viernes, 1 de mayo de 2020

Internacionales

Cartas de Abril Para Una Amiga Estadounidense

Felipe de J. Pérez Cruz

Susan, gracias por tus deseos e interés1. En Cuba todo marcha dentro de la excepcional circunstancia que vivimos. Este pequeño inmenso país, está acostumbrado a crecerse frente a las adversidades, las acechanzas y los retos. Tu cariño Susan,  de conocer “cómo estamos”, que de seguro es la de otros entrañables amigos, me compromete.

        Como ya te conté, con la universidad cerrada, trabajo en casa, adelanto las labores de planificación y  la redacción de los materiales del Proyecto que coordino. Salgo poco, en cumplimiento de las medidas de aislamiento social. Por las mañanas, a las once,  escucho la conferencia que ofrece el Ministerio de Salud Pública, conducida por un sabio y carismático director de epidemiología. Luego en la tarde, el Programa de la Mesa Redonda, nos está regalando una estupenda panorámica. Leo y me mantengo al tanto de lo que ocurre por la prensa, la televisión y las redes sociales. Intercambio con amigos y colegas que no dejamos de comunicarnos. Pero nada sustituye el seguir el pulso de la vida en mi barrio habanero: Lo siento a diario en sus muchas bellezas y bondades, y en sus imperfecciones perfectibles, me llega a la puerta de la casa, lo veo y escucho transcurrir desde mis ventanas, converso con los vecinos…

        Contarte lo que por acá ocurre, me resulta una tarea linda, que asumo como encargo de responsabilidad y solidaridad. Esta última semana, trataré de enviarte, todos los días, alguna faceta de esta Cuba que tanto amamos. Espero por favor, recibir tus comentarios, y los temas que más te interesen, para entre los dos,  avanzar nuestro intercambio.


Carta primera: La estadística del socialismo cubano

Frente al caos que vives en Nueva York, lo primero que en Cuba se siente y se ve, es la organización y ocupación gubernamental para que la gente sobreviva, para que los enfermos se salven:

        Transcurre la fase o etapa de la epidemia que se conoce como de transmisión local, que se tipifica cuando ocurren eventos de contagio, limitados a conglomerados pequeños en barrios y consejos, donde la investigación de los epidemiólogos no encuentra una fuente externa de contaminación.

        La atención tecnológica a la pandemia es rigurosa. Los números exactos los brinda el Ministerio de Salud Pública todos los días en esa conferencia de mañana que te mencioné. Ya transcurrido más de un mes de iniciada la pandemia en Cuba estamos cerca de los 1900 enfermos de COVID-19. El sistema cubano tiene varios niveles de cuidado. No solo se atienden a los enfermos confirmados: 1) Unas 5500 personas se vigilan en sus hogares, desde la Atención Primaria de Salud, por diversas razones de riesgo. 2) Alrededor de 3 500 pacientes se encuentran ingresados en hospitales para vigilancia clínico epidemiológica, por razones de sospechas, la mayoría con síntomas asociados al COVID-19. 3) Hay más de 32 mil personas a las que se les han realizado los exámenes diagnósticos. Desafortunadamente 49 enfermos habían fallecido hasta el día 24 de abril.

        Todo en salud como conoces es gratuito, con la mayor calidad de los recursos, con la profesionalidad y el amor infinitos de nuestros médicos y médicas, enfermeras y enfermeros, y el numeroso personal de aseguramiento científico-tecnológico y de servicios, que garantiza el funcionamiento de los hospitales, policlínicos y los grupos de salud hasta el nivel barrial. Este personal multiplicado con cientos de jóvenes estudiantes de medicina y de otras carreras universitarias –más de 37 mil-, que actualizan el pesquisaje y la atención de la población casa por casa diariamente: visita que lleva a los hogares además, la valentía, alegría, belleza y confianza de nuestra juventud. Todos los profesionales, trabajadores, estudiantes y activistas, que laboran contra la enfermedad, lo hacen voluntariamente.

        Merecen felicitación también los trabajadores de comercio y servicio, bodegueros, panaderos, carniceros, vendedores de productos del agro y demás proveedores estatales y privados. El tamalero que pasa frente a la puerta de mi casa cada día, ahora muy protegido con nasabuco y guantes, y siempre haciendo gala de higiene y cortesía, es la mejor imagen que tengo de esos cubanos y cubanas que no se amilanan.

        Sin dudas los médicos, enfermeros y el personal, que todos los días atienden a los sospechosos y enfermos, resultan ser, en el ejército de héroes y heroínas anónimos que trabajan contra la enfermedad, los más admirados. Estos combatientes por la vida, que junto con la responsabilidad de sus pacientes, cumplen rigurosos protocolos de bioseguridad que los auto protegen, han asumido una rotación que ya es en sí motivo de respeto: 1) Durante quince-catorce días –llegan  veintiuno en el caso de varios servicios- los que están en los centros con los sospechosos y en los centros de enfermos, permanecen junto a estas personas, aislados con sus pacientes, 2) transcurrida ese período, rotan con otro equipo que los sustituye, y se someten a aislamiento y vigilancia, como posibles sospechosos, pasados catorce días, que coinciden con el ciclo de manifestación del virus, una vez seguros de que no son enfermos y por tanto portadores, 3) van a compartir con sus familias por similar período de tiempo, para estar listos a repetir de nuevo el ciclo!!

        Los eventos de transmisión local –unos 26- con fecha 20 de abril-, se están tratando con cuarentenas muy organizadas, y con todos los recursos de salud y atención a la población afectada. El país se prepara para el momento de detección de la mayor infestación, que se prevé será en las próximas tres semanas, pues se están multiplicando los pesquisajes masivos, sobre todo en búsqueda de los enfermos asintomáticos –que en Cuba están en un 40% de los enfermos detectados en las últimas semanas-, y son los que más trasmiten el virus, porque ni ellos mismos se dan cuenta. El país se prepara para la etapa endémica, cuando se espera que  la enfermedad se manifieste a nivel comunitario, en casi todo el territorio.

        En previsión del aumento de casos, se disponen de los recursos y medicamentos necesarios, para poder tratar a los pacientes en el escenario más crítico que pueda darse. Se ha incrementado el número de camas de hospitalización y en terapia intensiva, a la vez suman nuevos laboratorios para procesar más muestras de detección de la enfermedad, y se sigue preparando al personal de la salud, sobre todo a los intensivistas, para un mayor respaldo de especialistas.

        En Cuba, el número de enfermos que llega a grave o crítico es la mitad, en comparación con los indicadores a nivel internacional. Tenemos un bajo índice de letalidad vista en la estadística regional y mundial,  pero los enfermos que hemos perdido duelen mucho, y esa es la gran insatisfacción del sistema de salud-ciencia, que no descansa en la búsqueda de las mejores curas para salvar a cada paciente en peligro. La estadística del socialismo cubano define que para cada familia afectada, su familiar hospitalizado hace el 100%.

        Ya casi el 30% de los enfermos han retornado a sus casas curados, y cada día serán más los que logren sus altas médicas.

Querida amiga,  cuídate,

Cariños,


Carta segunda: La apuesta a la ciencia

Susan, la apuesta a la inteligencia y el conocimiento en Cuba, es un asunto de máxima prioridad, y en estos días tal decisión resulta decisiva.

        En el sector de la salud, Cuba que cuenta con 95 000 médicos y 84 000 enfermeras. El país dispone de un médico por cada 9 habitantes. La profesionalidad y resultados de esta inteligencia se constatan en los indicadores del país. Dos de estos indicadores resumen: Una tasa de mortalidad infantil de 4,9 por mil nacidos vivos, y la esperanza de vida de 78.45 años, índices ambos de un país desarrollado, superiores a los del imperio del Norte, a pesar del bloqueo que nos ha impuesto durante seis décadas.

        Tremendo lo que ocurre en nuestros centros científicos, del polo dedicado la biotecnología, la búsqueda de vacunas y nuevos medicamentos. Yo que me creía medianamente bien informado en los temas de ciencia, me he quedado asombrado. El interferón recombinante, el ALFA 2B, molécula que marca el desarrollo de la biotecnología cubana, ha ratificado su potencialidad en el tratamiento de los enfermos de COVID-19. Y hoy esta maravilla de la ciencia cubana, es acompañada por otros 24 productos desarrollados y hechos en el país, que están protocolizados para la lucha contra la pandemia, y se trabaja en varios más, incluidas vacunas genéricas para fortalecer el sistema inmunológico innato (que cambian el enfoque de la respuesta epidemiológica existente) y específicamente vacunas contra este virus.

        En la coordinación para lucha contra el COVID-19 se ha incorporado diversas  disciplinas. La Psicología, la informática, la modelación matemática... El acompañamiento psicológico para sobrellevar el distanciamiento social, para atender a los sujetos de varias generaciones que conviven en la familia y ahora comparten el mismo espacio durante muchas horas diarias, la prevención de patologías, son campos que atienden los psicólogos, en charlas por la radio, la  televisión y en atenciones personalizadas por teléfono. La Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI), un pesquisador virtual, de conjunto con los ministerios de Salud Pública y de Comunicaciones. Se realiza el diseño de un diagnosticador serológico, para medir la presencia de anticuerpos, utilizando el Sistema Ultra Micro Analítico (SUMA), que posibilitaría masificar la pesquisa, y la búsqueda de casos positivos en la población, y permitirá disponer de métodos de diagnóstico propios con una mayor validez. El trabajo de modelaje matemático ha permitido contar con un importante instrumento para la toma de decisiones y el análisis diario, a partir del pronóstico que se ha hecho del comportamiento de la enfermedad. La integración de las ciencias demuestra su fortaleza.

        La ciencia cubana garantiza soberanía y abre caminos, no solo para estar mejor preparados para enfrentar la pandemia a partir de recursos y tecnologías propias, sino que está forjando una base sólida, para enfrentar en el futuro eventos de este tipo y similares con más eficiencia.

        El Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, su previsión como creador del sistema de ciencia, del frente de la biotecnología, en medio de los años más complejos del período especial, de la industria farmacéutica y el complejo de ciencia, docencia y producción de la Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI), ha estado una y otra vez en memoria e inobjetable  presencia.

        Si nos llena de satisfacciones un sistema de ciencia-producción a favor de la vida, también se significa, el esfuerzo por dar continuidad a la formación escolar de las nuevas generaciones. Resulta encomiable la labor del Ministerio de Educación, en alianza con la televisión y la gran familia educadora cubana, para brindar una respuesta educativa a los niños, niñas y adolescentes en sus casas, ante la imposibilidad de dar continuidad al curso escolar.

        José Martí, en la Edad de Oro, revista que como conoces fue escrita en 1889, para los niños y niñas de América, nos insistió al narrar sobre Meñique, que el “saber vale más que la fuerza”. Y en esta batalla por la vida, la máxima martiana nos guía.

Cuídate, cariños


Carta tercera: El prodigio de multiplicar los panes

Susan, en estos tiempos de pandemia el contraste desde Cuba, con lo que ocurre en los Estados Unidos y en el mundo del capital merece comentarse, y no solo en el área propiamente de salud y ciencia.

        Vivimos en un país de plena seguridad laboral, pensado para el bien de los trabajadores. Unas 20 medidas en materia laboral, salarial y de seguridad social, se han tomado por el Gobierno ante la situación que vive el país. Todos los trabajadores que están en ingreso domiciliario por la epidemia, reciben el 100% de sus salarios. Más de medio millón están a salario completo con trabajo a distancia y teletrabajo en casa. Los interruptos al 100% del salario el primer mes y al 60% los meses subsiguientes, recolocándose ya más del 42% de estos en la producción y los servicios vacantes, para que contribuyan a la economía y a la vez no se afecten salarialmente. Las madres con niños en edad escolar, con similar trato salarial especial, para que puedan atender a sus nenes en casa. No se han olvidado los dueños de negocios privados, inmediatamente se les congelaron los impuestos, y sus trabajadores y ellos mismos si lo necesitan, pueden solicitar la protección de la seguridad social.

        La situación de la economía familiar sigue siendo difícil, pero el prodigio de la multiplicación de los panes que cuenta la Biblia, ocurre en Cuba todos los días.

        El tema alimentario se está sobrellevando con el apoyo del gobierno y la labor destacada de campesinos, cooperativistas y trabajadores de las industrias procesadoras. La columna vertebral de la alimentación popular, son los productos que se subvencionan de la canasta familiar normada (por la libreta): Arroz, frijoles, grasa, viandas (papa y plátano sobre todo), huevos, pollo (carne de res para niños, ancianos y quienes tienen dietas aseguradas por razones de salud) azúcar, sal, café, a los precios baratísimos que subvenciona el Estado. En las ventas directas a la población del sector privado y cooperativo los precios no han subido, hay una prohibición especial para que ello no ocurra.

        Se han incorporado a la libreta, para evitar colas (filas) y acaparamientos en los centros comerciales de venta liberada en CUC, los productos de aseo, y otros como el pollo, que se vendían en estas tiendas. Claro que el tema del dinero afecta a unas personas sobre otras, pero es una forma de que llegue a más ciudadanos. Por ejemplo el pollo normado por la libreta para mi familia, que llega puntualmente todos los meses, más una cuota extra que se acaba de dar en estos días, nos cuesta 5.00 CUP, y este otro pollo que ahora se adiciona procedente del comercio en CUC, la misma cantidad cuesta 70.00 CUP, que ya sabes es la moneda que se equipara por unidad a unos 1.20 dólares. Las  familias más vulnerables no pueden pagar el precio de ese alimento adicional, pero hay muchas más, que sin esa decisión de reparto  por libreta, no lo compraríamos nunca, porque no podemos hacer esas grandes colas, ni queríamos arriesgarnos de salud para ir a las aglomeraciones que se producían.

        Casi cinco mil trabajadores sociales han seguido en labor, en función de atender los núcleos familiares más vulnerables. Para el  martes 14 de abril, habían sido visitadas en sus casas el 91% de las familias acogidas a la seguridad social, que no son solo las de bajos ingresos, sino también aquellas que tienen mujeres embarazadas, personas con discapacidad, desajustes intrafamiliares y conductas de riesgo social. A su vez, el 90% de los adultos mayores, han recibido visitas de los trabajadores sociales. La decisión de apoyo se hace efectiva en cuidados personalizados, estipendios y dietas alimenticias. Se mantiene incrementado,  el servicio diario de comedores barriales para  ancianos y casos sociales, y en estos momentos, en numerosas localidades, voluntarios y voluntarias de la Federación de Mujeres Cubanas y los Comités de Defensa de la Revolución, les llevan hasta la puerta de la casa los alimentos ya elaborados.

        Ni que contarte que se mantiene lo que conoces: con la leche asegurada para TODOS los niños y niñas menores de 7 años, para dietas y ancianos… Un pan de 80 gramos a 0.5 CUP todos los días por la libreta -–llueva o truene-, para los más de 11 millones de pobladores. Panes y dulces los puedes comprar al costo de 1.00 CUP, quizás los productos de panadería más baratos que se vendan en el mundo!

        La prensa mercenaria se regodea en las dificultades y carencias que tenemos, insiste en mentir sobre el poder adquisitivo de los salarios en Cuba, tratando de equiparar y confundir con la relación de 24-25 CUP por CUC-dólar de las casas de cambio… Pero nunca publicitan cuantos ceros después del punto de centavo de dólar, cuesta en la Isla esa leche para niños y ancianos o el pan que se subvenciona para las mayorías.

        Aquí se asumen las políticas de cobertura total de salud, protección laboral, alimentación popular y seguridad social, como lo normal: “Lo que nos toca y corresponde”!. Sé que no pocos de mis compatriotas, en estos días repiensan el privilegio de vivir en Cuba.

        Mi agradecimiento y orgullo por los médicos, la ciencia y los científicos, por los miles de protagonistas anónimos de esta batalla por la vida, los comparto con lo que hacen y logran los hombres y mujeres que lideran nuestro Gobierno. Estos cubanos y cubanas laboran sin descanso, con la responsabilidad y el peso del país  sobre sus hombros. Dan vitalidad a una economía cercada, agredida, sin flujos de financiamiento externos -para Cuba no hay Fondo Monetario Internacional (FMI), ni Banco Mundial (BM) o Interamericano (BID), que nos otorgue crédito alguno-, que paga las cuentas de ahora mismo, una a una, con dinero “constante y sonante”, dinero que para colmo es perseguido y criminalizado y recursos que adquirimos encarecidos, por la persecución del bloqueo. La batalla logística y organizativa que lideran nuestros gobernantes, acompaña el heroísmo cotidiano. Tenemos la dirección del relevo y la continuidad fidelista que nos merecemos por historia, y por presente.

        Querida amiga, sigue cuidándote. Aquí nos cuidan, nos cuidamos y seguimos adelante,

Cariños,

___________

(1) Susan Metz es neoyorkina, orgullosa ciudadana de Brooklyn, maestra jubilada, cooperativista ecológica, de extensa actividad solidaria con Cuba, fundadora en nuestro país del Teatro Playback.



Cuba: Bloqueo de EEUU es aún más Cruel Durante el Brote de COVID-19


CUBA DENUNCIA que el bloqueo de EE.UU. ha sido “aún más cruel” durante el brote del COVID-19, al impedir la llegada de recursos médicos a la isla.

        “El bloqueo de EE.UU. contra Cuba es más genocida y cruel que en tiempos normales [...] cuando no estamos con una epidemia”, según advirtió ayer viernes Néstor Marimón, director de Relaciones Internacionales del Ministerio de Salud de Cuba.

        De acuerdo con Marimón, el actual bloqueo económico-financiero que ha impuesto el Gobierno estadounidense contra su nación es “el sistema de castigos más severo, injusto y prolongado de un país sobre otro”.

        Cuba denunció hace una semana que un envío de máscaras, respiradores, kits de prueba diagnóstico del nuevo coronavirus, conocido como COVID-19, enviado desde China, no llegó a la isla, porque la compañía estadounidense que tenía que transportarlo temía las sanciones de Washington.

        “Es muy difícil adquirir equipamientos, insumos, medicamentos, estamos obligados a adquirirlos a mercados muy lejanos donde se duplica, se triplican los costos y en muchas ocasiones, llega ya tardándose”, denunció Marimón.

        El Ministerio de Salud Pública de Cuba informó el viernes de que el número de contagiados por el nuevo coronavirus en la isla se había elevado a 564, tras registrar 49 nuevos diagnósticos positivos con la enfermedad letal.

        El Gobierno estadounidense, presidido por Donald Trump, insiste en su hostilidad y afirma que no pondrá fin a los embargos que ha aplicado contra ciertos países, entre ellos, Cuba, Venezuela e Irán, ni en medio de la pandemia, hecho que, según los analistas, evidencia la inmoralidad de EE.UU. y su desprecio por los derechos humanos.

        Cuba, pese a ser víctima del bloqueo y de las presiones de Washington, ha enviado cientos de médicos y enfermeros a varios países del mundo como, por ejemplo, a Nicaragua, Jamaica, Surinam, la isla de Granada y Venezuela, así como a Italia, para contribuir en la lucha contra el coronavirus.

        La Habana ha usado el fármaco Interferón Alfa 2B contra el coronavirus en China y ha sido un éxito, por eso el Gobierno de la isla ha recibido solicitudes de 15 países para adquirir el medicamento.

Nota de Prensa de HispanTV



De Cómo Trump Dejó Que Tantos Murieran

Sergio Kiernan

ESTADOS UNIDOS TIENE UN NÚMERO enorme de casos de covid-19, acaba de superar a la misma Italia en el número de muertos y sufre la mayor crisis de desempleo en su historia, y por mucho. En la confusión de mensajes, queda en claro la completa falta de preparación del gobierno nacional, que dejó la respuesta a la pandemia a los 50 gobernadores del país. Cada uno a su manera, con mayor rigor o con gran reluctancia, estos gobernadores trataron de controlar la explosión de los contagios. Mientras, el presidente Donald Trump pasó de negar la importancia de la pandemia --"una gripe china"-- a presentarse como el héroe de la jornada. Decenas de voces le reclaman que haga un par de cosas, como unificar la distribución de insumos y respiradores. Trump habla diariamente sobre levantar las cuarentenas y acaba de retirar el financiamiento a la Organización Mundial de la Salud.

        Una cronología detallada de las decisiones de salud que tomó Trump permite entender que nada de esto es nuevo ni casual. El presidente, como los conservadores que lo sostienen y que él expresa, cree devotamente que el Estado sólo debe atender a la defensa y al control interno, y que la salud debería ser enteramente privada, como la educación, las artes y el transporte. Trump tuvo toda la información posible sobre el peligro de una pandemia desde antes mismo de jurar como presidente, pero la descartó y dedicó capital político a desarmar resortes del Estado que podrían haber salvado vidas en esta crisis.

        El viernes 13 de enero de 2017 se realizó una de las reuniones de transición tradicionales en el sistema político norteamericano. Es cuando el equipo saliente le pasa la agenda en detalle al entrante, incluyendo información secreta. En este caso, el equipo de Barack Obama le pasó al de Trump un escenario concreto para el caso de que hubiera una pandemia.

        Curiosamente, esta reunión fue de las que más trumpistas convocó, ya que Trump públicamente despreció la transición, dijo que no tenía nada que aprender y mandó futuros funcionarios de segunda a los encuentros. El economista y ganador del Nobel Paul Krugman definió esta actitud brillantemente cuando escribió que "Trump piensa que todos los que lo precedieron son idiotas".

        Pero a esta reunión fueron nombres que luego serían famosos: Steven Mnuchin, Mike Pompeo, Wilbur Ross, Betsy DeVos, Dr. Ben Carson, Elaine Chao, Stephen Miller, Marc Short, Reince Priebus, Rex Tillerson Gen. James Mattis, Ryan Zinke, Jeff Sessions, Dan Coats, Andrew Puzder, Tom Price, Rick Perry, Dr. David Shulkin Gen. John Kelly, Mick Mulvaney, Linda McMahon, Sean Spicer, Joe Hagin, Joshua Pitcock, Tom Bossert, KT McFarland, Gen. Michael Flynn, Gary Cohn, Katie Walsh y Rick Dearborn. Muchos de estos nombres ya no están, fueron echados o le renunciaron al presidente.

        Las conclusiones principales del encuentro fueron que en caso de pandemia el gobierno debía guiarse por las conclusiones de sus científicos, que cada día contaba y había que actuar de inmediato y con energía, que los esfuerzos tienen que coordinarse a nivel nacional y que las respuestas debían incluir cuarentenas y distanciamiento. Un detalle muy llamativo es que en toda la reunión no se habló de "si hay una pandemia", sino de "cuando haya una pandemia".

        Pero para fines de ese año, el nuevo gobierno ya se había peleado con la ciencia y le prohibía a todo organismo público de investigación usar las frases "basado en los datos" y "en base a la ciencia". Esto iba en particular para los que alertaran sobre el cambio climático, pero también para el Centro de Control de Enfermedades, el responsable directo de detectar enfermedades nuevas y pandemias.

        El castigo sigue tres meses después, en febrero de 2018, cuando el presidente le recorta al Centro 1.350 millones de dólares de su presupuesto. No es un recorte genérico sino la destrucción de un programa específico, el que estudia y mapea infecciones, prepara respuestas rápidas al problema y se ocupa de mejorar la infraestructura médica de vacunación.

        Y es cosa del presidente y de sus aliados republicanos, porque en ese mismo febrero la comunidad de inteligencia --un organismo no muy formal que reúne las múltiples agencias de espionaje y seguridad del país-- le presenta al Congreso un informe en el que avisa que prevén un aumento del riesgo de pandemia. El informe habla del dengue y el zika, de varios síndromes e infecciones respiratorias, y hasta de la amplia familia de coronavirus.

        Pero el 10 de abril, echan de su empleo a un tal Tom Bossert, asesor de Homeland Security, el super monstruo de seguridad interna creado después de los ataques a las torres gemelas. Bossert había presentado un informe urgente pidiendo que se creara una estrategia para defender al país de un ataque con armas biológicas o de pandemias. El hombre iba a contramano, porque menos de un mes después, el 7 de mayo de 2018, la Casa Blanca propuso cortar a casi nada los programas de preparación contra enfermedades contagiosas. Esos programas habían sido creados por Barack Obama en 2014 ante el riesgo de Ebola.

        Ese 7 de mayo, otra que estaba a contramano, la directora de biodefensa del Consejo Nacional de Seguridad Luciana Borio, habla en un simposio médico en la universidad de Emory. Borio explica que el mayor peligro a la vista es una pandemia gripal para la que el país no estaba preparado. Al día siguiente, exactamente 24 horas después, el Consejo despide al encargado de preparar planes para pandemias y disuelve el equipo especializado. Tres meses después, le sacan todavía más presupuesto al Centro de Control de Enfermedades.

        En enero de 2019, la comunidad de inteligencia vuelve a advertir sobre el peligro de una pandemia. Por si no queda claro, el secretario de Salud Alex Azar explica un mes después que todo experto en biodefensa pasa la noche en blanco cuando se pone a pensar en una pandemia de gripe, y que por eso ya desde el gobierno de Bush se había hecho un gran esfuerzo para que la gente se vacunara contra la gripe cada año.

        Pero nadie le hace caso y el gobierno de Trump toma en julio una decisión que vista desde hoy es tremenda: elimina el puesto de Observador de Salud en China. La despedida es Linda Quick, desde principios de este año una suerte de mártir que no pudo avisar a tiempo sobre el nacimiento de la Covid-19 en China porque ya no estaba ahí ni tenía acceso oficial a las autoridades sanitarias locales.

        En septiembre, el Consejo Presidencial de Consejeros Económicos advierte que si hubiera una pandemia gripal el daño al país sería tremendo en vidas y en dinero. Al mes siguiente, el departamento de Salud realiza un ejercicio llamado Contagio Escarlata, un escenario sobre una pandemia global de influenza. Las conclusiones, por entonces reservadas, avisan que Estados Unidos no está preparado para ese problema. Y, crucialmente, avisa que no habrá stocks suficientes de guantes, mascarillas, trajes de protección y respiradores artificiales. Días después, el gobierno elimina un programa de estudio sobre virus animales que puedan infectar a seres humanos.

        El 17 de noviembre se detecta lo que debe ser el Caso Cero de la covid-19 en la provincia de Hubei, China. Es un hombre de 55 años y la evidencia, muy parcial, indica que a los médicos locales les puede haber tomado un mes para darse cuenta de que se trataba de una enfermedad nueva. A partir de esa fecha, las autoridades detectan cinco casos nuevos por día de la enfermedad.

        Recién el 30 de diciembre se confirma que hay una nueva epidemia en China, gracias al doctor Li Wenliang, que envía un mensaje a más [de] cien colegas por redes sociales. Li habla de "casos de SARS" y luego confirma que es un coronavirus "de tipo a determinar". Al día siguiente, las autoridades de Wuhan confirman que hay decenas de casos de una neumonía hasta entonces desconocida.

        En enero, las agencias de inteligencia le presentan a Trump un detallado informe secreto sobre la nueva epidemia china y su posible expansión por el mundo. Por varias fuentes, queda en claro que el gobierno chino está minimizando la gravedad del problema. Fuentes en Hong Kong avisan al gobierno de Estados Unidos que los portadores de la nueva gripe pueden ser asintomáticos y por tanto imposibles de detener.

        Se forma un grupo para seguir el problema que incluye al director del Centro de Control de Enfermedades Robert Redfield, al secretario de Salud Alex Azar y al virólogo Anthony Fauci. Semanas después, una fuente le explica al diario The Washington Post que el presidente no estaba prestando atención, pero otros funcionarios se dieron cuenta del peligro y actuaron por la libre. El tres de enero, Redfield recibe una advertencia de colegas chinos sobre el nuevo virus. Redfield comparte la información con Azar y Fauci, y tres días después ofrece mandar ayuda especializada a China. Pekín rechaza la oferta.

        El 9 de enero, el gobierno de China identifica públicamente al nuevo virus como un tipo de coronavirus hasta ahora desconocido. La Organización Mundial de la Salud emite su primera guía con recomendaciones para limitar la expansión global de la infección. Al día siguiente, China informa sobre la primera muerte que se conoce. Un día después, Pekín difunde la secuencia genética de la covid-19.

        Días después, los empleados del consulado de EE.UU. en Wuhan logran salir en aviones de rescate y avisan que la epidemia es "significativa". El 17 de enero se implementan los primeros controles de salud en tres aeropuertos en Estados Unidos, sólo para pasajeros provenientes de Wuhan. Al día siguiente, el secretario de Salud Azar trata de hablar con el presidente Trump, que no lo atiende. Según varias fuentes citadas en abril por el Washington Post, eran varios los funcionarios que trataban que Trump le prestara atención a la naciente pandemia, sin lograrlo.

        El 20 de enero, casi al mismo tiempo, Corea y Estados Unidos anuncian su primer caso de la covid-19. Corea moviliza todos sus recursos para testear masivamente a la población y ordena una cuarentena nacional.

        El 24 de enero, el presidente Trump elogia a China por su "transparencia" y su esfuerzo por contener el virus. Seis días después, el secretario de Comercio Wilbur Ross dice que el corona virus va a ser bueno para la economía del país, porque va a afectar la economía china. El secretario de Salud Azar logra hablar con Trump y le advierte que la epidemia china se está transformando en una pandemia. Trump le contesta que no sea alarmista.

        El jueves pasado, Trump denunció a la Organización Mundial de la Salud como cómplice del "ocultamiento" de la epidemia por parte de China. Estados Unidos tiene casi 700 mil casos confirmados de contagio, 33.633 muertos y 22 millones de desocupados.



Jair Bolsonaro Arengó a Manifestantes Golpistas

 Eric Nepomuceno

AL ANOCHECER DEL DOMINGO, eran palpables el malestar y la preocupación entre los militares que rodean al ultraderechista Jair Bolsonaro en el palacio presidencial en Brasilia.

        El malestar se debió a la clara adhesión del presidente a una manifestación que reunió a unas trescientas personas para pedir “intervención militar con Bolsonaro ya”, “cierre del Congreso y del Supremo Tribunal Federal", “fuera Maia” (en referencia al presidente de la Cámara de Diputados, el derechista Rodrigo Maia), y otras medidas similares.

        Se trató de una iniciativa cuidadosamente calculada por Bolsonaro, con el intuito explícito de avanzar terreno en su enfrentamiento con los poderes Legislativo y Judicial y, en última instancia, con la misma Constitución vigente desde 1988.

        Luego de examinar cuidadosamente el recorrido de una caravana de automóviles que desfilaban por Brasilia exigiendo el fin inmediato de las medidas preconizadas por la Organización Mundial de Salud y adoptadas por gobernadores provinciales y alcaldes de todo el país, Bolsonaro eligió el momento exacto de unirse a los manifestantes: la entrada del Cuartel General del Ejército, donde se concentra el poder uniformado de Brasil.

        Caravanas similares fueron vistas en varias capitales provinciales e importantes ciudades del país, teniendo siempre como destino la representación regional máxima del Ejército.

        La consigna: suspensión inmediata de meditas preventivas contra el coronavirus, salida de gobernadores y alcaldes, urgente intervención militar, cierre del Congreso, expurgo (como mínimo) de los “comunistas y socialistas” incrustados en la Corte Suprema de justicia.

        Al hablar al grupo de manifestantes, Bolsonaro lanzó una frase tan enigmática como significativa: “¡No queremos negociar nada! Queremos una acción por Brasil!”.

        No aclaró con quién negociar, ni cual acción sería urgente. En la secuencia de su breve pronunciamiento, resaltó que “el poder está con el pueblo”, y que será ese pueblo quien determine el camino a seguir. Se supone que por “pueblo” se refiriese al puñado de fanáticos que tenía por delante. Los sondeos de opinión muestran que el 70 por ciento de los brasileños defienden las medidas restrictivas como arma fundamental de combate a la pandemia.

        Al haber elegido exactamente la entrada del Cuartel General del Ejército para unirse de manera inequívoca a los convocantes de un golpe de Estado, el ultraderechista creó tensión.

        Al principio de la noche, se pudo confirmar que altos mandos hicieron llegar, en diálogos a veces tensos, su malestar a los uniformados que ocupan despachos en el palacio presidencial.

        La conducta errática del presidente inquieta cada vez más al país.

        Ahora, luego del cambio de titular del ministerio de la Salud, Bolsonaro anunció que impondrá al nuevo ministro, Nelson Teich, quien es más un empresario del negocio de salud que exactamente un médico, al menos un par de militares (se rumorea que un almirante y un general) en puestos claves de la cartera.

        Esa escalada abrupta de la militarización de su gobierno, profundamente agravada por su adhesión a un movimiento callejero que preconiza un golpe, inquietó de manera sensible al medio político y, principalmente, a las Fuerzas Armadas.

        Se da por descartado, entre dirigentes y analistas políticos, que el ultraderechista logre el indispensable respaldo de las Fuerzas Armadas para una ruptura constitucional.

        Y, a la vez, entre los uniformados preocupa la escalada veloz del presidente en intentar esa dirección, por exponerlos a una aventura condenada al fracaso. Mejor dicho: condenada parcialmente.

        Porque se rumorea con fuerza creciente que mucho más viable que un golpe encabezado por el capitán reformado Jair Bolsonaro con pleno respaldo de la caserna, sería un golpe destinado a devolverlo al rol de teniente mediocre e indisciplinado.

        Se espera, para los próximos días, más iniciativas del ultraderechista contra las instituciones.

        Y se da por descartado que exactamente por esa conducta su aislamiento será mucho mayor y profundo que el aislamiento social determinado por gobernadores que él tanto critica.


Fuente: Página 12

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