sábado, 3 de diciembre de 2022

Política

La Obra de Mao Zedong y el Revisionismo Chino 

(Primera Parte) 

Eduardo Ibarra

I

El Comité Central del Partido Comunista de China, el Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional de la República Popular de China, el Consejo de Estado de la República Popular de China y la Comisión Militar del Comité Central del Partido Comunista de China, adoptaron el 8 de octubre de 1976 la «Decisión sobre la publicación de las obras escogidas de Mao Tsetung y sobre los preparativos para la publicación de las obras completas de Mao Tsetung».

En esta «Decisión» se dice:


Durante más de medio siglo, conforme al principio de integrar la verdad universal del marxismo-leninismo con la práctica concreta de la revolución, el gran líder y maestro el Presidente Mao Tsetung heredó, defendió y desarrolló el marxismo-leninismo en los diversos aspectos y enriqueció el tesoro teórico del marxismo, al dirigir las grandes luchas por cumplir la revolución de nueva democracia y realizar la revolución y construcción socialistas en nuestro país, en las grandes luchas contra las líneas oportunistas de derecha y de “izquierda” en el seno del Partido, y en las grandes luchas contra el imperialismo, contra el revisionismo contemporáneo que tiene como centro a la camarilla renegada revisionista soviética y contra los reaccionarios de diversos países. Las obras del Presidente Mao son imperecederos documentos del marxismo-leninismo. La publicación de las obras del Presidente Mao tiene gran importancia inmediata y significado histórico de largo alcance para que el pueblo de las diversas nacionalidades de nuestro país cumpla el legado del Presidente Mao y lleve hasta el fin la causa revolucionaria proletaria y para la causa de la liberación del proletariado y de las naciones y pueblos oprimidos del mundo entero, y constituye un gran acontecimiento en la historia del desarrollo del marxismo. Debemos esforzarnos de manera seria y concienzuda por realizarla bien. («Gloria eterna al gran líder y maestro el presidente Mao Tsetung”, Ediciones en Lenguas Extranjeras, Pekín, 1976, p. 31).

En abril de 1977 apareció la primera edición del V tomo de las Obras escogidas de Mao, con una «Nota Aclaratoria” firmada en marzo del mismo año por la «Comisión del Comité Central del Partido Comunista de China para la Recopilación y Publicación de las Obras del Presidente Mao Tsetung».

        En esta «Nota» se afirma:


En cumplimiento de la decisión del Comité Central del Partido Comunista de China, sale ahora el quinto tomo de Obras Escogidas de Mao Tsetung y se publicarán, sucesivamente, los tomos siguientes. (Obras escogidas de Mao Tsetung, t. V, ELE, Pekín, 1977, p. 5)

En el mismo lugar se sostiene lo siguiente sobre el contenido del V tomo:


La más grande contribución teórica del camarada Mao Tsetung en este período [inaugurado por la fundación de la República Popular de China] consiste en que, habiendo sintetizado de manera sistemática la experiencia histórica de la dictadura del proletariado en nuestro país y en el terreno internacional y habiendo analizado las contradicciones, las clases y la lucha de clases en la sociedad socialista a la luz del concepto fundamental de la dialéctica materialista –la unidad de los contrarios–, elucidó las leyes del desarrollo de la sociedad socialista y creó la gran teoría de la continuación de la revolución bajo la dictadura del proletariado. Las nuevas ideas y conclusiones del camarada Mao Tsetung sobre la revolución proletaria y la dictadura del proletariado han enriquecido enormemente el arsenal teórico del marxismo-leninismo en los dominios de la filosofía, la economía política y el socialismo científico. Ellas no sólo han señalado a nuestro pueblo el camino fundamental a seguir para consolidar la dictadura del proletariado, prevenir la restauración capitalista y construir el socialismo, sino que encierran un significado mundial grandioso y de largo alcance (ibídem, pp. 5-6).

La publicación del V tomo de las Obras escogidas de Mao fue todo lo que hizo la mencionada Comisión, la cual no solo no ha publicado hasta hoy los tomos siguientes de tales Obras escogidas, sino que tampoco dio inicio a la publicación de las Obras completas de Mao. Y, como es obvio, desde la fecha de la «Decisión» citada arriba hasta el día de hoy, han pasado 45 años. ¡Casi medio siglo!(1)

Pero se entiende que ello haya ocurrido, pues luego de copar completamente el CC del PCCh, en la VI Sesión Plenaria del XI Comité Central de este partido (27 de junio de 1981), los revisionistas aprobaron, por unanimidad, una «Resolución» donde se afirma:


El VIII Congreso Nacional del Partido, que se celebró en septiembre de 1956, fue todo un éxito. El Congreso señaló: En nuestro país se ha establecido, en lo fundamental, el sistema socialista; debemos seguir luchando por… la realización total de las transformaciones socialistas y la liquidación final del sistema de explotación del hombre por el hombre y por la eliminación de las fuerzas remanentes de la contrarrevolución, pero la contradicción principal en el país ya no es entre la clase obrera y la burguesía, sino la contradicción entre las demandas del pueblo por un rápido desarrollo económico y cultural y el grado de desarrollo económico y cultural que no puede satisfacer esas demandas; la tarea principal de todo el pueblo consiste en concentrar los esfuerzos en el desarrollo de las fuerzas productivas sociales, en la industrialización del país y en la satisfacción gradual de las crecientes demandas materiales y culturales del pueblo; aunque existe todavía la lucha de clases y es necesario seguir fortaleciendo la dictadura democrática popular, la tarea fundamental de ésta última ya pasó a ser la protección y el desarrollo de las fuerzas productivas en las nuevas relaciones de producción.… La línea trazada por el VIII Congreso fue correcta y señaló el rumbo tanto para el desarrollo de la causa socialista como para la construcción del Partido en el nuevo período.

En la X Sesión Plenaria del VIII CC del Partido, celebrada en septiembre de 1962, el camarada Mao Zedong exageró la lucha de clases existente dentro de una esfera determinada de la sociedad socialista, considerándola como algo absoluto. Así pues, desarrolló sus puntos de vista, que ya habían sido expuestos luego de la lucha contra los derechistas en 1957, en el sentido de que la contradicción entre el proletariado y la burguesía seguía siendo la contradicción principal en nuestra sociedad y llegó a afirmar que, a lo largo de todo el período del socialismo, la burguesía no dejaría de existir y de pretender la restauración de su dominación, y que en esto se hallaba el origen del revisionismo en el seno del Partido.

La “revolución cultural” que transcurrió desde mayo de 1966 hasta octubre de 1976, acarreó al Partido, al Estado y al pueblo el más grave revés y pérdida conocidos desde la proclamación de la Nueva China. Fue iniciada y dirigida por el camarada Mao Zedong. Los argumentos principales esgrimidos por el camarada Mao Zedong fueron como sigue: Un nutrido grupo de representantes de la burguesía y revisionistas contrarrevolucionarios se habían infiltrado en el Partido, el gobierno, el ejército y los diversos sectores del campo cultural. La dirección de la gran mayoría de las entidades ya no estaba en manos de marxistas y de las masas populares. Los dirigentes seguidores del camino capitalista en el seno del Partido habían formado en el CC un cuartel general burgués, el cual se atenía a una línea política y organizativa revisionista y tenía colocados sus agentes tanto en las provincias, municipios y regiones autónomas como en los departamentos centrales. Las luchas realizadas en el pasado no habían logrado solucionar el problema y sólo se podría recuperar el poder usurpado por los dirigentes seguidores del camino capitalista desplegando una revolución cultural orientada a movilizar a las grandes masas para exponer de manera abierta y de abajo hacia arriba ese cuadro sombrío en todos sus aspectos. Se trataba, en esencia, de una revolución política para el derrocamiento de una clase por otra. Semejante revolución debería realizarse varias veces más en el futuro. Estos argumentos fueron expuestos principalmente en la “Circular del 16 de Mayo”, considerada como documento programático de la “revolución cultural”, y en el informe político ante el IX Congreso Nacional del Partido. Se los consagró en los términos conocidos como “teoría sobre la continuación de la revolución bajo la dictadura del proletariado”, de manera que la fórmula “la continuación de la revolución bajo la dictadura del proletariado” revistió un sentido específico. Estos erróneos argumentos de desviación izquierdista del camarada Mao Zedong para iniciar la “revolución cultural” se salieron evidentemente de la órbita del pensamiento Mao Zedong, que es la integración de los principios universales del marxismo-leninismo con la práctica concreta de la revolución china.

Los sucesos de la “revolución cultural” demuestran que los principales argumentos que el camarada Mao Zedong esgrimió para iniciarla no correspondían ni al marxismo-leninismo ni a la realidad de China, por cuanto la valoración que hizo de la situación de las clases en nuestro país y de la situación política del Partido y el Estado en aquel período fue completamente errónea.

Bajo el sistema socialista no existe ni base económica ni base política para realizar una llamada gran revolución política que conlleve el “derrocamiento de una clase por otra”.

El IX Congreso Nacional del Partido legalizó la errónea teoría y práctica de la “revolución cultural” … Fue errónea la orientación del IX Congreso Nacional del Partido en los terrenos ideológico, político y organizativo.

En 1970-1971, la camarilla contrarrevolucionaria de Lin Biao intentó arrebatar el Poder supremo y montar un golpe de Estado armado contrarrevolucionario. Este suceso fue una consecuencia de la “revolución cultural”, que había echado abajo toda una serie de principios básicos del Partido, y fue una expresión objetiva del fracaso de esa revolución tanto en la teoría como en la práctica… El X Congreso Nacional del Partido siguió con los errores de izquierda del IX Congreso…

Con respecto a la “revolución cultural”, un grave error de desviación izquierdista, de carácter general y de larga duración, el camarada Mao Zedong debía cargar con la responsabilidad principal. Sin embargo, el error del camarada Mao Zedong fue, en fin de cuentas, un error cometido por un gran revolucionario proletario.

Después de una amplia y concienzuda labor de investigación, hemos rehabilitado al camarada Liu Shaoqi…

Se ha abolido la llamada “gran competencia de ideas, gran apertura de opiniones, gran debate y dazibao”, desfavorables para el fomento de la democracia socialista.

En modo alguno permitiremos la repetición de ningún caos tipo “revolución cultural”, sean cuales fueren los límites en que ocurra. (Resolución sobre algunos problemas en la historia del PCCH (1949-1981), ELE, Beijing, 1981, pp. 25-26, 33-34, 36-37, 37-38, 40, 42-43, 46, 60, 61, 89-90) 

Así, pues, el XI Comité Central del PCCh «desagravió» el VIII Congreso de este partido «reivindicando» la tesis revisionista según la cual la contradicción principal en China ya no es entre el proletariado y la burguesía, sino «entre las demandas del pueblo por un rápido desarrollo económico y cultural y el grado de desarrollo económico y cultural que no puede satisfacer esas demandas». 

Pero además –y en consonancia con lo anterior– aquello de que «La más grande contribución teórica del camarada Mao Tsetung [en el período del socialismo] consiste en que… creó la gran teoría de la continuación de la revolución bajo la dictadura del proletariado» («Nota aclaratoria»), fue sustituido por la afirmación según la cual esta teoría es una «desviación izquierdista, de carácter general y de larga duración», una «errónea teoría y práctica», un «caos». («Resolución»). 

        Por eso la «rehabilitación» de Liu Shaoqi era cosa que caía por su propio peso. Y lo mismo la abolición de la «gran competencia de ideas, gran apertura de opiniones, gran debate y dazibao». 

Así las cosas, la afirmación según la cual «el error del camarada Mao Zedong fue, en fin de cuentas, un error cometido por un gran revolucionario proletario», se revela como uno de esos trucos propios de los revisionistas de todos los tiempos: simular ponderación para liquidar mejor el pensamiento revolucionario y, en el caso de que tratamos, el pensamiento de Mao. ¿Acaso este pensamiento no ha sido reemplazado por el pensamiento de Deng Xiaping? 

Por eso la dirección revisionista china dice que «Bajo el sistema socialista no existe ni base económica ni base política para realizar una llamada gran revolución política que conlleve el “derrocamiento de una clase por otra”.» 

Con base en esta conjetura, los revisionistas chinos prometen que «En modo alguno [permitirán] la repetición de ningún caos tipo “revolución cultural”, sean cuales fueren los límites en que ocurra.» 

Estas afirmaciones son expresivas de una oposición rabiosa a la más grande contribución de Mao al marxismo-leninismo: la teoría de la continuación de la revolución bajo la dictadura del proletariado, así como son igualmente expresivas del camino restauracionista que tiene como órbita la teoría revisionista de las fuerzas productivas. 

Analicemos, pues, a la luz de la teoría marxista, estas afirmaciones de los revisionistas chinos.


10.01.2021.

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