domingo, 1 de octubre de 2017

Política


¡Defender el Pensamiento de Mariátegui de toda tergiversación y desarrollarlo en función de la realidad actual!


Acerca de un Caso de Escamoteo e Impotencia

(Séptima Parte)

Eduardo Ibarra

ARAGÓN DICE: “García e Ibarra, sin ningún escrúpulo, y sin ninguna explicación de por medio,  modifican la relación de Tesis Anexas al programa que propuso Mariátegui en  los Principios Programáticos.” “En primer lugar, el documento Principios Programáticos comienza con la siguiente expresión “El programa debe ser una declaración doctrinal que afirme:”. Como podemos leer, Mariátegui no escribió en tiempo presente “el programa es”; sino que utilizó la expresión en tiempo futuro “El Programa debe ser”.  Y a buen entendedor pocas palabras, si Mariátegui escribió “debe ser”, significa que ése documento, todavía no era el programa.” “En segundo lugar, en el punto 9° Mariátegui agregó “Anexas al programa se publicarán proyectos de tesis sobre la cuestión indígena, la situación económica, la lucha antiimperialista”. Esos fueron los nombres de las Tres Tesis Anexas al Programa. Sin embargo García primero y desde 1967, y posteriormente  Ibarra, reiteradamente ha escrito que los nombres de las Tres Tesis son “La Cuestión Indígena, Antecedentes y desarrollo de la Acción Clasista, y Punto de Vista Antiimperialista.” “Sin ninguna explicación de por medio, ellos borran en silencio la Tesis sobre “la cuestión económica”, y arbitrariamente introducen la Tesis “Antecedentes y Desarrollo de la Acción Clasista” que también fue  escrita por Mariátegui, pero con otro objetivo, y no como parte de las Tesis Anexas de mayo de 1929. La Tesis “Antecedentes…”, Mariátegui la escribió acompañada de otros documentos, tal como el mismo lo anunció al final del texto: “los documentos adjuntos ilustran los términos y resultados de este debate, a partir del cual el movimiento izquierdista  peruano entra en una etapa de definitiva orientación.” (negritas en el original).
       
Pues bien, ya he comentado la fatua afirmación de Aragón según la cual, por aquello de que “El programa debe ser”, el proyecto presentado por Mariátegui a la Reunión de Barranco “todavía no era el programa”. Digo “fatua”, porque, como es obvio, si bien el proyecto mariateguiano fue escrito para su discusión y aprobación, con los agregados del caso, en el Congreso Constituyente del PSP, no es menos cierto que, como ya señalé anteriormente, la Reunión de Barranco lo aprobó en principio, a fin de alcanzar, desde el inicio mismo de la actividad partidaria, la necesaria unidad ideológica y de acción de la militancia. De otro modo la organización partidaria hubiera sido un barco a la deriva. Pero esta realidad es escamoteada por Aragón en nombre de la frase “debe ser”, con lo que demuestra su culto a la letra y su incapacidad de basarse en los hechos.

Como ya señalé también, obligado por el problema práctico de disputar la hegemonía entre las masas, el Comité Ejecutivo del Partido tomó el acuerdo de salir públicamente como PSP y, para este efecto, no pudo menos que debatir y aprobar su programa, pues hubiese sido una completa irresponsabilidad salir como partido sin un programa que proponerle al pueblo. Así, pues, con base sobre todo en el proyecto mariateguiano, el PSP aprobó su programa en algún momento del período setiembre-diciembre de 1929. Los testimonios al respecto, tanto de Paiva como del propio Mariátegui, prueban de un modo incontrovertible este hecho. Pero esta realidad es escamoteada por Aragón en nombre de que se había proyectado discutir y aprobar el programa en el Congreso Constituyente del Partido, con lo que, en este caso también, demuestra su culto a la letra y su incapacidad de basarse en los hechos.

Por lo demás, en cuanto a las tesis adjuntas al programa, es notorio que Aragón confunde los temas de las mismas con sus títulos. Prueba nuestro aserto el hecho de que, primero, cita el punto 9 del programa: “Anexas al programa se publicarán proyectos de tesis sobre la cuestión indígena, la situación económica, la lucha antiimperialista”, e, inmediatamente después, comenta: “Esos fueron los nombres de las Tres Tesis Anexas al Programa” (cursivas mías). No, esos no fueron los nombres de las tesis a escribir, sino los temas sobre los cuales iban a tratar las tesis.

Para desmentir la patraña con la que Aragón pretende descalificar mi posición sobre las aludidas tesis, no tengo más remedio que citar un párrafo, y la nota que lo explica, de mi folleto Mariátegui y el Partido Socialista del Perú (borrador), difundido ampliamente por la red en octubre de 2008, ¡y que Aragón conoce!

La Reunión de Barranco no aprobó las tres tesis adjuntas al Programa del Partido, sino su elaboración. En la versión del Programa del Partido que aparece en el tomo 2 de los Apuntes de Martínez, puede leerse: “Anexas al programa se publicarán proyectos de tesis sobre la cuestión indígena, la situación económica, la lucha anti-imperialista, que después del debate de las secciones y de las enmiendas que en su texto introduzca el Comité Central, quedarán definitivamente formuladas en el Primer Congreso del Partido.”
        
Este párrafo no aparece en la versión de los Principios Programáticos que hace parte del libro Ideología y Política, en el cual, en una nota al pie, se afirma que “Se reproduce de Apuntes para una Interpretación Marxista de Historia Social del Perú” (p.159). Es extraño, por tanto, que no aparezca el párrafo citado. ¿Simplemente lo ignoraron los editores, que son los que firman la nota, o tuvieron alguna razón específica para creer que no pertenecía a la pluma de Mariátegui? Por otro lado, en el párrafo se habla de un “Comité Central” que, sin embargo, no se menciona en absoluto en los acuerdos de la Reunión de Barranco, en los que apenas se habla a secas de un “Comité” para hacer referencia al “grupo organizador del Partido Socialista del Perú” (o “célula inicial del Partido”). Por otro lado, Martínez sugiere en sus Apuntes que la invitación recibida por el Grupo Organizador del PSP a los dos eventos mencionados, fue posterior a la Reunión de Barranco. Y precisa: “De acuerdo con las órdenes del día de ambas reuniones, Mariátegui preparó las Tesis sobre ‘El Problema de las Razas en América Latina’, un esquema sobre ‘Antecedentes y desarrollo de la acción clasista’, su ‘Punto de Vista Antiimperialista’” (t.II, p.402). En otro de los tomos de sus Apuntes, señaló acerca del Esquema sobre el problema indígena: “Para suministro de material a las delegaciones, Mariátegui preparó la siguiente tesis, a fin de que fuera utilizada en el debate sobre el ‘problema de los indios y de organización del proletariado agrícola’, en Montevideo, y de ‘el problema de las razas en la América Latina’, en Buenos Aires” (t.III, p.15). En el Prólogo a Ideología y Política, Hugo Pesce anota entre paréntesis el año 1929 como el año en que fueron escritas las tesis Punto de vista anti-imperialista y Esquema del problema indígena (que él refiere como El problema de las razas en América Latina) (p.10). La tesis Antecedentes y desarrollo de la acción clasista termina con esta afirmación: “En noviembre de 1928, aparece ‘Labor’ como periódico de extensión de la obra de ‘Amauta’, para convertirse gradualmente en órgano de la reorganización sindical” (OC, t.13, p.104). Es obvio que esta tesis no hubiera podido terminar con la afirmación con que termina si hubiera sido escrita antes de la Reunión de Barranco, que, como todo el mundo sabe, tuvo lugar el 7 de octubre de 1928. Todo esto quiere decir que la Reunión de Barranco acordó elaborar tesis sobre la cuestión indígena, sobre la situación económica y sobre la lucha antiimperialista, pero que las mismas solo cobraron nombre propio cuando fueron escritas: Esquema del problema indígena (que, con lo agregado por Pesce y para el caso de su presentación a la Conferencia Comunista de Buenos Aires, cobró el nombre de El problema de las razas en la América Latina); Punto de vista anti-imperialista (escrita por Mariátegui); e Informe sobre el Perú (escrita por Martínez y Portocarrero, y presentada al Primer Congreso Sindical latinoamericano) (ver Apuntes, t.III, pp.29-54). Dicho sea de paso: la versión de Esquema del problema indígena que aparece en Ideología y política (pp. 21-46), fue publicada en Amauta Nº25, julio-agosto de 1929 con el nombre El problema indígena. Pero Mariátegui escribió también, para su presentación al mencionado Congreso de Buenos Aires, la tesis Antecedentes y desarrollo de la acción clasista. Lo concreto de todo esto, sin embargo, es que la Reunión de Barranco aprobó la elaboración de tres proyectos de tesis, que, anexas al programa del Partido, debían ser debatidas por las secciones y el Comité Central, y que, con las enmiendas del caso, quedarían formuladas en el Primer Congreso del Partido. El proyecto sobre la cuestión indígena es El problema indígena, escrito por Mariátegui, y que, en la medida en que tenía directa relación con uno de los puntos de la orden del día del Congreso Sindical Latinoamericano de mayo de 1929 (“problemas de los indios y de la organización del proletariado agrícola”) y con un punto de la orden del día de la Conferencia Comunista de Buenos Aires de 1929, (“el problema de las razas en la América Latina”), fue ampliado por Hugo Pesce para su sustentación en dichos eventos. El proyecto de tesis sobre la lucha antiimperialista, es Punto de vista antiimperialista, igualmente escrita por Mariátegui, y que, por cuanto tenía relación directa con otro punto de la orden del día de la Conferencia (“La lucha anti-imperialista y los problemas de táctica de los partidos comunistas de América Latina”), fue leída por Julio Portocarrero. Pero, el proyecto sobre la situación económica, ¿cuál es? ¿Es el Informe sobre el Perú, escrito por Martínez y Portocarrero, y que fuera presentado al Primer Congreso Sindical Latinoamericano?  Este Informe, publicado en  el tomo tres de los Apuntes de Martínez, contiene, como se puede constatar, abundante material económico, pero también información sobre la lucha de clases, los partidos políticos, las agrupaciones obreras y la legislación social. Es posible, en consecuencia, que este Informe no sea el proyecto de tesis de que se habla en los Apuntes, pero, entonces, ello querría decir que tal proyecto de tesis quedó sin escribirse. Por lo demás, allí donde se habla de los proyectos de tesis que debía aprobar el Primer Congreso del Partido, Martínez no habla de ninguno relativo al proceso del movimiento proletario, pero al hablar de las “Reuniones Internacionales” a las que asistieron delegaciones peruanas, dice que “De acuerdo con las órdenes del día de ambas reuniones”, Mariátegui preparó… un esquema sobre ‘Antecedentes y desarrollo de la acción clasista’” y, antes de reproducirlo poco después, se refiere a él como “La tesis sobre el Movimiento Clasista”. Entonces, ¿Antecedentes y desarrollo de la acción clasista fue escrito por Mariátegui como uno de los proyectos de tesis a discutirse por las secciones y el CC del Partido para su aprobación en el Congreso? Estrictamente hablando, ni el Primer Congreso Sindical Latinoamericano ni la Primera Conferencia Comunista Latinoamérica contemplaban en sus órdenes del día la discusión sobre el proceso de desarrollo del movimiento clasista en cada país. Esto querría decir que la delegación peruana llevó el escrito de Mariátegui para que su lectura sirviera de información a las demás delegaciones. En el tomo 13 de las Obras Completas de Mariátegui, los editores publican bajo el título general de “tesis ideológicas” los trabajos El problema de las razas en América Latina, Punto de vista antiimperialista y Antecedentes y desarrollo de la acción clasista, pero en la calificación individual que aparece en las notas al pie de cada uno de ellos, los dos primeros son llamados “tesis”, mientras el último es denominado “documento”. Además, parece ser que este “documento” no fue ni leído ni sustentado en la Conferencia de Buenos Aires, sino únicamente distribuido. Luego de la Conferencia, sin embargo, fue, como se sabe, publicado en La Correspondencia Sudamericana el mismo año de 1929.

Pues bien, lo explicado arriba y la cita, traen, como es obvio, por los suelos la calumnia de Aragón, y, por tanto, para decirlo eufemísticamente, demuestran que nuestro liquidador no es bueno ni siquiera para la indagación bibliográfica.

Y trae por los suelos también esta insidiosa afirmación con la cual intenta confundir al lector: “Así como estas pocas coincidencias, un lector acucioso encontrará otras coincidencias entre ambos autores, y claro está, como es natural, también encontrará algunas diferencias. Queda a criterio de los pocos lectores que se tomen el trabajo de leer ambos folletos, el dilucidar quién de ellos imitó o copió al otro… ” (negritas en el original).

Lo expuesto a lo largo del presente artículo demuestra que, respecto a los puntos considerados por Aragón, no existe ninguna coincidencia con García que comprometa mi posición de clase, ni, tampoco, ninguna que adorne la posición del Liquidador Mayor.

Por lo tanto, nadie ha imitado ni copiado a nadie, pues, como es claro, el revisionista García sigue su camino revisionista, y yo sigo mi camino marxista-leninista.

Por eso, es obvio que existe una oposición (que Aragón ha evitado reconocer con la frase “algunas diferencias”) entre mi marxismo-leninismo y mi defensa de la verdad histórica de la Creación de Mariátegui, y el revisionismo liquidacionista de García y su falsificación de dicha verdad.

Con la citada frase y aquellas otras sobre supuestas “coincidencias” entre García y yo, Aragón ha intentado ocultar sus posiciones liquidacionistas tomadas servilmente de García.

Vergonzoso servilismo que, desde luego, ningún truco ni ninguna maniobra pueden disimular.

16.03.2017.




Lenin y sus Bolches Para Todo Lector: Distinción de Rius.

-Uno-

Roque Ramírez Cueva

EN FESTEJO DE LOS CIEN AÑOS del triunfo de la Revolución Rusa, un reconocimiento inusual y  peculiar, de un lego en militancia política socialista, es releer el libro de Rius dedicado al líder del proletariado y pueblo rusos (1): LENIN para principiantes. Este volumen compuesto de textos manuscritos, letra de imprenta, de fotos, grabados y dibujos, Rius lo asume entre sus puntuales humoradas, con el rigor académico e ideológico que esperan quienes sienten  afecto y admiración indescriptible por una persona que dedicó toda su vida a ofrecer y erigir, para gran parte de la humanidad, una sociedad justa, digna y libre junto a personas, trabajadores que antes eran considerados sino esclavos, ciervos.

        En Lenin de Rius, implica mostrar los contextos, la vida, los ámbitos de paz, en particular los bélicos, una revolución partera como la de los proletarios socialistas rusos no podía derrumbar el feroz sistema de los zares, sin enfrentarlo con una milicia de obreros, trabajadores y ciervos; significa también deliberar sobre la historia, una historia diferente, inédita y dinámica que se cincelaba no sólo en el tiempo y ámbito de la Rusia de la época, sino que se proyectaba al espacio universal. La historia con la gran gesta de los bolches (2), se polarizó en dos escenarios de un antes y un después del Octubre de 1917. Aun con los afectos de Rius hacia Lenin y Marx, el discurso de la narrativa presentada por el artista y lector mexicano, no digamos que es imparcial, pero si está ajustada al proceso histórico, es fiel a los sucesos dados acerca de la vida, historia y obra de Lenin, y sus vínculos adheridos a la Revolución Rusa, expuestos y descritos sin exceso de adjetivaciones que la desdibujen.

        Rius en su página uno, nos sitúa en el 22 de abril de 1870, en las calles de Simbirsk a orillas del Volga, mapa y foto, día en que nace Volodia, con partida de bautizo a nombre de Vladimir Ilich Ulianov. Él y sus hermanos tuvieron un padre lector, cuya biblioteca apiló tomos de Tolstoi, Pushkin, Voltaire, Rousseau, Nekyazov, etc. Por su hermano mayor Alejandro se enteraría de la violencia anarquista que predicaban Kropotkine, Bakunin y Malatesta. En su juventud se informa de la acción “organizada como lucha de clases que predicaba Marx”(p.11). En mayo de 1887, es ahorcado su hermano Alejandro al intentar  eliminar al Zar. Desde sus 17 años Ilich no estuvo de acuerdo con las acciones terroristas del anarquismo.

        Rius reseña las duras condiciones de explotación con que los zares someten a los obreros en la ciudades, y a los campesinos donde sirven como esclavos para los terratenientes y en 90% de analfabetos. Una incipiente industria custodiada por la policía zarista que reprime con métodos barbaros, condiciones por las cuales protestaban las juventudes universitarias de las urbes rusas, Volodia ingresa a la universidad de Kazan, conoce a Fedoseiev, uno de los primeros marxistas fundador de círculos de estudios. Aqui Lenin estudia las teorías de Marx y empieza a leer a Plejanov, autor de un marxismo “aplicado a las condiciones rusas” (pag.21) y fundador del grupo marxista en el exilio “Emancipación del Trabajo”.

        Si bien se autoeduca en Leyes –tenía impedido de ingresar a la facultad- con lo cual se sostiene precariamente, su prioridad es dedicarse al estudio del marxismo. En 1890 traduce una obra necesaria para la juventud rusa, ávida de conocer a Marx y Engels: El Manifiesto Comunista. El cual empezó a ser leído en lengua rusa. Por ese tiempo obtiene permiso para rendir examen en la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad de San Petersburgo, el cual aprueba con solvencia. Después de narrar lo anterior, Rius combina una foto de Marx para destacar la prioridad de  los estudios, y un dibujo de Lenin, cuyo globo parlante dice “En la mira de la policía”; luego un panó de dibujos, en la siguiente página, presentando la nueva ciudad industrial en la que vivirá Lenin para librarse del acoso represivo; así, vemos palacios, grandes monumentos, barcos y naves que sugieren una urbe con puerto, pórticos y rejas de mansiones y palacetes, teatros. Es decir, nos pone en el contexto del “ombligo del imperio zarista”; Lenin se ha trasladado en 1893 a San Petersburgo (p.23).

        Mas, como toda gran urbe industrial, allí no hay sólo emblemas del poder económico y político zarista, también en su periferia conviven los trabajadores de las usinas, de las fábricas, de las factorías, junto a los intelectuales, artistas, estudiantes que mantienen un activo movimiento cultural, reflejo de la connivencia de todas las naciones rusas y sus nexos con Europa. Allí se une al grupo de estudio “Liga para la liberación del trabajo”, entre varios conoce a Malchenko, Zaporoshets, Vaneet, Starkov, Krishanovski y Martov. Luego de una foto con todos ellos, Rius ironiza con otro dibujo de Lenin diciendo, “y eran inocentes hasta que llegué yo”. En la siguiente página, repite la foto anterior acompañad del globo parlante, donde Lenin expresa uno de sus fundamentos, “¡Ser marxista significa ser revolucionario jóvenes”.

        No hay objeciones a los comentarios de Rius, su lectura es la de un marxista mexicano interpretando con fidelidad al auténtico revolucionario que es Lenin. Sucede que en el grupo La Liga, discutían y discutían, sólo entre ellos, sobre la realidad rusa. Rius agrega, “…Lenin llegó a cambiarlos … sacudirlos y ponerlos a trabajar” … “Por lo tanto, Lenin hizo a los intelectuales salirse de su torre de marfil y acercarse a los obreros en su mero mole, las fábricas. Dar a conocer el marxismo a quienes más les interesaba y a quienes podía confiarse la tarea de llevar a cabo la revolución: a la clase obrera. Esa fue la meta de Lenin…” (p.26).

        “En poco tiempo Lenin y sus colegas constituyeron círculos de obreros revolucionarios dispuestos a luchar políticamente… Su principal enemigo fueron los populistas, que habían abandonado la vía terrorista y se la pasaban promoviendo pequeñas reformas. Contra ellos escribió Lenin su primer libro: Quiénes son los amigos del Pueblo”. 1894.

        El humor de Rius, le da frescura a los actos y sucesos, por eso hace que uno de sus personajes –de los agachados- pregunte en lugar de Lenin,  “¿Y esta chamacona que hace aquí? ¿de quién se habla? En su trato con los obreros, Lenin conoce a Nadeshda Konstantinova Krúpskaia, su leal, valiente y lúcida compañera. Quien nos describe cómo conoce a Lenin. Ella le llamaba Ilich. Le atrajo como debatía y su convicción de rebatir ideas con enérgica y disuasiva oratoria, sin dar concesiones a propuestas anarquistas o reformistas, aparte de su confianza en la clase obrera.

        Rius, comenta el libro ¿Quiénes son los amigos del Pueblo?, “se compone de tres partes ligadas entre sí: 1) se hace una crítica amplia y bien argumentada de las concepciones filosóficas de los “populistas” metidos a reformistas…; 2) se criticaban sus ideas utópicas sobre la economía rusa …; y 3) una crítica feroz al programa político y la táctica del populismo liberal”. Rius, resume que “Lenin apoyado en las teorías de Marx, fundamenta el objetivo inmediato de la lucha contra la dictadura zarista en tres puntos; a) derrocar el zarismo; b) Liquidar el feudalismo esclavista; c) acabar el régimen capitalista y crear una sociedad socialista. Lenin tenía 24 años cuando escribe este primer libro y concibe su programa estratégico de lucha. Pero eso iba a tardar unos años. ¿Por qué?

        ¡Cuándo no! La izquierda marxista rusa estaba desunida dentro de Rusia y en el exterior. Por eso Lenin es encargado de viajar para unir al grupo de Plejanov. En Suiza de 1895, logra trabajo común de Liga rusa con planes de Plejanov; en París contacta con Paul Laforgue, yerno de Marx; y en Berlín con el luchador socialista Wilhelm Liebknecht. A su regreso a Rusia, realiza una intensa actividad de organización de nexos marxistas entre los obreros, por lo cual es detenido junto con 9 miembros de su grupo y enviado a prisión. Desde su celda se las ingenia para continuar sus tareas de lucha y conducir su labor de organización. Ante esta labor, la autoridad zarista decide poner a Lenin en un tren, “luego en un vapor y luego en trineo” hasta el gélido territorio de Siberia; así lo destierran a la aldea de Shushenskoie. Allí la vida era dura por las bajas temperaturas de menos 20ºC a más. Su prisión era la aldea, el modo de enfrentar tamaña adversidad, fue dedicarse a profundizar sus estudios, traducir libros y mantenerse contactado con los demás desterrados.

        En Siberia se casó con Nadezhda, y escribió más de 30 libros de enorme interés teórico, político. Entre ellos –señala Rius- su obra económica más importante: El desarrollo del Capitalismo en Rusia, 1899. Los comentarios de Rius son certeros, “El objetivo fundamental de la obra, según apunta el mismo Lenin, es responder a la pregunta, ¿Cómo se forma el mercado interior para el capitalismo ruso? … Lenin no buscaba tan sólo demostrar la existencia de un capitalismo ruso en pleno desarrollo, sino verificar la existencia de una fuerza potencialmente revolucionaria en el campo, en donde, según los populistas, no se contaba con nadie para hacer la revolución en un futuro próximo”. El libro lo firmó con el seudónimo de Vladimir Iline. (p. 37). Rius enfatiza en que conocer la situación social y económica de Rusia es vital para planear programa, tácticas y estrategias para el partido político de la clase obrera que Lenin venía organizando, y la necesidad de llevar a la práctica la teoría marxista. Para lo cual, afirmó Lenin, se tenía que “organizar la lucha de clases del proletariado y dirigir esa lucha cuyo objetivo final es la conquista del poder y la organización de la sociedad socialista” (p.39). Comentario complementado del humor mexicano de Rius, ¿y cómo compadre? ¡Pues, organizándose chihuahua!

        Rius nos hace recordar que en enero de 1900, termina su destierro en Siberia, mas le impiden regresar a San Petersburgo y Moscú. Nadeshda sigue desterrada en Ufá. Lenin se afinca en Pskov, y desde aquí viaja a Moscú, Riga, Smolensk, San Petersburgo y Ufá, ciudades en las que se reúne con organizaciones socialdemócratas, el propósito es fundar un periódico organizador y orientador de las aspiraciones justas de la clase obrera. Rius señala, “Lenin se dio cuenta de la necesidad de crear un periódico para toda Rusia con el fin evitar la anarquía en el seno obrero, difundir ideas transformadoras, y terminar con la tendencia hacia el terrorismo de eliminar individuos. En estos propósitos se funda “Iskra”, nombre tomado de un verso del poeta Odoievski, “de la chispa nacerá la llama”.

        Iskra aparece en diciembre de 1900 y es impreso en Munich, desde aquí es distribuida a toda Rusia. En una de sus páginas Lenin escribe, “toda lucha económica necesariamente se transforma en lucha política y se deben unir una y otra en una lucha única de clases del proletariado. El primero y principal objetivo de semejante lucha debe ser la conquista de la libertad política…”(p.47). Y en Bruselas, 1903, se frustra la organización de un partido político que uniría a todas las fuerzas de izquierda, hubo liberalismo y la policía hizo sus redadas interviniendo el Congreso de Organizaciones que buscaba fundarlo. El Congreso se traslada a Londres, allí se divide en una mayoría, bolchevique, liderada por Lenin; y en una minoría, menchevique, la cual se apropia de Iskra, momento crucial en que afirma “…un paso adelante y dos pasos atrás”. Con el partido dividido, Lenin decide unificarlo, y la única manera es expulsando a quien detiene el avance, los mencheviques. Descansa breve tiempo en Suiza, y regresa a editar su nuevo periódico de masas, Vperiod, “adelante”. (p.54).

        Mientras hay este diferendo, de bolcheviques y mencheviques por  control del partido político, a Rusia ha llegado un año 1905 de conmociones, con gran efervescencia política popular y obrera, con liderazgo espontáneo, sin conducción política, ¿Qué sucedía? Nada menos que un curita levantisco. El Pope Jorge Gapan, quien había organizado un sindicato con ayuda de la policía, llamado Asociación de Obreros de las Fábricas de San Petersburgo, el 03 de enero de 1905 declara el inicio de una huelga contra varias fábricas, huelga que se generaliza. El 09 de enero, Jorge Gapan encabeza una gran movilización y la dirige hacia el palacio zarista, para entregar  un petitorio laboral, pero es recibido a balazos, sangrienta represión, mueren 50 manifestantes. Gapan huye al extranjero, y regresa a enrolarse a la policía, pronto es descubierto y linchado por un obrero (p. 58).

        En el resto de Rusia, a pesar de la dura represión, las huelgan se  suceden en distintas ciudades, los zares enfrentan esto y la guerra con Japón que los debilita. En el puerto de Odessa se sublevaron los marineros del navío Potemkim. Rius con fina agudeza explica, “si el Zar se doblaba tantito lo rompían”. Esa situación revolucionaria de masas no organizadas, obligó al estado zarista a dar concesiones de libertad política, una asamblea nacional elegida libremente y libertad de prensa. Los exiliados regresan a Rusia, entre ellos Lenin, quien se dedica a la edición de la Revista Nueva Vida, junto con el escritor Máximo Gorki, autor de la tierna novela La Madre. Pero la policía clausura la revista nueva Vida y 9 periódicos más.

        Estas reflexiones sobre la vida de Lenin y la revolución se acompañan de fotos de archivo, viñetas, dibujos, caricaturas, collages, letra de imprenta grande y variedad de simbologías gráficas; todo lo cual suma para una lectura amena sin descuidar lo genuino del relato histórico, los discursos de fondo, economía y filosofía; enfatizando los momentos claves de la Revolución Rusa y la vida de Lenin. En las páginas siguientes del libro Lenin para principiantes, el sagaz humorista, Rius, confronta las teorías de Lenin con los de los mencheviques y los reformistas, ex terroristas.

        Nos hace notar que hasta antes de 1905, Lenin coincidía con Marx, respecto del proyecto de revolución burguesa para Rusia. Este período revolucionario de 1905, lo obliga a mirar con otra perspectiva el tipo de revolución para el caso de Rusia: una revolución socialista que elimine el feudalismo, la monarquía y autocracia, pero también acabe con el creciente capitalismo e instituya de manera directa el socialismo. (p. 67). Puntos de vista marxistas –insiste Rius- adaptados al contexto de Rusia y su diversas sociedades nacionales.

        La perspicaz lectura de Rius nos presenta dos anécdotas que muestran la grandeza del líder revolucionario: “Lenin financió los periódicos con ayuda de la mamá, simpatizantes adinerados y cuotas de los miembros del partido. Lenin nunca recurrió a asaltos bancarios ni secuestros para hacerse de fondos”. En otra situación, “Un fabricante de  muebles Nicolás Schmidt, dejó a los bolcheviques 300 mil rublos [fortuna para la época]. Con ese dinero Lenin emprendió la tarea de editar “Proletario” y…pagarle a los colaboradores del periódico”. Los colaboradores comprometido con ideas marxistas no le exigían pago, pero él conocía las penurias de sus hogares y les pagó, no destinó el dinero a otras prioridades del Partido o de las tareas de la revolución.

        Aparte que los intelectuales en el exilio de 1908, Bogdanov, Lunacharsky, Trotsky, y los viejos Plejanov , Martov, Olminski, Vorovski; muchos refugiados con Maxim Gorki en la Isla de Capri, se niegan a colaborar en los periódicos de los bolcheviques, además de intentar formar un partido sin el radical Lenin, recordar que el exilio era propio de una vida mundana. Ilich regresa a Suiza preocupado de esa actitud, porque en Rusia se estaban sacrificando los militantes que le hacían frente al estado zarista; allí se puso a estudiar filosofía. Durante cerca de un año lee a los filósofos alemanes posteriores a Marx. Ese 1908 terminó de escribir su “máxima obra filosófica: Materialismo y Empiriocriticismo. Con este libro –dice Rius- “La tarea más urgente es soplar en esa niebla ideológica estético-religiosa en que están metidos los revolucionarios”. Y lo dice porque tras la confrontación de 1905 muchos intelectuales buscan un Dios socialista en los evangelios.

        En 1909, Lenin con su equipo de redacción se va a París para reorganizar la edición y distribución del periódico “Proletario” en toda Rusia; “El nuevo grupo bolchevique estuvo integrado por kámenev, Sinóviev, Lenin, Rikov, Bogdanov, Tomski, Innokenti, Taratuta, Shuliatikov, Goldenberg, Shur, Liubimov, Nakoriakov, etc.” (p.79). Aparte de ellos, que trabajaban por las urgencias de la revolución y la gran necesidad de luchar unidos, el resto de militantes se hallaba disperso y desunidos, y los obreros desorientados. Rius resume la situación a su estilo, “Lo bueno que al Zar tampoco le estaba yendo bien”. Este se obliga a dar concesiones como el establecimiento de una Cámara de Diputados, La Duma (p. 85); la cual fue disuelta a los pocos meses de funcionamiento, porque, si bien gente conservadora asumió el rol de los diputados, estos le exigían al Zar una reforma agraria.

        No obstante Lenin observó una oportunidad en la Duma, esta era factible de ser usada como tribuna para la difusión de las ideas y planes bolches. Establecida una segunda Duma, ellos logran colocar algunos diputados. Esta también es disuelta, los bolcheviques son más eficientes como oposición. En la tercera Duma, se encargan de que salgan electos sólo quienes respondan a los planes zaristas. Luego, el Zar es convencido de organizar una reforma agraria, de ordenar la liberación de presos políticos y tolerancia a la prensa de izquierda; medidas que adormecen a las masas y al movimiento obrero. Rius lo dice a su modo, “¡viva la revolución pacífica!” “¡Viva el Zar nuestro padrecito!”.

        Ante esta situación de reflujo, debía hacerse ver el engaño reformista. Tarea nada fácil porque la policía los acosaba y reprimía, Lenin una vez más en el exilio. El único camino y experiencia a la mano era trasladar obreros al exilio y allá prepararlos en teorías y tácticas para reorganizar el movimiento obrero en Rusia. La mayor parte de los obreros que estudiaron en esas escuelas políticas cumplieron bien su rol, y le dieron flujo al movimiento obrero. Por eso, en 1912, Lenin y los bolcheviques toman control y mando del movimiento revolucionario, desconociendo a los mencheviques, y a todos aquellos que no compartían las teorías de Ilich Ulianov. Mas esta es una historia que se comentará y relatará en una segunda parte.

        Vamos a concluir el presente comentario, dando a conocer al autor de Lenin para principiantes, quien lo distingue entre mixtura de humor y la academia. Permitan la presentación del mismo. RIUS, es el humorista y artista más padre del norte de América, con ese heterónimo  lo conocen en todo el orbe casi medio mundo, a veces cuando viaja entiende con el nombre del pasaporte, de lo contrario le impedirían asistir a conferencias, y él no charla sino los agachados de sus caricaturas, entonces habla inaudible ¡órale cuate, me dicen Eduardo Del Río García! Hocicólogo para más señas. La temática que involucra en sus diseños gráficos, en sus dibujos a tinta, la carga de la energía movilizadora de la sagacidad y sarcasmo, cuando no de ironía.

        Por ende, sus libros tienen títulos bien ilustrados de risa, van desde el manual del ateo; su simpatía por Cuba libre; Cómo suicidarse sin maestro; El Yerberito ilustrado; su aguijón a La política; La panza es primero, con una cocina tradicional charra apetitosa como la peruana pero una bomba para la salucita; el cariño a Marx; por tanto, La trukulenta Historia del Kapitalismo; Economía para ignorantes; su inestimable afecto por Lenin para principiantes –libro que reseñamos aquí- y la revolución que le dio cambios al mundo; su ironía a La Revolucioncita Mexicana; por cierto, ya que andamos de hocicones, ¿Hay libertad de prensa en México? ¿En América, en Perú? Rius no incluye al continente aún ni a nuestro país, mas cómo que los punza al oliscar entre las rotativas e imprentas charras. Por supuesto, tiene una inclinación no al centro ni a las derechas, su mano y mente zurdas acogotan con su humorada sarcástica (el redunde vale, por si ‘aca) a las fuerzas y elementos reaccionarios, anquilosados de América y el mundo. Sus trazos a tinta y collages, gráficos y fotos apuntan con aguda fineza directo a los poderes fácticos pro capitalistas, a las derechas brutas y achoradas de América Latina, a toda forma y usos conservadores.
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Notas Bibliográficas.
(1)       Del Río, Rius. Lenin para principiantes. México D.F. Ediciones de Cultura Popular, 1975.
Bolches en el habla coloquial universitaria de los años 1960 a 1970, se le llamaba a los bolcheviques rusos, pero que se usó en militantes universitarios peruanos que se oponían al PCP Unidad.

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