sábado, 7 de octubre de 2017

Edición Extraordinaria: En el 89 Aniversario de la Fundación del Partido Socialista del Perú


En el 89 Aniversario de la Fundación del Partido Socialista del Perú, republicamos un artículo de nuestro compañero Eduardo Ibarra que desenmascara con toda precisión la falsificación que comenten los liquidadores, que son, sin duda, actualmente, los enemigos más furibundos de la verdad histórica del Partido de Mariátegui. 

Como es de conocimiento general, los liquidadores falsifican la filiación doctrinal de José Carlos Mariátegui y la verdad doctrinal y orgánica del PSP a fin de acreditar su partido-amalgama. Por eso, hoy, cuando el problema teórico más importante que afronta el proletariado peruano es esclarecer el tipo de organización política que requiere en su lucha por el poder, la defensa del marxismo-leninismo de Mariátegui y de la verdad histórica de su partido es una necesidad fundamental.

Ya se sabe que el liquidador exacerbado, Miguel Aragón, niega de plano la existencia histórica del PSP, y que los demás liquidadores no van muy a la zaga cuando califican de “cementerios” a los diversos aspectos que encierra la verdad histórica del partido fundado por José Carlos Mariátegui el 7 de octubre de 1928.

Así pues, celebramos el 89 Aniversario de la Fundación del Partido Socialista del Perú defendiendo su verdad histórica y la verdad histórica de José Carlos Mariátegui.

Comité de Redacción. 



¡Defender el Pensamiento de Mariátegui de toda tergiversación y desarrollarlo en función de la realidad actual!

El Aniversario del PSP y el Liquidacionismo de Derecha


Eduardo Ibarra


EN EL PROGRAMA DEL PARTIDO, José Carlos Mariátegui dejó sentado: “El marxismo-leninismo es el método revolucionario de la etapa del imperialismo y de los monopolios. El Partido Socialista del Perú, lo adopta como su método de lucha”.

        Así, pues, a más de reconocer la verdad universal del proletariado (“El marxismo-leninismo es el método…”) y establecer la obligatoriedad de este reconocimiento (“El Partido Socialista del Perú, lo adopta…”), el maestro definió su personal filiación doctrinal.

        Sin embargo, en el artículo El movimiento comunista, Ramón García escribió: “… de las tres consignas básicas [de la Revolución de Octubre], sólo queda el Marxismo-Leninismo, pero cada vez más limitada geográficamente a la URSS (1). Este término sólo se encuentra dos veces en la obra de JCM, y ambas indicando el método marxista, no la doctrina. Y menos como nueva época. No es casual que su obra se llame Defensa del Marxismo, a secas, y no, por ejemplo, Defensa del Marxismo-Leninismo” (2).

        Con estas falacias nuestro personaje niega el marxismo-leninismo: 1) como la verdad universal del proletariado; 2) como la base de unidad del PSP; 3) como la filiación doctrinal de Mariátegui.

        De esta forma, pues, García falsifica la verdad doctrinal del PSP y de su fundador.

        En la Moción aprobada por la Reunión del C.C. del 4 de marzo de 1930, se señala: “El P.S. es un partido de clase, y por consiguiente, repudia toda tendencia que signifique fusión con las fuerzas u organismos políticos de las otras clases. Condena como oportunista toda política que plantee la renuncia momentánea del proletariado a su independencia de programa y de acción, que en todo momento debe mantenerse íntegramente” (Martínez, Apuntes para una interpretación marxista de historia social del Perú, t.II, p.487).

        Es decir, el PSP fue un partido doctrinariamente homogéneo en toda su composición. Por eso: 1) rechazaba toda fusión con fuerzas políticas diversas; 2) así defendía su independencia ideológica, política y orgánica.

No obstante, en el artículo 80 aniversario (5), García escribió: “El PSP tenía dos niveles: internamente funcionaba como ‘facción orgánica y doctrinariamente homogénea’ (como ‘célula secreta de los siete’); externamente aspiraba a ser ‘el primer gran partido de masas e ideas (sic) de toda nuestra historia republicana’”.

Con esta falacia, nuestro personaje niega el carácter orgánicamente homogéneo del PSP.

De esta forma, pues, García falsifica la verdad orgánica del Partido de Mariátegui.

En conclusión, García falsifica la verdad histórica del Partido de Mariátegui.

Para decirlo de otro modo, nuestro personaje se ha aderezado su propio PSP conforme a su designio liquidacionista.

Así, pues, la imagen del PSP que intenta vender solo existe en su cabeza y en la cabeza de quienes, mostrando su incapacidad de discernir teóricamente la cuestión o, en su defecto, revelando desvergonzadamente su espíritu servil, simplemente repiten la falsificación.

¿Por qué García falsifica de la manera más monstruosa la filiación doctrinal de Mariátegui y la verdad histórica del PSP?

Porque, para acreditar su proyecto de un partido doctrinariamente variopinto, necesita utilizar tanto a Mariátegui como al PSP como coartada y aun como señuelo.

A un Mariátegui y a un PSP oportunistamente falsificados, desde luego, y, no falsificados por incapacidad, sino de forma premeditada, tendenciosa, malintencionada. 

En conclusión, el proyecto liquidacionista de un partido-amalgama no tiene ningún punto de contacto doctrinal y orgánico con el Partido de Mariátegui.

Esto explica que García terminara renunciando fácilmente a la Reconstitución, y que fácilmente arrastrara a sus parciales a la asunción de esta renuncia (3).

En efecto, en el artículo Organización: contenido y forma, García escribió: “La propia experiencia, la propia lucha enseñó a través de la investigación de continuadores, que la Reconstitución se hundía en un círculo vicioso”. “La ‘reconstitución’ ha devenido fiasco en el país”.

Pero la realidad es que lo que devino fiasco fue la reconstitución de García, entre otras cosas porque desertó de la obligación que tenía de mantenerse a la cabeza de su grupo, como la tiene cualquier político del mundo ante sus parciales.

Como es de conocimiento general, en el último verano García ha cumplido ¡cuarenta años sentado en su pedestal de cristal!

Habiendo, pues, renegado de la Reconstitución, García promueve desde hace algunos años una “organización de proyección nacional” con el concurso de toda clase de oportunismo y revisionismo (4).

En conclusión, el PSP de García (“marxista” a secas; con dos niveles orgánicos doctrinariamente disímiles, etc.), no es en modo alguno el PSP de Mariátegui que los marxistas conocen y reconocen.

Tampoco el Mariátegui del que habla (marxista a secas, socialista no comunista, etc.) es el Mariátegui histórico que los marxistas conocen y reconocen.

Por eso, la publicación, el 7 de octubre pasado, de un artículo de Manuel Velásquez conmemorando el 86 aniversario del PSP, no es sino una expresión más de la tramposa actitud del grupo liquidacionista de utilizar al PSP y a Mariátegui como señuelo a efecto de pescar algunos incautos para consumar su proyecto de un partido pluriclasista (5), contrario por principio al Partido de Mariátegui.

En el Manifiesto Comunista, Marx y Engels sostuvieron: “Los comunistas consideran indigno ocultar sus ideas y propósitos”.

Por eso, no sorprende que, los liquidadores –que al convertirse en tales dejaron de ser comunistas– no sean capaces de plantear francamente sus ideas y sus propósitos; así, desde hace un tiempo –y a fin de pescar incautos– ocultan su negación de la filiación marxista-leninista del PSP y de José Carlos Mariátegui, su conjetura de que este partido tenía dos “niveles” orgánicos doctrinariamente disímiles entre sí, su pretensión de liquidar el partido de clase en toda la extensión de la izquierda peruana.
  
Extendiendo pues el valor del concepto citado del Manifiesto, la actitud de los liquidadores se revela como una actitud indigna.

José Carlos Mariátegui señaló: “tenemos la obligación de reivindicar el derecho de la clase obrera a organizarse en un partido autónomo” (Correspondencia, t.II, p.490).

En cambio Haya de la Torre dijo: “El Apra es partido, alianza y frente. ¿Imposible? Ya verá Ud. que sí. No porque en Europa no haya nada parecido no podrá dejar de haberlo en América” (ibídem, p.378).

Hoy como ayer, la esencia del debate con los liquidadores es: partido de clase o partido pluriclasista.

Por eso, siguiendo a Mariátegui, afirmamos: “tenemos la obligación de reivindicar el derecho del proletariado a organizarse en un partido de clase, y, por esto, nuestra tarea es Reconstituir el Partido de Mariátegui”.

En cambio, siguiendo su camino revisionista, los liquidadores dicen: “fundemos un partido doctrinariamente heterogéneo, un partido-frente, un partido-alianza, y con este fin utilicemos al PSP y a Mariátegui como señuelo”.

De esta forma pretenden hacer pasar como de Mariátegui el proyecto de partido de Haya de la Torre.

Esto revela la descomposición ideológica, política y moral de los liquidadores.

Así, pues, el artículo de Velásquez y cien artículos más que puedan escribir él mismo o algún otro liquidador sobre el PSP y su fundador, siempre serán inútiles, pues siempre se sabrá que detrás de su letra se encontrará la falsificación de la verdad histórica del PSP y de José Carlos Mariátegui, o, para decirlo comprimidamente, la negación del partido de clase.

Esto es una verdad que ninguna falacia puede negar sin revelar una torcida fisonomía mental.

Notas
[1] Observe el lector que García reduce el marxismo-leninismo a la condición de una simple “consigna”, siendo que es un concepto que expresa el desarrollo de la teoría del proletariado.
[2] Este barato argumento estadístico (tomado sin rubor del renegado Kautski), y, en general, las falacias citadas fueron objeto de una puntual crítica de nuestra parte, ante la cual lo mismo García que sus repetidores no pudieron presentar ni un solo argumento que al menos pueda llamarse serio.
[3] En realidad, García se opuso a la Reconstitución desde principios de los años de 1970 con su ocultismo y la desactivación que llevó a cabo del Comité Regional de Lima del PCP, y, desde hace más de quince años, renegó de la Reconstitución desde que comenzó a falsificar la verdad doctrinal y orgánica del PSP. De modo que cuando finalmente llegó a lo que tenía que llegar: al abandono de la palabra Reconstitución, fue porque hacía mucho la había renegado como concepto, pues la Reconstitución es la Reconstitución del Partido de Mariátegui o no es nada.   
[4] Expresión de ello fue que, en 2012, el grupo liquidacionista hizo todo lo posible por fusionarse con el PCP-Unidad, representante tradicional del revisionismo en nuestro medio, fracasando sin embargo en el intento.
[5] El partido de masas que propone García, es un partido pluriclasistanopor el diverso origen de clase de sus militantes, sino por su diversaposición ideológica, es decir, es un partido pluriclasista en el sentido socialdemócrata del término. En esta misma línea, el grupo liquidacionista pretende hacer pasar el Centenario de la revista Nuestra Época como el Centenario del Socialismo Peruano. Oportunamente hemos demostrado que ambas cosas no son lo mismo. Pero a fin de que el lector se percate con toda precisión de qué hay detrás de aquella pretensión, citaremos una afirmación de Miguel Aragón que Velásquez repite servilmente, afirmación que expresa el hecho de que los liquidadores no distinguen entre socialismo reformista y socialismo marxista, o, hablando más expresivamente, con la cual mezclan tendenciosamente el socialismo reformista y el socialismo marxista: “el año 1918 [se refiere a la aparición de Nuestra Época]… es un año clave para el Socialismo Peruano, porque marca la orientación definitiva deMariátegui” (carta a Miguel Aragón del 29.01.2011; cursivas y elipsis mías). ¡El socialismo a lo Araquistain de Mariátegui marcó su “orientación definitiva”! Esta falsificación de la verdad histórica del proceso ideológico de Mariátegui no reíste el más mínimo análisis: cualquier marxista con dos dedos de frente sabe que lo que marcó “la orientación definitiva de Mariátegui” fue su asimilación al marxismo-leninismo en la segunda mitad de 1920. La afirmación de Aragón, repetida por Velásquez, demuestra pues algo que hace mucho hemos sostenido: la intención de pasar el Centenario de Nuestra Época por el Centenario del Socialismo Peruano es diluir el socialismo marxista en el variopinto mapa del socialismo en general.  

02.04.2015.


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