viernes, 2 de febrero de 2024

Economía

La Bonanza de la Burguesía Imperialista y la Crisis de los Trabajadores*

Cesar Risso

800.000 millones de dólares en manos de 5 personas. Este es uno de los resultados de la actual forma de organización de la sociedad. Es como un juego que tiene sus reglas. Así que, dados los resultados, debemos dar por terminado el “juego”. Pero para esto debemos de actuar de forma organizada. La conclusión de este perverso “juego” es la expropiación de los expropiadores, y la implementación de una nueva forma de organización de la sociedad.

¿Cuáles son las reglas del capitalismo? Pues es la explotación de los trabajadores a través de la compra y venta, en el mercado, de la fuerza de trabajo. Es el sistema de trabajo asalariado. A esto se le suma la propiedad privada de los medios de producción, lo que da derecho a estos propietarios de disponer de gran parte de la riqueza creada por los trabajadores directos.

Sin la comprensión de las leyes (“reglas”) del funcionamiento del capitalismo, veríamos la solución en la bondad y la ética de las personas que nos gobiernan, cuando más bien esta bondad y esta ética, no son otra cosa que el resultado, la creación del tipo de persona de “éxito” en una sociedad como la actual basada en la apropiación del trabajo ajeno. Esto es, en una sociedad individualista, la bondad y la ética, así como el conjunto de los valores que conducen al “éxito”, expresado en el dinero acumulado, es la manifestación máxima de estos valores. Vale decir que no se trata del bien o del mal que se le cause a los demás, sino de si se logra acumular gran cantidad de dinero, lo que define los valores correctos.

“Los milmillonarios son cada vez más ricos, la clase trabajadora pasa por grandes dificultades, y las personas en situación de pobreza viven atenazadas por la desesperación. Esta es la triste realidad de la economía mundial.”

Estos 800 mil millones de dólares, a 2 mil dólares mensuales por persona, servirían para sostener a 40 millones de personas durante 10 meses.

Hagamos algunos cálculos para apreciar lo que significa el capitalismo.

Si dividimos los 800 mil millones de dólares, que poseen las cinco personas más “ricas” del planeta, por el precio de la onza de oro, que cotiza a 1648,46 dólares, entonces, estas cinco personas serían dueñas del equivalente a 485 millones 301 mil 432 onzas de oro. Si tomamos el dato del precio de un día de trabajo de un trabajador peruano que gana el salario mínimo legal, que es de 1025 soles, le corresponde aproximadamente 40 soles por día; entonces, la riqueza de estos cinco capitalistas equivale a 46 millones 249 mil 227 jornadas de trabajo. Y, por último, si expresamos esta riqueza en horas de trabajo, resulta que estas cinco personas poseen el valor de 370 millones de horas de trabajo.

¿Cómo pasó esta enorme cantidad de trabajo a manos de estas cinco personas? Pues a través de las reglas del capitalismo. El propietario de los medios de producción tiene derecho de apropiarse del resultado del empleo de la fuerza de trabajo. Por eso, no se trata de personas buenas o malas, puesto que por bueno y generoso que sea el capitalista, tiene que apropiarse del resultado del esfuerzo de sus trabajadores; de lo contrario no sería capitalista. Se trata, entonces, de cambiar las reglas de la economía cambiando el sistema capitalista por el socialista.

Esta cifra de la enorme cantidad de trabajo materializado en dinero que se han apropiado estos cinco capitalistas, es solo un dato de la mucha información que configura los resultados de la economía capitalista actual.

El Informe de Oxfam Desigualdad S. A. El poder empresarial y la fractura global: la urgencia de una acción pública transformadora, bajo el subtítulo Un mundo cruel para la inmensa mayoría de las personas, describe en parte las consecuencias de la vigencia del sistema capitalista:

“Para la mayoría de las personas en todo el mundo, el inicio de esta década ha sido tremendamente difícil. En el momento de escribir este informe, 4.800 millones de personas son más pobres hoy que en 2019. Para las personas más pobres (generalmente mujeres, personas racializadas y grupos excluidos de la sociedad), la vida cotidiana se ha vuelto aún más difícil. La desigualdad mundial, es decir, la brecha entre el Norte y el Sur global ha crecido por primera vez en 25 años. Los precios están superando a los salarios en todo el mundo: cientos de millones de personas ven cómo cada mes sus salarios dan para menos y sus perspectivas de un futuro mejor se disipan. El colapso climático, impulsado por los súper ricos, está aumentando drásticamente la desigualdad global. Las protestas y huelgas de las y los trabajadores han acaparado titulares y portadas en numerosas ocasiones. A los Gobiernos les resulta imposible mantener sus finanzas a flote ante el aumento de la deuda y la escalada de los precios de las importaciones de combustible, alimentos y medicinas. Los países de renta baja y de renta media-baja desembolsarán cerca de 500 millones de dólares diarios de aquí a 2029 en concepto de intereses y pagos de deuda, y tendrán que hacer drásticos recortes en el gasto para poder pagar a sus acreedores. Con frecuencia, estos recortes tienen un impacto especialmente perjudicial para las mujeres.”

La contrapartida de estas consecuencias está en el beneficio que obtienen los grandes capitalistas, quienes explotan directamente e indirectamente a los trabajadores, como resultado de lo cual acumulan la riqueza creada por los trabajadores, pero que por las “reglas de juego” va a parar a manos de los capitalistas, amparados por la ley.

En el mismo Informe, con el subtítulo Un mundo maravilloso para una reducida minoría, se resume la situación de los responsables de la penuria que viven las clases trabajadoras:

“Entretanto, el enorme aumento de la riqueza extrema observado desde 2020 se ha hecho patente. La riqueza de los milmillonarios se ha incrementado en 3,3 billones de dólares (es decir, en un 34 %) desde el inicio de esta década de crisis; una fortuna que crece a un ritmo tres veces mayor que la tasa de inflación. Esta riqueza se concentra en el Norte global. Si bien solo el 21 % de la humanidad vive en países del Norte, estos albergan el 69 % de la riqueza privada y el 74 % de la riqueza milmillonaria del mundo. Los otros grandes ganadores en este período de crisis son las grandes empresas multinacionales. Para estas, al igual que para los súper ricos, las dos últimas décadas han sido extraordinariamente lucrativas, y los últimos años han sido aún mejores: los beneficios de las mayores empresas experimentaron un aumento del 89 % entre 2021 y 2022. Datos recientes muestran que el año 2023 está a punto de batir todos los récords como el más rentable hasta la fecha. El 82 % de estos beneficios acaban en manos de accionistas, quienes se encuentran en su inmensa mayoría entre las personas más ricas.”

El cada vez más rápido aumento de la riqueza de la burguesía se debe a la agudización de la explotación de los trabajadores. La incorporación de máquinas de última generación, de mayor rendimiento, que exige del trabajador mayor desgaste por unidad de tiempo, como la reducción de las remuneraciones de los trabajadores, apuntan a una mayor extracción de plusvalía.

Tenemos, pues, la causa (el capitalismo) y la consecuencia (explotación de las clases trabajadoras, pobreza, etc). Falta la solución, que tiene propuestas variadas. En el caso de Oxfam, su propuesta aparece en el subtítulo del Informe: La urgencia de una acción pública transformadora. Si como acción pública se refiere al Estado, entonces o cometen un grave error, puesto que el Estado actual es un Estado capitalista, o, lo que es más plausible, son socialdemócratas y en consecuencia representan políticamente a la pequeña burguesía, y por lo tanto no salen del marco del capitalismo, pero planteando algunas mejoras para las clases trabajadoras y los sectores afectados. Es decir, proponen un capitalismo que ataje sus desmanes. Pero resulta que los desmanes del capitalismo, sus excesos, son precisamente las leyes económicas del sistema capitalista. Y estas leyes no se pueden mitigar, ni abolir, puesto que para que esto suceda tendría que superarse el capitalismo, reemplazarse por el socialismo. Esto último es justamente lo que propone la posición proletaria.

Los intelectuales a sueldo de la burguesía promueven la idea del libre mercado, a pesar del dominio de los monopolios. Sin embargo, lo que realmente quieren, a través de la consigna del libre mercado, es la libertad de los monopolios.

“Los propietarios milmillonarios utilizan este control para garantizar que el poder empresarial no deje de crecer gracias a una mayor concentración y monopolio del mercado, con el beneplácito de los Gobiernos. Este mayor poder empresarial se centra, a su vez, en proporcionar rendimientos cada vez mayores para los propios accionistas, a expensas del resto.”

Según Oxfam, son cuatro los mecanismos que promueven e implementan los grupos económicos de poder para sostener y ampliar las ganancias de sus enormes negocios: Concentrando las ganancias en las empresas monopólicas y perjudicando a los trabajadores con cada vez menores remuneraciones; pagando cada vez menos impuestos, a través de la evasión y la elusión; privatizando las empresas públicas; y, destruyendo el medio ambiente por medio de la extracción de los recursos.

Cada uno de estos mecanismos es parte de las políticas que los gobiernos implementan para favorecer a la burguesía imperialista. Para esto han creado toda una organización encabezada por los Estados, seguida de las leyes, de intelectuales a sueldo, y sumisos y genuflexos personajes, que se disputan las migajas que la gran burguesía planetaria les lanza.

Toda la riqueza creada por los trabajadores en el mundo, pasa a manos de la burguesía imperialista, la que se atribuye la propiedad de la misma remunerando cada vez menos a los trabajadores.

Citemos del Informe lo que dice acerca de la evasión y elusión de impuestos:

“Las grandes empresas y sus ricos propietarios también impulsan la desigualdad al emprender una guerra fiscal sostenida y ampliamente eficaz. Los tipos nominales del impuesto sobre la renta empresarial en los países de la OCDE se han reducido a más de la mitad desde 1980. La planificación fiscal agresiva, el abuso de los paraísos fiscales y los incentivos resultan en tipos impositivos sobre la renta empresarial mucho más bajos, con frecuencia próximos a cero.”

Por eso es que aparecen personajes como el actual presidente de Argentina, que afirma que los impuestos son un robo.

La gigantesca riqueza creada por las clases trabajadoras del planeta, que se encuentra en manos de la burguesía imperialista, vía el sistema capitalista, se ha vuelto en contra de los trabajadores al cederles el poder concentrado del dinero. ¿Habría riqueza si el dinero desapareciese? Claro que sí. La riqueza está en el trabajo vivo. Pero debido a que todo lo que existe es obra de los trabajadores, es necesario expropiar a los expropiadores para reanudar el progreso de la humanidad.

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(*) Todas las citas han sido tomadas de: https://www.oxfam.org/es/informes/desigualdad-sa [Publicado por Oxfam GB para Oxfam Internacional. DOI: 10.21201/2024.000007 Oxfam GB, Oxfam House, John Smith Drive, Cowley, Oxford, OX4 2JY, UK].

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