domingo, 1 de marzo de 2020

Economía


Dólar y Coronavirus en el Capitalismo

César Risso

EL ALZA DEL TIPO DE CAMBIO en estos últimos días, como consecuencia del impacto del coronavirus en la economía mundial, ha provocado la intervención del BCR, para evitar un alza mayor.

        La disminución de nuestras exportaciones a China, y el ingreso de menos dólares a nuestra economía, han generado la escasez de la moneda norteamericana, lo que se ha traducido en el aumento del tipo de cambio.

“Dólar en Perú cierra febrero con un alza de 2.40% en el mes y una cotización de S/ 3.45”

“En las primeras operaciones de la sesión de este viernes, el banco central intervino para impedir una mayor apreciación de la divisa estadounidense.”1

        Lo importante para nosotros es destacar el hecho que el aumento del tipo de cambio, escasez de dólares de por medio, se debe no al aumento del valor del dólar, sino a un fenómeno que revela la fragilidad de la economía capitalista mundial. El llamado libre mercado, en este caso de divisas, expresa el movimiento económico en función de los intereses de la burguesía imperialista y nativa.

        Uno de los aspectos que están inmersos en estos hechos es que si la enfermedad sigue avanzando, y esto trae como consecuencia la disminución de la población; al igual que en el caso de la escasez de dólares, en China habrá escasez (relativa) de mano de obra, y en consecuencia el precio de la mano de obra (remuneraciones o salarios) aumentará. Claro está que esto se dará si “funciona” el libre mercado, vale decir, si no hay intervención del gobierno.

        En otras palabras, el Estado burgués en China, tratará de proteger a la población no por humanismo, sino porque no le conviene a la burguesía imperialista, china y extranjera, que aumenten los salarios, pues esto disminuiría sus ganancias.

        Pareciera que la oferta y la demanda determinan los diferentes precios, como el del dólar, de la mano de obra, de las mercancías en general. Lo que la oferta y la demanda reflejan es la anarquía de la producción, que se expresa en la variación de los precios, cuyo promedio en el mediano y largo plazo expresa el valor de las mercancías, esto es, la cantidad de trabajo socialmente necesario para producir las mercancías.

        La maximización de las ganancias de parte de las empresas capitalistas, se ve afectada por el coronavirus. Como en cualquier otra situación, en la que un fenómeno puede inicialmente atentar contra los intereses de la burguesía de seguir explotando “normalmente” a los trabajadores, en este caso concreto, la disminución de la mano de obra, con la consecuente presión al alza de los salarios, disminuiría las ganancias. Esto tiene que afrontarlo el Estado burgués, tratando de evitar que se vea afectada la fuente de explotación de la burguesía. La mercancía contiene la plusvalía y el valor de la fuerza de trabajo; el valor de uso es el vehículo que permite la realización de la plusvalía a través de la venta. En otras palabras, la burguesía obtiene su ganancia de la explotación de la fuerza de trabajo, y en consecuencia, si no dispone de la fuente de su “riqueza”, entonces no podrá obtener ganancias; o si la fuerza de trabajo es mermada por algún fenómeno social (como las guerras), o natural (enfermedades), sus ganancias disminuirán.

        Es probable que en el caso de las guerras, los burgueses particulares representados por sus Estados, hagan el balance previo de los resultados. El primero de ellos podría ser lo que van a obtener al apropiarse de las fuentes de materias primas, como en el caso del petróleo de Irak. También evaluarán las ventas que realicen de armas, municiones, medicamentos, etc., todo aquello que se requiere para llevar adelante la guerra, obteniendo enormes ganancias. En este caso el vehículo de sus ganancias es la producción de mercancías que provocan la muerte. Así la guerra resulta uno de los grandes negocios de la burguesía.

        La situación actual es propicia para obtener grandes ganancias por parte de la burguesía dedicada a la actividad de la industria farmacéutica. Mientras más se propague la enfermedad más pánico se creará, y esto será la justificación para que los gobiernos adquieran los medicamentos necesarios sin necesidad de mayores trámites.

        El bienestar de la población en el sistema capitalista pasa por el “bienestar” de la burguesía. Lo que mantiene con vida a la burguesía es la plusvalía, las elevadas ganancias. Cualquier cosa estará en la mira de la burguesía siempre que le pueda redituar ganancias; de no ser así, será descartada. No es pues el bienestar de la población lo que le interesa a la burguesía, sino su propio bienestar.

“Semana negra para las bolsas mundiales, con la peor caída desde la crisis de 2008, por el coronavirus.”

“Los mercados vivieron una semana negra debido a las devastadoras consecuencias para la economía del coronavirus. Algunas plazas registraron caídas sin precedentes desde la crisis de 2008.”2

        El pánico de la burguesía que ha provocado la propagación del coronavirus no tiene mayor importancia; lo que verdaderamente le importa a los burgueses particulares son las consecuencias por las medidas económicas que están tomando los Estados: “Según varios analistas, no es tanto la gravedad de la epidemia lo que preocupa sino las medidas tomadas para contenerla, especialmente dañinas para la economía.”3

        Vemos aquí la confrontación entre los Estados burgueses que luchan por proteger la fuente de las ganancias de la burguesía, y los intereses de los burgueses particulares que quieren mantener o aumentar sus ganancias. El accionar de los burgueses particulares puede llevar al colapso al sistema capitalista en su conjunto; mientras que las medidas de los Estados burgueses tratan de proteger en la medida de lo posible el actual sistema de explotación. Son seguramente medidas amargas para los burgueses particulares (no hay nada más amargo para un burgués que ver caer sus ganancias), pero que, incluso si muchas empresas capitalistas quiebran, será tanto la salvación del sistema, como la oportunidad de negocios de muchos otros burgueses particulares.

        Volvamos al impacto del incremento del precio del dólar para la economía peruana. Una de las consecuencias será el encarecimiento de las importaciones, y por lo tanto, el aumento del costo de la producción peruana con componentes importados. Esto presionará al incremento de precios internos. Los exportadores, por el contrario, verían aumentar sus utilidades. Sin embargo, al disminuir las exportaciones, estas empresas no podrán aprovechar el aumento del precio del dólar. Esto traerá problemas en la balanza comercial.

        Sin embargo, aquellas familias que reciben envíos de dólares por parte de sus familiares que trabajan en el exterior, verán incrementar sus ingresos.

        De otro lado, todas aquellas personas y empresas que tengan deudas en dólares se verán perjudicadas.

        Si a esta situación económica que estamos enfrentando le agregamos el magro crecimiento del PBI el 2019 de 2,16%, más el aumento del retraso en el pago de letras y pagarés, se va configurando una situación de crisis económica.

        En breve, de seguir así la situación a nivel mundial, lo que sucederá es que el comercio mundial se paralizará. Aun antes de llegar a esta situación, el exceso de dólares en el mundo como consecuencia de su menor uso por la caída del comercio exterior, provocará una considerable caída de su precio, y el consiguiente colapso de la economía norteamericana y mundial.

        El colapso del sistema capitalista no tiene que ser el colapso de la humanidad. Será solo el derrumbe de la última forma de explotación.

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(3) Ídem.

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