismo.

En resumidas cuentas, es inobjetable que la lucha por la supresión del divorcio entre la teoría y la práctica, la separación entre el trabajo intelectual y el trabajo manual, es una cuestión fundamental en la lucha por la realización del comunismo. Por eso no cabe la menor duda que la mención de esta cuestión en el Programa General del Partido es una necesidad absoluta.

 

14.08.2019.

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