sábado, 1 de julio de 2023

Economía

El Velado Reconocimiento de la Crisis Económica

Cesar Risso

LAS PROYECCIONES del crecimiento de la producción (PBI) en nuestro país para el año 2023, difieren de una entidad a otra, aunque todas coinciden en corregir a la baja dichas proyecciones. Por ejemplo, el BCR considera que el PBI crecerá este año en 2,2%, luego de haber planteado una tasa de crecimiento de 3%, y posteriormente de 2,6%. El Banco de Crédito (BCP) estima que el crecimiento será de 1,3%, cuando originalmente consideró que sería de 1,8%. Mientras tanto, el Instituto Peruano de Economía (IPE) llega a calcular una tasa de crecimiento del PBI de 1,7%.

Como podemos apreciar, hay un reconocimiento de que la producción en la primera mitad del año ha caído. Esta disminución de la producción tiene consecuencias como la disminución del empleo. Aunque la medición del empleo da cada vez menos información veraz. El nivel de informalidad, así como la búsqueda de soluciones ajenas al mercado laboral formal por parte de la población, elimina de la PEA (población económicamente activa) a buena parte de la fuerza laboral. En otras palabras, el nivel de desempleo que se calcula por parte del INEI es menor al real, con lo cual se logra presentar un panorama menos grave de lo que es.

Cuánto significa esta rectificación del crecimiento de la producción:

“Si ha estado atento a la información económica, sabrá que el Banco Central (BCR) redujo su pronóstico de crecimiento del producto bruto interno (PBI) de 2,6% a 2,2% para este año. A primera instancia, pareciera que no fuera gran cosa reducir algo en 0,4%, hasta que recordamos que esto es el equivalente a perder 4.000 millones de soles, o unos 400 soles al año por hogar.”1

Si realizamos algunos cálculos aproximados, se tiene que la reducción mensual sería de un poco más de 33 soles por hogar; considerando el pago a la seguridad social y al sistema de pensiones, así como la inflación, entonces el salario mínimo quedaría reducido a 803 soles. Este es uno de los impactos de la crisis económica que estamos viviendo. Menos empleo y menos capacidad de compra.

Si la inversión privada ha caído en 12% en el primer trimestre de este año, entonces, además de lo que hemos comentado, las expectativas de ganancias de los empresarios han disminuido. Esto se refleja en la proyección del BCR del aumento de la inversión, que baja de 1% a -0,5%. Sin embargo, estas proyecciones se basan en que el segundo semestre sea favorable, lo cual no se puede predecir, puesto que el nivel de incertidumbre es alto. Por ejemplo, la magnitud del impacto del fenómeno del Niño, así como las protestas por sacar a Dina Boluarte, entre otras luchas del pueblo.

La situación de crisis tiene varios mecanismos, pero en el fondo es el resultado de la búsqueda de ganancias por parte de la burguesía. Si la tasa de ganancia está por debajo de la esperada, entonces la inversión disminuirá, con lo cual impactará sobre la producción. Es decir, dado que la burguesía no puede alcanzar el objetivo de ganar más, entonces arrastra a todo el país a la recesión. Si la burguesía se hunde, nos hundimos todos.

Pero esto es así en el capitalismo. Como se puede apreciar, por las proyecciones de las entidades burguesas, vemos que el capitalismo entra en periodos de crisis, tanto a nivel nacional como a nivel mundial, afectando la vida de las clases trabajadoras y del pueblo en general. Así las cosas, pareciera que el mensaje es: si la burguesía no gana, el pueblo no come. Aunque, como ya sabemos por la pandemia, el sector de productores campesinos es capaz de sostener la alimentación al margen de la burguesía.

Veamos la preocupación de la burguesía respecto de la situación económica que estamos atravesando:

“La caída de la economía peruana en el inicio del 2023 (-0,4%) esconde importantes diferencias al interior del país: 17 regiones mostraron un crecimiento negativo, lo que es solo comparable a los resultados causados por la pandemia en el 2020. Peor aún, siete regiones –incluida Lima– entraron en recesión técnica al acumular dos trimestres de caídas consecutivas.”2

No obstante la gravedad de la situación, las expresiones que se utilizan tratan de aminorar la percepción de la magnitud de la crisis. Por ejemplo, cuando dicen “crecimiento negativo”; o cuando describen la crisis como si solo fuera de 17 regiones, cuando es la crisis económica del país en su conjunto.

La práctica de la burguesía para afrontar la crisis consiste en hacerla recaer sobre las clases trabajadoras. El aviso sobre esto ya está dado.

La revista ECONOMIÁ lanzó el pasado mayo el siguiente titular: “Reducir la pobreza a niveles antes del Covid-19 llevaría 30 años.”3 Pues bien, ya sabemos que todo el esfuerzo de política económica va a estar orientado a enfrentar la situación de crisis. La política económica, en el actual sistema capitalista, consiste en favorecer en la obtención de mayor ganancia a la burguesía. Es decir, se van a promover medidas que aumentan la explotación de los trabajadores. Y la propaganda burguesa nos dirá que es necesario que así sea, pues es la única forma de aumentar la producción y el empleo, y, finalmente de reducir la pobreza.

Sin embargo, la crisis económica en el capitalismo es un fenómeno cíclico. Resulta entonces que las crisis son inevitables. En el intento de comprender la esencia de las crisis la burguesía evalúa una serie de explicaciones. Consideremos dos aspectos que toca la burguesía en este sentido.

Con el título La maldición de los recursos naturales, Miguel Palomino describe lo siguiente:

“En segundo lugar, y aquí viene la madre del cordero, todos los estudios sobre la maldición de los recursos naturales discuten ampliamente que la superabundancia de recursos fiscales atrae a la corrupción siempre dispuesta a beneficiarse del abundante dinero público. Así, vemos que la supuesta maldición de los recursos naturales es en verdad en el Perú una maldición de los recursos fiscales. Desde 1991, el presupuesto público se ha multiplicado por 9, ajustado por inflación. Cosa parecida sucede con las municipalidades y ni hablar de los gobiernos regionales que antes no existían, y hoy manejan ingentes cantidades en manos de quien logre elegirse.”4

En otras palabras, mayor ingreso para el Estado como resultado de los impuestos que pagan las empresas transnacionales que extraen minerales de nuestra tierra, invita a la corrupción. Aquí hay dos conclusiones falsas. Primero, las empresas mineras pagan muy pocos impuestos, pues terminan devolviéndoselos; y segundo, que con mayores o menores ingresos del Estado, la corrupción se ha hecho consustancial al capitalismo peruano.

Pero el autor señala, además, que los mayores ingresos de dólares por la exportación de los minerales, provoca la caída del tipo de cambio.

“El factor económico a que nos referimos es que la enorme exportación de petróleo trae una abundancia de dólares presionando a la baja su precio. Con eso resulta muy difícil competir con las importaciones. En sencillo (y a riesgo de simplificar), mejor es no producir casi nada e importar casi todo barato, pues siempre habrá con qué pagarlo.”5

Lo que manifiesta el autor es que, al tener elevados ingresos por las exportaciones de los recursos naturales, entonces cae significativamente el precio del dólar y por lo tanto las importaciones se hacen mucho más baratas, a tal punto que sería más provechoso comprar en el exterior todos los bienes en lugar de producirlos en el interior del país.

Estas reflexiones, que tienen cierto asidero, revelan algunas de las contradicciones que se presentan en el sistema capitalista. Tener considerables volúmenes de recursos naturales es hasta cierto punto perjudicial. Tener elevados ingresos fiscales, precisamente por los recursos naturales, también lo es. Lo que hace que esto sea así es el capitalismo. Como lo que reina en este sistema es la anarquía de la producción, entonces las empresas pugnan por arrebatarse las ganancias entre ellas, y los países entran en la pugna a través de las medidas de política económica y, poniendo a disposición de las grandes empresas sus fuerzas armadas para amenazar o simplemente saquear a los países que poseen estos recursos.

Si no estuviese de por medio la ley económica fundamental del capitalismo, entonces los recursos naturales tendrían un uso racional en función de las necesidades de toda la población; pero en este sistema lo que mueve a la economía es la ganancia.

Así, buscando ganar cada vez más la burguesía del mundo no hace otra cosa que provocar crisis cada vez más agudas. No entienden que sus móviles egoístas son la causa de las crisis económicas. Así funciona el capitalismo, y así seguirá hasta que llegue a su fin.

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(1) https://www.ipe.org.pe/portal/el-pais-que-olvido-como-crecer/

(2) https://www.ipe.org.pe/portal/siete-regiones-entraron-en-recesion-durante-el-primer-trimestre-del-2023/

(3) https://www.revistaeconomia.com/reducir-la-pobreza-a-niveles-antes-del-covid-19-llevaria-30-anos/.

(4) https://www.ipe.org.pe/portal/la-maldicion-de-los-recursos-fiscales/

(5) Ibidem.

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