La
Ignorancia, la Incapacidad y el Rol técnico-político del BCR
Cesar
Risso
LA PRESENTACIÓN en el
Congreso del presidente del Banco Central de Reserva, ha generado preocupación
y burlas, simultáneamente.
Los
congresistas que formularon preguntas a Julio Velarde, lo hicieron buscando respuestas
a una serie de problemas que se viven en nuestro país. Por ejemplo, el problema
del empleo, de las bajas remuneraciones, del uso de los más de 82 mil millones
de dólares de reservas internacionales, etc. No son estas las preguntas que
debe responder el presidente del BCR. Sin embargo, la política monetaria, que
sí le corresponde, debe atender la política del gobierno para superar estos
problemas. Aunque, como bien sabemos, no es de interés del gobierno atender las
demandas de las clases trabajadoras, salvo como propaganda política.
De
qué se encarga el BCR, pues de regular la cantidad de dinero en la economía,
para mantener la estabilidad de precios, entre otras tareas.
Qué
ocurre cuando hay más dinero del que, según la estructura económica de nuestro
país, se requiere. En ese caso se presenta la inflación, pues hay mayor
demanda. Y si hubiera menor cantidad de dinero, entonces los precios caerían.
Por lo tanto, el BCR tiene que desarrollar los cálculos que le permitan saber
cuánto dinero se requiere en cada momento.
La
pregunta que nos formulamos es la siguiente: ¿Se puede a través de la política
monetaria coadyuvar a mejorar las condiciones materiales de existencia de las
clases trabajadoras?
El
aumento de la cantidad de dinero en la economía no agrega ni un átomo de
riqueza. Mas bien, cuando aumenta la masa monetaria, sin que la producción
aumente, dejando de lado otros elementos, puede provocar inflación. Y, dado que
las remuneraciones, para los trabajadores formales, no aumentan sino después de
la negociación colectiva, que se realiza una vez al año, disminuiría la
capacidad de compra de las clases trabajadoras formales, y más aún la capacidad
de compra de las clases trabajadoras informales y del pueblo en general.
La
situación radica en si el dinero que se emite es para gasto o para inversión.
Incluso, si fuera para gasto, al aumentar la demanda por la mayor masa
monetaria, esto sería una señal para los burgueses particulares para aumentar la
producción, así como para invertir en la adquisición de maquinaria, con lo cual,
se incrementaría la producción, generando el crecimiento económico. Esto
traería aparejado el aumento del empleo. En este punto juega un papel
importante el tipo de cambio. Las máquinas se adquieren en el exterior. En
consecuencia, si el tipo de cambio es alto, entonces se encarece la inversión; por
el contrario, si el tipo de cambio es bajo, entonces se estimularía la
adquisición de maquinaria.
Sin
embargo, mirando más ampliamente el asunto del tipo de cambio, al subir, se
verían favorecidos los exportadores, que al cambiar los dólares recibirían más
soles por ellos y, en consecuencia, aumentaría su poder adquisitivo. Pero, a la
vez, se verían perjudicados los importadores, pues conseguirían dólares más
caros para pagar los bienes y servicios adquiridos en el exterior. Lo contrario
sucedería si disminuye el tipo de cambio, perjudicándose los exportadores y
beneficiándose los importadores.
Tanto
en el caso de la cantidad de dinero en la economía, como en el precio del
dólar, el Banco Central de Reserva tiene un papel importante que cumplir. Con
la política monetaria se frena o desacelera la caída de los precios, así como
se frena o desacelera la inflación, siempre que corresponda a causas internas.
En el caso del tipo de cambio, a través de la compra de dólares, el BCR frena
la baja del tipo de cambio, y con la venta de dólares frena el alza del tipo de
cambio.
¿De
qué depende la política monetaria, en el marco de la estructura económica
capitalista semicolonial que caracteriza nuestra economía? De la cuota media de
ganancia. De la rentabilidad del capital. De la necesidad de la burguesía de
obtener ganancias. De esto se encarga el BCR, de que funcione nuestra economía,
facilitando la extracción de ganancias de parte de la burguesía. Esta es su
función técnica que es a la vez su función política.
Por
ejemplo, cuando, por las fluctuaciones de la economía, la demanda es mayor que
la producción (oferta), entonces al haber mayor demanda que oferta, se genera
la inflación. La burguesía dice que hay exceso de demanda, lo que conduce a la
inflación. En este caso, la política monetaria se perfila para la reducción de
la demanda. Empero, se trata de saber si el exceso de demanda se debe a que la
producción ha caído, manteniéndose igual la demanda, o si la demanda aumenta más
rápidamente que la producción. En cualquier caso, no se busca el aumento de la
producción, sino la disminución de la demanda, a través de la reducción de la
masa monetaria. Con la intervención del BCR, se tercia entre los diversos
sectores de la burguesía, para reordenar la repartición de la plusvalía a través
de los precios relativos.
Este
análisis considera solamente el aspecto monetario. Hay una serie de aspectos
que intervienen en este proceso, pero hacemos abstracción de estos para
presentar con mayor nitidez el papel de la política monetaria.
Julio
Velarde trata de plantear que entre la política fiscal y la monetaria hay una
separación, en la que la primera es política y la segunda es técnica. Se
desentiende de los problemas económicos que enfrentamos, para agazaparse en el
control de la cantidad de dinero en la economía para mantener la estabilidad de
precios. Pero, como ya se sabe, la política monetaria tiene como función
principal, no escrita en la Constitución política del Perú, mantener a un nivel
suficiente y en crecimiento la cuota media de ganancia (rentabilidad del
capital). Así, pues, mantener el control de la cantidad de dinero en la
economía que permita que la burguesía pueda embolsarse la plusvalía que le
extrae a los trabajadores asalariados.
Es
necesario señalar que por más que haya un manejo técnico adecuado a los
intereses de la burguesía, las crisis económicas son inevitables. Lo único que se
podría hacer es retrasar la crisis económica, con lo cual lo que se logra es
que tenga efectos negativos mayores, pero en ningún caso impedirla.
Los congresistas
que formularon las preguntas que mencionamos al inicio, sin darse cuenta, ya
sea por su ignorancia, torpeza, o negligencia, dado que ni siquiera conocían
las funciones del BCR que se encuentran en la Constitución burguesa, han conducido
a pensar en el fondo del problema, que es el sostenimiento técnico del
capitalismo semicolonial de nuestro país. Justamente por esto los diversos
sectores de la burguesía, desde los neoliberales hasta los socialdemócratas, y
algunos desprevenidos personajes de izquierda, se han entretenido procurando distraernos,
poniendo el acento en la torpeza de los susodichos congresistas, con la
intención de ocultar la verdadera función del BCR. Aunque lo más probable es
que ni los mismos personajes, empezando por Julio Velarde, y siguiendo por los festivos
individuos que se burlaron de los congresistas, sepan el verdadero papel del
BCR.
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