sábado, 1 de agosto de 2015

internacionales

El Acuerdo Nuclear Entre Estados Unidos e Irán: 6 Puntos de Orientación*
Periódico Revolución

EL MARTES 14 DE JULIO, la República Islámica de Irán, por un lado, y Estados Unidos, junto con otras potencias mundiales (Francia, Gran Bretaña, Alemania, China y Rusia), firmaron un acuerdo importante que se forjó durante años. El acuerdo se centra en reducir y restringir los programas de enriquecimiento y tecnología nucleares de Irán a cambio de levantar las sanciones económicas de la ONU, Estados Unidos y la Unión Europea contra Irán. El acuerdo representa un paso estratégico importante de Estados Unidos, Irán y otras potencias mundiales, y tiene el potencial de grandes ramificaciones regionales y mundiales, aunque está lejos de ser claro cómo va a desarrollar.

Revolución hará un análisis más completo de este acuerdo en los próximos días, pero a continuación presentamos unos puntos de orientación iniciales y básicos para comprender y actuar en relación con este importante evento:

1. El presidente Obama dice que este acuerdo impedirá la guerra y detendrá la propagación de las armas nucleares. Pero el acuerdo no se trata de ponerle fin al peligro de las armas nucleares ni del conflicto nuclear, ni va a hacerlo. Irán no tiene armas nucleares. Si Irán desarrollara armas nucleares, eso sería sumamente desestabilizador en el Medio Oriente en formas que no desean Estados Unidos y sus aliados, incluyendo Israel. Y no está en los intereses del pueblo del mundo que cualquier país tenga armas nucleares. Pero si uno quiere saber quién representa el mayor peligro de terrorismo nuclear, Estados Unidos tiene miles de armas nucleares, y su íntimo aliado Israel tiene cientos y se ha negado a someterse a ninguna inspección y control internacional. Los dos han afirmado repetidamente su derecho a utilizar la fuerza militar en cualquier lugar que consideren oportuno. Así que, una vez más, ¿quién es la mayor amenaza nuclear en la tierra?

2. De acuerdo con las condiciones de este acuerdo, Irán hará grandes recortes y cambios en su programa nuclear (reduciendo sus reservas de uranio ligeramente enriquecido en un 98 por ciento, reduciendo en dos tercios el número de centrifugadoras para el enriquecimiento de uranio en operación, y reestructurando reactores clave). Irán también se someterá a inspecciones de sus instalaciones nucleares a cualquier hora, y posiblemente de otros sitios militares y de investigación — ¡inspecciones que ninguna figura política de Estados Unidos en absoluto aceptará para el programa nuclear estadounidense! A cambio, levantarán algunas de las sanciones clave contra Irán cuando cumpla con estos términos, y Obama afirma que pueden volver a imponer las sanciones en un abrir y cerrar de ojos si Estados Unidos y sus aliados deciden que Irán ha violado el acuerdo. La República Islámica de Irán también recibe un cierto reconocimiento de su legitimidad, con la puerta abierta para una mayor cooperación y coordinación entre una superpotencia reaccionaria y una potencia regional reaccionaria donde tienen intereses en común, en la región y tal vez más allá. Han impulsado este acuerdo las necesidades profundas que enfrentan cada lado. Para Estados Unidos, las crecientes dificultades que enfrenta en el Medio Oriente son enmarcadas y moldeadas por graves retos a nivel mundial de parte de otras grandes potencias, sus rivales. Para el sector predominante de los gobernantes fundamentalistas islámicos de Irán, ven el acuerdo como una forma de aliviar la crisis económica y el descontento social, y promover sus aspiraciones para ser una potencia opresiva regional aún más grande.

3. Las sanciones económicas de Estados Unidos, la ONU y la Unión Europea contra Irán nunca tenían simplemente el objetivo de detener el programa nuclear de Irán; su objetivo era crear sufrimiento y descontento entre el pueblo iraní con el fin de debilitar y posiblemente desestabilizar al régimen iraní. Las sanciones paralizaron la economía de Irán, causando el desempleo masivo. El bloqueo de importaciones vitalmente necesarias como alimentos y medicinas ha tenido efectos devastadores. Irán es un país de 80 millones de personas, y las sanciones han perjudicado gravemente a muchos millones de ellas. Muchos cientos, quizás miles, de ellas han muerto. Perjudicar deliberadamente a la población civil constituye el castigo colectivo y un crimen de lesa humanidad. Así es la “diplomacia” imperialista.

4. Varias fuerzas de las clases dominantes de Estados Unidos e Irán, así como Israel, han presentado objeciones virulentas contra el acuerdo. Un análisis de los varios argumentos de las distintas facciones de estas clases dominantes está más allá del alcance de estos puntos de orientación, pero parece que estas diferencias sobre el acuerdo nuclear compenetran con fuertes conflictos dentro de los establecimientos políticos de Estados Unidos e Irán sobre una amplia gama de temas. (En cuanto a Estados Unidos, vea Bob Avakian, “La guerra civil que se perfila y la repolarización para la revolución en la época actual”).

5. No hay nada bueno para la humanidad en ninguna parte de este acuerdo. No tiene nada que ver con ponerle fin al sufrimiento, las privaciones, los conflictos y las guerras en la región o a nivel mundial. Al contrario, es un intento de parte de Estados Unidos, Irán y unas otras potencias mundiales para mantener el orden político-económico que es responsable de la horrenda ola de muerte y sufrimiento que está arrasando el norte de África y el Medio Oriente: el capitalismo global, así como el reaccionario fundamentalismo islámico que la República Islámica de Irán encarna.


6. Los acontecimientos en el Medio Oriente y otros lugares demuestran que los gobernantes de Estados Unidos e Irán no son todopoderosos. En sus grandes proyectos les salió el tiro por la culata, y se encuentran en graves problemas y sin soluciones fundamentales a los horrores que ellos mismos han creado. La revolución comunista es el único camino para salir de esta locura, y es urgente hacer la revolución lo más pronto posible y luchar por la revolución en todas partes mediante la difusión en todo el mundo de la nueva síntesis del comunismo de Bob Avakian, la que está encapsulada en EL COMUNISMO: EL COMIENZO DE UNA NUEVA ETAPA — Un manifiesto del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos (disponible en siete idiomas), y de revcom.us, para establecer otro polo liberador para la humanidad. Existen partidos comunistas de vanguardia en ambos países que están trabajando concretamente para la revolución: el Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos y el Partido Comunista de Irán (Marxista-Leninista-Maoísta). Hacer la revolución es un desafío serio y difícil, pero es posible y la única manera REAL de romper con las “alternativas” que los gobernantes de Estados Unidos o de la República Islámica de Irán presentan.

*Tomado del Periódico Revolución, 17 de julio de 2015. 

Hablemos claro sobre el Papa y el cambio climático

Raymond Lotta
 
EL PAPA FRANCISCO, líder de la Iglesia Católica, ha publicado una importante encíclica (documento) sobre el cambio climático. Denuncia la contaminación, la pérdida de la biodiversidad, el peligro a los sistemas de agua. Declara que “La tierra, nuestra casa, parece convertirse cada vez más en un inmenso depósito de porquería”. Reconoce que el cambio climático sí existe y se refiere a algunos hallazgos científicos. Convoca a la sociedad humana a “pasar del consumo al sacrificio, de la avidez a la generosidad, del desperdicio a la capacidad de compartir”.

Muchas personas en el movimiento ecológico, entre ellas algunas de sus figuras más prominentes, han aclamado la encíclica como un “punto de inflexión”. Se dice que una de las voces religiosas-morales más influyentes del mundo ahora hace soñar [sic] la alarma sobre el clima, que él está abriendo el discurso en la Iglesia a la ciencia del calentamiento global, y que es única su capacidad de inspirar y mover la política pública en el rumbo correcto. Además, se argumenta, ese documento podría ser nuestra mejor esperanza para detener la destrucción del planeta antes de que sea muy tarde: apelando a los líderes mundiales y presionándolos a tomar la acción decisiva. Por lo que debemos aplaudir la encíclica papal sobre el cambio climático. Al cual respondimos…
NO, NO, NO.

1. ¿Por qué el papa publicó ese documento?

Miremos el contexto mayor. La crisis climática ha acelerado de manera muy peligrosa durante los últimos 25 años. Las emisiones de gases de efecto invernadero han aumentado en un 60 por ciento. El derretimiento de hielo en los polos ártico y antártico está provocando la elevación del nivel del mar. El calentamiento global está disminuyendo el abasto de alimentos a nivel mundial. Ya para mañana, habrán muerto casi mil niños más, en los países pobres en su abrumadora mayoría, como consecuencia de los efectos multifacéticos del calentamiento global.1

Por todo el mundo se está creciendo una ola de resistencia y lucha para salvar el planeta. Activistas ambientalistas han sido arrestados, amenazados y hostigados. Entre sectores cada vez más amplios y diversos, se vislumbra el catástrofe que se aproxima al no cambiarse dramática y drásticamente el rumbo de las cosas. Se plasma una amplia insatisfacción con las acciones y programas de gobiernos, países y los que ocupan los asientos del poder del mundo. Los poderosos quieren canalizar hacia callejones sin salida ese gran manantial de inquietud sobre el futuro del planeta.

Es en las naciones oprimidas y empobrecidas del “Sur Global” donde la Iglesia Católica tiene el mayor número de adherentes. También en esas mismas regiones, las sequías, inundaciones y hambrunas han hecho el peor daño — y cobrarán un precio cada vez más horrendo en términos humanos y ecológicos, al intensificarse el cambio climático. Al mismo tiempo, la economía global imperialista ha creado un planeta de vastas zonas de miseria y niveles grotescos de desigualdad.

Eso es el contexto mayor en el cual el papa ha publicado su documento de 182 páginas sobre el cambio climático (“Laudato Si”). El papa vislumbra que se avecinan tormentas, literal y figuradamente: “no pensemos sólo en la posibilidad de terribles fenómenos climáticos o en grandes desastres naturales, sino también en catástrofes derivadas de crisis sociales”.  (Se le añadió el énfasis.) Esta preocupación va de la mano con el punto de vista de la administración de Obama y del Departamento de Defensa de que hay que elevar el cambio climático global al nivel de un asunto de seguridad global.

Los que detentan el poder se preocupan por los efectos del calentamiento global y la desigualdad económica en el funcionamiento de su sistema y en la estabilidad social. Responden a esta crisis desde dentro del marco de apuntalar, defender e intensificar el mismo sistema global que está destruyendo el medio ambiente.

Para tratar de verdad la crisis ecológica y actuar en consecuencia no requiere salvaguardar este sistema, ni restaurar la decreciente fe en ello, sino al contrario requiere reestructurar lo más radicalmente posible la sociedad y la economía. Lo que el papa está haciendo está en contra de eso.

2. ¿El papa confronta y se opone a la verdadera causa del calentamiento global y la crisis ambiental mayor que amenaza la vida en este planeta? ¿O es su punto de partida la defensa de todo eso?

El papa hace ciertas críticas cuidadosas de la devastación que el capitalismo ha provocado en los ecosistemas. Sin embargo, echa la culpa de la crisis ambiental a un “paradigma tecnocrática dominante” que se deriva del “poder”. Con “paradigma tecnocrática” él quiere decir el enfoque científico y tecnológico a solucionar los problemas de la sociedad y a ganar posesión y maestría sobre la naturaleza.

En su encíclica, el papa no condena el sistema económico-social-político del capitalismo y cómo este sistema ha ocupado y ocupa la tecnología para explotar y dominar a seres humanos y saquear el planeta. Al contrario, condena la “actividad humana” en lo abstracto, el camino pecaminoso del hombre, y los excesos e iniquidades del orden económico capitalista actual.

La posición del papel es una expresión calculada de inquietud, una crítica calculada de algunos de los efectos del capitalismo. Acuérdense, la Iglesia, su adoctrinamiento central y su papel ideológico esclavizador en la sociedad explotador, no han cambiado durante dos milenios. Pero ¡el mundo social y el mundo natural sí han cambiado! Así que la Iglesia tiene que ponerse una cara poquito diferente y publicar un mensaje un poco diferente con fin de mantener su legitimidad y preservar su control sofocante sobre vastas cantidades de seres humanos oprimidos.

En última instancia, la encíclica papal tiene el fin de convencer a las personas que el capitalismo —con sus gobiernos, enormes monopolios e instituciones financieras— no es el problema.

Sin embargo, es precisamente el sistema de capitalismo —basado en la explotación e impulsado por el lucro y la competición— lo que obliga a las corporaciones y bancos a expandir o morir. Es este sistema que convierte la naturaleza en un insumo ilimitado para la producción lucrativa.

Es el capitalismo, y la necesidad estratégica de aventajar y ganar a todo rival, lo que obliga a bloques de capital y a estados capitalista-imperialistas a husmear y acaparar hasta la última gota de combustible fósil. Solamente en los últimos seis meses, Obama, el “presidente ecologista”, ha autorizado nuevos pozos petroleros en el Ártico y en el mar de la costa atlántica media de Estados Unidos.

Defender todo eso, desorientando a la gente y apaciguando las “crisis sociales” (¡lo que es un elemento esencial para salvar el planeta!) es el objetivo y el papel concreto de la encíclica papal.

3. ¿El papa ofrece una oposición o una solución concreta al desastre ecológico que se avecina?

No, ninguna. Pide diálogo internacional. Critica las negociaciones internacionales recientes por falta de resultados. Pronuncia exhortaciones insípidas y vacías en pro de algún tipo de sistema internacional “de gobernanza” para proteger ecosistemas.

A las masas ofrece el siguiente mensaje:

        “Sólo a partir del cultivo de sólidas virtudes es posible la donación de sí en un compromiso ecológico... No hay que pensar que esos esfuerzos no van a cambiar el mundo. Esas acciones derraman un bien en la sociedad que siempre produce frutos más allá de lo que se pueda constatar, porque provocan en el seno de esta tierra un bien que siempre tiende a difundirse, a veces invisiblemente”. Ese mensaje aconseja a resignarse ante las estructuras capitalistas actuales de poder y control.

El papa reconoce el sufrimiento pero dice a la gente que busque sustento en las tradiciones de la Iglesia y en las instituciones tradiciones de la sociedad, como la familia patriarcal, que han sido fundacional para el entramado y el funcionamiento opresivos de la sociedad. Y tomen nota: en un documento sobre el cambio climático, el papa se asegura de denunciar el control de natalidad y el aborto. Pide renovación espiritual y “ascetismo” (renunciación de bienes terrenales). Lo mismo que siempre ha aconsejado la Iglesia a los pobres que quedan sin comer: confórmense, al cabo es el destino.

El papa ensalza las organizaciones de la sociedad civil por concientizar sobre la crisis climática. Pero en ninguna parte, dios no lo quiera, responde a la urgencia del momento, convocando al pueblo a ponerse de pie, salir de los confines del sistema y actuar para salvar el planeta.

4. Algunas fuerzas progresistas dicen, efectivamente, pueda que el documento tenga deficiencias. Pero el mero hecho de que el papa se haya declarado, especialmente al empeorarse la crisis global climática — tiene que ser algo bueno, algo para abrazar y utilizar.

No, no lo es. He aquí un programa mayor... para comerte mejor. Cierto, el papa está diciendo cosas sobre la ciencia y la crisis ecológica que la Iglesia nunca ya dijo antes. Está diciendo que los gobiernos no han hecho lo suficiente y que hace falta hacer mucho más.

Pero el papa no está actuando para salvar el planeta; está actuando para salvar el sistema que lo está destruyendo.

Pretende engañar a la gente de que sea posible suplicar y presionar a los gobiernos capitalistas dominantes a hacer lo correcto. Aboga por seguir el camino de pedir medidas más decisivas que limiten el calentamiento global dentro del marco del sistema actual, en combinación con espiritualidad cristiana. Intenta convencer a la gente de “mantener la fe” en el sistema — en un momento cuando la confianza popular en el sistema se debilita... en un momento cuando lo que urge es que la gente rompa con las cadenas ideológicas del sistema.

Ahora bien, a muchas personas de todo tipo, que incluyen personas con motivaciones religiosas, les importa muchísimo el planeta. Eso es algo positivo. Pero efectivamente las personas tienen una responsabilidad de enfrentar la realidad así como es. Enfrentarla obliga a uno a reconocer que tratar esta situación con siquiera algo de efectividad requiere una lucha enorme y dura.

Hablemos francamente: no basta con manejar con auto híbrido... o a “invertir socialmente” en lo solar (que ahora se promociona, obscenamente, como industria lucrativa)... o a reducir las emisiones de carbono del individuo. Es pensamiento mágico y desastroso imaginarnos de que se pueda convencer a los que reinan sobre esta sociedad, cuyo sistema ha causado esta emergencia ambiental, que la sostenibilidad ecológica de alguna forma “les conviene”.

Bob Avakian, presidente del Partido Comunista Revolucionario, expresa contundentemente el reto moral y epistemológico ante la gente:

Siga sus propias convicciones —de que son intolerables los ultrajes que le conmueven— a su conclusión lógica y esté resuelto a no cejar hasta que sean eliminados dichos ultrajes. Además, si al hacer eso así como al conocer otros ultrajes, y las ideas acerca de la manera en que todo eso se articula y surge de una fuente común —y la manera en que se podría poner fin a todo eso y crear algo mucho mejor— si todo eso lleva en la dirección de ver no sólo la necesidad de una resistencia resuelta y osada sino también la necesidad de la revolución y en lo fundamental el comunismo, pues no le dé la espalda a todo eso debido a que eso le hace salir de su espacio de seguridad y comodidad, a que eso desafía lo que han sido sus sentidas creencias o debido a prejuicios y calumnias. Al contrario, busque activamente conocer más acerca de esta posible solución. De ahí, actúe en consecuencia. (De "Una Invitación, de Bob Avakian")

La encíclica del papa y semejantes pronunciamientos de los de arriba o los muy influyentes en el movimiento ecológico que reconocen una parte del tamaño del problema pero no la necesidad de librar una lucha masiva y determinada, no sólo son inútiles, hacen mucho daño.

Requerirá una LUCHA, una lucha que debe INTENSIFICARSE hasta un nivel completamente nuevo, para alcanzar una trayectoria de actuar efectivamente para PONER FIN a la destrucción del planeta.

5. El capitalismo está destruyendo el planeta... Sólo la revolución puede salvar el planeta

La única manera posible de dar a luz un futuro diferente para la humanidad, las especies y todo el planeta es la revolución comunista. Solamente al derrocar por completo y eliminar el capitalismo será posible crear una sociedad y un mundo en que podría vivir como guardianes en vez de saqueadores de la naturaleza. Solamente una economía socialista sostenible y una sociedad liberadora, con prioridades y valores muy diferentes, posibilitarían movilizar el conocimiento y el potencial creativo de la gente y dedicar los recursos necesarios a bregar de verdad con la crisis climática — a la escala y con la urgencia que se requiere.

No será fácil. Pero es nuestra única oportunidad de lograr una sociedad verdaderamente sostenible — y de restaurar lo que se pueda restaurar de los ecosistemas de la Tierra y de adaptar en maneras que beneficien a la humanidad.

Cómo se vería dicha sociedad, y cómo funcionaría un poder estatal nuevo y radicalmente diferente, se detalla en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte (Proyecto de texto) del PCR, Estados Unidos.

Es más, no estamos esperando simplemente. Estamos trabajando y organizando activamente en ese sentido hoy en día. Estamos construyendo un movimiento para una revolución concreta.

(*) Tomado del periódico Revolución, 18 de julio de 2015.

1. Climate Vulnerability Monitor: A Guide to the Cold Calculus of a Hot Planet, 2nd Edition (Madrid: DARA Internacional, 2012).

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