Nota
Explicativa:
El 7 de octubre del año en curso se cumple
el 85 Aniversario de la fundación del Partido Socialista del Perú, la magna
obra organizativa de José Carlos Mariátegui, materialización de la unidad de la
verdad universal del marxismo-leninismo y nuestra realidad concreta.
Para conmemorar el
importante acontecimiento, publicamos los documentos Acuerdos de la Reunión de La Herradura y Acuerdos de la Reunión de Barranco, no siempre de fácil acceso, y Principios
Programáticos del Partido Socialista.
Tanto los Acuerdos de la Reunión de La Herradura
como los Acuerdos de la Reunión de Barranco han sido tomados
del libro de Martínez de la Torre Apuntes
Para Una Interpretación Marxista de Historia Social del Perú, tomo 2, pp.397-398. El documento Principios Programáticos del Partido
Socialista, ha sido tomado del tomo 13 de las Obras Completas de Mariátegui, pp.159-164.
Acerca de la
Reunión de La Herradura, Martínez de la Torre anotó en su aludido libro: “(…)
Fueron escogidos con detenida escrupulosidad los compañeros de más solvencia,
de más responsabilidad, capaces de imprimir, desde el primer momento, una buena
dirección al Partido que se trataba de fundar”. “Esta reunión se realizó a
mitad del camino que conduce a la playa de la Herradura, el domingo 16 de
setiembre de 1928. Eran siete los iniciadores: cuatro obreros: Julio
Portocarrero, Avelino Navarro, Hinojosa y Borja; un empleado de seguros:
Ricardo Martínez de la Torre; un vendedor ambulante: Bernardo Regman. José
Carlos Mariátegui no pudo asistir, pero sus puntos de vista los presentó
Martínez de la Torre” (p.397).
Sobre la Reunión de
Barranco, apuntó en el mismo lugar: “La segunda reunión se efectuó el domingo 7
de octubre, en casa de Avelino Navarro, en el Barranco. Asistieron José Carlos
Mariátegui, Avelino Navarro, Borjas, Hinojosa, Portocarrero, Martínez de la
Torre, Regman, Luciano Castillo, Chávez León”.
A propósito de los Principios Programáticos del Partido
Socialista, escribió: “A fin de unificar doctrinariamente el pensamiento y
la acción de los grupos iniciales del Partido Socialista, Mariátegui elaboró
los siguientes puntos programáticos que fueron remitidos a las células del país
y del extranjero” (p.398).
Entre los acuerdos
de las reuniones de La Herradura y de Barranco, es menester destacar los
siguientes: 1) la afiliación de la “célula inicial” a la Tercera Internacional;
2) el nombre de Partido Socialista del Perú; 3) el Comité Ejecutivo del Partido
debe estaría formado por la “célula secreta de los siete”; 4) constitución del
grupo organizador del Partido; 5) creación de un partido de clase, basado en
las masas obreras y campesinas organizadas; 6) frente unido del Partido
Socialista y la organización sindical con movimientos de masas de la pequeña
burguesía.
De las cuestiones
planteadas en los Principios
Programáticos…, es oportuno destacar las siguientes: 1) sólo el
proletariado puede realizar las tareas de la revolución democrático-burguesa;
2) las comunidades campesinas y las grandes empresas agrícolas son elementos de
una solución socialista de la cuestión agraria; 3) ni la proyección de la
comunidad campesina ni el resurgimiento del pueblo indígena pueden significar
una reconstrucción del socialismo incaico, pues el socialismo moderno presupone
la incorporación de las conquistas de la civilización moderna; 4) cumplida su
etapa democrático burguesa, la revolución peruana deviene revolución
proletaria; 5) el Partido Socialista del Perú es la vanguardia del
proletariado; 6) la definición de nuestra época (estadio, período, etapa en términos de Mariátegui) como la del
imperialismo; 7) la definición del marxismo-leninismo como el método
revolucionario de nuestra época (etapa
en la terminología de Mariátegui); 8) la adopción por el Partido Socialista del
Perú del marxismo-leninismo; 9) la ligazón del Programa General y el Programa
Reivindicativo (“apropiarse de estas reivindicaciones y de esta doctrina”); 10)
la libertad del Partido para actuar pública y legalmente.
Los tres documentos
brevemente presentados constituyen una valiosa fuente de ideas y su estudio
permite comprender la concepción de José Carlos Mariátegui del Partido Socialista
del Perú, concepción de indudable actualidad.
Publicamos también,
como material adjunto, el séptimo capítulo del libro El Partido de Masas y de Ideas de José Carlos Mariátegui, del
compañero Eduardo Ibarra.
Comité
de Redacción.
Acuerdos
de la Reunión de La Herradura
1º- Constituir la
célula inicial del Partido, afiliado a la III Internacional, y cuyo nombre será
el de Partido Socialista del Perú, bajo dirección de elementos conscientemente
marxistas.
2º- Ayudar a la
célula de oposición sindical que Julio Portocarrero había organizado para
realizar las tareas y directivas fijadas en el V Congreso de la I.S.R.
3º- El Comité
Ejecutivo del Partido Socialista estará formado por la “célula secreta de los
siete”.
4º- Convocar a una
nueva reunión en la cual se incorporará a otros elementos.
Acuerdos
de la Reunión de Barranco
1º- Dejar
constituido el grupo organizador del Partido Socialista del Perú.
2º- Se nombró
Secretario General a Mariátegui; Secretario Sindical, Portocarrero; Secretario
de Propaganda, Martínez de la Torre; Tesorero, Bernardo Regman. Navarro e
Hinojosa fueron agregados a la Secretaría Sindical.
3º- Se aprobó la
siguiente moción de orden del día, redactada por Mariátegui:
“Los suscritos
declaran constituido un Comité que se propone trabajar, en las masas obreras y
campesinas, conforme a los siguientes conceptos:
1º- La organización
de los obreros y campesinos, con carácter netamente clasista, constituye el
objeto de nuestro esfuerzo y nuestra propaganda y la base de la lucha contra el
imperialismo extranjero y la burguesía nacional.
2º- Para la defensa
de los intereses económicos de los trabajadores de la ciudad y el campo, el
Comité impulsará activamente la constitución de sindicatos de fábrica, de
hacienda, etc., la federación de éstos en sindicatos de industria y su
confederación en una central nacional.
3º- La lucha
política exige la creación de un partido de clase, en cuya formación y
orientamiento se esforzará tenazmente por hacer prevalecer sus puntos de vista
revolucionarios clasistas. De acuerdo con las condiciones concretas actuales
del Perú, el Comité concurrirá a la constitución de un partido socialista,
basado en las masas obreras y campesinas organizadas.
4º- Para precaverse
de represiones y persecuciones desmoralizadoras, los sindicatos obreros y
campesinos gestionarán su reconocimiento por la Sección del Trabajo. En su
estatuto, su declaración de principios se limitará a la afirmación de su carácter
clasista y de su deber de contribuir a la fundación y mantenimiento de una
confederación general del trabajo.
5º- La organización
sindical y el Partido Socialista, por cuya formación trabajaremos, aceptarán
contingentemente una táctica de frente único o alianza con organizaciones o
grupos de la pequeña burguesía, siempre que éstos representen efectivamente un
movimiento de masas y con objetivos y reivindicaciones concretamente determinados.
6º- El Comité
procederá a la organización de comités en toda la república y de células en
todos los centros de trabajo, con relaciones estrictamente disciplinadas.
Principios
Programáticos del Partido Socialista
José Carlos
Mariátegui
El programa debe ser
una declaración doctrinal que afirme:
1º—El
carácter internacional de la economía contemporánea,
que no consiente a ningún país evadirse a las
corrientes de transformación surgida de las actuales
condiciones de producción.
2º—El carácter internacional
del movimiento revolucionario del
proletariado. El Partido Socialista adapta su
praxis a las circunstancias concretas del país; pero
obedece a una amplia visión
de clase y las
mismas circunstancias nacionales están subordinadas al ritmo de la historia mundial. La revolución de la independencia hace más de un siglo fue un
movimiento solidario de iodos los pueblos
subyugados por España; la revolución
socialista es un movimiento mancomunado de todos los pueblos oprimidos
por el capitalismo. Si la revolución liberal, nacionalista por sus principios, no pudo ser actuada sin una estrecha unión entre los países sudamericanos,
fácil es comprender la ley histórica que, en una época de más acentuada interdependencia y vinculación de las naciones, impone que la revolución
social, internacionalista en sus principios,
se opere con una coordinación mucho más disciplinada e intensa de los partidos proletarios. El manifiesto de Marx y Engels condensó el primer principio de
la revolución proletaria en la frase histórica:
"¡Proletarios de todos los países, uníos!".
3º—El agudizamiento
de las contradicciones de la economía capitalista. El
capitalismo se desarrolla en un pueblo
semi-feudal como el nuestro, en
instantes en que, llegado a la etapa de
los monopolios y del imperialismo, toda la ideología
liberal, correspondiente a la etapa de
la libre concurrencia, ha cesado de ser válida. El imperialismo no consiente a ninguno de estos
pueblos semi-coloníales, que explota como mercado
de su capital y sus mercaderías y como
depósito de materias primas, un programa económico de
nacionalización e industrialismo. Los obliga a la especialización, a la
monocultura. (Petróleo, cobre, azúcar,
algodón, en el Perú). Crisis que se
derivan de esta rígida determinación de la producción nacional por
factores del mercado mundial capitalista.
4°—El
capitalismo se encuentra en su estadio imperialista.
Es el capitalismo de los monopolios, del capital
financiero, de las guerras imperialistas por el
acaparamiento de los mercados y de las fuentes de
materias brutas. La praxis del socialismo
marxista en este período es la del marxismo-leninismo. El
marxismo-leninismo es el método revolucionario de la etapa del imperialismo y
de los monopolios. El Partido Socialista del
Perú, lo adopta como su método de lucha.
5º-
La economía pre-capitalista del Perú republicano
que, por la ausencia de una clase burguesa vigorosa
y por las condiciones nacionales e
internacionales que han determinado el lento
avance del país en la vía capitalista, no puede
liberarse bajo el régimen burgués, enfeudado
a los intereses imperialistas, coludido con la feudalidad gamonalista
y clerical, de las taras y rezagos de la
feudalidad colonial.
El
destino colonial del país reanuda su proceso.
La emancipación de la economía del país es posible únicamente por la acción de las masas proletarias,
solidarias con la lucha antiimperialista mundial. Sólo la acción
proletaria puede estimular primero y realizar después las tareas de la revolución democrático-burguesa-burguesa,
que el régimen burgués es incompetente para desarrollar y cumplir.
6º-El
socialismo encuentra lo mismo en la subsistencia
de las comunidades que en las grandes empresas agrícolas, los elementos de una
solución socialista de la cuestión
agraria, solución que tolerará en parte la explotación de la
tierra por los pequeños agricultores ahí donde
el yanaconazgo o la pequeña propiedad recomiendan dejar a
la gestión
individual, en tanto que
se avanza en la
gestión colectiva de la agricultura, las zonas donde ese género de explotación prevalece. Pero esto, lo mismo que el estímulo que se preste al libre resurgimiento del pueblo indígena, a la manifestación creadora de sus fuerzas y espíritu nativos, no significa en lo absoluto una romántica y anti-histórica
tendencia de
reconstrucción o resurrección del socialismo
incaico, que correspondió a condiciones históricas completamente superadas, y
del cual sólo quedan, como factor aprovechable dentro de una técnica de
producción perfectamente científica, los hábitos
de cooperación y socialismo de los campesinos indígenas. El socialismo presupone la técnica, la ciencia, la etapa capitalistas; y no puede importar el
menor retroceso en la adquisición de las
conquistas de
la civilización moderna, sino por el contrario
la máxima y
metódica aceleración de la incorporación de
estas conquistas en la vida nacional.
7°—Sólo el socialismo
puede resolver el
problema de una educación efectivamente
democrática e igualitaria, en virtud de la cual cada miembro de la sociedad reciba toda la instrucción a que su capacidad le de derecho. El
régimen educacional socialista es el único que puede aplicar plena v sistemáticamente
los principios de la escuela única, de la
escuela del trabajo, de las comunidades escolares, y en general de todos los ideales
de la pedagogía revolucionaria contemporánea,
incompatible con los privilegios de la escuela capitalista, que condena a las
clases a la inferioridad
cultural y hace de la instrucción
superior el monopolio de la riqueza.
8º- Cumplida su etapa democrático-burguesa, la revolución deviene en sus objetivos y en su doctrina
revolución proletaria. El partido del proletariado,
capacitado por la lucha para el ejercicio del poder y el desarrollo de
su propio
programa, realiza en esta etapa las tareas de la organización y
defensa del orden socialista.
9º- El Partido Socialista del Perú es la vanguardia del proletariado, la
fuerza política que asume la tarea de su
orientación y dirección en la lucha
por la realización de sus ideales de clase.
Reivindicaciones
Inmediatas
Reconocimiento amplio de la libertad de asociación, reunión y prensa obreras.
Reconocimiento del
derecho de huelga para todos los trabajadores.
Abolición
de la conscripción vial.
Sustitución de la ley de la vagancia por los artículos
que consideraban específicamente la cuestión de la vagancia en el anteproyecto del
Código
Penal puesto en vigor por el Estado, con la sola excepción de esos artículos, incompatibles con el espíritu y el criterio penal de la
ley especial.
Establecimiento de los Seguros Sociales y de la Asistencia Social del Estado.
Cumplimiento de las leyes de accidentes del trabajo, de
protección del trabajo de las mujeres y menores, de la jornada de ocho horas en las
faenas de la agricultura.
Asimilación
del paludismo en los valles de la costa a la condición de enfermedad
profesional, con las consiguientes
responsabilidades de asistencia para
el hacendado.
Establecimiento de la jornada de siete horas en las minas y en los trabajos
insalubres, peligrosos
y nocivos para la salud de los trabajadores.
Obligación
de las empresas
mineras y petroleras de reconocer a sus
trabajadores, de modo
permanente y efectivo, todos los derechos que les
garantizan las leyes del país.
Aumento de los salarios en la industria, la agricultura, las
minas, los transportes marítimos y terrestres y las
islas guaneras, en proporción con el costo
de la vida y con el derecho de los trabajadores
a un tenor de vida más elevado.
Abolición
efectiva de todo trabajo forzado o gratuito; y
abolición o punición del régimen semi-esclavista en
la montaña.
Dotación
a las comunidades de tierras de latifundios para la distribución entre sus miembros en proporción suficiente a sus necesidades.
Expropiación,
sin indemnización, a favor de las comunidades, de
todos los fundos de conventos y congregaciones religiosas.
Derecho de los yanaconas, arrendatarios, etc.,
que trabajen un
terreno más de tres años consecutivos, a obtener la adjudicación definitiva del uso de sus
parcelas, mediante anualidades no superiores al 60 por ciento del canon
actual de arrendamiento.
Rebaja, al menos en un 50 por ciento de este
canon, para todos
los que continúen en su condición de aparceros o arrendatarios,
Adjudicación
a las cooperativas y a los campesinos pobres de las tierras ganadas al cultivo por las obras agrícolas de irrigación.
Mantenimiento en todas partes, de los derechos reconocidos a los empleados por la ley respectiva.
Reglamentación
por una comisión partitaria, de los derechos de jubilación,
en forma que no implique el menor menoscabo de los establecidos en la ley.
Implantación del salario y sueldo mínimo.
Ratificación de la libertad de cultos y
enseñanza religiosa, al menos en los términos del artículo constitucional y consiguiente derogatoria del último decreto contra las escuelas no católicas.
Gratuidad de la enseñanza en todos sus grados.
Estas son las principales reivindicaciones
por las cuales el Partido Socialista luchará de inmediato. Todas ellas corresponden a perentorias
exigencias de la emancipación material e intelectual
de las masas. Todas ellas tienen que ser activamente
sostenidas por el proletariado y por los
elementos conscientes de la clase media. La libertad
del Partido para actuar pública y legalmente,
al amparo de la Constitución y de las garantías que ésta acuerda a sus
ciudadanos, para crear y difundir sin
restricciones su prensa, para realizar sus
congresos y debates, es un derecho reivindicado
por el acto mismo de fundación pública de esta agrupación. Los grupos estrechamente ligados que se dirigen hoy al pueblo, por medio de este manifiesto, asumen resueltamente, con la conciencia de un deber y una responsabilidad histórica, la misión de defender
y propagar sus principios y mantener y acrecentar
su organización, a costa de cualquier sacrificio.
Y las masas trabajadoras de la ciudad, el campo y las
minas y el campesinado indígena, cuyos
intereses y aspiraciones representamos en la lucha política, sabrán apropiarse de estas reivindicaciones y de esta doctrina, combatir
perseverante y esforzadamente por ellas y encontrar, a
través de cada lucha, la vía que conduce a la
victoria final del socialismo.
¡Defender
el Pensamiento de Mariátegui de toda tergiversación y desarrollarlo en función
de la realidad actual!
El
Concepto Mariateguiano de Partido de Masas y de Ideas
Eduardo Ibarra
I
En el primer capítulo hemos señalado que,
en carta a Moisés Arroyo Posadas, Mariátegui se refirió a su proyecto de fundar
“una agrupación definida, realista, de masas”, y que, en carta a César Vallejo,
subrayó su “empeño de dar vida a un partido de masas y de ideas”.
Pero, como lo hemos
señalado también, desde abril de 1922 hasta el 6 de octubre de 1928, Mariátegui
mantuvo el concepto de partido de clase (1), y, desde el 7 de octubre del mismo
año hasta marzo de 1930, señaló explícitamente el carácter de clase del PSP
(2).
Es decir, antes y después de las mencionadas cartas, el maestro se propuso un partido
marxista-leninista, de clase, y no un
partido de todos aquellos que se reclamaban, por sí y ante sí, del socialismo (3).
Partido de clase
significa partido adherido a la verdad universal del marxismo-leninismo. Y
partido de masas significa: 1) militancia masiva de obreros y campesinos; y, 2)
dirección efectiva sobre las amplias masas populares.
Si el carácter de
clase del Partido está determinado por su adhesión al marxismo-leninismo, su
forma de masas o de cuadros está determinada por las condiciones objetivas de
operatividad (4).
El partido de masas
se distingue por el hecho de que la inmensa mayoría de sus militantes no son
revolucionarios profesionales, pero que, en relación a las amplias masas
populares, tiene, de todas formas, la condición de dirigente. De otro modo se borraría la diferencia entre vanguardia y masas.
Así pues, sólo en
el marco de la relación entre los conceptos de partido de clase y partido de
masas, es posible entender realmente el concepto de “partido de masas y de
ideas” (5).
Entre el partido de
cuadros y el partido de masas no existe una barrera infranqueable. El partido
bolchevique, por ejemplo, fue un partido
de cuadros y de ideas en sus primeros años, pero después se transformó en
un partido de masas y de ideas.
El mismo PSP fue,
de hecho, un partido de cuadros y de ideas, aunque en el proyecto
mariateguiano fuese concebido como un partido de masas y de ideas, que es en lo
que hubiera tenido que convertirse (6).
En páginas
anteriores hemos señalado en qué consiste la condición de partido de ideas en
el proyecto mariateguiano. Pues bien. ¿Qué relación existe entre esta condición
y la forma de masas o de cuadros del partido?
Marx señaló que la
teoría deviene fuerza material una vez que prende en las masas. Por eso el
partido de clase deviene vanguardia cuando está dirigido por una teoría de
vanguardia, sea que se presente como partido de cuadros o de masas.
Esta es la relación
existente entre el concepto de partido de ideas y el partido de cuadros o de
masas.
Si nuestro libro
tiene el título que tiene, es porque era urgente revelar, en el pensamiento de
Mariátegui, la interpenetración de lo clasista y lo masivo en punto al PSP.
El resultado de
ello ha sido que, se reconozca o no, el proyecto de Mariátegui fue el de un partido de clase bajo la forma de partido de masas.
El concepto de
partido de masas y de ideas no tiene un valor exclusivamente nacional, como
creen algunos, sino un valor universal
en la medida que, en cualquier país del mundo, la revolución no es posible sino
a condición de ser dirigida por un partido de masas con una teoría de
vanguardia.
Lo expuesto hasta
aquí da cuenta del concepto mariateguiano de partido de masas y de ideas.
Es este concepto,
precisamente, el que deben asumir los continuadores de Mariátegui si quieren
llevar hasta el fin la Reconstitución.
II
Desde la segunda mitad de los ochenta,
Ramón García falsifica la identidad doctrinal de José Carlos Mariátegui y del
PSP a fin de hacer pasar de contrabando su “marxismo” sin leninismo y su proyecto de un partido doctrinariamente
heterogéneo.
Es decir le achaca
a Mariátegui sus propias posiciones revisionistas, y, como es obvio, este
criollo procedimiento lo pinta de cuerpo entero.
Puesto que el
carácter de clase del Partido está determinado por su doctrina, es claro que un
partido doctrinariamente heterogéneo no
es ni puede ser un partido de clase (7).
Precisamente el
proyectado partido del grupo revisionista es la materialización de un
“marxismo” sin leninismo en su ya
fundada instancia secreta, y, en su instancia pública por fundarse, sería la
materialización de diversas posiciones doctrinales. Esto es lo que llamamos
partido-amalgama.
Esta amalgama
doctrinal explica que los promotores de semejante partido quieran titularlo
socialista (8).
García ha escrito:
“La propia experiencia, la propia lucha enseñó a través de la investigación de
continuadores, que la Reconstitución se hundía en un círculo vicioso”.
“La ‘reconstitución’ ha devenido fiasco en el país” (9).
De esta forma
renunció a la tarea de la Reconstitución, y, en reemplazo de ella, ha levantado
su proyecto de “una organización de proyección nacional” (10).
Esta “organización
de proyección nacional” es concebida como el producto de la
“dilución-integración” del PCP (U), el PCP (PR), el PCP (SL), el PSP, el PST,
etcétera, etcétera (11).
¿Y qué ideas
centrales propone como línea de esa pretendida organización?
Pues las
siguientes: 1) marxismo a secas; 2) falsificación de la identidad doctrinal de
Mariátegui; 3) falsificación del contenido que tienen en la literatura
mariateguiana sobre el Partido los conceptos de socialismo, socialismo peruano,
partido de masas y de ideas; 5) falsificación de los conceptos de Creación
Heroica y Camino de Mariátegui; 5) suposición de que la acción legal municipal
es el camino al socialismo; 6) tergiversación de la verdad doctrinal y
organizativa del PSP; 7) partido de dos niveles orgánicos (negación del partido
de clase; abandono de la Reconstitución; empirismo bajo la idea de
“dilución-integración”; conculcación de la independencia ideológica, política y
organizativa del proletariado) (12).
Lo expuesto hasta
aquí expresa el vaciamiento que ha hecho García del concepto que encierra en
Mariátegui el término partido de masas y de ideas (13).
Vaciamiento que ha
significado embutir la frase mariateguiana de un concepto oportunista.
Y, luego de imponer
en su grupo semejante tergiversación, ahora pretende imponérsela a la izquierda
peruana, lado a lado con las posiciones recapituladas arriba.
Porque para García
y sus repetidores, la “organización de proyección nacional” es posible
únicamente bajo sus posiciones (14).
Pero, por cierto,
después del egotismo burgués de Abimael Guzmán (que en 1988 se autoproclamó “el
más grande marxista-leninista-maoísta viviente”), el egotismo burgués de Ramón
García (que en 2007 se autoproclamó “Yo el Supremo”), es cosa que difícilmente
podría sorprender al conjunto de la izquierda.
Notas:
[1] En abril de 1922, Mariátegui, César Falcón,
Palmiro Macchiavello y Carlos Roce organizaron en la ciudad italiana de Génova
un Comité, que, según señaló el segundo de los nombrados, formuló la iniciativa
de fundar el partido del proletariado peruano y consensuó un “acta
constitutiva” donde se consignó la adhesión “a los principios de la Tercera
Internacional” (Anuario Mariateguiano, Nº2, 1990, pp.23-32).
[2] Mariátegui señaló: “La lucha política exige
la creación de un partido de clase, en cuya formación y orientamiento se
esforzará tenazmente [el Comité] por hacer prevalecer sus puntos de vista
revolucionarios clasistas. De acuerdo con las condiciones concretas actuales
del Perú, el Comité concurrirá a la constitución de un partido socialista,
basado en las masas obreras y campesinas organizadas” (Moción aprobada por la
reunión del Grupo Organizador del PSP el 7 de octubre de 1928, en Martínez, Apuntes, t.II, p.398). “El P.S. es un
partido de clase, y por consiguiente, repudia toda tendencia que signifique
fusión con las fuerzas u organismos políticos de las otras clases. Condena como
oportunista toda política que plantee la renuncia momentánea del
proletariado a su independencia de programa y de acción, que en todo momento
debe mantenerse íntegramente” (Moción aprobada por la reunión del CC del
PSP del 4 de marzo de 1930, ibídem,
p.487). “El
socialismo no puede ser actuado sino por un partido de clase; no puede ser sino
el resultado de una teoría y una práctica socialistas” (OC, t.12, p.69).
[3] Este “por
sí y ante sí” tiene el mismo sentido crítico de la siguiente observación de
Mariátegui sobre el Comité de Propaganda y Organización Socialistas: “El grupo
tiende a asimilarse a todos los elementos capaces de reclamarse del
socialismo…” (t.13, p.99). Como se sabe, este Comité no tenía una definida base
de unidad, y, por esto, la incorporación a sus filas dependía de la simpatía
del aspirante por el socialismo en general. Pues bien, sin darse cuenta del
sentido crítico de la frase mariateguiana, el grupo revisionista la ha
parafraseado: en ocasión de su cuarto seminario, ha hecho un llamado a “los que
se reclaman del Socialismo Peruano”. Cualquiera puede darse cuenta, sin
embargo, que, con esa frase, dicho grupo se refiere al socialismo peruano de
Ramón García, con su marxismo a secas, su
Mariátegui tergiversado, su reestructuración del Estado burgués en sus bases
municipales y su partido doctrinariamente heterogéneo, y no, por supuesto,
al Socialismo Peruano de Mariátegui, con
su marxismo-leninismo, su unidad de la verdad universal y nuestra realidad
particular, su táctica y su estrategia revolucionarias y su partido
doctrinariamente homogéneo. A esta burda maniobra el grupo revisionista le
llama “poner los pies sobre la tierra”.
[4] Lo cual
significa que lo que determina el carácter de clase del Partido, es un factor interno, intrínseco a sus militantes: su ideología; mientras lo que determina
su condición de masas o de cuadros es un factor externo, extrínseco a sus militantes: las condiciones objetivas. En términos generales, puede decirse
que, en condiciones de dictadura abierta de la burguesía, el partido no puede
asumir sino la forma de partido de cuadros. Esto
tiene un valor relativo. Y, en condiciones de dictadura democrática, el
partido puede y debe asumir la forma de partido de masas. Esto tiene un valor absoluto.
[5] Tanto el partido de
cuadros como el de masas expresan un algo tercero: su carácter de clase.
[6] Si a la altura de
abril de 1930, o sea a año y medio de su fundación, el PSP no alcanzó una
militancia masiva (su escasa militancia campesina es una expresión de esto), en
cambio alcanzó una importante influencia entre las masas trabajadoras: CGTP,
Federación de Yanaconas. El PSP fue, pues, un partido de cuadros con una
influencia ciertamente importante entre las masas.
[7] Precisamente es el caso del proyecto de
partido de dos niveles. Heterogéneo en lo doctrinal, este pretendido partido no
puede reclamar para sí la condición de partido de clase: las diversas
tendencias que concurrirían en su interior, representarían los intereses de
distintas fracciones de clase, y no los intereses históricos del proletariado
revolucionario. Esto es una verdad elemental. Sin embargo, en una carta abierta
dirigida a Cesar Risso y al autor de estas líneas, Manuel Velásquez sostuvo que
“La idea de realizar un seminario… tiene como objetivo final… la constitución [de
un] partido de clase” (elipsis nuestras). Ciertamente este es un clamoroso caso
de demagogia, es decir, de política criolla.
[8] El nombre del Partido no es un problema
formal sino un problema de gran importancia política. La insistencia del grupo
revisionista en el nombre de socialista no es casual, precisamente porque dicho
nombre expresa el proyecto de un partido-amalgama.
[9] Organización: contenido y forma. Cursiva
en el original.
[10] No obstante
esta renuncia, el grupo revisionista hizo aparecer el término reconstitución en
su Propuesta de plan 2012-2018: “reconstitución del PS”, “El
Partido Socialista Peruano reconstituido”. Esto es otro caso de clamorosa
demagogia, es decir, de política criolla.
[11] Con respecto a
esta cuestión, cabe señalar que, en caso de que los partidos mencionados y los
implícitos en los etcéteras, no se autodisuelvan para integrarse en una
organización bajo las posiciones de Ramón García, se habría consumado un nuevo
fracaso del proyecto de partido del grupo revisionista.
[12] Esto demuestra
que García se ha aderezado su propio marxismo; su propio Socialismo Peruano; su
propio camino al socialismo; su propio concepto de partido de masas y de ideas.
El resultado de todo esto ha sido que, en lo ideológico, al marxismo-leninismo de
Mariátegui le opone su marxismo a secas; en lo teórico, al Socialismo Peruano de Mariátegui le opone
su propio “socialismo peruano”; en lo político, a la táctica y estrategia mariateguianas le opone su reestructuración
de las bases municipales del Estado
burgués; y, en lo orgánico, al modelo
mariateguiano de partido doctrinariamente homogéneo le opone su proyecto de un
partido de dos niveles, doctrinariamente heterogéneo. Todo esto significa
que, al Camino de Mariátegui, García le
opone su propio camino. Esto es lo que el grupo revisionista llama
“renovarse”. Por otro lado, queremos señalar que, conforme a nuestra convicción
dialéctica, no tenemos ningún complejo de reconocer algunos aciertos de García
relativos a puntos específicos, pero esta cuestión la examinaremos en otro
lugar. Por ahora solo es menester subrayar que dichos aciertos no justifican ni
pueden justificar ninguna asimilación de nadie a sus posiciones oportunistas y
revisionistas.
[13] A fin de negar
el marxismo-leninismo de Mariátegui y el PSP, García escribió: “Este término se
encuentra dos veces en la obra de JCM, y ambas indicando el método marxista, no
la doctrina” (El partido de Mariátegui). Pues bien, la frase partido de masas y de ideas
aparece en la literatura mariateguiana una sola vez, y no precisamente en
un documento de la importancia de Principios
programáticos del Partido Socialista, sino en una carta a César Vallejo.
Por lo tanto, si García fuese consecuente con su argumento estadístico, es
decir, con su lógica estadística, no
hubiese tenido que asumir aquella frase. Pero la ha asumido, aunque, como ha
quedado demostrado, vaciada de su contenido. El hecho, pues, de que, en este
caso, no haya aplicado su aludida lógica, demuestra que la misma no pasa de ser
un dudoso recurso enderezado a negar el marxismo-leninismo de Mariátegui. Si
del marxismo-leninismo se trata, “¡solo se encuentra dos veces en la obra de
JCM, solo se encuentra dos veces!”. Pero, si de utilizar la frase mariateguiana
de un partido de masas y de ideas se trata, “¡no importa que se encuentre una
sola vez en la obra de JCM, no importa que se encuentre una sola vez!”. Esta
doble contabilidad es prueba irrefutable de los métodos criollos de
García.
[14] De esto ya
tienen experiencia algunos activistas. Por otro lado, hay que anotar que la
dirección del grupo revisionista se califica a sí misma de “roja” (programa
máximo), mientras a aquellos con quienes pretende fundar el nivel público de su
partido-amalgama, los califica de “verdes” (programa mínimo). Esto demuestra
que, palabras adulantes aparte, a los activistas de las otras organizaciones y
tendencias los tiene en muy poca estima (ver Ramón García, Organización: nombre posible).
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